El hombre en sí era puro músculo, dos grandes armas llamadas brazos, un rostro serio y una mandíbula marcada. Tan grande y tan ancho como un jugador de fútbol americano, casi dos metros de pura musculatura.

Un marine con un gran repertorio y más medallas de las que puedan imaginar. Un hombre como el sentado frente a cuatro militares de alto rango mientras daba informes sobre una de sus misiones.

-Soy él Sargento Sasuke Uchiha, líder del segundo escuadrón de operaciones especiales con base en Camp Lejeune, Carolina del Norte. El 5 de junio tomé un equipo de seis hombres para realizar una misión de extracción en una fábrica de opio en el distrito Nad-e-Alí en la provincia Helmand, en el suroeste de Afganistán, donde Inteligencia halló prisionero a un profesor de una universidad nacional. Las operaciones ejecutadas en la noche por los de 1era división suavizaron el objetivo, pero seguían resistiendo. Puse un límite. Cinco minutos, entrada, salida, fin. Cuando restaban 20 metros para el cuartel enemigo, un combatiente se percató de nuestra presencia. Él Sargento de personal Juugo y yo disparamos.

-¡Juugo a caído! ¡Juugo a caído! ¡Tirador a las seis!

-Metí al Sgto. Juugo dentro de la fábrica cuando fue herido y llamé al médico de campo, quien lo atendió. Colgaron plástico alrededor para oscurecer el salón. Esta operación encubierta se basó en una acción agresiva y rápida. Cada soldado sabía que nuestras vidas estaban en riesgo.

-¡Granada!

-Después de que la Granada explotó y mandó todo al infierno, grite para tratar de hallar la localización del rehén. Suigetsu y Mizaki me apoyaron y enfrentamos al enemigo. Tras localizar al rehén, despejamos la habitación para asegurar nuestra posición, luego escoltamos al objetivo hacía el lugar de extracción.

-¡Hombre caído! ¡Hombre caído!

-¡Vamos, vamos!

-¡Sáquenlo!

-Atendimos al rehén de camino al aeropuerto de Bagram. Lo declararon fallecido al llegar.- Aquél pelinegro terminó su relato con expresión neutral, esperando la respuesta de los militares.

-Una misión dura.

-Si, señor.

-¿Y usted, Sargento? ¿Qué precio pagó?

-Todo bien, señor.

-Ha peleado en esta guerra desde los 18 años. Ha ido a más operaciones especiales de las debidas. Ha sacrificado mucho por su nación. Rayos, los marines ya no tienen con qué condecorarlo.

-Hmph.

-Eres de los mejores operativos. Quizás sea el mejor táctico que he tenido. Operaciones de guerra especiales les paga bien a soldados como tú. Podría hacer unas llamadas.

-No me enlisté por dinero, señor. No es por eso que lo hacemos.

-De acuerdo, Sargento. Lo enviaré junto a su equipo a una misión de entrenamiento con la fuerza aérea japonesa, unidad comando 5101.

-¿Shaldag?

-Correcto. Los Altos del Golán, Israel.


Eilat, Israel.


La televisión sonaba desde la sala en el canal de noticias mientras era escuchada por el rubio en la cocina que preparaba la cena para su esposa y el.

-La atención mundial parece estar cambiando de Afganistán a otro conflicto del Medio Oriente, Siria, lugar de una sangrienta guerra civil desde hace siete años. La ONU estima que han muerto cerca de 500.000 personas desde que comenzó el conflicto. Según los expertos, la tasa de muertes es una catástrofe humanitaria... Israel e Irán cruzan sus miradas a través de toda Siria. Según Damasco las defensas aéreas sirias interceptaron misiles israelíes. El domo de hierro de Israel interceptó la mayoría de los cohetes enemigos. Los expertos creen que la milicia iraní chiita está detrás del ataque, ya que muchas partes sirias del Golán cercanas a las líneas del armisticio israelí cayeron bajo el control pro-Assad y la brigada por la libertad del Golán tiene la mayor presencia en el área.

El rubio observó desde el ventanal la gran vista que tenía de su piscina, las luces de los edificios y de las casas en la lejanía que se apreciaban a tales horas de la madrugada. Detalla a su esposa quien estaba afuera junto a la piscina, cubierta solo por una manta debido al frío.

-Ven adentro, cariño. Hace mucho frío y te puedes resfriar. -mencionó desde la puerta.

-Dame otro minuto. -dijo la pelinegra volteando su rostro hacia su marido.

-Un minuto.

03:36 AM, 22 Junio.

Estaban dormidos en una cama, siendo cubiertos por la sábana que cubría su desnudez, la serenidad que se mantenía en la habitación fue irrumpida por el tono del teléfono al recibir una llamada.

El rubio se removió con molestia, estaba más que claro que le costaba dejar la calidez de su cama y del exquisito cuerpo junto a él.

Se sentó de golpe mientras respondía la llamada.

-Aquí Namikaze. -soltó con molestia, para después escuchar la voz de quien irrumpía su sueño- Estoy de vacaciones, señor.

-Si, lo sé y no me importa. Ven al Aeropuerto de Eilat. Tienes 90 minutos.

-Estaré ahí. -suspiró él rubio con pesadez y colgó la llamada- Maldita sea.

-¿Todo bien, cariño? -dijo Hinata mientras acariciaba lentamente la amplia espalda del rubio.

-Si, todo está bien. Lamento despertarte. Vuelve a dormir, cielo. No es nada. -se levantó de la cama y se puso su bóxer.

-No me mientas.

-No te miento. Te veré para almorzar. -dijo para luego darle un casto beso en la frente.

-Estaré en Tel Aviv. Nuestro vuelo sale de Eilat mañana a las 8:00 a.m.

-Entonces te veré en Tel Aviv para almorzar. -susurro contra los labios de su esposa.


-Washington, D. C.-


-No cabe estrategia militar alguna cuando lidiamos con la influencia de Irán y Rusia. Pienso que la diplomacia fallará. Assad, políticamente hablando ganó la guerra civil. Damasco caerá en las garras de Moscú y los iraníes, lo que sera una pesadilla para el estado Judío y para los Estados Unidos. Debemos prevenir esto a toda costa. Ahora, si me disculpan, tengo una cita con el juego Medias Rojas-Yankees. Buenas noches, gracias por venir.

La secretaria se acercó hacia él con un teléfono en la mano.

-Senador, es su hijo. -dijo ella pasándole el teléfono.

-¿Naruto? -contestó el rubio mayor

-¿Qué hay, anciano? -respondió Naruto

-Estoy bien. Qué bueno oírte, hijo. Ya es tarde. ¿Está todo bien?

-Todo perfecto. Sólo veía cómo estabas. ¿Viste el juego de los Yankees?

-No me digas qué pasó. Lo tengo grabado. ¿Estás Pedaleando?-

-¡Siempre! ¡Siempre, papá! -Naruto efectivamente recorría las calles de Eilat en bicicleta.

Minato rio -Extraño nuestros paseos. -dijo mientras caminaba con varias personas en trajes alrededor resguardando su seguridad

-Bueno, estarás acá en una semana y tengo una bicicleta lista esperando por ti.

-Lo espero con ansias, ¿Tendrás algo en tu agenda?

-No lo sé. Hinata quiere sentarse contigo a hablar de política. Es por eso que te llamo. Papá... Vas a ser abuelo.

-Mentira... -dijo Minato sorprendido

-¡Pará nada!

-Vaya, eso significa que estoy viejo.

-¡Eres un viejo! ¡Acéptalo! -exclamó Naruto.

Minato reventó en carcajadas. -¡Mejor Púdrete!

-También te amo, papá.-