CAPITULO 4: PUNTO PARA AIORIA
-Despierta, Touma...-
Touma abrió solo un ojo, para encontrarse con Seiya, quien se secaba el cabello vigorosamente con una toalla color azul.
-¿Qué quieres, Seiya?- preguntó Touma, cubriéndose la cara con una almohada para evitar tener contacto con la luz.
-Ya son las 10 de la mañana- dijo Seiya- si no te levantas pronto, estarás en problemas...-
-¿Quién lo dice?- preguntó Touma, esta vez cubriéndose con todas las cobijas.
-Saori- dijo Seiya.
-Demonios- murmuró Touma, levantándose fastidiado.
Ya llevaba un par de días sin poder dormir todo lo que él quería por la estúpida regla de levantarse temprano. Tomó una toalla limpia y se metió al baño sin decir una palabra, como de costumbre. Seiya lo miró confundido, rascándose la cabeza. Minutos después, el ángel salió, con sus rojos cabellos escurriendo agua.
-Ya estoy listo, ¿contento?- dijo Touma.
-Genial- dijo Seiya.
-Aunque no le veo el punto- dijo Touma- de cualquier manera, no hago nada en este sitio...-
-Lo sé- dijo Seiya- pero más vale obedecer a Saori o nos atravesará con ese enorme báculo que tiene...-
-Me imagino- dijo Touma, pensando en como Atena era tan malagradecida con sus caballeros. Artemisa, en cambio, se pasaba el tiempo llenando a sus ángeles de dones y privilegios en agradecimiento a su trabajo.
-¿Y cómo son las cosas allá?- le preguntó Seiya de pronto, tirándose en un sillón- en el Olimpo, quiero decir...-
-No me está permitido revelar ese secreto de los dioses, Seiya- dijo Touma muy serio.
-Como quieras- dijo Seiya- el Santuario de Atena no guarda tantos secretos-
-¿Y que me dices de las casas de los caballeros dorados?- dijo Touma.
-Esas son para proteger a Atena- dijo Seiya- muchos de los caballeros dorados tienen su propia personalidad...-
-Ya me di cuenta- dijo Touma, recordando cuando recién los vio- había uno que su sola mirada me daba frío...-
-Ese era Camus de Acuario- dijo Seiya- y los gemelos que te miraban muy serios eran Saga y Kanon de Géminis-
-Y había uno- continuó Touma- con una horrible sonrisa sádica y cruel-
-¿Sádico y cruel?- dijo Seiya- es sinónimo de Máscara Mortal. Tiene su casa llena de los rostros de las personas a las que ha asesinado durante toda su vida...-
-¿Cómo un hombre semejante puede servir a Atena?- dijo Touma arqueando una ceja- ¿y cómo Atena puede permitir que él la sirva?-
-Es complejo- dijo Seiya- ni yo mismo lo entiendo...-
-¿Y un caballero de cabello castaño?-
-Aioros o Aioria- dijo Seiya- son hermanos...-
-Aioria- dijo Touma- ese tonto que está detrás de mi hermana...-
-¿Detrás?- dijo Seiya- no es para tanto. Marín y Aioria han sido amigos desde que yo llegué al Santuario hace muchos años...-
Touma miró a Seiya desconfiado.
-El único hombre en este Santuario capaz de estar 'detrás' de una chica, como dices, es Milo de Escorpión...-
-¿El de cabello azulado, amigo de Aioria?- preguntó Touma, y Seiya asintió.
-Ese mismo- dijo Seiya- bueno, tengo deberes que hacer, hablaremos luego, Touma-
Seiya salió, dejando a Touma meditando sobre esto último. Después de un par de minutos, el chico salió hacia los jardines del Santuario a ver a quien podía molestar... traducción: a Aioria.
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Esa mañana hubo 'junta' en la casa de Leo. Aioria estaba mucho más calmado que los días anteriores, tal vez por el paso del tiempo, o tal vez porque su hermano le propició una buena cachetada para hacerlo entrar en razón. Aioros, Milo y Camus intentaban encontrar una manera de ayudar a su amigo.
-Lo que pasa es que aún no se te ha ocurrido algo brillante- dijo Milo. Aioria le dedicó una mirada de odio.
-Sigue así, insecto, y lo único brillante de ti que quedará es el haber sobrevivido los golpes que te voy a dar...- respondió el caballero de Leo, de mal humor.
-Calma, gatito- dijo Milo, dándole una palmada en la espalda.
-¿Y si la invitas a salir?- sugirió Aioros, algo pensativo- así estarán alejados de Touma por un tiempo y el angelito no podrá interferir...-
-¡Gran idea!- exclamó Milo-¡Aioros, eres un genio!-
-¿En serio?- dijo Aioros, alzando una ceja.
-Sí- dijo Milo- una cena romántica... velas, música y a un par de kilómetros de Touma...-
-Milo...- dijo Aioria, algo inseguro.
-Sí, Aioria- dijo Milo- conozco un lugar genial, se llama 'The Gypsy Moon', es un local que está muy cerca del centro, y...-
-Olvídalo, Milo- interrumpió Camus, cruzando los brazos en señal de desaprobación- ya sé que lugar es ese 'Gypsy Moon' y no hay nada más alejado a una cena romántica...-
-¿Ah, no?- dijeron Aioros y Aioria al mismo tiempo.
-Es un bar francés donde hay algunas chicas gitanas que bailan...- explicó Camus- la mafia francesa en Grecia-
-Pero...- reclamó Milo, pero una mirada de Camus lo hizo callar.
-Debe de haber otro lugar- dijo Aioros, rascándose el mentón- yo conozco un café donde hay música romántica... también está cerca del centro-
-Yo apoyo esa idea- dijo Camus.
-Son geniales, chicos- dijo Aioria- pero aún nos falta un pequeño detalle... ¿cómo invitarla sin que Touma se entere?-
-Yo lo distraeré- dijo Milo con una sonrisa- te daré cinco minutos para que la invites...-
-Bueno, manos a la obra- dijo Aioros. Milo y Aioria salieron de las Doce Casas, uno para buscar a Touma y el otro para buscar a Marín. En su mente, Aioria rogaba por que todo el plan descabellado saliera bien, y que en cinco minutos él mismo reuniera el valor suficiente para invitar a Marín.
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Melody se había refugiado, como los días anteriores, en el pequeño jardín de flores junto al recinto de las amazonas. Sin que nadie la viera, dejó su máscara a un lado y llevó su flauta a sus labios, comenzando a tocar una bella y, al mismo tiempo, triste canción.
Su soledad no duró mucho, porque unos minutos después sintió un ligero roce en su hombro, y dejó de tocar la flauta.
-¡Touma!- sonrió ella.
-Hola- dijo el ángel- ¿porqué estás triste?-
-Yo no estoy...- comenzó ella- ¿cómo lo sabes?-
-Te he escuchado todos los días- dijo Touma- tu música siempre es alegre. Pero hoy, la melodía que tocabas era hermosa, pero muy triste...-
-No sé- dijo Melody, encogiéndose de hombros- ¿es cierto que te irás?-
-¿A dónde?-
-Al Olimpo-
-Ah, eso- dijo Touma- sí, tan pronto como mi señora Artemisa consiga convencer a su padre Zeus de admitirme de nuevo en ese sitio...-
-¿Cómo es ella?- preguntó Melody- tu señora, quiero decir...-
-Es maravillosa- dijo Touma- es la mujer más hermosa que existe, o ha existido... y además es muy buena y amable. Le debo mucho, porque soy el único humano al que ha protegido...-
Melody se sintió herida por cada palabra que pronunció Touma, pero no lograba entender porqué. Era natural que un chico admirara a Artemisa, más por ser una diosa que por otra cosa. Touma no se dio cuenta de ello, porque su mente estaba en esos momentos viajando por el Olimpo, admirando las hermosas fuentes, las ninfas, sus amigos los otros ángeles, y todo lo hermoso del lugar que hasta hacía unos días había llamado 'hogar'.
Pero una risa familiar hizo que el ángel levantara la vista. Marín y Aioria estaban conversando juntos de nuevo, muy animados. El rostro de Touma se volvió casi tan rojo como sus cabellos. Iba a dar un paso para ir a separarlos, cuando una mano atrapó su muñeca. Touma se volvió molesto, para encontrarse cara a cara con el caballero dorado de largos cabellos azulados.
-Hola, Touma- dijo el recién llegado- me alegra volver a verte, soy Milo de Escorpión-
-Ahora no, Milo- dijo Touma, tratando de reanudar su camino, pero Milo no lo soltó.
-Oye, espera- dijo Milo- no te quitaré mucho tiempo, solo un par de minutos, ¿quieres?-
-Suéltame o te parto el cráneo- dijo Touma entre dientes.
-Con que picudito el niño- dijo Milo- deberías conocer los alrededores, Touma. Sé que tu hermana no te enseñó...-
-Dije que me sueltes o te parto el cráneo- dijo Touma, encendiendo su cosmo.
-Como quieras- dijo Milo, soltándolo- tú te lo pierdes-
-Sí, gracias- dijo Touma, frotándose la muñeca y caminando hacia Marín y Aioria.
Milo entró en pánico. No sabía que hacer para detenerlo, y estaba seguro que aún no había pasado ni un minuto, y que ni de milagro Aioria ya habría avanzado algo en su invitación. Entonces, vio a Melody y decidió usar el último recurso.
-Hola, nena- dijo Milo- ¿cómo te llamas, preciosa?-
Melody se ruborizó. Al menos llevaba su máscara, ya que se la había puesto tan pronto ella había sentido cerca el cosmo del caballero dorado.
-Me...Me llamo Melody...-
-Que hermoso nombre- dijo Milo- yo soy Milo, caballero de Escorpión, y es más que un placer conocer a una chica tan linda como tú...-
Touma, que ya se había alejado unos cuantos pasos, se volvió de pronto al escuchar esta conversación, y recordando lo que Seiya le había contado de Milo. Volvió al sitio donde estaban Milo y Melody, dedicándole una mirada de pocos amigos al caballero de Escorpión.
-Vaya, ¿cambiaste de opinión?- dijo Milo astutamente, ignorando la mirada de odio del ángel.
-Largo de aquí, Milo- dijo Touma.
-¿Y si me rehúso?- dijo Milo con una sonrisa astuta, comprendiendo que el ángel tenía, aunque levemente, algunos sentimientos hacia Melody. Esa era una muy buena manera de atraer la atención de Touma.
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Mientras tanto, Aioria aprovechó la distracción de Touma. Supo que Milo tenía problemas, porque lo sentía en su cosmo, así que el caballero de Leo aprovechó el tiempo.
-Oye, Marín- dijo Aioria- no sé si tienes...mañana es viernes... no sé si tienes planes para mañana en la noche-
-¿Planes?- rió Marín- sabes que en este lugar nunca se pueden hacer planes...-
Ambos rieron unos segundos.
-Marín-
-¿Sí?-
-¿Quirisierassalirconmigomañanaenlatarde?- dijo Aioria demasiado rápido porque estaba muy nervioso.
-¿Perdón?- dijo Marín, alzando una ceja.
-Que... que si quisieras salir conmigo mañana en la tarde- dijo Aioria, respirando hondo- si no quieres, yo comprendo, sé que tienes mucho...- pero un roce de la mano de Marín lo interrumpió.
-¿Mañana en la tarde?- dijo Marín, sonriendo bajo su máscara- me encantaría...-
-Entonces mañana será- dijo Aioria, sintiendo que sus mejillas se quemaban.
-Está bien- dijo Marín- tengo que irme...te veré luego, Aioria-
-Hasta luego, Marín- dijo Aioria viéndola alejarse. Por medio de su cosmo, le dijo a Milo que ya todo estaba bien, y volvió con una enorme sonrisa a las Doce Casas.
-Punto para Aioria- dijo en voz baja- vamos uno a uno...-
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Una vez que Milo recibió el mensaje de Aioria volvió a sonreír.
-Ya, no es para tanto- dijo Milo- pelearía contigo con gusto, pero Saori nos ha prohibido pelear-
-Tienes suerte entonces- dijo Touma.
-Te veré luego, angelito- dijo Milo.
Touma siguió a Milo con la mirada, enfurecido. Luego miró el sitio donde Marín y Aioria habían estado, y del cual ya habían desaparecido. Su mirada se suavizó un poco al ver el rostro ligeramente sonrojado de Melody, quien se quitó su máscara al alejarse el caballero.
-¿Tu hermana es amiga de un caballero dorado?- sonrió Melody.
-Sí- dijo Touma, no muy contento de ello- se llama Aioria. Y ese Milo también es su amigo...-
-Milo...- repitió Melody con una sonrisa. Touma alzó una ceja- no puedo negar que es muy apuesto...-
-Es un idiota- dijo Touma.
-No seas envidioso- continuó Melody- yo creo que es muy apuesto...-
Touma cruzó los brazos de mal humor. Ese día no la estaba pasando nada bien.
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Hidelberg, Alemania
Un hombre totalmente calvo y muy alto llegó a una rica mansión. Llevaba una camisa color negro, un pantalón de vestir del mismo color, zapatos impecablemente boleados. Llevaba un parche negro cubriendo su ojo derecho, y una horrible cicatriz corría a través de su mejilla. Al abrirse la puerta encontró a un mayordomo.
-Vengo a ver al señor Henrich Kohn- dijo el recién llegado- dígale que de parte de René Gressus-
-En un momento, señor Gressus- dijo el mayordomo, desapareciendo tras una puerta. Unos segundos después, el mayordomo volvió- por aquí, señor...-
El hombre siguió al mayordomo hasta la biblioteca.
-El amo Henrich lo verá en unos segundos señor...-
Unos minutos después llegó Henrich. El chico era más o menos de la edad de Julián Solo. Era rubio, de ojos impresionantemente azules, y usaba gafas.
-Llegas tarde- dijo Henrich.
-La puntualidad es cortesía de los reyes- dijo René- pero no de los viajeros ni de los...marineros-
-Espero que seas más puntual para la misión que voy a ofrecerte-
-¿Y de qué se trata?- cuestionó el tuerto.
-Fácil- dijo Henrich- en el Santuario de Atena hay una chica, hermana de un general marino de Poseidón, quiero que la traigas aquí...-
-Es fácil- dijo René.
-Bien, y supongo que quieres saber la paga-
-Supones bien-
-¿Qué te parece...?- dijo Henrich, escribiendo una cantidad en un cheque- dos mil...-
-¿Dos mil?- dijo René- ¿acaso crees que haré el trabajo por tan poco?-
-Sé que no- dijo Henrich, añadiendo tres ceros a la suma.
-¿Dos millones?- dijo René con una sonrisa- es más que suficiente...-
-Bien- dijo Henrich- y si la traes sin que se enteren en el Santuario, agregaré otro cero a la suma-
-Perfecto- dijo René-¿En cuánto?-
-En dos días, tres a lo mucho-
-Mañana antes de la media noche estará aquí...- dijo firmemente René, sonriendo cruelmente, haciendo que la cicatriz deforme aún más su rostro, si es que eso era posible.
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CONTINUARÁ...
Shadir: si complica las cosas, no te imaginas cuanto... ¡gracias por tu review!
Marín: mil gracias por tu review! Gomen, no sabía que eras tú, como solo decía 'mar' jeje
Fenixgirl: ya verás que sucede con estos chavos... gracias por tu review!
Marín: (la otra Marín) jeje... yo tmb me enojé cuando me quitaron ese fic, pero ni modo... Gracias por tu review!
Atalanta: merci beaucoup! Jeje, iba a actualizar hasta el jueves pero actualicé hoy porque ayer me puse muy contenta porque habías actualizado tú... tu fic terminó genial!!! Y sigo esperando tu fic de Mu precioso!!! A ver si me das un avance un día de estos jeje bueno, saluda de mi parte a las dos colegas, y si puedes dile a Shaina que en agosto estaré en su país natal jajaja soy taaaaan feliz... actualiza pronto!!!! Y gracias por tu review!
A los demás: gracias por seguir leyendo, y por favor dejen reviews!!!!
Abby L. / Nona