CAPITULO 8: DOS CASTILLOS

Marín abrió los ojos. Se encontraba en un sitio muy extraño y oscuro. No había señal de nadie. No podía recordar muy bien que era lo que había sucedido. Estaba en el café con Aioria cuando Shaina le pidió que volviera al Santuario. Ahí, descubrió que alguien estaba transfiriendo su cosmo al de Touma para engañar a todos los caballeros. Y descubrió a un hombre tuerto queriendo secuestrar a Melody.

Marín se levantó precipitadamente al recordar esto último.

-Tranquila, mein Schatz, no te precipites- dijo una voz. Marín se volvió hacia el origen de ésta. Encontró al hombre que la había atacado esa noche. Era grande, todo calvo y con un parche negro cubriendo su ojo. También vestía una camisa y un pantalón negro, y estaba sentado en un sillón con una pierna cruzada sobre la otra, igual los brazos cruzados. En su mano derecha apretaba una pipa humeante.

-¡Tú!- exclamó Marín.

-Sí, yo- dijo el hombre sin inmutarse- permite que René Gressus, el mercenario más temido de toda Alemania, se presente, y te de la bienvenida a su castillo...-

Marín no se dejó intimidar por sus palabras.

-Entonces deja que Marín te diga que te vayas al demonio y me dejes salir de aquí-

René no hizo ningún gesto.

-Ya me imaginaba que serías algo arisca, como eres amazona de Atena- dijo el hombre- pero no importa, ya nos daremos tiempo-

-¿De qué hablas?-

-Que tus amigos te están buscando junto con otra chica en el castillo de Henrich Kohn- dijo René- y no tienen idea de que tú no estás ahí, sino aquí...Además-agregó- mi castillo, a diferencia del de Henrich, es invulnerable...-

Marín apretó los dientes y se levantó.

-Déjame ir, maldito infeliz- dijo Marín entre dientes- o si no te parto el cráneo-

-Amenazas- dijo René, poniéndose de pie también- todas las mujeres son iguales...- comenzó a caminar alrededor de Marín- deberías tratarme con más respeto, mein Schatz, porque ahora eres mi prisionera... no puedes usar tu cosmo y estás indefensa-

-Tú no mereces ningún respeto, y menos de mi parte- dijo Marín.

René se encogió de hombros y siguió rodeando a Marín.

-¡Deja de rodearme!- gritó ella, exasperada- ¿eres buitre o qué?-

-Algo así- dijo René, tomando la barbilla de Marín con su helada mano derecha- pero con la diferencia que yo no rodeo a los muertos, sino los mato primero...- soltó a la chica- más te vale que en el futuro me demuestres más respeto, si no quieres acabar como alimento a mis mascotas...-

En ese momento, se escuchó un feroz rugido haciendo eco en el castillo. Marín sintió un horrendo escalofrío recorrer su cuerpo. René lo notó, y sonrió.

-Mucho mejor- dijo René, saliendo y cerrando la puerta- te veré después del amanecer... buenas noches...-

Una vez que su captor desapareció, Marín golpeó la puerta de una patada.

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Mientras tanto, en la entrada al castillo de Henrich Kohn, los caballeros y los generales marinos estaban peleando contra todos los mercenarios y bandidos, pero éstos los superaban en número.

-Esto no está funcionando- dijo Milo- ¡AGUJA ESCARLATA!-

-Hay que seguir intentándolo- dijo Io.

-Claro- dijo Mu- ¡STARDUST REVOLUTION!-

El ataque de Mu barrió con algunos de los bandidos, pero llegaban más y más.

-Parecen cucarachas- dijo Milo- salen por todos lados...-

Touma seguía peleando con su cosmo eléctrico, mientras Aioria los atacaba con su Lightning Plasma. Sorreto, por su parte, no tenía ninguna compasión y ejecutaba su melodía letal, y Kaysa ejecutaba su Salamander Shock.

En unos minutos, vencieron a varios de los bandidos, y los demás huyeron despavoridos ante la inminencia de la victoria de los caballeros y los generales marinos. Al ver que el jefe herido trataba de escapar, Touma lo detuvo atacándolo y Aioria le puso un pie en el pecho para evitar que se levante.

-¿Dónde están las dos chicas?- preguntó fríamente el caballero de Leo- o te romperé cada uno de tus huesos...-

El hombre en el suelo tartamudeó apenas algo inentendible.

-Creo que no entendiste la pregunta- dijo Touma, encendiendo su cosmo y rodeándose de una corriente eléctrica- dinos dónde están las chicas o terminarás como pollo rostizado...-

-Y yo me encargo de volarte el cerebro- añadió Sorreto, golpeando su mano con la flauta dorada.

-No...no... no lo sé- tartamudeó el jefe- tie...tienen a una de las chicas en la torre norte... pero la otra no está aquí...-

-¿Cuál de las dos no está aquí?- preguntó Sorreto.

-La pelirroja-

Al escuchar esto, Aioria tomó al sujeto por el cuello y lo levantó.

-¿Dónde está Marín?- dijo fríamente el caballero.

-No lo sé...- comenzó el jefe, pero al sentir que los dedos del caballero dorado se cerraban alrededor de su cuello decidió responder- ¡está bien! ¡está bien! ¡te digo!- Aioria lo dejó caer al suelo- está en el castillo de René Gressus... el amo solo quería a la otra chica...-

-¿Y donde queda eso?- preguntó Aioria de nuevo.

-Al sur de Hidelberg- dijo el hombre- en el otro extremo de la ciudad-

-Gracias- dijo Aioria entre dientes. El jefe, una vez libre, salió corriendo despavoridamente detrás del resto de desertores.

-Bandidos- dijo Mu en voz baja- no existe el honor para ellos-

-Tenemos que dividirnos- dijo Aioria- yo iré al castillo de René Gressus por Marín-

-Necesitarás ayuda- dijo Touma- yo...-

-No, Touma- dijo Aioria- yo iré por tu hermana... es mejor que Milo me acompañe-

-Está bien- dijo Mu- ustedes vayan por Marín... los alcanzaremos tan pronto como pongamos a salvo a Melody...-

-Nos veremos pronto- dijo Milo, siguiendo al caballero de Leo hacia la salida. Una vez que desaparecieron, los combatientes que quedaron se miraron entre sí.

-La torre norte- dijo Sorreto- Mu, ¿crees que puedas teletransportarnos ahí?-

Mu cerró los ojos unos segundos, y luego los abrió y sacudió la cabeza.

-Hay un extraño campo de energía dentro de la estructura- dijo el caballero- nos será difícil aún usar nuestros poderes dentro...-

-Tenemos que intentarlo- dijo Touma- por el bien de Melody-

Kaysa volvió a mirar al ángel de manera extraña, adivinando sus sentimientos hacia la hermana de Sorreto. Éste no se inmutó.

-Entonces tendremos que entrar por la puerta- dijo Sorreto. Todos asintieron.

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Melody se limpió las lágrimas. Estaba aún muy asustada, pero comenzó a sentir el cosmo de su hermano y de Touma muy cerca de donde se encontraba.

-Vinieron...- dijo en voz baja, a punto de sonreír. No lo hizo, sin embargo, porque las dos sirvientas alemanas aún estaban ahí. Unos minutos después entró uno de los mayordomos.

-Meine Frau- dijo el mayordomo- el señor Henrich está aburrido, y ordena que usted vaya a tocar la flauta en su presencia...-

Melody estuvo a punto de gritar que se fuera al demonio, pero lo pensó dos veces. Si hacía eso, de todas maneras la llevarían arrastrando con Henrich. Además, necesitaba ganar tiempo para que Sorreto y Touma entraran al castillo sin que el amo se diera cuenta.

-Ya voy- dijo Melody, recogiendo su flauta del suelo y acomodándose un poco los cabellos. El mayordomo se inclinó ligeramente y salió de la habitación seguido por Melody. La llevó por unas escaleras hasta la habitación de Henrich.

La habitación era grande, muy decorada y llena de muebles finos. A pesar de ser una noche fría, la habitación era tan cálida que Melody, a pesar de llevar un vestido ligero, sintió calor.

-Vaya, vaya- dijo Henrich- mi pequeño tesoro ha aparecido... veamos si eres tan buena como tu hermano... de cualquier manera no habrá diferencia, porque me quedaré con ambos...-

Melody sintió un escalofrío, pero aparentó serenidad y no dijo nada.

-Retírate, Albert- dijo Henrich al mayordomo- y que nadie nos interrumpa...-

-Sí, señor- dijo el mayordomo cerrando la puerta.

-Ahora, preciosa- dijo Henrich. Melody asintió y se llevó la flauta a los labios. Sintió de nuevo el cosmo de Sorreto. Comenzó a tocar una melodía tranquila, que sabía por Sorreto que era buena para hacer dormir a quien la escuchara.

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Dos guardias custodiaban la entrada al castillo de Henrich Kohn, y comenzaron a escuchar la música producida por la flauta de Melody.

-¿Escuchas eso?- dijo uno de los guardias- es el sonido de la legendaria flauta de plata... esa chica la hace sonar maravillosamente...-

-Pero, ¿y la flauta dorada?- preguntó el otro.

-Pertenece a un general marino de Poseidón, Sorreto de Sirena- respondió el primer guardia- el señor Henrich ha traído a la chica para forzar al general marino a entregarse...-

-¿Y pondrá en libertad a la chica una vez que lo haga?-

-Claro que no- dijo el guardia- parece que no conoces al señor Henrich... se quedará con ambos-

-Muchas gracias por la información, señores- dijo una voz detrás de ellos. Ambos guardias se pusieron de pie, pero no vieron a nadie.

-¿Quién anda ahí?- gritó uno.

-Yo- dijo Touma apareciendo delante de ellos.

-Lárgate, muchachito- dijo uno de los guardias- a menos de que quieras morir...-

Detrás de ellos, un Stardust Revolution los mandó a volar.

-Gracias, Mu- dijo Touma.

-Maldición- dijo Sorreto, levantando la vista- no la dejará ir...-

-Entonces- dijo Touma apretando un puño- iremos por ella y la sacaremos aunque no quiera-

-Yo apoyo eso- dijo Io.

-No perdamos más el tiempo- dijo Mu- entremos-

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Mientras tanto, Aioria y Milo llegaron al supuesto castillo de René Gressus.

-Es enorme- dijo Milo- mucho más grande y oscuro que el de Henrich Kohn-

-Si vive de secuestrar y asesinar gente- dijo Aioria, temblando ligeramente, más de rabia y preocupación que por otra cosa- espero que Marín esté a salvo-

-Yo también lo espero- dijo Milo, aunque tenía serias dudas de que la amazona estuviera con vida o a salvo, pero no dijo nada para no preocupar aún más a Aioria, que ya estaba muy preocupado.

-Vamos dentro- dijo Aioria.

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Marín estaba aún pensando en la manera de escapar, cuando sintió los cosmos de Aioria y Milo acercándose. Su corazón dio un vuelco de alegría. Sin embargo, ésta no duró mucho, porque apenas pasaron un par de minutos cuando volvió a entrar René Gressus.

-Parece que tus amiguitos descubrieron muy pronto donde te encontrabas, mein Schatz- dijo él.

-Así parece- dijo ella, desafiante- parece que después de todo tu plan no está teniendo un buen resultado...-

René le lanzó una mirada de furia, pero solo duró unos segundos, y volvió a sonreír.

-No hay problema, Marín- dijo René- les daré una lección para que aprendan que conmigo no se pueden meter tan fácilmente...-

A Marín no le agradó nada la mirada de René, pero mantuvo su rostro sereno.

-Veo que aún así te crees muy valiente, mein Schatz- dijo René- pero después de todo te lo advertí, que lo lamentarías si no me mostrabas el respeto que merezco...-

-¿Qué planeas hacer?-

-Es fácil, Marín- dijo René, tomándola de la muñeca- pero no quiero arruinarte sorpresa, ni tampoco a tus dos amigos...ya lo verás-

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Melody sonrió. Henrich ya estaba casi dormido por su melodía, y ella seguía a salvo. Ya no se sentía el cosmo de Sorreto y los otros, lo que le indicaba que ya habían entrado al castillo. Solo esperaba poder mantenerlo así hasta que llegaran a salvarla. Estaba segura que la hallarían por el solo sonido de su flauta.

-¡Señor Henrich! ¡Señor Henrich!- escuchó Melody gritar a lo lejos. La chica frunció el entrecejo y siguió tocando. Tal vez así no escucharía. Pero se equivocó. Albert, el mayordomo, abrió la puerta de golpe, haciendo que Henrich se despertara.

-¿Qué sucedió, Albert?- preguntó Henrich- creí que te había dicho que nos dejaras solos...-

-Mil perdones, señor- dijo Albert- pero el castillo está bajo ataque...-

-Así que vienen por ti- dijo Henrich mirando a Melody- y me hiciste dormir para que no me diera cuenta... muy mal, jovencita...-

Melody frunció el entrecejo.

-Ya te lo dije- dijo Melody- no tienes ningún derecho de conservarnos como si fuéramos cajas de música...-

-Sí puedo, y te lo voy a demostrar- dijo Henrich, haciendo sonar sus dedos. Viktoria y Sybill, las dos camareras, entraron. Henrich les dijo algo en alemán, y ellas asintieron. A Melody no le gustó nada su expresión

-¿Qué planeas?-

Henrich no respondió, sino solo sonrió maléficamente y señaló a las dos chicas. Ambas encendieron un tenue cosmo, y se convirtieron en copias idénticas de Melody, quien las miraba horrorizada.

-Veamos si tu hermano y sus amigos son lo suficientemente inteligentes para no caer en la trampa- dijo Henrich, y luego se volvió al mayordomo- Albert, enciérrala y asegúrate de que permanezca callada-

El mayordomo le arrebató la flauta y la llevó arrastrando escaleras arriba, a pesar de lo mucho que Melody trató de resistirse.

-Y ahora- dijo Henrich- que empiece la diversión-

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CONTINUARÁ...

Por cierto, olvidé ponerlo arriba... 'mein Schatz' es 'mi tesoro' en alemán.

Elena: toma en cuenta que la pobre chava estaba muy asustada jeje... aunque la verdad yo también lo hubiera golpeado. ¡Gracias por tu review!

Misao CG: jajajajaja claro, pero te recomiendo vinagre o una botellita de alcohol... jejeje calma, serán pateados hasta el cansancio... y sí, hablo varios idiomas jeje, francés e italiano, porque el alemán apenas estoy aprendiendo... no es para tanto, hay quien sabe más... ¡Mil gracias por tu review!

Marín: ¡mucha, mucha ketchup!!!! Jajajaja ¡gracias por tu review!

Fenixgirl: veo que todas defienden a Marín jeje... está bien, ya verán lo que pasará con ella... ¡gracias por tu review!

A los demás: ¡gracias por seguir leyendo, y sigan mandando reviews!

Abby L. / Nona