PARTE II

Kaede cuidaba de su huerto y recolectaba una que otra planta medicinal que se daban ahí. Los aldeanos la respetaban mucho y depositaban su confianza en ella, no por nada era la miko de la aldea, por lo tanto nunca le faltaba algo que hacer.

-¡Kaede-obasan, alguien la busca!-

-¿Que me buscan?-

-¡Hai! Se trata de un joven. Estaba fuera de su cabaña y me pregunto por usted, es por eso que vine a buscarla-

La anciana se levanto con el peso de su edad y a buen paso siguió junto con el aldeano en dirección a su hogar. Ahí encontró a un joven que observaba despistadamente los alrededores. La miko miro al aldeano para preguntarle por medio de una mueca si ese era el que la buscaba, el aldeano asintió. El chico volteo y asi quedaron frente a frente, el aldeano después de una reverencia se retiro dejando solos a Kaede y al visitante.

-¿Usted es la miko de la aldea?-

Asiente –Me dijeron que me buscabas- Kaede observo con interés y curiosidad

-Dígame o-basan, ¿es verdad que usted conoce al hanyou que llaman Inuyasha?-

-No puedo contestarte si no me dices antes quien eres y para que lo quieres-

-Me han dicho en otros lugares que junto con un grupo integrado por una joven miko, un houshi, una Taijiya y un kitsune, están recolectando los kakera de la Shikon no tama. ¿Es verdad eso?-

Kaede no contesto, simplemente espero impávida frente a aquel chico quien suspiro profundo ante este acto.

-Entonces... supongo que tendré que explicarle algunas cosas, para que me de información-

OoOoOoOoO

-¡¡Que bien!! ¡Por fin llegamos, ya estoy cansado!-

-¡Feh! Eres un llorón Shippou, la mayor parte del tiempo estuviste en los brazos de Kagome-

-¡Pero esta muy pequeño Inuyasha!- Intervino Kagome, ante lo cual Shippou no perdió oportunidad de mostrarle la lengua al hanyou

-Viene muy callada Sango-dono.- Miroku, quien junto con Sango quedaban atrás del grupo, abrió su propio tema de conversación

-No es nada Houshi-sama... yo solo...-

-¿Iee?- Pregunto tiernamente mientras se acercaba a ella

Inuyasha y Kagome ni siquiera se percataron de esta situación puesto que aun estaban en una mini lucha provocada por la sobreprotección de Kagome hacia con Shippou.

-Yo... recordé, recordé que... me gustaría poner flores en las tumbas de la gente de mi aldea- Termino de decir tristemente la Taijiya

-Entonces, cuando nos marchemos de la aldea, nos dirigiremos hacia allá- Exclamo Miroku observando directamente los ojos de Sango, estaba muy cerca de ella

-Arigatou, Houshi-sama yo...-Sango abrió los ojos enormemente para después cerrarlos con fuerza –¡¡HOUSHI HENTAI!!-

Un fuerte sonido producido por la bofetada de Sango, fue el saludo que el grupo dio a la aldea, pues por fin habían llegado después de un largo día.

Como siempre, los aldeanos ya estaban acostumbrados a verles por ahí y para nada turbaban sus labores, los chicos se dirigieron a la cabaña de Kaede, tenían pensado descansar unos días ahí mientras Kagome iba a su época por algunas cosas y por la dichosa escuela, aunque Inuyasha no estuviese de acuerdo y lo viera como un desperdicio de tiempo. Además, tal vez la miko tendría alguna noticia sobre la Shikon.

Kaede estaba fuera de su cabaña conversando con algunos miembros de la aldea, cuando observo acercarse al grupo. Con temple despidió a los aldeanos para atender a los recién llegados, pero su mirada era dirigida en especial hacia uno de ellos.

-Que puedo hacer para que me crea Sango-dono, mi intención era brindarle un abrazo como signo de apoyo, solo que mis manos se acomodaron en el lugar más cercano- Explicaba el houshi a una muy visiblemente enfadada Sango, mientras Kagome lo miraba con desaprobación e incredulidad.

-¡Hola Kaede-bachan!- Grito Shippou saltando de los brazos de Kagome

-¿Como estas Kaede-baba?- Saludo Inuyasha

-Que bueno que han venido-

-¡¿Acaso hay alguna noticia de la Shikon?!- se apresuro a preguntar el hanyou

Negó con su cabeza –Pero alguien ha estado esperando desde hace algunos días-

-¿Esperando? ¿A quien Kaede-baba?- Pregunto Kagome algo confundida

Kaede no respondió directamente la pregunta de la joven miko, mas bien se dirigió a Sango.

-Sango... podrías entrar a la cabaña y traerme un antídoto para el envenenamiento, esta donde dejo todas las medicinas, ya esta marcado asi que podrás encontrarlo pronto-

-Yo puedo ir- Sugirió Kagome, preguntándose porque la miko no habría respondido su pregunta

-Me gustaría mas que fuera ella- Contesto Kaede, el grupo se extraño un poco pero Sango asintió e hizo lo que la anciana le había pedido, entrando asi a la cabaña.

-¿Pasa algo o-baba? –Pregunto Inuyasha con desconfianza

-Era mejor que no supiese nada-

-¿De que esta hablando?- Pregunto Miroku

-Tengan paciencia y en un momento lo sabrán todo-

OoOoOoOoO

Por fin la noche había cubierto el Japón, justo a tiempo había llegado el grupo para evitar los peligros de la oscuridad en el bosque. Sango entro con cautela a la cabaña, tendría que prender algo de fuego para poder buscar bien lo que le habían encargado. Sus sentidos la alertaron, ella no se encontraba sola en aquella cabaña.

-¿Quien esta ahí?- Pregunto algo amenazante, aunque igualmente conservaba la calma al pensar que podria tratarse de alguna aldeana que le ayudase a la miko Kaede.

No hubo respuesta pero pudo percibirse algo de luz y el sonido de algunos pasos. Sango poso su mano lista para sacar su arma. Pero lo que vio frente a ella la dejo congelada, sus ojos se abrieron con gran sorpresa, sentía que sus rodillas flaqueaban, el suelo bajo sus pies ya no era firme, en su garganta se formo un nudo que no la dejaba pronunciar palabra. Antes de perder el sentido, pudo con dificultad decir algo.

-No puede ser, tu...-

La Taijiya se desplomo, pero antes de que tocara el suelo, aquella figura la sostuvo y salió de la cabaña con la chica en brazos.

-O-baba, necesito de su ayuda- Pronuncio aquel misterioso personaje dejando a todos estupefactos, la miko asintio

-¡¿Que le hiciste?!- pregunto amenazantemente Inuyasha

-Solo se desmayo- Contesto sin alterarse y volvió a entrar a la cabaña con la anciana y los demás siguiéndole.

-Es muy extraño- Susurro Miroku a Kagome –Este hombre viste ropas muy parecidas a las de Sango, además tengo la idea de que esto ya lo preveía Kaede-baba- La chica asintió ante el comentario, sin dejar de mirar al extraño sujeto. Shippou bostezo, pero también se mantenía al tanto

-¿Quien eres? ¿Acaso conoces a Sango?- Inuyasha continuaba con su actitud de desconfianza

Él solo lo miro mostrándole una media sonrisa, para seguir poniendo especial atención a la figura de la chica que reposaba a sus pies y no apartándose de esa posición, contesto seriamente -Cuando ella despierte, se los diré-

-¡Mira, ya esta reaccionando!-Grito Kagome. Había pasado poco tiempo desde el desmayo de la Taiji, un tiempo en que el silencio mas incomodo se hizo presente, sin descartar las miradas curiosas e incluso amenazantes. Por mas que 'suplicaron' a Kaede hablar algo sobre esto, no cedió.

Poco a poco Sango abrió los ojos y fue observando a todos los que la rodeaban

-Por fin te encontré, mi querida Sango- Susurro aquel joven de castaños cabellos

Sango abrió desmesuradamente los ojos, pensó haber soñado pero ahora se daba cuenta que no era asi. La luz de las velas que alumbraban la cabaña le dejaban ver completamente bien el rostro de aquel personaje

-¿Escuche bien? ¿Acaso dijo, mi querida Sango?- Pregunto Kagome a sus compañeros de viaje sin obtener respuesta, ya que el siguiente acto que presenciaron fue un cálido abrazo entre estos dos chicos.

-¡Ikki! ¡¿En verdad eres tu?! ¿No es un sueño?- Preguntaba la Taijiya entre sollozos y sin separarse de aquel hombre que también vestía ropas de Taiji

-¡No lo es Sango!- Le contesto de forma cálida

-Ahem.. –Interrumpió el houshi –No hay que inmiscuirse en los asuntos privados, pero en este caso Sango es nuestra amiga y quisiéramos saber que es lo que esta pasando aquí- Dijo Miroku con un tono que aparentaba molestia.

-Yo pensé que...- Sango se separo unos instantes de el chico y se seco las lagrimas, la voz de Miroku le hizo recordar que sus amigos estaban presentes

-Sé lo que pensabas Sango, es una larga historia pero les contare- Reverencia –Lamento no haberme presentado antes, mi nombre es Namura Ikki –

-Mucho gusto Ikki- Saludo Kagome mientras se acomodaba al lado de su amiga –Soy Higurashi Kagome y ellos son...-

-Ya habrá tiempo para las presentaciones- Corto de forma brusca Inuyasha quien impaciente al igual que Miroku estaba en espera de una explicación. Ikki sonrió y asintió ante estas palabras

El chico comenzó a explicar sin dejar de mirar a Sango, lo que por alguna razon a Miroku le incomodaba –Hace algunos años yo vivía en la aldea de Sango, no pretendo ser presuntuoso pero era del grupo elite de exterminadores, nos contrataban para las situaciones más difíciles. Como sabes Sango, el día que partí, me toco ir solo, asi como muchos lo hacían y... tenia un extraño presentimiento, fue por eso que hable contigo antes de irme.-

-Me dijeron que habías muerto- Interrumpió Sango conteniendo el llanto –Ademas...- hizo una breve pausa en señal de dolo –la aldea ya no...-

-Lo sé- continuo el chico –después de haber concluido mi trabajo un grupo de ladrones llego a la aldea y armo gran alboroto, nadie pudo hacer nada a excepción mía, la ira me invadió, no podía dejar en desgracia a aquellos aldeanos, pero eran muchos y me hirieron gravemente, dejándome realmente al borde de la muerte. Los muy malditos me llevaron con ellos y me tiraron por un risco, a pesar de ello aun me quedaba algo de vida. Por ello fue que se corrió el rumor de mi fallecimiento. Tiempo después desperté en una casa, donde una humilde familia cuidaba de mi, mi recuperación fue muy lenta y por ello no pude regresar a la aldea a tiempo-

-Hace tres años... recibí esa noticia hace tres años- exclamo Sango en apenas una inaudible frase

-Cuando me sentía mas recuperado decidí trabajar un poco con la familia que me atendió tan cordialmente, era una forma de agradecimiento, pensaba regresar a la aldea pero justo llego a mi el rumor de que nuestra aldea había sido totalmente destruida y que no había ningún sobreviviente. No dude y me dirigí hacia allá, ahí encontré una triste visión, aquel lugar en donde me refugie en mi niñez y pase los mejores momentos de mi vida... estaba totalmente desolado y lo único que quedaban eran los sepulcros de aquellas personas que fueran tan importantes para mi.- Exclamo con un dejo de tristeza en aquellas palabras

Sango empuño fuertemente sus manos –¡Fue una trampa!-

-¿Una trampa?- Pregunto desconcertado el chico de cabellos castaños

-Un despiadado ser de nombre Naraku tendió una trampa para que los mejores exterminadores saliéramos de la aldea y asi quedara desprotegida, entonces fue atacada por cientos de espíritus y monstruos, no tuvieron oportunidad-

-¡¿Como dices?!- Grito exaltado, parándose con estrépito

-¡Nosotros también tenemos cuentas pendientes con Naraku! El esta recolectando los kakera, asi que nosotros hacemos lo mismo con la intención de ajustar cuentas- Explico el houshi mientras recordaba la maldición de su Kazaana

-¿Y como fue que supiste donde encontrar a Sango?- Kagome intento desviar el tema ya que siempre que hablaban de Naraku todos tendían a ponerse tristes, ella comprendía que no era para menos sin embargo no le agradaba ver asi a sus amigos

-Durante mucho tiempo vague buscando información sobre algún sobreviviente, pero nadie podía decirme nada, hasta que un día llego a mi la noticia de que habían visto a una Taijiya. Un rayo de esperanza me ilumino y comencé a juntar mas pistas. Asi fue como supe que un grupo recolectaba kakeras de la Shikon no tama y un presentimiento me hizo saber que eras tu la que iba en aquel grupo.- Termino de decir el chico mientras volvía a tomar asiento con las piernas cruzadas

-¡Tal vez haya otro sobreviviente!- Dijo esperanzado el pequeño Shippou que no había entendido todo

-Es improbable- contesto Sango secamente

-Ese tipo del que me has contado... ¡Naraku! Pagara lo que ha hecho, yo me encargare de que sea asi- Los ojos de Ikki mostraban decisión y un brillo sumamente especial, lo cual era extraño porque desde que lo habían visto no había mostrado mas que tranquilidad y carisma

-Tendrás que conformarte con su cadáver, porque seré yo el que me encargue de destruirlo- Comento Inuyasha haciendo tronar sus nudillos. Ikki parpadeo un par de veces

-Naraku es responsable de las desgracias de mis amigos- Explico Kagome después de un suspiro, en verdad no le gustaba tocar el tema, sentía mucha rabia de saber que un tipo tan cruel pudiese existir

-El... tiene bajo su control a Kohaku- termino Sango con un dejo de tristeza

-¿Como? ¡¿Acaso Kohaku también sobrevivió?!-

-No exactamente...- En la mirada de Sango se mostraba la tristeza que le traía este hecho

-Parece que necesitaran tiempo para hablar y aclarar mas cosas- Por fin hablo Kaede –Lamento no haberles dicho nada al llegar, pero supuse que seria mejor si Sango lo veía con sus propios ojos. Este chico llego hace algunos días a la aldea preguntando por Inuyasha, eso resulto extraño para mi-

-La miko cuido muy bien sus identidades hasta que le conté todo lo que les digo ahora- Prosiguió el joven

-Sera mejor que descansen, es tarde y ahora que ya saben la identidad de este joven pueden estar tranquilos-

-Kaede-obachan tiene razon, yo ya tengo sueño-

-¡Nadie te dice que sigas despierto Shippou!- Regaño Inuyasha al pequeño Kitsune quien otra vez en brazos de Kagome luchaba por mantenerse despierto

-¡¡Que mal!!-

-¿Que sucede Kagome?- Ante el casi nada audible grito de la joven miko, todos voltearon algo desconcertados

-Es que justo ahora que recibimos esta sorpresa, tengo que ir a presentar exámenes a mi época, ¿recuerdan? Fue por eso que regresamos a la aldea- Explico con aflicción Kagome

-Pues es sencillo- Hablo con vacilación –No vayas y asi no detenemos la búsqueda de los fragmentos-Termino de decir el hanyou orgulloso de su GRAN idea

A Kagome le apareció una vena en la frente –¡¡Tu todo lo tomas a la ligera Inuyasha!!-

-¡¡Y tu siempre estas buscando un pretexto para ir a tu mundo!!-

-¡¡ESO NO ES CIERTO!!-

Una vez mas Inuyasha y Kagome discutían y los demás solo contenían la risa

-¿A que se refería ese hanyou cuando dijo 'tu mundo'?- Pregunto Ikki a Sango

La Taiji le sonrió –Es una larga historia, hay muchas cosas que debes saber-

-Lo importante, es que te encontré- Le sonrió dulcemente, un delgado halo color rojo se poso sobre las mejillas de Sango. Kirara lamió la mano del joven Taiji.

-Gracias por la bienvenida Kirara, parece que aun me recuerdas- Los dos exterminadores se sonrieron

Esa noche transcurrió cálida...aun siendo tarde la cabaña de Kaede parecía estar de fiesta, tal vez cada quien estaba sumergido en su tema, pero todos la estaban pasando 'bien'... todos a excepción de un solitario Houshi que fuera de aquel recinto observaba las estrellas con nostalgia reflejada en su rostro.

"Merece alguien que pueda asegurarle estar a su lado por siempre... algo que yo no podré hacer" Estos y otros mas eran los pensamientos de Miroku, quien no hacia mucho se había percatado de sus verdaderos sentimientos hacia aquella valiente y hermosa exterminadora de nombre... Sango

Nota de la autora:

Aprovéchenme ahora que tengo inspiración, pero sobre todo tiempo. Espero que les haya gustado este capitulo, no se me desesperen, las complicaciones vendrán mas adelante, pero tenia que aclarar algunos asuntos.

Lo que no sé aun es con quien quedara la chica, puesto que me encanta la pareja que hace con Miroku, sin embargo... a veces es bueno salirse de la norma ¿no creen?

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