Disclaimer: No es nada mío, solamente la trama y la computadora. Lo hago con fines de entretenimiento, no pretendo ni quiero ganar nada con este ffic.

Atención: Spoilers LOdF (OotP)

[Harry Potter en su sexto año de Hogwarts]

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Capitulo uno – El principio 

Los días sofocantes de verano ya habían llegado con su mayor potencia. Acurrucado en la esquina de su habitación se hallaba Harry Potter, el cual llevaba profundas ojeras y total deterioro físico. Hacía unos días que llevaba así su vida. Decidió salir.

Después de un momento ya estaba con el ceño fruncido y la transpiración hacía que su pelo se le pegara a la cara de tanto correr. Miró alrededor y encontró que ya ni sabía donde se encontraba. Las casas del desconocido barrio se amontonaban amenazadoras a cualquier intruso que se acercara. Un espantoso silencio se levantaba, pero él ni se inmutaba.

Todos los días desde que regresó de Hogwarts, corría dónde sus pies lo llevaran. Había conocido muchos lugares y se había hecho muchos amigos por otros barrios dónde no conocían su reputación de delincuente. Muchos lo invitaban a hacer cosas cómo fumar o tomar. Pero siempre se negaba a probarlos. No quería morir por un placer tan trivial. No valía la pena. Aunque después de todo a nadie le importaría.

Muchas veces prefería estar solo. Tenía tiempo suficiente para poner en orden todos sus pensamientos. Y las reflexiones venían una y otra vez.

Reflexiones que le carcomían por dentro como un tumor de cáncer que se estaba expandiendo por todo el cuerpo. Había creado una máscara contra el dolor que le pegaba donde más le dolía cada vez que veía un perro negro o sus tíos le preguntaban dónde estaba su padrino. No les contó nada. No quería que sus tíos se enteraran de la muerte de Sirius, el único pariente vivo que tenía y ahora estaba muerto.  

Recorría el barrio, incluso estaba seguro que más de una vez se había alejado de su casa más que cualquier adolescente de su edad.

La cara casi siempre la tenía neutra y se limitaba a hablar lo necesario. No había llorado más desde su  llegada a Privet Drive; ninguna lágrima se había atrevido a asomarse siquiera.

Se podía decir que aprendió el arte occlumency: ya no tenía pesadillas. Se obligaba a no pensar más de lo debido, pero las malditas reflexiones venían una y otra vez. Taladrando la máscara de Harry.

            Caminando sin rumbo y sin pensamientos, se sentó en la vereda más cercana. Ya no le quedaban energías para nada más. Con todos lo músculos del cuerpo relajados, se pasó toda la tarde sintiendo la suave brisa que le acariciaba el rostro. Pasaron horas y horas, a veces acostado, a veces parado o sentado… Pero siempre en el mismo lugar.

            Acostado ya, con los ojos cerrados no se había dado cuenta de que ya no se vislumbraba el sol.

            Se escuchó un ruido en la lejanía, cada vez se acercaba más. Eran pasos de varias personas, que al principio sonaron apresurados pero pronto fueron perdiendo velocidad, rasgaban sin contemplaciones el dulce silencio.

Harry estaba imperturbable, ni siquiera mostraba signos de vida. Sólo limitándose a respirar acompasadamente sin que se le notara, esperaba a los perturbadores del tan preciado silencio.

            El ruido cesó, justo en frente de Harry. Muy lentamente abrió los ojos color esmeralda, que trataban de disimular la tristeza y la angustia que surcaban su rostro.

"Me preguntaba si serías tan amable de decirme dónde está la calle Privet Drive" Preguntó una anciana con rostro amable.

            Harry se sorprendió al ver que sólo se trataba de una persona. ¿Y las demás? Buscó a su alrededor con la mirada. El primer pensamiento que cruzó su mente fue que debía estar volviéndose loco.

"Lo siento… ¿Eres mudo?" Insistió la anciana.

"N-no... Si quiere la puedo acompañar hasta allá." Contestó Harry de la manera más cortés que conocía, de todos modos tarde o temprano tenía que ir a la casa de sus tíos.

            Y con paso lento fue deshaciendo inconscientemente el recorrido que hizo anteriormente. Sin saber cómo, llegó a Privet Drive sin desorientarse ni una vez.

            "Ya llegamos… ¿Dónde queda su-?" Pero la pregunta quedó en el aire por que la anciana había desaparecido. No había ni rastro de ella. "Definitivamente me estoy volviendo loco" decidió.

            Armándose de valor tocó la puerta de su casa. Esperó. Nadie vino a atenderlo. Ahora que se daba cuenta, no había ninguna luz en la casa. Había una nota en el piso.

"Nos fuimos al hospital con Dudley. Se rompió la pierna. La llave de la puerta está donde siempre."

"Lo que me faltaba." Se dijo Harry, "Me dejaron aquí y seguro que ni se molestaron en dejarme por lo menos comida." Un rugido vino de su estómago. "Vas a tener que tranquilizarte por que no creo que haya algo para comer." Le dijo al quejón. Sacó la llave de debajo de la alfombra de bienvenida en la entrada de la casa y entró. "Aunque puede ser que no sea mala la idea de la anciana. Quizás sería mejor si me finjo mudo y así nadie me va a molestar más."

Estaba sentado en la cocina pensando en si sería buena idea inscribirse en un colegio de verano. Quería saber si así se distraía un poco y aprendía algo de todo lo que se perdió en los seis años que fue a Hogwarts. Pero no sabía que estaba siendo vigilado por un hombre de estatura media, mirada sombría y sádicos pensamientos. Estaba en una callejuela oscura y sucia.

"Pronto vas a saber qué significa dolor." susurró el misterioso hombre. "Pronto vas a arrepentirte por lo que me hiciste. Ahora ese mocoso lo va a pagar por ti."

*   *   *

            Dudley estaba insoportable. Se quejaba que le dolía la pierna sin razón aparente.

Siempre era lo mismo. Tontas excusas para sacar a Harry de la habitación dónde estaba Dudley. A veces Harry se preguntaba hasta qué punto llegaría la estupidez de "Big D".

            Pero la verdadera razón era que desde el incidente con los Dementores, Dudley procuraba estar lo más lejos posible de Harry, cosa que con el yeso se le hacía casi imposible.

            Estaba sentado  todo el día en el sofá viendo la tele bajo los mimos de tía Petunia o bromeando con sus camaradas. Muchos de sus amigos venían a verlo a diario. Usaban las muletas de Dudley para fingir que eran cojos. Mientras ellos se reían de las bromas que hacían, Harry miraba todo eso con indiferencia.

            Después de una bien merecida taza de leche, se fue a su cuarto lentamente. Ya estaba en el umbral de la puerta hacia su cuarto. Un ligero mareo se apoderó de él, nublándole la vista, se hubiera caído en el duro piso a no ser que no se haya sujetado justo a tiempo a la pared. Cerró los ojos y esperó pacientemente a que se fuera el mareo.

Cuando empezaba a irse la neblina, dio unos pasos con intención de salir de la casa a sentir aire fresco de la mañana y sacarse esa sensación de sofoco que le producía el cuarto. Pero el mareo  lo abordó con mayor intensidad que el anterior y le dieron ganas de vomitar. A pesar del mareo, salió corriendo de su habitación para vomitar en el baño.

            Esto llamó la atención de la pandilla del "Gran D". Pero no le dieron mayor importancia. Sólo a uno se le quedó rondando por la cabeza el qué podía ser.

"¿Qué le pasa a tu primo, Dud?" Preguntó, al parecer, un nuevo integrante de la banda.  "¿Está bien?"

"No le pasa nada, Matt. Sólo que a veces quiere llamar la atención, no debes preocuparte" dijo Dudley. Pero a pesar de la explicación, Matt no estaba muy convencido.

"Bueno… Dud, tengo que ir al baño, ya vuelvo."

"Ok, no te tardes. Ve al baño de abajo, el que no está siendo utilizado por esa peste."

            Matt no tenía ninguna intención de ir al baño. Bajó la escalera, abrió la puerta del baño y, sin entrar, la cerró. Subió las escaleras procurando no hacer el menor ruido. Se acercó al baño en el que estaba Harry. La puerta estaba entreabierta y se oían ruidos extraños (N/A: imagínense los ruidos de cuando uno está vomitando). Abrió la puerta y vio la cara de angustia de Harry tratando de no vomitar más.

"¿Estás  bien?" Preguntó Matt en un susurro.

Harry se asustó tanto que Matt tuvo que agarrarlo para que no se cayese. Inmediatamente las ganas de vomitar se le fueron.

"¿Qué haces aquí? Dudley te va a excluir de su pandilla si es que te ve hablando conmigo." Dijo Harry, tratando de echarlo. Pensó que si no lo hacía de mala manera, no empezaría una pelea. No tenía fuerzas para soportar un golpe.

"Te oí… Lo siento, no quería molestarte." Acto seguido, salió como un rayo del baño dejando a un Harry totalmente aturdido.

~O.O.O--.FIN CAPÍTULO UNO.--O.O.O~

N/A: Holash!!!!  He puesto lo mejor de mí en este insignificante capítulo. Y los que no escriben, ¡¡¡no tienen la menor idea de lo difícil que es escribir!!!!

Según la inspiración lo voy a ir haciendo los capítulos más largos.

Espero que lo hayan disfrutado.

Kisses,

Consuelo