SummaryHarry muy enfermo. ¿Cómo hará para poder seguir adelante? Después de OotP (lOdF).

Disclaimer Nada mío. Sólo Trama. Dinero no. Entretenimiento gratis si.-

Atención: Spoilers LOdF (OotP).-

Harry Potter en su sexto año de Hogwarts

O.O.O--.o.--O.O.O

Capítulo cinco – Primeros Poderes

"No entiendo al mundo, ¿Por qué se empeñan tanto en entenderme a mi? Nadie va a saber como me sentí, me siento y voy a sentir." Harry reflexionaba en uno de los bancos de la plaza del barrio contiguo a Privet Drive.

Hacia unos pocos minutos que el anochecer había caído sobre él. Estaba desierto ya que los vecinos de ese barrio acordaban tener todos los domingos una junta de vecinos desde las cuatro hasta tarde. Eran recién las seis y media y quedaba mucho tiempo para vagar todavía.

Estaba sumido en un sopor depresivo. Tío Vernon hace poco había tratado de echar a Harry otra vez a la calle. Tía Petunia, una vez más, no se lo había permitido. No quería seguir viviendo en esa casa. No era por que no se sentía querido, era por que sentía que lo tenían abandonado y ahora era él el que quería abandonarlos a ellos para que supieran lo que se sentía. Mañana en la mañana se iba a escapar, no importaba lo que le costase. Nadie podía obligarlo a quedarse en esa casa odiosa.

El apestoso gato que había recogido hace poco, no paraba de maullar. Ya no sabía qué hacer para contentarlo. Quizás un poco de magia… Tenía que hallar la manera en que el ministerio no se diera cuenta que hacía magia. Había escuchado que Internet era el portal de todos los conocimientos del mundo. Quizás ahí encontrara alguna información. Cerca de donde estaba había un cybercafé. Se paró en dirección del local y pronto estaba sentado en frente de una computadora. Suerte que había aprendido a usar la computadora de Dudley.

Entró a una de esas páginas para buscar y tipeó "Magia", apretó "Buscar". Pronto aparecieron más de diez mil páginas relacionadas a eso. Ninguna parecía dar resultado. Lo pensó mejor y tipeó "muggle". Sólo aparecieron cinco páginas, una de las cuales decía: "Muggles abstenerse, acceso restringido." Entró a esa página y le salió un cuadro en que pedía la contraseña. No tenía ni idea de cual podría ser.

Un chico se le apareció por atrás sobresaltándolo. Era el encargado de la tienda. Sentía algo duro en la espalda. Parecía una pistola.

"Ven conmigo y no hagas ningún movimiento brusco."

Lo guió a la parte de atrás de la tienda, nadie se había percatado que estaba siendo amenazado. Entraron por una puerta muy bien disimulada en donde había una habitación muy desordenada. El agresor tomó una silla e hizo que Harry se sentara ahí. En efecto, el encargado de la tienda tenía una pistola que apuntaban directamente a la cabeza de Harry.

"Dime, ¿Por qué te interesas en magia?" una punzada de temor le golpeó en estómago. Había sido muy imprudente al buscar temas relacionados de magia en un lugar público como ése. Sabía que había gente que odiaba a los magos y había escuchado de algunas que sabían de su existencia y los buscaban para exterminar a cualquier mago desprevenido que se les cruzara. ¿Así era su fin? Había estado esperando la muerte desde hace un tiempo, pero… ¿Iba a morir tan patéticamente?

"He oído que los magos son de verdad y quería si tenían una sociedad o algo así." trató de poner la mejor cara de pobre angelito asustado que tenía.

"¡Sucio muggle!" susurró muy bajo, Harry se sorprendió de haberlo oído.

"¡Él es mago!" pensó Harry.

"Dime todo lo que sabes sobre los magos, ¡AHORA!"

"Yo no sé nada, señor."–le respondió lo más patéticamente que podía, se estaba aburriendo. De repente le había agarrado una oleada maligna y comenzó a imaginar que descuartizaba lentamente. Ése estúpido mortal no debía tratarlo así. Él era Harry Potter, ¿No lo había reconocido? Sacudió a propósito para que el pelo no le tapara la cicatriz. El hombre se dio cuenta, abrió la boca inconscientemente y luego se volvió totalmente pálido para después esbozar una sonrisa de oreja a oreja.

"¡Harry Potter!"Había algo en él que no le gustaba para nada. De pronto se escucharon unos estallidos provenientes de la calle. Harry aprovechó ese momento de distracción y le tiró la silla al hombre, dejándolo tirado en el piso, inconsciente. Se le había pasado un poco la fuerza, rió Harry. Realmente habían cambios bruscos en su ser.

Se le ocurrió una idea, como Tonks lo había hecho el año pasado, pensó en cambiarse los ojos a un color rojo ardiente, pero no tenía espejo, así que mejor pensó en arreglarse la miopía. Pronto vio todo borroso y se quitó los lentes solo para comprobar que ahora veía bien. Miró los cristales de los lentes asombrado. Sólo tenía que hacer un cambio más: la cicatriz. Cerró los ojos y se concentró, mentalizó una frente liza, se relajó y abrió los ojos. Se tocó la frente y no encontró ni huella alguna de cicatriz. Una sonrisa diabólica se apoderó de sus labios.

Estaba libre.

Libre al fin…

¡Había esperado tanto este momento…!

Casi saltando de la alegría se le ocurrió una idea casi del mismo infierno. Se convertiría en Voldemort.

Lord Voldemort, mejor dicho.

Iría directo al lugar mas visitado por sucios muggles y se presentaría. Conjuró una capucha y se la puso cubriéndose completamente. Se concentró y pronto apareció la piel pálida y esos grandes ojos rojos de los que era característico el señor Tenebroso. Conjuró un espejo esta vez y se miró. Estaba igual a él. Lanzó una carcajada.

¡Estaba tan feliz de poder divertirse por primera vez desde hace tanto tiempo!

Se había trasladado a un callejón muggle y miraba a toda la gente inocente, sin tener idea de lo que estaba a punto de pasar. Pensaba en todo el poder que le recorría cada fibra de todo el cuerpo. Era una energía inmensa. Caminó hacia la vereda, maravillado, y un idiota de mal humor lo pasó a llevar, y para más lo insultó por quedarse parado, "obstruyendo el paso de los ocupados ejecutivos" como dijo él. Harry lo miró a los ojos y el hombre se quedó helado, parecía que había visto al diablo en persona.

Harry estaba cansado de dejarse pasar a llevar, ahora este ser inferior, por ser insolente, pagaría las consecuencias. En un movimiento brusco, le agarró la garganta apretándola con fuerza. Sentía cómo tenía el destino del ejecutivo al alcance de la mano, sentía todos los músculos en tensión y los patéticos intentos de tragar aire.

"No te atrevas a hablarme así" le susurró al hombre, ahora, aterrorizado.

Un Policía, al ver que la gente se apartaba y paraba para ver qué es lo que estaba pasando, estuvo a punto de quedarse en shock para luego apuntarle a la cabeza.

"¡Deje a ese hombre si no quiere salir herido!- Harry se volteó y le dedicó una mirada tan escalofriante que una señora se había desmayado de la impresión." ¡S-se lo r-repito! ¡B-baje a ese hombre! " Ahora el pobre policía estaba temblando de pies a cabeza, ni siquiera podía apuntarle bien y las manos le sudaban. Harry lo miró directo a los ojos y descifró hasta el último de los secretos del hombre: él era un agente de la CIA encubierto, estaba sólo de paso por ahí, estaban sospechando que en ésta área había una banda de narcotraficantes.

Luego, Harry, cambió a una mirada de desprecio, esperaba encontrarse con un mago entrenado, una ola de decepción pronto se esparció por todo el pecho, pero no por mucho tiempo, por que una persona que estaba cerca y no se había atrevido a entrar en acción para que nadie saliera herido le gritó:

"¡LORD VOLDEMORT!" Harry se volteó para ver quién era. Así que sí había venido un mago, ahora que lo sentía, unos diez más. Los detectó por que desprendían magia por todos lados, aunque ellos pensaban que con ropas muggles perfectamente camufladas (para ojos normales) podrían esconderse de tan temible enemigo. Una ola de terror se extendió entre los presentes que deliberaban entre quedarse viendo o largarse de ahí. Algunos miraban divertidos la escena como si fuera todo un montaje de cámara escondida o algún reality show, de esos tan famosos.

"¿Diga?" le respondió Harry, pero sin dejar reaccionar al mago le tiró el sucio muggle que tenía todavía agarrado por la garganta en un brusco movimiento. El mago, sorprendido logró atrapar en el aire al muggle. Harry se dio cuenta que desvió la atención de todos los aurores, gracias a que le había puesto una maldición en que al muggle se convulsionara violentamente para luego morir dentro de una hora. ¡Si no lo auxiliaban pronto iba a morir! Harry lanzó una carcajada divertida, como de niño travieso. Los aurores sacaron las varitas al instante, "disimuladamente", al ver tal reacción. Muchos de ellos estaban haciendo un reconocimiento del territorio para cerciorarse de que no fuera una trampa.

Recorrió con la mirada a todos los presentes. Un balde de agua fría fue lo que sintió cuando vio la cara de alguien muy conocido y que no pudo olvidar en todas las vacaciones. Ahí estaba, esa cara sonriente y ese guiño tan pícaro que le mandó esa mujer. Harry pronto se acordó de algo que había olvidado muy tontamente: su principal meta era matar a Bellatrix… Y ahí estaba, coqueteándole de una manera despreciable. Eso sacó de quicio a Harry, levantó la varita y gritó con todo el odio del mundo:

"¡CRUCIO!" esta vez se acordó de la muerte de Sirius con toda su intensidad y lo concentró para enviárselo a Bellatrix en un rayo cargado de rabia. Gracias a ella ahora realmente quería que sufriera, incluso más de lo que él había padecido.

La gente atónita, miraba a la mujer que se retorcía del dolor que le causaba esa maldición. Algunos trataban de ayudarla, pero al momento en el que la tocaban, ella gritaba de agonía, como si el que el que trataba de ayudarla, estaba apuñalándola a morir. Esta vez Harry era el que tenía control de la situación y nadie podía hacer nada para remediarlo.

Excepto que no sabía cuan equivocado estaba.

Un mago se había dado cuenta que Lord Voldemort se guiaba por que podía sentir las presciencias de magia. Entonces tenía que atacarlo no-mágicamente, o sea, del método más primitivo que tenía el ser humano para defenderse: conjuró un gran palo de metal y le dio con todas sus fuerzas a la cabeza del mago más temido desde hacía más de veinte años.

No esperaba que diera resultado, pero tenía que intentarlo. Se sorprendió cuando sintió, ya que cerró los ojos, que el gran metal impactaba contra la cabeza escondida bajo una capucha.

Harry sintió como si algo le partiera la cabeza en dos, rompió el contacto con Bellatrix, que estaba jadeando por el dolor psicológico. ¿Quién fue el que se atrevió a pegarle? Pensó dolorosamente. Estaba en el borde de la inconsciencia, se sorprendió al notar lo débil que era su cuerpo. Sintió que todo ruido cesaba. ¿Otra vez? Pero se dio cuenta que esta vez era por una razón diferente. Nadie se movía. Se volteó para ver quién era el que le había pegado. Fue grande la impresión al ver que iba a ser golpeado por segunda vez. Se cubrió el rostro para evitar el impacto… Pero no sintió nada: ni dolor, ni impacto. Abrió los ojos para encontrarse con una persona totalmente petrificada en el movimiento. Tenía los ojos cerrados, pero pudo reconocer a la persona que lo estaba atacando. Era Tonks.

Un vuelco del estómago le hizo ver la realidad: estaba totalmente rodeado y ésta era la oportunidad de escapar. Pero… ¡No podía dejar que Bellatrix se le escapara! Miró hacia donde estaba Bellatrix. Lo que vio lo dejó tan petrificado como las otras personas a su alrededor… La persona que estaba en el piso no era Bellatrix… ¡Era Snape!

Un punzante dolor le causó un ligero mareo. Se tocó la cabeza y encontró un gran tajo, tenía toda la capucha manchada de sangre y se sentía mal. Tenía ganas de vomitar. Se concentró en cambiar su apariencia, le causó un gran dolor en la herida, sentía como si se hubiera rajado el cuerpo entero cuando cambió de identidad.

Ya estaba exhausto y no daba para más. Se deshizo de la capucha, la envió a su cuarto en Privet Drive y también se limpió como pudo de toda la sangre que había derramado. Creó un holograma de Voldemort e hizo que le mandara un hechizo, así, cuando el tiempo transcurriera normalmente, parecería que él había herido a un pobre niño de diez años de tez blanca y ojos azules que miraba el espectáculo, pensando que eran los encargados de los efectos especiales de Hollywood que habían hecho toda esa treta.

Concentrándose en volver el tiempo a la normalidad, vio como Lord Voldemort le apuntaba con la varita. Harry miraba a la gente como pidiendo ayuda, se acercaba la ráfaga de luz azul, peligrosamente afilada. Harry hizo como un intento de zafarse y justo la luz le rozó la parte de atrás de la cabeza.

El holograma se dio la vuelta, miró a la aurora que le había pegado hace un momento y, concentrándose en mandarle una mirada de lo más tenebrosa, torció la boca en una mueca que se asemejaba a una sonrisa, desapareció con un movimiento de la varita (que por cierto la varita venía con el holograma, no es que Harry tuviera una).

Ya estaba hecho… Un fuerte mareo, parecido al de cuando había estado envenenado, se hizo presente, indicando que no iba a ser ignorado por más tiempo. Y repasando la situación una vez más, cayó rendido en los brazos de una señora muy amorosa: la inconciencia.

Un punzante dolor de cabeza lo hizo volver a la realidad. Todo le daba vueltas y se sentía débil y mareado. Abrió los ojos lentamente. La enfermera se dio cuenta de que estaba despierto y le dedicó una sonrisa de compasión. ¿Dónde había llegado a parar esta vez? Miró a su alrededor: blanco, blanco… Era obvio que era un hospital, pero… ¿Cuál?

"¿Donde estoy?" una voz que no era la de él salió de su maltrecha garganta.

"En San Mugo, cariño… estuviste muy mal, pero gracias a que eres muy fuerte vas a estar bien. " Hizo una pausa para ordenar lo que sea que estaba ordenando "¿Cuál es tu nombre? ¿Dónde están tus padres, corazón?"

"Harry Potter, señora" La enfermera lanzó una risita.

"Eres gracioso pequeño, ahora en serio, ¿Cuál es tu nombre?" aún tenía la cara sonriente por el comentario del pequeño.

De repente todo se le vino a la memoria: lo que había hecho y lo que le habían hecho… Pero era un sueño… Él no podría haber hecho eso. Se había puesto pálido y la enfermera se dio cuenta del cambio de humor. Quizás no debería haberle preguntado tan bruscamente, era aún un niño y quizás no había asimilado el ataque del señor oscuro.

"Voy a llamar al doctor para asegurarme de que estés bien. ° Y salió cerrando muy despacio la puerta para no incomodar al enfermo.

Cuando la enfermera por fin lo dejó solo, como acto de reflejo, se llevó la mano a la parte de atrás de la cabeza, tenía un vendaje que le tapaba casi toda la parte de atrás. Había sido una herida grande la que le había provocado Tonks… Esa era la prueba de que no era un simple sueño.

Intentó incorporarse, pero no tuvo las suficiente fuerza como para poder sentarse, así que la cama, como leyéndole el pensamiento, se amoldó a la postura que él quería adoptar. Así que estaba en San Mugo… ¿se habían percatado de que era un mago? Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por la entrada de un agitado doctor que se notaba que tenía mucho trabajo.

"¡Aquí está el pequeño valiente!" Le sonrió al ver que ya estaba despierto su paciente. Era un hombre que se notaba que tenía muchos años de experiencia pero era joven aún. "¿Te duele algo?"

"No." Le contestó despacito. Se suponía que todavía era el chico de diez años, trastornado por la terrible experiencia que había sufrido.

"Dime chico, tus archivos no están y eres un mago. ¿Tus padres todavía no te han inscrito en el archivo de magia?"

"¿Soy un mago?" fingió sorpresa. El doctor frunció el ceño.

"¡Claro que eres mago! Cuando quisieron ayudarte para que pararas de perder tanta sangre, no pudimos ayudarte hasta que vino el mismísimo Albus Dumbledore para desactivar el escudo que activaste. ¡Uno muy poderoso, por cierto!" se notaba que el doctor estaba excitadísimo al darle esa noticia. ¿Albus Dumbledore? ¿El vejete Dumbledore? Sintió una punzada en el estómago. Él era mas listo de lo que muchos pensaban tenía que ir con cuidado para que él no se diera cuenta de lo que tramaba Harry. Una vez más no pudo con sus pensamientos por que en ese momento se abría otra vez la puerta, dejando entrar a nada más y nada menos a Albus Dumbledore.


N/A: hasta aquí nomas lo dejo… ahora que estoy en vacaciones voy a retomar lo que hace tiempo atrás dejé en el olvido: Mis tareas.

Jejeje… era broma… lo que si voy a retomar es el ffic… hace casi un año que lo dejé de lado!!!! Hace como un mes atrás recibí un review pidiéndome que lo siguiera… muchas gracias por insistir… yo pensé que este ffic ya había muerto!

Ahora… los dejo con su imaginación y los reto a decirme que va a pasar después!

Gracias por los reviews!

Kisses,

Consuelo