Corría el año de 1882 en el pueblo de Musutafu, un poblado al sur de Inglaterra, la felicidad de una pareja joven se vio bendecida con la llegada de su primogénito, su madre Inko con el corazón lleno de amor lo nombró Izuku, fue recibido con los brazos abiertos por su padre Hisahi, admirando sin negar el parecido que tenía su bebe con su hermosa esposa, cabello rebelde de tono verde y un par de esmeraldas brillantes.
La familia era de clase media, pero Izuku creía que tenían lo suficiente como para vivir de manera honrada, los Midoriya provenían de una familia herrera que había desempeñado ese papel por más de 100 años, a partir de los 6 años se le comenzó a enseñar el gaje del oficio familiar desde entonces aprendió a moldear y forjar los metales como hierro, cobre, oro o plata dependiendo del valor de la espada. El niño no era de muchos amigos, pero el destino prometía lo contrario.
En un día de otoño de 1890, el pequeño peliverde se adentró al bosque Len-fa en búsqueda de aventuras que fueran más allá de la zona donde sus padres le permitían jugar sin límites, desde que escuchó la leyenda de que una criatura habitaba ese lugar en los rincones más recónditos tenía curiosidad por descifrar que tan real era.
Le encantaba actuar como All Might, un caballero real que servía y protegía en el palacio de Belheim, nadie en el poblado sabia a quien le pertenecía ese magnifico castillo, los rumores nunca faltaban con respecto al enigmático dueño, las señoras contaban de que se trataba de un príncipe que había sido desheredado, humillado y desterrado de la monarquía anterior, otros que era propiedad de un lord o conde que sirvió en las guerras contra All for One, ya saben, puros chismes de campesinos.
El bosque Len-fa estaba habitado por arboles de roble, olmo y haya; su fauna no era diversa, se componía de zorros, conejos y ciervos, lo típico que se podría esperar de un bosque inglés, Y ahí estaba dispuesto a desmentir una fantasía que los lugareños usaban para espantar a los infantes, frente a él se abría un pequeño sendero junto a un enorme árbol de roble oscuro, a pesar de que el miedo lo consumía, su curiosidad era demasiada, dio el primer paso para adentrarse por el camino que le dirigía a la mitad del bosque, al terminar su camino se encontró con una cabaña olvidada y envejecida por el pasar del tiempo.
Entró al lugar esperando encontrar algo, solo recibió decepción al ver toda la cabaña vacía sin rastros de algún "monstruo", pasó el tiempo y se quedó hasta el final del día, cuando el sol se oculto él regreso a su casa con tranquilidad, pero con la sensación de a ver sido observado durante todo el trayecto.
Sin saberlo, había llamado la atención de un inmortal que lo vio entrar al bosque, esperando a que fuera un incauto estúpido al que pudiera comer, con lo que no contaba era que fuera un pequeño niño de 8 años el que tuviera la valentía suficiente como para entrar a su zona de caza, la intriga solo aumento con el pasar del tiempo y al ver como entraba a la cabaña abandonada, vio la oportunidad para acabar con él.
Vio valía en el infante, por primera vez en siglos un humano era capaz de llamarle la atención, desde ese momento, el vampiro Katsuki Bakugou sello su destino, encontraría en ese humano lo que mas anhelaba en su existencia, terminar con su periodo de soledad infinita.
