Izuku se levanto al día siguiente con un terrible dolor en todo su cuerpo y una jaqueca del infierno, sin recuerdos de lo ocurrido anoche se levantó para ponerse otro cambio de ropa para iniciar su viaje de regreso a Londres.
Salió de su habitación para poder despedirse del anfitrión que lo acogió por una noche en su hogar, se lo encontró en la sala de estar principal, le saludo y le agradeció por la maravillosa fiesta, pero antes de irse, un escalofrió recorrió por su espalda, volteo su mirada a la del conde, esmeraldas y rubíes conectaron por un breve instante, el vampiro le miraba con añoranza de volverse a topar con Izuku y el humano solo mostro curiosidad, quería saber qué significado tenía esa mirada que estaba dedicaba hacia él.
Sin más, se subió el carruaje y puso rumbo de regreso a la ciudad de Londres.
Katsuki siguió con la mirada el carruaje que se alejaba, pensando en que su nithilam tendría una vida larga, la próxima vez que lo visitara en su lecho. Tan hermoso como una perla, siendo este el significado de aquella palabra que marcó su eternidad.
