Capítulo 34 "La verdad es dolorosa"
Azize se quedó mirando a Hilal hasta que la chica finalmente hizo lo que ella esperaba, cerró la ventana y se sentó a su lado, la culpa visible en sus rasgos, y la rabia también, Hilal era una chica muy orgullosa y se jactaba siempre de hacer lo correcto…
-Mamá…
-Es el teniente León… lo se… ni siquiera te molestes en negarlo…- le dijo con seriedad y la chica ensayó miles de respuestas en segundos, sin saber cómo explicarse.
-Nos enamoramos…- dijo finalmente.
-Y yo que creía que la más irreflexiva era Yildiz…
-Mamá…
-Creí que me costaría más expresar lo que siento… te juro que trato de entender… pero me cuesta mucho imaginarme las consecuencias de esto…
-Él está dispuesto a dejar el ejército… no quiere ser responsable de la pérdida de ninguna vida de nuestros compatriotas…
-¿Y tú te alejarás de la resistencia? - djio y sacudió la cabeza, ¿a quién quería engañar Hilal?- este amor es sumamente inconveniente…
-Creí que tú me entenderías…
-Nunca lo hiciste realmente, porque nunca confiaste en mí…- Azize fue cortante, aún le dolía que su hija no hubiera confiado en ella.
-No encontré la forma de decirlo… pero creí que de todas las personas, tú me entenderías…
-¿Te refieres a que tu padre ahora viste el uniforme griego? Yo me casé orgullosa con un soldado del ejército otomano y me enamoré de él perdidamente, ahora no estoy orgullosa de él, pero el amor no cambió, aunque por momentos creí que lo había hecho… tu situación es distinta…
- Me refiero a que eres mi mamá…
-Hilal… yo no dudo de que tu amor con el teniente León sea genuino… pero no puedo imaginar la situación en la que puedan ser felices sin tener problemas y eso no es lo que tu papá y yo queremos para ti…
-Creí que papá estaría feliz…
-No lo se… estar con ese hombre te alejaría de la religión…
-Mamá…
-La gente está comentando cosas… yo até cabos cuando tu papá me dijo que había tenido una conversación con el general Vasili porque le dijeron haberlos visto a ti y al teniente muy cerca, discutiendo en la calle… y él está preocupado porque muy en el fondo, debe imaginarse lo que sucede…
-¿Qué voy a hacer?- dijo con preocupación.
-Lamentablemente siento que cualquier cosa que te diga la tomarás como una presión… no quiero que sufras, pero siento que es inevitable…
-Se que haces un esfuerzo y te lo agradezco… te pido que confies en mí, mamá…
-Yo te amo, hija… y siento que estás complicándote la vida con algo así… y la idea de verte infeliz, sufriendo no me gusta para nada… te daré algo de tiempo, tú eres una mujer inteligente, siempre lo has demostrado, espero que puedas pensar en la forma de que todo esto tenga una solución adecuada…- dijo y luego de besar su mejilla, se levantó con cuidado y se dirigió a la puerta- si decides irte, no vuelvas tarde y si tu papá te descubre, estás sola…
Hilal sonrió, ella sabía que, en el fondo, su madre trataba de entenderla y apoyarla, aunque su elección no le gustara o le pareciera inadecuada…
Cuando Azize entró a su habitación, luego de saludar a mamá Hasibe que se había ido a descansar, se sorprendió al no encontrar a su marido.
Se preguntó si había sucedido algo que lo había alejado de la casa a esa hora. Se desvistió despacio y se preparó para dormir, realmente estaba agotada…
Se asomó a la ventana y pensó en sus hijas, seguramente, Yildiz estaba disfrutando de su vida de recién casada junto a su marido, un hombre adecuado… y Hilal… probablemente estuviera junto al teniente León… obligada a la presión de la incertidumbre acerca de su futuro…
Sintió pena por ese destino marcado por la guerra y el hecho de que su hija estuviera en bandos contrarios con su amor… ese amor que parecía sincero… aunque ella tenía algo de reparos con respecto al teniente… tal vez fueran prejuicios, tal vez estuviera equivocada, pero sentía que no podía confiar demasiado en él… y ahora se le planteaban dudas porque sabía que su hija, más allá del amor que pudiera sentir, no podría estar cerca de alguien que tuviera intenciones de dañar ese genuino sentimiento patriótico que ella tenía…
Cerró la ventana, preguntándose una vez más dónde podría estar su marido y entonces, vencida por el cansancio, se acostó…
Cerró los ojos y perdió la noción de todo… tuvo sueños extraños, algo angustiosos y no lo escuchó volver.
Cevdet se quedó mirándola mientras se quitaba la ropa. Azize era la única persona que le recordaba todos los días quién era él y qué era lo que estaba haciendo… cuál era su papel en esos días complicados…
Se acomodó a su lado y la escuchó quejarse un poco, quizás algo molesta porque él le había alterado el descanso…
-Descansa, mi vida…- le dijo suavemente en su cuello, besándola delicadamente y ella respondió con un suspiro placentero.
-Bienvenido…- le dijo con la voz adormilada.
-Gracias… eres mi hogar… mi vida… te amo…- murmuró y Azize abrió los ojos.
-Cevdet…- le dijo y giró para mirarlo. Aún en la penumbra sentía que sus ojos no podrían mentirle… algo sucedía…
-Descansa…- repitió él, perdido en sus ojos.
-¿Qué pasó? ¿adónde estabas?
-No te preocupes… ya estoy aquí… solo quiero dormir en tus brazos…- le dijo con la voz entrecortada por algo que parecía emoción.
-Cevdet… por favor, cuéntame…- le dijo casi obligándose a mantener los ojos abiertos.
-Estoy muy cansado… siento que cada complicación es un mundo y me cuesta trabajo seguir adelante…
-¿Qué dices?
-Eso… tú sabes que tengo mis convicciones, que he hecho muchos sacrificios, pero cuando las cosas se complican y cada vez se ve un futuro más negro…
-Mi vida… es natural que te sientas así, no serías humano… yo estoy aquí… te apoyaré en todo lo que sea necesario… y si tengo que morir por ti…- dijo y él colocó un dedo sobre sus labios.
-Tú no morirás por mí… no lo harás…
-Tú tampoco… promételo…
-Azize…
-Saldremos de esta como hemos salido de todas las anteriores… viviremos juntos hasta que seamos dos ancianos y nuestros hijos tomen nuestras manos para despedirnos a ambos… no podré respirar si no te tengo… y se que tú tampoco… mírame Cevdet… seguiremos luchando hasta que podamos y luego nos dedicaremos a vivir lo que todavía no hemos podido vivir…
-¿Qué es lo que no hemos podido vivir?
-Quiero conocer lugares en los que nunca estuve… quiero entrelazar mis dedos con los tuyos y que ambos nos sorprendamos de las maravillas que alguna vez vimos en los libros… alguna tierra lejana… y quiero seguir abrazando a mis hijos contigo… especialmente a este que llevo dentro de mí…
-Lo haremos…- le dijo sonriendo, ella siempre lograba sacarlo de ese estado de depresión que le provocaban las complicaciones que se le presentaban por momentos- te prometo que haremos todo eso… juntos…
-Lo se… es como si lo estuviera viendo… y si puedo verlo, entonces sucederá…- le dijo ella y besó sus labios con suavidad.
-Te amo, Azize… ¿te das cuenta por qué es que no podría sobrevivir si no te tengo?
-No digas tonterías…- le dijo ella acariciando su barba- podrías sobrevivir… pero me echarías de menos… y no habría quién curara tus heridas como yo…- le dijo y se mordió el labio con suavidad.
-Es cierto…- le dijo y la hizo girar, para amoldar su cuerpo al de ella, sus manos acariciando su vientre, su respiración suave en la nuca de ella… a salvo…
Y fue allí que Cevdet tomó una decisión…
Esto sigue pronto! Gracias por darle una oportunidad!
