La calma después de la tormenta
La noche lúgubre cae sin piedad, cubriendo su figura... húmeda por las inclementes gotas lluvia que empapan cada centímetro de su fría y pálida piel.
Lo bueno de la lluvia ahora es que nadie se da cuenta que estoy llorando
El frío se coló hasta lo más profundo de su piel y la fiebre nublaba sus pensamientos. Calor y frío a la vez… era una sensación extraña.
Ahora bien, su misma naturaleza es así, contradicciones que de alguna manera habían encontrado equilibrio en su cuerpo, en su alma. Dos fuerzas opuestas que combinadas resultaban exquisitamente complementarias.
Hace muchas horas que camina, aparentemente sin rumbo fijo… pero sabe que tiene un destino, y a pesar de que mucho trata de no volver siempre termina regresando. Sin darse cuenta ya lo había convertido en parte de su rutina, como algo esencial en su vida
Como todos los demás, he quedado fascinado contigo… pero tu no me estás permitido
¿Porqué pensó que podía encontrar consuelo en él? No se puede confiar en nadie, porque tarde o temprano te traicionará. ¿Para qué arriesgarse de nuevo? Su frágil corazón fue herido más veces de las que pudo recuperarse, una y otra vez… cada vez con más fuerza…
Tu hablas de mi amor como si hubieras experimentado uno como el mío antes
La felicidad… no es para él. No mereció el amor de quienes le dieron la vida ¿porqué el suyo sí? Es más de lo que puede merecer. Ni siquiera puede quererse a sí mismo, entonces ¿cómo podía pretender amar a alguien más?
Aún así sabía que nunca había admirado a alguien de esa manera, que nunca había sentido tanto respeto por alguna persona, y sí… le tenía envidia. Le tenía envidia porque aún cuando pasó muchas adversidades al final encontró su felicidad y se había convertido en el ser más perfecto que puede haber. Al contrario de él, que no lograba reponerse después de una traición, porque sentía que el sufrimiento lo arrastraba hasta hundirlo cada vez más hasta ahogarlo en tristeza, sin tener las fuerzas suficientes para seguir adelante. Lentamente… estaba muriendo.
Tu eres todo lo que necesito… talvez por eso es que no puedo odiarte
La lluvia cesó, y un rastro de gemas negras resplandeció entre la oscuridad de la noche.
Solo a unos metros de su destino, pero ya no tenía energías para continuar. Los recuerdos de su agradable aroma y la dulzura de su voz lo envolvieron en un cálido abrazo de luz, antes de llevarlo de vuelta a la oscuridad a la que pertenecía… todo tan oscuro, tan frío, tan húmedo.
Ojalá supieras que mi último pensamiento fue para ti, porque te amo.. y por ti hago lo imposible aunque haya muerto
Nota de Autora: Ya… esta vez ya no sé que hice… --U debí dejarlo en el tacho de la basura de dónde fue que salió. Culpo a la enfermedad que ahora tengo… me duele mi garganta xx
