N. del A.: Ooohhh 2° capítulo... este está más largo... Pokémon no me pertenece ni tampoco me pertenecen todos aquellos personajes que no haya inventado yo. =)
-Capítulo II: El Bosque-Terry se internó en el bosque. Era tal como lo recordaba, lleno de vida y un poco de misterio. Las primeras veces, a medida que avanzaba, parecía que, mientras delante de él el bosque se abría lleno de vigor, detrás de él se cerraba como una especie de trampa, lo que le sorprendía y le asustaba al mismo tiempo. Pero eso había sido antes. Ahora lo veía sólo como el bosque que era, el viejo Bosque Turquesa. Siguió adentrándose en el bosque, y a la vez en sus recuerdos. Cosas buenas y malas le habían sucedido allí. Varias de sus "primeras" capturas de Pokémon, pero el bosque también había sido escenario de algunos de los robos del Equipo Rocket. Se estremeció. "No pienses en eso", se dijo. "Mejor pensar en entrenar a tu Eevee, no querrás que te encuentre un novato y te derrote"
Se detuvo. Sacó a Eevee de la Pokebola y le habló lenta y pausadamente. Le explicó que desde ahora trataría de ser su amigo, y que no le haría daño. También le contó del viaje Pokémon que harían, y que confiaba en él. Eevee escuchaba atentamente, y asentía con la cabeza, dándole a entender que lo ayudaría. "Si algo he aprendido en mis otros viajes", pensó Terry, "es que a los Pokémon hay que tratarlos con respeto" Luego recordó los problemas que había tenido con otros Pokémon y cómo los había superado. Tuvo que alejar los recuerdos de su mente. Le dolía pensar en los Pokémon que había tenido antes: ahora debían de estar en manos del Equipo Rocket.
"¿No ibas a entrenar a Eevee?", le recordó una vocecita en su cabeza. Terry despejó sus pensamientos y comenzó a caminar junto con Eevee por el bosque. De vez en cuando parecía que unos ojos los observaban, y a menudo Terry volteaba para comprobar que eran Pokémon, en su mayoría del tipo Insecto. Conocía a la mayoría de ellos: Caterpie, Weedle y Ledyba, pero huían enseguida. Terry logró incluso divisar unos pocos Heracross y Pinsir, de los cuales procuraba alejarse. De pronto, un Caterpie se atrevió a salir de entre los arbustos, quizás inocentemente atraído por la presencia extraña en el bosque. Al instante, Terry vio la oportunidad de entrenar un poco.
- ¡Eevee, a pelear!
Parecía que Eevee hubiese esperado toda una vida para oír aquellas palabras. Se afirmó en sus cuatro pequeñas patitas, dispuesto a dar todo de sí. Viendo esto, Caterpie arremetió contra Eevee. Terry no lo pensó dos veces.
- ¡Eevee, Gruñido!
El pequeño Eevee lanzó un agudo gruñido que parecía no atemorizar a nadie, pero el aun más pequeño Caterpie, intimidado, detuvo su Embestida en seco. Era su oportunidad.
- ¡Ahora embístelo tú! -le dijo Terry a Eevee.
Eevee iba decidido en dirección a Caterpie, que se mantuvo firme, sin moverse un solo centímetro. Repentinamente, comenzó a emitir una especie de seda de su pequeño hocico.
- Es un Disparo de Seda... ¡Esquívalo y Embístelo de costado!
El Pokémon de Terry obedeció al instante y giró instantes antes de que la seda lo alcanzase. Caterpie giró para seguir apuntando hacia Eevee, pero éste fue más rápido y le dio una embestida con todas sus fuerzas. El ataque fue suficiente para dejar desmayado al Pokémon salvaje.
- Eh... creo que fue demasiado. Perdón, Caterpie (^^U) nos excedimos. De todas formas, te recuperarás pronto si descansas.
Pero entonces, Caterpie liberó un horrible olor de su antena y corrió a esconderse en las espesuras del bosque. Para Terry no importaba. Podría haberlo atrapado, pero Butterfree no era un Pokémon que le atrajese mucho. Además, guardaría sus Pokebolas para mejores Pokémon: los Caterpie son muy comunes.
Guardó a Eevee en su Pokebola para que descansase. Terry notó que el bosque estaba más callado que de costumbre. "Seguramente los otros Pokémon se habrán asustado al ver la batalla. Asimismo, no es probable que la familia de Caterpie nos ataque. Los Caterpie y Butterfree no son conocidos por su agresividad" se dijo para tranquilizarse. Siguió avanzando por el bosque. En lo alto se escuchaban los piares y graznidos de algunos Pidgey y Spearow. Hasta el momento, todo iba bien.
* * *
Ya se acercaba el atardecer cuando se detuvo, hubiese seguido hasta que fuese de noche, pero su estómago lo obligó a detenerse. A lo largo del recorrido, Eevee había luchado ya con varios Caterpie, Pidgey y Spearow, y, aunque no había atrapado a ninguno (sabía que en el bosque debían de haber mejores Pokémon), estaba satisfecho, pues Eevee ya podía usar el Ataque Rápido. Llegó a un claro del bosque y sacó a Eevee de su Pokebola, pues ya debía de estar hambriento. Su Pokémon lo saludó con su particular vocecilla aguda.
- Eevee, ¿podrías ir a buscar algunas ramas? Comeremos y pasaremos la noche aquí, y me gustaría hacer una fogata -le dijo Terry. Eevee asintió al oír que comerían.
Así, Eevee se aprestó a buscar ramitas, las que traía de rato en rato en su hocico. En minutos, la fogata estaba ardiendo cálidamente.
- Gracias, Eevee. Yo haré el resto, pero no te alejes mucho- dijo Terry mientras avivaba el fuego. -Bien. Ahora comeremos- siguió mientras sacaba algunas provisiones de su mochila, para Eevee y para él.
A Eevee no parecía agradarle mucho la comida Pokémon que le sirvió Terry. En cambio, era evidente que prefería las frutas que Terry estaba comiendo. Éste no dudó en convidarle un poco de lo suyo. Luego de la comida, se prepararon para dormir, pues ya había anochecido. Terry guardó a Eevee en su Pokebola, apagó la fogata, desenrolló su saco de dormir y se dispuso a descansar.
* * *
Abrió los ojos. Estaba boca arriba, mirando las copas de los árboles que se alzaban sobre él. Se vistió rápidamente y ya estaba guardando sus cosas cuando lo vio. Estaba comiendo sobras del plato de Eevee. Por su forma, color, las largas orejas y el cuerno en su cabeza, sólo podía ser...
- ¡Un Nidoran macho! -se dijo Terry en voz baja. Nunca había visto uno salvaje, y menos en el Bosque Turquesa, y tampoco sabía demasiado acerca de ellos -Debo atraparlo. Vamos, Eevee.- completó lanzando su Pokebola.
Eevee lanzó un largo bostezo al salir de su sueño; luego se desperezó, comprendiendo que esto era una batalla.
- Escucha, Eevee. ¿Ves ese Nidoran? -le dijo Terry en voz baja, intentando que el Pokémon salvaje no lo escuchase. Sus esfuerzos fueron en vano: el Nidoran levantó las orejas, sin dejar de comer. Definitivamente los había oído.
Terry se incorporó de un salto y ordenó a Eevee aprestarse a la batalla. Eevee se acercó al Nidoran, que rápidamente se interpuso entre el Pokémon de Terry y la comida. Terry sacó su PokéDex y apuntó al Pokémon salvaje: de algo le serviría saber del enemigo.
"Nidoran Macho, el Pokémon de las Púas Venenosas. Los grandes oídos de este Pokémon le permiten escuchar intrusos en su territorio" -indicó el PokéDex, dando información inútil.
- Oh, qué útil... -replicó Terry, apretando un botón.
"El macho de esta especie de Pokémon tiene púas más largas y en mayor número que la hembra. También se dice que su veneno es más potente..." -Terry presionó el botón que accedía a los ataques- "Los ataques básicos del Nidoran Macho son la Mirada Penetrante y la Embestida.
"En niveles más altos, este Pokémon aprende a usar el Picotazo Venenoso, el Ataque de Cuerno, la Doble Patada, el Foco de Energía, el Ataque..." -Terry cerró de golpe el PokéDex y lo guardó en su bolsillo, haciendo caso omiso de la voz metálica que ahora salía de su pantalón. Definitivamente, había veces en que el PokéDex lo fastidiaba. Al menos era un alivio saber que era improbable que el Nidoran supiese usar su veneno.
- ¡Eevee, ve y embístelo!
Error. El Nidoran usó su Mirada Penetrante, haciendo retroceder a Eevee. Una vez más, Terry necesitó la ayuda del PokéDex. Lo sacó de su bolsillo y apuntó nuevamente.
"Nidoran Macho, el Pokémon de las Púas... " -alcanzó a decir la extraña voz.
- ¡Eso ya lo sé! -dijo Terry, apretando el botón de avanzar hasta que...
"Mirada Penetrante: este ataque reduce las defensas del enemigo, debilitándolo contra ataques físicos" -dijo entonces el PokéDex mientras el Nidoran se disponía a embestir.
- ¡Esquívalo, Eevee! -le ordenó Terry. Eevee obedeció al instante -¡Ahora usa tu Ataque Rápido!
Como un rayo, Eevee embistió al Nidoran, que fue a dar contra un árbol. "Es mi oportunidad" pensó Terry. Lanzó una Pokebola al Nidoran, que luego volvió a su mano con el Pokémon en ella. Terry podía sentir cómo el Pokémon intentaba liberarse, moviéndose la Pokebola en su mano.
Al fin, ésta se detuvo. Terry tardó en reaccionar, pero lo hizo: ya había capturado un Pokémon. Tampoco se emocionó mucho (ya lo había hecho varias veces) pero se sintió feliz. Le mostró la Pokebola a Eevee, explicándole sobre su nuevo amigo. Sacó a Nidoran de la Pokebola para que se conociesen.
Al principio, Nidoran se mostró de mal humor, pero todo pasó con un poco de comida (U¬¬)
Terry terminó de empacar, guardó a sus dos Pokémon en sus respectivas Pokebola y echó a caminar. Al cabo de poco tiempo ya había salido del bosque, y no muy lejos se divisaba la ciudad Turquesa.
