Nah, no se si es necesario en cada capítulo pero igual: Pokémon no me pertenece (T_T) pero sí aquellos personajes que yo haya creado.
¡¡¡Denme consejos para mejorar!!!
—Capítulo VI: Emboscada—
Unos días habían pasado ya desde el encuentro con Ana, y su camino seguía.
Ya anochecía, y los chicos habían llegado a una zona de moderada vegetación. El sendero que seguían ya era difícil de ver, y, como no tardaba en oscurecer, decidieron dormir bajo aquellos árboles.
Comenzaron a desempacar todo aquello que necesitarían. Mientras Terry desenrollaba su saco de dormir, observó a su alrededor. El aire era fresco y corría en una suave brisa por entre los árboles.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro del joven entrenador. Se recostó, brazos y piernas extendidos, boca arriba sobre su bolsa de dormir. Las estrellas comenzaban a hacer su aparición, una por una, en el cielo nocturno.
Una brillante luna llena completaba el espectáculo.
Pero entonces, Terry escuchó aquel sonido. Movimientos entre los arbustos, quizás... pero el ruido cesó antes de que pudiese cerciorarse de nada.
El preguntarle a Ian fue inútil: él no había escuchado nada. Y aunque sacó a Nidoran de su Pokebola, el Pokémon no escuchó ni el más mínimo sonido, aun con sus sensibles oídos.
- Estás paranoico... -le dijo Ian, divertido -Duerme, te hará bien.
Era cierto. Quizás sólo lo había imaginado. Sacudió la cabeza, convenciéndose de que no había sido real.
Terry ya había devuelto a Nidoran a su Pokebola hace bastante rato cuando se pudo escuchar con claridad algo entre los arbustos. Terry e Ian se incorporaron de un salto. Se acercaron, paso a paso, hasta que apartaron los arbustos para no encontrar nada. O al menos eso creían.
Dos figuras negras aparecieron ante ellos, saltando desde los árboles. Personas vestidas de negro, con una R roja en el pecho.
No podía ser. Los había olvidado por completo. ¡Tenía que haberlo previsto! ¡Siempre atacaban así...!
- El Equipo Rocket -dijo una de las siluetas -está aquí para tomar a sus Pokémon. Entréguenlos o sufrirán las consecuencias.
Terry los miró unos segundos, paralizado. El miedo recorrió en un segundo su cuerpo, helándole la columna. El corazón le latía con tal fuerza que sintió que se le saldría. Pensó en Eevee. Tan poco tiempo había pasado con él...
Tendrían por lo menos unos cinco años más que él, y aunque tuviese a sus Pokémon, ¿podría usarlos?
Llevó una mano a su espalda, hacia el cinturón de sus Pokebolas, pero uno de los Rockets le siguió la mano con la mirada. "Maldición, maldición..." repitió Terry entre dientes.
- ¿Quieren robar nuestros Pokémon? -preguntó Ian. Terry giró la cabeza hacia él.
Comprendió lo que su amigo intentaba hacer. En silencio, Terry rezó por que los Rockets fuesen lo bastante estúpidos como para distraerse.
- Me gustaría saber los nombres de aquellos que nos robarán... -continuó Ian, no tan nervioso como Terry.
"Claro" pensó Terry con amargura"a él no lo han atacado 5 veces..."
- Conque crees que sabiendo nuestros nombres los policías nos encontrarán, ¿no? -dijo un Rocket, que parecía ser un poco más astuto que el otro.
"¿Cayeron?" pensó Terry
-Bueno, no es que importe mucho. Mi nombre clave es Seth, y el de mi compañero es Thot. Y si crees que eso te servirá de algo... espera. -se detuvo de pronto, mirando atentamente a Ian.
Éste pareció súbitamente preocupado. El chico dio un paso hacia atrás, y el Rocket uno hacia delante.
- ... tú... ¿no eres...?
Pero para ese momento, Terry ya había tomado una Pokebola y la lanzó con fuerza a la cara de Thot, quien retrocedió con la Pokebola estampada en su rostro.
Aprovechando la confusión, los chicos se pusieron a una segura distancia de los Rockets. La Pokebola cayó al suelo y se abrió, liberando a Beedrill.
- Si quieren tomar a nuestros Pokémon... ¡tendrá que ser por las malas! -les dijo Terry.
- No es algo que represente un problema... Kadabra, ve. ¡Confusión! -dijo Thot lanzando su Pokebola.
El Pokémon psíquico salió de la Pokebola con un aspecto amenazador. Miró a Beedrill y extendió su brazo derecho hacia el insecto, con una cuchara plateada apretada en las garras. Ambos Pokémon brillaron unos segundos con un resplandor azul.
El Pokémon de Terry cayó al suelo, derrotado.
"Kadabra, el Pokémon psíquico. Su cuerpo emite ondas alfa que causan dolores de cabeza a aquellos que se acercan a él", fue lo que dijo el PokéDex. Entonces las cosas se pusieron peor.
- Grimer, Gastly, ¡Vayan por ellos! -dijo Seth lanzando sus Pokebolas.
Luego de consultar su PokéDex, Terry supo que las cosas no estaban muy bien.
No podía atacarlos de forma directa, y sus Pokémon no conocían ataques a distancia, excepto por los Picotazos Venenosos de Beedrill, inefectivos contra los tres Pokémon de los Rockets.
Sacó a Nidoran y a Eevee de sus Pokebolas, pero no sabía qué hacer: los ataques físicos no afectarían a Gastly, pues era un tipo Fantasma, y tampoco a Grimer, pues era una masa blanda y venenosa...
- Eevee, ¡un Cabezazo a Kadabra! -ordenó Terry, pero el ataque fue detenido por una Confusión sin problemas.
- Acábalo con un Rayo Psíquico, Kadabra -dijo Thot.
El Pokémon psíquico apuntó una vez más su cuchar, la otra garra detrás para contener y apuntar su energía. Un rayo arcoiris fue disparado hacia el Pokémon de Terry.
Éste sabía que su Pokémon no resistiría el poderoso ataque. Pero el rayo no llegó a su destino. Ian ya había sacado a Drowzee y le había ordenado detener el ataque.
- Nuestros Pokémon son más poderosos que los de ustedes, aunque tengan más. Sus Pokémon no resistirán por mucho. -replicó Seth, con una voz fría.
Terry se preguntó cómo sabrían eso. Sin embargo, tuvo que concentrarse en la batalla, si en realidad quería tener alguna oportunidad.
Los Pokémon de los Rockets atacaban con fiereza y sin compasión. Cada vez que uno de los Pokémon de los chicos caía, los Pokémon de los Rockets se abalanzaban sobre ellos. Sólo eran salvados por los rayos rojos de sus Pokebolas.
Luego de unos 10 minutos, la situación no podía ser más desesperada.
A Terry sólo le quedaba Eevee, magullado por los ataques psíquicos y con marcas del lodo de Grimer por todo su pelaje.
Ian aún tenía batallando a Magmar y a Marill. A Magmar se lo veía cansado: la llama de su cola parecía débil. Marill, por su parte, tenía marcas de los dientes de Gastly en el costado, y parecía estar envenenado.
Si intentaban atacar a uno de los Pokémon e los Rockets, otro lo bloqueaba. Drowzee había sucumbido bajo las Tinieblas de Gastly, y sin él, el resto de los Pokémon había caído ante los ataques psíquicos de Kadabra.
- Grimer, usa tu Smog en Magmar -comandó Seth, como si eso fuese a terminar con toda la batalla.
- ¡Lanzallamas, Magmar! -ordenó Ian. Pero cuando el fuego tocó el pestilente gas, se produjo una fuerte explosión. - ¡Magmar, no! -dijo el entrenador al ver a su Pokémon caer derrotado.
- Grimer, Protección -dijo Seth. Una casi invisible barrera rodeó a Grimer y lo protegió de la explosión.
Estaban perdidos. Eran dos Pokémon de los Rockets contra dos de los chicos, y los tres Pokémon e los Rockets habían sido capaces de eliminar a siete sin esfuerzo alguno.
- Eevee, intenta un Cabezazo contra Kadabra -dijo Terry, aun sabiendo lo que pasaría.
- Marill, ¡ayúdalo! ¡Usa tu Pistola de Agua contra Gastly! -dijo Ian, intentando ayudar.
- Kadabra, detenlos -ordenó Thot, sin alterarse.
- Gastly, Lengüetazo en Marill. Grimer, golpea a Eevee.
Así como se lo ordenaron, los Pokémon de los Rockets detuvieron y atacaron a sus enemigos. "Se acabó" se dijo Terry. "Se llevarán nuestros Pokémon. Jamás seré un entrenador..."
Pero sus pensamientos se volvieron hacia Eevee. "Quizás yo tenga la culpa de lo que está pasando... debería ser más fuerte, debería haberme esforzado más..."
"Pero Eevee no lo merece. Él no ha buscado esto. Y yo lo he traído hasta aquí... a que se lo lleven..."
Bajo la oscuridad de la noche, miró a Eevee, tendido en el suelo, sólo iluminado por la luz de la luna.
"No quiero que te lleven" pensó.
Eevee le devolvió la mirada, y su entrenador pudo leer en sus ojos su mensaje: "Tampoco quiero separarme de ti; haré todo lo posible por evitarlo"
Entonces sucedió algo que asombró a todos: Eevee comenzó a cambiar su forma, a evolucionar.
La totalidad de su cuerpo emitió una fuerte luz blanca. El bosque se iluminó por completo ante el fenómeno de la evolución.
La luz blanca dio paso a una dorada y se concentró en cinco anillos incandescentes sobre la nueva piel negra del Pokémon. Al mirar de nuevo, Terry se encontró con un Pokémon que jamás había visto.
"Umbreon, el Pokémon Luz de Luna. Cuando un Eevee se sincroniza con su entrenador y es expuesto a la luz de la luna, evoluciona a Umbreon. Este Pokémon del tipo Oscuro puede usar poderosos ataques como la Persecución y la Finta", fue lo que dijo el PokéDex. El corazón le saltó en el pecho, con nuevas esperanzas.
Era la carta del triunfo, y debía aprovecharla.
- Eevee, digo, Umbreon, ¡Persecución! ¡Ve por Kadabra!
- ¡Kadabra, Telepórtate! -dijo Thot. Por primera vez, Terry escuchó cómo la voz le temblaba a un Rocket.
Umbreon fue mucho más rápido que Kadabra, y lo golpeó en el estómago. "Cuando el Pokémon enemigo intenta escapar, la Persecución duplica su poder" sentenció el PokéDex.
Kadabra cayó de bruces al suelo, sin energías. Se podía ver que Umbreon ponía nerviosos a Seth y a Thot.
- ¡Ahora por Gastly! ¡Finta! -comandó Terry, con renovados ánimos.
- Gastly, ¡Desaparece!
Pero, como comprobaría Terry a través del PokéDex, la más importante característica de la Finta es que siempre dará en el blanco, dondequiera que se encuentre.
Umbreon desapareció y reapareció en el aire, dando una patada que cualquiera hubiese dado por fallida, pero no fue así.
Unos instantes después, Gastly reapareció flotando a centímetros del suelo, derrotado. Sólo quedaba Grimer, desprotegido. Ian no se perdería esta oportunidad.
- Marill, nosotros nos encargaremos de Grimer. Ahora que Kadabra no lo protege, ¡atácalo con un Chorro de Agua!
La expresión en el rostro de Grimer mostraba el miedo en estado puro. El Pokémon estaba paralizado.
Cuando el pequeño Pokémon acuático ejecutó su ataque, Grimer comenzó a diluirse, haciéndose cada vez más blando, esparciéndose en el suelo. Sin embargo, aún no estaba derrotado.
- ¡Marill! ¡Rueda sobre él!
El roedor de agua se enrolló en una bola azul, y rodó por encima del disgregado Grimer hasta derrotarlo.
Luego de unos segundos de silencio, Terry se dio cuenta de lo que habían logrado: había vencido a unos Rockets por primera vez.
Seth y Thot retrocedieron.
- Quizás nos hayan vencido en esta batalla, pero el Equipo Rocket es una gran organización y no será derrotada. -dijo Seth.
Desaparecieron en la oscuridad, antes de Terry o Ian pudiesen reaccionar. Pero no importaba. Estaban bien, y aunque sus Pokémon estuviesen débiles por la batalla, seguían con ellos.
Por primera vez en un largo tiempo, Terry tuvo un plácido sueño, libre de pesadillas.
