A/N: ¡Gracias por los reviews! Por si acaso, miré mi perfil de ff.net y vi que tenía desactivados los reviews anónimos... ya están activados, así que si alguien deseaba mandar un review anónimo y no podía, bueno, ya puede. ¡Ya, no los molesto más y los dejo con el décimo capítulo!
—Renace de Tus Cenizas, Capítulo X: Encuentros—
Terry despertó, al día siguiente, en el Centro Pokémon. Ian ya estaba despierto, Terry lo encontró hablando por el videoteléfono. Luego de saludarlo, reconoció en la pantalla una cara conocida: la cabeza calva, los lentes, la característica sonrisa de alguien que ama su trabajo como profesor...
- Jamás me dijiste que conocías al profesor Hemlock -le dijo Terry a Ian, sorprendido.
- No sé, creí habértelo dicho uno de estos días... -le respondió el chico, un tanto turbado. Habló a la pantalla rápidamente- Eso era todo, profesor. Terry, -continuó, hablándole ahora a su amigo- si quieres hablar con el profesor, hazlo, pero tú pagas la llamada.
Terry accedió, y mientras Ian se dirigía a conversar con una entrenadora de cabellos azules, comenzó a hablar con el profesor Hemlock.
- Hola, Terry. Tu madre estaba preocupada por ti: no has llamado desde que saliste de Turmalina. Es que como tu padre trabaja todo el tiempo en Silph, y tú ya no estas en casa, se siente un poco sola. Llámala cuando puedas. Pero al parecer estás bien. ¿Recibiste el PokéGear? - Terry asintió. Hemlock era, sin duda, alguien capaz de hablar por horas, siendo un profesor.
-Ian fue inteligente al planear ir a ciudad Esmeralda. -continuó- Luego del día de Safari, el comercio surge de una forma asombrosa. Bueno, ¿cómo te va? ¿Qué Pokémon has capturado?
- Bueno... veamos... en mi poder tengo un Scyther... un Sandshrew, un Magikarp... un Dodrio, un Nidorino y a Eevee, que por cierto ahora es un Umbreon. -completó Terry, contando con los dedos.
- ¡Es un buen equipo! No pensé que tu Eevee evolucionaría tan rápido... Aquí tengo a tu Magnemite, tu Exeggcute, tu Tangela, tu Ekans y tu Paras. Tienes buenos Pokémon. -dijo. Los Pokémon de Terry que estaban con el profesor se empujaban para saludarlo.
- De eso quería hablarle. Quiero intercambiar a Dodrio por Exeggcute.
- ¡Por supuesto! Pon a Dodrio en el transportador.
Terry tomó la Bola Safari de su cinturón y la puso en la máquina. En pocos segundos, ya tenía a su Exeggcute consigo. Luego de despedirse del profesor y de dejar saludos para sus padres (además de pagar una no muy barata cuenta) Terry fue con Ian.
- Mira con quién me encontré -le dijo su amigo apenas se le acercó.
Terry miró a la persona que se encontraba junto a él. Su larga cabellera, su chaqueta de verde claro, zapatillas y blue jeans... inconfundible, era Ana, la entrenadora con la que había luchado.
Saludó a Terry y se sentaron en una de las mesas del comedor del Centro. Se contaron lo que habían pasado desde su separación en el camino entre Granate y Turquesa, y Ana no pudo evitar dejar escapar un "¡¡Qué lindo!!" al ver al Umbreon de Terry, como tampoco pudo impedir abrazarlo. Decidieron, luego, ir al gimnasio Esmeralda juntos. Es como si nos conociésemos desde siempre, congeniamos muy bien..., observó Terry, mentalmente.
- Saben, creo que ya entrené bastante estos días. Creo que debo de estar lo suficientemente fuerte como para vencer a ese Quincy. -dijo Ana -Aunque aún no he conseguido la medalla Fe...
- Yo ya hice algunos buenos cambios... -señaló Ian - Ahora tengo a Magmar, Larvitar, Horsea, Pinsir, Slugma y a Drowzee.
- Qué bueno por ustedes, chicos... -dijo Terry. Sabía que el líder de gimnasio era muy fuerte. Aunque Terry ya lo había derrotado una vez, aún consideraba que había sido suerte, y de las mejores.
Como Terry e Ian conocían el camino hacia el gimnasio, llegaron más rápido que el día anterior. Sin embargo, el tiempo ganado no fue mucho, ya que una increíble cantidad de gente caminaba por las calles.
El gimnasio, ostentoso como siempre, tenía esta vez una larga e interminable fila de entrenadores esperando. La fila salía del edificio, e incluso doblaba la esquina. Por más que esperaron un buen rato, la fila no parecía querer acortarse en lo absoluto.
- Es como si fuera el día de pago de alguna empresa y el gimnasio fuese el banco... -dijo Ian.
- Moriremos antes de entrar al gimnasio... -se lamentó Ana -Si no nos mata la espera, lo hará la insolación...
Era cierto. El sol pegaba fuerte en las cabezas de las personas, tanto las que paseaban como las que esperaban su turno ante Quincy. Algunos transpiraban como verdaderos Machamps, en la opinión de Terry. Si iban a esperar, tendrían que conseguir una silla, y un buen filtro solar.
- Mejor vamos a la Feria... quizás al volver la fila esté más corta -sugirió Terry. Tanto Ian como Ana aprobaron la idea, y se alejaron, caminando tranquilamente.
El caminar por las calles de Esmeralda era todo un desafío para los jóvenes. Debieron nadar entre olas de gente que los empujaba y pisoteaba (Terry casi lloró las pisadas en sus botas favoritas), además de esquivar a cada vendedor ambulante que intentaba estafarlos.
- ¡Llegamos! -observó Ana. La principal calle comercial se extendía ante ellos. Varios puestos temporales se habían instalado para vender sus productos.
- Menos mal... -dijo Terry -Ya iban cinco veces que me ofrecían un Magikarp...
- Y las cinco veces dijiste "No, gracias, ya tengo uno" -dijo Ian, riéndose del chico.
- No me lo recuerdes... -se lamentó Terry, lanzando un suspiro.
- No lo molestes... -interrumpió Ana. Ian se calló, un poco confundido. -Además Terry tiene a su bonito Umbreon...
Terry agradeció el apoyo de la joven. Además, algún día tendría un Gyarados fenomenal... pero por el momento, tenía un Magikarp... Sin embargo, Terry se concentró en disfrutar lo que había a su alrededor.
En la Feria había de todo. Artesanía, joyas, comida, y gente que la comía. Terry e Ian se fueron directamente a los puestos de artículos Pokémon, mientras que Ana fue a comprar unos helados. Mientras Terry observaba un puesto de brújulas y mapas, Ian lo llamó. Le mostró el puesto que estaba mirando.
Un letrero anunciaba: "Pokebolas Artesanales" Esferas de varios es y diseños estaban en el mostrador. Pero a Terry no le pareció gran cosa.
- Pero si sólo son Pokebolas pintadas...
- Que las apariencias no lo engañen, querido cliente... -dijo el vendedor, recordándole graciosamente a Terry aquellos comerciales de la televisión -Su nombre es...
- Terry -contestó el aludido.
- ...Terry, usted tiene ante sí Pokebolas con características muy especiales. Esta, por ejemplo -dijo levantando una Pokebola negra con unos globos azules incrustados -es una Bola Pesada. Sirve, como su nombre lo sugiere, para capturar Pokémon de gran peso.
- Y estas Pokebolas... ¿las hizo usted? -preguntó Terry, antes de que el vendedor siguiese con su parloteo.
- Oh, no. Yo sólo las vine a vender. Bueno, en realidad no vengo a vender, ¡vengo a regalar! -Terry tuvo que contener la risa ante el ridículo cliché, mordiéndose el labio -Estas Pokebolas son un importe directo de Johto. Fueron hechas por el mundialmente reconocido Kurt, a base de Apricorns silvestres. -explicó el hombre.
A pesar de la ridiculez del vendedor, las Pokebolas parecían de calidad. No obstante, los precios no eran bajos, así que Terry compró sólo una Bola Amigo, e Ian una Bola Rápida.
Ana llegó en ese instante, pero no quiso comprar nada. En cambio, trajo helados para todos, lo que les ayudó a aliviar el calor.
Juntos siguieron recorriendo la calle. Terry compró una piedra Hoja, pensando en Exeggcute; Ian adquirió un trozo de Carbón del bosque Ilex para su Magmar; Ana compró recuerdos para sus padres: unas artesanías hechas a mano de Pokémon legendarios como Ho-oh y Celebi.
Al finalizar la tarde, ya habían recorrido toda la calle. Tenían bastante menos dinero que al comenzar su paseo, pero sus mochilas estaban, al mismo tiempo, más llenas. Una vez más, caminaron hacia el gimnasio.
La fila era más corta esta vez, y el ambiente ya estaba un poco más agradable. Los tres se unieron a la fila, y vieron con asombro que los entrenadores entraban y salían del gimnasio en un tiempo considerablemente corto. Por la cara que llevaban y el paso apresurado hacia el Centro Pokémon, se deducía que habían sido derrotados.
Finalmente, la fila desapareció por completo. Terry avanzó hacia el edificio con sus amigos, y cruzó el umbral. La batalla por su segunda medalla estaba a punto de llevarse a cabo.
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Quincy bajó del lugar en que se situaba al luchar. El delgado joven vio que ya era tarde: decidió que era hora de cerrar el gimnasio hasta el día siguiente. Fue entonces cuando vio a los tres jóvenes entrar a su gimnasio. Una chica y dos chicos.
- ¿Terry, de la ciudad Turmalina? ¿No habías recibido ya tu medalla? Fue el año anterior, ¿no? ¿Por qué vienes de nuevo?
- Es que -el joven de cabellos negros y camiseta azul oscuro se detuvo unos instantes -me robaron mis Pokémon y mis medallas... pero ya tengo una medalla Fe.
- Ah... lo siento... -murmuró Quincy, viendo que había tocado un tema sensible. Luego cambió su tono. -Una medalla, ¿eh? Está bien, lucharé contigo, pero esta vez la suerte no te acompañará.
- ¡Esperen! -interrumpió Ana -Quiero luchar primero... ¿puedo? -pidió la joven de bellos ojos verdes. Terry aceptó, cediéndole su lugar -No tengo ninguna medalla. Esta es mi primera batalla de gimnasio, aunque he entrenado bastante...
- Muy bien -contestó el rubio líder de gimnasio. -Tres contra tres, ¿te parece bien?
Ana aceptó. Cada entrenador se dirigió al lugar que ocuparían durante la batalla. Terry e Ian, por su parte, se dirigieron conversando hacia las gradas, para observar la batalla que se llevaría a cabo.
Había unas pocas personas, la mayoría entrenadores del mismo gimnasio. Cuando Terry dejó de conversar con Ian, y observó la batalla, se dio cuenta que había comenzado rápidamente.
- ¡Vamos, Wooper! ¡Dale un Azote! -ordenó Ana.
Su Pokémon golpeó al Diglett, de Quincy, con gran fuerza, pero éste contestó con unos Rasguños. Ambos Pokémon ya estaban cansados: al parecer, los ataques de Wooper eran bastante fuertes, y Diglett ya estaba cansando al Pokémon de Ana con su velocidad.
Un Chorro de Agua por parte de Wooper decidió la ronda.
Mientras Terry decidía qué Pokémon usaría en su propia batalla, Quincy derrotaba al Wooper de Ana con su segundo Pokémon, Sneasel, utilizando un Ataque Rápido.
Terry reconoció la estrategia. Quincy siempre intentaba esquivar la mayor cantidad de ataques posibles de sus adversarios, para que una vez que estuviesen cansados, lanzar ataques a gran velocidad.
Y es que así eran los gimnasios en la región de Kajar: cada uno con su estrategia y habilidades propias.
En el campo de batalla, Ana envió a su Pokémon de hierba, Oddish. Terry prestó más atención, preguntándose qué haría Ana. Si mal no recordaba, Oddish tenía una desventaja contra el tipo Hielo de Sneasel.
- Sneasel, Ataque Rápido -ordenó Quincy
- ¡Polvo Venenoso en ti misma, Oddish! -le dijo Ana. El Pokémon Maleza, confiando por completo en su entrenadora, espolvoreó el tóxico polvillo en su cuerpo. Enseguida, Sneasel la embistió con su Ataque Rápido. Pero Sneasel fue envenenado por el veneno que Oddish había rociado sobre su cuerpo.
Terry admiró la maniobra; volvió luego a sus decisiones. Umbreon ya tenía un lugar fijo entre los Pokémon que usaría. Sandshrew podría ser bastante efectivo, y si de velocidad se trataba, Scyther haría el trabajo.
El árbitro anunció la derrota del segundo Pokémon de Quincy. Terry observó una vez más el campo de batalla, al tiempo que Ian lo hacía. El tercer Pokémon de Quincy derrotaba a Oddish, no sin antes quedar envenenado.
Terry consultó su PokéDex, adelantándose a Ian. "Ninjask, el Pokémon Ninja. Este Pokémon, proveniente de la región de Hoenn, es, según los últimos estudios, el Pokémon más rápido de todos. Cuando comienza una batalla, Ninjask comienza a acelerar más y más, a medida que la lucha se desarrolla."
Terry liberó a Scyther, Sandshrew y Umbreon de sus Pokebolas, mientras Ninjask se volvía una ráfaga casi invisible en el campo de batalla.
- Escuchen, chicos. Se nos viene una batalla importante. Lo importante es que demos todo de nosotros -sus Pokémon asintieron. -Ahora veamos la batalla.
Entonces vio al nuevo Pokémon de Ana. Un Espeon. "El Pokémon Sol", sentenció el PokéDex. "Evoluciona de Eevee, al sincronizarse con su entrenador, y al exponerse a la luz del Sol" El Espeon de Ana y el Ninjask de Quincy batallaban fuertemente, cruzándose en destellos que duraban una fracción de segundo.
Terry miró a Ian. Se había tendido sobre unos asientos boca arriba, con los brazos cruzados y los ojos cerrados.
- Qué flojo, durmiendo mientras Ana lucha... -dijo Terry, viendo cómo dormía el chico.
- Sólo dos años mayor y me tratas como a un niño... -dijo Ian, aún con los ojos cerrados.
- ¿Estás despierto?
- Claro, sólo estoy descansando un poco... además, aprovecho de pensar en la batalla.
De pronto un intenso brillo azulado invadió todo el recinto. Era una Confusión de Espeon, que derrotaba a Ninjask. Terry pudo ver cómo el insecto volador caía, inerte, al suelo.
Mientras Ana recibía su medalla, Terry se acercó a ella.
- Estuvo un poco difícil -le dijo la joven -Espero que puedas ganar -terminó, y se dirigió a curar a sus Pokémon en una máquina cercana.
- Ahora es mi turno -dijo Terry, enfrentando una vez más a Quincy.
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