N.d.A.: Bueno, aquí va otro capítulo :P. No tengo mucho que decir... ah, Ron, no te preocupes: no meteré Pokémon inventados. Es más, la falta de ellos será explicada más adelante... por ahora, el capítulo 11.
—Renace de Tus Cenizas, Capítulo XI: Como el Rayo—
Terry se detuvo, en el lugar que le correspondía como retador. Con los ojos cerrados, dio un largo suspiro.
- No sé cómo perdí con esa joven, pero tú no conseguirás mi medalla -le dijo el líder de gimnasio -Tres contra tres, como la última vez que luchamos.
- Por supuesto -dijo Terry, abriendo los ojos lentamente.
- ¡Ve, Pikachu! -dijo Quincy, lanzando una Pokebola al campo. El ratón eléctrico se materializó y anunció que estaba listo para atacar, emitiendo un "¡Pika!"
"Pikachu, el Pokémon ratón. Este rápido Pokémon del tipo eléctrico alza su cola al vigilar los alrededores. A menudo es golpeado por rayos mientras se encuentra en esta posición"
- Muy bien. ¡Ve Sandshrew! -dijo Terry. La Pokebola, al ser lanzada, se abrió, liberando al Pokémon tipo Tierra. Los dos roedores se miraron unos instantes antes de comenzar a atacarse ferozmente. Una ventaja de tipo no nos hará mal...
- Un Pokémon tipo Tierra... no es algo que me preocupe... Pikachu, Embestida.
- Sandshrew, ¡Rizo Defensivo! -La defensa del Pokémon de Terry anuló el ataque físico de Pikachu. La confianza de Terry aumentó considerablemente-¡Ahora Golpes Furia!
- ¡Evítalo! ¡Agilidad! -ordenó Quincy.
Sandshrew se desenrolló de golpe del ovillo en que estaba transformado, y rasguñó con violencia en todas direcciones. Sin embargo, el roedor eléctrico había escapado del ataque.
- ¡Continúa con un Doble Equipo, Pikachu!
- ¡Detenlo con Picotazos Venenosos!
Pikachu comenzó a correr en círculos. Sus rápidos movimientos crearon una docena de Pikachu, que rodearon a Sandshrew. Éste lanzó su ataque, y pareció dar en el blanco.
Pero a juzgar por las pantallas del gimnasio la energía de Pikachu no había disminuido en lo más mínimo. Era solamente una ilusión.
- Sandshrew, ¡atácalos uno por uno con Rasguños! -ordenó Terry.
Si no destruimos esas ilusiones, crearán más...
Pero los Pikachu reaparecían más rápido de lo que Sandshrew los eliminaba.
- Pikachu, ¡Golpe de Cuerpo! -mandó Quincy.
Todo el grupo de Pikachu se lanzó en una poderosa embestida contra el Pokémon de Terry. El pequeño Sandshrew no tenía escapatoria.
Las energías de Sandshrew se redujeron casi a la mitad. Sin embargo, se rehusaba a perder. Si los atacamos a todos a la vez...
- ¡Sandshrew, Magnitud!
El pequeño ratón hizo temblar el suelo, con una fuerza asombrosa. Terry desvió la mirada de la batalla para ver cómo toda el edificio se estremecía ante el ataque.
- Bien hecho -comentó Quincy, regresando a un inconsciente Pikachu a su Pokebola -Pero ahora te enfrentarás a un Pokémon que he entrenado mucho. ¡A él, Electrode!
Una bola blanca y roja apareció de la luz roja emitida por la segunda Pokebola de Quincy. Electrode. Nos volvemos a enfrentar.
- ¿Otro Pokémon eléctrico? -preguntó Terry -Estás haciendo las cosas demasiado fáciles. ¡Sandshrew, otra Magnitud!
- ¿Demasiado fáciles, dices? Me asombraría si tu Pokémon pudiese siquiera tocar al mío. ¡Estruendo Sónico!
Electrode era muchísimo más rápido que Sandshrew. El potente sonido redujo las energías de Sandshrew a menos de un cuarto del total, haciéndolo tambalear. Sandshrew, aturdido, aún se encontraba intentando recuperar el equilibrio cuando Quincy dio su siguiente orden.
- ¡Electrode, rueda sobre él!
Electrode giró y pasó sobre el dañado cuerpo de Sandshrew una y otra vez, acabando con sus energías. Terry llamó a su derrotado Pokémon. Si velocidad quería, velocidad tendría.
- ¡Vamos, Scyther! -dijo, lanzando su Pokebola. El Pokémon Mantis fue liberado. Fijó inmediatamente la vista en su enemigo -¡Ataque Rápido!
El insecto voló a una velocidad increíble hacia el Pokémon de Quincy.
- ¡Esquívalo, Electrode! ¡Agilidad!
A un segundo de ser alcanzado por las cuchillas de Scyther, Electrode desapareció en una ráfaga de blanco y rojo.
- ¡Usa tu Agilidad también, Scyther!
Los dos Pokémon desaparecían y reaparecían en la arena, en una gran demostración de habilidades.
Sin embargo, una fuerte Cuchillada detuvo la contienda de velocidad. Tanto Electrode como Scyther se detuvieron, separados unos metros. Un largo corte se veía en el liso cuerpo de Electrode.
Dios, eso fue demasiado... espero que Quincy no me demande o algo... Algo de alivio le produjo ver que el corte no era muy profundo.
- ¡No! ¡Chillido! -gritó Quincy, viendo a su Pokémon dañado. El terrible sonido producido por Electrode obligó a Scyther a alejarse. -¡Estruendo Sónico!
- ¡Intenta aguantarlo! ¡Luego usa un Ataque de Ala!
Luego de soportar valientemente el golpe sónico, Scyther voló hacia Electrode, golpeándolo con sus alas.
- ¡Impactrueno! -mandó Quincy a su Pokémon.
Si le da a Scyther, esto se acaba.
- ¡Esquívalo! ¡Cortes Furia!
Electrode se lanzó contra Scyther a toda velocidad, y lanzó el rayo con todas sus fuerzas.
Que no le dé... que no le dé...
Scyther dio un inesperado giro horizontal durante el vuelo. Esquivó el ataque eléctrico. Electrode, sorprendido, recibió de lleno los Cortes Furia de Scyther. El daño comenzó a acumularse: las pantallas indicaban que Electrode estaba a punto de ser derrotado.
- Lo hiciste bien, Electrode. Te felicito. Explosión. -dijo Quincy.
- ¡Termínalo ya, Scyther! -soltó Terry, apresuradamente. Su Pokémon debía de atacar primero...
Scyther levantó la cuchilla derecha, para asestar el último golpe...
Pero instantes antes de que Scyther descargase el último Corte Furia, Electrode detonó. El estruendo remeció todo el gimnasio, envolviendo todo en un denso humo.
Cuando la nube se disipó, se pudo ver en la arena los cuerpos de los dos Pokémon, derrotados. La última batalla decidiría el combate.
- ¡Yo te elijo, Umbreon!
- Como el rayo, Crobat.
Las dos Pokebolas se abrieron, liberando a los dos Pokémon. ¿Evolucionó a su Golbat?, se preguntó Terry, consultando su PokéDex. "Crobat, el Pokémon murciélago. Con sus dos pares de alas, este Pokémon puede volar muy rápida y silenciosamente"
- ¡Umbreon, Cabezazo!
El Pokémon siniestro se lanzó con todas sus fuerzas hacia la criatura alada, pero ésta esquivó el ataque sin esfuerzo alguno.
- ¡Crobat, Ataque de Ala!
- ¡Umbreon, Ataque Rápido! -mandó Terry. Los dos ataques se enfrentaron, dañando a ambos Pokémon.
- ¡Crobat, Chupa Vidas! -ordenó Quincy.
El murciélago se aferró con sus colmillos al cuello de Umbreon y comenzó a succionar sus energías. Para cuando Crobat se despegó del Pokémon de Terry, había recuperado toda energía perdida al recibir el Ataque Rápido de Umbreon.
- ¡Ahora Velocidad Extrema! -mandó el líder de gimnasio.
Su Pokémon voló hasta lo más alto del recinto, haciendo uso de sus dos pares de alas. ¿Qué diablos va a hacer?
Crobat se lanzó en un clavado a toda velocidad hacia Umbreon. El Pokémon oscuro no tuvo tiempo de reaccionar, resultando muy lastimado.
- ¡Termínalo con otra Velocidad Extrema!
- ¡Espera mi señal, Umbreon!
Crobat volvió a elevarse en el aire. Umbreon no soportará otro de estos ataques.
Crobat se lanzó una vez más hacia Umbreon, a toda velocidad. Unos pocos metros los separaban...
- ¡Ahora, Finta! -ordenó Terry, segundos antes de que Crobat alcanzase a Umbreon.
Éste desapareció en el aire, apareciendo al lado de Crobat y golpeándolo. El golpe hizo que Crobat perdiese el control sobre su clavado y cayese estrepitosamente al suelo. Sus energías disminuyeron considerablemente.
- ¡Antes de que se levante! ¡Rayo de Confusión!
Umbreon hizo brillar sus ojos con un color dorado, y lanzó un rayo del mismo tono a los ojos del Pokémon de Quincy.
- ¡Levántate y termina esta pelea con un Ataque de Ala! -mandó el líder de gimnasio a su Pokémon.
Crobat se levantó un poco del suelo y alzó el vuelo, sólo para caer una vez más. El coordinar sus cuatro alas le era demasiado difícil a causa de la confusión.
- ¡Terminemos la batalla, Umbreon! ¡Cabezazo! -dijo Terry. Su Pokémon se lanzó hacia su enemigo y le dio un Cabezazo que no olvidaría en bastante tiempo.
Crobat cayó, rendido. Terry había ganado, y esta vez sin suerte de por medio.
- Has mejorado bastante como entrenador -le dijo Quincy, a la vez que devolvía a Crobat a su Pokebola, y se acercaba al joven. -Acepta la medalla Ala como prueba de tu logro.
Terry recibió la medalla, y la miró, ya en sus manos. Consistía en dos alas de un celeste muy claro, que nacían de una pequeña esmeralda. Con bastante cariño, la guardó en su estuche. Ian y Ana le sonrieron desde las gradas por su triunfo.
- Espera un poco. -le dijo Quincy antes de que diese un paso -Lleva esto a aquel hombre.
El joven le entregó un papel. El hombre en cuestión se encontraba en un rincón del recinto. Terry se preguntó para qué sería aquella nota, pero llevó el papel sin preguntar.
Detrás de él, la batalla de Ian ya había comenzado. Quizás dice que no deje entrar a más entrenadores: Después de todo ya es tarde... pensó Terry, mirando la nota en sus manos.
Llegó entonces hasta donde estaba el hombre que Quincy le había señalado, y le entregó el papel. El hombre le echó una leída rápida antes de guardárselo en el bolsillo.
- Pase por aquí, por favor. -le dijo el hombre. Dicho esto, abrió una puerta hacia un pasillo. Terry lo siguió, confundido.
De pronto, llegaron a una gran arena. El lugar donde entrenaban los discípulos de Quincy.
Los jóvenes luchaban en pares. La mayoría de los Pokémon que usaban eran extremadamente rápidos, como Rapidash, Mankey y Pidgeotto. Los ataques iban y venían a tal velocidad, que el sólo ver las peleas mareaba un poco.
- Tienes mucha suerte -le dijo el hombre a Terry. Éste aún no entendía nada de nada. El individuo, al parecer, lo comprendió -¿No leíste el papel? Quincy ha visto en tu Scyther un talento especial y quiere entrenarlo en persona.
- ¿Cómo? -preguntó Terry.
- Quincy te ofrece entrenar a tu Scyther, si lo deseas. El entrenamiento, por lo general, dura de 1 a 3 semanas. Son pocos os entrenadores que reciben esta oferta...
- ¿Y cómo recuperaré a Scyther? No quiero tener que volver aquí sólo para recoger a mi Pokémon.
- ¡Por supuesto que no! Se lo enviaremos al encargado de cuidar tus Pokémon adicionales, que en tu caso es...
- Ah, el Profesor Hemlock. -completó Terry - Tendría que pensarlo...
El hombre asintió, quedándose a un lado del pasillo. Terry curó a sus Pokémon en una de las máquinas del gimnasio, y se sentó en una de las largas bancas, a un lado del campo de entrenamiento.
Observó las batallas durante unos minutos que le parecieron eternos. Los Pokémon no parecían estar descontentos, ni ser maltratados en lo absoluto. Si dejase allí a Scyther, al menos estaría seguro de que lo tratarían bien.
Pero la última palabra la tendría Scyther.
Sacó a su Pokémon y lo felicitó por la batalla. Le explicó brevemente la situación. Para el asombro de Terry, Scyther no dudó en acceder a quedarse en el gimnasio. Deseaba hacerse más fuerte.
La decisión está hecha
Terry se acercó al hombre y le entregó a Scyther, ya en su Pokebola.
- Por favor, cuídenlo bien. -le dijo.
Un poco melancólico, Terry volvió a la arena principal, para ver a un Crobat caer ante las llamas del Magmar de Ian. El joven recibió su medalla y se juntó con los demás.
Habiendo conseguido los tres chicos sus medallas Ala, se despidieron del líder de gimnasio y se dirigieron hacia el Centro Pokémon de la ciudad.
- Sólo tres medallas he entregado hoy, las tres a esos chicos... -murmuró Quincy, mientras Terry, Ian y Ana salían del recinto
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Ya en el centro Pokémon, Terry le contó a los chicos lo de Scyther. Tristeza y alegría se mezclaban en su voz.
- ¿De verdad? -preguntaba Ian
- Sí, ya les dije.
- ¡Tienes suerte! No todos los días un líder de gimnasio ofrece entrenar tus Pokémon. - le dijo Ana
- Tu Scyther será de temer cuando te lo regresen... eso si te lo regresan -comentó Ian, a modo de broma.
- No digas estupideces, claro que me lo regresará -le dijo Terry. Lo menos que quería pensar era que le robaran a su Scyther.
- Pero una cosa no me quedó clara -le dijo Ana. -Cuando luchaste con Quincy, habló algo de la suerte... ¿qué quiso decir?
Un poco avergonzado, Terry le contó sobre los continuos robos que había sufrido a manos de miembros del Equipo Rocket. Le explicó también que esta era la segunda vez que luchaba con Quincy.
- ...y cuando luché anteriormente con Quincy, tuve bastante suerte. Es que a él sólo le quedaba Electrode y yo tenía a mi... Poliwag, luchando con todas sus energías, y a un Pidgey, un poco cansado, en su Pokebola.
- Vamos, vamos, resume... -lo apuró Ana.
- Está bien. Quincy hizo que su Electrode usase Explosión. Derrotó a Poliwag, pero gané porque aún tenía a Pidgey. Quincy se olvidó de él.
- ¿Hizo eso? -exclamó Ana, sin creer en la falla cometida por el líder de gimnasio. Terry asintió, conteniendo la risa.- Entonces no sé qué clase de entrenamiento le dará a tu Scyther... Ni siquiera sé como puede seguir en el puesto de líder... -completó, una expresión divertida en su rostro.
Los tres echaron a reír. Estaban un paso más cerca de sus metas.
