N.d.A.: Lo siento, la demora fue mucho más larga de lo que esperaba... espero que los siguientes capítulos salgan en menos tiempo.

Renace de Tus Cenizas

Capítulo XV: Bajo Tierra—

¿Qué...? ¿Qué sucedió?

Terry se levantó lentamente del suelo, intentando recordar lo sucedido segundos atrás. Su Exeggcute... y el Drowzee de Ian habían salido de sus Pokebolas...

... se habían materializado en el fondo del foso... y habían usado sus poderes psíquicos, intentando frenar la caída.

Ninguna herida mayor, pensó Terry, palpándose todo el cuerpo. Sólo algunos rasguños. El golpe más fuerte parecía haber sido en la cabeza, ya que seguía un tanto mareado. ¿Y a esto le llaman túnel? Yo le habría bautizado como Caverna Sombría... tiene tantos caminos que no merece el nombre de túnel...

Miró a su alrededor. Ian estaba también en el suelo, a su lado, con una mano en la cabeza.

- ¿Estás bien? -le preguntó Terry, incorporándose. Ian asintió.

- Pero parece que nuestros Pokémon no. -añadió, también levantándose. Magmar, Drowzee y Exeggcute yacían inconscientes en el suelo de la caverna. Mientras que Magmar estaba debilitado por los esfuerzos para iluminar la caverna y la posterior caída, los Pokémon psíquicos habían caído debido a las energías usadas para salvar a sus amos.

Los entrenadores devolvieron a sus Pokémon a sus Pokebolas, agradeciendo la ayuda que les habían prestado. Nos salvaron la vida.

- Es tu turno, Umbreon -dijo Terry, dejando caer la Pokebola en medio de la oscuridad. La esfera se abrió y liberó a la criatura.

Los anillos dorados en el cuerpo de Umbreon comenzaron a brillar intensamente, iluminando el lugar. Se encontraban al inicio de una especie de corredor de roca. Sobre ellos se encontraba la grieta por la cual habían caído.

Luego de varios gritos infructuosos pidiendo ayuda, decidieron caminar por el pasaje en el que se encontraban. Al fin y al cabo, la especie de galería en la que estaban seguía la dirección que habían llevado hasta el momento. El lugar era húmedo, pero no les impedía caminar.

Luego de un buen rato de caminata, llegaron a una bifurcación. El camino se separaba en una Y frente a ellos.

- Uno o el otro -dijo Terry- Ambos caminos avanzan. ¿Cuál tomamos?

- Separémonos -dijo Ian- Cada uno toma su camino Nos juntamos en este lugar en media hora. ¿Qué dices?

- Mmm... me voy por la izquierda, y con Umbreon -respondió Terry, su Pokémon yendo a su lado- ¿Cómo iluminarás tu camino?

- Te olvidas de que tengo otros Pokémon. Aunque no los use en batalla, sí que pueden ayudar en ocasiones como ésta. -dijo Ian, dejando caer una Pokebola al rocoso suelo del pasillo de piedra.

Una extraña criatura viscosa se materializó a sus pies, despidiendo calor, y lo más importante, luz.

"Slugma, el Pokémon Lava. Slugma no posee sangre; en su lugar, magma extremadamente caliente circula por el cuerpo de este Pokémon, llevando nutrientes esenciales y oxígeno a sus órganos.

- Bueno, hora de explorar -dijo Ian, entrando al corredor de la derecha- Vamos, Slugma. ¡Suerte, Terry! -fue lo último que le dijo.

- Vamos, Umbreon -dijo Terry antes de comenzar a marchar por la galería de la izquierda.

El pasaje era estrecho. Las paredes parecían haber sido excavadas por alguien. Igual que el pasaje principal. Todo parece extrañamente preparado para traernos aquí.

Caminó con cuidado, como si estuviese entrando en un lugar enigmático. La expectación aumentaba en Terry a medida que avanzaba. Avanzó un tiempo que se le hizo infinito, esperando que la nula pendiente del pasadizo aumentase. Vamos, llévame hacia arriba...

Cada paso que daba, cada movimiento parecía perturbar el lugar. Un extraño temor comenzó a crecer en Terry. Es cierto. Soy muy temeroso. Y no se sorprendió al reconocer que en su enfrentamiento con Seth y Thot, sólo había actuado porque sabía que Ian lo apoyaría.

Y no sé si sabré qué hacer si vuelven...

Entonces llegó al final del túnel.

Y ante él había una pared, con una especie de escritura tallada en ella. Idénticos a los de la tablilla que llevaban Ash, Misty y Brock..., pensó Terry.

Dispuestos en ordenadas líneas horizontales, los signos eran muy extraños. Pero el dibujo en el centro captó la atención de Terry.

Era un ave. Tenía las alas abiertas, como si fuese a levantar el vuelo.  El dibujo estaba muy detallado, y tenía tal elegancia, que Terry se la quedó contemplando un buen rato, casi atontado.

Un estruendo lo sacó de su estupefacción.

Los gritos de Ian fue lo siguiente que escuchó.

- ¡Terry! -se oyó- ¡La abertura por donde entramos se tapó!

El joven corrió junto con su Umbreon, deshaciendo el camino andado. Cuando llegó al principio de la galería, se encontró con Ian. Junto a él, donde una vez estuviese el barranco por donde cayeron, yacía un montón de rocas.

- Lo siento -dijo Ian- Intenté que Larvitar excavase un camino para que subiésemos, pero sólo empeoré la situación. Al menos Larvitar no salió lastimado.

- Está bien, no te preocupes. ¿Encontraste algo por el camino de la derecha?

- No. Era bastante corto. Por eso volví aquí, y como me sobraba tiempo, intenté buscar otra solución... ¿hallaste algo por la izquierda?

- Nada -dijo Terry. En realidad no quería relatar lo del muro tallado. Tendría que contarle que me quedé como un estúpido mirando el dibujo... pensó-Bien, ahora tenemos que pensar cómo salir de este lío.

Ian, sin embargo, no era tan paciente como Terry. Al poco rato, comenzó a intentar remover las rocas que el derrumbe había apilado. Terry, por su parte, prefirió buscar mentalmente alguna forma de salir del lugar.

La caverna no parece ser muy estable en este lugar... excavar podría ser peligroso. Pero si no hay otra salida...

En ese momento, Umbreon alzó sus orejas. Dudó unos instantes, para luego echar a correr por el túnel de la derecha. Extrañados, Terry e Ian lo siguieron, hasta llegar al final del recorrido.

- Algo debe haber por aquí. -dijo Terry- Algo escuchó Umbreon...

Acercó su oído a la pared, y escuchó una especie de aullido. Si es el viento, podríamos salir por aquí... pero si esto se derrumba sobre nosotros...

- Es el viento que entra por la otra boca de la cueva -dijo Ian, acercando también el oído a la pared de tierra y rocas.- Debemos de estar cerca de la salida.

Y si fallamos... Pero... No hay otra opción.

- Entonces ya tenemos nuestra salida de aquí. Sandshrew, excava un túnel para nosotros. -dijo Terry, abriendo una de sus Pokebolas.

- Vamos, Larvitar, ayúdale.

La tarea demoró un poco. Los Pokémon excavaban con todas sus fuerzas, bajo la luz proporcionada por Umbreon. La grava salía del pequeño túnel a toda velocidad. Demoraron un buen tiempo, pero la especie de túnel fue finalmente terminado. Agradecieron a sus Pokémon por la ayuda brindada, regresándolos luego a sus Pokebolas.

- Vamos -dijo Terry. Comenzó a gatear, subiendo por el camino creado por sus Pokémon. Ian lo siguió.

El ascenso fue lento. La superficie por la que subían a gatas era un tanto resbalosa. Luego de subir con gran esfuerzo, los recibió la oscuridad en el suelo del Túnel.

- Al menos ya estamos en el nivel principal de la caverna. -dijo Ian.- Es tarde. Descansemos.

Terry asintió. Lo logramos.

Habían gastado bastante tiempo en el incidente, y estaban agotados. Pasaron la noche, por lo tanto, en el suelo rocoso del Túnel Sombrío.

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Al día siguiente, Terry despertó con su espalda algo más que un poco adolorida: definitivamente, no era lo suyo dormir sobre piedra. Tras poco tiempo de caminata, llegaron a la otra boca del túnel. La luz los encandiló un poco, pero lo que siguió fue una agradable sensación de liberación. No podemos perder tiempo.

Con paso firme, dejaron atrás el Túnel Sombrío para dirigirse a la cercana ciudad Ámbar, sede del tercer gimnasio en su viaje Pokémon. No tardaron en llegar.

"Ciudad Ámbar fue construida hace mucho tiempo, en una época de crudas guerras, como una fortaleza. Al estar rodeada de grandes  montañas, era muy difícil entrar fácilmente a la ciudadela. En estos tiempos pacíficos, las comunicaciones se han hecho más expeditas con la apertura del Túnel Sombrío" informó el PokéGear de Terry.

- Vaya que esta ciudad tiene historia -dijo el joven.

- Y que lo digas -lo secundó Ian- Mira todas estas casas, están hechas con una arquitectura muy antigua...

Luego de ubicar los puntos principales de la ciudad, se dirigieron al Centro Pokémon, como ya les era habitual.

- ¡Tres Pokémon totalmente agotados! -los regañó Joy, mientras curaba a sus Pokémon, especialmente a Magmar, Drowzee y Exeggcute.

- ¿Podríamos darnos un baño? -pidió Terry. Era cierto: el barro y la tierra se habían acumulado en su piel y su ropa. Joy rió, y asintió. Los llevó a los baños, luego de curar a sus Pokémon.

Las duchas estaban ordenadas en una especie de casilleros. Tanto Terry como Ian escogieron la propia para quitarse la suciedad, mientras sus ropas también eran lavadas y secadas.

Una vez en el dormitorio del Centro Pokémon que alquilaron, Terry reflexionó sobre lo que llevaba de su viaje, sobre los últimos días.

Jamás he estado tan lejos de mi hogar. El miedo... se mezcla con la emoción y la duda. El corazón me late con fuerza... Intentó relajarse, pensando en que se acercaba su siguiente batalla de gimnasio.