N.d.A: Lo siento mucho mucho mucho mucho (inserten miles de muchos aquí) por la demora. Espero que la batalla valga la pena... y sepan que no dejaré botado este fic... sólo que a veces me demoro.. =P
Renace de Tus Cenizas
—Capítulo XVIII: Impenetrable - Segunda Parte—
Terry caminó lentamente hasta la vacía plataforma que le aguardaba, mientras los Pokémon de Shelly eran curados en una máquina cercana.
Muy bien, al menos ya pensé en la estrategia. Primero ataques especiales con Exeggcute - bueno, es el único Pokémon que tengo que posee ataques especiales más o menos fuertes... pensó Terry. Luego de unos momentos de espera, Shelly también volvió su plataforma.
Ambos pedestales, verde y rojo, ascendieron una vez más. Las pantallas volvieron a activarse, mostrando esta vez una imagen de Terry como el retador. ¿Cómo era? Ah, sí. Comenzar con Exeggcute, luego Umbreon y rematamos con Scyther, que no dejará Pokémon en pie.
- También tienes dos medallas, ¿no? -le dijo Shelly, sacándolo de sus pensamientos. El joven asintió con la cabeza- 3 contra 3, igual que con tu amigo. ¡Comenzaré con Koffing!
Terry se asombró mientras el Pokémon aparecía en el campo y en las pantallas. Un Pokémon Veneno... Nidorino habría sido útil... Pero su estrategia ya estaba planeada. Y confiaba en que funcionaría.
- ¡Exeggcute, yo te elijo! -exclamó Terry mientras lanzaba la Pokebola. En realidad, yo los elijo, se dijo. Después de todo, son un grupo.
Uno por uno, los seis huevos (semillas, en realidad) que conformaban el grupo de Exeggcute aparecieron en el campo, mientras su Pokebola regresaba a la mano de su amo. El Pokémon de Shelly también se materializó: la flotante esfera violeta, con extrañas protuberancias por todo su cuerpo, saludó a su contrincante con una sonrisa que a Terry le pareció un tanto estúpida.
"Koffing, el Pokémon Gas Venenoso" informó el PokéDex. "Cuando este Pokémon se agita, aumenta la toxicidad de sus gases internos y los expulsa de su cuerpo. Este Pokémon puede llegar a inflar demasiado su redondo cuerpo y explotar"
Y probablemente tiene una buena defensa.
- ¡Comiencen! -gritó el árbitro, bajando los banderines.
- ¡Koffing, Desechos!
- ¡Sepárense! ¡Luego unas Bombas Huevo!
Koffing demostró no ser nada estúpido. Apenas oyó la orden de su entrenadora, lanzó el ataque venenoso hacia Exeggcute. El grupo de semillas se separó justo a tiempo para esquivar la bola de barro tóxico que se les acercaba.
Y a continuación, el Pokémon de Terry contraatacó, lanzando una lluvia de pequeñas esferas explosivas a Koffing. El Pokémon venenoso retrocedió, pero sin sufrir mucho daño. Intentó embestir a los Exeggcute, mas nuevamente el grupo se separó.
- ¡Dáñalos a todos! -ordenó Shelly- ¡Smog!
No hubo escapatoria esta vez para los Pokémon de Terry. Koffing pareció contraerse al dejar escapar un abundante gas tan violeta como su cuerpo, que se acercó y cubrió a los Exeggcute.
- ¡No! -exclamó Terry- ¡Alejen el gas con una Barrera!
Los Exeggcute obedecieron, utilizando sus poderes psíquicos para crear una Barrera que los aisló del Smog, que se disipó poco después. Pero algo no estaba bien. Terry lo sabía.
- Tu Pokémon está envenenado. Sólo es cuestión de tiempo para que caiga. -sentenció Shelly. Las pantallas también lo evidenciaban: un símbolo violeta a un lado de la imagen de Exeggcute reflejaba el envenenamiento. Y las energías de Exeggcute disminuían lentamente, cada segundo.
- Si es así, tendremos que asegurarnos que ustedes caigan primero. ¡Drenadoras!
- ¡Desechos! -mandó Shelly, al escuchar la orden de su contrincante. Exeggcute ya se veía debilitado por el veneno. Este ataque lo acercaría aún más a la derrota.
Ambos ataques se cruzaron: el lodo venenoso que Koffing lanzó por medio de sus protuberancias, y las tres pequeñas semillas que Exeggcute arrojó, su última esperanza de seguir en la batalla. Las semillas, para el asombro de Shelly, atravesaron el lodo y se anidaron en la superficie del cuerpo de Koffing.
Pero los Desechos impactaron directamente en Exeggcute. Bañado en tóxicos, el Pokémon hierba sufrió un daño que hizo bajar sus energías alarmantemente. Si sigue en ese lodo, no resistirá, observó su entrenador. Entonces intentó algo que jamás habían probado.
- ¡Teletransportación!
Los Exeggcute asintieron, y concentraron sus energías para transportarse fuera del barro venenoso. Un día de estos tengo que averiguar qué ataques realmente conocen mis Pokémon. Mientras, las Drenadoras comenzaban a hacer su trabajo. Las semillas habían germinado, y los brotes rodeaban ya el esférico cuerpo de Koffing. Comenzaron enseguida a absorber sus energías, enviándoselas a Exeggcute.
- Las Drenadoras le dan energía a mis Exeggcute más rápido de lo que el veneno se las quita -dijo Terry.- Tu Pokémon será derrotado antes que los míos.
- No si te vencemos primero. ¡Desechos! -ordenó Shelly. Su Pokémon lanzó, una vez más, el tóxico barro hacia el Pokémon perteneciente a Terry. El público seguía atentamente la batalla.
- ¡Desvíenlos con Confusión! -respondió Terry. Los Exeggcute, con renovadas energías, utilizaron sus poderes mentales para alejar los Desechos que se les acercaban.- ¡Ahora usen la Confusión en Koffing!
El ataque psíquico, efectivo contra el tipo Veneno de Koffing, sería más que suficiente para acabar con él. Pero la orden de su entrenadora detuvo al instante a los Pokémon de Terry antes de que hiciesen un solo movimiento.
- ¡Unión de Destinos! -Koffing asintió, y comenzó a brillar con un azul muy profundo, mientras las Drenadoras seguían extrayendo sus energías. Exeggcute también comenzó a brillar, del mismo color. Shelly sonrió- Ahora el destino de mi Koffing está unido al de tus Exeggcute. Si tu siguiente ataque vence a Koffing, tus Pokémon también caerán.
Exeggcute se detuvo, esperando que su entrenador confirmase el ataque.
- No necesitamos atacar. Las Drenadoras harán el trabajo.
Shelly observó las pantallas electrónicas, y comprobó lo que decía Terry. Pero no se rendiría. Jamás lo había hecho. Además, guardaba un as bajo la manga.
- Admito que Koffing y yo no podremos vencer a tu Exeggcute. Pero nos negamos a rendirnos. ¡Explosión!
Koffing se movió a toda velocidad hacia los Pokémon de Terry, exudando un intenso brillo rojo que luego se volvió blanco. Y aunque Terry le gritó a sus Pokémon que escapasen, ya no había nada que hacer. Koffing explotó con un gran estruendo, remeciendo ambas plataformas.
Con las manos en el pasamanos, Terry observó las pantallas mientras el humo se disipaba. Las energías de ambos Pokémon, Exeggcute y Koffing, disminuyeron súbitamente, hasta acabarse por completo. Un símbolo negro al lado de cada Pokémon indicó que no estaban en condiciones de luchar.
- ¡El primer encuentro es un empate! -determinó el árbitro. Pero a cada entrenador aún le quedaban dos Pokémon. Y la batalla seguía.
- ¡Vamos, Rhyhorn! -exclamó Shelly, enviando la Pokebola al campo de batalla.
- ¡Ataca, Umbreon!
Ambos Pokémon aparecieron en el terreno rocoso. Por una parte estaba Rhyhorn, una especie de rinoceronte, su corpulento cuerpo, al parecer de roca, con una apariencia huesuda; por el otro lado estaba Umbreon, cuya figura fina y elegante deleitó las vistas de los asistentes al encuentro.
- ¡Embestida! -mandó Shelly sin más demora. Su gran Pokémon embistió con todas sus fuerzas. Sin embargo, Umbreon, ágil, lo esquivó sin problema alguno.
Lo único que dijo el PokéDex fue "Rhyhorn, el Pokémon Púas. Sus huesos son mil veces más fuertes que los de los humanos"
Una sucesión de ataques se produjo rápidamente. Shelly procedió con Embestidas y Pisotones, los cuales fueron esquivados fácilmente por el ágil Pokémon de Terry. El joven entrenador contraatacó con Fintas y Cabezazos, que no hicieron mucho efecto, pero comenzaron a disminuir las energías de Rhyhorn.
- Esto tiene que ser detenido -dijo Shelly, aún confidente en sus habilidades y las de su Pokémon- ¡Terremoto!
El potente ataque remeció la estructura del gimnasio, haciéndolo temblar como una pequeña planta ante el viento. Pero el edificio estaba preparado para estas situaciones: después de todo, era un gimnasio oficial de la Liga de Kajar.
Umbreon, por su parte, sí recibió los efectos del ataque. El suelo se remeció bajo sus pies y lo lanzó a través del campo de batalla. Genial. Si esto sigue así, Umbreon caerá pronto, y me quedaré sólo con Scyther.
- ¡Rayo de Confusión! -mandó Terry. Su Pokémon obedeció al instante. Enfocó sus energías, y lanzó dos rayos de luz dorada, desde sus ojos carmesí hasta los del Pokémon de Shelly. Inmediatamente, el corpulento Pokémon de la líder de gimnasio comenzó a caminar erráticamente por el devastado campo de batalla.
- ¡Concéntrate, Rhyhorn! ¡Ataque de Cuerno!
- ¡Finta!
Antes de que Rhyhorn se acercase demasiado al Pokémon de Terry, éste brincó en el aire, desapareciendo en una ráfaga negra. Reapareció un instante después, flotando un segundo sobre la gran cabeza de Rhyhorn, pateándolo con sus cuatro negras patas. Pero algo salió mal.
Pues Rhyhorn salió de su confusión, y en el instante en que Umbreon le golpeaba, devolvió la mano con una Cornada directamente en el estómago de Umbreon. Un signo de exclamación en las pantallas indicaba el golpe crítico.
Umbreon cayó al suelo, levantándose unos segundos después. El público se levantó en una ovación. Por una parte, para el Pokémon de Terry, por levantarse después del duro golpe; por otro lado, para Shelly y su Pokémon, por anular tan rápidamente las tácticas del retador.
¿Qué hacemos ahora? Hemos probado de todo. A menos que...
- ¡Tóxico! -mandó, antes de que su Pokémon esquivase otra Embestida de Rhyhorn. Umbreon ejecutó el ataque apenas escuchó la voz de su entrenador, escupiendo una extraña sustancia al cuerpo de Rhyhorn. El gran Pokémon retrocedió, el veneno penetrando en su sistema, cada segundo haciendo más daño.
- ¡No es posible! -exclamó Shelly. No se esperaba un ataque así. No en un Umbreon. Un TM, probablemente, se dijo.
- ¡Rápido! -ordenó a su Pokémon. No podían perder un momento.- ¡Derribo!
Rhyhorn obedeció al instante, lanzándose con todas sus energías hacia Umbreon, mientras el veneno le debilitaba más y más. Y a pesar de la orden de Terry de alejarse, Umbreon no pudo esquivar a la mole que se le vino encima. Con su habilidad de Cabeza de Roca, Rhyhorn no recibió daño por el arriesgado ataque.
El Pokémon de Terry cayó, inconsciente, en un rincón del campo de batalla. Derrotado. No había más que decir. El silencio reinó en el recinto mientras el Pokémon de Shelly caía también, bajo la acción de los tóxicos. Otro empate.
Ambos entrenadores recogieron a sus Pokémon en sus Pokebolas, y se prepararon para el asalto final. El que decidiría la batalla.
- ¡Scyther,ve!
- ¡Yo te elijo, Golem!
Ambos Pokémon aparecieron en la arena, desde los rayos rojos expelidos por las Pokebolas de cada entrenador. El Pokémon de Shelly le pareció muy extraño a Terry. Parece una bola de rocas con cabeza, brazos y patas. Y es que su descripción no estaba lejos de la realidad. Scyther gruñó a su oponente y se puso en una actitud ofensiva. Ninguno de los entrenadores se hizo esperar.
- ¡Ataque Rápido!
- ¡Embestida!
El coloso de roca apenas alcanzó a acercarse a Scyther, cuando éste desapareció en una ráfaga de color verde. La mantis esquivó el golpe rápidamente, para devolver el favor con un ataque de su cuchilla derecha. Sin embargo, el filo de la navaja ni siquiera rasguñó la durísima coraza del Pokémon de Roca. En las pantallas, el daño efectivo era imperceptible. Esto será difícil.
La contienda rápidamente pasó a ser un duelo de velocidad contra defensa. Los golpes de Scyther se sucedían a una velocidad que difícilmente podía apreciar el ojo humano: para el público, el insecto se había convertido en una borrosa mancha verde que volaba por el campo de batalla.
Golem, por otro lado, sólo se quedó ahí, intentando, de rato en rato, de propinar un golpe que Scyther esquivaba sin mucho esfuerzo. Pero el Pokémon de Terry tampoco hacía un daño significante.
- ¡Cortes Furia! -ordenó Terry. Acumularemos el daño. Apenas dio la orden, las cuchillas de Scyther brillaron de un intenso plateado, y el daño comenzó a aumentar ante el asombro de Shelly. Sin embargo, había una falla en el ataque.
- ¡Detenlo, ahora que está cerca! -mandó Shelly. Scyther, al realizar los Cortes Furia, se había acercado demasiado tiempo al gigante de roca. Golem alzó su rocoso brazo izquierdo y detuvo la cuchilla de Scyther sin mucho esfuerzo.- ¡Mega Golpe!
Golem, aún sujetando la cuchilla con el brazo izquierdo, lanzó un golpe con el derecho, mientras su puño se envolvía en una luz cegadora. Cuando el puñetazo dio en el esbelto cuerpo de Scyther, quien aún luchaba por liberarse del implacable agarre de Golem, lo hizo volar por el campo.
Terry frunció el ceño mientras vio una gran baja en las energías de Scyther. "30%" era lo que las pantallas señalaban como las energías restantes de Scyther. Contra un 75% de Golem. ¡Los Cortes Furia hicieron poquísimo! Si tenemos algún truco bajo la manga, es hora de usarlo.
- ¡Velocidad Extrema!
En cuanto las palabras salieron de su boca, Scyther desapareció con un golpe de viento que azotó el estadio. Ya ni el ojo más experto era capaz de verlo. Ni Terry, ni Shelly, ni Golem. Terry no pudo evitar aceptar que la Velocidad Extrema era un ataque notable. Cualquier cosa podía suceder ahora.
Y sucedió. Aquellos realmente concentrados en lo que sucedía en la arena alcanzaron a ver algo verde que se dirigía hacia Golem. Luego, un sonido agudo, como el de una espada desenfundándose. Y Golem, cayendo de espaldas.
- ¡Sí! -exclamó Terry, al ver el Pokémon de su rival derrotado.
O eso era lo que creía. Pues una mirada a las pantallas electrónicas lo corrigió. "40%" era la cantidad de energías que señalaban bajo el nombre de Golem. ¡Maldición! ¡Era nuestra última esperanza!
La criatura de roca se levantó lentamente, mientras Scyther volvía a aparecer frente a él, jadeando. La Velocidad extrema había requerido un gran esfuerzo. No podrá hacerlo de nuevo. Pero había un ataque... algo que había visto en el PokéDex... Muy pocos Scyther conocen ese ataque... pero debemos intentarlo.
- ¡Inversión!
Scyther, para su asombro, conocía el ataque. Brilló con un fulgor blanco, que concentró en sus cuchillas. Antes de que Golem reaccionase, la mantis voló hacia él, y con renovadas fuerzas le dio una cuchillada que no olvidaría. "Inversión. Ataque del tipo Luchador cuya fuerza es proporcional al daño que ha recibido el Pokémon que lo usa", había dicho el PokéDex. "Se sabe de Scythers que conocen este ataque, ya que lo han heredado de sus progenitores."
- ¿Inversión? -preguntó Shelly. Conocía el ataque, era su deber como líder de gimnasio saber todo lo posible sobre Pokémon, pero, ¿en un Scyther?- Golem, ¡Lanza Rocas!
- ¡Otra Inversión!
Golem había soportado el ataque de Scyther a duras penas. "15%", anunciaban las pantallas electrónicas. Pero el Pokémon de Terry tampoco soportaría otro ataque. Menos uno del tipo Roca, al cual era doblemente débil. Golem hundió sus manos en el suelo, y sacó dos rocas, cada una del tamaño de una pelota de básquetbol, que lanzó sin demora al insecto verde.
Scyther, por su parte, concentró una vez más todo el daño que había recibido, para hacer brillar una vez más sus cuchillas, y voló hacia Golem para asestar el golpe final. Esquivó la primera roca... la segunda venía hacia él, peligrosamente cerca...
Reaccionó un segundo tarde: la roca le golpeó en el abdomen. Sin embargo, no cesó en su ataque. Golpeó a Golem con sus últimas fuerzas antes de caer, sin energías al suelo. El inesperado ataque tomó por sorpresa al Pokémon de Roca, que fue liquidado al instante.
Un tercer empate marcaba el fin del encuentro.
- Ambos entrenadores han derrotado a cada Pokémon de su oponente. -sentenció el árbitro, levantando las banderas.- El encuentro se declara un empate.
¡No! ¡Dimos todo lo que teníamos! ¡Y no conseguimos la victoria...! pensó Terry, regresando a su agotado Scyther a su Pokebola, al tiempo que las plataformas descendían. El público aclamó la intensa batalla que se había llevado a cabo. Pero eso no le importaba a Terry. Había gastado todas las posibilidades que tenía contra Shelly. Y sólo había conseguido un empate.
Bajó lentamente del pedestal, mientras Shelly retiraba a su Golem del campo de batalla y se le acercaba.
- Fue una gran batalla. Esperaré con ansias la revancha -le dijo, ofreciéndole la mano con una sonrisa. Terry levantó la vista, y estrechó la mano de Shelly, con un intento de sonreír que falló desde el primer instante.
Terry murmuró algo que se pareció a un "Está bien", y se alejó, mientras otro entrenador tomaba su lugar en la plataforma, para luchar contra Shelly. Eso ya no importaba para Terry. Sólo quería salir de allí, y pensar sobre lo sucedido.
Ian lo siguió, intentando comprender la pesadumbre de su amigo. Salieron del gimnasio, sabiendo que la próxima vez que entrasen, sería para una revancha. Pero... ¿en realidad quiero volver?
