N.d.A.: Mmm... Capítulo 20... ¿más intriga? Quizás...

Renace de Tus Cenizas

Capítulo XX: Revancha

Era una noche sin luna. En el horizonte, una horda de antorchas se acercaba. Sabía lo que eran. El ejército enemigo había logrado traspasar las últimas defensas de la ciudadela. En pocos momentos, el lugar sería arrasado. Los gritos, tanto de humanos como de Pokémon intentando escapar, le llenaban de angustia.

Pensó en huir con ellos, pero no había sido entrenado para eso. Lo habían amaestrado para luchar. Y eso es lo que haría.

- ¡Ahí vienen!

Atacó sin piedad. Sabía que no podría derrotarlos a todos. Eran demasiados. Matar no era algo que le agradase, mas sus seres queridos estaban en juego. Uno, dos, tres cayeron al suelo, sin vida, víctimas de su furia. Ya no había nada en su mente excepto atacar. Por eso le sorprendió cuando el jefe del escuedrón ordenó la retirada.

Sin embargo, no había remedio. Huyó por las calles en las que una vez había jugado. Pasó a un lado de la rústica construcción que había aprendido a llamar hogar, ahora envuelta en llamas. Con lágrimas en los ojos, se despidió de su pueblo, sabiendo que de él no volvería a ver más que ruinas.

Y todo, la muerte, la destrucción, el sufrimiento, por aquellos extraños escritos, que jamás había visto. No obstante, sabía que sus enemigos jamás los conseguirían. Había escuchado los rumores de que los habían escondido. En un lugar que nadie podría hallar.

Llegó a una de las colinas. Se había separado de todos sus compañeros y amigos. Dio una última mirada a la ciudad. Los restos de las murallas serían lo único que sobreviviría a las llamas, que invadían ya todo el poblado. Prometiéndose nunca volver a ese lugar, comenzó a flotar hacia el bosque que lo acogería por los próximos 400 años.

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Terry despertó de un salto en su cama. Un sudor frío le cubría todo el cuerpo, y su respiración era agitada. Jadeando, recordó el sueño que había tenido unos segundos antes. Ya comenzaba a desvanecerse de su memoria. Pero... era demasiado real...

Miró a su alrededor. Ya había amanecido. Le tomó unos momentos recordar quién era, y dónde estaba. Pero el sueño... ya recordaba un poco más del sueño... Una batalla... en esta ciudad...

Miró su reloj. Ya se hacía tarde. Debía vestirse, desayunar y luego dirigirse al gimnasio. Parecía que no podría descifrar el enigmático sueño... ¿o fue una pesadilla? Pero no alcanzó a pensar sobre esto. Porque, de pronto, supo el origen del sueño. Porque vio una esfera negra, envuelta en llamas violetas, que se metía en una de sus Pokebolas.

Gastly.

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- ¿Quieres decir que se metió en tu mente en la noche y proyectó esas imágenes?

- Eran más que imágenes... deben haber sido algo así como sus recuerdos. No observé nada... lo viví.

- Espérame unos segundos, mientras asimilo todo esto... -le dijo Ian, aún sin creerle por completo- Me dices que ese Gastly que atrapaste ayer tiene más de cuatrocientos años... y que fue un asesino...

Terry no pudo hacer otra cosa que suspirar, mirando al suelo mientras caminaba. La visión le había afectado. La muerte, el sufrimiento, jamás los había experimentado tan de cerca. Aunque sólo hubiese sido en sueños. Y ahora que sabía que eran reales, que en realidad eso había sucedido...

- Un guerrero, Ian, un guerrero. -corrigió, antes de seguir narrando- Habían más Pokémon luchando, eso creo. ¿No lo entiendes? Gastly no quería venir a esta ciudad. Y quería decirme el porqué. Sin embargo... -reflexionó mientras caminaban por las calles de ciudad Ámbar- no logro entenderlo del todo. Y no sé si preguntarle... sus recuerdos no eran nada hermosos.

- Por ahora deberías enfocarte en tu batalla. Quizás todo este asunto quede atrás apenas nos vayamos de esta ciudad.

Era cierto. Aunque ya tenía una estrategia general, debía concentrarse. Logró sacar el asunto de su mente, preocupándose solamente de lo que atañese a la batalla, justo antes de llegar al edificio que ya se le hacía conocido: el gimnasio Ámbar.

- Buenos días -saludó la líder, Shelly. -¿Ya vienes por tu revancha?

- Puedes apostarlo -contestó, Terry, con energías nuevas en él.

Ambos entrenadores se dirigieron a sus puestos, en los podios, mientras Ian escogía un asiento en las tribunas. Era temprano, por lo que no había muchos espectadores.

- Una vez más, tres contra tres. -afirmó Shelly- Pero no creas que usaré los mismos Pokémon...

- Lo sé. ¿Podemos empezar?

- Oh, pareces renovado esta mañana. Esperemos que tus Pokémon también, porque lo necesitarán. ¡Vamos, Tangela!

Terry se asombró mientras el Pokémon aparecía en el campo y en las pantallas. Un Pokémon tipo Planta... quizás Scyther fuese lo mejor... o podría guardarlo para el final...

- ¡Umbreon, yo te elijo!

La Pokebola botó en la rocosa superficie del campo de batalla, liberando al Pokémon Luz de Luna. Umbreon observó atentamente a su rival, una maraña de ramas y enredaderas, mientras las barras que representaban sus energías se llenaban, en las pantallas electrónicas.

"Tangela, el Pokémon Alga" informó el PokéDex. "El cuerpo de este Pokémon está cubierto de ramas y brotes que le proporcionan una buena defensa"

No es una sorpresa...

- ¡Tangela, Látigo Cepa!

- ¡Ataque Rápido y esquiva sus ramas!

El Pokémon de Hierba lanzó sus múltiples cepas, mientras su enemigo se lanzaba contra él. Sin embargo, Umbreon logró esquivar con gracia cada golpe, concretando su ataque. Y aunque éste no dañó en gran medida al Pokémon de la líder de gimnasio, al menos Umbreon había logrado esquivar los Látigos.

- ¡Agarre! -ordenó Shelly. Su Pokémon lanzó una cepa y la enrolló en torno al cuerpo de Umbreon, que no alcanzó a reaccionar. Continuó arrastrando lentamente a Umbreon hacia sí, mientras el Pokémon Oscuro forcejeaba contra el implacable lazo. - ¡Sigue con un Apretón!

Tangela comenzó a cerrar la atadura, presionando más y más sobre el cuerpo de su oponente. Umbreon gruñía, sacudiéndose e intentando liberarse del lazo. No podemos perder... debemos aprovechar cada situación...

- ¡Tóxico! -exclamó Terry, mientras su Pokémon seguía siendo arrastrado hacia Tangela. Desde tan cerca, el ataque no podría fallar.

Umbreon no dudó, y escupió la oscura sustancia al cuerpo de Tangela, que absorbió en segundos el potente veneno. El Pokémon de Hierba no tuvo más opción que soltar al Pokémon Luz de Luna.

- ¡Tangela, Golpe de Cuerpo!

La enredadera se abalanzó hacia Umbreon, dispuesto a golpearlo con todo el peso de su cuerpo. El Pokémon de Terry, sin embargo, contraatacó con un Rayo de Confusión, que hizo tambalear a Tangela.

Terry miró al público unos instantes. La mayoría llevaba la mirada desde las pantallas al campo, y viceversa. Las energías de Tangela disminuían rápidamente, y aunque Shelly le ordenó a Tangela usar Crecimiento, la confusión hizo que se golpeara a sí mismo con sus cepas. Era la oportunidad para ganar.

- ¡Finta! -ordenó Terry. Umbreon golpeó al Pokémon Hierba con el ataque Oscuro, que fue suficiente para acabar con sus energías. ¡Gané la primera ronda!, se dijo Terry, su confianza en aumento. El público aplaudió los esfuerzos de los entrenadores y sus Pokémon.

- Lo hiciste bien, Tangela. -murmuró Shelly, mientras su Pokémon se transformaba en luz roja y regresaba a la Pokebola en su mano.- ¡Vamos, Geodude!

La segunda Pokebola de Shelly golpeó el suelo, soltó al Pokémon y volvió a su mano. El Pokémon rocoso apareció, soltando un "¡Geo-dude!"

"Debe ser otro Pokémon con alta defensa física" pensó Terry, mientras el Pokémon Roca flotaba en el aire y flexionaba sus únicas extremidades, sus brazos, intentando intimidar a su oponente.

- ¡Rayo de Confusión!

- ¡Excava, Geodude!

Umbreon lanzó el rayo dorado desde sus ojos hacia Geodude, mas no dio en su objetivo. El resplandor dio en el suelo, iluminando el campo de batalla.

Cuando el ataque del Pokémon Luz de Luna cesó, sólo se vio un agujero en el suelo, en el lugar en que antes estuviese el Pokémon de Geodude. El ataque Excavar. Ahora puede aparecer en cualquier lugar.

- Umbreon... eh... ¡Foco de Energía! -dijo Terry. Algo debían de hacer mientras Geodude se encontrase bajo tierra. Umbreon obedeció, comenzando a brillar, unas llamas rojas rodeando su cuerpo por unos instantes.

- ¡Ahora! -exclamó Shelly.

Geodude ejecutó su ataque. Salió desde el suelo, golpeando a Umbreon en el estómago. Sin embargo, el Pokémon de Terry estaba preparado, y resistió el golpe.

- ¡Tóxico! -mandó Terry, antes que Geodude pudiese Excavar de nuevo.

- ¡Golpe Dinámico! -ordenó Shelly.

Antes de que Umbreon pudiese reaccionar, Geodude lanzó un golpe a Umbreon, su rocoso puño envuelto en una luz enceguecedora. En cuanto el ataque tipo Lucha dio en el costado del Pokémon de Terry, se produjo una fuerte explosión que llenó el terreno de humo.

Pasaron unos segundos de tensión antes de que se viera el cuerpo inconsciente de Umbreon, en el campo de batalla. Terry lo recogió enseguida, apuntando con su Pokebola. Gracias, Umbreon. Nos aseguraremos de obtener la victoria. Mientras el público ovacionaba a su líder de gimnasio, Terry pensó en su siguiente elección. ¿Debía usar a Scyther? Pero Geodude es un tipo Roca... aunque Scyther haya podido contra un Golem, debería guardarlo para el final...

Pero algo que había escuchado en sus clases con Hemlock llegó a su mente. Algo que podía ayudarle a ganar la batalla.

- ¡Es el turno de Sandshrew! -anunció, lanzando la Pokebola a la arena de combate. El roedor se materializó en cuestión de segundos, sabiendo que estaba en una batalla importante. Era para la cual había entrenado.- ¡Picotazos Venenosos!

El Pokémon de Terry dio un salto, enrollándose y comenzando a girar en el aire, lanzando agujas que simplemente rebotaron contra la dura piel de Geodude.

- ¡Golpe Dinámico! -ordenó Shelly. Al instante, Geodude se dirigió hacia Sandshrew, envolviendo una vez más su puño con energía.

- ¡Esquívalo! -reaccionó Terry. Su Pokémon logró evitar el poderoso ataque tipo Lucha. Contraatacó con un Cabezazo, que no afectó en gran medida a su oponente. -¡Golpes Furia!

- ¡No funcionará! ¡Excava, Geodude! -mandó la líder del Gimnasio Ámbar. Usando sus manos como palas, el Pokémon Rocoso creó un túnel en el suelo, por el cual se introdujo rápidamente.

Estaba a salvo de los ataques de Sandshrew. O eso creen.

- ¡Ahora, Sandshrew, Magnitud! -ordenó Terry. Su Pokémon enterró sus pequeñas patas delanteras en el suelo, provocando un sismo en toda la estructura. Mientras el ataque continuaba, se pudo apreciar en las pantallas, que se balanceaban de un lado a otro, las palabras "Magnitud 7" - Ataques como la Magnitud y el Terremoto doblan su poder cuando el oponente está bajo tierra.

- Lo sé. -contestó, molesta, la líder de gimnasio. Su Pokémon salía a duras penas, a través del suelo. Ya no tenía energías para luchar. Sandshrew reía de forma traviesa.- Pero no pensé que tú lo supieras. Pero, ¿sabes? -le dijo, mientras devolvía a Geodude a su Pokebola- aprendí a no subestimarte. ¡Ve, Cloyster!

El último Pokémon de Shelly apareció en el campo de batalla, saliendo de la Pokebola que le contenía. La esfera volvió a la mano de la líder del gimnasio Ámbar. Cloyster. El último desafío para obtener esta medalla. Pero antes de que pudiese dar una orden a su Sandshrew, Shelly ya había comandado un ataque:

- ¡Polvo de Nieve!

Se escuchó un "Cloyster" desde el interior de las valvas cerradas del Pokémon. El público se estremeció mientras el aire se enfrió súbitamente. Aparecieron cristales de hielo en el aire alrededor de Cloyster, y un viento aparecido de la nada los llevó hasta Sandshrew, golpeándolo con fuerza. El ataque tipo Hielo acabó con las energías de Sandshrew sin esfuerzo alguno.

Cómo odio cuando las batallas se deciden en una ronda.

- ¡Exeggcute, yo los elijo!

- ¿Un Pokémon tipo Hierba? ¿Luego de que usamos un ataque tipo Hielo? -se extrañó Shelly- Sé que no debo subestimarte, pero esto es demasiado. ¡Polvo de Nieve una vez más, Cloyster!

Pero los Exeggcute se dispersaron, esquivando los cristales de hielo que se dirigían hacia ellos. ¿Por qué no eligió a su Scyther?, se preguntaba Shelly. Debe de haber una razón...

- ¡Confusión! -ordenó Terry. Los Exeggcute volvieron a reunirse. Uniendo sus poderes psíquicos, golpearon al Pokémon de Shelly con una fuerza invisible. El bivalvo rodó, su concha cerrada, unos metros a través del campo de batalla.- ¡Sigue con un Somnífero!

Los Exeggcute sacudieron sus cuerpos, liberando un polvillo azulado que se acercó a Cloyster, entrando por entre las valvas. En cuestión de segundos, se pudo escuchar un leve ronquido desde el interior de Cloyster.

- ¡Absorción! -mandó el joven entrenador, continuando su estrategia. Los Exeggcute se acercaron a Cloyster. Abriendo sus bocas, comenzaron a drenar las energías del Pokémon de Shelly, poco a poco. Shelly no sería derrotada tan fácilmente.

- ¡Basta de juegos, Cloyster! -gritó, despertando a su Pokémon.- ¡Rayo Aurora!

Mientras Los Exeggcute aún se encontraban frente a Cloyster, el bivalvo abrió su concha, revelando su pequeño cuerpo negro. Un poderoso rayo multicolor se formó frente a su rostro. Era tal su resplandor que Terry tuvo que cerrar sus ojos.

La plataforma bajo sus pies se remeció, y supo que el Pokémon de su oponente había lanzado el Rayo Aurora. ¿Habría resistido Exeggcute? Abrió los ojos. Las valvas de Cloyster habían vuelto a cerrarse. Y, de los seis Exeggcute que componían el grupo, sólo cinco quedaban en pie.

- ¿Sólo le diste a uno, Cloyster? -se asombró Shelly.- Está bien. ¡Otro Rayo Aurora!

Esta vez el entrenador de ciudad Turmalina no cerró los ojos. Ordenó a sus Pokémon que se apartasen, pero el segundo ataque dio en otro de los Exeggcute. Su debilidad al tipo Hielo del Rayo Aurora fue suficiente para acabarlo.

- ¡Quedan cuatro! -exclamó Shelly. Parecía estar divirtiéndose como nunca. Terry no sabía qué hacer.

¡Su concha lo protege de cualquier ataque mayor, y está cerrada todo el tiempo! Un tercer Rayo Aurora alcanzó a dos Exeggcute que intentaban escapar del ataque. O quizás no todo el tiempo...

- ¡Esperen mi orden! -exclamó Terry, mientras otro Rayo Aurora lo dejaba con sólo un Exeggcute. El último Exeggcute obedeció, alejándose un poco del Pokémon de Shelly.

- Termina esta batalla con otro Rayo Aurora, Exeggcute.

Cloyster se acercó, por medio de saltos, hacia el Pokémon de Terry. Comenzó a separar sus valvas para disparar el poderoso ataque. La energía se reunió rápidamente, y el ataque se podría llevar a cabo en cualquier instante.

- ¡Ahora! ¡Drenadoras!

Las tres semillas lanzadas por el único Exeggcute se incrustaron en el interior de la concha de Cloyster. Al instante, brotaron densas enredaderas, bloqueando una de ellas la visión del Pokémon de Shelly. El Rayo Aurora fue disparado, mas no dio en Exeggcute; en cambio, rozó peligrosamente la plataforma de Terry y llegó a una de las barreras que protegía al público.

Las Drenadoras, además, comenzaron a enviar las energías de Cloyster hacia los Exeggcute. Uno a uno, los Exeggcute caídos se levantaron y volvieron a reunirse. Mientras, Cloyster intentaba ataque tras ataque, fallando en cada uno de ellos. Las enredaderas le impedían ver con claridad.

- ¡Acábalos, Cloyster! ¡Quítate esas enredaderas! -mandó Shelly. Pero era inútil.

- ¡Exeggcute! ¡Mega Drenar! -ordenó el joven entrenador.

Los Exeggcute rodearon al Pokémon de Shelly, abrieron sus bocas y comenzaron a absorber sus energías a una velocidad impresionante. En segundos, la batalla había terminado. A favor del retador, Terry. ¡Sí! ¡Lo logramos!

Las plataformas descendieron. Ambos entrenadores devolvieron a sus Pokémon a sus Pokebolas, mientras el público se alzaba en una ovación. Ian se acercó a Terry, mientras en el centro de la arena de combate, Shelly le entregaba la medalla Espejo. Agradeciendo, el entrenador de ciudad Turmalina la guardó en el estuche que llevaba para ello.

- Recuerda que con esta medalla tu amigo y tú son bienvenidos para entrenar en este gimnasio. -dijo Shelly. Terry se extrañó.- Son nuevas reglas que impuso la Liga Pokémon para este año. Tenías una medalla Fe y una medalla Ala ¿cierto? -Terry asintió- Bueno, Beth es nueva como Líder... es comprensible... pero ese Quincy, me temo que no prestó mucha atención en la última reunión... Por cierto, quiero que lleven esto.

Shelly hizo una señal a uno de sus auxiliares, quien trajo enseguida dos objetos cúbicos, que Shelly entregó a Terry y a Ian.

- Son TMs que enseñan el ataque Reflejo. Aumenta las defensas de sus Pokémon por un tiempo. Aprovéchenlos, son un regalo de mi parte.

Dando gracias a la Líder del Gimnasio Ámbar, los dos entrenadores recibieron el regalo, para luego despedirse de Shelly y de su hermana Lisa. Salieron del gimnasio, esta vez ambos entrenadores con sus medallas. Otro desafío había sido superado.