Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, yo los uso por entretenimiento e imaginación.
Advertencia: Yaoi, lenguaje soez, hice algunas referencias a la película Akira porque la amo mucho.
Después de cinco años, sí, cinco años finalmente retomo la escritura en mis long fics, aún no sé si habrá personas que leerán la historia y perdón por la tardanza, espero que se animen a seguir, por cualquier cosa, estaré moviendo el fic a Wattpad si a alguien se le hace más cómodo leer allá, bajo el mismo nick, aleshotaro. Sin más, gracias por todo.
Las actualizaciones ahora sí serán constantes.
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Después de esa noche, llegó a casa y de una buena vez se durmió. Realmente la actitud de Sasuke lo estaba estresando y también irritando, tenía que quitarse ese complejo de salvador que solo se había adjudicado, las personas cambiaban únicamente cuando ellas querían.
Al día siguiente continúo como siempre, habló rápidamente con sus padres, fue a la escuela, trataba con todo su ser poner atención en las clases ya que pronto los exámenes finales llegarían.
—Los chicos quieren que almorcemos juntos—. Le dijo Kiba sentado junto a él.
—¿Los de tercero?
—Sí, creo que es idea de Yahiko—. Kiba solamente siguió apuntando unas cosas de la clase, Naruto aceptó.
Entre las clases y algún que otro chiste entre Kiba y Suigetsu, había matado tiempo, la verdad Naruto disfrutaba pasar tiempo con ellos, realmente la amistad era el único vínculo desinteresado, al menos por el momento, eso le hacían ver sus amigos.
Hey Naruto, ¿Cómo andas? Yahiko.
Estoy bien, ¿por qué? Naruto
Tengo que hablar contigo Yahiko.
Naruto se quedó un poco extrañado, rara vez Yahiko hablaba seriamente con otros, lo único que respondió fue "está bien". La hora del almuerzo llegó e iba a evitar a toda costa ver a Sasuke, porque el primer pensamiento que se le venía era el de golpearlo.
LLegaron a la cafetería, Deidara, Suigetsu y Kiba habían llevado su propio almuerzo y solo esperaban que Yahiko e Hidan compraran el suyo. Finalmente ahí estaban los seis.
—¿Y bien qué pasa?—Preguntó Naruto sin rodeos.
—Si Naruto, estamos todos bien, gracias por preguntar —.Dijo sarcásticamente Yahiko. —Nada, quería que saliéramos, no hicimos nada este fin de semana que pasó.
Lo cual era cierto, Naruto pasó encerrado los dos días y había quedado en aprovecharlo, cosa que no pasó. No hizo nada en especial.
—Si está bien, ¿A dónde iremos?—Inquirió Hidan.
—Propongo que vayamos al Harukiya, tiene buen ambiente, comida, billar, música, bolos y comida, hm.—Deidara aún comía pero quería ir a un buen lugar. Todos aceptaron y se verían dos horas después de clases para poder alistarse.
Siguieron hablando de trivialidades y haciendo alguna que otra broma estúpida, cuando levemente salió el tema de los Uchihas.
—Oigan, Itachi Uchiha es gay, ¿no es así?— Naruto automáticamente prestó atención a la pregunta de Suigetsu.
—Sí, o bisexual, no lo sé, es raro, Deidara se metió con él—. Respondió como si nada, Deidara lo vió con fastidio porque realmente era algo que le traía malos recuerdos.
—¿Y qué tal?—Se dirigió Kiba a Deidara.
—Hmm, no es que me guste hablar mucho de ello, pero solo te puedo decir que es del tipo de personas que no sabe lo que quiere, un día te demuestra lo mucho que le importas y al día siguiente actúa indiferente, hhm—. Deidara lo dijo de manera seca, pero continuó. —No sé qué trauma generacional tendrán los Uchihas, al parecer el menor también es similar, qué mierda.
—¿Crees que realmente sea un trauma?
—Claro que no, bueno, hay gente que es mierda porque así le gusta serlo, les gusta la atención que les puedes dar—. Respondió Yahiko a Kiba.
—¿Será que alguien los puede hacer cambiar?— Dijo Naruto serio. Los demás le miraron un poco curiosos, pero nada del otro mundo.
—Nah, si alguien está siendo mierda contigo solo tienes que irte de ahí, qué idiotez gastar tiempo en personas que no te ven como un igual.
—No es tan fácil Hidan, algunos desarrollan algún tipo de apego, hmm—. Contestó Deidara.
—Porque son imbéciles—. Replicó Hidan, Deidara solo rodó los ojos, Naruto por primera vez sintió que ambos tenían razón; probablemente era su caso, un imbécil con apego emocional. El timbre de entrada sonó, la mayoría se quejó y se despidieron hasta la salida.
—Bueno los veo hasta las seis, nos vemos acá afuera de la escuela—. Todos asintieron ante las palabras de Yahiko y se fueron a sus respectivos salones.
En la tarde no hubo mucho que hacer, únicamente formación de grupos para el proyecto final de ciencias. La tarde pasó rápida y todos se fueron apresuradamente a sus casas.
Por otra parte, Sasuke salía de la ducha de su habitación, su día fue aburrido y algún tipo de ansiedad le había embargado en todo el trayecto, esa ansiedad tenía nombre y apellido: Naruto Uzumaki. Qué estrés, por eso odiaba los vínculos emocionales, peor cuando se tornaban intensos.
Pero sabía que en parte era su culpa, ¿Por qué había elegido a Naruto? No era novedad su sexualidad, por ello varios chicos e incluso chicas le buscaban para saber si podían tener al menos un encuentro casual, sin embargo, les rechazó, quería sentir ese deseo de posesión por Naruto, el rubio era muy vivaracho y casi toda la escuela lo conocía, lo veía como algún tipo de reto, que sí había logrado, pero a diferencia de otras personas, Naruto no cedía del todo, era demasiado terco y a veces eso mismo, servía como una atadura para Sasuke.
—Ni debería estarle prestando importancia a esta mierda—. Dijo para sí mismo, frente al espejo. Si bien y no lo reconocía, era un egocéntrico, el sentirse deseado era algo que le ayudaba a su autoestima, que realmente solo era un complejo por sentirse abandonado, sus padres tenían una relación distante con él y últimamente Itachi no se relacionaba mucho con él, pero no podía culparlos de sus propias decisiones.
Tomó el celular y vio que Naruto estaba en línea y no le escribía. —Maldito bastardo…—Murmuró.
Naruto y los demás iban camino al lugar, llegaron y estaba ambientado, por el exterior, con luces led de colores, al entrar, había muchísimos posters y decoraciones del filme Akira, como el mismo nombre del bar, que aparecía en la historia. Incluso había una réplica de tamaño real de la motocicleta de Kaneda.
—Vaya este sitio si que está genial—. Dijo Suigetsu al ver todo, tenía otras secciones decoradas con diferentes filmes cyberpunk, cómics y videojuegos.
—Este lugar es arte, mis recomendaciones son siempre buenas, hm—. Presumió Deidara. De fondo sonaba Eclipse de Pink Floyd, el lugar tenía una cantidad de personas moderadas, lo suficiente para hacerlo ameno.
—Bueno, ¿Qué quieren comer?—Preguntó Yahiko.
—Mierda encebollada.
—Agh, qué asco Hidan, a mi no me gusta la cebolla—. Respondió Kira, todos se echaron a reír. Después de un par de minutos peleando entre qué cosas ordenar y no, unos se fueron al billar, los otros a los bolos y Naruto y Yahiko se quedaron en la mesa en lo que su orden estaba lista.
—Naruto, ¿Qué te pasa últimamente?
—¿Por qué lo dices?—Respondió incrédulo. Igual él mismo sabía que su cambio no pasaría desapercibido.
—Por favor Naruto, sé que soy estúpido pero no para tanto, desde hace un par de semanas que empezaste a frecuentar a Sasuke has estado más distraido, ¿Qué pasa?
Naruto evitó verle directamente,odiaba las confrontaciones, especialmente las de este tipo porque no le gustaba reconocer sus errores.
—La verdad.. No sé ni qué decirte, pero sí, Sasuke, tal y como dijo Deidara, es del tipo de persona qué no sabe ni dónde está parada, pero me gusta estar con él y…
—Y crees que en algún punto cambiará por ti.
El silencio fue una respuesta. La reputación de los Uchiha era conocida, es más, muchos hasta alegaban que como amigos tampoco eran buenos. Naruto le gustaba brindar el beneficio de la duda, el problema en sí es que tampoco conocía el círculo cercano de Sasuke, él por supuesto, sabía que no valía la pena presentarle sus amigos al Uchiha, no iban ni para atrás o para adelante. Estaban estancados, ambos, en su complejidad y egoísmo.
—Algo así—. La resignación y la pena eran notables en su voz. Sentía vergüenza.
—Mira Naruto, no puedo decir qué hacer en tus relaciones pero como amigo tengo el deber de aconsejarte—. Yahiko estaba serio, realmente del grupo, era él el más maduro y quien solía preocuparse por los demás, un líder nato. —Piensa en que si este jueguito estúpido que se trae, su relación te da más molestias que paz, nadie vale la pena para atropellar nuestra propia salud mental, si él no te trata como tu lo haces, ¿Cuál es el sentido de seguir con esa persona? Entiendo que quieras ayudarle de alguna forma, pero no es tu responsabilidad, si él quisiera mejorar sus acciones te dirían lo contrario.
—Tienes razón Yahiko, quizá como dijo Hidan en la tarde, tal vez soy solo un imbécil.
—Tampoco, Hidan no tiene tacto y rara vez ve la raíz de los problemas, pero si piensa en lo que mejor te hace en tu vida.
Naruto le agradeció por sus palabras y vaya que las tendría en cuenta, pero por ese momento aprovechó a disfrutar la salida con sus amigos, quién sabe lo que le depararía las próximas semanas.
