Capítulo 17:

Preludio

"Esto es realmente incómodo..."

Fue lo que pensó Astral al verse rodeado de los protagonistas y sus aliados justamente en la mesa del comedor a la hora de la cena. La noche ya habiendo cayendo al Ducado como a aquel Mundo. La brisa apenas murmurante en la copa de los árboles dejando tiempo como para que Astral y Yuma procesaran lo que estaba pasando.

El tintineo de los cubiertos chocando suavemente en la fina vajilla sirviendo para hacer algún sonido en el lugar. Mientras miradas iban dirigidas de aquí allá con discreción y, la mayoría de ellas, con odio contenido.

La preocupación siendo algo sencillo de identificar para el peliblanco. Quien fingía no ver nada más que a su amado y a sus padres. Los últimos siendo los únicos que realmente disfrutaban ignorantes de la situación.

Elifas pasando a mantenerse en el lugar del líder de la Familia Encinereb, mientras que a su lado derecho se mantenía su amado esposo Aren. A un lado de él estando Yuma, y al lado izquierdo dejándose para Astral. Siguiendo de ahí con la familia Arclight, y al frente de ella, la Familia Tsukumo. Los Tenjo ocupando los asientos de la orilla para mejor comodidad del Infante. El cual, al igual que Aren y Elifas, se mostraba contento. Ajeno a lo que parecía pasar silenciosamente.

Una extraña Guerra de miradas apenas soportándose solamente para que, en algún punto, Astral suspirara, cansado.

Lamentando de que, después de su llegada junto a Yuma una vez más a la mansión, y prepararse para cenar con los invitados. Todo se volviera realmente molesto y tedioso. Su estrés escalando lo suficiente como para sentir dolor en su cuello y hombros. La mirada de su amado, sirviendo gentilmente para calmarle antes de decidir salir y no volver hasta que los protagonistas y los demás se hayan retirado.

Sus ganas de salir corriendo aguantándose solamente para seguir con lo suyo. Ingiriendo sus alimentos mientras era juzgado y analizado como animal en un zoológico.

Sus pensamientos comenzando a rodar apenas levanto su copa de vino. Bajando su mirada para fingir no ver más. Dando un ligero sorbo.

"¿No deberían decir algo al menos? Un elogio a mis padres no está de más... Aunque sea mínimamente por cortesía."

Su mirada subiendo sutilmente para observar de soslayo su panorama. Hartándose del silencio.

"...O para hacer de esto más ameno. ¡Vamos! Se que están en la "Guarida" del Villano, pero, creo deberían simularlo más..."

—Astral... —Llamo repentinamente Elifas. Acaparando naturalmente la atención sobre él. Apenas deteniendo sus cubiertos para mirar solemne a su hijo. Sonriendo gentilmente. —¿Ya has decidido el lugar en donde enseñaras al Joven Haruto Tenjo?

Astral apenas pudo detener su propia reacción para no verse sobresaltado ante la repentina voz de su padre. Calmándose forzadamente antes de bajar su copa, posándola en la mesa. Asintiendo después.

—... Lo he hecho. Me gustaría primero saber qué es lo que sabe antes de poder decidir con que sería lo más conveniente a iniciar...

—Es una buena decisión. —Alabo Elifas. Alcanzando un pedazo de carne para llevarlo a su boca. —¿Hay algo que necesites?

—...Solo la presencia del Joven Haruto... —Menciono Astral. Posando su mirada en el infante. Recibiendo miradas discretamente recelosas. —Creo que es mejor revisar las expectativas y lo más básico...

—Comprendo... Haz tu mejor esfuerzo... —Asintió Elifas, orgulloso. Sonriendo antes de seguir degustando sus alimentos.

Escuchando una voz más después. Su tono desconfiado y ligeramente burlón consiguiendo llamar la atención. Tensando rápidamente el ambiente.

—Hn. ¿Acaso el Duque Astral sabe cómo es que una clase debe proceder? —Cuestiono Kazuma. Su mirada posándose en Astral. Alzando su copa de vino para beber después. Ocultando su sonrisa. —...Que yo tenga conocimiento no ha aceptado antes a nadie, mucho menos mantiene un diplomado o estudio formal...

"¡Este hombre!" Pensó Astral. Frunciendo ligeramente su seño. Regresando a su papel antes de sonreír de lado. Sus ojos colocándose en el mayor. Fríos y determinados.

—...Para su información, Marqués, la alquimia no es una materia que pueda enseñarse en una escuela como sucede con la magia. No existe por tanto un camino a seguir, más que los conocimientos que pasan de generación a generación... Aunque, por supuesto. Considero que es su desconocimiento sobre este arte, que le da tanta curiosidad... ¿Cierto?

—...Tal vez... —Menciono Kazuma. Apretando sus labios para luego mostrarse falsamente contento. —Pero, ¿No es mejor tener un instructor experimentado con usted que pueda visualizar y revisar como es que transcurren sus clases?

—...Considero. —Alzo su voz Astral. Sintiendo de manera ligeramente altanera. —Que tengo el perfecto perfil para poder enseñar al Joven Haruto este camino de la Alquimia sin necesidad de tener a personas observando de más... Claro, si sabe a lo que me refiero. —"No quiero estorbos" Fue lo que entendieron los protagonistas y sus aliados. Consiguiendo que se angustiaran ante la seguridad del más pequeño.

—P-Pero... —Intervino Thomas. Una sonrisa nerviosa viéndose en su rostro. —¿No Haruto-kun tiene solamente siete años? ¿No es peligroso comenzar a esta tierna edad?

—Absolutamente no. —Determino Astral. Bajando su mirada para seguir con sus alimentos. —Siete años es la edad perfecta para que pueda desarrollar completamente todo su potencial...

—¿No es peligroso entonces tratar con los materiales a usar? —Cuestiono esta vez Christopher. Tomando la mano de Kaito por debajo de la mesa en un símbolo de apoyo. Posándose seriamente. —He escuchado que los alquimistas usan materiales que llegan a ser incluso tóxicos o benignos...

—¿Insinúa que mi esposo no sabe ser un alquimista? —Intervino Yuma con un tono educado pero peligroso. Subiendo su copa de vino a sus labios. Sorprendiendo a los presentes. Logrando una sonrisa ladina en Astral. El cual miro una vez más su entorno. Encantándose con la escena.

—N-No quise decir eso. Me disculpo si se ha mal entendido... —Se disculpo Christopher. Apretando su mano libre hasta hacerla un puño. Bajando suavemente su mirada. —Me refería más a la seguridad de Haruto-kun... Temo no pueda manejar los materiales...

—Eso se reflejará en sus habilidades. –

Alzo la voz Astral. Haciendo brillar su mirada en advertencia.

—Aquí es donde se verá si es apto para ser un buen alquimista o no...—

Astral sonrió un poco más. Alzando nuevamente su copa.

—No desconfíe del infante tan rápido, ni siquiera ha tenido la oportunidad de valerse por sí mismo en la alquimia. –

Su mirada posándose en el menor.

—¿No es verdad Haruto-Kun?

Un ligero escalofrío recorrió a todos al mismo tiempo. Haciéndoles pasar saliva o bajar sus miradas. Notando como es que el menor paraba su comida antes de mirar al peliblanco. Sonriendo sinceramente después.

—¡Así es! —Afirmo. Dando la razón a Astral. Quien sonrió más cómodamente antes de asentir como es que aquella batalla campal se ganaba justamente. Haciendo sentir orgulloso a Yuma. El cual asintió discretamente para seguir en lo suyo. Dejando que Aren alzara su voz después.

Kufufu~. El Joven Haruto sin duda es un niño inteligente. Debe estar ansioso por comenzar con su aprendizaje. —Haruto miro al mayor antes de asentir. Emocionado.

La cena transcurriendo sin más incidentes hasta que llegó la hora de separarse. Cada uno de los invitados siendo dirigidos a sus habitaciones asignadas para luego dejar a Astral en sus propios aposentos. El gesto siendo bien recibido antes de dejarse caer en la enorme cama que le pertenecía. Suspirando sonoramente antes de que su mente regresará a pensar con ligero estrés. Maldiciendo su suerte.

"Acaban de llegar y ya han declarado una Guerra sin sentido, ¿No se cansan?"

Dio la vuelta sobre sí mismo. Mirando al dosel de su cama.

"Realmente son insistentes... Aunque, por algo es que son los aliados de los protagonistas... De verdad. Son un dolor de cabeza. ¿Qué no pueden entender que ya no soy más un Villano? Tsk... Que tontería..."

Rodo una vez más, casi llegando a la orilla.

"Aunque ahora que lo pienso. ¿Qué pensará Yuma al respecto? ¿Estará agotado también? ¿O sencillamente lo ignora como ha ignorado lo que le molesta y odia?"

Su mirada se posó en la puerta de su habitación. Una idea viniendo a su cabeza.

"Quizá... ¿Debería preguntar?"

Sus pensamientos deteniéndose antes de sonreír con cariño y una pizca de rebeldía. Asintiendo a sí mismo.

"Tal vez sí debería." Concluyó.

El sonido de la puerta siendo tocado dando pauta para que el sirviente en turno pudiera hacer su trabajo de ayudarle a prepararse para dormir. Un baño más siendo elegido para luego dejarle listo con su pijama color negra, el conjunto siendo perfecto para él. Una camisa de manga larga holgada con botones, así como un pantalón liso y holgado que permitía libremente el movimiento de sus piernas. La suave seda amoldándose con premura solo para remarcar su cuerpo esculpido y pálido. Avivando su belleza natural como su sombrío ser. Una toalla pasando a ser necesaria para secar lo que restaba de su cabello. Despachando al sirviente a los minutos. Quedándose sentado en la orilla de su cama con falsa tranquilidad antes de detenerse paulatinamente.

Las luces siendo apagadas a la brevedad. Solamente para dejar una vela encendida. Justamente en el buro al lado de su cama. La suave llama apenas permitiendo una tenue luz cálida mientras el viento se colaba por los ventanales medianamente abiertos. Las cortinas moviéndose lo suficiente para que decidera mirar a través de ellas. Encontrándose con la luna a lo alto del firmamento, así como una que otra estrella tintineante que parecía saludarle. Colocando una suave sonrisa en su rostro para luego asentir.

Regresando su mirada a la vela para, en un soplido, apagarla. El humo notándose brevemente solamente para permitir un ambiente tranquilo en la habitación, cuestión que Astral uso para su conveniencia. Recostándose en su cama mirando el dosel antes de cerrar sus ojos. Permitiéndose un descanso, antes de que pasaran las horas con libertad. Y con ello, el silencio que una buena noche traía consigo en aquella la mansión en medio de tanta naturaleza.

La delicadeza de la brisa nocturna despertándole para hacerle estirar su mano al buro.

Un reloj de mano siendo alcanzado para ver la hora, la manecilla pequeña remarcando las dos de la mañana, como el minutero en el número siete. Causando una sonrisa adormilada antes de sentarse en la orilla de su cama. Estirándose brevemente para luego asentir, sus mejillas siendo golpeadas para luego levantarse. Dejando que sus pies tocarán el frio suelo antes de dirigirse hasta la puerta. La manija apenas resonando brevemente para luego dejar salir a su dueño.

El pasillo vacío dándole una buena expectativa antes de cerrar la puerta de su habitación. Su mirara girando a ambos lados del pasillo para luego encaminarse hasta su objetivo. La perilla dorada pareciendo resaltar en medio de la oscuridad antes de abrirla sin más. Adentrándose a la habitación ajena inmediatamente cerrando la puerta en silencio. Recibiendo a cambio una suave calma como un olor agradable a sus fosas nasales.

El olor a lavanda permeando en el lugar para deleite de Astral, el cual miro a su alrededor para percatarse del acomodo ya conocido de la habitación. Apreciando la misma solamente para terminar por dirigirse hasta su actual objetivo. Deteniendo sus pasos hasta topar con la suave sabana que caía libremente por uno de los costados. Dejando al aire libre a su dueño. El cual, parecía no querer cambiar de la extraña posición que tenía. El ligero ronquido acaparando la atención del peliblanco antes de dejarle ver la silueta sublime de su amado. La tela negra y transparente de sus brazos como parte de su estómago siendo un deleite solamente para hacerle suspirar. Una sonrisa amplia y enamorada colándose a sus labios para luego tomar la sabana que ya estaba cediendo a caer. Levantándola para posarla en el menor. Tapándole casi en su totalidad antes de recibir una suave queja.

La voz adormilada de Yuma susurrando ante ello.

—...No... No me gusta... —Astral casi deja salir una risa a causa del puchero del menor aun dormido. Queriendo seguir arropándole. —...No, hace calor...

—...Pff. Yuma... —Llamo Astral. Negando para seguir en lo suyo. Acercándose para terminar con su tarea.

Deteniendo sus acciones una vez Yuma estiro sus brazos. Lo demás sucediendo más rápido de lo que imagino. Siendo el menor quien le jalo con fuerza para luego abrazarlo con firmeza. Su pecho siendo usado como una almohada mientras Yuma dejaba de lado la sabana para enredar sus brazos y piernas en el mayor. Su rostro molesto cambiando a uno más feliz una vez pudo reconocer inocentemente el olor varonil y fresco de su amado. Sonriendo tenuemente. Susurrando aun en sueños.

—Astral... No te vayas...

—...Yuma... —Llamo el mayor. Preguntándose de donde es que salía aquella fuerza monstruosa que le retenía en los brazos de su amado. O sencillamente de donde es que venía su debilidad a no querer moverse realmente.

Dejando que el calor ajeno se expandiera en su piel antes de zafar uno de sus brazos. La sabana dejada de lado volviendo a él para luego tapar a ambos en un gesto cariñoso.

Su sonrisa cariñosa siendo visible antes de acomodarse mejor. Acunando a su amado. Decidiendo que hacer después.

"Es probable... Que pueda quedarme aquí... Solo por unas horas más. Antes de que el sol se asome a la ventana..." Pensó. Encantándose con la idea para luego dejarse arrastrar por Morfeo. Sintiéndose tranquilo después de tantas noches lejos de su amado. Su cabeza enterrándose en la almohada, deleitándose para luego. Dejarse llevar por la agradable situación.

La suave brisa que también se colaba en aquella habitación pareciendo enmarcar la escena antes de que las horas transcurrieran con normalidad. El rocío fresco de la mañana de pronto llegando a la mansión. Tanto como su frescura. Avisando entonces a Yuma para despertar. Su cuerpo sintiéndose descansado solamente para alegrarlo con gusto. Sus ojos cerrados apenas permitiéndole saber que pasaba a su alrededor. Eligiendo dormir más antes de poder detectar algo que no había estado antes ahí junto a él.

El calor humano ajeno provocando que abriera lentamente sus ojos para toparse con el rostro que más amaba.

El cabello blanco despeinado, tanto como su firme agarre a las ropas ajenas. Dejando el pecho del mayor al descubierto para su sorpresa. Un lindo sonrojo subiendo a sus mejillas para luego hacerle sentir avergonzado. Extrañado al ver a Astral a un lado de él plácidamente dormido. La suave respiración manteniéndose al menos hasta que él se movió de más. Despertándolo sin querer. Quedándose quieto.

—...¿Yuma? —Murmuro Astral. Su voz ronca encantando por mucho al menor antes de que se forzara a poner atención. Asintiendo mientras esperaba a que su amado despertara. Mirándole fijamente.

—...Aquí estoy cariño... Buenos días...

—¿Buenos días? —Cuestiono Astral, abriendo sus ojos para percatarse de ello.

La mañana ya acercándose como la frescura de la hora. Su vista enfocándose en su amado frente a él. Parpadeando curioso antes de sonreír. Aliviado de verle. Acercándose más a él.

—Yuma... Buenos días... —Saludo. Depositando después un casto beso en los labios contrarios. Siendo correspondido a la brevedad. Dejándole satisfecho.

—¿Qué haces aquí? ¿En qué momento te colaste? —Preguntó Yuma cariñosamente, separándose apenas de su amado. Acurrucándose en el mayor. La respuesta llegando casi al instante. Sin mucha ceremonia.

—...Vine en la madrugada. Quería hablar contigo, pero, ya estabas profundamente dormido. No quise despertarte...

—Oh, Astral. Sabes que no me importa que me despiertes tú... Me es irrelevante...

—Pero... Quería que descansaras más... —Agrego Astral. Logrando un bello sonrojo marcado en su amado. El cual, sonrió con amor. Negando ante ello.

—Eres todo un caballero... ¿Qué sería de mí sin ti mi Señor?

—No lo sé... Quizá solo un personaje secundario...

—Solo un personaje ocasional... Mm. Suena bien para mí... —Admitió Yuma. Su vista fija en el peliblanco. —Está bien. ¿De qué querías hablar cariño?

—Pues... —Astral agradeció internamente ante el inicio del tema que quería hablar desde aquella madrugada. Acercándose más a su amado. Abrazándolo protectoramente. —Me preguntaba... Si estabas bien con esta situación...

—¿Hablas de la osadía de los protagonistas y de los otros?

—Ajá...

—Bueno... —Yuma pareció vacilar antes de tener una respuesta. Alzando un poco su cabeza para observar al peliblanco. Encarándole. —Sinceramente no espero demasiado de ellos. No creo que sean tan estúpidos para intentar algo... Pero no está de más estar preparados... De mi parte. Hare lo mejor que pueda para mantener en alto tu nombre y el mío...

—Comprendo... —Astral entonces sintió como es que un peso invisible se levantaba de sus hombros. Relajándose notoriamente antes asentir, conmovido. —En ese caso haré lo mismo... ¿Yuma?

—¿Sí?

—¿No te es cansado tratar con ellos?

—Fastidioso... Eso es como lo siento... Pero tampoco lo odio...

—Entonces, ¿Me quedo tranquilo ante su visita?

—Puedes... Pero, de todas formas, no te alejes mucho...

—No saldré de la mansión si es que te preocupa... Me quedaré... —Menciono Astral. Sonriendo ante su amado. Sin querer separarse. Ganándose una reacción igual.

—En ese caso, yo también me quedaré tranquilo...

—¿Lo prometes?

—Lo prometo... —Decidió Yuma. Acercándose una vez más al mayor para besarle profundamente. Caricias llegando sin más, antes de que el primer rayo de sol se colara por la ventana. Avisando lo inevitable.

Astral siendo el que se separó con cariño. Acercándose de nuevo, habiendo notado el brillo vivaz en los ojos ajenos, queriendo un poco más de él, llevándolo a besar a su amado, colocándose encima de él para culminar en mimos cariñosos y melosos. Ciertas marcas quedándose en su propio cuello para luego separarse. Casi recriminándose y castigándose por haberse detenido antes de suspirar.

Levantándose después.

Resignado.

—Debo regresar a mi habitación. —Aviso.

A lo que Yuma, un poco decepcionado por parar, asintió. Levantándose también para luego acomodar su pijama. Tapando lo que Astral había hecho, asintiendo ante él.

—Te acompaño a la puerta...

Pff~... No esta tan lejos...

—Mi habitación. Mis reglas. —Amenazo Yuma.

Su mirar volviéndose fiero antes de hacer lo que dijo. Sonriendo a la brevedad. Dejando sonriente y divertido a Astral. A quién no le quedo más que asentir, dejándose hacer. Motivándolo una vez la puerta fue abierta y una breve despedida se dio. Un beso casto siendo necesario antes de que el peliblanco quedara fuera de la habitación de su amado.

Un cálido sentimiento registrándose en su pecho para luego decidirse a regresar. Sus pasos siendo detenidos una vez la esquina del pasillo dejo ver a dos personas que realmente no quería toparse. Su alegre postura cambiando a lo que representaba antes de seguir como si no pasara nada. Ignorando la mirada que los protagonistas le dirigieron. Alertándose ante su presencia.

—D-Duque... —Susurro III.

Su pijama delatando su hacer, tanto como el de Vector. Quien se posó delante de su amado solamente para protegerlo. Estando alerta ante los pasos de Astral, el cual se acercó hasta que su puerta fue visible, deteniéndose antes de decidir ignorar a ambos. La voz del pelirosa siendo quien le detuvo. Dándoles la espalda.

—Duque... ¿Acaso no estaba en su habitación?

—¿Importa?

Tsk... —Se quejo Vector. Su mirar llenándose de hostilidad antes de ser distraído por III. El cual le negó, tomando uno de sus brazos. Volviendo a alzar la voz.

—Por supuesto que importa. ¿El Duque no duerme en sus aposentos?

"Ah~ y yo que venía de buen humor" Pensó Astral con pesadez.

Su mirar pareciendo brillar antes de encarar a ambos hombres. Dejando su cuello destapado a propósito. Las marcas rojizas quedándose al aire libre solo para sorprenderlos. Consiguiéndolo en segundos. Tomando la palabra con altanería.

—¿Eso le incumbe? Le recuerdo, Duquesa Michael, usted ya no es mi prometido. Por tanto, lo que haga y deje de hacer le tendrá sin cuidado...

—¿A...Acaso usted...? —Quiso cuestionar III. Imaginando lo peor. Siendo interrumpido por Astral, el cual bostezo. Aburrido.

—Duquesa... —Llamo firme Astral. Apenas disfrutando de la situación. —Déjeme darle un consejo. Si va a encontrarse con su amante, debe tener una habitación disponible. De lo contrario, si lo encuentran en el pasillo podría arruinar su propia imagen...

—¿Qué? ¡No, eso no es...! ¡Nosotros no...! —Quiso alegar Vector. Un sonrojo subiendo a sus mejillas. Negando todo contacto antes de alejarse de III. El cual estaba estupefacto y avergonzado. Su sonrojo marcándose ante el descaro de Astral. El cual sonrió ladinamente antes de interrumpir una vez más. Regresando a lo que estaba haciendo. Tomando la perilla de su puerta antes de mirar de soslayo a los protagonistas. Burlándose abiertamente.

—Por supuesto... Escuchen, hare algo por ustedes. Yo no vi a nadie y ustedes tampoco. ¿Les parece?

—¿Qué?

—Perfecto. Gracias... —Agradeció Astral antes de adentrarse a su habitación. Dejando con la palabra en la boca a ambos protagonistas. Quienes se voltearon a ver antes de avergonzarse. Separándose tiernamente para luego regresar sobre sus pasos. Dejando solo a Astral. El cual, sencillamente esperaba dormir un poco más. Esperando a comenzar el día.

"¿No es emocionante? Creo... Que tengo un buen presentimiento" Pensó Astral. Regresando a su cama. Sonriendo un poco más.

Ojalá siempre fuese así de fácil.

Conseguiría sobrevivir con éxito.

Aunque, debía admitir que, eso también sería aburrido. ¿Cierto?

Lo que no esperaba ni imaginaba, fue lo que ocurrió llegando correctamente la mañana. Su segundo despertar apenas dejándole satisfecho para abrir sus ojos ante la llegada del sirviente que siempre le atendía. Un suave saludo llegando a él mientras se sentaba en su cama. Bostezando discretamente.

—¡Buenos días su Excelencia! ¿Gusta que traiga agua para usted?

—Por favor, si eres tan amable... —Accedió Astral. Acercándose a la orilla de la cama para sentarse, esperando que aquel sirviente asintiera a la brevedad antes de desaparecer por unos minutos. Sus pensamientos regresando a él mientras esperaba. Sonriendo ante una bella mañana.

"¿No esto es mejor comparado a cuando llegué? ¡El sirviente ya no tiembla a mi presencia...!" Festejo internamente Astral antes de posarse serio. El agua pedida dejándose a su alcance para lavar su rostro y manos.

La frescura llegando a él para luego secarse. Escuchando al sirviente trabajar diligentemente. Su ropero siendo abierto para sacar las ropas de aquel día.

Un traje rojo y negro siendo el elegido. El bordado elegante y audaz causando que arqueara una de sus cejas antes de asentir. Un extraño sentimiento llegando a su pecho, el color rojo sangre pareciendo una señal. La cual, claramente no pudo ignorar. Sonriendo ladinamente ante ello. Haciéndoselo saber aquel sirviente, quien le reverencio. Pasando a cerrar las puertas de aquel mueble fino. Mostrándose contento.

—Ese traje estará bien... Es perfecto para comenzar las elecciones con el Joven Haruto...

—¡Me asegurare de prepararle bien mi Señor!

—Te lo encargo...

—¡Sí! —Acato el sirviente antes de hacer lo dicho.

Su cualidad más grande presentándose ante las marcas aleatorias en el cuello del peliblanco. Guardando aquel secreto que por ley pedía su trabajo. Haciéndose a la idea de algo que sucedería si su señor seguía así. Alegrándose ante ello. Sus pensamientos enfocándose en eso para luego vestir a su Señor como debía.

Las joyas llegando una vez Astral se notó frente al espejo. Su imagen dominante e intimidante gustarle en demasía para luego asentir en aprobación. Su sonrisa ladina quedándose impresa en su rostro para luego dirigirse a la salida. Las puertas de su habitación abriéndose justamente para dejarle pasar.

El desayuno apenas llegando a la mesa del comedor para luego encontrarse a uno por uno de los invitados. Quienes le saludaron de manera seca o lejana. Apenas dirigiéndose alguna mirada para luego ignorarse mutuamente. Yuma siendo el que tardo más en llegar con un hermoso vestido de manga larga y cuello alto. El color rojo y negro permeando en él para hacerle resaltar con las joyas añadidas. Su belleza notándose distinta, poderosa a ojos de Astral, una ligera sensación de complicidad siendo percibida por ambos amantes en el contrario, reconfortándoles, solo para segundos después Astral pudiera ayudar a Yuma a sentarse. La caballerosidad llegando con naturalidad para luego de unos minutos más y miradas exhaustivas, comenzar con la ingesta de alimentos.

El permiso de Elifas siendo la señal para iniciar. El comedor quedándose en un silencio como el día de ayer antes de que Yuma y Astral tuvieran un extraño presentimiento junto a la voz que decidió alzarse de repente. La visión de ambos enfocándose en los presentes, especialmente en el líder de los Arclight. Byron siendo el responsable.

—...Mis disculpas Gran Duque Elifas... —Comenzó. Notándose ligeramente ansioso. —Pero me temo que la sirvienta personal de mi hijo Michael ha llegado al Ducado. ¿Está bien si es admitida? Mi hijo se sentiría más cómodo si pudiera ser atendido por ella...

—¿Es eso así? —Cuestiono casi con desinterés Elifas. Su rostro mostrándose tranquilo posando su vista en el contrario.

—Así es. A causa de la etiqueta me temo ella ha llegado un poco más tarde de lo usual. Espero pueda perdonarnos esta falta cometida... —Elifas pareció pensarlo con detenimiento para luego observar a su hijo y a Yuma. Un suspiro llegando solamente para asentir. Sonriendo a la brevedad.

—No debe preocuparse. Los protocolos suelen ser así... Y ciertamente el Joven Michael desea ser atendido por alguien de su entera confianza. Adelante...

—En ese caso. —Se inclino ligeramente Byron en reverencia. Agradeciendo el gesto.

Levantándose después, haciendo un movimiento con su mano a los sirvientes presentes antes de que las puertas fueran abiertas. Mostrando aquella persona de la que hablaba. El cabello corto y rubio apenas brillante siendo algo que llamo la atención poderosamente sobre la misma, provocando que Yuma y Astral parpadearan. Discretamente impactados.

Sus sentidos disparándose antes de que Astral pudiera sentir un tic nervioso en uno de sus ojos. Apenas siendo imitado por Yuma. El cual simplemente miro de manera discretamente despectiva a la recién llegada. Aguantando las ganas de apretar los labios con rabia. Quedándose expectante mientras el desayuno había sido detenido momentáneamente para que más presentaciones rápidas y menos importantes llegaran. Anunciando el inicio de su mal humor. Junto a la voz de Byron.

—Ella es Elena... La sirvienta más confiable de los Arclight. Y ciertamente ha hecho un buen cuidado a mi hijo... Por favor, espero puedan tratarla como lo que representa...

"¡Sobre mi cadáver!"

Fue lo que pensó Yuma. Mostrándose mortalmente serio. Digno de su título. Su mirar quedándose fijo en Elena. La cual, con palabras bonitas cautivo a los presentes. Siendo la excepción la familia Encinereb. Los cuales parecieron imitar su acción.

El tema de la expulsión de Elena quedándose fuera de la mesa ante la pertenecía a otro Amo. Y, por tanto, añadidura a las filas de otra familia. Agregando que los Arclight eran invitados importantes.

Así que resignándose. Saludaron secamente.

Comenzando con el mal humor de Yuma. Y la preocupación de Astral.

Realmente todo parecía confabular en su contra. Tal pareciera que ellos eran los héroes en lugar de los Villanos. Aunque, tampoco es que los Villanos no tuvieran dificultades. ¿Cierto?