Cautivo de mí

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi, esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Advertencia: este fic es un OoC con contenido para adultos, lo que leerás a continuación no es apto para todo público, contiene escenas de violencia y sexuales explícitas.


Me incorporé con la intención de dar por acabada la sesión pero el hombre no entendió mis movimientos y en menos de lo que pensé me acorraló entre su pecho desnudo y la pared de la habitación.

—Ranma —musité apenas, el contacto visual era tan estrecho como el poco espacio que existía entre ambos.

—Sé que… ama yo… —titubeaba —solo si tú lo deseas, estoy muy excitado en estos momentos pero no quiero hacer nada que no desees —comentó con la voz agitada, puse mi mano sobre su pecho para alejarlo pero me adhería a él como un imán.

—Esto no estaba en…

—En el trato, lo sé pero si es consentido solo si tú quieres —insistía.

—¿Estás diciéndome que no solo deseas que te castigue? —Enarqué una ceja —¿Qué más quieres de mí? —cuestioné con la voz entre cortada

—Que me domines en la cama —pronunció muy seguro de sí.

¡Diablos! El hombre me lo pedía de una forma que ya me veía montándolo como la mejor vaquera.

—¿No te apetece? —susurró cerca de mi oído estremeciéndome por completo.

Alcé mi rostro hacia él y lo vi cómplice de lo que podríamos hacer, Ranma tomó mi mentón entre sus dedos y me besó con profundidad, su lengua se enredaba a la mía al tiempo que se aventuraba por cada recoveco de mi boca, el beso era impetuoso y exigente. Poco a poco fue cambiando de color, la lujuria hacía posesión de nuestros más bajos instintos y en menos de lo que esperé tenía mis piernas enredadas a su cintura, sus manos yacían clavadas en mi culo y el beso era como un huracán de emociones.

Me llevó a la cama sentándose en el borde de esta conmigo encima, y entonces recordé que el sexo común no le sería del todo placentero, lo empujé con cierta violencia haciendo que su espalda tocara la colcha y clavé mis uñas en su pecho provocándole un sonoro gruñido.

Fui bajando mis manos en una caricia brusca sobre su piel, pasando por su vientre hasta su pelvis para luego coger su hombría entre mis manos, presioné con cierta alevosía el cual ya volvía a endurecer consiguiendo un segundo gruñido, lo masajee con pericia viendo cómo se retorcía debajo de mí.

La excitación, el deseo, la pasión, verlo doblegarse ante mis desvergonzadas caricias era sublime e intenso. Pronto su glande humedecía suave y sutil su punta, su esencia enloquecía mis hormonas por lo que me incliné un poco para saborearlo mejor, su carne estaba completamente expuesta y dispuesta para mí, entre lamidas y succiones me sumí en un deleite desorbitante el que acompañado de sus constantes gemidos me tenían eclipsada en una ardua tarea de nunca acabar.

Dejé mi sabroso cometido con el objetivo de oírlo alegar, me vio con cierta reprimenda la cual poco duró cuando me voltee sobre su cuerpo y me dejé caer sin tanto preámbulo sobre su miembro erecto, Ranma puso cada una de sus manos en mis caderas afianzando el agarre mientras mis tibias paredes daban cabida a su nuevo invitado; por un momento pensé que cedí demasiado rápido pero qué carajos, lo deseaba hace rato ya y si ambos lo queríamos por qué debía suprimir mis ganas.

Entonces decidida a complacerme comencé a moverme suave, aunque pronto el lívido por embestirlo era más intenso, subía y bajaba atrapando su sexo, era tan delicioso el goce que cuando se incorporó para amansar mis pechos comencé a entrar en un trance exorbitante, su boca repartía besos en mi espalda al momento en que su mano derecha bajaba por mi vientre hasta el monte de venus, la penetración era estrecha y certera, el hombre sabía exactamente donde tocar y sus dedos se fueron directamente a mi clítoris el cual se hinchaba gustoso con cada uno de sus toques, usando la frecuencia correcta el masaje provocaba que el sexo subiera de intensidad. Para ese instante los gemidos provenientes de mi garganta eran tan sonoros y es que podía sentir a cabalidad todo cuanto hacía justo ahí, entre mis piernas.

Hice mi cabeza hacia atrás cuando sentí que alcanzaba el clímax, mi amante succionaba parte de mi cuello y susurraba cerca de mi oído un córrete Akane, y sin dudarlo exploté en un mar de sensaciones placenteras. Mi interior palpitaba cuando este continuó moviéndose en mi interior medio minuto más para luego alzarme y dejar salir su líquido seminal fuera de mí. Solo entonces caí en cuenta de que lo habíamos hecho sin protección, mi cerebro me reprochaba pero mi corazón gozaba todavía el orgasmo.

Me removí de encima de él y este me observó con una mirada que era nueva para mí, debía irme, esto no estaba planificado y acababa de cruzar la línea en nuestro acuerdo…

—¿Arrepentida? —preguntó tan serio que me corrió un escalofrío por la espina.

—¿Tú no?

—Yo no, pero parece que tú sí —replicó.

—No era lo que…

—Sé muy bien lo que habíamos hablado —no me dejó terminar —Fue sexo, necesitábamos esto ¿no?

—Sí… tienes razón, creo que será la última vez —se puso de pie y caminó en dirección a mí rosando su pecho con el mío, estábamos completamente desnudos nada interfería entre su piel y la mía.

—¿Tienes miedo? —increpó y negué —¿Entonces?

—Es que tú tienes otros gustos y yo no lo sé, ni siquiera sé por qué hago todo esto.

—Bueno, esto es nuevo para ti pero sin duda lo haces muy bien y recién… —se detuvo un instante tomó mi barbilla y la alzó —recién estuve dentro de ti ¿crees que será fácil dejarte ir?

—¿A qué te refieres? —fruncí el ceño algo molesta con su última frase.

—Ahora mismo quiero probarte Akane, quiero más ¿comprendes? —soltó rosando su boca a la mía.

—¿En verdad te gusto? —pregunté sintiéndome boba, este no dijo nada y me besó.

Luego envolvió sus largos y fuertes brazos a mi espalda me levantó cual pluma y me llevó de regreso a la cama depositándome con sumo cuidado.

—Vamos a dejar que lo nuestro fluya ¿te parece? —preguntó esperando una respuesta y solo pude asentir.

Su boca se fue a mi cuello y por primera vez no era yo quien tomaba la iniciativa, sus labios devoraban el recoveco cerca de mi clavícula y sus manos jugueteaban con mis rosados pezones al tiempo que su erección se paseaba sobre mi vientre, poco a poco y lentamente como si estuviese disfrutando cada segundo juntos lograba discernir con claridad lo que se avecinaba, sería quizás que ya nos encontrábamos cautivados el uno del otro, pero sin duda alguna gozaría de este furtivo encuentro como si fuese el último.

Continuará…


Nota del autor

Estimado lector, ¿muy breve?... quizás querían mucho más para tanta espera. Sin embargo, este fic será así, encuentros fogosos. Y el próximo capítulo será su final porque al parecer el sometido quiere invertir los papeles.

Gracias por leerme.

Sweetsimphony._