Paula Moonlight: Muchas gracias ^^! Generalmente no soy buena con los summary, pero creo que éste fue la excepción. xD! Tengo pensado actualizar una vez por semana, si es que mi memoria lo recuerda… ^^ En cuanto a las cosas fáciles, pues Harry no podrá decirle que no demasiado seguido (por temor a los cruciatus a sus amigos y torturas extras..), pero tampoco se mostrará totalmente sumiso ^^ La intención de Voldie… Todo lo que dijiste xD! Aunque mi razón principal era para sorprenderlo y que no reaccione. xD! En cuanto a los encantos personales de Voldie, los verás ^.- Espero que este capítulo te agrade. Espero tu review! ^^

Jack Dawson: Muchas gracias! ^^ A pesar que capaz no lo creas, tu review me ha servido mucho. Es mi primer fict slash y no me tenía demasiada confianza… Gracias! ^^ Tengo pensado actualizar una vez a la semana, si es que nada me lo impide. Espero que te agrade el capítulo!!

Sar: Gracias! xDD! Sí, tienes razón… Tres páginas fueron muy pobres xD!! Pero es mi primer fict slash y digamos que cuando lo empecé no me tenía mucha fe .! Este cap. es un poco más largo (una page más xDD!) y espero que te agrade ^^ Harry/Tom también es mi pareja favorita, tienen tanto en común... ^^ En fin, tengo pensado una actualización cada semana, para que no sea ni demasiado seguido (porque ahora que he vuelto al colegio el tiempo libre comienza a escasearse y no puedo escribir como antes) ni demasiado tardío ^^ Gracias por tu review!

Minako Potter: Gracias! ^^ No, no es el final xDD! Tengo escrito doce capítulos, así que fíjate que tenemos para rato xDD! Este capítulo es algo más largo, pero no suceden demasiadas cosas (sólo la presentación del nuevo err… "hogar" y una visita a ciertas personitas…) Espero que te agrade! ^^

Selene: Gracias ^^ Es corto porque es mi primer slash y no me tenía fe T.T! Pero cada cap. es más largo que el anterior (éste, por ejemplo, tiene una página más…) En cuanto a reacciones de la Orden, no aparecerán hasta algunos (bastantes…) capítulos más adelante (a pedido explícito de mi beta xD!) Y sus amigos… Pues, aquí los tienes. ^^ Espero que te agrade!

Ianthe: Gracias por el apoyo. ^^ Tengo pensado actualizar una vez por semana, si es que ningún evento me lo impide (como distracción xD!.) El tema de la obediencia de Harry es un gran problema y constantemente tengo que recordarme su terquedad, porque tengo tendencia a suavizar a los personajes xD! Pero si bien todo el tiempo no puede negarse (sus amigos…), no accederá sin mostrarse rencoroso… ^^ Pues… aquí veremos qué tiene planeado Voldie para la integración de Harry en su grupo. Espero que te guste el cap. y que opines sobre él, ya que me ayuda a pulir algunas cosas que he pasado por alto. Gracias! ^^

Agradecimientos a mi beta Erica Riddle.

~*~

Título: Dulce Oscuridad

Resumen: Slash H/T. Tras aceptar serle fiel al Dark Lord, a causa de la amenaza a las vidas de sus amigos, la vida de Harry da un brusco vuelco. Deberá sobrellevar la culpa de enamorarse del asesino de sus padres, dejándose dominar por la Oscuridad... Spoilers HP5.

Autora: Parvati

Pareja: Harry/Tom

Rating: PG

Género: .___. Romance/Drama/Dark... Naturalmente Angst... o.O

Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a J.K.Rowling, soy simplemente una admiradora del universo de Harry Potter... Contentos? T.T

Advertencia: Slash (relación homosexual, ok?) Si te ofende, no lo leas. Estás advertid@.

 Capítulo II: ¿Cuánto estás dispuesto a dar por tus amigos?

Cuando abrió los ojos al sentir que sus pies tocaban suelo, se encontró al lado del Señor Tenebroso, enfrente de un castillo de aspecto terrorífico, como los que formaban parte de las películas de terror muggle. No obstante, la entrada estaba formada por árboles y arbustos que suavizaban el aire tenso que se respiraba. Al mirar hacia atrás, vio una alta e imponente muralla que rodeaba todo el territorio del Dark Lord.

- ¿Te gusta? – Preguntó Voldemort, con una sonrisa cínica en su rostro. Se contuvo a responder. – Sígueme. – Cómo si le quedara otra opción.

Caminaron unos cuantos minutos por un sendero limitado por piedras medianas. Nunca se había imaginado que el hogar de su peor enemigo pudiera tener tanta… ¿belleza? Más bien, vida. A su derecha, en la lejanía, podía apreciar un lago, similar al de Hogwarts. Le pareció ciertamente curiosa la semejanza.

Finalmente llegaron ante la entrada del castillo. Las grandes puertas se abrieron mágicamente y su Señor le hizo una seña para que entrara primero que él. Harry, tembloroso por lo que podría llegarse a topar, suspiró y obedeció.

No se sorprendió demasiado cuando advirtió que la mayoría de los colores que adornaban la sala principal eran negros, verdes, plateados y rojos. No había una gran decoración en sí, salvo que se tomara en cuenta la elegante alfombra verde oscura. A pesar de eso, no estaba tan mal…

Pegó un salto desde su ensimismamiento al escuchar como detrás de él las puertas se cerraban y una sensación de encierro recorrió todo su cuerpo cuando cayó efectivamente en la situación en la que se encontraba. Estaba atrapado en las rigurosas redes de la oscuridad…

Se volteó a ver a Voldemort con inocente interés.

- No me esperaba ser bienvenido en este lugar. – Murmuró Harry, pero lo suficientemente alto para que el otro lo escuchara. Voldemort se acercó peligrosamente a él.

- A partir de ahora éste será tu hogar. Cuando verdaderamente me demuestres lealtad, te permitiré ser libre por los terrenos. Mientras tanto… - Se detuvo. De nuevo sus rostros no estaban a más de un palmo de distancia. – ¿Cuánto estás dispuesto a dar por tus amigos, Harry?

Había sido un siseo casi inaudible. El joven Potter miró perplejo a su ex enemigo, viendo algo extraño en los ojos del otro. ¿Era su imaginación o había…deseo? Retrocedió instintivamente, a lo que el Lord sonrió.  

- Los has dejado libres, ¿verdad? – Preguntó Potter con la voz titubeante. – Ahora están en Hogwarts, a salvo…

- Si ahora estuvieran libres y a salvo, ¿no te parece que buscarías a toda costa una forma de volver a los territorios de Dumbledore, resistiendo constantemente a mis órdenes, ya que no tengo nada con lo que obligarte a estar aquí? No soy tonto, Harry. Hasta que no me demuestres que estás sumiso a mis deseos, ellos serán prisioneros.

- Ese no era nuestro trato. – Dijo Harry, furioso.

- No les pasará nada, estarán bien cuidados. Salvo que me desobedezcas, obviamente…

- ¿Qué es lo que me detiene a aparecerme en Hogwarts, escapar ahora mismo? – Replicó Harry, fulminándole con la mirada.

- Punto uno, tus amigos ya están aquí. Punto dos, hay barreras anti aparición que ni siquiera tu poder puede bloquear. – Contestó Voldemort burlonamente.

- También había barreras anti aparición en Hogwarts y sin embargo…

- Al final, sigues tan sometido al poder de Dumbledore como en nuestro último encuentro. – Rió obscuramente el Dark Lord. Una risa que puso los pelos de punta a Harry, quien retrocedió aun más. Pero el otro lo tomó del brazo derecho fuertemente. – Entiende que ahora me perteneces, Harry. Aceptaste sacrificarte por tus amigos, ahora no hay vuelta atrás. Salvo que quieras que ellos…

- No. – Le interrumpió Harry inmediatamente, recuperando su postura. – Sin embargo, no me obligarás a formar parte de los mortífagos.

- ¿Quién dijo que yo quería la marca tenebrosa en tu brazo, Harry? – Le respondió con sorna. – Te quiero para algo que va más allá de las pequeñas mentes de mis aliados. Me han contado que eres un magnífico estratega. – Sonrió ante la expresión sorprendida del muchacho. – Por el momento ayudarás en eso. Ya veremos luego.

Los ojos brillantes del Señor Tenebroso le advirtieron a Harry que, en realidad, él ya había pensado algo, pero prefería mantenerlo en secreto. Apretó sus labios con frustración, pero terminó asintiendo. Sus amigos contaban con él, se recordó mentalmente. 

***

Estaba en una posición patética para cualquiera que lo viera. Abrazándose a sí mismo, pensando en todas las cosas que le estaban sucediendo. Algunos pensarían que sentía lástima de sí mismo y otros jurarían que estaba perdiendo su cordura al encontrarse aislado de sus ideales, sometido a la voluntad de un ruin villano a causa de sus amigos.

Pero no tenía lástima de sí mismo. No era tan arrogante como para hacerlo. Todo lo que le estaba sucediendo era mérito propio, se convencía. Y en cuanto a la cordura, estaba seguro de haberla perdido hacía tiempo. Capaz desde la muerte de su padrino, la cual le abrió los ojos a la auténtica existencia, demostrando que el mundo estaba cubierto de mentira y odio. No había dos bandos llamados la luz y la oscuridad, sino los poderosos contra los poderosos, utilizando a los débiles como escudo.

Después de descubrir aquello, cualquiera diría que hubiera huido de Dumbledore, culpable de sus actuales agonías. Sin embargo, se mantuvo del lado de la Orden del Fénix, porque tenía una razón para no estar en el otro bando. Nunca se uniría al Dark Lord por voluntad propia. Él le había quitado toda la felicidad, todas las oportunidades. Aunque sea, en Hogwarts todavía tenía a sus amigos, a gente que le apreciaba y que estaba dispuesto a luchar para que siguieran con vida, sanos y a salvo.

Por eso mismo, él se había convertido en uno de los estrategas de la defensa contra ataques de la Orden del Fénix. Luego de la muerte de Sirius, encontró consuelo entre libros de estudio, obteniendo el nivel de Hermione y volviéndose el segundo sabelotodo. Con inteligencia, un poco de astucia e ingenio, sus estrategias eran efectivas.

Pero eso no significaba que Voldemort tenía que saberlo. Las habilidades de los miembros de la Orden solían mantenerse lo más recelosamente escondidas posible. Lo que representaba que había un espía dentro de la Orden pasándole esa información al Señor Oscuro…

Perdió el hilo de sus pensamientos en ese momento, cuando recordó lo sucedido en Hogwarts. ¿Desde cuando el Dark Lord besaba a cada persona que accedía a estar bajo su mandato? ¿O él había sido un caso… especial? Se estremeció al sólo pensarlo. El deseo latente en las iris escarlatas…

Era verdad que en cierta forma, él era especial, pero Voldemort no había demostrado valorarlo de esa forma al colocarlo en una celda. Si bien era más cómoda de lo que se había imaginado (estaba rodeada de una barrera que le prohibía hacer cualquier tipo de magia, además que su varita estaba en las manos del Innombrable, por lo tanto gozaba de la inexistencia de las cadenas), tampoco había sido tan rebelde como para ponerlo allí.

 Se preguntaba si sería verdad que sus amigos estaban vivos, encerrados, pero vivos. Solicitaría verlos a Voldemort luego. Amenazaría con no ser fiel a él si no le ofrecía pruebas de que lo que decía no era mentira. Pero…

¿Cuánto estás dispuesto a dar por tus amigos, Harry?

Tragó saliva. Eso no sería nada fácil… Vivir en ese lugar no sería nada fácil…

Y no se lo haría fácil tampoco al Dark Lord. ¿Lo quería como vasallo? Pues, tendría que batallar para lograrlo.

Deslizó una sonrisa astuta en su rostro, compitiendo con la de su lord. Habría que ver quien de los dos ganaría…

***

Unos pasos retumbaron en el pasillo al lado de su celda. No se inmutó para nada. Había algo interesante en la pared que le hacía imposible separar sus ojos de allí. Por supuesto, cuando la puerta se abrió y el Dark Lord advirtió que le ignoraba completamente, levantó la varita y le lanzó un cruciatus que le hizo recordar que él no tenía piedad ni paciencia con sus sirvientes. El dolor continuó durante un par de minutos en los cuales no dejó de chillar. Pero no suplicó. Su resistencia era lo único que le quedaba contra toda esa oscuridad.

- Para que recuerdes a quien le debes fidelidad, Potter. – Dijo al detener la maldición imperdonable.

Con cierta dificultad, Harry se incorporó del suelo y miró al asesino de sus padres con determinación.

- Tengo tareas para ti. Sígueme. – Ordenó, dejando a entender que no escucharía excusas, pero aún así Harry pensó que no perdía nada gastando un minuto del tiempo del Lord.

- Me gustaría ver a mis amigos para asesorarme de que dices la verdad.

El Innombrable volteó a verlo. Parecía que ese día ya no estaba del mismo buen humor que el anterior. ¿Qué habría pasado?

- Deberás empezar a tenerle confianza a mi palabra, Potter. Tengo honor, si bien no lo creas. Y sólo por esta vez, y para que comiences a hacer bien tu trabajo, te permitiré verlos.

Con una mirada fría, le indicó que sería la última vez que consentiría atrasar sus planes. Harry asintió, teniendo cuidado de no efectuar ninguna sonrisa victoriosa.

Caminó detrás del Dark Lord en silencio. Harry intentaba memorizar el camino, por si alguna vez… Pero le era imposible, estando en un castillo desconocido, seguramente con pasadizos secretos y cosas por ese estilo, además que se percató inmediatamente que su Señor estaba dando algunas cuantas vueltas de más, para marearlo al darse cuenta de que Harry miraba su alrededor buscando señales llamativas que recordar.

Llegaron ante una puerta común, igual a las demás, sellada con magia negra. Voldemort, con un sencillo movimiento de su varita, quebró el hechizo y la abrió, dejando que Harry entrara primero.

Era una celda muy parecida a la suya propia, sólo que en ella habitaban tres personas. Los contempló, con el estómago dándole vueltas y la garganta seca por la tristeza y la culpa. Empezó a examinarlos, acercándose lentamente a ellos. Hermione y Ron se habían incorporado al verlo entrar, con señales de preocupación infinita en sus ojos. Ginny, en cambio, estaba encogida a un lado de la celda, aislada, con la mirada absorta en otra dimensión, sin demostrar emoción por las visitas.

Voldemort permanecía apoyado en la pared, al lado de la puerta, mirando la situación silenciosamente, atendiendo a todas las reacciones. Harry no soportó más, al igual que sus dos mejores amigos, y se abrazaron fuertemente, Hermione empezando a llorar en su hombro y Ron mordiéndose el labio. El joven Potter se dejó llevar por las indicaciones de cariño. Le parecía que había pasado una eternidad desde la última vez que los había visto.

Al romperse el abrazo, no pudo evitar cuestionar el por qué del distanciamiento de Ginny.

- ¿Acaso le has hecho algo? – Preguntó, volteándose hacia un indiferente Voldemort.

Hermione y Ron se mantuvieron a su lado, callados, admirando el valor de su amigo de tratar así al Dark Lord.

- Cayó en un trance, a causa del encantamiento que le propinó un mortífago, en el cual recuerda los peores momentos de su vida, luego tiene pesadillas al dormirse hasta finalmente morir por la angustia o suicidarse.

- ¿Y no se puede detener el encantamiento?

Su tono ya no era tan amenazante. De eso dependía la vida de Ginny… Y Voldemort pareció darse cuenta, por la sonrisa que elaboró luego.

- Creo que todavía no me has demostrado lealtad como para salvar a tus amigos, Harry. Hicimos un trato, pero no lo estás cumpliendo demasiado. ¿Por qué yo debería desempeñar mi parte?

Harry se contuvo a contestar y bajó su mirada al suelo para que no se viera el rencor que ardía en ellos. Sintió una mano sobre su hombro derecho y al mirar, vio a una Hermione sonriéndole débilmente.

- Hagas lo que hagas, Harry, siempre recuerda que nosotros te queremos.

Harry le miró pensativo. ¿Aún si se convertía en asesino, ellos le iban a querer? No lo creía.

- ¿Qué es lo que sucedió ayer, compañero? – Preguntó Ron en un susurro bajo. Harry suspiró, cansado de todo eso.

- ¿Cómo los han estado tratando? – Dijo Potter, eludiendo la pregunta. Hermione, demasiado inteligente como para no deducir lo que eso significaba, contestó.

- No deberías sacrificarte de esa forma por nosotros, Harry.

- No estoy dispuesto a dejarlos, Mione, ustedes son todo lo que he tenido estos años. No soportaría que…

- Suficiente. – Dijo Voldemort, incorporando su postura ante tantas cursilerías. – Has robado demasiado de mi tiempo, Harry.

El muchacho apretó los labios. No se iba a disculpar ni iba a hacer ninguna reverencia.

- Todo estará bien, Harry. – Dijo Hermione como despedida, abrazándole.

- Haré que lo esté para ustedes. – Replicó Harry en un susurro.