Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi, yo los uso solo para crear historias y nada más, lo único de mi propiedad es el ordenador y las ganas de escribir

"… " están pensando

… cambio de escena

(…): una que otra aclaración de la autora

Capítulo VI: Una confesión inesperada

Era un día tranquilo, nuevamente el sol se colaba por la ventana de la lujosa habitación y la incitaba a abrir sus párpados, jamás los había sentido tan pesados, costaba mucho sobreponerse al cansancio y al agotamiento, pero el deber la llamaba, de seguro su padre estaría ya en la mesa esperándola para pedirle una explicación sobre la tardanza del día anterior, ¿qué excusa inventaría?, estaba metida en un serio problema, su padre tenía una gran habilidad para detectar la mentira y si de veras quería convencerlo entonces tendría que ingeniar un plan perfecto que no diera paso a dudas ni preguntas.

Se puso de pie, sintiendo como las cobijas de su cama se resistían a dejarla salir, llevaba una mala noche a cuestas, no tenía ni el mínimo deseo de ocupar más de dos horas en arreglarse como solía hacerlo todas las mañanas, ya habría tiempo después, además no sabía de ningún compromiso pendiente o una razón de peso para hacerlo. Tan solo tomó en sus manos un abrigo y se dispuso a bajar las escaleras rumbo al comedor.

- Pensé que ya no vendrías y por ello me apresuré en desayunar solo - dijo su padre enfatizando su acento en la última palabra que pronunciara, mirándola de una forma tan reprochadora que hasta la hizo sentir un poco culpable.

- Lo siento - respondió Kanna, mientras se sentaba en una de las sillas de madera que rodeaban la elegante mesa de cristal en toda su extensión.

- ¿Acaso solo eso vas a decir?…esperaba algo más - objetó Naraku sintiendo como sus nervios se alteraban poco a poco ante la expresión desinteresada de su hija.

- ¿Crees que haya algo más que decir? - preguntó la joven de alborotados cabellos tratando de no darle la suficiente importancia al asunto, quería sonar lo más normal posible para evitar que su padre extendiera la conversación que ya empezaba a sentir incómoda. Siempre era lo mismo, no podía entablar un diálogo con su padre por más de dos minutos, pues siempre las palabras terminaban tornándose ásperas y amargas.

- Deja los desafíos para Kagura…¿averiguaste lo que te pedí? - dijo el hombre mientras leía el periódico, no encontraba cosa más difícil que indagar en los pensamientos de su hija en aquel momento, Kanna era una tumba cuando se lo proponía, sin embargo, él no se hallaba de buen humor como para resignarse a no obtener respuestas, si su hija era obstinada, él lo era en mayor magnitud, aunque le resultaba muy cómico verse enfrentándose a su vivo retrato, sin duda Kanna había heredado muchas cosas de él, muchas mañas y habilidades que a Naraku le había costado mucho aprender a dominar a la perfección.

- No…tenía cosas más importantes que hacer - respondió ella al tiempo que introducía un pedazo de pan en su boca, su comentario no era del todo irreal, pues se había ocupado en muchos otros asuntos y olvidó por completo la tarea que le había encomendado su padre antes de que partiera a la casa de Inutaisho.

- ¡No me desafíes Kanna…no te conviene! - gritó Naraku casi consiguiendo que los majestuosos ventanales de cristal se volvieran trizas mientras tomaba con una sola mano el cuello de su hija, tenía muchos deseos de apretarlo con fuerza, pero prefirió resistirse, después de todo ella era una pieza clave en su estrategia, sin embargo lo asustaba un poco ver como con cada día aumentaba más la rebeldía de la niña de blancos cabellos y mirada vacía que sujetaba, ya hacía tiempo que había dejado de ser la muchachita fácil de manipular, si no ponía un alto a su osadía, entonces pronto ella se convertiría en una de sus enemigas y olvidaría por completo que algún día fue una de sus aliadas.

- Sin embargo sé que eres inteligente y sabrás decírmelo todo a su debido tiempo…nunca olvides de que lado estás…o te podría ir mal - terminó por decir mientras soltaba bruscamente a la muchacha y se disponía a salir de la habitación.

Kanna no pudo más que respirar hondo y con fuerza, realmente sintió que se quedaría sin aire cuando su padre la tomó por sorpresa, a veces era tan agresivo que ya no sabía que actitud tomar frente a él, sus reacciones eran impredecibles, le temía, pero nunca dejaría que él la dominara, ya estaba cansada de cumplir sus absurdas órdenes, se sentía un simple utensilio en las manos de Naraku, no entendía el por qué de su desesperación por conocer más sobre la vida privada de su tío, sin duda, su padre se traía algo entre manos, algo lo suficientemente sospechoso como para hacerla creer que se avecinaban tiempos difíciles. Mas, no tenía la disposición suficiente como para dar paso a que su padre fraguara algo en contra de Inutaisho, lo apreciaba tanto que no le importaría ponerse en contra de su familia con tal de defenderlo.

Luego de un largo viaje y de horas interminables soportando turbulencias y sacudidas al fin se hallaba en su ciudad natal, recorriendo una vez más los pasillos que la habían visto partir seis meses atrás en busca de nuevas oportunidades estudiantiles, que ocultaban el real propósito de encontrar una salida a los problemas que ella mismo se había forjado, era aliviante pisar tierra firme, aún no podía superar el gran temor por las alturas que desarrolló a partir de sus primeros juegos con Inuyasha…sí, desde sus tiernos años había estado junto a él viviendo momentos alegres y tristes, jamás imaginó que aquella amistad de tantos años sería consumida por sus irracionales decisiones, no recordaba exactamente cuándo los juegos inocentes se tornaron violentos e hirientes, pero tenía muy presente en su mente que ella había sido la única autora de esas oscuras páginas de su vida. Anhelaba aquel ayer cuando las cosas eran más fáciles y el panorama no lucía tan lóbrego, si se pudiese retroceder el tiempo arreglaría tantas imperfecciones, pensaría mejor sus acciones, reflexionaría más sobre las consecuencias de sus actos, dejaría de jugar con los sentimientos del muchacho que había acaparado cada instante de su estadía en ese extraño país que la recibió en su búsqueda de paz. Poco a poco imágenes comenzaron a tomarse sus ideas, todas sus travesuras infantiles se volcaron en su cabeza y no pudo contenerlas…

FLASH BACK

Kaede corría desesperada buscando a los niños de la casa, había recorrido cada pasillo, cada habitación, no se había perdido de ningún rincón, y a pesar de ello no lograba encontrarlos, se habían esfumado sin dejar rastro, esos muchachitos traviesos eran todo un caso, el mundo se tornaba peligroso cuando aquellos pequeños 'demonios' unían fuerzas, si la situación continuaba entonces el planeta tierra no duraría mucho en pie.

- ¡Inuyasha y Kikyou, si no están aquí en un minuto no tendrán postre! - gritó a los cielos exasperada al extremo, sabía perfectamente que el único camino viable que llegaba al corazón de los chiquillos era la comida, era casi infalible, aunque no se podía descartar la idea de que ellos ignoraran sus palabras y simplemente continuaran con sus juegos, rogaba que ese no fuera el caso.

- ¡Oye eso no es justo!, ¿acaso no tienes sentido del humor? - reclamó Inuyasha saliendo de los matorrales que escondían segundos antes su presencia.

- No es divertido que me causen estos sustos - respondió la ama de llaves, que había acabado transformándose en la niñera del hijo del dueño de la mansión, y no solo eso, cualquier calamidad o necesidad del lugar estaba totalmente en sus manos, ella era casi como una mujer 'todo terreno', sin embargo la carga que representaban los asuntos de la casa no se comparaban con el tormento de cuidar de los pequeños.

- Tranquila anciana, solo estamos jugando - dijo el niño de ojos dorados de lo más tranquilo, ignorando por completo la preocupación que Kaede trataba de transmitirle con sus palabras.

- ¡Los espero en la casa en diez minutos, caso contrario Chester disfrutará de sus helados…he dicho! - luego de esto la mujer se retiró al interior de la mansión buscando descanso.

- ¡Listo! Al fin se fue…vamos Kikyou quiero mostrarte algo - ordenó Inuyasha a la pequeña que aún se encontraba tras los verdes ramales temerosa de que su madre la castigara por haberla hecho rabiar.

- ¿A dónde iremos? - se escuchaba decir a una voz mientras la silueta de una niña de escasos siete años asomaba en la escena y tomaba la mano que antes le había extendido el niño de cabello plateado.

- Al 'lugar prohibido', es una expedición peligrosa pero será genial - respondió decidido Inuyasha, ya su padre le había advertido cientos de veces que no se acercara a los límites del bosque, pero la sed de aventura lo llamaba incesantemente, tenía una necesidad imperiosa de encontrarse con lo descocido, estaba seguro de que ese lugar era fascinante y por eso su 'malvado progenitor' le impedía ir en su búsqueda, pero en este momento el jefe de la casa se hallaba fuera y no había persona que se interpusiera entre él y el blanco de su interés.

- No creo que sea correcto - indicó Kikyou, era un asunto de muerte segura acercarse a ese sitio, todas las noches su madre le contaba historias de monstruos que se refugiaban en el 'lugar prohibido' y ella no quería visitarlos, de tan solo pensar en la idea sus cabellos se erizaban y su cuerpo temblaba.

- ¡Eres una cobarde! - gritó Inuyasha volteando y fijando la mirada en su compañera de juegos.

- ¡Eso no es cierto! Es solo que no me gusta desobedecer a mi madre - inquirió la niña en su defensa.

- ¡Si lo es niña miedosa! -

- ¡No lo es! -

- ¡Si lo es! -

- ¡No lo es! -

- ¡Si lo es! -

- ¡Está bien iremos! - respondió Kikyou sin poder contener más la rabia que recorría sus venas, la fastidiaba cuando Inuyasha la trataba así, si lo que él quería era llegar al 'lugar prohibido' entonces así sería, después de todo su dignidad y valentía se hallaban en juego.

Caminaron durante varios minutos esquivando un sin número de ramas y plantas que se atravesaban en su camino, el cual empezaba a tornarse sombrío y lúgubre, los árboles parecían cansados de mantenerse erguidos y muchos ya se anunciaban torcidos y maltratados, no se divisaba rastro alguno de vida o algo parecido e incluso el firmamento comenzaba a adoptar matices grises, la noche hacía acto de presencia, Kikyou tenía el presentimiento de que si daba un solo paso más estaría metida en graves problemas. Sin embargo Inuyasha no pensaba lo mismo, a cada segundo sus expectativas crecían, estaba totalmente ansioso de llegar, de descubrir el misterio que ninguno de los niños normales se atrevería a buscar, si las cosas salían bien él sería reconocido como el muchacho más valiente, ya hasta imaginaba el epitafio que plasmarían en su tumba su familia y amigos el día de su partida al otro mundo: "el único ser que se atrevió a pisar el 'lugar prohibido' y que consiguió salir con vida para poder contarlo, un verdadero conquistador y triunfador", ya saboreaba la dulzura del reconocimiento.

Los ruidos nocturnos inundaban el lugar, las sombras lo cubrían todo, dibujando formas extrañas que intranquilizaban a los intrépidos exploradores, los árboles crujían y el viento soplaba muy fuerte, parecía una de esas películas de miedo en que los personajes se acercan a un punto clave en que desean no haber nacido pues el temor los invade y su cuerpo falsea, el momento decisivo en el cual su mayor temor se presentaría ante sus ojos.

- Al fin llegamos, aún puedes arrepentirte Kikyou - bromeó con la pequeña, ella se veía muy intranquila, casi como él, aunque lo disimulara Inuyasha también tenía un poco de miedo, si se acercaba un poco más, ya no habría marcha atrás, empezaba a titubear y eso lo molestaba, ¿a dónde había ido el anhelo incansable de adentrarse en lo inexplorado?, no, no podía ser débil, ya había llegado muy lejos como para arrepentirse, además Kikyou confiaba en él, sabía que su misión era protegerla, por ello debía ocupar su mente en otras cosas pues el temor y la duda no son buenos concejeros.

- Claro que no - dijo ella posando su figura detrás de Inuyasha, allí se sentía segura, no sabía que podría estar esperándolos detrás de los matorrales, pero sea lo que sea, ella estaba lista para salir a toda prisa de aquel lugar.

- ¡Es ahora o nunca! - gritó Inuyasha retirando los últimos vestigios que ocultaban el 'lugar prohibido', su cuerpo se hallaba tenso, sus piernas no podían dejar de tiritar, sus poros estaban funcionando más de lo normal, su boca se hallaba seca, un nudo en la garganta tomaba posesión de él, cerró sus ojos, resignado a lo que estuviera predestinado a suceder.

De haber sabido lo que encontraría de seguro nunca hubiera emprendido la macabra aventura, estaba preparado psicológicamente para enfrentarse a cualquier clase de criatura infernal que se hallara en aquel territorio pero nunca para lo que sus ojos observaron sorprendidos, lágrimas brotaron de ellos, su corazón comenzó a latir desaforadamente, el aire comenzó a faltarle, no podía articular palabra, simplemente se quedó estático mientras una figura siniestra se acercaba peligrosamente…

FIN DEL FLASH BACK

- Su equipaje está listo señorita - interrumpía una voz sus pensamientos, era el mensajero del aeropuerto que al fin había solucionado el problema de la pérdida de sus pertenencias, ahora sí se encontraba lista para retirarse del lugar en busca de su familia, aquella que abandonó sin previo aviso seis meses atrás.

La había citado al medio día inventando una serie de tontas excusas que jamás pensó que ella creería, pero aún así allí se hallaba su prometida, hermosa como siempre, radiante de felicidad, sentada en la mesa que él reservara el día anterior, necesitaba hablar urgentemente con ella, se acercó lentamente, dibujando en su rostro una mueca de calma, no quería que Rin se percatara de que las cosas no iban bien, se sentía tan culpable por lo que le iba a decir, pero no podía contener más el remordimiento que lo invadía cada vez que ella le hablaba de la boda, era la hora de ser sensato, cueste lo que cueste.

- Hola ¿cómo estás? - dijo en tono serio y desinteresado

- Hola amor - respondió la muchacha formando con sus labios una sonrisa y atrapando los labios de Sesshomaru.

- Toma asiento, necesito decirte algo muy importante - musitó mirando al suelo y adoptando la misma postura que su interlocutora.

- No quiero que preguntes nada, tan solo escúchame - volvió a decir, tomó aire, y aclaró su voz.

- Te amo Rin, jamás dudes de eso - continuó mientras tomaba la mano de su prometida y la miraba a los ojos, esos ojos que lucían desconcertados y confusos.

- Creo que me precipité mucho al pedirte que nos casáramos,…aún no estoy listo para adquirir un compromiso tan grande - terminó por decir mientras tomaba un sorbo del agua que antes se afanara el mesero en colocar sobre la superficie de metal donde ahora descansaban sus brazos, hundió su cabeza en ellos, no podía mirar a Rin, no tenía la fuerza necesaria para hacerlo, se sentía un imbécil, el hombre más cruel sobre la faz de la tierra, ¿cómo podía hacerla sufrir de esa forma?, pero ya estaba hecho, las cartas estaban sobre la mesa y ya no podía retirarlas, ahora solo quedaba esperar la reacción de la muchacha, rogar para que todo saliera lo mejor posible.

- ¿Por qué me dices todo esto?,…¿te arrepientes de estar conmigo? - preguntó Rin mientras la imagen de Sesshomaru se tornaba borrosa a causa de las lágrimas que sus ojos contenían dificultosos.

- No es eso, mira, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, pero no aún, dame tiempo - respondió el muchacho enfocando su mirada nuevamente en la joven que tenía en frente, lucía muy afligida, cómo le dolía verla así, pocos segundos antes Rin sonreía y ojeaba una revista de vestidos de novia, y ahora por su culpa sollozaba, cada gota que brotaba de los ojos de su amada era una daga que le atravesaba el corazón, pero no podía continuar mintiéndole, él no quería contraer nupcias aún, sentía que todavía no tenía la madurez necesaria como para mantener una relación estable, necesitaba aclarar sus ideas, darles una secuencia correcta para obrar, pensar con calma dejando los sentimientos de un lado, la razón debía guiar sus acciones, en momentos tan decisivos no hay espacio para el corazón.

- ¿Tiempo?, te he esperado durante cinco años, ¿y aún quieres tiempo? - susurró la chica de veinte años con risa nerviosa, desilusionada totalmente, ¿a dónde había ido su Sesshomaru, aquel hombre seguro y formal del que se enamoró?, Rin sentía que compartía la mesa con un desconocido, su prometido debía estar escondido en algún sitio, talvés todo esto era una broma de mal gusto o una pesadilla, se frotó los párpados ansiosa de despertar, de poner fin a la escena hiriente que estaba viviendo, pero no resultaba, el panorama no cambiaba, - "¿porqué a mí?" - pensó ahogada aún más en sus lágrimas.

- Sabía que no lo entenderías - se limitó a decir Sesshomaru desviando su mirada al ventanal del lujoso restaurante.

- ¿Entender? ¿qué quieres que entienda? ¿crees que es fácil para mí? - reaccionó Rin, dejando caer el peso de su puño sobre el tablero.

- Tampoco es fácil para mí - respondió él conciente de que todos los presentes que disfrutaban de su almuerzo clavaban sus miradas en ellos.

- ¡Pues parece que sí! - exclamó la muchacha irritada, aquel cínico le estaba diciendo que jugó con ella, que jamás quiso estar a su lado, ¿y decía que no le era fácil?, - "idiota" - pensó con rabia.

- Tengo miedo Rin, miedo de que las cosas no resulten bien - alegó en su defensa, tomando nuevamente las manos de la muchacha.

- Yo también tengo miedo Sesshomaru, pero no por ello voy a dejarte plantado como tú lo estás haciendo conmigo - contestó rompiendo violentamente el contacto y alejándose de él dirigiéndose a la salida del lugar .

- Pero ¿qué quieres que haga? - preguntó desesperado tomándola del brazo, en afán de detenerla.

- ¡Qué pienses un poco!, ¿crees que un compromiso puede deshacerse así como así? - replicó enjugando sus lágrimas, la disgustaba derramarlas por alguien que no se las merecía, retomó después la discusión y continuó

- Kagura tenía razón, fui una tonta al no creerle - terminó su comentario

- ¿De qué hablas? ¿qué fue lo que te dijo? - inquirió Sesshomaru, ¿qué tenía que ver esa arpía en la situación?, lo más seguro era que la hija de Naraku preparó el territorio inventándole cuentos a Rin, ahora deseaba más que nunca matar a esa mujer intrigante.

- Me advirtió que esto sucedería, que tú no me amabas, pero no, yo fui tan tonta y la ignoré, bien merecido lo tengo - se culpó Rin.

- ¡No digas eso!, yo te amo, lo único que te pido es que aplacemos todo y pensamos más tranquilamente las cosas - manifestó el joven tomando por los hombros a su acompañante, pero ella no decía nada, mantenía un silencio perturbador y desesperante, él ya no podía soportarlo.

- Lo siento, pero ya me cansé de esperarte, me di cuenta que todo esto es inútil y decepcionante - se limitó a responderle.

- ¿Eso es lo que piensas de mí, que no valgo la pena? - preguntó Sesshomaru sintiendo su ego por los suelos.

- No quiero seguir hablando, debo irme - dijo Rin llamando un taxi, gracias al cielo no tardó mucho en conseguirlo.

- Espera aún no me contestas - reclamó él alcanzando a la joven que se apresuraba en subir al transporte.

- ¡Suéltame! - gritó la muchacha de largos cabellos, después solo atinó a cerrar la puerta, casi atrapando los dedos de Sesshomaru, y se perdió en las saturadas calles del centro de la ciudad.

Se deslizaba como todo un experto por los pasillos de la mansión, sus piernas eran ágiles y livianas como el viento, nadie había notado su presencia, ni siquiera su propia sombra podía seguirle el rastro, había robado tantas veces el auto de su padre que su cuerpo había adquirido una habilidad inigualable, ya faltaba poco, casi todos los obstáculos habían sido burlados, ahora solo la cocina se interponía entre él y su presa, unos cuantos pasos más y lo habría conseguido, asomó su cabeza por el marco de la puerta sigilosamente, - "genial" - pensó al ver que la habitación estaba desolada, se acercó quedando frente a frente a la entrada del garaje, la abrió impaciente y posó su mirada en el lujoso vehículo que escondía el lugar, estaba reluciente, sin un solo rasguño, era perfecto, Kagome sin duda quedaría muy impresionada al verlo llegar en él, que ingenioso había sido al deducirlo.

Inuyasha tomó la llave y la introdujo silenciosamente en la cerradura, la giró con cuidado, pronto la puerta se abrió y colocó su cuerpo sobre el elegante asiento de cuero, tomó el retrovisor y lo acomodó de tal modo que llenara sus expectativas, presionó el control remoto y la rejilla de la entrada se elevó, pisó el acelerador, se alejó lo más pronto posible del lugar del crimen, llegó a la puerta principal, se justificó con el guardia de seguridad y abandonó la lujosa mansión. Pronto estaría en la casa de su novia…

Fin del Capítulo VI

Hola!!!!!!!!!!!!!

Aquí me tienen de regreso con otro capítulo, lo sé, está cortito y poco interesante, pero ni modo, debía dedicarle un poco de tiempo a Rin y a Sessh, hice lo posible porque valiera la pena la gran espera, pero creo que no lo conseguí, sin embargo sepan que escribí con todo mi corazón, así que no sean tan crueles. El próximo será largo y habrá mucho Inu/Kag Mir/San, escenas de celos entre el lobito Kouga y mi perrito favorito y demasiadas sorpresas, espérenlo.

Este capítulo va dedicado a mi hermana del alma y asesora estrella Haneko Higurashi, una amiga muy importante y especial para mí, gracias por brindarme tu amistad, eres genial. TQM!!!!!!!!!!!!!!! Espero que pronto puedas publicar tus historias y que fanfiction no te las borre.

Además un saludo muy especial para mi querida Chiisana Minako, gracias por tu apoyo, tu comprensión y tu amistad, TQM!!!!!!!!! También te dedico este capítulo a ti.

Ahora sí, a responder sus reviews, por los cuales estoy muy agradecida!!!!!!!

Hola gossa gracias por felicitarme, me costó hacer la escena del beso, pero al menos te gustó, dame tu opinión sobre este cap. Saludos

Chiisana Minako, qué gusto leer tu review y saber que soy una de tus sempai, es un honor, gracias, tú eres una de las mías, cuídate mucho y beshitos!!!!!!!

¿Cómo estás Sweet Aome?, espero que bien, gracias por tu apoyo, para el próximo habrá muchísimo Inu/Kag. Lo prometo

Hola kagomeantikikyo, gracias por tu comentario, disculpas por haber actualizado tan tarde, pero mis estudios me absorben el cerebro. Chao y cuídate mucho.

Cristy-girl cómo va todo, te complací con mucho de Rin y Sessh, casi todo el cap es sobre ellos, espero te haya gustado, tranquila no sufrirán mucho. Cuídate.

Cómo vas naru-coral, aquí está la continuación, ojalá no te haya decepcionado mucho. Saludos y beshos!!!!!!

Qué tal Natsumi-san, que bueno que te haya gustado, gracias por tu apoyo, lástima que este capítulo está feito, pero el próximo valdrá la pena. Cuídate.

Hola de nuevo FENIXGIRL, ahora sí que Kikyou está lista para dañar la vida de mis protagonistas, claro que ya me encargué de dañar la vida de otra parejita, pero bueno, dejaré de ser cruel algún día. Chao

aska ishida gracias por tus buenos deseos, disculpa mi locura, pero suelo escribir cosas un poco incoherentes, es como mi toque personal, no eres la única que se ha confundido, ojalá éste cap no esté tan raro. Nos vemos.

Hola Sweet-Sugar-894, siempre me preocupa que las cosas que escribo sean comprensibles, pero no siempre lo logro, ni modo, es importante para mí tu apoyo y tus comentarios. Gracias!!!!!!!

Daniela, (LightAngel), que gusto recibir tu review, acepto tu concejo, siempre los acepto, pero hoy hice sufrir a Rin y a Sessh, pero tranquila, luego de los momentos difíciles el amor renace con más fuerza, pronto las cosas entre ellos mejorarán. Beshitos!!!!!!!!!!

Nathari-Chan, espero te guste este cap, gracias por leer mis ocurrencias. Te cuidas mucho, saludos.

Mony, tu primer review prima, espero muchísimos más, al principio no vas a entender la historia porque no ves la serie, pero cualquier duda puedes consultarme, gracias por tu apoyo, anímate a escribir tu también, además tu fuiste la de la idea de escribir en fanfiction, si no me lo proponías, mis historias no existirían. Chao

Bueno me despido de todos, deseándoles que estas fiestas de navidad las compartan en compañía de sus seres queridos y amigos, disfruten sanamente de esta época, y recuerden, navidad son todos los días del año no solo en diciembre.

Y como ya es costumbre, te agradezco a ti lector, que estás pensando en no dejar review, anímate, no es difícil ni demorado, dame tu opinión para mejorar, cualquier crítica constructiva, sugerencia, concejo, duda será muy bien recibida, no se preocupen no muerdo!!!!!!!!! Cuídense mucho y beshitos!!!!!!!!!!!

Se despide:

InNuBuGgYMiaU!!!!!!!!!!!!!