Abrieron lentamente los ojos intentando regular su visión. Al poder lograr ver con normalidad, dos sujetos vestidos de trajes elegantes les sonreían con sorna.

-Las perras durmientes al fin despertaron-dijo uno de ellos con desdén

-Bienvenidos a su nuevo hogar-sonríe burlesco-sus viejos y decrépitos esposos tendrán que regresarnos lo que nos pertenece y más si es que quieren ver a sus zorras vivas

-Ustedes lo perdieron todo por idiotas y despilfarrar millones sin control-menciona el rubio con cara aburrida dejando algo sorprendidos a ambos tipos

-Déjenos ir antes de que las cosas se pongan feas para ustedes-el pelirrojo tenía hambre y no se perdería la promoción de su restaurante favorito solo por un secuestro tan mediocre como el de esos dos

-Ja, por favor. Son sólo un par de omegas que no pueden hacer nada

-Son débiles, sumisos y estúpidos

-Una pregunta, ¿solo están ustedes dos?

-Con nosotros basta y sobra para tenerlos bajo control

Ambos omegas sonríen sádicamente.


Manejaba tranquilamente rumbo a la salida de la ciudad mientras ambos hombres fumaban sus puros y siendo acompañados de Tsunade y Shizune, la cual era la única preocupada por los omegas secuestrados.

-No entiendo cómo no llamaron a la policía para que vinieran a ayudar a esos chicos

-Querida, los únicos que necesitarían ayuda serían los bastardos que los secuestraron. Esos dos son unos cabrones de mierda, apuesto a que se zafaron de sus amarres y se les lanzaron golpeándolos hasta la muerte-se bebe una lata de cerveza la cual al estar vacía la tira a un lado de la carretera

-Después de eso los violarían salvajemente mientras aún tienen algo de consciencia para luego matarlos lentamente

-O matarlos comiéndoselos vivos

-Tal vez los quemen

-Creo que hicieron todo lo anteriormente mencionado-se ríe con ganas al ver el lugar totalmente en ruinas

Se detuvieron para ver cómo ambos omegas caminaban tranquilos hacia ellos mientras se comían el brazo y pierna de los desafortunados idiotas que se los llevaron.

-Se tardaron mucho-les abrieron las puertas para verlos tirar a un lado las partes amputadas

-Lo sentimos, pero teníamos hambre-se suben al auto y al cerrar la puerta regresaron a casa

La pobre pelinegra quedaba más y más traumatizada al escuchar a ese par narrar con lujo de detalles lo que hicieron con esos dos.

Y entiendo desde ese día, que quienes debía compadecer era a esas personas que se atrevieran a dañarlos.


Luego de varias revisiones mensuales y ver caer hasta el último detractor, las bodas y el nacimiento de los bebés de ambas parejas ya se habían consolidado.

Sin duda muchas cosas más estaban por ocurrir en un futuro.

Fin