Estoy en vena, así que he tardado poco en escribir este capítulo. Tengo que pediros disculpas, porque la idea original al final se ha ido al garete, supongo que algún día la retomaré en otro fic. El final está relativamente cerca, creo, ya no me atrevo a hablar por si las moscas. Tengo una encuesta para vosotras/os, he decidido que Sirius y Severus hagan las paces, pero no sé si dejarlos como amigos o como algo más, y en el segundo caso, tampoco sé si con o sin lemon. La verdad es que no me decido, a cada rato pienso una cosa diferente, así que he decidido que haré lo que me diga la mayoría. Será probablemente el próximo capítulo.
Bueno, este capítulo va dedicado a todos aquellos que sufren la incomprensión del resto por vivir de forma diferente, y a aquellos que no se rindieron ante los deseos y planes de los demás y decidieron vivir su propia vida. A mi madre y su compañera, porque me han enseñado que, aunque no sea fácil, hay que ser consecuentes con uno mismo. Estoy muy dolida, porque después de trasladarnos hemos tenido que volver a nuestra antigua casa por culpa de unos caseros homófobos que nos echaron al día siguiente.
Ya sabéis que lo que piensan va entre "comillas" y que los personajes no son míos, no gano nada económico con ello, aunque adoro vuestros comentarios, me suben la autoestima, en serio.
¡Ah! Las respuestas a vuestros comentarios donde siempre. S.
El muro
El día uno de enero Harry estaba sentado delante de un pergamino en blanco. Como manda la tradición, decidió comenzar el año con su 'Lista de propósitos para el nuevo año'. A su lado, Hermione escribía frenéticamente, mientras Nevil y Ron la miraban entre asustados y divertidos.
-Como sigas así, Hermione, vas a terminar agotada el día uno – Rió Ron
-¡Tonto! Me has desconcentrado. Sabes que esto es muy importante para mí.
-No te enfades. Además si es tan importante, deberías de ser realista y plantearte objetivos reales.
-Idiota. – Hermione cogió sus cosas y se fue – Me voy a la biblioteca, allí seguro que hay más tranquilidad.
-Seguro, nadie normal estará hoy allí. – Dijo Harry.
-Harry, tu gato, esto... Codra, parece que ha decidido escaparse de la habitación y hacer vuelo sin motor – Nevil miraba a lo alto de las escaleras, donde un pequeño gato gris de grandes ojos azules, se preparaba para saltar.
-¡No! - Harry se incorporó deprisa
Pero el gato se lanzó. El problema es que aún no había aprendido a calcular bien y a medio vuelo le entró el pánico. Pero cayó en las manos de Harry sin problema, y empezó a ronronear suavemente.
-Gato tonto – Dijo cariñosamente mientras le rascaba la barriguita.
-Lo que es, es un gato afortunado. Tener como propietario al mejor buscador de Hogwarts es un seguro de vida.
-No se me ocurre nada para este año – Dijo Harry mientras se sentaba de nuevo con Codra en su regazo.
-A ver si vuelve Sesamus, echo de menos su destilería. – Dijo Nevil
-Tengo una botella escondida por algún sitio.
-¡Ron! Que calladito te lo tenías.
-Si se entera Hermione me mata, así que Nevil, por tu bien, mantén la boca cerrada.
-Ya, déjalo Ron, y saca la dichosa botella. – Dijo Harry. – Ya tengo un propósito. Cambiar mi aspecto.
-No lo hagas, tienes mucho éxito con ese aire de niño desvalido – Dijo el pelirrojo subiendo las escaleras.
-Cierto, mira a Draco, cayó en tus redes como un abejorro.- Al segundo se arrepintió de lo dicho - Lo siento Harry... no creí que te afectase tanto.
-No es nada Nevil, solo que no sé quién cayó en la red de quién. – Ron reapareció con la botella y tres vasos.
-Aquí está, ¿a qué vienen esas caras?
-Le recordé a Draco
-Tranquilos, en serio, estoy bien.
-Me pregunto que puntuación te habrá puesto en el muro ¿Tu lo has visto ya Ron?
-No, aun no ha puesto nada.
-¿Qué muro? ¿qué puntuación? ¿de qué estáis hablando?
-No lo sabías – Nevil se volvió a servir – Draco apunta el nombre de todas sus conquistas en un muro de las mazmorras, por lo visto es muy típico entre las serpientes.
-Sí, y las puntúa, una 'X' es que fue un polvo entretenido, dos que merece la pena repetir y 3 que fue muy buen rato, a más X mejor amante. Si en vez de X aparece 'D' es que fue un desastre, cuantos más D peor. A Cho la puso 2D.
-¿Y alguien tiene 3X?- Dijo Harry mientras se tomaba de un trago lo que le quedaba.
-Blaise, Pansy... no sé, no recuerdo toda la lista.
-Supongo que a mi me pondrá 3D, después de todo soy su enemigo.
-No te fíes, es bastante imparcial. A mi me puso 2X.
-¿Tu Nevil? ¿Tu? ¿Cuándo? – Ron y Harry no salían de su asombro
-A finales del año pasado, fue durante un castigo de Snape. Me dio vergüenza contarlo, hasta que me di cuenta que esa puntuación era un chollo. La gente le sigue como a un dios, así que desde entonces no tengo problemas en encontrar pareja.
-Tengo que verlo, quiero saber dónde está ese muro. – Dijo Harry.
-¿Recuerdas dónde está la entrada a Slytherin? – Harry asintió con la cabeza – Pues sigue recto dejándola a tu derecha. Al fondo del pasillo hay una puerta que baja a una especie de mazmorras. Busca la que tiene el número 7 en números romanos, entra, es la pared del fondo. – Describió Ron
-Te aconsejo Harry que lleves una buena manta, y la varita, no hay antorchas.
-¡Ah! Si, mejor ve antes de cenar. Después es una zona de parejas. Hay gente a la que le van los sitios oscuros y fríos.
-Siiii, y con cadenas y grilletes... - Terminó Nevil.
En unas mazmorras menos profundas que las que describían los Gryffindor a Harry, Severus Snape terminaba de ordenar los últimos frascos con ingredientes recién llegados de Londres. Estaba tan concentrado en lo que hacía que no notó llegar a un perro negro y lanudo que suavemente se había deslizado por la puerta y lo observaba. Cuando terminó de colocar el último de los frascos miró satisfecho su obra, y se dio cuenta de que no estaba solo. Ante su mirada el perro se trasformó en mago.
-Bueno Black ¿qué te trae por las mazmorras?
-Evito a Lucius Malfoy
-¿Está aquí? ¡Por Dios! ¿Cómo no me lo habías dicho?
-Está con Albus, Minerva y su hijo. El viejo me dijo que no subieras hasta que te lo ordenara, así que no he visto la necesidad molestarte.
-Es extraño, ¿qué hará Lucius aquí?
-Severus – Se escuchó por la chimenea – Sube a mi despacho por favor.
-Creo que lo vamos a saber pronto. – Diciendo esto se volvió a trasformar en el enorme perro de antes y salió delante de él.
Severus entró despacio en el despacho del director. Se hizo el sorprendido al ver a Lucius Malfoy allí sentado, y fue a saludarle.
-Malfoy, ¡que grata sorpresa! ¿Qué te trae por aquí?
-Draco
-¿Draco? No ha hecho nada malo como para distraerte de tus obligaciones.
-No es eso. El director Dumbledore y la Srta. McGonagall no me entienden, pero sé que tu si lo entenderás.
-Cuéntame entonces – Dijo sentándose en la silla que quedaba libre.
-Quiere llevarse a Draco del colegio, ahora, justo cuando empiezan ya las clases. – Dijo una contrariada subdirectora.
-¿Sacarle, por qué?
-¡Oh! Serán solo un par de semanas. El día 17 estará aquí de vuelta.
-¿Dos semanas? ¿Ha ocurrido algo?
-Un viejo amigo de la familia necesita una ayuda estos días, su familia tiene que ir de viaje y... creo que Draco podrá realizar ese trabajo. Además, es un hombre poderoso y bien relacionado, que puede ser muy importante en el futuro del chico.
-Ya, bueno, entonces, mañana por la mañana espero que envíes a alguien a buscarlo ¿no?
-No, lo haré yo en persona. Espero que tú como su tutor te encargaras personalmente de los temas escolares – Severus afirmó con la cabeza mientras se levantaban y se daban la mano - Sabía que tu lo entenderías.
-Si, lo entiendo – La voz de Severus sonaba amarga.- Hasta mañana entonces.
El profesor de pociones miró a los dos adultos y al chico que estaba muy pálido.
-Draco, si me haces el favor, espérame en mi despacho, tengo que decirte algo.
-Si profesor Snape. – Draco salió del despacho de director para ir al que estaba situado en las mazmorras.
-¿No hay forma de evitarlo, Severus? – Dijo el director
-Me temo que no. Hace ya un tiempo que se estableció la norma para los aspirantes. Todos los años hasta que les pongan la marca serán al menos una semana juguetes del Lord Oscuro.
-Pero se lo lleva 15 días – Dijo escandalizada McGonagall.
-Es un Malfoy. Lucius quiere que su hijo sea... ya me entendéis. Es una demostración de fidelidad.
-Pobre niño ¿Sabe lo que le va a pasar? - Albus se levantó de su sillón y caminó lentamente por el despacho mientras escuchaba la conversación de los dos profesores.
-Si, creo que sí. Trataré de convencerle para que se niegue, pero no creo que tenga mucho éxito tal y como están las cosas. Creo, Minerva, que tendremos que posponer tu idea.
-Si, lo sé.
-¿Qué idea? – Dumbledore los miraba con curiosidad, ambos se habían olvidado de que el vejete estaba allí.
-Esto... una competición...
-Duelos, una competición de duelos – Terminó la profesora
-¿Y porqué habían de retrasarla?
-Porque no sería justo para Slytherin, el señor Malfoy es su mejor varita.
-Aunque cualquier Slytherin de primero podría ganar a cualquier otro de este colegio, pero..., se perderían al mejor en acción.
-¿El mejor? No Severus, el mejor, y creo que lo ha demostrado mil veces, es Potter.
-¿Potter? Ese mocoso no daría ni a un troll a 2 centímetros de distancia.
-Bien, bien, vale, ya lo he entendido. Vuelvan a sus obligaciones, por favor.
Minerva y Severus salieron del despacho aún picados por la discusión. Fuera estaba Remus acariciando las orejas de Sirius que mostraba su agrado ante este gesto. La subdirectora les indicó su despacho, Remus y Sirius la siguieron, Severus sin embargo bajó hacia las mazmorras. Al entrar en su despacho se encontró que Draco había recuperado parte de su color y toda la compostura Malfoy.
-No intente convencerme profesor.
-Escúchame, Draco, ¿sabes a qué clase de humillaciones y vejaciones te va a someter?
-Si, lo sé. Tarde o temprano tenía que pasar por ello ¿no?
-No, no si no quieres. No tienes porque seguir los pasos de tu padre, ni cumplir sus deseos ciegamente.
-Llevo toda la vida preparándome para esto.
-Te aseguro que nadie está preparado para lo que vas a soportar, Draco. ¿Es esto lo que quieres?
-Sí, creo que sí.
-¿Lo crees?
-Lo que quiero, no lo puedo tener. Esta es mi segunda opción.
-Draco, tienes muchas más opciones. – Dijo el hombre ya desesperado.
-Esta es mi decisión – Draco se puso en pie.
-Está bien, yo estaré aquí cuando vuelvas. Ahora... ve a hacer tu equipaje.
Cuando el rubio iba a doblar la esquina para ya entrar en el pasillo que lleva a su casa, vio que alguien se deslizaba en las sombras en una dirección que él conocía bien y, se dejó arrastrar por el impulso de seguirle.
Harry seguía las instrucciones que Ron le había dado. Bajó despacio las escaleras y llegó a unas mazmorras muy frías y oscuras. Empezó a buscar la que tenía el VII encima del dintel de la puerta. Cuando por fin la encontró empujó despacio la puerta y al entrar las antorchas del interior se encendieron al instante haciendo que parpadeara unos segundo para acostumbrarse de nuevo a la luz. En cuanto esto ocurrió se dirigió rápidamente a la pared del fondo. Había infinidad de nombres, casi todos los alumnos de quinto, sexto y séptimo estaba ahí, y también algunos de séptimo del año anterior.
-No te busques... no estás. – Harry se giró con rapidez
-¿Cómo... cuando... desde cuando estás ahí? – El rubio estaba apoyado en el dintel de la puerta.
-Te he seguido desde la entrada de mi casa. No sabía que tuvieses interés por...
-Me lo han contado hoy Nevil y Ron
-Ah, Nevil tiene dos X y Ron una. No es muy allá tu amigo.
-¿Y a mí cuantas me vas a poner? – Dijo Harry molesto por lo de Ron, lo de Nevil, lo de todos los nombres de la pared.
-Ninguna
-¿Tan aburrido fui?
-No, Harry. Ya te lo dije. Tú eres diferente, eres especial. – Draco se acercó al muro y comenzó a recorrerlo con la mano. – Nunca estarás en este muro.
-¿Te pasa algo?
-No, ¿por?
-Desde... bueno, ya sabes... desde lo que pasó... todo había vuelto a la normalidad... tú con Pansy... nuestras peleas...
-¿Y?
-No, nada, que te noto melancólico.
Draco se acercó despacio a Harry que no se apartó y apartó los ojos de los de su enemigo. Éste le cogió la cara con las dos manos y le besó suavemente en los labios.
-Escúchame Harry – Dijo muy bajito – Lo que te voy a decir ahora, probablemente no te lo pueda repetir nunca más. Así que escúchame con atención. Mañana comenzará mi iniciación como mortífago, como siempre se ha esperado de mí.
-Pero... - Draco le volvió a besar con suavidad para callarlo.
-Escucha... Tenías razón, no podemos permitirnos el lujo de jugar a ver que pasa. Tu destino y el mío son muy diferentes y desgraciadamente están enfrentados. Esto es una despedida Harry. Cuando regrese ya no podré acercarme más a ti. Estarás completamente libre y...
-¿Por qué no te podrás acercar?
-Porque alguien como tu no debe de mancillarse con gente como yo.
-No te entiendo...
-Da igual, ya lo harás. Solo quiero que sepas que... esto lo hago por ti...
-¿Vas a hacerte mortífago por mí? Perdona pero no lo entiendo, creí que era la voluntad de tu padre. – Harry se separó de las manos de Draco.
-Para odiarte Harry, lo voy a hacer para apartarte de mi cabeza y odiarte.
Harry iba a decir algo más, pero un ruido los sobresaltó. Draco apagó las antorchas con un movimiento de varita. Cuando creyó que había pasado el peligro buscó a tientas al moreno.
-¿Por qué no te enfrentas a ellos? Yo estoy dispuesto a tirarlo todo por la borda si tú estás a mi lado – Dijo Harry.
-¿Estás loco? – Encendió solo una de las antorchas para ver a su interlocutor – Sabes de sobra que no nos podemos enfrentar a todos.
-Yo lo haría si tu...
-No, no, no... nunca dejaré que pases por eso. Sigamos el destino que nos han fijado, es lo más sencillo y lo más cuerdo.
-Pero, yo estaba equivocado cuando te dije eso, nadie puede decidir... escucha yo... quiero que... yo... te...
-No sigas. Por favor. No me lo hagas más difícil... yo... yo...
Draco respiró hondo, y notó como Harry se acercaba. Cerró los ojos y se dejó abrazar y besar. De repente se apartó de él bruscamente. Sacó su varita y apuntó con ella al sorprendido moreno. Hizo de tripas corazón y lanzó un hechizo contra la pared para volver a apuntarlo. Harry pudo leer "Harry Potter DDD"
-¿Pero qué...?
-Fue un polvo ¿vale? Un polvo. - El rubio recuperó el tono de voz fría por el que era conocido.
-Pero Draco... acabas de decirme...
-Eres un ingenuo Potter... solo quería que te fueras para ponerlo después. – De nuevo arrastró las sílabas
-Pero...
-En realidad fue muy aburrido, todo lo tuve que hacer yo, además me pareció muy patético que creyeses que yo podía sentir algo por ti.
-Sexo
-Exacto, solo sexo. Siento que te hayas... 'pillado' por mi, pero ya se sabe, el que juega con fuego... cuando tengas un poco más de práctica, puede que repitamos y tal vez suba tu puntuación.
-Y todo el discursito de antes.
-Bueno, si te sacaba una mamada pues...
Harry sabía que le estaba mintiendo, que le hería a propósito, pero no entendía el porque estaba pasando eso. Miró al muro de nuevo y luego los fríos ojos grises de Draco. "Descubriré lo que está pasando, lo juro". Salió deprisa de las mazmorras y no paró hasta su sala común. Necesitaba aclarar las ideas, necesitaba hablar con Sirius, él le ayudaría. Ahora tenía que encontrarle, sabía que estaba en el colegio, tenía que buscarle para hablar con él.
Mientras, Draco borraba a Harry del muro "eres especial, nunca estarás aqu".
Harry se saltó la cena lo que llamó la atención de Severus. Miró a Draco y vio que este buscaba insistentemente al moreno, al igual que Ron, y que la desesperación empezaba a adueñarse de él. Severus miró a Minerva que también se había percatado de que algo pasaba. Ambos se levantaron de la mesa y cada uno con una excusa salieron del comedor. Se miraron y sin decir nada comenzaron a buscar al moreno por el colegio. Al final la profesora lo encontró.
-¿Se puede saber qué está haciendo vagabundeando por el colegio, señor Potter?
-Estoy buscando a Si... a Lupin.
-El señor Lupin está con su perro en el despacho del profesor Snape.
-Gracias profesora McGonagall.
-No tan deprisa jovencito, yo lo acompañaré. Quiero asegurarme que es ahí donde va. Además, mañana hay luna llena y ya sabe que a Lupin...
-Si profesora.
McGonagall se dirigió seguida por el muchacho al despacho de Snape. Al entrar vio a su padrino, a Remus y a Severus muy serios sentados alrededor de la mesa. Severus se levantó lentamente y se acercó a la puerta.
-La profesora, Remus y yo esperaremos fuera, en el aula.
-Gracias Severus – Dijo Sirius.
Harry notó que algo pasaba, su padrino había llamado por su nombre de pila a su peor enemigo, además a nadie le sorprendía que él estuviese allí. Se acercó casi corriendo a los brazos de su padrino y lo abrazó con fuerza. Este lo rodeó con sus brazos y le acarició la cabeza para calmarlo.
-Tranquilo pequeño. Llora todo lo que quieras. Luego me cuentas.
Harry lloró como hacía años que no lloraba, y entre sollozo y sollozo le contó todo lo sucedido a Sirius.
-¿Por qué Sirius? ¿por qué no ha querido escucharme? ¿por qué intenta hacerme daño? ¿por qué me besa y luego me desprecia?
-Por miedo Harry, porque ni si quiera él confía en sí mismo. Porque el valor es una característica Gryffindor no Slytherin.
-Pero yo sé que él me mentía.
-Si, pero... cree que está haciendo lo que debe. Tu mismo le dijiste que no podrías volver a confiar en él.
-Me equivoqué... ¿por qué no me escucha ahora?
-Él aún no sabe... déjale ir. Tiene que ver en qué se va a convertir, y tiene que sentir que es lo que va a perder. Entonces podrá decidir con libertad. Harry, tu lo has perdido y el dolor de no saberlo tuyo te ha hecho reaccionar, por eso has estado a punto de declararle tu amor. Él tiene que darse cuenta, no de que te ama, que estoy seguro de que ya lo sabe, sino de que el no arriesgarse no es el camino correcto.
-Pero...
-Chissss, calma, déjale ir. Aún no sabe quién es su padre y que por seguirle no merece la pena perderte. Tiene que aprender que estar contigo va a ser muy duro, pero que si te pierde va a ser peor.
-Tu crees
-Estoy seguro. Cuando vuelva, seguro que lo arregláis todo. Siempre pensé que Draco era mucho más maduro que tu, aunque veo que tu aprendes más deprisa.
-He perdido demasiadas veces.
-Debe de ser eso.
Al final Harry se durmió en lo brazos de su padrino. Como él no podía llevarlo a la habitación, McGonagall lo llevó con un hechizo de levitación. Allí, Ron y Nevil lo acostaron.
Por la mañana Draco salía por las puertas del castillo, temblaba, pero no de frío, aunque cualquiera lo hubiera achacado a las bajas temperaturas invernales. Vio a su padre esperarle en una carroza. Instintivamente miró hacia las escaleras. Arriba vio que unos ojos verdes lo observaban con tristeza. Apartó la mirada, antes de que la puerta se cerrara tras él escuchó.
-Te esperaré.
Cerró los ojos para evitar llorar. Avanzó hacia la carroza de su padre y entró en ella. Tras un par de horas de viaje llegaron a su destino. Draco reconoció enseguida la casa, era el castillo de verano de los Goyle. Era muy pequeño, pero acogedor, y sobretodo fácil de proteger y con un sin fin de pasadizos para huir en caso de ataque. Su padre, que no le había hablado en todo el viaje, le condujo hasta unas puertas grandes que Draco sabía eran las del salón principal de la casa. Antes de entrar le dio un ultimo 'consejo'
-Sé amable y obediente. Haz todo lo que te diga, no quiero una sola queja sobre ti. Dentro de 15 días volverás a Hogwarts si te portas bien.
Las puertas se abrieron y entraron. El Lord oscuro iba a comenzar una de sus reuniones de estado. Casi todos los mortífagos importantes estaban ya sentados. Al entrar todos los ojos se posaron sobre él. El Lord lo miró de arriba a bajo.
-Tienes un chico muy guapo, debe de ser muy famoso en el colegio.
-Lo es mi señor.
-Bien, bueno, comencemos la reunión. Todos a vuestros sitios. Tu chico, vamos a ver que tan bueno eres. Métete debajo de la mesa y demuéstrame como usas tus manos... y tu boca.
Draco miró a su padre que lo ignoró por completo. Luego miró al Lord y sin decir nada se metió debajo de la mesa. Durante toda la reunión, durante todo su 'trabajo' no dejó de llorar en silencio. Al principio se mantuvo quieto, luego cerró los ojos empezó a pensar en Harry e imaginó que estaba en el gran comedor debajo de la mesa de Gryffindor.
A kilómetros de él, y sin ni tan siquiera sospecharlo, Harry lloraba y se convulsionaba en los brazos de su padrino, mientras el profesor de pociones le daba a beber un potente relajante para ayudarle a olvidar lo que acababa de ver en la mente de Voldemort.
Continuará...
No os olvidéis de decirme qué hago con Sirius y Severus. S.
Respuestas a los comentarios
Gaby - Muchas gracias, no sabes lo que necesito saber que seguís ahí. S.
Diabolik – Si hay esperanza, pero déjame tu opinión, ¿juntos y revueltos o solo juntos? S
yukinajaganashi – Ahhhhh, me sonrojas, muchas gracias. Si, es cierto que el fic no es lo que había pensado al principio, iba a meter mucho más sexo, pero acontecimientos recientes me han cambiado el chip, y supongo que mis personajes han decidido hacer de psicólogos y sacar fuera cómo me siento. Lo malo es que creo que barruntaba que iba a pasar algo, todo estaba demasiado tranquilo. A mediados intentaré entrar a ver si has actualizado (aún no te metí en alertas) Supongo que los comentarios son además de para dar ánimos, para ayudar a mejorar al escritor ¿no? S
