Aviso a navegantes. En este capítulo hay cosas un poco raras, es normal, son sueños, pero también sube el tono, hay VOYERISMO, así que si eres sensible a estas cosas... pasa de lo escrito en cursiva, o del capítulo... tu mismo/a.

Gracias por vuestros comentarios, hoy el capítulo va dedicado a... (redoble de tambores)... AZALEA y AKABAL porque me gusta la gente positiva que trasmite buenas vibraciones, y a AIDA MERODEADORA, por su preocupación por la salud etílica de los personajes.

Como siempre, los pensamientos van entre "comillas", los sueños en cursiva... y las respuestas a los comentarios en su lugar acostumbrado.

Los personajes no son míos, no gano nada con esto y.... etc.

Mi madre me dijo...

Estaba confuso, todo a su alrededor estaba destruido, y el sentía un fuerte dolor de cabeza. Llevó su mano al punto de dolor y notó que aún llevaba puesta la máscara. Se la quitó y observó como estaba ensangrentada. Algún golpe lo sacó de la batalla al quitarle el conocimiento.

Aquel castillo al sur de Gran Bretaña, que había sido su hogar en los últimos 10 años, estaba ahora frente a él, convertido en llamas y ruinas. Suspiró y tiró la máscara al suelo. "¿Y ahora qué?"

-Vaya, vaya, vaya. Miren quien tenemos aquí. La puta del gran Señor Oscuro. Draco Malfoy en persona.

-¡Potter! – Draco se había girado al oír esa voz. Vio que Harry estaba apoyado contra un árbol, a unos pasos detrás de él.

-Así que no estás esposado a la cama de tu amo... has tenido suerte, eso te ha librado de la muerte, esa torre se derrumbó hace rato – Dijo el moreno sin moverse.

-¿Habéis ganado vosotros?, vas a apresarme ¿verdad?

-Tu amante está muerto, si es lo que quieres saber.- Sus ojos verdes destilaban veneno, y el rubio seguía sin ser inmune a él. Pero había aprendido a disimularlo

-La verdad... no me importa. ¿Qué vas a hacer conmigo? – Dijo con toda la frialdad que pudo – ¿Me llevarás ante Dumbledore?

-Estás muy desinformado, 'Draco', murió hace unos años. Ahora es Serevus el que dirige la Orden de Fénix. ¿No te lo dijo Voldemort? No claro, tus deberes para con él no incluían la política. – Draco se fijó en porqué no se movía el Gryffindor, estaba herido.- ¿No vas a luchar?

-Deja que te ayude – Dijo, sin responder a la pregunta, intentando acercarse a él, pero Harry levantó la varita hacia él.

-No te acerques, ni se te ocurra... Levanta tu varita y lucha.

-Harry, estás herido y yo puedo ayudarte... - Pero Harry le seguía apuntando - No te muevas de donde estás. Si no recuerdo mal, la última vez que te dignaste a hablarme tus palabras fueron algo así como 'No dejaré que me toques nunca más' – El odio volvió a brillar en los ojos verdes de Harry.

-Yo, no... yo... no fue por lo que crees, yo... - Pero no terminó la frase, ya que el moreno perdió las fuerzas y cayó. Se acercó a él deprisa y le tomó el pulso, seguía vivo, pero no por mucho tiempo. – Escucha, te llevaré con los tuyos.

-Malfoy, vete... no te he apartado de la batalla para que termines en Azkaban. Draco...

-Harry, no, escucha, no te vayas. – Draco le había apoyado en su regazo y le acariciaba el cabello. Había visto la herida, y sabía que iba a morir.

-Vete. No tardarán en llegar aquí... ¡Vete! – Cansado cerró los ojos

-No, no. Yo, tengo mucho que contarte... Escucha, Harry, no te vayas, escucha... yo lo hice por ti, por nosotros. ¡Mírame! Abre los ojos, mírame, no te vayas, no me dejes ahora. – Notó como sus ojos grises se empezaban a enturbiar, mientras nervioso seguía acariciando la cara del herido.

-Me hiciste mucho daño, Draco – El moreno hablaba con dificultad, la garganta se le había secado del esfuerzo, y el dolor comenzaba a dominarlo – pero...

-No, no hables más por favor, no gastes fuerzas. Escucha quédate conmigo, te compensaré por todo, te lo prometo. Perdóname Harry, perdóname – Las lágrimas cruzaban su rostro formando pequeños ríos que acababan en su barbilla – Me equivoqué, lo sé, hace mucho que lo sé, pero puedo compensarte, no te vayas.

-Te quiero Draco, aún te quiero – Abrió los ojos y los cerró de nuevo. Draco pudo notar como el aire abandonaba los pulmones del moreno.

-No, ahora no, ahora que todo a terminado no me dejes, no te vayas – El rubio apretó fuerte contra sí el cuerpo inerte de Harry, mientras el llanto y la desesperación invadían todo su ser, provocándole el mayor dolor que nunca había sentido – Te quiero Harry, te quiero.

-¡Draco! ¡Draco! – Alguien le llamaba a lo lejos. – Despierta, estás teniendo una pesadilla. ¡Despierta!

Se despertó sobresaltado por esa voz. Se incorporó de golpe y durante unos instantes dudó de lo que veía. Tenía de nuevo 16 años, y estaba en la cama de...

-Has tenido una pesadilla, me has despertado con tus gritos.

-Lo siento mi señor – Se limpió las lágrimas que aún rodaban por su rostro con el dorso de la mano - ¿Cómo puedo compensarle?

-Dime – Los ojos rojos se clavaron en él - ¿A quién decías 'te quiero'?

-Pues... la verdad... es que no me acuerdo bien del sueño. Supongo que a mi madre, ella estaba en el sueño. – Mintió.

-Ya veo. Acuéstate y durmamos.

-Gracias, mi señor.

Draco volvió a acostarse, pero tardó en conciliar de nuevo el sueño que no llegó hasta el amanecer.

-¿Has visto a Potter, Pansy? – Apenas podía hablar porque había subido las escaleras corriendo.

-Si, está en la sala común.

-¿En la sala común? ¿En nuestra sala común?

-Claro, dónde va a estar si no, ¿en la de Gryffindor? – La morena le miró como si acabase de contestar a la mayor estupidez del mundo. Él fue para la sala y ahí estaba, tumbado en uno de los sofás, leyendo un grueso libro. La verdad es que los colores de Slytherin le sentaban mejor que los de Gryffindor.

-¿Harry?

-Malfoy – Dijo levantando la vista hacia él – que hayamos echado un polvo no te da derecho a tanta... confianza.

-¿Qué? – El rubio se quedó asombrado

-Es una broma tonto. Ya era hora de que llegaras, el Señor nos está esperando – Dijo poniéndose en pie – Venga, vamos, ¿a qué estás esperando?

-Le siguió sorprendido hasta la puerta de su habitación, pero cuando la abrió vio que no era la suya, sino otra muy distinta que no reconocía. En ésta todo era granate y negro, y la seda cubría las ventanas y paredes. Sentado en un sillón al lado de la gran cama estaba sentado un hombre de unos 40 años, atractivo, vestido de verde y plata y bebiendo una copa de lo que parecía ser coñac. Sus ojos rojos se centraron en los dos chicos que acababan de entrar. A su lado, de pie y vestido de negro estaba su padre, Lucius Malfoy, que lo miraba con cara acusadora, fue el primero en hablar.

-Llegas tarde, Draco, has hecho esperar a tu señor.

-Lo siento padre, intentaré compensarlo.

-Si, claro que lo harás. Ya sabes que la vida de tu amigo depende de ello – Dijo siseante Lord Voldemort – Y la tuya también... Espero que esta noche me ofrezcáis un buen espectáculo. Hoy solo voy a mirar, así que portaos bien ¿de acuerdo muchachos?

Harry se acercó a Draco y comenzó a besarlo, primero con suavidad, y luego con más ansia. El rubio estaba tan angustiado que no podía concentrarse en devolver las caricias que estaba recibiendo.

-Lo siento tanto – Susurró al oído de su amante – No debí dejar que me siguieras

-Todo está bien si eres tu el que me acaricia. Te seguiría hasta la muerte.

El moreno volvió a probar sus labios, y esta vez, fue correspondido. Se quitaron la ropa con ansia, olvidando que no estaban solos, pero su entrega era tal que no les importaba nada de lo que ocurriese fuera de esa cama. Ambos recorrieron el cuerpo del otro con caricias y besos varias veces, hasta que Harry dejó que Draco fuera el que dominara. Dejó que le besara el pecho y los pezones, que hacía tiempo que reclamaban atención de las manos del rubio. Dejó que su lengua se entretuviera en su ombligo y que poco a poco, su boca se adueñase de su erección, primero recorriéndola centímetro a centímetro, y luego apoderándose de todo con glotonería. Hundió las manos en el pelo largo y suelto de su amante y dejó que impusiera el ritmo que quisiese. Cuando estaba a punto de eyacular, una voz desde fuera les sacó de su sueño.

-Aun no, no dejes que llegue todavía.

Draco obediente dejó a Harry con ansias de más, pero no pensaba dejarle así mucho tiempo. Con suavidad untó sus dedos en un bote abierto que había aparecido en una mesita anexa a la cama, y empezó a prepara su entrada lentamente, mientras notaba como los ojos verdes de su compañero estaban poseídos por el deseo.

-Quiero verlo todo bien, así que no me ocultéis nada.

Draco se sintió molesto, pero no dijo nada y siguió jugando con sus dedos en Harry Cuando notó que ya todo estaba bien le ayudó a girarse, quedando el moreno apoyado sobre su lado izquierdo, para que sus espectadores no perdiesen detalle. Se colocó detrás y pasó su brazo izquierdo por debajo de la cabeza del moreno, para sujetarla y poderla traer hacia sí y así tener mejor acceso a su boca. Harry pasó la pierna derecha hacia atrás de forma que quedaba apoyada sobre su amante y le abría el paso para un mejor acceso, llevó su mano hacia el trasero del rubio y le animó a entrar. La invitación fue aceptada. Aunque la postura no era la más sencilla, la estrechez hacía que los roces fueran muy placenteros, además, Draco tenía libre aún su mano derecha, que después de pellizcar uno de los pezones de Harry, bajar hacia su erección y continuar masturbándole.

Todo estaba expuesto, nada quedaba para la imaginación. Draco podía ver el cuerpo completo de su compañero mientras se movía dentro de él, pero también veía las miradas de deseo y aprobación de los espectadores. Se odió a sí mismo, por pensar en ellos y no en Harry, pero sus reproches quedaron interrumpidos cuando notó que el cuerpo que tenía entre sus brazos se estremecía y llegaba al orgasmo. Cerró los ojos, y con su mano derecha de nuevo libre, abrazó a su amante y con un par de empujones más se dejó ir.

Notó que se mojaban las sábanas, y como empezaba a despertar. El sueño había sido tan real... Sabía que todo había sido un sueño, pero se negó, durante un rato, a abrir los ojos, queriendo conservar la imagen de Harry de nuevo en sus brazos. Pero la realidad lo sacó de ese estado de bienestar.

-Vaya, vaya. Parece que este sueño ha sido mejor que el anterior – Dijo el Lord.

-Señor yo... - Abrió los ojos y vio que el que en es sueño era su espectador, ahora estaba mirándole ya vestido desde los pies de la cama

-Esta noche tendremos que repetir lo que sea que hicieras en ese sueño. Ahora vístete y ve a buscar al chico ese... Taylor para decirle lo que necesite para ganar ese partido. Snape y él partirán antes de comer.

Cuando se quedó solo, se vistió y se deshizo del frasquito de la poción. Pasó del desayuno, los sueños le habían quitado el apetito, y fue para la habitación de invitados en donde pensó habrían acomodado a Severus. Llamó a la puerta pero no obtuvo respuesta, así que entró. Vio las cortinas flotando en el aire, debido a que las puertas del balcón estaban abiertas. Supuso que el chico estaría allí y salió. Le miró durante unos instantes mientras este contemplaba el paisaje, era delgado, lleno de acné... De pronto, el puzzle encajó.

-Mi madre me dijo que reconocería a un Black entre miles de personas, por su porte.

-Tu madre... supo educarte bien. Lástima que tu padre lo estropeara – Dijo Sirius volviéndose para mirarle.

-¿Qué haces tú aquí? ¿Qué significa todo esto?

-¿Qué tal has dormido, Draco? – Dijo ignorando las preguntas del rubio. – Espero que hayas tenido pesadillas. – Una leve sonrisa iluminó su rostro

-¿Ese era el objeto de la pócima? ¿Que tuviera pesadillas?

-Sí. La pócima proporciona al que la bebe sus peores temores, para así poder conocerlos y evitarlos. ¿Soñaste con Harry?

-Si...

-¿Y?

-No quiero perderle, no quiero que crea que le odio... pero tampoco quiero que se entregue a mí ciegamente y comparta mi destino.

-¿Qué destino?

-Este.

-Bueno, tampoco tú estás obligado a coger 'este' destino.

-Ya, eso es fácil decirlo, Black

-Lo sé, y también sé que no es fácil hacerlo. Pero no es imposible.

-... - El rubio lo miró unos instantes – Te salió muy cara la decisión, perdiste las cosas que más querías.

-Las cosas nunca me preocuparon – Aún con otros ojos, la mirada de Sirius seguía siendo profunda. – Lo difícil es perder a las personas. Pero ellos creo... que nunca hubiesen dejado que yo decidiese lo contrario.

-Da lo mismo – Suspiró con desánimo – Harry se apartará de mi cuando sepa lo que aquí a pasado.

-Ya lo sabe. Tiene... como decirlo... una rara conexión con 'el que no debe ser nombrado'. Cuando está muy enfadado o alegre, Harry ve cosas, y a ti te ha visto.

-Entonces... - Pareció dudar, su mente empezó a dar vueltas a toda velocidad. "¿Harry lo sabe todo?" - ¿Me odia?

-No.

-Ya, le doy lástima.

-Tampoco. Harry... digamos que se parece terriblemente a James en el físico y en su habilidad para meterse en líos, y de Lily... a parte de sus ojos verdes... la cualidad de ver lo hermoso que cada persona tiene... aun cuando ni tu mismo lo sepas.

-Pero... no, no. Él no se merece... ¡Me doy asco!

-En eso estamos de acuerdo. Él se merece algo mejor que tú. Pero – Dijo encogiéndose de hombros - has sido su elección, y yo respetaré eso. – Sirius volvió a mirar hacia el horizonte.

-Severus... Él... ¿está de acuerdo?

-Bueno, él opina de Harry parecido a lo que yo opino de ti. Pero si hay alguien que sepa sobre decisiones erróneas en temas amorosos y arrepentimientos tardíos... ese es Severus... Ya sabes lo que tienes a este lado de la línea, y lo que pierdes y dejas en el otro. Es tu decisión. Harry está apostando por ti ¿Tu que vas a hacer?

-¿Y si sale mal?

-Es un riesgo, pero de verdad ¿quieres vivir con la duda el resto de tu vida?... ¿Quieres vivir sin él el resto de tu vida? Recuerda que no siempre hay segundas oportunidades. Puede que cuando os volváis a ver...

-Muera en mis brazos sin saber que le quiero.

-¿Cómo dices?

-Nada, nada, es lo que pasaba en uno de mis sueños.

-Si sale mal, Draco, siempre sabrás que lo has intentado. Además, si quieres ingresar en este nido de avispas, siempre te dejarán entrar, después de todo... eres un Malfoy, un Slytherin y según dicen por los pasillos, un buen amante, y al 'que no debe ser nombrado' le gusta someter a los rebeldes. Te costará una nueva iniciación... Te quedan seis días para regresar puedes pensarlo mientras.

Fueron interrumpidos por Severus que entró con Goyle en la habitación.

-¿Todo bien? – Dijo mirando alternativamente a uno y a otro.

-Si, contestaron los dos a la vez.

-Pues nos vamos. Aquí ya hemos terminado. – Dio un golpe de varita y se terminaron de cerrar las maletas. – Te esperamos pronto en Slytherin Draco.

-Si, yo... estoy deseando volver, y seguir hablando con... Taylor – Dijo mientras le miraba de reojo, viendo como este asentía.

Harry estaba entrenando con el equipo Gryffindor. Aún faltaban semanas para su próximo partido, pero aun así, quería que todo fuese perfecto. Vio llegar la carroza de Severus y Sirius, y decidió dar por terminado el entrenamiento. Ron también les había visto llegar, y fue con su compañero a ver qué noticias traían. Antes de llegar hasta ellos vieron que casi todos los Slytherin estaban también esperando lo que les hizo dudar si acercarse más o no, pero la inquietud que tenía Harry en el estómago hizo que se armase de valor.

-Profesor Snape... - Dijo acercándose a acariciar el perro negro que lo acompañaba

-¿Sí, señor Potter? – Los Slytherin miraban la situación con curiosidad.

-Me gustaría saber si Malfoy va a estar a tiempo del próximo partido.

-No, no llegará a tiempo. Aun le quedan seis días antes de regresar.

-Profesor Snape... Señor

-¿Si, señor Potter?

-¿Tengo que terminar hoy mi castigo? Es que...

-Si, Potter, no hay ninguna patética excusa que le libre de ese castigo. Dentro de una hora en mi despacho. – Se giró hacia los de su casa – Y venga adecuadamente vestido, no le servirá de nada presumir de su puesto en Gryffindor para acortar la situación.

Cuando los dos Gryffindor habían desaparecido rumbo a las duchas. Los Slytherin acribillaron a preguntas al jefe de su casa sobre Draco. Severus no se asombró por el interés, sabía que muchos de ellos le seguirían tomase la decisión que tomase aunque otros ya lucían la marca oscura en su brazo y lo que no querían era quedarse aislados. El que sí se quedó sorprendido fue Black, pensaba que las serpientes eran individualistas, así que esta muestra de unión le rompía unos cuantos esquemas. Como Severus le cerró la puerta, dejándolo fuera de la reunión con los de su casa, se fue directamente al despacho de McGonagall para anunciarla su llegada. Allí estaba Remus ojeando con la profesora unos viejos libros sobre licantropía, y unos cuantos alumnos castigados así que simplemente pegó un ladrido y se quedó mirándolos desde la puerta. Al verle sonrieron disimuladamente, sabían que eso era señal de que todo había salido bien.

-Señor Lupin, si no le importa, puede llevar ese maldito chucho a su dueño, el profesor Snape.

-¿El profesor Snape tiene un perro? – Preguntó el castaño con falso asombro.

-Si, desde hace un par de noches.

-Ven perrito – Dijo Remus mientras salía del aula – Vamos.

Cuando Harry llegó se encontró con una escena un poco peculiar delante de la chimenea. Remus estaba en un sillón cómodamente sentado acariciando distraídamente el cabello de Sirius que estaba sentado a sus pies con la cabeza relajada apoyada en las rodillas del licántropo. En frente, Severus, en otro sofá, con cara de póquer tomaba una copa de coñac, aunque su mano izquierda estaba blanca de la fuerza con la que apretaba el reposabrazos. Minerva estaba sonriendo discretamente mientras se servía lo que parecía un zumo. Fue la que lo vio entrar.

-Señor Potter ¿Qué hace usted aquí?

-Esto... yo...

-Tranquila Minerva, necesita saber, eso es todo. – Dijo Sirius incorporándose un poco para mirarle. En ese momento Remus miró a Severus y automáticamente dejó de acariciar al moreno.

-¿Cómo está Draco?

-Bien... está bien... - Dijo Severus

-¿Volverá con la marca?

-Pues... - Sirius dudó un instante – Yo creo que no, pero no te lo puedo asegurar. Todavía no ha elegido, Harry.

-¿Qué vas a hacer si vuelve con ella? – Severus le miraba con dureza, estaba molesto por algo.

-Aún no lo sé. Supongo que no me daré por vencido. La verdad es que no lo sé. Eso complicaría las cosas, pero... - Dudó durante unos instantes – No. Seguiré adelante traiga o no la marca.

-¿Le seguirás? – Dijo un poco nerviosa McGonagall

-No, él me seguirá a mi.

-Ningún Slytherin...

-Perdone profesor Snape, tampoco ningún Gryffindor. Además yo soy aquí, el que habla parssel.

-¡Este es mi chico! – Dijo Sirius mientras se levantaba y se acercaba a abrazar a Harry, sin dar tiempo de respuesta al otro.

Continuará...

Murtilla - Eres peor que yo, jajajaja. Voy a intentar hacer ese trío, pero no creo que Draco disfrute, además, tiene que echar de menos a Harry, si le coge el ritmo a esto... a ver si se va por otro lado. S.

Diabolik - No soy mala, buaaaaa, es que él eligió mal. Pero para curar sus heridas está... no te cuento más. Gracias por tu comentario. S.

Ayda merodeadora – Sí soy española, jajajaja, por eso sé lo de las denominaciones de origen de algunas marcas. Lo de beber.... ¿quién inventó el botellón? Jajajajajaja. Gracias por tu comentario. S.

yukinajaganashi – La poción era la de dormir sin sueños, que tomaba para no ver lo que le pasaba a Draco. Esa noche no la tomó ya que no le controlaba nadie y quería ver a su rubio. Mi msn es el correo que aparece en mi perfil, pero conecto muy poco, estoy...en libertad vigilada, por así decirlo. Si puedo servirte de ayuda por mí encantada. S.

OlgaxTomFelton1 - Gracias. Te aviso que antes de volver a Hogwarts, Voldemort le tiene preparada una 'sorpresa' a Draco, pero lo superará. S.