De nuevo por aquí, esta vez atendiendo a vuestras peticiones. Gracias a SIRIUSGIRL por preocuparse de la promoción de productos típicos como el melón con jamón, y a MURTILLA por tener paciencia con las que no sabemos leer por las prisas. Por cierto, aunque lo niegue, en el capítulo de hoy, Draco disfruta mucho.
Las respuestas a vuestros comentarios están donde siempre y.... a ver...a sí, leed el VIPS del final para aclarar algunas cosillas.
Lo que piensan está entre "comillas", lo que leen en cursiva...Estoy un poco espesa, perdonadme... bueno, no gano nada con esto y los personajes no son míos....
A ciegas.
Tenía ya todo preparado para su regreso, había empacado todo lo que había llevado, y se había puesto el uniforme. Quedaban cinco horas para salir de ahí, pero tenía tantas ganas de volver... Ahora estaba sentado en la cama, esperando a que pasara el tiempo y fantaseando con su regreso. Lo tenía todo decidido, iba a coger a Harry delante de todo el colegio y lo iba a besar como nunca había besado a nadie. Sabía que él le había esperado, es un Gryffindor y siempre mantienen su palabra, además la visita de Snape y Black se lo había confirmado. Después escribiría una larga carta a su madre y... Notó como tiraban de él hacia atrás... aun no le habían quitado la correa del cuello.
-¿Qué desea mi señor?
-Veo que ya lo tienes todo preparado para tu marcha.
-Si, no quiero hacer esperar al...
-He estado tentado de no dejarte ir, pero – Draco se había quedado sin respiración – Severus tiene razón, lo mejor es que termines de formarte, quiero que seas mi... secretario personal – Empezó a desabrocharle la corbata – así, que tendré que tener paciencia... este verano vendrás directamente aquí, tu padre me enviará tus cosas.
-Señor yo – Dijo para evitar su beso – me siento muy alagado.
-Si, lo sé. Vamos a jugar un poco, aun queda tiempo. Vas a hacer realidad un sueño que llevo teniendo un par de días – Sacó un pañuelo negro de la nada y se lo enseñó – Póntelo, y sé obediente, no hables, no preguntes y... no te lo quites hasta que yo te lo ordene.
Draco suspiró, sabía que no tenía escapatoria, así que no se resistió, cuanto antes pasara mejor. Se colocó el pañuelo en los ojos, quedando totalmente a ciegas. Oyó como se abría la puerta a su izquierda.
-Bien, él ya está preparado. Trátalo bien. Espero que seas tan obediente como él – Dijo el Lord a quien fuera que acabara de entrar.
"Así que no vamos a estar solos" pensó Draco. Entonces notó como le agarraban por los hombros y le besaba con ansias. "Este no es él, ¿quién es?" Llevó las manos al pecho del desconocido, era un hombre alto, y parecía tener un buen tipo "al menos no son Crabe y Goyle". Por detrás, otro que supuso era "el que no debe ser nombrado" empezó a subir su jersey para quitárselo por los hombros. Él no hacía nada, aun no se lo habían ordenado, así que dejó que los dos hombres lo desnudaran poco a poco. Luego sintió como le empujaban hacia la cama. Aquel hombre seguía apoderándose de él poco a poco "si fuese Harry esto sería una locura de la que no me gustaría salir, pero... por favor, que termine ya, quiero irme". Notaba sus besos por todo el cuerpo, por su cuello, sus hombros, su pecho, sus pezones...Las atenciones que le estaban prestando estaban haciendo efecto en su cuerpo, que contradecía su mente, cuando el hombre se apoderó de su erección, a penas pudo contenerse. Intentó llevar sus manos a la cabeza del desconocido, pero otras manos se lo impidieron y le sujetaron con fuerza de las muñecas para luego guiarlas hacia atrás y atarlas a la cama. Draco no hizo nada por evitar llegar hasta el final, no le gustaba nada estar atado y quería acabar pronto. Advirtió como el desconocido le levantaba un poco las caderas.
-No. Solo yo puedo poseerlo, al igual que a ti.
Notó como se olvidaban de él y se relajó. Notó que los dos adultos seguían excitándose mutuamente. De nuevo quedó libre.
-Date la vuelta Draco.
En realidad el rubio no estaba nada excitado pero eso no importaba. Se colocó a cuatro patas y percibió como le separaban las piernas para después, y de un solo empujón, introducirse dentro de él. Le cogieron del pelo y le levantaron la cabeza, recordó que no eran solo dos, y advirtió algo caliente cerca de sus labios. Llevó una mano hacia esa fuente de calor y cogió la erección del desconocido, poco a poco la introdujo en su boca y empezó a recorrerla al ritmo que le marcaban desde atrás. No tardó en notar como ambos adultos llegaban casi a la par.
No sabe cuanto tiempo pasó cuando apreció que alguien se vestía a su lado, quería saber quien había sido el desconocido, quería saber quién era tan importante como para que 'el que no debe ser nombrado' le permitiese tocarlo, pero no se atrevía a mover la venda. Oyó que la puerta se abría y se cerraba.
-Puedes quitarte ya la venda, y vestirte, aunque si quieres aun estás a tiempo de darte una ducha.
-¿Quién era? Señor – Dijo mientras intentaba acostumbrarse de nuevo a la luz
-¿No lo has reconocido?
-No he podido tocarlo.
-Cierto – Sonrió – tal vez... la próxima vez te deje mirarlo a los ojos. Cuando llegue la hora pásate a despedirme antes.
Draco se duchó y se puso de nuevo el uniforme. Aún quedaba un rato para poder salir de ahí, vio algo que brillaba en el suelo, parecía un botón. Cuando se acercó a cogerlo descubrió un gemelo. Al desconocido se le debía de haber caído con tanto ajetreo. Lo miró detenidamente era de oro lacado en negro, por detrás había dos iniciales borrosas ¿LM? "No, eso es imposible", pensó mientras apartaba un oscuro pensamiento de su mente con un gesto de la mano.
Ya era de noche cuando llegó a las puertas de Hogwarts, sabía que los estudiantes estarían en el gran comedor a punto de empezar a cenar. Miró como la carroza de su padre se alejaba y no pudo evitar cierta rabia en su interior. Subió los escalones de dos en dos y avanzó deprisa por los pasillos, en las puertas paró en seco y respiró hondo dos o tres veces, no podía dejar que se notara lo nervioso que estaba en esos momentos. Ya había decidido que no iba a besar a Harry en público, antes tenían muchas cosas de que hablar, pero solo pensar que lo iba a ver después de dos semanas... Hizo acopio de todo su autocontrol y empujó las puertas, varias caras se volvieron hacia él, pero no la que tanto deseaba. Hizo por llamar la atención del moreno, pero solo consiguió una mala mirada por parte de los miembros de su mesa.
Estaba terriblemente agotado, después de la cena había tenido que lidiar con casi todos los miembros de su casa y algún que otro profesor. Pero con la excusa del viaje había conseguido meterse en su habitación sin dar muchas explicaciones, "Tal vez mañana...". Además, estaba terriblemente decepcionado porque Harry apenas si le había mirado en toda la cena, y más con disgusto que con alegría. Se acercó a Ryhar, que estaba hecho un ovillo a los pies de su cama, había crecido en este tiempo, y parecía que Blaise lo había cuidado bien. Le acarició entre las orejas y el gesto fue respondido por un suave ronroneo, entonces lo vio. Pegado en el espejo de cuerpo entero que tenía al lado del armario había un pergamino doblado.
"Veo que sigues siendo un presumido. Creo que debemos hablar, al menos a mi me gustaría. ¿A las 12 en donde siempre? HP"
"Las 12... son menos 10, no me da tiempo a nada... en qué estaría pensando... bueno, el uniforme no está mal... espera, Draco, espera... ha puesto hablar... ¿por qué no me ha mirado en toda la cena?... mejor con la corbata a medio desabrochar... si... no... si, parece más casual. ¿Dónde puse mi cepillo de la ropa?... no llego... no llego...¡Mierda! si salgo ahora me van a ver todos los de mi casa... La ventana del cuarto de baño... pero que tonterías pienso, por ahí no cabría ni Ryhar... No llego..."
Al final salió como si nada de la habitación. Para su sorpresa, la sala estaba vacía. Miró el reloj "las 12:05" y salió corriendo hacia la torre del viejo aula de astronomía. Cuando dobló la última esquina antes de llegar, paró, respiró hondo de nuevo y...
-Buenas noches señor Malfoy.
-¡Profesora McGonagall!
-Se puede saber que hace a estas horas de la noche recorriendo los pasillos.
-Pues... - El reloj de la torre tocó el cuarto – es que no podía dormir y pensé...
-Pensó mal, señor Malfoy. Usted como prefecto sabe mejor que nadie las normas de este colegio.
-Ya, pero...
-10 puntos menos para su casa, y vuelva inmediatamente a su habitación, o me veré obligada a dar parte de esto al profesor Snape.
-Si, profesora.
McGonagall se quedó esperando a que el rubio se diera la vuelta. Draco no vio más salida que obedecer, al menos hasta que le perdiera de vista, podía ir por el otro camino. Ya llevaba más de 30 minutos de retraso. Minerva sonrió, sabía perfectamente a dónde iba el Slytherin, pero no estaba dispuesta a ponérselo fácil.
Recorrió los pasillos corriendo, se iba a ir y no tendría excusa para mañana, iba a perder la gran oportunidad de su vida por tecnicismos...
-¿Draco?
-Severus... eh... tengo prisa.
-Ya lo veo, pero...
-Castígueme ¿vale? haré lo que me pida, pero por favor, no me retenga ahora.
-Está bien, mañana a primera hora quiero verle en mi despacho y me aclarará toda esta situación.
-Gracias profesor
Draco salió corriendo hacia la torre, temiendo que su ya casi hora de retraso le saliese realmente cara.
-Hola Malfoy.- Dijo este sin apartar la vista del cielo.
-Potter – Cerró la puerta tras de sí.
-Estaba a punto de irme.
-¿Qué es lo que quieres? Es tarde y estoy cansado.
-Solo quería saber unas cosas. Por ejemplo, si llevas algo tatuado en tu antebrazo. – Dijo mientras se volvía para mirarle a los ojos.
-¿Por qué?
-Es obvio ¿no? Serías mi enemigo... y eso haría que tuviese que cambiar un par de cosas respecto a ti.
-¿Cómo qué? – Dijo mientras se acercaba hacia la ventana.
-No te equivoques, Malfoy. Tengo muy claro lo que quiero de ti, solo quiero saber que terreno piso.
-¿Y qué quieres de mí?
-Por ahora saber si llevas o no algo tatuado
-No – Dijo subiéndose las dos mangas – No llevo la marca. ¿Y ahora?
-Eso facilita mis planes.
-Harry, dejemos esta tontería. En estas dos semanas has sido lo único que me ha mantenido en pie. Cuando me fui me hiciste una promesa ¿Recuerdas? tu estabas...
-Sí, te he esperado.
-¿En serio? ¿Aún sabiendo por qué me fui, para qué y lo que he hecho?
-Y lo que te han hecho. Sí.- Suspiró – Aquella tarde en las mazmorras, en tu muro, te quise decir algo y no me dejaste. Mis sentimientos no han cambiado respecto a ti. Siento algo muy fuerte y muy especial que hace que seas lo primero en lo que pienso cuando abro los ojos por las mañanas, y lo último cuando los cierro por las noches.
-Harry... - Las palabras y emociones se agolpaban de tal forma en la boca del estómago del rubio, que no podían salir – Yo...
-Lo sé – Dijo tristemente mirando hacia la chimenea apagada del aula – Estás confuso... No te preocupes, tenemos tiempo ¿verdad?
-No estoy confuso. Tengo muy claro que... - Los ojos verdes se clavaron en los suyos- Deberíamos intentarlo, ya sabes... nada muy formal al principio. Para ver si puede funcionar o no. Sin mucho compromiso.
-¿Sin mucho compromiso? – Se preguntó más para sí mismo que para Draco
-Si, poco a poco. Aún no puedo... Estos días atrás yo...
-Tranquilo, Draco, iremos todo lo lentos que quieras. Si es lo que me puedes dar lo acepto. Pero que sepas – Dijo acortando la distancia entre ellos – que pienso luchar por lo nuestro con uñas y dientes ¿entendido?
-Si. No esperaba menos de ti. – Borró los escasos centímetros que los separaban depositando un beso en los labios del moreno.
Harry le abrazó he intentó profundizar en el beso. Al principio todo fue bien, Draco le había abrazado también y lentamente acariciaba su espalda, pero cuando el moreno trató de sacarle la camisa, se paró en seco.
-¿Qué pasa, Draco?
-No, nada... es solo que estoy cansado.
-Esta bien – Dijo deshaciendo el abrazo con mimo – no pasa nada. Será mejor que nos vayamos ya a dormir, son casi las 3 de la mañana. – Y le besó suavemente en los labios.
-No, no te alejes. – Le atrajo hacia sí más fuerte – No quiero dormir solo esta noche. El solo que...
Harry enredó sus dedos en la melena rubia, y se acercó a besarle de nuevo. Esta vez no hizo ningún avance más. Draco por su parte, le abrazaba cada vez más fuerte, como con miedo a que no fuese real.
-Me haces daño, Draco
-Lo siento – Dijo mientras aflojaba un poco el abrazo
-No me voy a ir a ningún lado. Tranquilo.
-Aquí no vamos a poder dormir, hace mucho frío.
-Draco, juntos no podemos dormir en ningún lado. Yo soy Gryffindor y tu...
-Claro, nos turnaremos, cada semana en una habitación. – Dijo sin escucharle.
-Draco, quieres aterrizar, si mis compañeros de cuarto te ven en mi cama...
-Cierto, que la tuya es compartida... que mal rollo. Pues tendrás que venir a la mía, y madrugar para volver antes de que...
-No.
-No...¿no? ¿por qué no?
-Has dicho despacio y sin obligaciones. Si me meto en tu cama o tu en la mía, todas las noches...
-¿Y por esta noche? – Harry dudó, le gustaba el riesgo, pero de ahí a meterse en Slytherin vestido de Gryffindor... Draco leyó sus dudas - Haré lo que me pidas. – Dijo en un intento de aclararlas.
-No, Draco, yo no soy él. No tienes que hacer lo que yo quiera por miedo. Si necesitas que esta noche te vele, lo haré sin esperar nada a cambio, solo por ti. Cuando estés preparado para el siguiente paso... ya veremos.
-No es eso... estoy muy cansado... tal vez mañana...
-Vamos a Slytherin, tengo algo que me ayudará a salir por la mañana de allí con vida. – Dijo mostrándole la capa.
Al final fueron a la habitación del rubio despacio por los pasillos y con el mapa merodeador evitando a la Sra. Norris y a su dueño. Draco estaba tan cansado que apenas se tumbó en la cama se durmió abrazado a Harry. Mientras, este se dedicó a curiosear desde los brazos de su amante, la habitación. Todo era verde y plata con algún detalle en negro. El escudo de la casa Slytherin estaba bordado en las cortinas de la cama y en la colcha...
Por la mañana Draco se despertó temprano, se había dormido con la ropa puesta, y Harry estaba igual de vestido que él. Debía estar tan cansado que no recordaba muy bien su llegada al cuarto. Estuvo observando durante un rato el sueño del moreno, hasta que una terrible inseguridad volvió a atemorizarle. La persona a la que más admiraba, le había entregado como juguete a una serpiente, ¿qué pasaría ahora? él podía enfrentarse al mundo por Harry, de eso ahora estaba seguro, pero ¿y si este también le traicionaba? Odiaba sentirse tan vulnerable, hasta hacía unos días el que tenía todo claro era él, era el cazador... "¿Cuándo cambió todo esto? Supongo que en el momento en que le tuve, hasta entonces no tenía nada que perder... ahora sí. No, me estoy comiendo la cabeza, él es mío, Harry es mío y por nada del mundo me dejará".
Notó como unos labios suaves recorrían su rostro, no quería despertar por nada del mundo, pero esos labios empezaban a apoderarse poco a poco de él, incluso reclamaban sus propios labios. Con un suspiro, Harry abrió un poco los ojos y dejó que Draco profundizase el beso, al notar que había reaccionado, sus ojos grises le miraron fijamente.
-Despertaste, por fin
-¿Te despiertas siempre tan cariñoso? Porque voy a replantearme lo de trasladarme a tu habitación. – Recibió otro profundo beso como respuesta, y notó las manos de Draco empezando a recorrerle.
-Eres mío ¿verdad? Tu nunca me traicionarás como él ¿si?
-¿Él?... Yo no soy tu padre. No te dejaré, claro que soy tuyo.
La respuesta de Harry dio en el blanco. Draco se quitó la camisa y empezó a hacer lo mismo con la del moreno que en ese momento se dio cuenta del daño que habían producido al rubio. No era el que lo hubiesen humillado y usado como él creía al principio, sino la traición, el sentirse traicionado por lo que más admiraba en el mundo. Él sabía lo que dolía la traición de un ser querido, de hecho, el que ahora empezaba a reclamar sus pezones con su lengua, le había traicionado a él, y le había costado un triunfo confiar y esperar. Probablemente, Draco, jamás volviese a confiar en su padre, y por eso le había pedido tiempo, para acostumbrarse de nuevo a confiar en alguien, y por eso le devoraba ahora, para asegurarse de que realmente él, Harry Potter, le pertenecía.
Cuando Draco comenzó a bajar por el estómago con la lengua, Harry no puedo evitar arquear el cuerpo hacia él, hacía rato que la mano del rubio se estaba ocupando de que al llegar a esa zona baja con la boca, la erección fuese ya grande, de tal forma que cuando comenzó a jugar con ella y con la lengua, el moreno hacía rato que había perdido el control sobre su cuerpo. Los gemidos eran fuertes y hacían que el rubio se excitase más deprisa. Se dio cuenta de que el Gryffindor no aguantaría mucho más, todavía no tenia mucha práctica, así que envolvió toda la erección con su boca, y con un par de movimientos notó la descarga en su boca. Subió despacio para besarlo y disfrutar así de la visión de su amante. Harry estaba totalmente relajado, sudoroso y con los ojos semicerrados, aun así respondió a su beso, decidió que ahora le tocaba a él, pero Draco no le dejó. Comenzó de nuevo a besarlo con suavidad.
-Draco... ahora me toca a mí.
-Necesito tenerte, necesito estar dentro, necesito que seas mío.
-Y me tendrás, no te preocupes, pero no tengas prisa.
El Slytherin sus piró y se dejó caer boca arriba sobre la cama. Harry se puso encima y comenzó a repetir una por una las diferentes cosas que antes le habían hecho a él. Draco estaba muy excitado, así que no necesitó mucho. Sus pezones estaban ya erectos, pero aun así agradecieron las atenciones recibidas, hacía mucho que nadie los trataba con tanta dulzura. Los besos que le estaba prodigando su pareja no tenían parecido con los de nadie, eran suaves, dulces y calientes, por eso los había echado tanto de menos, lo poco que los disfrutó la otra vez había dejado una huella de necesidad en su piel, que no se había borrado. Cuando Harry llegó a la erección de Draco se detuvo, él nunca había hecho nada parecido, y no estaba seguro de poder hacerlo, pero al menos lo intentaría. Empezó suavemente, ayudándose con la mano, al principio la propia tensión le jugó alguna que otra mala pasada, hasta que logró tranquilizarse. Draco sonreía y le decía tonterías para que se relajase, hasta que el moreno le cogió el truco y ya no pudo pronunciar nada más que incoherencias y gemidos. Al contrario que en su caso, Harry no esperó a que Draco llegase, cuando creyó que era el momento se apartó, besó a su amante y le susurró:
-Hazme tuyo.
Draco se quedó con la protesta en la boca al oír a su amante. Se giró hacia la mesita y sacó el conocido bote de vaselina. Entre besos y caricias deslizó sus dedos a la parte baja de la espalda de Harry y lentamente comenzaron a prepararlo. Luego lo volteó y se colocó entre sus piernas, para tener un mejor acceso. Sabía que su compañero era casi virgen, así que entró con tanto cuidado como la primera vez, dándole tiempo a que se acostumbrase. Empezó a moverse primero despacio y luego a mayor velocidad. Harry empezó a masturbarse al ritmo marcado por el rubio, hasta que este ocupó su lugar apartando su mano. Llegaron casi a la vez, primero Harry y luego Draco, que en sus ultimas envestidas grito "Mío, eres solo mío".
Continuará...
V. I. P. S
Hace tiempo alguien me pidió un trío, y hace menos tiempo alguien me dijo algo de Lucius. Bien pues hay trío, lo que pasa es que por ahora mantendré en secreto la identidad del tercero, porque lo de Lucius fue una metedura de pata mía al leer los comentarios muy deprisa, y me hace falta un malo malísimo más en esta historia (o tal vez sea que no quiero que lo sepáis todo antes de tiempo) se admiten apuestas ¿creéis que es Lucius o no?, jajajajaja.
También os diré que la nota en el espejo, no la puso Harry, sino que pidió el favor a un Slytherin con acceso a esa habitación.... Si, Blaise.
Espero vuestros comentarios. Gracias. S
RESPUESTAS A LOS COMENTARIOS
yukinajaganashi – Uf, hace siglos que no leo nada en inglés, bastante tengo con lo que me mandan en el insti. ¿No te dejé un comentario en tu fic? Pues en cuanto cuelgue esto me paso. Lo del sueño... no fuiste tu la que me dijo algo de los sueños???. Estoy un poco espesa hoy debo de estar a punto de coger una señora gripe. Gracias por todo. S.
Conacha - Si que es una decisión difícil, pero contará con el apoyo de los que realmente le quieren. Gracias. S.
OlgaxTomFelton1 – Tranquila, que por ahora viene un poco de calma. Luego ya se liará todo de nuevo, pero les voy a dejar descansar un poco. Gracias. S.
Diabolik - Pues sí, Sirius estaba enfadado por no dejarle entrar en la reunión de Slytherin y decidió dar celos a Severus con Remus. Gracias. S.
Murtilla - Espero que te haya gustado el capítulo, aunque fue un error mío al leer tu comentario, cuando me di cuenta ya estaba hecho. Por eso te lo he dedicado. Y lo dicho, aunque Draco no lo reconozca, le gustó. S.
Tere Potter – Gracias, me hace mucha falta que me deis ánimos, aunque solo sean dos palabra. Muchas gracias. S.
