Bueno, debido a ciertas circunstancias... he tardado más de lo esperado. Primero por el traslado (tengo una nueva habitación genial), y luego porque se me abrió la muñeca jugando a Voleibol (balonvolea como dice la cursi de mi entrenadora) y he terminado el capítulo con una sola mano, la izquierda (yo soy diestra), por lo que siento las meteduras de pata que pueda haber, ya que me cuesta un montón. Parezco doña pupas últimamente.
Dedico este capítulo a CERDO VOLADOR, que ha sido la última incorporación a los que me dais ánimos y el pan con vuestros comentarios para seguir escribiendo. Y a AMALY MALFOY porque sé que aunque quiera eliminar a Cho, lo hace por el bien de Harry y Draco, no por el placer de cargarse a un personaje. También a CONACHA, recién recuperada para mi fic (me hace muy feliz tu vuelta).
Como de costumbre, las respuestas a vuestros comentarios están donde siempre, lo que piensan está entre'comillas'.... Y los personajes no son míos, son de J.K.Rowling, y no gano absolutamente nada más que vuestros comentarios, etc...
En el capítulo anterior...
-Mi hijo jamás pensaría que yo soy capaz de algo así.
-¿En serio? Creo que no conoces a tu hijo... y tampoco a tu amo. – Apostilló.
La Polvera
Sirius observaba detenidamente la escena desde su privilegiado lugar bajo la cama. Pensó en transformarse en perro, pero Lucius lo reconocería, así que lentamente fue metiendo una alfombrilla que estaba a los pies de la cama porque el frío del suelo le estaba matando, ya que no había podido vestirse. Severus se había colocado en el lado opuesto, de forma que facilitó su trabajo al llevar la atención de su invitado hacia la otra dirección.
-Luego, si quieres, puedo llamar a Draco. Creo que tenéis mucho de que hablar. Pero ahora lo que me preocupa es otra cosa. ¿Por qué 'el que no debe ser nombrado' prestó su 'nuevo favorito' – Lucius se estremeció casi imperceptiblemente - a alguien de tan bajo nivel en nuestra orden?
-Tú sabes que es un trámite, Severus. Tú y yo pasamos por ello – Dijo en voz baja refiriéndose a la iniciación de su hijo.
-Si. Pero lo hicimos por voluntad propia. Draco no quiere ser mortífago.
-¿Qué? – Lucius se puso de pie bruscamente - ¿Qué insinúas, Severus, que mi hijo es un cobarde, un traidor? Eso no te lo voy a...
-Siéntate – Dijo con autoridad - ¿Ves como no conoces a tu hijo? Al contrario de lo que piensas, ha tomado una decisión muy arriesgada, para él y para...
-¿Para? – Lucius subió una ceja, había conseguido una información valiosa.
De repente algo hizo caer la lámpara de la mesita de noche. Ambos hombres cortaron su conversación para mirar hacía ahí.
-Debió ser el viento. – "Gracias Sirius"
-¿Cómo? Esa lámpara no pudo caerse así como así. – Lucius trató de acercarse hacia la cama.
-¡No! Tranquilo, luego miro que ha pasado. Tu tiempo es oro ¿no? – Lucius le miró con escepticismo pero decidió sentarse otra vez.
-Hablábamos de...
-Si, lo recuerdo. Te preguntaba si sabías que había hecho Finch-Fletchley para ser obsequiado así por el Lord.
-No, la verdad. Es un mago de tercera, nunca me preocupo por gente así – Lucius había recuperado la compostura.
-Pues tal vez sea hora de que empecemos a preocuparnos. No sé a ti, pero no me gusta nada esto.
-Sí, es sospechoso. Además todo el mundo sabe la animadversión que sentimos el uno por el otro, así que si le dio a Draco... - Lucius se quedó unos segundo mirando detenidamente el gemelo - ¿De verdad que mi hijo dudó sobre mi?
-Si... lo siento. Creo que aún puedes arreglar el daño – Severus se había sentado al borde de la mesa – pero tendrás que asumir las decisiones que ha tomado, que te advierto, no te van a gustar.
-Llámale, por favor. Es lo único que me queda desde la muerte de Narcisa.
-Lo haré... solo quiero que me prometas una cosa. Si después de hablar con él, sigues pensando lo mismo del mundo que cuando hace un rato entraste por esa puerta... Te irás de aquí pacíficamente y no volverás a su vida jamás.
-Severus...
-Jamás, Lucius. Hoy tendrás que decidir si eres el gran mortífago Lucius Malfoy, o el gran padre de Draco Malfoy.
-Está bien. – Lucius le dio su varita.
-Otra cosa... déjale que hable primero.
Severus salió de su despacho, seguido del rubio.
-¿A dónde vamos?
-Al antiguo aula de astrología ¿la recuerdas?
-Si – Dijo sonriendo interiormente.
-Tu hijo va mucho por ahí. Sé que ahora estará ahí.
-¿No tiene clase?
-Si, pero sabe que estás aquí, y... supongo que le apetecían más otras cosas.
Según se iban acercando escucharon que Draco no estaba solo.
-Te digo que están tramando algo. Tu querida ex es más ambiciosa de lo que creías.
-Vamos ya Draco, no estarás celoso otra vez
-¿Con quién habla? – Severus hizo un gesto para hacerle callar.
-No Harry – Lucius casi se queda sin respiración en las escaleras – la vi con Justin después de un polvo. Pretenden que Ernie te seduzca y luego, cuando te plante...
-¿Harry... Potter? – Sus pupilas grises estaban completamente dilatadas de la sorpresa.
-Cállate ya Lucius – Le dijo el profesor
-Ya – El moreno ojiverde, no se encontraba muy cómodo sabiendo que otra vez, intentaban utilizarlo - ¿Y ahora que lo sabemos, qué?
-Yo les seguiría el juego.- Contestó tranquilamente Draco
-¿Me vas a dejar que me acueste con otro? – Harry le abrazó suavemente acercando sus labios.
-Nunca. No me refería a eso – Draco lo besó – Solo que hasta que tengamos un buen plan – volvió a besarlo – lo mejor es que no se den cuenta que lo sabemos.
-Está bien. Será como dices mi adorado... Slytherin – El moreno rompió el contacto y se acercó a la ventana. – Parece que tardan ¿verdad?
-Mi padre... Lucius es... difícil hablar con él de algunas cosas y... ya sabes 'el apellido'.
-Tranquilo, Snape sabe tratar a todo tipo de fieras... ¿no le has visto como me trata en clase? – Draco y Harry rompieron a reír. Severus sonrió levemente y miró de reojo a su acompañante
-Tú eres más... menos... eres diferente. – Draco se aproximó a la misma ventana, y poniéndose un poco triste añadió – Supongo que tendré que hablar con él.
-¿Y qué crees que va a pasar? – Los ojos verdes se tornaron oscuros
-Confía en mí. Esta vez no voy a traicionarte. Pase lo que pase quiero que sepas que yo... que tú... lo eres todo y que te quiero y que... esta vez...
-Vale, tranquilo, todo está bien, Draco, confío en ti. – Dijo acercándole hacia sí - No es eso lo que me preocupa.
Detrás de la puerta Lucius se apoyaba en el marco y miraba al suelo con incredulidad y sorpresa. Notó la mano de Severus en su hombro dándole "¿apoyo o valor?". El profesor abrió la puerta después de que su amigo recuperara la compostura. Los cuatro se miraron. Instintivamente Draco cogió la mano de Harry, pero no apartó la mirada de los ojos de su padre. Lucius miró alternativamente a los dos chicos.
-Severus... - Dijo con frialdad – Creo que deberías de...
-Potter, venga conmigo. Creo que no debería de estar aquí – Harry iba a protestar cuando notó que Draco le soltaba la mano y le indicaba que se fuera. Obedeció a regañadientes.
-Estaré cerca – Dijo en un susurro antes de salir y cerrar tras de sí y su profesor.
Bajaron los escalones hasta el primer rellano. Allí les esperaban un perro negro y la jefa de la casa Gryffindor. Se miraron y sin decir nada se prepararon a esperar. Harry agradeció en silencio las muestras de preocupación y apoyo que los tres adultos mostraban hacia él y su pareja. Después de todo, sabía que ellos, y el ausente Remus, habían tenido mucho que ver con su relación, aunque aun no tenía muy claro ni cuanto ni el porqué, pero en el fondo le daba lo mismo.
-Draco...
-Padre, no... quiero hablar yo. Creo que será mejor. – Cogió aire profundamente antes de empezar – No voy a ser tu imagen y semejanza. No quiero ser mortífago, en realidad me parece una soberana estupidez y una humillación y creo que Voldemort – Se estremeció al nombrarlo, pero Harry había insistido mucho en que dejase de llamarle estupideces como 'el que no debe ser nombrado' – es un loco que os está arrastrando hacia la destrucción por pura ambición.
-Hijo... yo creo
-Sé lo que tú crees, y la verdad, creo que estás tan equivocado como él. Pero aún no he terminado... Como acabas de descubrir... estoy enamorado y él, Harry, me corresponde y me ha ayudado a... superar tu traición.
-Estás confundido, yo no te traicioné.
-¿No? ¿Y cómo llamas tu a la iniciación a la que me obligaste sin tener en cuenta mi opinión? ¡Maldita sea padre! Si ibas a dejar que me fuese a su casa en verano.
-¿Verano? ¿De qué hablas?
-Oh, venga ya. Él me dijo que me iba a quedar ya con él, pero que dejó que volviera a Hogwarts porque...
-No, no. Yo no iba a dejar... - Una molesta idea comenzó a abrirse paso en el cerebro de Lucius – Draco... sé sincero ¿creíste que era yo el del trío?
-Sí... - Draco vio como un jarro de agua fría caía sobre el adulto que tenía enfrente.
-¡Maldito Finch-Fletchley!
-¿Qué?
-Fue él. Es una historia muy larga. Un error del pasado. Pero me odia y siempre está intentando dañarme. Nunca lo di importancia porque es un mal mago, pero... creo que me equivoqué. Nunca debí bajar la guardia.
-Entonces... ¿Tú no pensabas...? – Lucius se sentó en uno de los viejos pupitres del aula.
-Escúchame bien Draco. Yo... sabes que siempre quise que entrases... pero no quería imponértelo. No sé, tal vez mi ambición... creo que me precipité y me equivoqué. Antes de morir, tu madre, ella me dijo que hablase más contigo, que no te conocía... creo que desoír su consejo ha sido un error. Pero parecías tan convencido...
-Y lo estaba, si Harry... no llega a cruzarse en mí camino... En realidad, cuando él me alejó y me hizo ver que no se podía tener todo lo que uno quiere por el hecho de tener un apellido... y luego... recogió mis pedazos...
-Lo siento hijo, tal vez... lo siento, mis prioridades estaban equivocadas. Pensé que el Lord era mi familia y ahora me doy cuenta de que eres tú, que él me usa para sus intereses. No entiendo como he podido estar tan ciego... - Suspiró y miró al techo – Creo que tienes que contarme lo de tu relación con Potter...
-Pues – Dijo sentándose frente a su padre – todo empezó con una apuesta con Ron Weasley.
-¿Tú te tratas con ese?
-¡Oh! En realidad... - Dudó un momento, hablar sobre Harry era una cosa, pero la mafia.... – Esa es otra historia que te contaré cuando ya no estudie aquí, y Severus no pueda matarme. – Sonrió.
-Bueno, entonces ¿qué pasó con esa apuesta?
El grupo que esperaba en la escalera había aumentado de tamaño. Ahora Ron, Hermione, Blaise, Pansy... en resumen, los dos sextos de Gryffindor y Slytherin se habían unido a la espera. Incluso un extrañado Dumbledore pasó por ahí, pero simplemente sonrió, ofreció unos cuantos caramelos de limón y se fue de nuevo a su despacho. Cuando se escuchó claramente que Draco y su padre se reían... signo inequívoco de que todo iba bien, el ambiente se relajó, y los dos jefes de las casas presentes decidieron que era hora de que todo el mundo se fuera a comer. Solo quedó Severus con Sirius. Cuando todo estuvo despejado, éste tomó su apariencia humana.
-Parece que todo va mejor de lo esperado.
-Si, Sirius. Parece que sí. Espero que todo vaya mejor a partir de ahora – Suspiró mientras se sentaba en la escalera.- Solo queda saber la reacción de Harry
-¿La reacción de Harry? ¡Ah! Yo no me preocuparía, mientras Draco esté feliz, él lo estará. Si le llegan a decir a James que su hijo iba a unirse con un Malfoy todavía se escucharían sus risas – Dijo melancólico.
-No se rió tanto cuando lo nuestro.
-No, la verdad que no. Pero al final... bueno, da lo mismo. Lo estropeamos bien nosotros solos, no nos hizo falta su ayuda.
-Por eso me preocupa Harry. ¿Y si se lo toma como su padre?
-James al final lo aceptó... Un momento, ¿por qué te preocupa Harry?
-Draco nos vio... bueno te vio en mi cama esta mañana. No creo que le haya dicho nada... pero tarde o temprano...
-Cuando vuelva de la comida... o esta noche... hablaré con él. Pero no te preocupes, si no le gusta ya se acostumbrar
-¿Me dejarás? – Sirius le miró con sus profundos ojos claros, encontrando el miedo en los oscuros en los que se reflejaba.
-Si algún día lo dejamos... será por cualquier otro motivo, no por lo que opine nadie de ti. De todas formas... creo que estás equivocado con respecto a él. Solo tienes que fijarte en qué pareja ha elegido.
-¡Touchée! – Dijo Severus sonriendo. Las razones de su amante eran indiscutibles. (No tengo el diccionario a mano, perdonad si no se escribe así)
La conversación quedó interrumpida al notar que Harry y sus compañeros subían de nuevo las escaleras.
-Han comido muy deprisa hoy – Dijo el profesor de pociones sin mirar a los Gryffindor
-No teníamos mucho hambre, profesor – Contestó Ron. Mientras veía a un inquieto Harry mirar hacia arriba, a la puerta del aula.
Los Slytherin no tardaron mucho en llegar, volviendo a estar todo el descansillo lleno de chicos de 6º. Aunque buscaron miles de excusas para echarlos, no se movieron de ahí, ni bajo la amenaza de quedarse con 100 puntos menos como castigo.
En un momento determinado, el perro de Snape empezó a ladrar a Harry y a tirar de su manga. Harry le miró y luego miró al jefe Slytherin, en ese momento, el perro cogió la varita del moreno y comenzó a correr entre los pasillos. Un medio enfadado Harry le siguió llamándolo a gritos. Al final le encontró metiéndose debajo de la escalera del aula de adivinación.
-Sirius, ya está bien, este sitio no me trae buenos recuerdos.
-Pues a mí si – Dijo ya en su forma humana. – Es la puerta de lo que los merodeadores llamábamos "La Polvera". – Diciendo esto, tocó una de las piedras tres veces y otra más a bajo dos.
La pared se abrió de la misma manera que lo hacía la del Callejón Dragón, y apareció una pequeñísima habitación. Cuando entraron, Sirius tocó la piedra central de la entrada y la pared se cerró de nuevo con tan poco ruido como se había abierto.
-¿La llamabais así por la cantidad de polvo que tiene?
-Jajajajajaja, no, no era por eso. Si convences a Dobby puedes ponerla al día en poco rato.
-La decoración es un poco... cómo decirlo...
-Pasada de moda. Lo sé. Bueno, en aquella época era lo que se llevaba. Papel pintado con flores, lámparas con telas... Si buscas seguro que hay incienso por ahí, a Remus le gustaba mucho.
-Nunca vi esta habitación en el mapa
-Si, lo hicimos así por si descubrían el mapa. Además, la construimos después.
-¿Por qué "La polvera", por el tamaño?
-Pues no precisamente... tu padre la llamó así porque era su uso principal.
-Su uso princ.... Polvera... polvera... - Pensó unos segundos hasta que se le iluminó la mirada - ¡Polvos! Era para... veníais aquí con vuestras parejas para...
-Estar solos, sí, para eso y que cierto Slytherin no pudiera meter sus narices y chivarse. Hay ciertas cosas que... bueno, el castigo si te pillan... Creí que te podía interesar conocerla. Después de todo, no es bueno que andes por ahí, por mucha capa invisible que tengas, todas las noches. – Sonri
-Gracias, Sirius. Si que me interesa. – Dijo ilusionado - Dobby guardará el secreto seguro. Me voy a poner manos a la obra y daré a Draco una sorpresa esta noche.
-Esto... tengo que pedirte un favor.
-Pide lo que quieras – El moreno estaba revisando los pocos muebles de su nueva habitación.
-Dumbledore me envía de misión con Remus dentro de un par de semanas, así que partiré pronto.
-¡Oh! Me da mucha rabia cuando te vas – Harry se acercó a abrazar a su padrino.
-Quiero que cuides de Severus.
-Si claro que... ¡Un momento! ¿Severus? ¿Severus Snape? – Harry se separó del abrazo para mirar a los ojos de Sirius - ¿Snape? ¿Desde cuando es Severus?
-Hace pocos meses, quería estar más seguro para contártelo, pero...
-Severus... el que quería estar presente cuando un dementor te besara
-Si, pero...
-El que me hace la vida imposible y me llama malcriado
-Si, Harry pero...
-El que insulta a mi padre en cuanto tiene ocasión
-Ya, bueno, ellos... ¿Harry?
-... - Harry se había girado y movía inquieto el tirador de la puerta de un armario - ... ¿Qué tienen los Slytherin que son capaces de amargarte la vida y con un roce sacarte del infierno y elevarte al cielo?
-Francamente – Dijo sorprendido – No lo sé, pero espero tener el tiempo en esta vida necesario para averiguarlo ¿Tú no?
-Por supuesto – Volvió a abrazarle. – No me gusta Snape, pero si tú lo eliges... supongo que con el tiempo descubriré qué has visto en él ¿verdad?
-Si, Harry – Dijo acariciándole el pelo – Supongo que el mismo que tardaré yo en descubrir por qué te vuelve loco ese prepotente rubio.
-No es prepotente.
-¿Ah, no? Jajajajaja
Durante unas cuantas horas, Dobby, Sirius y Harry adecentaron y redecoraron La Polvera, encontrando el incienso de Remus y algún que otro calcetín perdido hacía años. Lo dejaron todo preparado para la noche, y volvieron a ver que había pasado entre padre e hijo.
Draco estaba sentado en las escaleras, hablando animadamente con los de su casa cuando llegaron. Al ver al moreno sus ojos brillaron de una forma especial, estaba radiante. Los Gryffindor estaban sentados un poco más arriba esperando.
-El dueño de Hocicos está con el padre de Draco y McGonagall en el aula – Dijo Hermione, así que el perro se subió deprisa. Cuando Harry estaba a la altura de Draco, este se levantó.
-¡Mirad chicos! ¿No es eso una acromántula pequeña? – Dijo Pansy
-¿Dónde? – Dijo Goyle
Mientras todos miraban al sitio que señalaba la morena, Draco atrajo a Harry besándole en los labios con fuerza y susurrándole después.
-Luego hablamos
-Si, tengo un regalo para ti – y le devolvió el fugaz beso y se separ
-Pues yo no veo nada – Dijo Ron
-Eso es porque eres un estúpido Gryffindor – Dijo Pansy
-Yo creo que la estúpida eres tú, que ves cosas donde no las hay – Dijo Sesamus
-A lo mejor es que no sabes lo que es una acromántula – Apuntó Nevil
-O a lo mejor es que sois tan necios que no lo sabéis vosotros y queréis disimulas – Contestó Blaise.
-Pues entonces... todos deberían regresar a sus respectivas clases y aprender – Les reprendió la voz de McGonagall desde la puerta - ¡Ahora! Y 20 puntos menos a las dos casas por montar este escándalo.
Todos protestaron pero obedecieron. Los adultos salieron despacio detrás de los chicos. Cada uno fue a sus clases, mientras que Lucius y Hocicos iban al despacho de Dumbledore.
Por la noche, durante la cena, vieron como el mortífago abandonaba el colegio, no sin antes despedirse de su hijo. Justin Finch-Fletchley se acercó a Harry despacio por detrás justo cuando Draco regresaba a su puesto en la mesa Slytherin.
-¿Tienes planes para luego, Harry?
-Eh... si, voy retrasado en el trabajo de trasformaciones y quería hacerlo esta noche. – Miró de refilón a Draco que actuaba como si nada.
-Si quieres quedamos y te ayudo, y luego podemos dar una vuelta.
-¿Y Ernie? ¿No se enfadará? – Dijo sarcásticamente Dean – Todo el mundo sabe que... - El Hufflepuff le miró con odio, pero el Gryffindor ni se inmut
-Esta noche no puedo – Repitió Harry – Tal vez cuando esté un poco menos liado podamos ir por ahí, no sé.
-Eso se lo dices a todos, pero últimamente no se te ve con nadie – Dijo Justin
-La verdad, es que... - Volvió a mirar a Draco – Estoy muy disgustado desde lo de Cho y Draco... creo que aún no lo he superado.
-Pues deberías de salir, eso te ayudaría – Justin acercaba su cara al Gryffindor peligrosamente, cuando Ron volcó un plato de sopa entre ambos.
-Lo siento... lo siento Justin, no ha sido a propósito, lo siento... - Decía el pelirrojo mientras le ofrecía una servilleta para limpiarse.
-Seguro... que lo... sientes, Ron – Dijo cogiendo la servilleta bruscamente – Harry, ya hablaremos en otro momento, con menos... gente a nuestro alrededor.
-Claro – Respondió el moreno despidiéndose.
Los Gryffindor se miraron y se echaron a reir
-Seguro... que lo sientes, Ron... - Imitó Dean provocando de nuevo las carcajadas de sus compañeros.
-Parece, Harry, que vuelves a estar de actualidad – Afirmó Nevil
-Si, ya lo veo... espero contar con vuestra discreción por ahora
-Claro Harry, lo tuyo con... Edmundo Dantés, está protegido bajo 100 candados
-¿Edmundo Dantes? Sesamus, deja de leer novelas muggles y beber... lo que tu ya sabes a la vez. Te estás quedando sin neuronas – Rió Nevil
-Hablando de eso... Harry, esta noche – Ron se acercó al oído del moreno – hay reunión de la mafia, así que tendrás que esperar para ver a... Edmundo. – Se incorporó riendo.
-Bien, pues después me lo mandas a las escaleras de la torre de adivinación, dile que le espero en el hueco de debajo. – A Harry no le gustaba mucho la broma
-Vais a helaros de frío
-No, tengo un plan. Tú solo díselo.
-OK.
Por la noche, cuatro chicos de 6º, uno de cada casa, terminaban una botella del licor ilegal de Sesamus y se encendían el último cigarrillo de la redada de la semana anterior.
-Esta maría es genial, mejor que la que teníamos – Dijo Draco
-Si, pero se han querido saltar nuestra... protección – Contestó Ernie
-Bueno, parece que a los de tu casa últimamente les da por saltarse las normas, Ernie – Draco arrastraba las sílabas
-Son modas – Dijo Ron al quite – ya sabes...
-Sí - Afirmó Anthony- El año pasado fueron los de mi casa durante unos meses. ¿Qué vamos a hacer con ellos?
-Yo propongo que lo de siempre. Un pequeño susto más y una oferta de contactos para su mercancía. – El rubio había retomado su autocontrol a tiempo
-Es buena, encontraremos clientes con facilidad – Aseguró el de la casa del cuervo.
-Si – Afirmaron los demás
-Entonces, todos de acuerdo ¿tú te encargas Ernie? – Preguntó Ron
-Claro, no hay problema. Por cierto ¿Qué pasó con la poción para desaparecer que iba a hacer uno de tu casa, Ron?
-Fue un completo desastre, así que por ahora el proyecto está paralizado.
-¿Algo más? Porque me muero de sueño – Cortó Draco. Nadie dijo nada. - Pues reunión acabada. Buenas noches a todos.
Se despidieron y cada uno tomó un camino, que un minuto después deshacían Ron y Draco
-Vigila esos celos.
-Lo sé, lo sé. Lo personal fuera, pero es que...
-Ya, ya. Pues controla. Sería irónico que todo esto se fuera al garete por un lío de cama tuyo.
-¡Eh! Que ese lío es tu mejor amigo.
-Por eso lo digo, lo quiero demasiado para que todo el mundo le eche la culpa de tus errores.
-Vale, vale. ¿Qué es lo que querías?
-Harry me pidió que te indicara que te espera en el hueco bajo la escalera de la torre de adivinación
-Genial, gracias Ron, perdón Weasley.
Continuará...
Como siempre, admito sugerencias, críticas, alabanzas.... Besos. S.
Respuestas a los comentarios.
Murtilla - Bueno, creo que será el próximo capítulo donde lo podrás leer. Como te prometí, te lo dedicaré. Supongo que muchas de tus dudas se te habrán aclarado ya, y las que quedan... tiempo al tiempo. Gracias por seguir ahí. S.
Cerdo Volador - Espero que te guste el capítulo que te ha tocado en dedicatoria, y que por tanto te siga gustando el fic. Gracias por hacerme saber que te gusta y que lo sigues. S.
Tere Potter - Gracias a ti. Espero que tu padre esté mejor. Me halaga saber que sacas tiempo para mi fic, es lo más bonito que nadie me ha podido decir en un comentario. Gracias. S.
Caroline Mcmanaman - Cuídate, no es bueno que estés triste. Si estoy ayudando en algo a que estés mejor me alegro mucho. Hace que mi esfuerzo merezca la pena, aunque no sea tan buena como Rowling o muchas otras escritoras de fic (también chicos, lo sé). Espero haber aclarado ya tus dudas, y que te siga siendo un poco útil. Besos. S.
Conacha – Hola, hacía mucho que no sabía de ti, pensé que te habías cansado. Ahora veo que sigues ahí, eso me hace feliz, espero que te guste la dedicatoria. También espero haber resuelto algunas de tus dudas. Lo de Cho... lo que algunas hacen por la fama... en fin. Me alegra saber que te gustó la reconciliación. Gracias. S.
yukinajaganashi - Tranquila, yo también voy pillada de tiempo. Gracias por tu comentario. S.
