Bueno, estoy de vuelta. Ya queda muy poquito para terminar, tanto, que si no calculo mal, queda un solo capítulo, a lo sumo dos… claro que… puedo… estoy pensando en que puede que tres… ¿qué os parece? ¿no será muy larga? Ya van, con el de hoy, 17 capítulos y me da la impresión de que os empezáis a aburrir, porque cada vez llegan menos comentarios… no sé.
Esta vez le dedico el capítulo a NAOKO por corregirme lo de Seamus, al que yo por error (grandísimo error) llamo Sesamus en todo el fic, sin darme cuenta. (Perdón a todos por la inmensa metedura de pata). También a TOMOE69 por perdonar que el fic no fuera por donde en principio iba a ir.
Ya sabéis que los comentarios los respondo siempre en el mismo lugar que lo que piensan va entre "comillas"….
Los personajes no son míos….
¡El espectáculo debe continuar!
El traidor (2ª parte)
Harry comenzó a agitarse en sueños, hasta que un pinchazo muy fuerte en su cicatriz lo despertó. Automáticamente se llevó la mano a la frente, mientras Draco le abrazaba por detrás intentando tranquilizarlo.
-Estás aquí, estás conmigo – Dijo alterado – ¡No es posible.!
-Claro que es posible. Despierta cariño, todavía estás en la pesadilla.
-No, Voldemort está contigo… - Un nuevo pinchazo le obligó a tumbarse de nuevo, retorciéndose de dolor.
-Oh, mierda. No contaba con esto… Harry, Harry, estoy aquí, estoy contigo… respóndeme, ¡Harry! - El rubio intentaba en vano, que no viera lo que estaba sucediendo. Esta no era la manera en la que pensaba contárselo.
Draco (Justin) miraba la habitación en la que ahora se encontraba, estaba adornada con sencillez, pero lo que más le llamó la atención era la gran cama que estaba en el centro.
-Mi deseado niño – Voldemort había entrado en silencio y abrazaba a su juguete.
-Mi señor – Contestó como Draco (el original ®) le había enseñado.
-Sé que prometí traerte en verano… pero una pequeña escapada… Lo malo es que prometí a Lucius que mañana volverías a ese estúpido colegio. – Lo besó con ansiedad. – Tengo un regalo para ti, no obstante…
-¿Sí? Estoy deseando verlo… mi señor. – El Lord se extrañó de esa efusividad, pero pensó que era debida a los nervios, le notaba especialmente nervioso. Pero era tan deseable…
-Pasa Roger – El padre de Justin entró en la habitación – Recuerdas nuestro último encuentro ¿verdad? – Hablaba en su cuello, olisqueando el pelo del rubio – te prometí que la vez siguiente verías quién era.
-Señor… yo – Draco (Justin) no comprendía del todo lo que quería decir, Draco (®) no le había contado nada. – Roger se acercó y le acercó con fuerza para besarlo, en ese momento el chico lo entendió… ¡Iba a acostarse con su padre! – ¡No!, no puede ser… - Se alejó de ambos.
-¿Draco? Un momento, ¿qué está pasando aquí? ¿tu quien eres? – Gritó Voldemort - ¡Traed a Lucius a mi presencia, inmediatamente!
El efecto de la poción estaba pasando, Justin no había contado con eso, pero Draco sí. Su pelo y su aspecto normal empezaban a aparecer, para espanto de su padre, que no sabía que hacer, y enfado de Lord Voldemort, que empezaba a sospechar la traición.
Harry, mientras tanto, observaba la escena intentando descubrir si era un sueño o no.
Lucius entró en escena con una perfecta y estudiada imagen de contrariedad, al ver lo que estaba sucediendo, su cara de sorpresa hubiera ganado más de un premio de interpretación.
-¿Qué sucede? ¿Dónde está mi hijo? ¿Qué le has hecho a Draco, maldito bastardo? – Preguntaba agarrando del cuello al chico, mientras el padre era sujetado por otros mortífagos.
-Yo no he hecho nada, fue idea suya… - Lloraba Justin – Bueno, mía…
-¡Mientes! Draco jamás haría una cosa así. – El primer cruciatus, cayó sobre el chico. – Te lo ordenó tu padre ¿verdad?
Harry observaba todo con horror y comprensión. De fondo oía la voz de Draco que le llamaba, pero no quería volver, quería enterarse de todo. Y así fue. Justin no era muy fuerte, y entre sollozos y con mucho terror, relató a los presentes todo lo que había acontecido en los últimos días. Desde la conversación en el Muro, hasta lo de la poción multijugos, pasando por el empeño del rubio de tener a Harry Potter.
-Le mataré con mis propias manos, Señor. – El tono de Lucius era de serena ira.
-Lucius, amigo. Siento lo de tu hijo. – Dijo el Señor Oscuro mirando a un abatido Lucius – Es una gran perdida. Veo que hubiera sido un gran aliado, es muy listo tu hijo.
-Ha traicionado a su sangre, sin ningún motivo. – Perdiendo a posta, un poco el control de su ira en la voz.
-¿Sin motivo, dices?, veo que no has escuchado con atención. Tu hijo me ha traicionado por mi enemigo. Se ha encaprichado de Potter…
-Señor yo… - Lucius tragaba saliva.
-No, Lucius… no. He tenido sueños… y en ellos aparecían juntos… ¡En fin!, más tarde hablaremos… llama a Severus, que venga enseguida. – Le despidió con un gesto, mientras se volvía al lloroso Hufflepuff y a su padre. – En cuanto a vosotros… Roger, tú ya no me sirves para nada, tu tapadera ha sido descubierta, y tu hijo… es ambicioso, no lo voy a negar, pero no usa el cerebro como debería. Ahora bien, y visto que tenía tantas ganas en ocupar un lugar en mí cama… - Se giró hacia los mortífagos que esperaban sus órdenes en la puerta – Llevad al chico al harén y a su padre… que parezca un accidente.
Harry tardó unos segundos en enfocar los ojos. En cuanto su respiración volvió a la normalidad, se sentó en la cama y miró a su compañero.
-¿Qué has hecho, Draco?
-Yo… no quería volver allí, y no tuve tiempo de pensar en otra cosa – Alargó la mano para tocarlo, pero Harry se apartó.
-¿Por qué no me lo dijiste? Podíamos haber buscado una solución juntos.
-No quería que te involucraras en esto. Pensé que… te lo iba a contar hoy, te lo juro.
-Eres igual que los demás… - Harry empezó a demostrar la furia que sentía – Siempre ocultándome las cosas, tratándome como un títere y luego repitiendo 'Es por tu bien, Harry. Pensamos que mejor no te enterases, Harry.' – Empezó a colocarse la ropa. – Que me lo ibas a contar… ¡Ya, claro! Dime ¿y que te acostaste con Justin, también me lo ibas a contar?
-Harry, yo… no tenía otra opción… escucha… espera ¿A dónde vas? – Draco se abalanzó hacia Harry, abrazándole. – No espera… ¿no pensarás dejarme? Te juro que…
-Tu palabra no vale nada, Draco. Ya me juraste una vez… y has vuelto a hacerlo, has vuelto a traicionarme – Le apartó bruscamente.
-No, Harry, espera. Yo… - Se interpuso entre el muro de salida y el moreno – te quiero, Harry. Escúchame, escúchame por favor… sin ti no soy nada, no valgo nada… Te lo suplico, no me dejes… creí que era lo mejor para nosotros.
-Lo mejor para nosotros hubiese sido que confiases en mí, no soy una muñeca hinchable ¿sabes? – Las palabras salían tan frías como la mirada del Gryffindor – Déjame salir… por favor. No quiero estar ni un minuto más contigo.
-Te lo suplico – Draco se puso de rodillas – No me dejes. Lo hice por nosotros. – Harry notó algo atenazándole el estómago y la garganta. Aguantó las lágrimas y suavizó el tono.
-Será mejor que te quedes aquí hasta que regrese Severus. Voldemort lo mandó llamar. – Abrió la pared y salió.
-Justin… ¿está bien?
-Sí, tiene lo que quería. Es bonito ver como te interesas por tu amante – Dio a los ladrillos y cerró tras él.
Draco permaneció de rodillas un buen rato. Lo que acababa de pasar no le permitía levantarse. Al final apoyó las manos y la cabeza contra la pared y lloró durante horas. Al igual que durante horas lloró Harry en los brazos de Ron y Ginny, que no sabían que decirle mientras Hermione buscaba alguna pócima para tranquilizarlo.
Por la tarde del domingo, Harry junto a Severus fueron a por Draco, que agradeció salir de su encierro, aunque fuera para hablar con Dumbledore. El rubio buscó insistentemente algún contacto con el Gryffindor, pero éste no estaba muy receptivo y a penas lo miraba, y mucho menos dejó que se acercara. Severus se sintió un poco culpable, él también había sido partidario de no contar nada a Harry, pero se había equivocado.
La gárgola dejó el paso abierto hacia la escalera giratoria. Severus pasó primero. Draco sujetó el brazo de Harry que se soltó con brusquedad.
-Dime que ya no me amas, que no tengo ninguna posibilidad. Si no, seguiré luchando por lo que teníamos.
-¿Qué teníamos? Buen sexo y mucho engaño.
-Tú sabes que eso no es cierto. Dime que no me amas, Harry.
Harry le miró. Sus ojos grises estaban hinchados de no dormir y llorar, y un alo morado los rodeaba. Amaba tanto aquellos ojos… No dijo nada, solo se giró y subió por la escalera. Draco sonrió suavemente y subió tras él, por primera vez en días se relajó.
Dumbledore escuchó en silencio toda la historia y contrariamente a lo que esperaban, no dijo nada. Se ahorró el sermón. Solo asintió aprobando la propuesta de Severus de que se quedase bajo la tutela del colegio para evitar que lo hicieran daño. Cuando se iban a ir, Harry pidió permiso para comentarle algo en privado.
-¿Qué te preocupa, Harry?
-Justin. Su padre pronto aparecerá muerto y él…
-Por ahora no podemos hacer nada por él, pero no te preocupes, no le vamos a dejar a su suerte. ¿Algo más?
-Necesito hacer llegar un correo a Sirius… muy importante.
-El correo lechuza…
-Es muy importante.
-Está bien, dámelo y se lo haré llegar.
-Gracias Señor.
-… Harry
-¿Sí?
-Aunque sé que, en este momento, no vas a entender lo que te digo… quiero que pienses en ello. Un escritor muggle, llamado Gabriel García Marquez dijo 'Solo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ame con todo su ser'
Al salir, se encontró a Draco esperándolo, con él estaban los de su casa que habían sido informados por Snape, y los Gryffindor encabezados por Ron. Había un tenso silencio entre ambos grupos.
-¿Qué te apetece hacer esta tarde, Harry? – Preguntó tentativamente ya que no esperaba una respuesta agradable.
-Contigo nada. – Se dirigió hacia Ron - ¿Nos vamos? Tengo deberes que terminar antes de ver a Ernie – Draco se quedó como si le hubiesen echado una jarra de agua helada.
-Claro… esto… id vosotros delante, ahora os cojo. – Cuando se habían alejado lo suficiente, se volvió hacia el rubio al que Blaise intentaba consolar.
-Mi casa ha votado. Hemos decidido que no vamos a intervenir mientras Harry decide que hace respecto a ti. Pero le defenderemos si tú o alguna de tus serpientes intenta hacerle daño.
-Nosotros también estaremos al margen – Dijo Pansy – pero apoyaremos a Draco en todo momento.
-De acuerdo entonces – Ron se dio la vuelta y aceleró el paso para coger a sus compañeros.
-Tranquilo, Draco – Dijo Blaise – Lo de Ernie es solo una chiquillada.
El problema fue que después de Erni fueron pasando por los brazos de Harry uno por uno los miembros de sexto y séptimo de las otras dos casas. Durante más de un mes, Harry llegaba de noche a La Polvera la mayoría de los días, oliendo a otros, y con marcas por el cuerpo, que el rubio distinguía con facilidad. Mientras, Draco, con el estómago en un puño, se hacía el despistado e intentaba entretenerse leyendo o comentándole cosas del día. Al principio fue duro, ya que rara vez recibía una palabra amable, pero con el tiempo, se dedicaron a hablar… nunca habían hablado tanto y se habían reído tanto estando los dos juntos. Jugaban al ajedrez, a guerras de almohadas… hasta descubrieron que en la Polvera existía una pequeña ducha disimulada en una armario. Harry solía usarla cuando llegaba por las noches antes de acostarse.
Todo iba más o menos encauzado, pero Draco no había conseguido el perdón, y el moreno no le dejaba acercase.
Hacían juntos los deberes, y luego veía como el Gryffindor se desvestía, se ponía el pijama que antes jamás había usado, y se dormía. Esperaba con ansia ese momento, ya que solo cuando Harry dormía, él podía tocarlo. Se quitaba toda la ropa y le abrazaba rogando para que todo esto acabase pronto. Cuando por las mañanas notaba que el moreno volvía en sí, se apartaba con cuidado y esperaba en el borde de la cama a que abriera los ojos, para desearle los buenos días. De vez en cuando intentaba besarle, pero siempre se encontraba con el rechazo de su compañero, así que cada vez lo intentaba menos.
Hacía unos días que había recibido la respuesta de Sirius, también por canal seguro, a su carta urgente y su extraña respuesta le tenía desconcertado.
"Querido Harry:
Entiendo por lo que estás pasando, y estoy terriblemente triste por no poder estar a tu lado en estos momentos. La verdad es que hacer estupideces no es territorio Slytherin, pero cuando se ponen… son los mejores.
Severus me contó también en una carta su versión y… bueno, me gustaría matar a Malfoy y castigar a Severus, pero creo que no voy a poder
Antes de que decidas sobre tu futuro con él piensa en la siguiente pregunta: ¿Qué te enojó más, el secreto o la infidelidad?
Es culpable de caer en su propia trampa ¿no fue eso lo mismo que antes te pasó a ti con él? ¿Crees que él quería caer y serte infiel?
Piensa en qué es lo que quieres ver a tu lado, cuando dentro de 10 años abras los ojos. ¿Sabes con que frase se declaró tu padre a tu madre? 'Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo'
Sé que te he metido más dudas de las que ya tienes, pero no hagas nada hasta que no te respondas.
Besos
S.B.
P.D.:Pronto volveré, aunque Remus y yo estamos pensando en comprar una casa aquí en España para los veraneos."
Después de un castigo de Snape, Harry entró en la habitación de un humor de perros, y se tumbó mirando al techo y maldiciendo. Había estado fregando calderos más de cuatro horas, y ni tan siquiera había cenado. Draco se ofreció a ir a las cocinas por un sándwich, pero no hizo falta, Dobby ya había llegado con una bandeja llena.
-Es muy interesante este libro sobre animagia… ¿en qué animal podría trasformarme?
-¿En rata?
-Harry, por favor… yo no tengo la culpa de que Snape te haya castigado.
-Fíjate, yo tampoco – Dijo con ironía.
-Yo creo que tu… - Decidió ignorarle para rebajar la tensión - … no sé… tal vez en un ave.
-¿Hay alguna con cuernos? – Draco suspiró. Hacía semanas que no había vuelto a discutir por ese tema.
-No sé como hacer para que… Creo que me voy a dar una vuelta. – Se levantó despacio y abrió la pared - ¿Harry?
-¿Sí?
-Me gustaría... – Cerró los ojos por unos instantes, para controlar lo que estaba sintiendo - Nada, nada – Y salió de la habitación
Cuando regresó, Harry lo había puesto todo patas arriba.
-¿Qué ha pasado?
-No encuentro la parte de arriba del pijama. – Dijo intentando disculparse.
-Pues… no sé… ponte otro.
-No, quería ponerme este. – Cogió la varita y empezó a colocar las cosas de nuevo en su sitio. - Draco… Tenemos que hablar… esta situación no puede seguir así más tiempo. – El rubio lo miró y tragó saliva – Tú estás sufriendo, y yo también.
-No es para tanto. Nos divertimos juntos, yo te quiero y tu… me quieres ¿no es así? Las crisis son normales en todas las parejas.
-Claro, y todas las solucionan así. Con una parte tirándose a todo lo que se mueve por venganza, y la otra cerrando los ojos esperando que pase la tempestad. – El verde de los ojos de Harry era muy oscuro.
-Tienes razón, así no vamos a llegar a ninguna parte. – Dijo con tono calmado, no iba a discutir bajo ningún concepto - Pero… - "Tengo tanto miedo a perderte." Se había sentado en un extremo de la cama. - ¿Qué propones?
-No sé, no sé que proponerte. No quiero dejarlo – Draco suspiró mentalmente, durante unos interminables segundos había visto un profundo precipicio delante de sus pies – En realidad no puedo dejarte. Lo he intentado, no creas. Pero no puedo. Algo me empuja a volver aquí y comprobar que me esperas. No puedo imaginar mi vida sin ti, pero me das miedo. Nunca esperé que me traicionases de nuevo. – Dijo bajando la voz al final.
-No quería preocuparte, pero se me fue de las manos… No debí de dar por sentado qué era lo mejor para ti sin consultártelo. Tú esperaste por mí, y me sacaste del infierno en el que vivía, y yo te lo pagué… Supongo que tienes razón en temerme. Pero yo también puedo recuperar tu confianza si me dejas, puedo demostrarte que no volverá a pasar, solo pídeme lo que quieras y…
-¿Podrás olvidar lo que ha pasado estos últimos meses? – Preguntó bruscamente, cortando el discurso del rubio - Porque yo no. No puedo dejar de imaginarte en brazos de otro, y cuando esa imagen me viene a la mente… - Cerró los ojos por unos instantes - busco desesperado otros brazos donde calmarme y…no puedo imaginarme en los tuyos después de eso… ¿Cómo sabré que cuando me beses es a mí a quien besas y no ha otro? – Volvió su mirada hacia los ojos grises de su compañero.
-Porque desde que te besé por primera vez en aquel aula…, no he vuelto a besar a otro. Tu imagen era la que estaba en mi mente cuando sufrí la iniciación, no era él quien me tocaba, sino tú… No hay nadie más en mi cabeza o en mi corazón. Solo tú.
-¿Y con Justin?
-En realidad… me daba tanto asco a mi mismo que con él no pude traer tu imagen. Creo que ese día entendí como te sentiste tú con Pansy. – Harry se sentó cerca, con la mirada perdida en el suelo, recordaba exactamente como se sintió en esa ocasión – Tal vez, si empezamos despacio… No me gustaría perder lo que hemos conseguido. Hablamos más ahora que antes y me gusta. Pasamos más tiempo aquí… Además, ya no tenemos porqué escondernos, todo el colegio sabe que me he negado a ser mortífago y que tu has tenido algo que ver…
-Prométeme que irás despacio. – Dijo volviendo su cabeza hacia él
-Haré lo que me pidas, recuérdalo. Te lo prometo – Cambió de postura para acercarse, y muy despacio posó sus labios sobre los del moreno. Notó un leve temblor antes de que Harry se apartara esta vez con suavidad.
-Tienes reunión de la mafia. – Draco miró el reloj de la pared.
-Aún me queda media hora. – Ronroneo mientras empujaba hacia atrás al Gryffindor.
-No, ese reloj va mal y lo sabes. Te quedan a penas 5 minutos. – Puso las manos a modo de barrera de forma instintiva. – Me has prometido…
-Está bien, su alteza. Pero déjame darte un beso. Un solo beso y me iré. Llevó casi dos meses sin besarte.
-Está… - No pudo terminar la frase, Draco cayó sobre su boca como un sediento sobre el agua de un manantial.
El beso fue profundo y lleno de pasión. Y sin saber como, Harry sujetó la cabeza de Draco con firmeza entre sus manos, animándolo a que no terminase mientras le rodeaba con sus piernas. El rubio perdido en esas sensaciones que hacía tiempo que no experimentaba, dejaba que su cuerpo se acomodase al del moreno, mientras le acariciaba e intentaba arrancarle la única prenda que llevaba puesta, el pantalón del pijama.
En un momento de lucidez, Draco rompió el beso.
-Tengo que irme.
-No, ahora no, aún te queda tiempo.
-No tardaré mucho… - Se miró en los ojos verdes ahora nublados por el deseo - ¡Al infierno con todo! Que se esperen.- Y se abalanzó de nuevo sobre la boca de Harry.
-No, no, espera… tienes razón… tienes que irte.
-Jo, Harryyyy – dijo quejándose – un poco más y me voy.
-Nos conocemos. Como vuelvas a besarme así, perderé el poco control que me queda y no te dejaré salir ya de aquí.
-Estupendo.
-¡Draco! Cuanto antes te vayas, antes regresarás. Yo estaré aquí, y tendremos toda la noche.
-Tienes razón. – Dijo suspirando y quitándose de encima del moreno – Esto es frustrante.
-Cierto…¿Draco? ¿Qué día es hoy?
-Umm, 20, ¿por?
-No, de la semana, ¿qué día es hoy? – Una sonrisa pícara asomaba en el rostro del moreno. Draco se giró hacia el calendario de los Chudley Cannons que les había regalado Ron.
-¡Miércoles! ¡Maldito traidor! – Agarró una almohada y golpeó con ella a Harry – Me has engañado, las reuniones son los jueves… Me las vas a pagar.
Harry ágilmente se había ido al otro extremo de la habitación, riéndose. Pero la estancia era muy pequeña, así que a los pocos minutos, estaba sufriendo un ataque de cosquillas, tirado encima de la cama.
Draco le dejó calmarse, y le observada sentado encima de sus caderas. Quería saborear esos segundos, Harry volvía a ser suyo. Notó como deslizaba sus manos por debajo de su camisa para acariciar su pecho, y al inclinar hacia atrás la cabeza, se dio cuenta de que el espejo del techo había vuelto a aparecer. Sonrió y se inclinó de nuevo, lentamente, para besar a su amante.
Continuará…
Respuestas a los comentarios: (Perdón si me olvido de alguien, tengo fallos en el correo)
tomoe69- A veces creo que la gente ya se ha aburrido de esta historia, pero veo que van apareciendo personas nuevas. Espero que te haya gustado la dedicatoria. Gracias. S.
Caroline Mcmanaman- Siento que no te gustara, a mí tampoco mucho, pero no conseguí escribir otras cosas. Espero que con este capítulo, te quedes más tranquila y que sea de tu agrado. En serio que lo siento. Gracias por seguir leyéndolo. S.
Conacha- Si, se sentía fatal, en realidad como se sintió Harry con Pansy, pero ya sabéis que amo los finales felices. Besos S.
Mirug – Gracias. S.
Tere Potter - Creo que ya Harry no te dará tanta pena ¿verdad?. Gracias por tu comentario. S.
Diabolik- Nunca dudé que fueras capaz de escribir más, jajajajajaja. Me vale cualquier longitud, mientras me digais si os gusta o no lo que escribo. Gracias por tu sentido del humor. S.
