El rostro de Mana se arrugo hasta abrir los ojos cuando la luz de sol se coló por las rendijas de la cortina golpeando su cara, movió sus sabanas sobre su cabeza y se acurruco bajo esté, apretando de nuevo los ojos y tratar de seguir durmiendo, pero sabía que no volvería a reconciliar el sueño hasta despues de un rato.

Su vida después de ayudar a derrotar el ejercito de Wescott e Industrias DEM, salvar a las espíritus, y reintroducir a la vida civil a todos los involucrados en esta absurda guerra, fue un poco cuesta abajo la verdad, Mana no tenía nada que hacer y no tenia ganas de hacer nada. Shidou estaba rodeado 24/7 de seres capases de arrasar países enteros con tan solo respirar, muy aptas para el combate, y sin enemigos por el que preocuparse, casi todos los motivos por el que seguir avanzando fueron un poco al retrete.

Ahora se la pasaba viendo tontas novelas, comer helado y dormir, había posibilidades para un mago como ella tratar de conseguir algo, por lo menos, incluso alguien como Wescott había dejado algo utíl al mundo, aunque sea solo para empezar a reparar todo el mal que hizo.

Pero no le provocaba hacer nada.

Ni siquiera pararse a contestar la puerta.

De forma insistente, alguien tocó la entrada a su apartamento, no recordaba que debia de tener visitas, Ratatoskr solo contactaba con ella por teléfono, y ocupados con desmantelar lo que quedaba de DEM, solo podían llamar para preguntar si aun respiraba, y ya se había olvidado de hacer visitas para diagnosticarse ¿Tal vez se olvidaron de pagar algunas cuentas? Ratatoskr había asumido todo sus gastos, pero ahora estaba tan desconectada del mundo que no sabía nada.

Salio de sus sabanas y se movió entre el mar de basura, desatranco la puerta y se planto frente el visitante.

"¿Que quieres?"

"¡M-mana!"

Shidou veía a su hermana perdida con solo una camisa de botones totalmente abierta y unas bragas azules con rayas blancas, corridas por un lado de sus caderas, aunque eran mas de las dos de la tarde, parecía que acababa de salir de la cama, con su pelo azul revuelto, restregando su ojo somnoliento adornado con su lunar bajo este y bostezando con sueño, aun sin reconocerlo.

"¿Hmm? ¿Nii-sama?" Mana parpadeo confundida "¿Que haces aquí?'

"B-bueno" al ver un bonito color rosado mostrándose en los bordes de la tela que colgaba en su menudo cuerpo, Shidou movió su cabeza a un lado para tratar de no seguir viendo nada "H-hace mucho que no se de ti, he estado preocupado"

Mana solo parpadeo en blanco "Estoy bien, no necesitas preocuparte Nii-sama"

"¿Estas segura? ¿Estas tomando aire? ¿Estas comiendo bien? No hace mucho te recuperaste, no sería bueno si tienes una recaída por no cuidarte"

Mana vio el rostro esculpido de su hermano que la miraba de reojo. Había conocido toda la verdad de ella y Shido, o Shinji. Cuando el polvo se asentó, Shido le aclaró al final, en un dulce consuelo, que el seguía siendo, por lo menos, el sucesor espíritual de Shinji y que estaría mas que encantado de seguir siendo su hermano, pero Mana ya se había hecho la idea de que tratar de recuperar cualquier aspecto de una familia, después de que todo acabase, había sido completamente aniquilada.

Y no se equivoquen, daría lo poco que tenia aun por el hombre frente a ella, ya no sera su hermano de sangre, o de nada, pero él portaba los dulces recuerdos de la infancia de ella y Shinji. Pero Mana tambien sabía que Shido ya no necesitaba nada de ella, Ella solo era el eco de una vida que ya debió de haber terminado hace mucho, un recuerdo caminante doloroso.

"No necesitas seguir preocupandote por mi Nii-Sama"

"Mana" Shido la llamó, trago saliva y se armo de valor, ya había visto a Nia, Miku y Kurumi en peores fachas, y muchas veces "Mana, te traje esto" recordó que había empaquetado un bento, se lo enseñó a la señorita durmiente que lo tomó con extrañeza "De verdad estoy preocupado por ti, se que me he descuidado mucho contigo y sinceramente quiero remediarlo"

Mana no le presto atención mientras abría la caja, sorprendiendola con lo que había dentro, cuando Shinji la consentia con prepararle algo despues de las clases de Kendo, de alguna forma, hacia que las sobras del desayuno y el almuerzo supieran a gloria.

"¿M-mana?"

"Eres un tonto Nii-Sama" sus hombros se contrajeron varias veces "P-puedes seguir adelante, con una nueva vida, sin preocuparte de nada, n-no necesitas preocuparte del fantasma de un pasado, p-puedes estar feliz con todos"

"Si, yo puedo, y lo soy, soy feliz, pero no sin ti" Mana alzo su vista llorosa a Shido que la miraba con seriedad "Y eso algo que no quiero, puede que sea incapaz de remplazar a Shin, o tener el poder de regresar tu vieja vida, pero quiero ayudarte hacer una nueva en la que puedas estar feliz, y nada me haría mas ilusión que pertenecer a eso"

"Y-yo soy feliz" sorbio su nariz mientras retrocedia, ocultando su rostro mojado con la caja de comida "Yo soy feliz si tu estas, y-ya no necesito nada mas"

"Mana" Shido estiro la mano, pero esta retrocedió mas, huyendo de su toque, cuando Shido dio un paso dentro de la puerta, Mana tropezó con la basura amontonada tras ella, haciendo que Shido saltase a agarrarla y amortiguar su caida.

Cuando Mana abrió los ojos, solo vio el amplió pecho frente a ella, con dos brazos cubriendola fuertemente, la antigua maga enterró su rostro en el pecho ofrecido y comenzó a sollozar, por su pasado, por sus padres, por Shinji, por sus sueños, por el tiempo con ellos que nunca existió, por un futuro sin nada que ofrecerle.

Shido tan solo la dejo llorar en su pecho mientras acaricaba su cabello, en sus brazos solo tenía a una niña pérdida y sin rumbo, Mana siempre le pareció alguien de convicciones fuertes y con una brújula moral muy bien marcada, que trabajaba duro, independientemente de su condición, por hacer lo que debía de hacerse sin pizca de duda. Pero Shido también debía saber que alguien así debe tener motivos que le den ánimos de seguír, y fue tonto en pensar que con la paz, una niña que solo había conocido una guerra que le quito todo encontraría algo de la nada por el que continuar.

No supo cuanto paso mientras la asicalaba, pero sintió su telefonó vibrar, Mana se despego de su pecho y lo miro con ojos de pez muerto.

"Yo... creo que deberías irte"

Volviendo a mirar su telefono, Shidou no escucho sus palabras, colgandolo y mirandola con determinación.

"Mana Takamiya, quiero que me des el honor de tener una cita contigo"