Hola!

Segundo cap arriba!

Deseo que les agrade! Las charlas de Asami me levantaron mucho el ánimo!


Capítulo II

"Complot"


Fue primavera cuando el volcán y el mar se separaron.

Pasó y llegó el verano. Ese de cuando Wu se confesó a Mako al confrontarlo y conocer la verdadera razón de que aquel y Korra terminaran. El otoño y el invierno los encontraron solos y separados a los tres.

Mako tenía su respiración de fuego para calentarlo. Y los abrazos de Bolin. Sus entrenamientos lo consumieron, hasta que no pudo seguir evitando a Wu, que era torpemente necio. Sin querer el niño rico le aprendió algunas cualidades a la maestra agua.

Korra, por otra parte, siempre había disfrutado del invierno y el clima que le recordaba a su tierra. Asami, tan dulce como siempre, la invitó a vivir con ella y con Iroh mientras la situación retomaba su propio cauce.

Mientras Asami procuraba encender los radiadores en el departamento grande y espacioso, Naga y Korra disfrutaban del frío en su habitación, que era un congelador si Asami se olvidaba de esto e iba a buscar a Korra, para evitar que ésta olvidara comer o que simplemente no pasara tanto tiempo sola. Pero la encontraba jugando con la gran perro oso polar o estudiando y retomando sus planes. El frío le fue revitalizante. Como una ducha de agua fría después de un arduo entrenamiento.

Aún así los siguientes meses fueron bastantes duros para Korra. Asami fue su salvavidas y su orilla, con sus padres tan lejos no tenía a nadie más en quien recaer. Tenzin estaba bastante ocupado con el Concejo como para ser una presencia constante, y eso era justo lo que la morena necesitaba. Su vida con Mako estaba tan entremezclada, que tuvo que alejarse del resto de sus amigos. Bolin había insistido en verla algunas veces y era reconfortante hasta cierto punto.

Asami, Naga y el trabajo era todo lo que motivaba al principio a Korra a salir de la cama y lo hizo con diligencia. No quiso saber nada de Wu en los siguientes meses y eso les hizo perder el edificio que ya tenían apalabrado.

Pero eso ya tenía casi un año, la primavera había vuelto. Ya podía estar en la misma habitación que Mako y Wu. Habían retomado sus pláticas de negocio y solo lo mantuvieron como tal. Nada casual. También ya había salido una o dos veces con otras personas. Había redescubierto su gusto por las mujeres.

La ojiverde veía pasar los meses con pesar. El avance de Korra era seguro, aunque lento. El letargo de las primeras dos semanas era lo que más la había preocupado, y con la ayuda de Naga fue que logró sacar de la cama a su amiga. Se alegró mucho cuando Korra pudo asistir a una reunión con Mako y Wu y no regresar toda cabizbaja, sino emocionada de retomar sus planes. El camino era arduo, y ahora que Korra estaba interesada en conocer a gente, aunque sea de modo casual, Asami estaba dispuesta a hacer de celestina. Hace un tiempo no se hubiera atrevido. El verano volvía con promesas.

Una tarde cualquiera llegó Korra, y después de cerrar la puerta, lanzó un suspiro aún sin soltar el picaporte.

—Te vas a dejar el alma en esos suspiros— Comentó Asami, que estaba sentada en el gran sofá de la estancia, con las piernas recogidas bajo ella.

La morena soltó un gruñido de sorpresa apenas contenido.

—¡Asami!— Le reclamó. Aunque con la sonrisa que tenía la ojiverde, era imposible enojarse con ella —Pensé que llegarías más tarde o hasta mañana.

Korra arrastró los pies hasta el sillón frente a Asami, aventó su morral al suelo y se sentó después de quitarse a patadas las botas.

—La reunión con la señora Izumi fue mucho más rápida de lo esperado.

—Es una gran ventaja que tu suegra sea El Señor del Fuego.

—Por supuesto que sí. Aligera mucho los permisos— Sonrió Asami con picardía. No dejaría que Korra la molestara con eso. Ella era el tema del chisme. —Pero sabes que detesto hablar de trabajo.

Korra la miró, todavía vacilante, pues parecía estar retomando el hilo de sus pensamientos, interrumpidos por el comentario de Asami.

—Y que la señora Izumi todavía no es mi suegra— Volvió a sonreír. Las alarmas de Korra empezaban a sonar, pero no lograba entender el tono de Asami.

—Eso es basura. Solo faltan algunos meses para la boda, ¿no?— Aligeró la maestra agua.

—Más de un año, Korra. Iroh y yo no tenemos prisa, y los preparativos de la familia real son excepcionalmente largos, y él no quiere romper ninguna tradición. Dice que casarse con alguien fuera del círculo real ya es bastante— Suspiró y rio Asami, ante los nervios de su normalmente estoico prometido.

—Creí que a Iroh no le interesaba eso— Dijo Korra algo curiosa.

—No lo hace, pero no quiere decepcionar al Señor Zuko, y cree que lo correcto es seguir todas las tradiciones… Incluso si tardan tanto tiempo— Asami rodó un poco los ojos, frustrada por las estrictas tradiciones para las bodas en la Nación del Fuego.

No podía hacer mucho.

Yasuko también estaba sumamente emocionada de que fuera a casarse con el príncipe de Fuego, y estaba igualmente determinada a que se siguieran todas las tradiciones. Todo debía ser hecho a mano. Y debía ser bajo la mejor fecha posible, predicha por los extraños cálculos de los Sabios de Fuego. Bueno, además ya estaban rompiendo otra tradición al vivir juntos sin estar casados. Pero eso no contaba mucho, porque ya estaban comprometidos cuando empezaron a compartir el departamento de Asami.

Fue una decisión práctica, tanto como romántica. El pragmatismo siempre primaba en ellos. Era algo de lo que Asami amaba y sentía confort con Iroh. Pese a ser un miembro de la realeza, era un hombre muy centrado, humilde y amable. Y con su papel como General de las Fuerzas Unidas, pasaba mucho tiempo en altamar, no tenía caso que mantuviera un apartamento por separado.

Así que las semanas o días que Iroh tenía libres, los pasaba en el departamento de Asami, en uno de los rascacielos más impresionantes de Ciudad Republica, la última demostración de la egolatría de Hiroshi y el poder y riqueza de Industrias Futuro. Al menos le había permitido a Asami dejar la Mansión e intentar hacerse un nombre propio.

—Lo comprendo un poco. Yo tampoco quisiera decepcionar al Señor Zuko, y eso que no es mi abuelo— Bromeó Korra.

Zuko era una casi una leyenda.

—Y hablando de la boda... ¿Piensas invitar a Kara?— El pánico invadió la faz morena. Asami la asaltó sin ninguna preparación.

—¡No, no!— Fue lo único que atinó a decir Korra, y de pronto hacer patrones en la cubierta felpuda del sillón se volvió muy interesante.

—¿Y eso, pasó algo?— Asami ya sospechaba algo porque Korra no había querido platicar mucho de esto con ella, siendo inusualmente hermética.

—No... Bueno, la verdad... es que terminamos— Le respondió la morena llevándose las manos al rostro.

La ingeniera frunció los labios, porque parecía que Kara no era mala.

—...Ni siquiera sé si terminamos. Solo llevábamos saliendo unas semanas. ¿Eso no es estar con ella, verdad?— Preguntó Korra frustrada.

—Tal vez... si lo hablaras con ella.

—¡Lo intenté! Pero parecía que no me escuchaba y solo hablaba de su ex... ¿Yo me la paso hablando de Mako?

—No. Tú eres lo contrario, casi no lo mencionas.

—Al menos— Volvió a suspirar.

—¿Entonces porque aceptaste salir tantas veces con ella?— Y ahora Korra se puso roja. —¡No! ¡Korra Arashi, no sabía que pensaras con los ovarios!— Asami se largó a reir tanto que casi terminaba en el piso.

—¡Cálmate, Asami!— Korra hizo un puchero y volvió a mirar a lo lejos —Para algo usaba bien la boca— Murmuró.

—Jajajaja ¡Korra! ¿Y sólo la boca?— Preguntó entre más risas.

—Ash. ¡Ya déjame en paz!— Korra se cruzó de brazos e hizo otro puchero.

—¿Por eso vienes con el cabello húmedo, tuvieron una vez para el recuerdo?— La maestra agua enrojeció más y volteó a ver a Asami directamente.

—¡Me voy, Asami Sato! No tengo porque soportar esto— Pero Asami estaba tan feliz y divertida. Korra no haría tantos pucheros y solita soltaría la sopa si su humor no estuviera bien.

—¡Vamos, Korra, cuéntame los detalles! ¡No puedes irte y dejarme sin los "jugosos" detalles!— Le volvió a decir para incrementar el puchero de la morena.

—Si sigues así no pienso decirte nada, Sato— Korra se levantó y estaba dispuesta a irse.

—Está bien, está bien. No diré nada. ¡Pero tú tienes que hablar a detalle! ¿Se acostaron desde la primer cita? ¡No me has contado casi nada!— Reclamó al final la ojiverde.

—¡Hola, señoritas! Traigo pizza y cervezas— Iroh llegó y habló mientras cerraba la puerta principal con su cadera y presumía las cajas que llevaba en ambas manos.

—¡Iroh, no sabes el gusto que me da verte!— Exclamó la maestra agua, y el maestro fuego sonrió complacido por el inesperado pero sincero halago.

—Es un gusto también, Korra. ¿Cenamos?— Preguntó, toda inocencia.

Asami sonrió, indulgente, sabiendo que Korra no diría ni pío mientras Iroh estuviera por ahí. Ya después la intercedería para sacarle los detalles.

Así que el verano se fue con sus promesas y llegó de nuevo el otoño.

Las salidas con los amigos volvieron también. A Korra ya no le incomodaba ver a Mako con Wu dentro de un ambiente de "negocios", pero en un lugar donde no tuvieran que mantener el decoro, era todavía un poco incomodo, más que doloroso. Y más porque el mismo Mako era quien se ponía todo raro, haciendo el trato innecesariamente complicado. Así que la peleadora prefería evitar el mal trago para todos y solamente aceptaba salidas con Bolin, alguna que otra ocasión con Jargala, y en general con Asami. Aunque ahora Jinora, que ya se había impuesto a Tenzin, también salía más fuera de la Isla del Templo del Aire.

Después de una de esas salidas, Asami recordó que alguna vez Opal había hecho un comentario acerca de conseguirle novia a su hermana, así que le llamó.

—Hola, Opal. ¿Qué tal? ¿Qué te parece la Isla Ember?— La chica de cabello corto estaba en unas vacaciones familiares, y muy a su pesar, Bolin no había podido acompañarla por su trabajo.

—¡Hola, Sami! ¡El clima está delicioso!— Se estiró en la tumbona sobre la que estaba acostada para después mirar a sus hermanos regados en la playa, disfrutando cada cuál a su modo. Los gemelos con un partido de Disco de Poder, Baatar y Huang construyendo algún mega proyecto de arena, y Kuvira... Kuvira estaba con su laptop cuatro tumbonas más allá. Eso sí, en un revelador bikini verde botella —Pero hay personas que simplemente no saben disfrutar de un buen día.

—Oh, eso es muy triste. ¿Por quién lo dices?

—¡Por Kuvira! Está tan enfrascada en el trabajo que no puede dejar la computadora por dos minutos— Justo lo que quería escuchar Asami.

Necesitaba a alguien que tuviera bien puestas sus prioridades para Korra, y su amiga se encargaría del resto.

—¿Es tu hermana, cierto?— Preguntó con inocencia, pero Opal la conocía bien y se le lanzó encima.

—Depende de quién pregunta— Asami se rio al otro lado de la línea y Opal se sentó para sostener mejor su trago y el celular.

—Mi mejor amiga, Korra. Ya la conoces— Dijo Asami todavía jugando.

—Oye, nunca había pensado en eso— Opal dejó el juego. Sabía que Korra no había estado muy bien. La conocía por extensión de Asami y Bolin, pero no tanto personalmente —¿Pero no estaba con Mako y después...?

—Korra ya está mejor, incluso los vio la semana pasada para seguir checando el asunto del dojo en el Distrito del Dragón. Y hace un mes salió con alguien— Ofreció la ojiverde.

—No tenía idea. Me da gusto por ella. Aunque no sabía que le gustaran las mujeres.

—Detalles. ¿Entonces crees que Kuvira tenga libre una noche cuando vuelvan?— Preguntó con tono suspicaz.

—Te aseguro que sí. ¿Qué le gusta comer a Korra?

Y siguieron planeando los detalles de su malévolo plan. Opal se puso sus lentes oscuros y no dejo de observar a Kuvira mientras acordaba santo y seña con Asami.

Korra no podía creer lo que estaba haciendo Asami. ¡Le estaba consiguiendo novia! Bueno, cuando se calmó, Asami le hizo ver que no era novia. Sólo era una cita. Korra conocía a Opal por haber sido algo así como concuñas. Aparentemente era la novia más sana y estable que había tenido Bolin. Y la cita era con su hermana mayor.

Primero se lo tomó a mal. Y después le dio curiosidad. Opal era bonita y alguna vez había conocido a un par de gemelos que también eran de buen ver. Tal vez la genética tenía algo a su favor en la familia de Opal.

Al final, cuando una semana después Asami volvió a decirle de la cita, la morena ya pudo considerarlo desde otra perspectiva.

—¿Entonces qué has pensado?— Le preguntó moviendo las cejas sugestivamente.

—Qué te gusta pasarte de lista.

—Vamos, Korra. Es solo una cita. Nada te compromete— Le dijo mientras se acercaba a ella y la sostenía de los hombros. Como si fuera a huir —Y siempre puedes activar el plan de escape si quieres— Le recordó con una sonrisa.

La morena suspiró.

Asami sonrió triunfal. Desde el principio sabía que Korra iba a aceptar, aunque necesitará unos días para ver su brillante plan.

—¡Genial! Ya está todo listo, mañana a las cuatro en el parque Kyoshi. En la estatua de Rangi. Ve guapa, por favor.

—¿Ya tenías todo planeado, verdad?

—Tú me conoces, Korrita.

Korra no pudo más que rodar los ojos y reír, sabiendo que Asami no tenía remedio. Después procedieron a cenar.

Ya que Iroh otra vez estaba de viaje, tendrían una noche de chicas junto con Naga. A veces Asami lo acompañaba también o ella salía aparte, así que Korra tenía muchas veces el departamento para ella sola. Y cómo ella también solía viajar para sus torneos o giras, realmente no veía tanto a Asami como suponían las personas cuando se enteraban que vivían juntas.

Kuvira suspiró. Opal se había sentado a su lado casualmente en su vuelo de regreso de la isla Ember. Era un vuelo de casi cuatro horas por lo que Kuvira planeaba seguir trabajando, pero todo se fue al traste cuando Opal empezó a hacerle platica y jugar la carta de "siempre andas trabajando, platica con tu hermana" y como era cierto, la morena concedió.

—¿Y cómo te va con la novia?

—Sabes que no tengo tal.

—Entonces estás disponible para una cita— Aseguró Opal en vez de preguntar.

—No. Nada de citas a ciegas ni nada. La última vez tuve que salir corriendo de la loca que consiguieron— Fue la respuesta vehemente de Kuvira.

—¡Kuvira! Jajaja no tienes que decirle así a Ginger— Río Opal.

—Uf, gracias. Estaba bien sin recordar su nombre.

—Pero te prometo que Korra no es ninguna loca— La morena le hizo una mueca incrédula. —¡Es en serio! Es la mejor amiga de Asami.

—¿La heredera Sato?

—No puedo creer que la identifiques por eso. Pero sí. Ya sabes lo centrada que es.

—¿Y eso que tiene que ver?

—Que su mejor amiga no podría ser una loca.

—Quien sabe, a lo mejor se lo ha ocultado porque le conviene ser amiga de una millonaria.

—Korra no es ninguna interesada.

—¿Korra… La amiga de Bolin?— Oh, esto era interesante. Opal no sabía que Kuvira la recordaría de una sola fiesta hacía dos años, por el cumpleaños de Bolin. —Espera. ¿Qué no ella estaba con tu cuñado?

Kuvira en realidad no consideraba a Mako el cuñado de Opal ya que todavía no estaba casada con Bolin, pero los gemelos y hasta Huang insistían en llamarlo así y ya se le había pegado.

—Sí. Korra era la novia de Mako. Terminaron hace más de un año— Dijo concisamente, mejor zanjarlo de una vez.

—¿Y quieres que salga con tu ex concuña?

—Eso solo te dice lo mucho que quiero que sea parte de la familia— Opal estaba demostrando que a pesar de haber sido muy tímida desde niña, una vez se decidió a estudiar ciencias políticas, había ganado una gran confianza.

—¿Si acepto, me dejarás seguir trabajando?

—Me parece justo— Sonrió la de ojos más claros.

—Bien, Opal. Saldré con tu ex concuña.

—¡Pero no te enfoques en eso! Korra es genial. Muy bien, hermanita. Entonces el sábado a las cuatro en el parque Kyoshi.

—¿Ella ya sabe de esto?

—Asami se va a encargar de que esté puntual y muy guapa para ti.

—Ustedes dos son el demonio.

—¡Ya nos agradecerás después!


N.A.

Es un poco corto, pero me gustó mucho al final XD

Es la primera vez que uso la pareja de Asami/Iroh II, y no sé qué tal está quedando.

Si todo sale bien, lo demás estará saliendo en la madrugada del lunes XD

Gracias por los comentarios, me hacen la vida! :3

Carpe Diem