Marcados por el destino.
Proyecto de Navidad
Esta historia está basada en los personajes de "Card Captor Sakura" de los cuales, sus dueñas respectivas son el grupo de mangakas, dedicadas al shojo; CLAMP. Esta historia no tiene fines de lucro, solo de entretenimiento para los lectores y para mí.
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El comienzo de una nueva familia....
El cielo estaba más oscuro de lo normal, iba lo más rápido que podía al galope de su caballo, el joven jinete dirigía una mirada de reproche hacía las nubes, que amenazaban con una potente tormenta. Que en esos momentos estaban sobre el magnífico palacio, que parecía más una catedral con dos altas torres de ladrillo que tenía una tonalidad blanca, con un estilo gótico bastante llamativo... pero también ese aspecto tan misterioso estaba de por medio...
Pero siendo tan solo un chiquillo de diez años, no podía desafiar a su madre naturaleza, misma que le había brindado el regalo de la vida...
Su madre, a quien amaba y admiraba tanto, le había inculcado que, tenía que darle el respeto que se merecía.... y que era como su segunda madre... por que no importaba que ella lo hubiera llevado por nueve meses en su vientre, y que hubiera tenido que ser ella la que sufriera de los terribles dolores, le había aclarado que si estaba ahí, era gracias a la bondad de la madre naturaleza....
Pero si llovía entonces se tendría que detener, y entonces se retrasaría. Y entonces si que le tocaría el peor regaño de su vida... ¡tenía estrictamente prohibido salir! Y mucho más a solas... y la situación no podía ser de lo mejor, por que había salido con permiso, de absolutamente nadie.
Tenía la esperanza de ir a ver... de cerciorarse... de ver si era verdad lo que los rumores decían.... y si todo salía como había planeado, y además no llovía podría regresar a su casa sin que nadie se percatara. ¡tenía que lograrlo! La reprimenda por parte de su tutor Yue Tsukishiro no le importaba tanto ¡era un amante de la disciplina! –casi más que su madre- Lo que realmente le preocupaba era la que le daría su madre, la duquesa más importante del país. Seguramente le preguntaría a donde había ido, y como él no sería capaz de mentirle entonces, seguro confesaría todo sin más. El castigo llegaría después de ver la mirada decepcionada de su madre, que pesaría sobre él más que mil azotes por castigo.
¡pero tenía que verla! El impulso de su corazón era tal... ¡no podía creer lo que había oído hacía tan poco...!
Él tan solo un jovenzuelo de diez años, príncipe de aquellas tierras, las mismas que pasarían a manos de sus hermanas y alguna a él mismo, pero que por ahora gobernaba su madre, y heredero por parte de su padre fallecido. El honorable, y respetable rey de esos territorios por más de 30 años... que luego moriría, por ser acusado de algún delito que ahora no comprendía. Y el que se encargó de su caso, ni siquiera hizo el esfuerzo por investigar... simplemente lo había condenado, su madre había abogado por él hasta el cansancio... pero se notaba que aquel juez estaba por demás comprado.
Se sentía desfallecer por la noticia... ¡es que no podía ser! ¡Simplemente no podía!
Y es que...
El príncipe por sangre, primo del Rey del país entero, Syaoran Li, estaba enamorado...
La había visto en una ceremonia, misma ceremonia donde tendría que despedir a su padre, hacía por lo menos cinco años de aquello... pero lo recordaba mejor que su nombre, y todo por haber visto el angelical rostro de la niña. De cabello tan negro como la misma noche a la que ahora se enfrentaba, y encantadoramente rizado con la curiosa cofia que llevaba, se veía bastante linda. Tan azul como sus enormes ojos, sonrosada y delicada como cualquier rosa que hubiera visto antes...
Normalmente su expresión siempre era seria... y más después de la muerte de su amado padre, el cual no era como él.
El rey Hien Li, era todo lo contrario: alegre, animado, normalmente era ejecutante de bromas pesadas, pero tan encantador y romántico con su querida esposa, a la cual solo le llevaba algunos años de más.
Había intentado visitarla, pero por más cerca que estaba del castillo de su enamorada... siempre algo le impedía acercarse aun más. Y cuando su madre sospechó, y le advirtió, este intentó obedecer y olvidarle. Pero no lo logró, ese fue uno de los motivos por los cuales de la mudanza de toda su familia a la capital. Ahora estaba de regreso, y le había vuelto a ver, cuando acompañó a su hermana Fanren Li a las caridades en el pueblo más cercano... y no pudo evitar "volver" a enamorarse...
Su madre y él no eran lo únicos que sabían de su pequeño secreto, también la misma Fanren quien tan solo era cuatro años mayor, siendo él el más pequeño de toda la familia. Sospechó en cuanto la actitud de su hermanito cambió, siempre tan bélico como era, tan callado y reservado, amante de caballos y de las carreras con ellos. Competitivo por demás... todo eso fue sustituido por ensoñaciones continuas y prolongadas, sonrojos súbitos y otras cosas que aun él no conocía. Hasta que la conoció a ella.
Aquella pequeña duquesa había conquistado por completo su corazón, cuando se acercó a consolarle con ternura, pidiéndole que no se rindiera, aunque también se veía de cierta manera tímida, y sonrojada le había susurrado aquello.
Ahora se había enterado de que la pequeña Sayuri Kori...., del importante y noble clan de los Kori, hija única de los duques Kori, de la región del sur, los cuales gobernaban bajo el poder de la viuda Ieran Li. Pero aunque de los Li dependiera su permanencia en la gobernatura de la región, no se llevaban del todo bien...
Por tanto cuando Ieran Li se dio cuenta de la extraña atracción de su hijo de escasos seis años con la de siete –en ese entonces- más que ordenarle, le había suplicado que no se acercara a la chica, no conocía del todo a la familia Kori, pero le había explicado que no quería que ellos se aprovecharan de ese "amor infantil" que sentía por la señorita Sayuri. Y lo sometieran a algo para poder aprobar que simplemente le fuera a visitar, y con ello traer una desgracia para la nación completa, entre reyes y gobernantes...
La joven Kori sufría de alguna enfermedad, de la que no sabía el nombre, más que nada por lo complicado de pronunciar y escribir, pero sabía que gracias a ella uno podría perder la vida o quedar desfigurado...
Y siendo tan linda como era... ¡no se lo quería imaginar!
Era simplemente la más bella que había visto... mientras seguía avanzando, aquella tormenta por la que había suplicado que no cayera, cayó. Y entonces el bosque por el que iba a una increíble velocidad, adquirió un olor a hierba fresca, y a tierra mojada.
Entonces que su corcel se pusiera nervioso, y le tirara al suelo... llenando su lujoso traje de lodo. Y después saliera corriendo como loco. Y se levantó más herido por su orgullo que por la caída ¡él era el mejor jinete de toda la región! Pensaba que también esa era causa de una reprimenda, sería muy raro ver a un hermoso caballo llegar sin jinete... y luego a un jinete sin hermoso caballo... entonces pensarían sus instructores, que no había valido la pena tantos años de enseñanza, y Yue Tsukishiro...
¡que reprimenda!
-¿...pero que...?-a penas se alcanzó a levantar, cuando notó que frente a él estaba una chica sentada.... parecía que había caído de algún lugar.... su cabello largo estaba algo enmarañado, vestida únicamente con un camisón blanco, manchado. Estaba en medio del sendero con sus pequeños pies descalzos y lloraba en silencio, parecía que aun no le había visto, a pesar del escándalo que había ocasionado el corcel y él mismo al caer, tenía que tener al menos su misma edad, o menos. De contextura menuda y frágil. A pesar de lo desarreglada, no parecía campesina, la tela con la que estaba hecho el curioso camisón, tan delgado, que estaba empapado, parecía fina con delicados bordados. Además su cabello castaño claro con algunos bucles y una cinta rosada coronaban su pálido rostro, y sus preciosos y enormes ojos verdes estaban entrecerrados, mientras tocaba con dolor su tobillo. El príncipe heredero a dirigir directamente algún poderío de los Li, pero haciendose cargo de todos a su tiempo, como un rey lo hace, y como el lo sería entonces, notó que las manchas del camisón que más sobresalían eran las de sangre, que se notaba ya seca. Se puso de rodillas frente a ella, esta aun no le miraba.-...ey, niña... ¿estás bien?...- se sintió tonto por tremenda pregunta ¡era lógico que no estaba bien!
La jovencita solo le miró con curiosidad... ¿quien era él?
Syaoran pasó su mano por su cuello, por sus hombros, pasó a sus brazos y manos, luego su estomago, todo con inocencia, buscando alguna herida grave. Pero aun así la jovencita se sonrojó, y trató de hacerse hacia atrás algo asustada- no te haré daño...-dijo sin mirarla y revisando sus piernas hasta llegar a su tobillo lesionado.- aquí sí estás lastimada...
Parecía que no le prestaba ninguna atención.
-¿cómo te llamas? ¿De donde vienes?-preguntó atropelladamente. La chica miró sus ojos color avellana, con sus verdes ojos, enrojecidos por tanto llorar.
-Sa.... Sa....-hablaba roncamente, demasiado para una "dama"
-¿Sasa?-inquirió riendo- es un nombre bastante extraño, no eres de por aquí ¿verdad? Y estás enferma ¿cierto? Se nota en tu voz... ¿o la tienes así?
Ella solo negó, pero sintió como su rostro volvía a arder cuando sintió, como el jovenzuelo colocaba sobre sus hombros la capa de su elegante que iba a juego con su hermoso traje verde oscuro de detalles dorados y luego una mano de aquel sujeto detrás, en su espalda, y la otra la pasaba por debajo de sus piernas, para poder alzarla en brazos. La jovenzuela solo se sobresaltó, pero pudo rodear con sus delicados brazos blancos su fuerte cuello, pero más que fuerza de estudiante de equitación, era ya algo de la edad- tienes que sostenerte con fuerza-indicó amablemente- tengo que llevarte a mi casa, seguro te atenderán-dijo comenzando a caminar, con el firme propósito de echarse a correr, pero los charcos, le hacían resbalar, aunque lograba mantener el equilibrio. Y la lluvia no le dejaba ver con claridad.- además, tal vez alguien sabe quien eres... por que tu caso se ve raro...
La chica solo pudo acurrucar su cabeza en el pecho del chico, al cual le agradeció su protección en ese momento, pero algo la sacó de sus ensoñaciones, había desminuido su velocidad para tomar un poco de aire ¡en caballo sería mucho más sencillo!
¡Maldita la hora en que el animal se asustó!
Salió del espeso bosque, a duras penas, para luego vislumbrar el majestuoso castillo de los Li, la chica que había encontrado en medio de la nada, en un bosque, camino a la región Sur: Ya estaba durmiendo, había apretado más contra su frágil cuerpo la capa que este amablemente le había prestado, para que no se terminara por resfriar...
Algunos soldados que hacían vigilancia, miraron con curiosidad la escena ¡y no era para menos!
No todos los días veías al príncipe Li cargando a una chica con su gabardina puesta... pero salieron de su sorpresa cuando Syaoran les miró molesto:- se dice:" ¿le ayudamos señor?" o "¿está bien?" ¡Con eso me conformo!-dijo sin detenerse y con ella en brazos, el precioso rostro que estaba embarrado de lodo no se apreciaba, por estar oculto entre el pecho y cubierto por la capa
No dejó que dijeran nada, ni que se ofrecieran a ayudarle, entró con prisa, hasta el vestíbulo, de brillante mármol, las paredes estaban adornadas con finos detalles dorados, además era por demás colorida y hermosa, mencionando también, grande. La luz que daban los candelabros, añadida la tonalidad beige de todas las paredes y pisos, le daban un aspecto acogedor, con mesitas de madera barnizada, de color oscuro. Que tenían varios jarrones con preciosas flores, en las paredes pinturas de llamativos paisajes, algunos que mostraban tranquilidad y otros bastantes exuberantes, otros eran retratos, de familiares pasados, pero sobre todo de Hien Li o de ellos mismos, aunque no faltaba la del antepasado más lejano.
El largo pasillo principal lo llevó hasta la estancia principal, alfombrada de rojo, pero un rojo elegante, con un librero enorme de madera fina, los sofás por demás grandes, cómodos y confortables, además de la chimenea, que en ese momento desprendía un delicioso calor. Su madre se encontraba sentada leyendo algún buen libro, mientras sus cuatro hermanas bordaban algo, con sus "largos y extraños" vestidos. Por lo menos, para él así eran los ropajes de sus hermanas.
Esa era la estancia principal, si, pero la estancia principal de la familia, donde muy extrañamente recibían a algún invitado, era un lugar sumamente privado. Donde cuando el rey Li vivía, contaba maravillosas historias a sus hijos, el lugar que normalmente ocupaba el único hijo varón, estaba vacío.
Era cierto... había dejado con una criada el mensaje de que no bajaría, pues estaba cansado... y también había pedido que no lo molestaran, esa había sido la excusa perfecta para que nadie se diera cuenta de cuando saliera y cuando llegara, se había encargado de conseguir una cuerda lo suficientemente larga para poder bajar, y dejarla colgando de algo fuerte para escalar a su regreso.
-¡oh, Syaoran!-se quejó Fuutie quien fue la única que se dio cuanta de su llegada- ¿de donde vienes en ese estado y con esa compañía? Seguro has de haber cometido una estupidez de nuevo... ¿para que traigas a una mendiga?- notaba el camisón aunque solo el final de este y como las piernas de la chica colgaban, libremente y sin fuerza. Y sus piernas comenzaban a tomar forma de las de una mujer.
-¡madre!-entró corriendo ignorando por completo los molestos reclamos de su hermana, la mayor de todos los hermanos, manchando todo a su paso de lodo, llamando la atención de las damas.- ¡he encontrado a una chica y no es una mendiga, la he encontrado descalza y con el camisón manchado de sangre!-dijo más como reclamo a Fuutie mientras Fanren quien apoyaba por completo a su hermano, solo rió por lo bajo, Fuutie era de todas la más soberbia y la que por ser la mayor sabía un poco más.
-¿una chica?-inquirió extrañada poniéndose de pie para verificar lo que su hijo decía, Syaoran se apresuró a recostarla en el que era su lugar en la habitación- ¿que le ha sucedido?... Feimei, hija ve de inmediato por Yue
La que nació después de Fuutie se apresuró
-no lo sé-descubrió el rostro de la chica- no sé ni quien es. Solo la he encontrado herida tal y como está
-¿donde la encontraste?-preguntó de nuevo la mujer, pero no le dio tiempo de contestar pues su hermana Fanren estaba arrodillándose ante la niña, la examinó un momento.... ella era...-
-¡oh madre!-dijo nerviosa cubriendo su fina boca, interrumpiendo el momento en que su madre se diera cuenta de que Syaoran había salido por la noche- ella es de las tierras más cercanas... ella es la más pequeña de la familia.... me parece que se llama Sakura...
-¿no era Sasa?-preguntó extrañado el chico, luego recordó el momento en el que habló con ella- creo que no le dejé terminar...
-¡no!-le reprochó su hermana- es hija del señor Fujitaka y la señora Nadeshiko, tiene un hermano... pero la última vez que supe de él, estaba de viaje... Touya sino mal recuerdo...
Fue el turno de Shiefa para hablar, era por un año mayor que Fanren- ¿y que hacía por acá? ¿y en ese estado?
-¡se nota que una desgracia ha azotado a su familia!-dijo la reina viuda- ¡vamos, llamen a Sonomi y a su hija para que se encarguen de cuidarle!
Tanto ajetreo no hizo más que despertar a una asustada Sakura, la cual se sobresaltó, sentándose precipitadamente, miró directamente a Syaoran el cual estaba frente a ella, pero no por eso cerca, estaba rodeada por todas.
Él si que era todo un caballero.... fue lo único que la mente de Sakura pudo descifrar para ella misma....
Parecía una niña indefensa ante toda la situación, su cuerpo era pequeño y frágil. Estiró lo suficiente su mano, como si quisiera alcanzarle.... Syaoran solo se sorprendió y no supo que hacer.
-por favor...-susurró, todos guardaron silencio, le hablaba a su salvador- ...por favor... no te vayas...
Las hermanas miraron sorprendidas al hermano menor, el cual solo atinó a sonrojarse y toser nervioso, pero sin tardar mucho tomó la mano de ella.- no me iré....
La joven solo asintió, confiada. Y de un momento a otro se desvaneció entre las sombras.
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-no lo entiendo señora....-dijo con voz seca Yue, mientras una de sus rodillas estaba apoyada sobre el suelo- ¿por que investigará?
El hombre en la misma posición a su lado, miraba con la misma duda a su señora.
-¿no lo entienden acaso?-preguntó Ieran Li levantándose súbitamente- los Kinomoto son muy influyentes y me parece que a ellos se ha referido Fanren... y algo les pudo haber sucedido... o tal vez están angustiados por no saber donde está su hija...
Ambos hombres eran bastante parecidos, su pálida piel y cabello platino, la diferencia se centraba especialmente en dos cosas: el que se llamaba Yue Tsukishiro tenía el cabello largo, amarrado casi al final. Y sus ojos platinados con una combinación de violeta.
El otro, que se llamaba Yukito Tsukishiro tenía el cabello corto pero igual de platino, y sus ojos castaños claro. Además de que su expresión era más suave. Otra cosa era que, él era el fiel protector de Syaoran Li, encomendado por su madre para su protección. Mientras que Yue, había sido encomendado a su enseñanza, al tener más años en servicio que su hermano. Y aunque fuese tan cerrado, conservaba una gran sabiduría que conforme el tiempo, había sabido cultivar. Sin duda, ambos hermosos...
-pero, mi señora-interrumpió Yukito- no entiendo su preocupación particular...
-¡es muy sencillo!-gimió, aunque fingiera muy bien, estaba hecha un manojo de nervios.- la niña apareció manchada de sangre... ¡quiere decir que algo grave a sucedido! Y sino, es que esta niña fue lastimada ¡pero no tiene ni una herida, ni una sola cicatriz tampoco! Lo que me hace inclinarme más para la primera idea...
-iré yo a investigar entonces-dijo con respeto Yue inclinando un poco su cabeza, le debía demasiado, había sido acusado junto con Hien Li, el antiguo rey, y la reina, buscando liberar a su esposo, buscó por igual librar a su fiel sirviente, mismo que prometería a él, que se encargaría a hacer a su único hijo varón, uno de los mejores gobernantes, guerreros, y hombres que pudiera pisar la Tierra.
Y cumplía lo que prometía... y había mantenido su lealtad a lado de la hermosa mujer, que tenía una expresión helada con cualquiera, además de severa, pero cuando su cabeza se llenaba de los vívidos recuerdos a lado del hombre que amaba esa expresión cambiaba, para convertirse en una más gentil y bondadosa...
-espero me traigas respuestas, buen amigo-dijo poniéndose de pie- voy a ver a mis hijos... y también a esa niña... necesito saber... luego tú vendrás a confirmarme...
-como lo ordene mi señora-dijo dando una reverencia para luego salir algo apresurado del salón, mismo por donde había entrado Syaoran con Kinomoto, momentos atrás, solo a los sirvientes más cercanos se les concedía el poder entrar a esa estancia que tanto celaba la reina.
-tú, fiel Yukito...-dijo recordando al hombre que aun estaba arrodillado frente a una silla vacía- te encargarás no solo de la protección de mi amado hijo... serás responsable de la de esa niña, que no tiene culpa de nada....
-como vos ordene....-sonrió sin mirarle y bajando un poco más su cabeza- me retiro, mi señora duquesa...
Ieran sabía que si algo malo les había pasado a ellos... tal vez también quisieran hacer daño a la familia Li, y eso era algo que jamás permitiría.
Entró a la habitación con su majestuosa figura, sobresaltando un poco a la chica, la cual llevaba un nuevo camisón, su rostro estaba limpio y brilloso, su cabello recogido en un moño y luego en un gorrito bastante curioso, la joven Kinomoto estaba recostada en la gran cama asignada, cubierta por más de un edredón y más de una cobija deliciosa. La gran chimenea que dominaba la habitación hacía que la estancia fuera mucho más cálida, era tan linda como todas las que había en el palacio, con un tocador de finas maderas, y mesitas de noche a ambos lados de la cama. Con un sillón, listo para que el que se instalara ahí, pudiera admirar el hermoso paisaje desde la ventana en el mullido mueble-muy buenas noches, señorita Kinomoto...
Sakura solo dio una cabezadita, la reina continuó- ha sido muy sorpresiva su llegada a este lugar..., y me temo que lo que más nos tiene intrigados es, el por que.... debería estar en este momento durmiendo en su hogar, si usted me dijera que....
Pero fue interrumpida al notar como la jovenzuela bajaba su rostro, cubierto por lágrimas recientes. Ante aquellas insensibles palabras.
-espero disculpe mi atrevimiento, madre-se escuchó desde la puerta, el príncipe asomaba tímidamente su rostro- he venido solo para.... bueno, me dijeron que se encontraba aquí y he venido a desearle buenas noches...
La reina se levantó con una sonrisa, besando su frente cuando estuvo delante de él, para susurrar despacio:- necesito saber que sucedió....- el joven Li solo asintió. Sin que nadie más se diera cuenta, ella había ordenado que su hijo fuera a esa habitación a desearle las buenas noches. Pero no con esa intención...
La soberana miró una última vez a esa chica, por esa noche, y luego salió silenciosamente. El príncipe no sabía que hacer, mientras la niña no le miraba y limpiaba con brusquedad sus lágrimas, para que su salvador no se compadeciera de ella, no le gustaba que nadie lo hiciera... pero aquella reina había roto todo sentimiento de calma que había podido nacer en ella. Parecía que no recordaba su petición, antes de desmayarse.... de tener a ese niño cerca... pero parecía que él si lo había recordado, o por lo menos eso creía ella...
-mi hermana me ha dicho que usted se llama Sakura-comentó el chico sentándose donde antes estaba su madre.- espero me disculpe, por no dejadle hablar la otra vez...
-no importa-respondió abrazando sus rodillas que estaban bajo las mantas
Syaoran miró alrededor la habitación tratando de encontrar algo que se relacionara, o tan siquiera que hablara de algo y que luego ella misma diera una explicación, aunque seguramente eso no sucedería. Pero, tenía que intentarlo por lo menos, su madre no lo dejaría salir de esa habitación, hasta que las respuestas llegaran a sus oídos.
-¿y su casa esta lejos?-añadió mientras la chica le miraba severa, como sabiendo sus intenciones- supongo que estaba linda...
-¿por que pensáis eso?-preguntó olvidándose por un momento de todo lo que le había sucedido.
-pues, su rostro no parece pesado-sonrió apenado- ¡quiero decir, que no se le nota la infelicidad!
La chica solo trataba de entenderle, pero volvió a lo mismo...- ¿trata de distraerme?
-más o menos-rió con su voz, que pronto cambiaría por la edad- aquí el verano es divertido, y siempre sale el sol... aunque en invierno es muy frío...
-en mi casa siempre hace una calor agradable...-suspiró recordando su añorado hogar- y aunque es invierno parece que fuese primavera...
-entonces sí es lindo ese lugar.-respondió con una sonrisa el joven príncipe- mi nombre es Syaoran Li....
-¿príncipe de todo esto?-inquirió- ¿o de todo el país?- sabía perfectamente quien era Syaoran Li (por nombre, por que jamás le había visto, pero tampoco estaba muy segura de lo que era príncipe)
El muchacho no pudo evitar el sonrojo- bueno mi padre era rey... aunque hay otros... ¡realmente es un nudo todo esto! Pero lo cierto es que pertenezco a un principado...
Sakura solo atinó a notar que el chico era por demás apuesto.- yo no soy ninguna princesa...-susurró tímida- soy de la pequeña nobleza... por eso que usted no supiera mi nombre como el de todas esas princesa que seguro ha de conocer
-¡pero noble!-repuso el joven sentándose en la cama, a sus pies- y... solo sé su nombre... –recordando que su hermana no había mencionado apellidos- además jamás frecuento a muchas doncellas... es imposible que sepa yo el nombre de alguien.... y me agradaría mucho saber su apellido, señorita....
-Kinomoto...-sonrió rojita como un farol- Kinomoto Sakura...
-veo que la señora Sonomi, y la señorita Tomoyo han sabido instalarla....-sonrió el muchacho, notando las calidas cobijas sobre el cuerpo frágil de la joven- pero me pregunto como es que estaba en el bosque.... en esas condiciones...
El precioso rostro de Sakura se ensombreció... bajándolo...- por favor, tenedme confianza... necesitamos saberlo... para poder hacer algo por vos....-se acercó a su rostro besando su mejilla con delicadeza, tratando de darle confianza, pero solo la ponía nerviosa, ningún chico, excepto su hermano le había besado.- se lo ruego...
-bien podría ordenármelo...-susurró sonrojada por el gesto del muchacho, de un momento a otro estaba jugando nerviosamente con sus manos
-pues entonces si no me lo dice por las buenas...-sonrió ante la idea de la chica- la tendré que obligar... con todo y mi "puesto" y si aún así no me quiere decir nada ya usaré otros métodos.... pero en todo caso.... prefiero que usted misma me lo diga...
-¿acaso usted tortura a la gente?-preguntó sorprendida, no parecía que fuese un tirano ¡era apenas tan niño como ella! Y su rostro no decía que cuando creciera lo llegara a ser...
-¡claro que no!-se rió- pero la podría obligar a tomar ese aceite de ricino que tan mal sabe... ¡puaj!-su gesto bien confirmaba el mal sabor que tenía aquella sustancia.-miradme, me han obligado a beberlo tantas veces ¡pero es tan asqueroso que siempre su sabor repudia!
Sakura suspiró- estábamos ya todos reunidos para despedirnos- comenzó mientras Syaoran se emocionaba ¡lo había logrado!- y en eso estábamos, mi padre... mi madre y yo... mi hermano ha salido a uno de los tantos encargos que le manda mi amado padre.... tiene 17 años, pero eso no importa ahora...., de un momento a otro, una de las mujeres del servicio llegó corriendo... asustada por cierto, y aviso a mi padre que.... había muchos hombres fuera de la casa... todos armados...-fue cuando sus lágrimas se volvieron a desprender de los preciosos ojos verdes de los que era poseedora- entonces, mi padre, Kinomoto Fujitaka.... nos dijo que nos levantáramos y corriéramos.... mi familia desde hace mucho que pensaba que tarde o temprano se rebelarían...-cubrió su pálido y hermoso rostro con sus manos.- y corrimos tal como nos lo pidió, mi madre iba detrás de mi... pero tan cerca que pude oír cuando la asesinaron... luego mi padre me encontró... dándole muerte al sujeto que se la había propinado a mi madre.... para ese momento mi camisón ya estaba manchado.... de tanto tratar de revivir a mi amada madre.... Kinomoto Nadeshiko... me ordenó que siguiera corriendo... y en la única vez que volteé hacia atrás... vi a mi padre morir al filo de la espada de un horrible hombre... seguí corriendo... hasta adentrarme lo suficiente en el bosque, nadie me vio hacerlo.... pero seguí, por miedo a que alguno de ellos por casualidad me viera.... seguí.... se me hizo eterno... hasta que de un momento a otro mi tobillo se dobló y caí justo donde me encontró... después de alrededor de dos horas, usted apareció, trayéndome aquí....
Syaoran quedó inmóvil, tanto más por todo lo que sucedió, y notó que... por esa razón ella callaba, era un pasado de horas, pero al fin y al cabo pasado y muy doloroso... limpió con algo de culpabilidad las lágrimas de la chica que rodaban ya por su cuello.- tranquila que aquí nada te sucederá.... –guardó silencio con la cabeza baja un momento para luego agregar.- ¿sabes que hueles a manzanas?-trató de quitar la tensión
Sakura solo sonrió.
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-este lugar está en buenas condiciones-dijo Yukito caminando dentro de la mansión oscura, había decidido acompañar a su hermano
-supongo que la niña no llevaba mucho tiempo perdida en el bosque-continuó Yue examinando cada esquina, entraron a un salón, donde la alfombra aterciopelada marcaba decenas de huellas, pero todas hacía un misma dirección, no tardaron en seguir su rastro hasta encontrarse con el perfecto cuerpo de una mujer...-¿quién será?-preguntó a su hermano tomándole delicadamente por el cuello para revisar el pulso, era una mujer preciosa, su cuerpo estaba envuelto en una bata y debajo seguramente estaba el camisón fino, su cabello negro y rizado además de largo estaba bien peinado, no tenía mucho de muerta.
-me pregunto si tendrá cierto parecido con la niña-corroboró examinando el rostro de la mujer- debe ser la madre... viste demasiado fino como para que sea una simple doncella... a menos que les paguen muy bien...
-puede ser-respondió secamente pero luego miró a su alrededor, seguía inspeccionando el lugar, entonces encontró un nuevo cadáver, había ya encontrado muchos a lo largo del trayecto en toda la mansión. Pero todo parecía indicar que era el de los criados, excepto esos dos, los cuales estaban juntos. Aunque eran los únicos en la estancia... el nuevo cadáver era el de un varón, apuesto y de ropas también finas, seguro que ambos eran los dueños de la casa, de cabello castaño y seguro que los anteojos que estaban tirados más allá eran de él. Yue se alejó un poco, hacia la siguiente puerta y notó como esa daba al jardín lateral, mismo que se conectaba al bosque... donde el señorito Li había encontrado a la niña, seguro que de ahí había salido, y que antes había estado con esos personajes.
-no hay nadie más-dijo Yukito con seriedad- es como si a todos se los hubiera tragado la tierra...
-informaremos de esto a la duquesa Ieran...-dijo saliendo Yue.- por lo que parece no fue una rebelión... alguien los mandó matar...
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La nueva vida de una niña...
-con que mandados a matar...-susurró la reina horrorizada- ¡no puedo creeros! ¿Quién creen que haya sido?
-es algo de lo que no estoy seguro...-dijo colocando un dedo bajo su barbilla, Yukito trataba de razonar, al igual que su hermano, de quien había podido hacer tal matanza, cierto que no había gente en el pequeño poblado que dirigían los Kinomoto, pero.... no había nada..... Entonces había sido una matanza masiva...
-no tenemos de quien informarnos...-susurró Yukito- para la próxima vez investigaremos más los alrededores... en esta visita hemos sepultado a los padres de la niña... o por lo menos creemos que son ellos...
-tendremos que localizar al hermano mayor-dijo pensativa la hermosa mujer- tendremos que hacernos cargo de ella... el varón casi alcanza la mayoría de edad... aunque después actuará como su tutor...-suspiró con pesadez.- pero creo que no hay mejor persona para que mientras tanto seas el tutor legal...-sonrió a Yukito Tsukishiro el cual se sintió honrado por las palabras de su señora.
-sería un placer- Yue mientras tanto tenía otra idea, habían exterminado a todos... pero esa niña había escapado gracias a los cielos...
-¿no estará en peligro, señora?-preguntó de la nada- si han querido matar a todo un pequeño Estado... y ella se ha logrado salvar, si por cosas del destino se enteran de que la niña está con vos, ¿no intentarán asesinarla también? Y con ello... ¿a vuestra familia?
-vaya que esto es complicado...-suspiró- no podemos darle, por el momento un título noble... por que no hay disponible ninguno...
-podría crearlo ¿no es así?
-¿y con que nombre?-inquirió cruzándose de brazos, con su precioso vestido de cuello, que era negro, por el luto, Syaoran le había contado todo lo que la jovenzuela le había confesado. Según él, tal cual.
-podría prestar el de los Li, solo por un tiempo...
-¡es una tontería!-se quejó mirando con reproche a Yue- ¿¡de donde sacaría yo una nueva heredera!? ¡Y en todo caso! ¿¡No cree que se vería más sospechoso!?
-eso es cierto-apoyó Yukito- tal vez... con el nombre de algunos de sus terrenos... a su nombre....
-¿convertirla en duquesa?-preguntó extrañada, pero tal vez pudiera funcionar
-en estos tiempos, nadie conoce a todos los duques que hay, por la gran abundancia de estos, ante los reyes que a diestra y siniestra han otorgado el título, no tendría nada de extraño... por que nadie la conocería... ni su propio enemigo la notaría...-reflexionó Yue- al declararla duquesa, es como si le diera un puesto de princesa... pero podría convertirse en tal si, se casa, no antes...
-puede ser...-suspiró una vez más- pero ¿quiere que despoje a alguno de mis hijos para dárselo a una desconocida?
-puedo ofrecer a ella, un pequeño terreno, que me han heredado mis padres...-sonrió Yukito y luego miró a Yue el cual solo gruñó pero asintió con la cabeza- y Yue estará encantado en que la señorita "duquesa" tome también el que es de su propiedad....
-¡oh, esto es magnífico!-sonrió complacida- entonces se hará pasar como...
-nuestra hermana-rió Yukito ante la ocurrencia- ¡eso será divertido! ¿no lo crees Yue?
Este volvió a refunfuñar, no muy convencido. Pero la reina agregó.- aunque no tiene parecido...
-¡que más da!-objetó Tsukishiro, el que usaba gafas delgadas y elegantes- nadie sospechará....
-se verá muy raro que una niña tenga dos territorios y dos hermanos, varones, no tengan nada-la duquesa levantó una ceja
-¡entonces que ella se quede con uno, y nosotros con el otro!-dijo animado el hombre- ¡para el caso, se tiene que proteger a la pequeña!
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-no sé por que la miras así-protesto Fanren, con su largo vestido arrastrándose por el polvo y sus largas mangas, tenía los brazos cruzados, estaba reunida con su hermana mayor, Fuutie, la cual estaba a su lado y parecía molesta por algo, sus otras dos hermanas, habían salido a la ciudad más cercana, para poder comprar ropa para la invitada. ¡Ellas eran expertas en eso!
-es que solo tienes que mirarlo....-se quejó de nuevo, admiraban como Syaoran sobre el mismo caballo que se le había escapado por la noche, llevaba sentada delante de él, a la joven Kinomoto, la cual reía animadamente. Sus brazos la rodeaban lo suficiente como para tomar las riendas con facilidad y dirigir al animal. Syaoran también sonreía. Y parecía hablar entre ratos con ella.
-¡oh vamos, no seas una hermana celosa!-dijo burlona Fanren- ella es linda, pero mi hermano todavía no tiene cabeza para eso de las chicas...-se quedó callada por un momento, Fuutie levantó una ceja, y su rostro parecía de ironía, Fanren continuó.- ¡está bien, quizá si se ha fijado en alguna! Pero no creo que suceda lo mismo... digo, yo no me fijaría en un chico que encontré yo misma... la ve más como una niña común y corriente, y ni siquiera ha pasado por su cabeza la idea de verla como una... mmh... "mujer" para él ¡son a penas unos infantes!
-no me gusta como ella lo ve.-añadió mientras refunfuñaba- es como si jamás hubiera visto a un varón...
-pues tiene un hermano, me parece que así es...-dudó- es seguro la admiración, ya sabes con eso de que la encontró.... se ha de sentir bastante protegida o algo por el estilo...
notaron como el corcel de Syaoran se acercaba con la invitada y protegida por su madre.- esa cabalgata estuvo genial-añadió el jovenzuelo bajando de un salto y luego ayudándole a ella, que bajó con delicadeza.- pienso, que deberíamos hacerlo más seguido...
Sonrojada, tan solo asintió con su cabeza, pero sintió la mirada penetrante de Fuutie, le miraba con desgana y desafío, incluso Syaoran se percató y continuó.- ¿sucede algo malo?- no sabía que se dirigía hacia Kinomoto, pensaba que esa mirada era para él.
-claro que no-dijo, su voz sonaba algo irónica pero notablemente muy molesta.- será mejor que vaya con mi madre, pierdo mucho tiempo aquí...
Después de esas palabras, se alejó a grandes zancadas a pesar de lo pesado del vestido, la señorita Fuutie tenía más que eso para pensar, a partir sus quince años de los diecisiete que ya tenía, ya varios hombres habían pedido su mano a Ieran, y ésta no se decidía por cual mejor partido escoger, aunque en todo caso el mejor era un duque, que tenía solo cinco años más de edad. Además estaba a cargo de varias actividades en sus territorios y tenía que cuidar a sus hermanas, además de Syaoran, al cual le encantaba hacerla rabiar.
Para los ojos de Fuutie, Sakura Kinomoto no era tan linda, no sabía por que... pero le desagradaba... sentía que por la forma en que la habían en todo caso "conocido", estaba maldita... nunca había asistido a las caridades con los Kinomoto, por tanto no la percibía en el mismo mundo.
-¿que le sucede?-preguntó extrañado Syaoran mientras levantaba una ceja, Sakura miraba por donde la hermana mayor había desaparecido, con algo de preocupación, y Fanren solo se burlaba en su cabeza, ¡era una celosa!
-no os preocupéis-rió animadamente- ¡sabéis lo loca que está!
-oh, eso lo sé mejor que nadie-rió también el príncipe- y sobre todo desde que aquel Akio Mosashi le pretende, y ella no admite que está enamorada de él, tanto como ese hombre.... ¡ja, no le deja nunca sola! Siempre que puede viene a visitarla... ¡recuérdame a mis diecisiete años que no ande tras una mujer para que se case conmigo!
-oh si, que no podré detenerte-jugó la chica, Sakura se mantenía silenciosa sin pensar en lo que ambos hermanos hablaban, desde que había llegado, la única vez que había pensado en lo que había sucedido en su casa era cuando Syaoran se lo había preguntado y en ese mismo momento- ¡será tu propio instinto de varón!-tomó sus mejillas con brusquedad y las pellizcó con fuerza y comenzó a estirarlas con violencia, haciendo que este chillara y luego tratara de soltarse de su hermana- ¡serás el hombre más hermoso que la Tierra haya visto jamás!! ¡La reina madre te amará y entonces dejará al mismo rey por ti!!
-no exageres-dijo acariciando sus mejillas, cuando se pudo soltar de su brusco y salvaje agarre- ¡yo no quiero nada con las reinas!
-tú mismo serás rey ¿de que te quejas? Tendrás una reina tarde o temprano-dijo encogiéndose en hombros- ¡y tu instinto no te dejará, picarón! ¡La buscaréis antes de lo previsto!
-sabéis perfectamente a quien me gustaría tener de reina-miró a su hermana con severidad, sabiendo que se refería a la enferma del castillo de poblados, y tierras vecinas.
-pero hermano, son pocos los que sobreviven...-se impuso la chica, entonces Sakura regresó a la tierra desde las nubes.
-¿curarse de que?-inquirió con su melodiosa voz, que aun sonaba infantil.
Syaoran y Fanren sintieron dos gotitas correr por su nuca y se encogieron en sus hombros al mismo tiempo- lo sabemos pero no lo recordamos-respondió la última.- pero si está muy enferma... ¡y es mortal! ¡el nombre es tan complicado!-gimió
Sakura solo bajó la mirada, pero antes de que pudiera agregar algo le llamaron, la señora Ieran estaba al umbral de la puerta.... esperándola
Ambos Li contemplaron como la jovencita se acercó a ella, y luego entró al palacio, Fanren agregó.- ¿a que no es encantadora?
Syaoran solo le miró con duda, pero se volvió a encoger en hombros
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-espero que se sienta cómoda en nuestra casa, señorita Sakura-sonrió Ieran mientras se sentaba detrás de su escritorio, mismo que alguna vez había usado Hien Li, mientras ella, estaba en cualquier otra parte, ya fuese con sus hijos o en alguna obra de caridad. O simplemente descansando.
-gracias-dijo tímidamente, la reina le había señalado con un gesto que tomara asiento, y así lo hizo
-lamentamos mucho lo que ha sucedido en su hogar-dijo sin tuteos la dama, pero parecía que la joven no se inmutaba, aunque en el fondo sintiera un profundo dolor- pero ahora... bueno, las cosas... –suspiró, nunca había tenido que explicar a personas tan pequeñas algo como eso- mis informantes... creen que usted puede estar en peligro, que uno de los asesinos la reconozcan y acaben con usted, pero por varias circunstancias que me niego a detallar - hablaba atropelladamente, y algo nerviosa ¿y si ella se negaba?- hemos decidido que quedará bajo la tutela de mis hombres más confiables y bajo la mía propia... vivirá en mi casa, dormirá en una habitación, irá a las vacaciones familiares, todo.- Sakura no parecía comprender, ¿todo eso para que? Sus padres estaban muertos, lo único que le quedaba era su hermano, y no sabía donde se encontraba este, ya llevaba varios meses ausente, y parecía que se prolongaría más, según informantes, solo pedía al cielo que nada le sucediera a él... con ese destino... con esa vida...¿no era mejor morir de una vez? ¿dejar que la encontraran y que todo terminara?- pero... no será la misma... no solo por estos tristes hechos, sino también por la forma en que el mundo la verá de ahora en adelante- la niña levantó una de sus finas cejas- usted ya no es Sakura Kinomoto.... su nombre es ahora Sakura Tsukishiro....
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La noche había caído, y ambos, estaban algo cansados, habían decidido seguir investigando, sobre lo que había sucedido en el palacio de los Kinomoto, cabalgaron un par de horas, la noche se veía ciertamente oscura, pero no tanto como aquella vez, la noche pasada, y no había ni una sola nube que estropeara la perfecta luz de la luna llena.
Entraron a la taberna que lucía algo elegante, era una de las mejores, había hombres de todo tipo, de los más distinguidos caballeros a los que no tardaron en saludar, otros que trabajaban como braceros en alguna de las tierras de los Li, otros que no conocían, algunos con la pinta de simples ladrones o asesinos, con largas y oscuras capas con capucha, había quienes así ocultaban su rostro.
Se sentaron en la barra que estaba limpia en ese momento, eran pocos los que estaban ahí instalados, los "buenos hombres" estaban ahí.
-¿supieron lo que sucedió con los Kinomoto?-inquirió uno de ellos, a otro que tampoco conocían
-si... dicen que no sobrevivió nadie...-susurró el otro- es una lástima, eran bastante bondadosos, y tenían una hija preciosa... ¡hubiera esperado cinco años más para casarme con ella!
-¡no seas patán! ¿A tus cuarenta?-se burló el otro- mejor a los más jóvenes... los de veinte podrían esperar muy bien
-¡aguafiestas!-refunfuñó- pero ni hablar, está muerta...
El primer hombre, el que había iniciado la conversación, le hizo una señal con los dedos para que se acercara más, y comenzó a susurrar, Yukito y Yue agudizaron sus oídos mientras fingían tomar una copa con calma.
-se piensa que fue algún señor conde...-dijo silenciosamente.- hubo un solo sobreviviente y es del pueblo.... y dijo...
Pero no pudieron escuchar más....
Años más tarde....
Los años pronto habían pasado, y la joven Sakura había olvidado todo lo que tenía que ver con su niñez, incluso que Syaoran Li la había encontrado, bueno eso si lo recordaba... nadie hablaba al respecto, y aquello había llevado a la situación de que la joven no lo recordara por si misma....
Todos habían contribuido un poco, con la que sería duquesa cuando se casara. Syaoran siempre era ocurrente, cosa que había sorprendido de sobremanera a toda la familia, a partir de los diez años se había vuelto algo "alocado", además de irreverente.
La admiración que Sakura había tenido por él durante esa pequeña niñez, que solo duró días, se convirtió en un sentimiento mucho más poderoso, mismo por el que suspiraba y soñaba despierta, pero... esa persona no sabía nada.... aunque fuera tan obvio, era demasiado distraído, tanto como ella, pero toda la familia se había percatado. Ieran había reído mucho cuando se había dado cuenta a los trece de él y los doce de ella. Con sus sonrojos y sus carreras por huir de su presencia en momentos que la vergüenza podía con ella, o que no estaba preparada para verlo, cuando pensaba que su vestido no era adecuado y que seguramente no le gustaría al muchacho. Muchas veces le pidió su opinión, poniendo de intermedio y causa a Syaoran.
Sakura con el tiempo, se había vuelto aun más hermosa de lo que ya era, su largo cabello y sus bucles brillaban con encanto a la luz solar o la luz de alguna vela, haciéndose esos reflejos casi rubios, su cabello normalmente lo llevaba recogido en algún moño, o siempre en un coleta, su delgada figura ya había comenzado a tomar un coqueta forma, y los vestidos que normalmente le obligaban a usar, con escotes no tan atrevidos, hacían que la luciera aun más. Sus movimientos era sumamente delicados y encantadores, su rostro era angelical y blanco no tanto como la nieve, y sus labios rojos como cerezas, sus ojos verdes eran grandes y expresivos, con pestañas largas y espesas, de brazos delgados y manos pequeñas y delicadas al igual que sus pies, y su cintura también era pequeña, su piel era suave como la seda, sus dientes blancos que se mostraban con sus cálidas sonrisas, tan hermosas que deslumbraban.
Tomoyo, hija de Sonomi se había convertido en su dama de compañía y mejor amiga, incluso más que Fanren Li, la cual siempre estaba cuidándole y protegiéndole de Fuutie, que siempre estaba a la ofensiva con ella, pero esta no se atrevía a contestarle algo, más que nada por respeto y no por falta de ganas...
Era muy querida en todo ese territorio, excepto por Fuutie, Yukito el cual se había retirado del oficio, para seguridad de que Sakura tuviera a alguien tiempo después, excusa que había dicho Ieran Li, la amaba casi como a una hija, y siempre que la jovenzuela necesitaba consejo acudía a él. En tanto Yue siempre tan frío también le amaba, aunque nunca lo expresaba tanto como Yukito, solo con regaños, o aportaciones, cualquier cosa insignificante demostraba el gran cariño, que había nacido hacía ella, tanto como lo que fingía ser de ellos, su hermana, él si había permanecido en servicio, para protección de la familia Li.
Mientras en todos esos años, Syaoran se convertía en hombre, en un guerrero tal como deseaban los suyos, desde hacía mucho que había olvidado a Sayuri Kori, la cual por cierto, murió en el castillo perteneciente a su familia. Otros rostros habían venido a reemplazar el de su primer amor. Era bravo hasta causar la locura de su madre, y también seductor, siempre acumulaba más y más armas de gran valor y conquistas femeninas ¡ciertamente era guapo aquel Syaoran! De quien tanta galantería había heredado de su padre, tenía más de seis pies de altura, de espalda ancha, era un cuerpo que pudo haber servido para las estatuas griegas, la única diferencia era que tenía piel y bueno, era de carne y hueso, moreno pero no en exceso, no mostraba ninguna palidez, siempre se la pasaba en la hamaca en sus horas de descanso o tirado en el césped, con su perfecta nariz, sus ojos castaños y cabello corto del mismo color, siempre alborotado, dientes de predador, blancos. El resultado de todo aquello era que toda mujer que lo viera enloqueciera por él, se decía que incluso la reina madre, reina de todas las reinas del país, le miraba con buenos ojos, ojos de amor. Pero esos eran solo rumores, además de todas las novias que se le adjudicaban.
Hacía al menos dos años que no se veían, él había partido a la guerra pasada en contra del país vecino, por territorio, pero lo que más temía su joven enamorada, además de la muerte del joven en batalla, era que este comenzara a pensar en el matrimonio... jamás lograría que él colocara sus ojos en ella... cada vez que podía el joven guerrero, marchaba a cualquier lado en busca de batallas, por lo que en cuanto a su regreso de la gran guerra, no le había visto, había llegado una noche por la madrugada, ella le había esperado por mucho tiempo despierta, por si acaso llegaba... y ese día que descansó como los ángeles, fue que llegó para de inmediato marcharse, a la mañana siguiente, en cuanto el sol salió, no le dio tiempo de ver que tan cambiado estaba su rostro....
Y tenía miedo... por que se sentía indigna de él, aunque ella también tenía pretendientes, pero era apenas una niña, en el cuerpo de una mujer, e Ieran Li se había encargado de que esperaran un poco más –"si de verdad quieres casarte con ella, sabrás esperar"- habían sido las mismas palabras para todos los hombres que se habían acercado con esa intención.
Y por fin, después de tanto tiempo de espera... el día en que por fin le viera había llegado... iría a cenar, lo había prometido a su madre, la cual objetaba que ya nunca le veía en casa
Caminaba nerviosa de un lado a otro dentro de la hermosa habitación, arreglada femeninamente, y que ya tenía su olor impregnado.
-pero se verá: di-vi-na con este vestido, señorita-reía Tomoyo sacando el vestido rosa palo, con detalles dorados, y por demás coqueto en el escote y el talle. Dejando al descubierto sus hombros, pero las largas mangas del vestido cubrían los blancos brazos
-no me digas así-reprochó con una sonrisa- ¡te he dicho mil veces que me llames solo Sakura!
-pero solo puede ser a solas-Tomoyo guiñó un ojo con complicidad- ¡estoy segura que al joven Li le dará alegría verte de nuevo! ¡se enamorará de ti al instante!
-no sueño tanto...-suspiró pesadamente mirando por la ventana, casi como si saltara por ella, tratando de ver si Syaoran había llegado.- aunque digas cosas muy hermosas...
-¡pero sois tan hermosa como tus sueños!-renegó, ella siempre le había apoyado en su "amor secreto" y siempre que Li estaba en casa, intentaba que tuvieran algún momento a solas, aunque siempre y por cosas del destino no se lograba, ya fuera por la timidez de la señorita o por que Syaoran nunca estaba en casa, aunque tal vez la segunda era la verdadera y más acertada.- ¡ya podréis ver lo que os digo!
Le ayudó a cambiarse tan rápido y a peinarla, dejando su cabello extrañamente suelto, cayendo suavemente por su espalda y sus hombros, llegando hasta media espalda. Tomoyo que era en quien tanto confiaba, lo tenía un poco más largo, sus bellos ojos amatistas relucían con ilusión a los anhelos de Sakura, su tez era tan pálida como la nieve, y su voz tan melodiosa como los cantos de las más finas aves. Ella y Sakura no eran tan altas pero aun así Tomoyo era encantadora, tanto como su ama, y su cabello negro combinaba a la perfección con esa piel tan tersa. Y era tan delgada y tan preciosa, como cualquier noble.
-muy bien, ya estáis lista-sonrió con satisfacción- ahora solo tenemos que esperar al amo...
-muchas gracias Tomoyo-tomó sus manos, como señal de amistad- ¡no sé lo que haría sin ti!
-morir en las garras de la señorita Fuutie-rió animadamente la dama de compañía
Sakura también rió, de buena gana, entonces llegó Fanren anunciando la llegada de su hermano menor. La jovencita Tsukishiro, tomó con más fuerza las manos de su dama, mientras comenzaba a sudar y solo escuchaba un "tranquila" por parte de Tomoyo.
Sakura avanzó con Fanren a su lado, mientras trataba de respirar con calma. Llegaron a la misma sala- solo se veía la espalda del sujeto- donde Syaoran había llegado con ella en brazos, lo primero que pudo ver fue como Ieran con lágrimas en los ojos se abrazaba a un cuerpo que le superaba por más, pero delgado. La espalda del hombre no alcanzaba a ser abrazada completamente. Los ojos de Sakura brillaron con emoción, con tan solo verle así, Fanren lo notó y por eso hizo lo siguiente:
-¡¡Syaoran!!!-gritó emocionada, Fuutie, Shiefa, Feimei, Ieran y el mismo Syaoran voltearon, pero el último sonrió para poder abrazar a su hermana; la cual emocionada no dejaba de gritar y decir que estaba más apuesto que nunca.
La familia siguió platicando felizmente, hasta que llegó la hora de la cena, Sakura se quedó un momento en el umbral de la puerta, se dirigió en dirección opuesta ¡ni siquiera la había visto! ¡Para él no era más que un simple mueble estancado en la puerta! Nadie se percató de que se alejó de ahí, como tampoco parecía que se habían percatado de que había llegado. Excepto tal vez Fanren que la había llevado hasta ahí, pero que seguro se había olvidado también de que estaba ahí, por esa inmensa alegría.
Salió a los hermosos jardines, después de haber caminado, casi corrido, desde aquella estancia hasta la entrada, la noche ya se anunciaba y las primeras estrellas ya se vislumbraban. Al igual que la luna.- un simple mueble...-rió ante sus ocurrencias, sonrió con algo de nostalgia, no era raro, todos la querían y mucho (exceptuando Fuutie) pero nunca iba a tener un lugar como su hogar, siempre se iba a sentir fuera de lugar, no ignoraba que no tenía una verdadera familia ahí, ni siquiera con sus hermanos.- un mueble en el jardín... ¿que será mejor? ¿Una silla o un sofá?
-el sofá es más cómodo-no fue ella la que respondió.
Sakura sobresaltada, dio vuelta sobre sus talones, sin percatarse de que había estado parada ahí por lo menos una hora, pensando que era un mueble. Syaoran que tenía las manos entrelazadas por detrás le miraba con una sonrisa, y más por la cara tan sorprendida
-¡me has dado un susto de muerte!-gimió colocando una mano sobre su pecho, sentía como si su corazón fuera a salir saltando de su pecho, más por la sorpresa de verle ahí que por que hubiera hablado por su espalda...
-espero que me disculpes-rió entre dientes, sabía lo temperamental que esa niña podía ser, y ella era capaz de declararle la guerra en cualquier momento, y él nunca le ganaba.
Guardaron silencio, tensos minutos, Syaoran mirando su cabeza –esperando a que dijera algo más- agachada, pues miraba al piso como si fuera lo más interesante. Sakura fue quien lo rompió.
-hacía mucho que no....-cortó sus palabras con un suspiro quejumbroso que tuvo que contener.- te veía... por aquí...
-¡ya lo creo!-volvió a reír.- llego y estás durmiendo, cuando regreso no vas a cenar, como hace unos minutos- su tono era más bien burlón
-se me ha pasado el tiempo y nadie me avisó que era hora de la cena-respondió con rapidez- además no tenía ganas de cenar...-omitió en ese momento el hecho, de que la había ignorado por completo, pero tal vez era mejor así... ¿para que hacerse falsas esperanzas?
-por cierto...-susurró recordando algo- ¿para que quieres un sillón en el jardín?
Sakura se sonrojó, pero fue sincera, como siempre- no hablaba de un mueble común y corriente...-jugó un momento con sus manos- hablaba de mí...
-¿de ti? ¿Un mueble?-inquirió sin comprender, hasta que sin esforzarse mucho lo hizo- ¡oh....!
Sakura seguía mirando con algo de inquietud algún lugar detrás de él.- no sabes cuanto lo siento... pero hacía mucho que no veía a mi madre y a mis hermanas
-esta bien, hubiera hecho lo mismo.
-claro que no, eres demasiado amable como para dejar a alguien de lado, y sin saludar-sonrió Syaoran, se acercó un poco para abrazarle con afecto, su cabeza se inclinó un poco hacia su cuello delgado y largo, ella se puso tan nerviosa... guardó un momento silencio identificando el delicioso aroma de su piel, notaba que ella... ya se había convertido en mujer, y era en una muy hermosa.- ¿sabéis que sigues oliendo a manzanas?
Sakura no pudo evitar reír levemente y abrazarle entusiasmada (hasta ese momento no respondía al abrazo)- no... no me había percatado....
-¡oh, si que es un olor delicioso!-añadió cuando se alejaron, el silencio se volvió a apoderar de ellos hasta que él se decidió a volver a hablar- ¿y Fuutie te sigue molestando tanto?
-un poco menos-respondió esta muy sonrojada, el chico no parecía turbado, comenzaron a caminar lentamente- sabes que por sus próximas bodas... no tiene tiempo para todo....
Syaoran no pudo evitar una pequeña carcajada- tenedle paciencia, cerecito. Cuando se case veréis que no sabréis nada de ella, hasta después de que tenga sus hijos ¡siempre sucede!
-se ve que tienes experiencia...
-de todo un poco- de pronto sus ojos se veían soñadores mientras miraba el cielo ya estrellado- excepto con eso del matrimonio y de ser padre... ¡una vez tuve que disfrazarme de religioso para evitar que unos tipos me mataran! Si, de casi todo...
Sakura agachó la mirada con resignación, tenia razón... que hermoso era soñar... sin evitarlo sus preciosas esmeraldas se empañaron, pero no dejaron caer ni una lágrima. Syaoran notó el silencio repentino de la jovenzuela, y volteó para mirarla, realmente los años le habían sentado bien.... agitó un poco su cabeza, con delicadeza tomó entre sus dedos su fina barbilla e hizo que le mirara. Entonces notó su llanto comprimido en sus ojos.- ¿que te sucede, estás triste cerecito?
Desde que se habían tomado confianza, así él le llamaba. Una vez cuando los árboles de su nombre, estaban más bellos y rosados que nunca, y ella junto con él, habían ido a jugar ahí...
-¡oh claro que no!-mintió, pero Syaoran la conocía como la palma de su mano.- ¡estoy tan entusiasmada con tu regreso...! ¡Además he estado pensando en muchas cosas como...!
-eres una mentirosa-dijo con seriedad, pero sin dejar su encanto- estás triste por un motivo triste y que te desanima... ¡seguro que es un hombre! Te ha hecho sufrir...- al no obtener respuesta siguió, aunque tampoco esperó mucho por ella- entonces me batiré con él y...
-¡por supuesto que no es nada de eso!-protestó la chica ante la idea, por que él era el único hombre en su vida...
-entonces si hay algo que te pone triste...-acercó su rostro lo suficiente para intimidarla y que hablara sin titubeos, pero no era lo que le causaba, la ponía nerviosa y alborotada, con profundos deseos de acercar un poco más sus labios y robarle un simple beso....
-¡ya te he dicho que no!-su sonrojo era tal que el muchacho no pudo evitar burlarse
-¡estás roja como una cereza!-rió abiertamente, pero notó que ella le admiraba en silencio, aunque con una sonrisa- pero tenéis que prometedme, que cuando un hombre te interese y entre a tu vida y te haga llorar, me lo dirás y entonces... ¡ese hombre estará muerto!
Sakura solo asintió, sin mucho cuidado. Entonces tendría que matarse a si mismo....
-y.....-tartamudeó- ¿y seréis el próximo que se casará?
-puede ser-esa mirada soñadora regresó a sus ojos avellanas, y aunque sus ojos estaban en dirección a ella, no la veía a ella, miraba una imagen preciosa, de una chica de cabello rubio, mejillas sonrosadas, y ojos tan castaños como los de él, simplemente hermosa, tanto como la compañía de ese momento. Pero esa imagen debía tener un poco más de edad- debo confesar que estoy muy enamorado....
El frágil corazón de Sakura entonces si se desquebrajó pedazo por pedazo.- ¿en... en serio?-trató de inhalar con fuerza
-si, su nombre es Akari Amai... mi dulce luz....-suspiró soñadoramente- es la más bella... mujer que he conocido... puede compararse con muchas personas... pero creo... que para mí no hay nadie más....
Sakura pensaba que si él había logrado que por un momento todas esas lágrimas en sus ojos desaparecieran, también había logrado regresarlas... ¡que mal se siente cuando uno no es correspondido! Y más cuando... te lo dicen en tu cara... así sintió Sakura, pero también se sentía agradecida, por la sinceridad de él... por siempre decirle las cosas tal y como eran.... por que así siempre regresaba a la realidad, unas veces más duramente que otras... pero al fin y al cabo regresaba de sus ensoñaciones donde compartía besos y abrazos apasionados a su lado.... tocó su cabeza, como si le doliera....- tengo que regresar a mi habitación... me duele un poco la cabeza... ¿no partirás mañana por la mañana verdad?
-solo estaré unos días-sonrió regresando al mundo.- así que nos veremos mañana, descanséis bien...-tomó su mano y depositó un delicado beso
-igual-dijo sin mirarle y casi volvió a correr hasta llegar a las puertas de su habitación, donde solo su frente apoyada en las puertas sostuvo su femenino cuerpo, sin disimular ya sus lágrimas, abrió sin fuerzas las puertas, Tomoyo estaba sentada mientras tejía una camisa nueva para su señorita.- ¡Sakura, ¿que te pasó?!
-enamorado Tomoyo... enamorado....-lloró mientras la dama cerraba las puertas para que no saliera de esa habitación
-oh mi señorita....-susurró cuando la estrechó en señal de apoyo- pobrecita....
-¡...enamorado...!-gimió ahogadamente- ...enamorado...
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El amor entre las sombras......
Todos la conocían por la extraña vitalidad que tenía, que la hacía lucir más interesante además de hermosa, pero es mañana por brillante y cálida que fuera, no demostraba ninguna alegría, por lo menos no para ella...
Estaba sentada en aquel sillón, donde, podía ver con claridad los preciosos y excelsos jardines del castillo. Tenía una pequeña cajita de música entre sus manos, no veía nada en particular, solo acariciaba con sus suaves manos el objeto.
-¿de verdad no queréis nada de comer?-preguntó preocupada la dama de compañía de la muchacha, la cual solo le sonrió.
-no... Muchas gracias...-miró una momento la cajita- agradezco todo lo que siempre hacéis por mi, sobre todo ayer por la noche...
-cualquier amiga hace eso....-sonrió hincándose a sus pies mientras tomaba sus manos, que estaban sobre la caja- yo soy vuestra amiga.... y os quiero... –miró sus brillantes ojos verdes, los cuales le miraban apagadamente, sin entusiasmo- estaréis bien... ya conoceréis a alguien y entonces...
-es lo mismo que me has dicho desde que sabes mis sentimientos por él...-susurró con algo de tristeza,- y por más que espero... no ha llegado, y el amor que siento por él, crece día a día...
-tened algo de fe-suplicó- no penséis que vuestro destino es desgraciado... y que siempre será así... ¡tenéis que esperar un futuro tan brillante y cálido como el Sol!!
-¡oh Tomoyo!-abrazó con fuerza a su compañera- ¡que haría sin vos!
La dama solo rió un leve momento ante las ocurrencias de su amiga, pero entonces agregó.- tenéis que preparaos... el joven Li me mandó a decidle que la espera en una hora en el jardín, creo que iréis solos de paseo....
Sakura solo asintió mientras Tomoyo se apresuraba a salir de la habitación, tenía que hacer las compras junto con la dama de Shiefa. Pero intentaría regresar para acompañar a su señorita asignada
Miró una vez más el objeto que reposaba en sus manos, y lo abrió con delicadeza, al instante una tierna canción se escuchó
OoOoOoOoFlashbackoOoOoOoO
-¡felices navidades!-sonrió Fanren mientras entraba por la mañana a la habitación de la joven, desde la ventana se notaba como la nieve sepultaba todo, y el cielo no tenía ni una sola nube, pero aun así el día era frío.
La chimenea estaba encendida, y ella dormida en profundos sueños, esperando sin mucha ilusión las fiestas, la primera navidad que se sentía extrañamente sola, a pesar de estar rodeada de tanta gente.... cuando la hermana de Fuutie entró, no hizo más que despertarla, e hiciera que se sentara, aun entre sus cobijas.
-igualmente-sonrió correspondiendo el abrazo de la muchacha
-te he traído un regalo-sonrió pasándole un paquete envuelto en un papel rojo brillante con detalles dorados, al igual que el gran moño.- espero que te guste...
-yo no...-susurró apenada, ella no se había preocupado por regalos para nadie, no pensó que alguien le fuese a regalar algo.
-no hay problema-dijo tan entusiasta como siempre.- pero eso si, deberéis prometedme que siempre vivirás con nosotros...
Sakura solo rió ante la petición.- no creo que dependa mucho de mi... creo que más de tu madre...
-¡oh, eso no importa!-sonrió de nuevo- te quedarás aquí...
-lo haré-respondió con amabilidad, para preguntar con el mismo tono- ¿puedo abrirlo?
-debisteis haberlo hecho desde hacía un rato-asintió, la jovencita lo abrió con delicadeza encontrándose con una gruesa túnica con capucha de lindo color azul, no siendo cielo ni tampoco tan oscuro era más bien azul grisáceo, la tela parecía ser de suave terciopelo, parecía más una cascada de agua azul, sus movimientos parecían casi los de un líquido.- espero que te guste...esperaba encontrar una verde, tan hermosa que combinara con tus ojos, pero la verdad es que no me ha gustado, y pensé que no se te vería tan bien... estaba rara.-explicó con simplicidad.- y pensé que el azul era aun más hermoso, hay algunos objetos a los que les queda mejor un color que otro...
-¡es preciosa!-dijo emocionada extendiéndola por toda la cama- me quedará toda la vida...
-bien, tengo que bajar para ver que falta para la cena de esta noche-siguió mientras caminaba hacia la puerta- espero que pases felices navidades...
-¡claro que lo haré!-rió levantándose y con ganas de estrenarla.
-¡nos veremos luego!
Se cambió tan rápido como pudo, Tomoyo debía estar ayudando también con la cena de noche buena, se colocó un vestido rosa, que combinaba además de que era abrigador, se colocó las zapatillas, y salió rápidamente del cuarto con la túnica puesta, jugaría con la nieve
Cuando salió a los jardines se encontró con Fuutie la cual también llevaba una capa pero no tan hermosa como la suya y tampoco se notaba nueva.
-¿no iréis con Yukito?-inquirió mirándole inquisitivamente- éstas son fiestas familiares...
Toda la alegría que por un momento, ante su regalo, había sentido, se desvaneció por las frías y crueles palabras de la joven
-iré más tarde-respondió simplemente, tratando de ignorar el hecho de que ella no la quería en la cena familiar.
-creo que ellos serán los que vendrán-dijo una voz detrás de Sakura- ellos también son como de la familia, y mi madre me lo ha dicho. La reina y los herederos Li, son muy pocos para tan grande comedor...
-Syaoran-dijo con aburrimiento.- entrometiéndote donde no te llaman... típico...
-¡hey, calmaos!-dijo ofendido- es solo que he escuchado...
-no me importa-se alejó para poder entrar a la casa, y sus ojos castaños se volvieron a clavar sobre la protegida de su madre- nos veremos más tarde, Syaoran...- hizo énfasis en el nombre de su hermano
Li tan solo le miró severamente, mientras Sakura solo le seguía con la mirada sin ninguna expresión, comenzaba a acostumbrarse a ese tipo de trato por parte de Fuutie.
-cada vez que la conozco más... se vuelve más insoportable-susurró el hermano de ella- ha cambiado mucho... no sé que le ha sucedido...
-algo la debe de molestar-respondió la de ojos verdes sonrojada, mientras el chico le miraba
-¡oh bueno, olvidemos eso!-rió animadamente- ¡aquí tenéis vuestro regalo de navidad!
-¿regalo?-preguntó sin comprender, y por segunda vez en el día le pasaban un paquete, solo que esta vez la envoltura era verde como el moño exageradamente grande, él lo había envuelto- ¿para mi?
-sois a la única que se lo ofrezco-dijo divertido- lo he obtenido, cuando fui con Fanren para que ella comprara sus regalos, y aproveché que no habías ido, ya había comprado los de mis hermanas, y no me decidía a que poder regalarte,- notó como la chica miraba con asombro el paquete- ¿no pensáis en abrirlo?
-¡claro que si!-dijo sonrojada- pero...
-yo no necesito regalo tuyo-su sonrisa la derritió por más de un minuto, a penas el amorío que sentía por él crecería más, y con el tiempo se daría cuenta de ese delicado sentimiento- al contrario sentí que yo necesitaba regalaros algo...
Sakura solo asintió y con cuidado lo abrió, dejando ver en su interior una cajita... de finas maderas y que estaba barnizada, tenía muchos adornos lindos, y cuando ella la abrió una melodía curiosa sonó, quizás por eso había llamado la atención del muchacho. En el interior tenía una pequeña figurita, la que parecía ser de una princesita de hadas, que estaba sentada mientras abrazaba sus piernitas, sus alitas figuraban las de alguna mariposa, y estas estaban extendidas haciéndole parecer divina, y miraba hacia arriba, como si observara al que había abierto la cajita de música.
-que linda-su voz volvía a ser entusiasmada ¡Syaoran había dado en el clavo!- te lo agradezco mucho,- besó con delicadeza la comisura de su boca, de un momento a otro y sin quererlo Syaoran se había movido (sin darse cuenta de la intención de su amiga) y había atinado a ese lugarcito tan cálido ¡ella solo quería besarlo en la mejilla!
-creo que ese fue mejor regalo que el mío-rió ante la cara roja de la muchacha- ¡has tenido suerte que no te haya regalado un muérdago o que no estuviéramos parados bajo uno, entonces me tendrías que besar los labios!
El despiste de Syaoran era tal, que Sakura quería que la tierra se la comiera, solo puso de pretexto dejar la cajita en su habitación, para poder jugar ambos a gusto y sin miedo a que le sucediera algo. Él aceptó y prometió esperarla.
Cuando estuvo en la intimidad de su habitación no pudo evitar saltar de alegría mientras apretaba contra su pecho el objeto, una exaltación inusitada surgió desde su corazón enamorado del que ella no tenía conciencia en ese entonces, solo atinó a dejarse caer sobre el mullido colchón y cerrar los ojos soñadoramente, tendría que buscar un muérdago....
OoOoOoOoFindeFlashbackoOoOoOoO
Rió levemente ante los recuerdos que llenaban su mente, y se puso de pie, se dirigió hasta una de las mesitas de noche, donde normalmente siempre colocaba su cajita.
-el mejor regalo...-susurró para si mientras se abrazaba a si misma...-
OoOoOoOoOoOoOoO
-es curioso...-dijo con una sonrisa mientras miraba como su compañera, que estaba sentada delante de él, miraba atentamente por la ventana los caminos verdes. Y los árboles frondosos que marcaban la dirección.- no habéis hablado en todo el camino, por lo menos no hasta ahora.- Tomoyo que iba a lado de su ama, y que había terminado a tiempo sus deberes para acompañarla, también había notado eso, pero no había dicho más. La dama cosía un elegante pañuelo.
-no tengo nada que decir...-respondió sin mirarle.- tal vez solo una pregunta...
-espero tener una respuesta-sonrió de nuevo
-¿a donde nos dirigimos?-miró sus ojos castaños, esperando ver el mismo brillo, y en efecto, lo encontró- iremos a ver a esa persona ¿no?
-bien, depende mucho de a que persona se refiere, cerecito-rió ante la agudeza de la muchacha- pero sí, iremos a ver a alguien
-a...Akari Amai...-susurró volviendo a ver hacia afuera- si... supongo que vamos a verle...
-si y no.-dijo extrañado ante la actitud de ella- iremos, le veremos y te presentaré, pero también quiero presentarte a un amigo mío, primo de ella... con suerte la próxima en casarse sea su ama, Tomoyo...
La dama de compañía levantó la mirada, mientras no podía evitar que una risa escapara de sus labios, mientras la joven solo se sonrojaba, y no atinaba a que responder- no pretendo casarme pronto...
-¡oh, pero veréis que es todo un tipo con personalidad!-se doblaba de la risa, ante el rostro serio y rosado de ella- la misma Tomoyo dará su opinión.
-claro que lo haré- Los tres siempre se hablaban (cuando estaban a solas) por su nombre de pila, los tres habían crecido juntos, era lo más natural
Sakura solo bufó mientras se cruzaba de brazos- ¡no es justo!
-¿que no es justo?-inquirió la de cabello plomo- ¿que de mi visto bueno?
-¡no, que se burlen de mí!-se volvió a quejar- ¿que les he hecho yo?
-nada en especial-respondió el único varón- pero siempre es bueno reír, desde ayer, te noto seria... ¿no te sucede nada?
-claro que no me sucede nada-dijo con rapidez- ¿que me puede pasar?
-ya sabe, siempre lo mismo-respondió Tomoyo al muchacho- problemas del corazón como todos los demás ¿o no tenéis, Syaoran?
-¡más que nadie!-gimió- estoy indeciso...
El corazón de Sakura comenzó a latir con nueva esperanza, al notar que el muchacho al mirarla no pudo evitar sonrojarse, por la vergüenza que sentía por toda su situación, pero luego miró también por la ventana, como ella había hecho todo ese rato en el viaje, hasta la conversación.- lo que sucede es esto... Akari, es hija de la reina madre....-los preciosos ojos verdes se abrieron con asombro, al igual que los amatistas de Tomoyo- ella no es conocida ante nadie... solo por la familia íntima y los más cercanos nobles, pero, incluso así es muy raro, todo según para protección de ella por tener a padres tan importantes como lo son los reyes dominantes... por eso que Sakura, cuando le conté de ella, no supiera de quien hablaba... la conocía a ella y a su madre al mismo tiempo, al instante me enamoré de Akari y la reina madre, me aprueba. Pero el rey.... bueno... él no hace lo mismo...-suspiró- entonces.... podría pedirle que se case conmigo, a sabiendas de que el rey me dirá que no, o raptarla para casarme en secreto... o solo esperar ¿que pensáis que es lo mejor?
-definitivamente esperar-colaboró Tomoyo, se había inclinado lo suficiente para escucharle con claridad desde que había mencionado a la reina madre, Sakura cerró los ojos un momento, y no dijo nada.- pero... no entiendo... ¿por que el rey no querría que su hija se casara con caballero de tan buena casa?
-fácil, por que el caballero es ocho años menor que su hija-se cruzó de brazos mientras hacía un gracioso mohín- ¡pero parece de menos! Tal vez de mi edad.... es como Sakura, ella parece de quince.... pero Akari empieza a hacerse mayor... y entre más tiempo dejen pasar, más tardará en dar un heredero como todos quieren y como es necesario.... luego su salud estaría en peligro...
La muchacha no prestaba mucha atención al comentario, pero si estaba pensativa... ¿más grande que él?
-¿y sigue soltera?-preguntó Daidouji- ¿después de tanto tiempo?-notó la mirada fea de Li- ¡no estás viejo, pero me sorprende de sobremanera que alguien de su edad aun no esté casada! La señorita Fuutie no se ha casado por indecisión pero nada más, y sus hermanas... bueno, a ellas no les interesa eso, pero pretendientes nunca les han faltado, es solo cosa de que se decidan a escoger a alguien... y por lo que sé, y por testimonio mismo de vos, pues... todas están ya comprometidas... y a un pie del altar
-el rey no ha querido casarla con nadie.-dijo reflexivo, omitiendo a su familia que nada tenía que ver- dice que todos son indignos de su hija... y creo que no es para menos ¡mira que sentirme yo tan insignificante para ella!
-entonces tiene que ser la persona más preciosa, bondadosa y todo lo que queréis para que digáis eso...-se burló- pero yo conozco a una persona que incluso podría competir con su belleza y dulzura
-claro, yo conozco a dos-sonrió mirando a Sakura de soslayo, y esta miraba a Tomoyo con atención- una de ellas es la misma reina madre- sus ojos no se retiraron de la castaña la cual escuchaba con extraña atención.- la otra persona... bueno.... será un secreto...
Sakura miraba atentamente al muchacho sin comprender por que "guardar un secreto" , y más cuando él no tenía secretos con ellas. Pestañeó varias veces algo, bueno, bastante confundida....
-¿llegaremos pronto?-preguntó repentinamente haciendo que a sus compañeros les cayera una gotita por la nuca
-nunca ponéis atención...-susurró Syaoran- ¡nunca de los nunca!- se sentó en un rápido movimiento entre ella y Tomoyo, pero su cuerpo estaba dirigido hacia la primera, sus masculinas manos acariciaron con cuidado su cuello y pasó a sus mejillas- ¡tened que dejar de ser tan distraída!
Sakura no se atrevía a moverse ¿que se suponía que hacía? Syaoran depositó con arrebato un beso en su frente, si tan solo se lo hubiera dado en los labios, Sakura hubiera podido jurar que era apasionado.
Volvió a su lugar y sonrió a Tomoyo la cual solo contenía una risa por el rostro asombrado y sonrojado de la joven, además de su delicada boca, débilmente abierta
-¡hemos llegado!-anunció casi infantilmente
La carroza se estacionó delante del enorme castillo que era habitado por los reyes y la princesa dueña del corazón de Syaoran ¡ah y también por el primo de ella!
Li ayudó a bajar con cuidado primero a Sakura "por ser la dama" y luego a ayudó a Tomoyo. Caminaron lentamente hasta la entrada, donde ya alguien los esperaba, pues estaba avisado de su llegada
-¡Li, viejo amigo!-sonrió otro muchacho, que tenía el cabello oscuro en una extraña tonalidad azul, y sus ojos añiles, detrás de las elegantes y ligeras gafas, que le daban un toque intelectual y misterioso, todo un hombre con personalidad- ¡es un gusto veros de nuevo!
-¡ya lo creo, hacía más de un mes que no lo hacíamos!-estrechó la mano del joven que agradablemente se la ofreció- ¿recuerdas que te había comentado de Sakura?-el otro asintió, y miró hacia sus compañeras encontrándolas a ambas increíblemente hermosas- bien....-tomó la mano de Sakura con delicadeza e hizo que avanzara cuando le jaló con el mismo detalle hasta que su joven amigo estiró su brazo y recibió la mano de ella con un beso- ella es Sakura Tsukishiro... hermana de Yukito y Yue Tsukishiro... también te he hablado de ellos, pero ese no es el caso-Eriol soltó la mano de la joven, y esta hizo una reverencia de inmediato, Syaoran miró a Sakura y añadió- Sakura, este es Eriol Hiraguizawa, mi mejor amigo... ha participado a mi lado en la batalla más grande... y me ha salvado más de una vez la vida...
-se lo agradezco mucho-saltó Sakura dándole otra reverencia, mientras dejaba a Syaoran un tanto sorprendido, pero no lo hizo notar, aunque luego lo olvidó- ésta es mi dama de compañía... Tomoyo Daidouji... es una de las personas en las que más confío...
Eriol quedó prendado por la amabilidad y humildad con la que saludó la joven de nombre Tomoyo, pero no mostró su interés, por lo menos no al instante...
-vengo a ver a tu prima-sonrió Li caminando a su lado, tomó con amabilidad el brazo de Sakura y Tomoyo iba más atrás, en función de dama de compañía.- ¡no sabes como la he extrañado durante este tiempo!
-no las has visto hace una semana-dijo maliciosamente el amigo- que nosotros no nos hayamos visto no significa que vos, no venga a ver a mi prima, aunque ella también le ha extrañado... la verdad es que no entiendo algo...
-¿que sería?-preguntó Syaoran
-¿como es que aun no están casados? Ambos se aman mucho...-dijo inconsciente del efecto de sus palabras en la jovencita de ojos verdes, y también ignorando el detalle que en el carruaje, Li les había explicado a sus amigas, no sabía de la molestia del rey, su tío por parte de su madre.
-ya llegará el tiempo, Eriol-rió ante la curiosidad del muchacho que era amigo suyo- ...pero no dudes que seré yo el que se case con tu prima... nadie más tocará sus labios ni sus manos... ni siquiera podrán mirarla...
Eriol tan observador y discreto como era no pudo evitar percatarse de la mirada dolorosa que Sakura dirigía primero a Syaoran y luego hacia el frente, su mirada se veía perdida y una simple y desanimada sonrisa apareció en su rostro sin iluminarlo. Eriol levantó una ceja pero no dijo más
Fueron anunciados por un guardia que custodiaba la puerta. Y al instante le dejó pasar...
Sakura notó en efecto a una de las mujeres más hermosas que jamás se pudo imaginar que existía... la que ya tenía algunas arrugas sobre el blanco rostro y su rojo cabello apretado en un moño, pero a pesar de la edad que ya se veía en ella, era simplemente hermosa.... dio un beso en la mujer que estaba a su lado, que era rubia y tan hermosa como la otra. La pelirroja, la reina madre, dio una cabezadita a Li, el cual la respondió con una profunda reverencia.
-¡Syaoran!-gimió de alegría cuando su madre había desaparecido tras cerrar la puerta, y también cuando se aseguraron que no había nadie más que les mirara, tan solo las visitas que con él habían llegado y el primo de ella. Akari besó sus labios con la misma pasión que él, e incluso parecía que una desesperación se apoderaba del muchacho. Cuando le abrazó por su estrecha cintura casi le levantó.
Tomoyo no pudo evitar mirar a Sakura la cual miraba el comportamiento de ambos con calma, pero si con demasiado ahogo en su interior, Eriol se acercó a ella y con una sonrisa puso una mano en su hombro en señal de apoyo... Sakura le miró extrañada ¿era tan obvia la intranquilidad que sentía?
Cuando la pareja se separó, Syaoran tomó de nuevo el brazo de Sakura y se dirigió a Akari
-esta es Sakura Tsukishiro....-sonrió mientras la princesa inspeccionaba con ternura su rostro y luego su cuerpo- es una amiga de la infancia...
-¡claro que lo sé!-rió tomando las manos de Sakura- me habla tanto de ti... eres de lo único que habla, admito que al principio me moría de los celos... pero con el tiempo aprendí que eres algo muy valioso para Syaoran... me puedes llamar Akari, me gustaría que fuéramos amigas...
-"¿algo?"-el rostro de Sakura no reflejó su desconcierto, pero sentía como el estómago se le revolvía- puede llamarme Sakura... si quiere...
-¡pues muchas gracias!-miró un poco más atrás y dio un grito ahogado- ¡Syaoran... nadie debe saber que...!
Pero los brazos varoniles que le rodearon por detrás no dejaron que terminara.- ella también es de mi total confianza, su madre es una de las mejores amas de llaves que en casa de mi familia ha habido... es la dama de compañía de Sakura... su nombre es Tomoyo...
-¡mucho gusto!-sonrió, y fue correspondida- pero que encantadoras son ambas...
-gracias-las dos dieron una reverencia al mismo tiempo, y sus palabras también.
La tarde pasaba tranquila mientras los amigos y la pareja tomaban té en uno de los balcones, Syaoran que se sentaba a lado de la princesa, no podía dejar de mirarle de soslayo, se cuidaban de que nadie se enterara de esa "relación" por seguridad del muchacho, pues el rey no había estado de muy buen humor, y ya traía a Li entre los ojos... sabía perfectamente del interés del joven, y no dejaría que se acercara a su hija.
Hablaron de muchas cosas, arte, política y alguna anécdota se añadió. Siempre proveniente de Eriol, que era quizás el más culto de los cinco que estaban reunidos ahí. La hora de la despedida llegó, y los enamorados, no tardaron en demostrarse una vez más amor, con un simple pero arrebatador beso, que dejaba a Sakura en segundo plano, sintiendo como Syaoran tenía su corazón en sus manos, y con cada gesto amoroso a la princesa le enterraba una aguja más, o simplemente le apretaba con fuerza y sin ninguna consideración.
-quisiera hablar contigo, un momento a solas-interrumpió la despedida Akari, y casi arrastró a Syaoran hasta el otro lado de la sala real, sin que verdaderamente nadie se diera cuenta, pues Tomoyo y Sakura platicaban animadamente con Eriol.
-¿que sucede?-preguntó acariciando su rostro- ¿es que acaso te han molestado las personas que te presenté? Mira que son de lo más lindas y...
-nada de eso-sonrió con confianza-al contrario: estoy totalmente de acuerdo...-miró discretamente a las muchachas- la que más me ha sorprendido es Sakura...
-¿ah?-inquirió extrañado- ¿Sakura?
-si, ella misma...-sonrió de nuevo, mirando con atención a la joven que reía ante una nueva broma de su primo- es... muy risueña... ¡tiene una mirada tan soñadora! Y su voz es tan dulce... y sus comentarios siempre son muy acertados, o por lo menos hasta ahora
-¿y para que me dices todo esto?-preguntó levantando una ceja. Sabía perfectamente todas la cualidades de Sakura, como que le encantaba leer algún buen libro cuando por las tardes llovía, o que era sincera, por lo menos la mayoría de las veces. Aunque también conocía sus defectos, como el de enojarse muy pronto y tampoco la paciencia era su virtud.
-me gustaría mucho que viviera aquí, conmigo-dijo sin titubeos.- quiero que sea mi dama de compañía...
OoOoOoOoO
La familia de ella....
al contrario del regreso del viaje, Syaoran iba de lo más pensativo... incluso sorprendió a Sakura, la cual le miraba perdidamente... ¡cuanto deseaba ser esa princesa! Tan afortunada era... bueno, ahora al menos, estaría segura de que había escogido bien, pues la princesa Akari había demostrado ser muy buena y merecedora de Syaoran.
-¿que pasa?-oyó que Tomoyo preguntó, mirando también al varón, el cual rápidamente levantó la mirada donde primero miró a la que le interrogaba y luego a la preocupación de sus pensamientos, no sabía si Sakura estaba preparada para algo así... ¿ser la dama de compañía de la princesa, hija de la reina madre? Sabía que Sakura era apta para un papel así, y Akari había aceptado que en el caso de que ÉL si le dejara trabajar para ella, también tendría que aceptar a Tomoyo, en el mismo puesto, a lado de Sakura.
-¿no ves que estoy pensando?-respondió con otra pregunta. Pero luego, y para extrañeza de Sakura posó una mirada penetrante e incluso gélida en ella.
-es por eso... quiero saber que estás pensando...-siguió discutiendo Daidouji, pero Syaoran le ignoró por completo para ofensa de la dama de compañía de Sakura. Pero él, luego se arrepintió por la mirada fea que le lanzó.
-es algo que simplemente no esperaba-añadió con simpleza y hasta sin ánimo- nunca me lo imaginé... pero cuando tome una decisión, ustedes serán las primeras en enterarse, lo prometo...- aunque a él le comenzara a gustar la idea de tener a alguien de su confianza cerca de Akari, no sabía que pensaba su madre, y Yukito Tsukishiro quien era su tutor...
así fue como dejó la conversación, mientras se volvía a cruzar de brazos y seguía mirando por la ventana.
En tanto Sakura, no podía estar más deprimida... ¿y como no iba a estarlo? ¡si la persona más importante para ti no te dice lo que le sucede, y más cuando acaba de ver a la persona que ama! Esa era otra cosa... ella no era persona de celos... y ahora se sentía ahogada en ellos, tal vez por la suerte con la que había corrido la princesa, pero aun así le parecía injusto: ella lo conocía desde su niñez, no sabía desde cuando se conocían, pero parecía que se habían conocido cuando él era un adolescente y ella era en plenitud una adulta joven.
-"tal vez si me convenga-pensaba mientras tanto el hombre, mirando discretamente a Sakura la cual recargaba su cabeza en el cristal, y cerraba los ojos con la intención de dormir, con una mano bajo su mejilla-estoy seguro que ella me ayudaría a convencer al rey... no... sería a cambio de favores... y Sakura jamás aceptaría... ni por mi haría ese tipo de cosas... por lo menos no hasta que se case... ¡tampoco yo lo permitiría! ...aunque, me pregunto también, por que habrá estado triste aquel día... si platicábamos tan bien antes... también estuvo muy callada el día de hoy, pero... encantó a Akari con solo unas palabras... incluso Tomoyo habló más y aunque también le agradó y por eso aceptó que también se quedara en el castillo, realmente la que le interesaba más era Sakura.... lo mejor sería hablar con mi madre... pienso que es una buena oportunidad para Sakura de conocer a algún caballero, y que se pueda casar con una persona de la que este yo seguro que le hará feliz... no se merece sufrir más..."
OoOoOoOoOoO
-pero... no creo que esté preparada para ese ambiente-discutió Yukito, en la sala donde se encontraban su hermano, su señora Ieran y su hijo, el único varón. Syaoran Li les había explicado a la perfección sobre la propuesta de Akari, quienes sabían quien era, y había informado también que él estaba de acuerdo. Yue en cuanto oyó las palabras de Syaoran puso objeción, Ieran se mantenía callada hasta ese momento y ahora hablaba Yukito, el cual no encontraba nada malo en que Sakura fuera a servir a la princesa, pero lo que le preocupaba era lo que se desarrollaba en el castillo.- sabes que hay conspiraciones de todos contra todos... y Sakura no está preparada para confrontarse con gente así...
-opino igual que Yukito-intervino su madre- aunque la decisión final la deberíamos dejar en manos de Sakura...
-creo que sería lo mejor-dijo Yukito. Sonriendo tenuemente al joven... Sabía a la perfección que si Syaoran le pedía a Sakura que aceptara el trabajo, ella lo haría no importando dejar todo en casa de los Li, y tal vez aunque Syaoran no pidiera nada a ella, lo haría por la sola razón de que él lo hubiera comentado. Sabía que Sakura era fuerte, tanto que a veces le sorprendía de sobremanera, y su ahijada amaba profundamente al muchacho, y el muchacho también le amaba aunque de forma totalmente diferente.
-por favor Syaoran, infórmale lo mismo que le has dicho, pero omite tus deseos.-sonrió Ieran levantándose, dando por terminada la discusión para mal humor de Yue.
-como ordene-su hijo salió y de un momento a otro, se encontró tocando a la puerta de la habitación de su dulce amiga. Escuchó la femenina voz de ella diciendo adelante, y pasó para encontrarla sentada, en el sillón que era característico de esa habitación, y donde, antes que llegara Sakura, jugaba y cuando estaba en desacuerdo, o desobedecía a su mamá se escondía o solo para reflexionar un poco, y miraba los verdes campos que se extendían. Su dulce niña parecía, intentar tejer algo, pero parecía bastante torpe con las agujas.-buenas noches, Sakura... disculpadme por interrumpir...
-¡ah, Syaoran!-se levantó nerviosa dejando su labor, arrojó las agujas sobre el lecho donde debían estar desde el principio, pues era costura de Tomoyo, y la dama de compañía de la chica había ido por pastelitos y té, llena de curiosidad, Sakura había tomado sus cosas y bien que mal, estaba pretendiendo coser tan bien como su amiga.- ¡muy buenas noches, pero está bien, no has interrumpido nada de nada!
-¿que hacías?-preguntó maliciosamente, sin que ella se diera cuenta, pero si se sonrojó
-eh...-dudó un momento- bueno, miraba las cosas de Tomoyo ¡ella sabe hacer tantas cosas! Y...
-¿ahora eres imitadora?-preguntó hincándose delante de ella, mientras esta se había vuelto a sentar, de pronto tomó sus manos con delicadeza y las besó una y otra vez... miró sus ojos, y ambos respondieron con una sonrisa... Syaoran se levantó y se acercó a sus labios, los cuales besó con la misma pasión con que lo hizo a la princesa, de pronto de ambos escapaban suspiros desenfrenados y las manos de Sakura viajaron hasta su pecho donde permanecieron, y las manos de Syaoran viajaron hasta su estrecha cintura, en busca de aire Syaoran se separó y pudo susurrar- Sakura... Sakura... ¡ay Sakura...!-gimió ahogadamente
pestañeó un par de veces, despertando de su ensoñación, Li se había sentado sobre la orilla de su cama, le miraba atentamente, no se había acercado a ella, ni se había hincado, ni había tomado sus manos ¡mucho menos la había besado!, suspiró bajando la cabeza avergonzada, por que la hubiera visto en su estado de distraída- ¿me decías?
-¡eres una completa cabezota!-rió animadamente el muchacho, recostándose en la cama- ¡despistada de lo peor!
-¿venías para decirme eso?-preguntó con frialdad, aunque su encanto nunca se perdía, y tampoco esa sonrisa, por el simple hecho de que estuviera recostado en SU cama, y no en la de la princesa Akari- ¡me lo has dicho tantas veces que no deberías recordármelo!
Él se mantuvo callado un momento. Pero se volvió a sentar.- pues de verdad lo siento, pero es verdad-sonrió de nuevo- pero no era de eso de lo que venía a hablarte.... verás es sobre Akari...-notó como Sakura suspiraba- ¿sucede algo malo?
-no, continúa por favor- respondió algo nerviosa
-bien, Akari quiere...-miró sus ojos por un momento- que seas una de sus damas de compañía...
-jajajaja-rió animadamente la muchacha, incluso tocó su vientre del dolor que sentía por la risa alocada y limpiaba las lágrimas que se escapaban por lo mismo. Syaoran rió también, contagiado por la risa de ella. Hasta que Sakura volvió a hablar- eres tan bromista Syaoran...
Li parpadeó dejando de reír también- no era broma....
-¡¡ ¿QUÉEEEE?!!
OoOoOoOoOoO
Miraba todo con seriedad, impresionante en ella. Ieran la observaba con una sonrisa, al fin Sakura crecería, Syaoran tampoco podía dejar de mirarla, pero no creía hasta ahora posible que en verdad ella hubiera aceptado. Tomoyo había decidido acompañarla, y más alegría le dio cuando Li le explicó que también sería aceptada en el castillo de la reina madre.
Mientras tanto Sakura, no sabía que pensaba con exactitud, no se imaginaba que era lo que quería una princesa como ella, tan amada por todos aun sin conocerla, de alguien tan simple como ella, por que no tenía aun un título que hiciera que la conocieran en el mundo, mucho menos en su país. Le había costado algo de trabajo tomar una decisión, todavía no sabía por que... pero sentía que tenía que aceptar, como si el puesto la llamara... pero si recordaba algo que había influido...
Flashback OoOoOoOoOoO
-buenas noches... ¿estará Yukito en casa?-traía puesta la capucha y cubría su hermoso rostro, pero la sirvienta que había abierto la puerta conocía la voz femenina, como la "hermana" de los señores de la casa
-si está-respondió con amabilidad, dejándole pasar. Sakura al instante descubrió su cara, y la sirvienta notó la inquietud en el joven rostro.- seguidme por favor...
Anduvieron por todo un pasillo cuando dejaron atrás el vestíbulo elegante, que estaba sombrío, pues a fuera llovía a cantaros y los truenos iluminaban la casa oscura, la sirvienta llevaba un candelabro dorado, con las velas encendidas, y parecía una lucecita tan pequeña en esa oscuridad.
El ama de llaves tocó la puerta con algo de delicadeza, y entonces Sakura escuchó la que era la voz de Yukito. La señora la presentó y él dio autorización para verla, la oficina de los Tsukishiro, la oficial, era de lo más elegante, y sus detalles eran de lo más finos, y se notaban de buen gusto. Ambos hermanos sanguíneos la habían decorado, comprando cualquier cosa que les gustase y que pensaran que se vería bien en la estancia. Yukito recibió a su ahijada y hermana adoptiva con alegría y besó su cabeza cuando esta la agachó para saludarlo.
-me sorprende que hayas salido en tiempos así-exclamó el hombre, sentándose en uno de los dos sofás que estaban junto a la chimenea encendida, y que calentaba e iluminaba por completo todo el lugar. Ahí había estado la mayor parte de la tarde, en la cual había también llovido.
-tenía que consultarte...-suspiró con algo de pesar, cuando Yukito le indicó que se sentara en el sofá que estaba delante de él.- es sobre algo que me ha propuesto una princesa...
-¿ser su dama de compañía? Claro que lo sé...-sonrió con tranquilidad- también sé que, ha sido Syaoran el que te lo ha informado...
-pero... ¿cómo?-inquirió sin entender.- ¿cómo supisteis eso?
-Syaoran nos lo contó todo primero a nosotros, aunque él también lo pensó mucho para siquiera mencionarlo a su madre, nosotros, y a ti... ¡ha pasado una verdadera contrariedad ese pobre muchacho!
-entonces... si sabéis que es lo que me atormenta ahora-reflexionó Sakura- ¿que es lo que recomendaréis?
-está bien lo que decidas...-sonrió mirándola atentamente- por que cualquiera que elige un cambio así, es para buscar su felicidad...
-pero yo no sé si la encontraré ahí...-susurró atemorizada e incluso un poco nerviosa por lo que le esperaba, en el caso acertado en el que aceptara- ¿cómo podría saber yo eso? ¡Solo quiero vivir una vida de lo más común y...!
-también vivirla a lado de Syaoran-rió su hermano con algo de astucia- supongo que no tardaste en preguntarle... que tan seguido iba a ese castillo al que te han invitado...
-así lo hice.-se sonrojó jugando con sus manos, y desarrugando un poco la falda de su vestido- y me ha dicho que va más seguido que a su propia casa... ¡se la vive ahí!... con el simple pretexto de servir al rey...
-¿y entonces que pensáis hacer?-preguntó adivinando. Y acertando
-iré...-murmuró- pero me da algo de angustia... dejarte a ti, a Yue, a la señora Ieran... a Fanren... a mis cercanos... ¡como los extrañaría!
-pero eso es algo que debes afrontar, todos sabíamos que tarde o temprano, dejarías estas tierras, fuera para lo que fuera, la mayoría pensábamos que ese día solo llegaría cuando por fin escogieras esposo, pero... ahora una princesa, la hija de la reina madre te ha mandado llamar...-explicó Yukito con paciencia- tú no tienes por que preocuparte de lo que dejas... sino de lo que se te viene día con día y saber como enfrentar todo eso... aunque...-volvió a reír aunque en voz baja- realmente a Yue le parece una idea descabellada...-Sakura entonces iba a objetar que se quedaría por Yue- pero no tenéis que preocuparte por eso... ¡está tan feliz como yo por ti! Y sabe que si tu deseo es estar "a lado de Syaoran" te apoyará...
Sakura había confiado a sus hermanos el "secreto" de su amor por el hijo menor de Ieran Li. Aunque ellos lo supieran desde antes que ella se decidiera a decírselos o no...
-siempre te apoyaremos, y no tienes que tener miedo por eso... aunque te extrañemos no habrá forma de sentirnos tristes o desdichados... ¡es un paso más para ti!
Fin de Flashback OoOoOoOoOoOoO
Volvió a suspirar... por lo menos tenía el apoyo de todos aquellos a los que amaba... y así tomó la decisión de partir, para vivir no solo junto a la princesa Akari sino también a lado de Syaoran Li...
OoOoOoOoOoOoO
-este es tu cuarto-indicó la misma princesa, que junto con Syaoran habían acompañado a Sakura hasta donde viviría ahora. Tomoyo había sido instalada, con las demás sirvientas, seguiría siendo la dama de compañía de Sakura. Akari había pensado que sería muy raro que una dama de compañía tuviera una dama de compañía, así que por idea de Syaoran, Sakura dejó de serlo, aunque todavía no tomase el puesto como era debido, y ahora era una dama de honor, sin tener ni siquiera antigüedad, por lo que las demás señoras de honor, no tardaron en hacer mala cara a la jovenzuela.
-me hacen sentir nerviosa...-suspiró Sakura, que iba del brazo de Syaoran, el cual la entregaría al servicio de la princesa Akari y de la reina madre, Ieran Li se encontraba entre las presentes, con una sonrisa de orgullo que nadie le quitaría. Ignorando por completo el sentimiento de amor que su hijo sentía por la princesa, pensó que su protegida y su hijo varón se veían demasiado bien, juntos... sus cuerpos combinaban a la perfección, creando una pareja bastante llamativa. La misma Akari se dio cuenta, e incluso entrecerró su mirada castaña.
La dulce sonrisa de Sakura parecía complacida, y Syaoran también sonreía pero no miraba a sus enamoradas, ni a la que se moría de amor por él, ni a la que amaba con todo el corazón. Miraba a todas las demás personas en señal de saludo y cortesía. Como si se estuvieran casando... la sonrisa en ese caso hubiera sido interpretado como de emoción por las fiestas para ella y su "novio" y Syaoran sonreía como si agradeciera las felicitaciones, por elegir a tan buena y hermosa mujer.
Pues Sakura y su coqueto traje blanco, con detalles dorados, se veían de sueño o un cuento de hadas y ya habían robado varios comentarios de los varones nobles presentes ahí. Y de mujeres un tanto envidiosas y otras tantas soñadoras, hacía muchos años que no asistían a una boda real, y parecía que la princesa no tenía planes de que pronto se efectuara alguna (ignorando por completo su relación con Syaoran). En tanto el caballero que la escoltaba, tan apuesto como era, y además galante, se veía de lo mejor con su traje verde oscuro con hilos plateados, y la larga capa que se arrastraba por el piso. De verdad cualquiera hubiera pensado, sino fuera por las circunstancias y el evento, que de verdad se trataba de una pareja de novios que caminaban por el sendero que llevaba al matrimonio.
-he aquí...-habló Syaoran cuando se detuvieron frente a la reina madre y su hija- uno de los más grandes tesoros de la familia Li...-en una ocasión como esa, normalmente se diría un discurso completo, pero Syaoran Li, siendo Syaoran Li, era hombre de pocas palabras, encargado principalmente de las tierras heredadas por su padre, por tanto político guerrillero. Era un monarca echo y derecho, que se preocupaba por su pueblo y aumentar su colección de armas- la preferida de mis padres, la elegida de mis hermanas, mi hermana más cercana, una de las mujeres más amadas, la noche insondable, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, el borboteo de luz... el manantial que soy...
Ella no pudo evitar sonrojarse por sus palabras... pero él continuaba- por eso... se la entregamos a su majestad... para que le de servicio...y encuentre la felicidad a su lado.... una criatura tan hermosa, no merece más tristeza y desdicha, más intranquilidades... que seguro con mis señoras se acabarán...
Pero que equivocado estaba al decir lo último... y más se equivocó Sakura al pensar que sería cierto...
OoOoOoOoOoOoOoO
-¿habéis visto lo preciosa de esa niña?-preguntó mientras estaba sentado sobre un refinado sillón de tela roja. Estaba reunido con aquel hombre en la biblioteca. Él lo había invitado a tomarse una copa, y platicar un poco, con el rato salió la conversación sobre la ceremonia de la nueva dama de honor de la princesa Akari. Y ninguno de los dos había perdido el tiempo en oír la ceremonia, pero si en ver el escote de la mujer que recientemente conocían. Misma que había ido del brazo de Syaoran Li, y que con aquellos ojos verdes había cautivado a más de uno.- ¡realmente un primor de joven!
El conde miraba por la ventana con reflexión, mientras movía su copa dorada circularmente, y el vino tinto depositado ahí se movía con suavidad. No parecía tan grande, a lo mucho cuarenta años. Pero se notaba como reflexionaba sobre algo. Esa niña lo había hechizado... con esos preciosos ojos, y aquellos marcado bucles del color de la miel, con el rostro del más bello Ángel, y esa figura.... nunca había visto mujer más hermosa, y el tan precioso rostro de la princesa conocido por todos por ese detalle, dejó de ser el más bello para muchos, para que la nueva dama de honor ocupara su primer lugar.
-¿quién se imaginaría que era "uno tesoros más grandes de la familia Li"?-murmuró el mismo hombre que tenía al menos su misma edad.- yo jamás había oído hablar de ella... la tal Sakura Tsukishiro... es verdad que es nombre muy popular, pero el apellido no tanto... ¡mirad que yo no sabía de ella!-bufó- ¡no hay a quien no conozca yo!
Pero el hombre seguía guardando silencio, pero frunció el ceño a escuchar esa parte... la familia Li.... con que el tan odioso Syaoran Li conocía a esa preciosa niña, y era protegida de ellos.
Si odiaba a una persona tanto como a la reina madre, era a ese muchacho, el cual nunca perdía oportunidad para fastidiarle, y darle la vuelta a sus comentarios, dejándolo en ridículo frente a los demás. Y lo peor, dejándolo mal parado, por él su reputación andaba por los subsuelos.
Él conocía de los romances del niño Li con la bella princesa Akari, por que por más que ambos disimulaban tan bien para los demás, para él era cosa fácil, era un observador nato, que no necesitaba de muchas pistas para darse cuenta de las cosas.
Y tenía ese as bajo la manga, pero esperaría para usarlo... y entonces el niño Li se vería en apuros, y él lo tendría en sus manos.... entonces le cobraría todas la que le había jugado... lo convertiría en su más sumiso esclavo, y además le quitaría las tierras de él pertenecientes antes a Hien Li.
Por un lado, las tierras de Syaoran Li daban de los mejores productos del país, y el "principito" como solía llamarle, se lo decía en la cara con ese tono burlón que era solo para él. Ante él y de él, era un presumido, y arrogante que no perdía la oportunidad, para demostrarle que él, por más tierras que tuviera no tenía tantas virtudes como la única que tenía el joven perteneciente al principado principal.
Pero hacerse de tantas tierras no había sido muy fácil, por ejemplo. Había tenido que eliminar a toda una familia, como lo eran los Kinomoto, no había sobrevivido nadie, y como esas tierras no tenían herederos en otros lugares, las había podido reclamar, lo que no sabía era de la existencia del hijo mayor de la pareja Kinomoto, Touya. Y hasta ahora seguía sin saber de su existencia.
Pero ahora nada le preocupaba mucho, ahora tenía su mente enfocada en la jovencita que había ido del brazo del principito.
-adorable criatura-susurró dándole la cara a su amigo, y apreciado consejero.- y te puedo asegurar que será mía...-¡la reina no podría negarse a entregarle a la chica en matrimonio! Y ella tampoco podría negarse, por que estaba sujeta a la voluntad de sus amas... ella sería suya....
OoOoOoOoO
-muy buenos días... señorita-sonrió Tomoyo, pero forzadamente mientras abría las cortinas de tela pesada de la habitación, Sakura cubrió un poco su rostro con las mantas pero pestañeó bajo de ellas... ¿señorita? ¿la había llamado señorita?, se sentó de golpe encontrándose con la sonrisa de Akari, la cual tenía entrelazados los dedos sobre su regazo, sentada en un sofá elegante que había en la habitación.
Admiraba como la muchacha se despertaba, y no se estiró como siempre para despertarse. Miró con duda y vergüenza a la mujer, pero esta volvió a sonreírle- Syaoran me ha comentado que... te mire al despertar, por que es cuando te ves más bella...
Se sonrojó mientras se levantaba, y trató de ocultarse entre muebles de la extraña habitación para ella. Llevaba su tierno camisón que para la vista masculina luciría coqueto y atrevido
-no creo que debas esconderte-rió animadamente la princesa, notando su actitud.- ambas somos mujeres, y espero que como mi dama de honor puedas contarme todo lo que sepas y que yo te cuente todo lo que necesite contarte...
Sakura solo asintió jugando con sus manos, se veía realmente encantadora, todos sus bucles estaban desordenados y enredados, además de esponjados, pero no tocaban su rostro, que se veía también algo confundido pero a la vez relajado y ya descansado. Aunque no se veía tan espectacular como por la noche.... y Akari podía disimular perfectamente como celaba a Syaoran.
Tomoyo la dirigió hacia un vestidor, la dama de honor y la princesa conversaban mientras la primera se vestía, Tomoyo hacía gestos extraños (estaba también en el vestidor con Sakura y no estaba a la vista de la princesa) mientras escuchaba la voz de Akari, burlándose abiertamente de la noble, Sakura mantenía sus manos sobre su boca mientras no hablaba para evitar una gran carcajada. En tanto Tomoyo la rodeó y ajustó el apretadísimo corsé, que incluso sacó el aire de los pulmones de la joven. Le ayudó a ponerse el vestido azul pálido. Cuando salió se sentó en el banco mientras Tomoyo comenzó a cepillar su cabello, desenredando y acomodando bucle por bucle. Hasta acomodar todo su cabello en una media colita la cual se le veía soñada. Parecía una niña aun más pequeña. Y en esa colita estaba un listón del color del vestido que la hacía ver aun más inocente.
Akari miró con algo de envidia su cabello, rostro y figura. Miró hacia otro lado y Daidouji lo notó, sonrió con satisfacción, ella misma se encargaría de ahora en adelante de preparar a Sakura con los más hermosos e insolentes vestidos sobre todo cuando estuviera Li. Esa mujer no le simpatizaba... era muy raro que la muchacha aquella, decidiera que Sakura fuera a trabajar para ella... y era algo que no la convencía... también había agregado que por un momento había estado celosa de ella por las platicas de Li, pero...
¿Trataría de hacerle algún daño...? también había algo extraño en su mirada.
-¿podrías acompañarme?-preguntó con amigable voz levantándose. Sakura le siguió por detrás algo nerviosa, cuando salieron de la habitación, varias de la otras damas de honor, pudieron mirar enfadadas a la chica nueva.- es que mi madre... bueno... ¡ya sabes como es la reina! Siempre tratando de llamar la atención, pero lo más extraño es que ha pedido tu asistencia...
la muchacha pestañeó... ¿la reina madre quería verle?
Tomoyo solo asintió, acostumbrada a cosas como aquellas, aunque realmente extrañada.- yo me quedaré aquí, señorita-dijo bajando el rostro ante su ama y su princesa- espero que tengan buena mañana, mis señoras....- ellas caminaron un rato por los pasillos mientras la dirigía, hablando muy cortas palabras
Entraron al gran salón, mismo donde Syaoran le había entregado, en el trono estaba sentada la hermosa mujer, con el cabello recogido en el mismo moño, sus atuendos aunque siempre diferentes todos eran hermosos. Se daba aire con un abanico blanco con detalles dorados, a su lado izquierdo de pie, se encontraba un hombre que jamás había visto.... y de lado derecho estaba Syaoran con rostro molesto. No tardó en besar la mano de su amiga y también la de la princesa, antes que la de Sakura.
Akari se colocó junto a Syaoran que se volvió a su lugar inicial, a lado de la reina. El otro hombre también se encaminó a ella y besó su mano.
Sakura no comprendía la situación ni la enfadada mirada del chico que amaba hacia aquel hombre.
-espero que haya descansado, Sakura...-sonrió la reina sin cambiar la posición, Sakura de inmediato se inclinó ante ella, y su frente casi tocó el piso limpio que tenía un olor a pinos.- anda niña, enderezarte que no tienes que llevar a cabo tanto protocolo... ¡al contrario deberías alegrarte de estar aquí!-sonrió, parecía una mujer amable y tranquila además de muy calurosa con las personas y hogareña, aunque todas sus responsabilidades no le dejaban mucho tiempo para disfrutar con su marido que siempre estaba trabajando o con su hija, como quisiera.- ¡tu mano acaba de ser pedida!
Syaoran solo se cruzó de brazos y Akari notó su gruñido... se estaba cansando de esa situación...
La reina madre siguió, sin notar como los hermosos ojos de Sakura se abrían de par en par, y retrocedía un paso asustada, notó como el hombre asentía levemente con una sonrisa complacida, y como le miraba de arriba a abajo, ese traje tan atrevido (para ella) no había pasado desapercibido para él... ni para Li... el cual se había sonrojado al verle entrar... pero ese sonrojo se esfumó cuando puso atención en Akari, la cual le miró interrogante.- ¡debes sentirte honrada, el señor conde Hitori... ha sido el que pidió tu mano!
El hombre se adelantó hasta ella, y con galantería retiró el sombrero a forma de presentación, pero no habló, Sakura se quedó petrificada ¡era mucho mayor que ella!- es un placer tenerla tan cerca, mi señora...
¿mi señora? ¡¿mi señora?! Ya le hablaba como si de verdad pensara que fuera a aceptar su proposición...
bajó la cabeza con vergüenza y la reina volvió a hablar- pensamos que la boda puede ser en dos meses...
-"¿la boda, cual boda?"-se preguntó angustiada, sus ojos miraron o por lo menos intentaron mirar a los de Syaoran pero este solo le evadió, Akari tomaba su manos, sabía cuanto Syaoran detestaba a ese conde, y también sabía como le dolía entregarle algo que amaba tanto...-"yo no me casaría con nadie más que con él, con Syaoran... ¡no me pueden obligar¿ o si?!" mi señora... con todo respeto...-miró algo desesperada a la mujer que no comprendía por que iba a hablar.- no creo... bueno... es que... no me considero...-miró al hombre que le miraba con una ceja alzada.- no... me considero...-se le agotaba la imaginación ¿que podía decirle?- merecedora... de... ser esposa de tal caballero... no valgo mucho ni tampoco soy muy fina... ¡una mujer como yo no merece tener a su lado tan buen caballero como estoy segura que sois vos! –objetó tratando de librarse del compromiso, pero no lo logró
-eso no importa mi bella dama...-sonrió y miró a Li- estoy seguro que a mi buen amigo Li no le molestará para nada cederme su mano... además de que, creo que está muy ocupado como para preocuparse de algo tan insignificante como lo es su custodia, con seguro todas las ocupaciones que tiene...- tomó su mano y la besó de nuevo, pero esas palabras habían dolido a Sakura y enfurecido a Syaoran ¿¡cómo se había atrevido a decir eso!? Sakura era tan importante para él como la misma Akari, y toda su familia junta, el pueblo de sus tierras y su producción- ¿no es así príncipe Li?- miró al hombre amenazadoramente, pero no asintió ni negó. No sabía lo que ese hombre se que se tenía entre manos... primero tendría que investigar...
-¡no se hable más, será en un mes!-celebró la mujer soberana- ¡será mejor preparar todo y avisar a Ieran y sus hijas! ¡tal vez te puedas encargar de eso Li!
Cuando la pequeña reunión terminó, todos se dispersaron, la reina volvió a sus aposentos, Syaoran y Akari miraron con discreción al conde, que no tardó tomar la mano de su "prometida" y llevarla a un rincón.
La princesa se llevó a Syaoran tratando de darle privacidad a la nueva pareja, el muchacho mientras tanto planeaba alguna manera de deshacer ese compromiso...
OoOoOoOoOoO
Yoru
no sora ni matataku tooi kin no hoshi
yuube yume de miageta kotori
to onaji iro
Doradas estrellas resplandecen lejanas en el
cielo nocturno,
son del mismo color que los pajaritos que vi
anoche en mi sueño.
OoOoOoOoOoO
Cantaba débilmente una canción mientras cosía sentada en una banquita de los grandes jardines del castillo principal de toda la nación. Preparaba un nuevo accesorio para algún vestido que llevara Sakura
Estaba realmente preocupada, se le hacía de lo más raro que de la noche a la mañana estuvieran al servicio principal de la reina madre. Cosa que ni en sueños había imaginado, y algo que le aquejumbraba aun más era el hecho de que, Sakura estaba como una "criada más" aunque con más rango... pero... al fin y al cabo criada... y eso no le agradaba, su señorita no tenía por que servir a nadie, sabía de su pasado y que siempre había sido servida, no creía que ella fuese de las niñas que sirvieran como ella, que desde pequeña su madre, Sonomi, amada por tan amable y fiel comportamiento en casa de los Li, le había inculcado todo lo necesario para ser la dama de compañía de la mujer más importante. Y aunque no lo fuera le gustaba su puesto y lo que hacía a lado de Sakura, pero no estaba del todo segura que Sakura se pudiera acostumbrar... lo único que podía salvarla ahora era casarse con alguien... pero siendo su llegada tan repentina, al igual que su instalación y presentación dentro de la nobleza principal del país, dudaba que eso fuera a suceder, por lo menos no tan pronto.... (pero que equivocada estaba...)
OoOoOoOoO
Nemurenu
yoru ni
hitori utau uta
Esta canción la canto
sola,
las noches que no puedo dormir.
Wataru kaze to
isshoni
omoi wo no
sete tobu yo
Junto con el viento que sopla,
voy volando sobre
mis sueños.
OoOoOoOoOoO
Tendría que hablar tarde o temprano cara a cara con Li y decirle, suplicarle, u obligarle a sacar a Sakura de ese lugar... un lugar a donde su ama no pertenecía...
-canta usted preciso...-se escuchó a un lado de ella, nerviosa y sorprendida se levantó con su tejido en mano y notó como el primo de la princesa estaba cerca, y daba una pequeña reverencia para luego tomar su mano y besarla con cuidado...
-creo que eso no es necesario para mi-sonrió algo sonrojada por la galantería del muchacho- soy un criada que no merece tal saludo, mi señor...
-¡toda mujer hermosa lo merece!-respondió colocándose al otro lado- ¿me permitiría sentarme a su lado...?- la dama de compañía de Sakura solo asintió algo cohibida, y ambos tomaron asiento- ¡por favor, siga con su labor! Que mi presencia aquí pase desapercibida....
él lo decía tan fácil, y siguió con su trabajo tratando de no mirar como el muchacho cruzó sus brazos detrás de su cabeza, tenía esa misma expresión relajada que Li, aunque se veía menos tranquilo que su amigo, contemplaba con algo de calma las nubes- por favor... seguid cantando...
Tomoyo asintió sorprendida pero rojita, y siguió con su costura
OoOoOoOoO
Yoru
no sora ni kagayaku tooi gin no tsuki
yuube yume de saiteta nobara
to onaji iro
La luna plateada brilla lejana en el cielo
nocturno,
son del mismo color que las rosas silvestres que
florecían anoche en mi sueño.
Yasashii yoru
ni
hitori utau uta
Esta canción la canto sola,
en
las noches tranquilas.
OoOoOoOoOoO
-canción hermosa...-susurró Eriol con los ojos cerrados, estaba adormilado por la tenue y dulce voz de la chica. Tomoyo pudo asegurar que estaba dormido sino hubiera dicho aquello- tanto como usted...
-de verdad se lo agradezco...-susurró ahora ella atrayendo la mirada curiosa de Eriol, cubierta por las elegantes y finas gafas que le daban ese aspecto intelectual.- pero no creo que sea apropiado que mantengamos una conversación.... así...
-¿y por que no?-preguntó con astucia acomodándose mejor- ¡muchos de la nobleza no hacen lo que tiene que hacer, y yo no quiero ser la excepción!- sonrió a la chica- realmente usted me parece una de las mujeres más atractivas a mis ojos...
-¡por favor no diga eso!-pidió ahogadamente llevándose una mano a su boca, entre aturdida y sofocada por sus palabras.
-por favor, siga cantando...-suplicó ahora él mirándole con profundidad- pero ya no trabajando... como si fuera una noble más... como una "persona normal"
Tomoyo colorada como estaba miró sus manos un momento y con ojos cerrados por la vergüenza siguió
OoOoOoOoOoO
Asu
wa kimi to utaou
yume no tsubasa ni notte
Mañana
cantaré contigo esta canción,
montados sobre las
alas de nuestros sueños.
Yasashii yoru ni
hitori
utau uta
Esta canción la canto sola,
en las noches
tranquilas.
OoOoOoOoOoO
-¿lo ve? Usted misma lo canta... y no cree en los sueños...-rió tranquilamente mientras Tomoyo no entendía sus palabras
-es solo una canción, que solía cantar mi madre por las noches... cuando era tormenta...-rió ante los recuerdos de esas noches.- mi señorita siempre le ha tenido pánico especial a los truenos y la lluvia desatada, ha tenido una que otra experiencia que no le ha dejado un buen sabor de boca... esa noche me mandó llamar y me pidió que durmiera con ella, en su habitación, y le obedecí no muy convencida... pasaron varios minutos y ni una ni la otra conciliaba el sueño... y mi señorita mandó llamar a mi madre, sabía de sus tiernas canciones, por yo le había comentado alguna vez que cantaba para mi, cuando yo tenía miedo de algo... ¡y le pidió que nos cantara! Mi señorita Sakura quedó dormida al instante, tranquilamente... al igual que yo...
-¿ve lo que digo, ahora?-preguntó satisfecho Eriol mirándole, y ella también lo hizo pero interrogantemente.- no importan mucho las clases sociales, su misma señora se lo ha comprobado... ¿por que no tener amistad con quien uno quiera? Si de verdad los nobles tienen tanto poder ¿como es que no pueden elegir a sus propias amistades, o sus propias relaciones? Si eres de la nobleza estás enjaulado...
-le noto experiencia-habló con confianza, por las palabras de él.- ¿lo dice por eso?
-no solo por mi, también por mi prima que ha sido excluida de todo evento y de toda gente...-recordó con un gesto amargo- con cada persona que he conocido, tal vez a excepción de Li... ¡pero él es tan despreocupado que eso no le interesa para nada!-una gotita surgió por el cuello de la joven doncella.
-eso es verdad...
-¿y como sigue esa canción?
Tomoyo volvió a sonreír
OoOoOoOoOoO
Asu
wa kimi to utaou
yume no tsubasa ni notte
Mañana
cantaré contigo esta canción,
montados sobre las
alas de nuestros sueños
OoOoOoOoOoO
-realmente linda... y me parece que la ha de cantar cuando no puede dormir...-adivinó Eriol, acertando. Tomoyo no hizo notar su sorpresa, pero si... siempre era así...
Ese chico era lindo, y parecía saber lo que pensaba y que quería decir con cada palabra que decía, por que decía las cosas.... como si la entendiera perfectamente... cosa que la entusiasmó...
OoOoOoOoOoOoO
-vaya que es divina-sonrió el conde tocando con su dedo índice el contorno del rostro de Sakura, la cual se sonrojó pero retrocedió solo un paso.- bella.... preciosa... graciosa... encantadora... hermosa...
-mi señor...-susurró Sakura apenada- la verdad es que no creo que....
-¡estáis equivocada!-interrumpió- ¡yo creo que iremos muy bien en nuestro matrimonio, te aseguro niña mía, que no te arrepentirás!
-pero es que...
y entonces el hombre susurró peligrosamente, tanto que logró asustar a Sakura.
-te tengo entre mis manos...-sonrió acercando su rostro y ella volvía a retroceder- tu hermoso cuello esta entre mis dedos, mi niña...
-¿por que piensa eso?-tan fiera como era, le desafió. Aquel hombre ya se había fijado en otra cosa, la mirada que Tsukishiro lanzó a Li... ella gustaba abiertamente de Li, y no lo disimulaba... miró un momento el otro rincón donde Syaoran con su rostro fruncido hablaba notablemente molesto con Akari, la cual parecía hacerle entrar en razón. Pero ellos no oían su discusión, así como Sakura y el conde no escuchaban la de ellos.
-yo sé muchas cosas del príncipe ¿sabes?-comentó "tratando de sacar otro tema"- no nos llevamos del todo bien...-Sakura miraba con atención donde Li y la princesa, pero prestó mucha atención a lo que aquel hombre decía... - ¡se dice que ha conquistado a cuanto mujer a querido...! y lo creo sinceramente... pienso que cualquier "criada" podría enamorarse de ese niño... mire que la princesa lo ha echo-Tsukishiro miró con asombro al conde- ¿no se había dado cuenta? ...la verdad es que... pienso que se aman mucho...- la angustia regresó al corazón de Sakura.... ¿como sabía ese hombre todo eso? Syaoran y Akari le habían explicado lo secreto de su relación y el peligro que Li corría si todo eso llegaba a los oídos del rey...
-no puede comprobar eso...-intervino
-yo lo sé... más de una vez los he visto besarse... y en situaciones muy....-miró su rostro lleno de guardó silencio un momento disfrutando del efecto de sus palabras- mi niña...-levantó su rostro.- que tú lo ames, ya no es un secreto para mi... aunque para muchos más, como el príncipe, si lo sea... tu secreto se te ha escapado...-Sakura estaba triste, él diciéndole en su cara que lo amaba, y que Syaoran y Akari.... que ellos... habían tenido momentos muy largos a solas....- pero...-tomó sus manos y miró sus ojos.- yo te lo devuelvo... si me aceptas....
Sakura miró las manos unidas de ella con las de aquel hombre tan grande para ella, su complexión si que era grande, pero era delgado aunque se veía fuerte. Y no era del todo agraciado...
Ella se soltó y salió con velocidad del salón sin responder nada, esta salida llamó la atención de Li y Akari, Syaoran miró un momento al conde, y salió corriendo tras ella, esa mirada amenazadora del príncipe le tenía sin cuidado...
OoOoOoOoOoO
Sakura corrió a su habitación, encerrándose en ella, y Syaoran nunca le perdió de vista, tocó la puerta primero tratando de serenarse pero al no oír respuesta la comenzó a golpear con toda su fuerza- ¡maldita sea, Sakura abre esta puerta! ¡Ahora mismo!
En tanto dentro de la habitación, Sakura estaba sentada en el suelo, su cabeza estaba hundida en la superficie plana del colchón mullido. Y sus brazos a pesar la sostenían para mantenerse ahí, rodeando su cabeza y apretando con fuerza el edredón. Oía los fuertes golpes que Syaoran daba a la puerta, pero no deseaba, por primera vez... verle...
Syaoran dio la vuelta a la perilla, no le había puesto llave ni seguro. Era muy distraída y más lo era cuando estaba dolida...
La notó ahí sentada, no se había dado cuenta de que entró, cerró con tranquilidad y sin ruido alguno. Se colocó detrás de ella, y sus manos se apoyaron en sus pequeños y delicados hombros haciendo que ella se sobresaltara. Y volteara a verlo, sus preciosos ojos brillaban por las lágrimas, y sus bucles antes bien peinados estaban un poco alborotados por la carrera.
-Sakura... ¿que te sucedió?-limpió con dulzura las lágrimas que rodaban por su mejilla.
Ella se puso de pie furiosa- ¿como que, que me sucedió?-su voz sonaba histérica- ¿no estuviste ahí para ver?? ¡un hombre que jamás había visto me acaba de proponer matrimonio! ¡y nadie! ¡¡¡ABSOLUTAMENTE NADIE PUDO INTERCEDER POR MI!!! ¡¡¿TE PARECE JUSTO?!! ¡PUES A MI NO! ¡¡SEGURO QUE ME TRAJISTE AQUÍ PARA....!! ¡QUE SE YO! ¡TAL VEZ TIENES ALGUNA DEUDA CON ESE HOMBRE Y ME ENTREGARÁS A CAMBIO!!
-acepto que ha sido mi culpa haberte traído aquí desde un principio-le miró arrepentido- pero no era para "venderte" sino para que tu vida cambiara un poco y no estuvieras atada a los límites de las propiedades de los Li-le siguió mirando con seriedad- y también acepto que no hablé nada para impedir eso.. ¡pero verás que...!
ella le interrumpió
-¿¡inventarás algo!?-daba vueltas por la habitación- ¡¿tratarás de sacarme de esta situación?! ¿¡me mandarás a otro país!? ¡no quiero vivir toda mi vida escondida por que...!
ahora él le interrumpió, le tomó por los hombros de nuevo, pues se había escapado de su agarre y le miró con fijeza
-no sé si podré inventar algo-su voz, por primera vez para ella, sonaba más seria. Incluso más que hacía un momento – trataré de sacarte de esta situación, eso es cierto... si te mandaré a otro país, no lo sé tampoco... ¡si para librarte de ese maldito hombre tengo que mandarte al otro lado del mundo así lo haré!
-¡él dijo que me tenía entre sus manos!-gimió colocando sus manos sobre su pecho propio, él aun no quitaba las manos de sus hombros- ¡sabe que tú... que tú...!
Syaoran pestañeó y le miró con más dureza- ¿que?
-que tú y la princesa... tienen algo...-dijo con tristeza que él percibió- que los ha visto... besándose y... y...-su rostro se volvió rojo...
-no me interesa que sepa todo...-se detuvo a si mismo, analizando, ese era el juego de ese hombre, si Sakura no se casaba con él, aquel hombre soltaría todo... y entonces serían capaces de decapitarlo- ¡pero que demonios, ¿como sabe eso?!
-¡yo no lo sé!-protestó, y le miró con abatimiento, era lógico que él no sacrificaría su libertad a lado de la princesa, por alguien a quien no tenía nada, ni amaba como a aquella mujer, pero Syaoran se sentía entre la espada y la pared....
Para esos casos era mejor sacarla de ese lugar, sin que sospecharan... y solo conocía a una persona capaz de hacer algo como eso... y estaba seguro de que jamás la dañaría...
Le pidió que aunque le pidieran que saliera de la habitación, por cualquier cosa, ella se negara y dijera que no estaba en disposición... había suplicado a Akari que apoyara los argumentos de Sakura. La princesa solo había fruncido el ceño... ¿que le pasaba a Syaoran?
Dos noches después se localizó en el centro de la capital, lo había mandado llamar y se verían en la taberna principal de la ciudad, él llevaba la capa más larga y negra que tenía e iba encapuchado con la misma, y notó como aquel alto personaje entraba al lugar que estaba levemente iluminado y lleno de ebrios, de la misma forma...
-es un gusto verte de nuevo-sonrió cuando ambos se descubrieron levemente el rostro- Touya Kinomoto...
Continuará OoOoOoOoOoO
Hola! ¿como están? Espero que muy bien ¡yo tengo mucho frío! T-T ¡está nevando! Claro no es mucho... pero ¡se ve tan linda la casa toda de blanco! jamás había visto nevar ¡nunca en mi vida! ¡ahora si que será una blanca navidad! Jejejeje
¡quiero desearles a todos una muy feliz navidad! Que tengan esperanza siempre en su corazoncito y mantengan esos ánimos. Que siempre sean muy felices y que todos sus sueños y deseos se cumplan.
Este es un regalo de navidad de mi parte, no lo he podido terminar :P en año nuevo verán el desenlace U pero si me quieren dejar un regalo ¡que sea un review! Para ver que tal les ha caído.
También quiero aprovechar para agradecerles al cien su apoyo ¡muchas gracias! Sin ustedes realmente ya me hubiera dado un tiro... XP
Este tiene mención honorífica a mi querida Moni X y a mi miguis Gaba!!! Que siempre que están disponibles me echan una manita, diciéndome que camino lleva la cosa!!!
Si quieren saber que pasará con Sakura... jejejeje 3) tienen que visitar el sitio en año nuevo ¡les aseguro que no les decepcionaré!
También quiero aclarar algo... sobre el título Marcados por el destino, no es lo mismo que Destino Marcado, jajajaja, cierto que se parece el título con un fic que es ¡buenísimo! Pero no se confunda....
Muchas gracias de nuevo y espero sus reviews!
Y feliz navidad!!!!
Jojojojojojo
:P ahora soy santa
