Capítulo 8

Desperté de mi sueño aun con cansancio en el cuerpo. La batalla con Petra había supuesto una carga mental y física. Me alegraba haber iniciado un entrenamiento para fortalecerme, no sabía que las batallas podían ser tan agotadoras.

Mis Pokémon aun estaban dormidos a mi alrededor, así que los devolví a sus Pokeball para que siguieran descansando y así poder moverme. Me di cuenta de que mi comida aun estaba a medio comer, pero ya estaba fría. Decidí que, ya que estaba atardeciendo, saldría a dar una vuelta y aprovecharía para merendar algo.

Salí del Centro Pokémon y puse rumbo hacia la zona más céntrica de la ciudad. Allí había algunos locales con buena reputación, merecía la pena ir a probar alguno. El problema era la gran cola que había que esperar para entrar en ellos, pero tenía tiempo de sobra.

Justo cuando estaba llegando a uno de los locales que quería visitar, una explosión lejana hizo que diera un pequeño salto del susto. Mis sentidos se pusieron en alerta y miré a mi alrededor, hasta que di con una columna de humo que provenía de un gran edificio. Ese sitio me sonaba bastante, pero no recordaba exactamente de qué.

La gente a mi alrededor se veía asustada y muchos empezaron a meterse en los edificios cercanos, mientras que otros grababan con sus dispositivos. A mí todo esto me daba un mal presentimiento, así que eché a correr hacia ese edificio.

Al llegar allí vi que un gran grupo de policías acababa de llegar y estaban cortando el paso al edificio poniendo una cinta de seguridad. Sus Pokémon, como Growlithe, Poochyena y Herdier, investigaban la zona e impedían que nadie pasara la cinta.

-¿Qué demonios ha pasado aquí?- me pregunté a mí mismo en un susurro mientras observaba el panorama.

El humo salía de una de las plantas superiores del edificio, e incluso desde el suelo se podían empezar a ver algunas llamas que salían de esa zona. Me preocupaba que hubiera gente atrapado dentro del incendio, pero no había nada que yo pudiera hacer.

Por suerte, el equipo de bomberos Pokémon, compuesto por varios Blastoise, no tardaron en llegar y empezar a apagar el fuego. También noté que algunos Pokémon voladores como Staraptor y Braviary estaban sacando por las ventanas a la gente atrapada.

-Hacen un buen trabajo, ¿verdad, Eric?- preguntó una voz a mi lado. Al girarme vi que se trataba de Máximo, lo cual me sorprendió. Sentí algo de orgullo al saber que recordaba mi nombre.

-Sí, están muy bien organizados. ¿Sabes qué ha pasado aquí?- pregunté al campeón. La curiosidad podía conmigo, y no podía quitarme este mal presentimiento.

-Lo sé, pero no puedo darte mucha información al respecto. Solo puedo decirte que ha sido un grupo criminal llamado Equipo Nova, y que han robado algo de Devon.- explicó el peliplateado con el rostro bastante serio. Entonces recordé que él era hijo del presidente de Devon.

-Esos bastardos otra vez…- gruñí con molestia. Así que no solo robaban Pokémon a entrenadores, sino que también atacaban a las empresas.

-Vaya, ¿los conoces?- su tono sonaba bastante sorprendido, y me miraba con una ceja alzada.

-Sí, tuve un problema con ellos en Ciudad Petalia, pero Norman se encargó.- expliqué sin muchos detalles. Seguro que él ya sabría lo del ataque al Centro Pokémon.

-Ya veo…- aunque su mirada seguía en mí, parecía que el campeón se había perdido en sus pensamientos. Unos segundos después volvió en sí.

-Eric, he visto tu batalla con Petra, me parece que eres un entrenador con mucho talento. Aun es pronto, pero más adelante hablaremos sobre algo bastante importante. Hasta entonces, hazte más fuerte.- aquellas palabras de Máximo me sorprendieron, pero no tuve ninguna duda al asentir. Ya tenía pensado hacerme mucho más fuerte, incluso más que él.

-Ten esto, te hará falta en tu viaje. Nos vemos pronto, cuídate.- me entregó un ticket que al parecer era para un crucero que iba desde Ciudad Petalia hacia Ciudad Azuliza. Fue tan inesperado que me dejó sin palabras, así que le agradecí con un asentimiento de cabeza. Tras eso, el campeón se acercó hasta la cinta policial y un oficial lo dejó pasar al reconocerlo.

No tenía mucho que hacer allí, así que decidí ir a por algo de merendar y volver al Centro Pokémon. Mi cuerpo caminaba en modo automático mientras yo estaba perdido en mis pensamientos. No sabía lo que planeaba el Equipo Nova, pero hasta ahora parecían más peligrosos y molestos que los antiguos equipos Magma y Aqua.

Al llegar al puesto me compré una crepe de nata y fresas y puse rumbo al Centro Pokémon. El dulce estaba bastante bueno, pero podría disfrutarlo más si no estuviera tan preocupado por lo que podrían estar planeando esos delincuentes.

Cuando llegué a mi destino decidí que me iría a dormir temprano. Aun estaba cansado del combate de ese día y no me apetecía esperar a la cena, así que me fui a la cama para estar completamente descansado al día siguiente.

A la mañana siguiente me desperté temprano, hice mis ejercicios y tomé una ducha. Una vez acabada mi rutina, salí del lugar para poner rumbo a mi siguiente destino, Ciudad Azuliza. Y para ello debía ir a Ciudad Petalia para tomar un barco.

-Me da pereza tener que caminar hasta allí de nuevo…- me quejé mientras observaba el mapa de la región, pensando en posibles alternativas. Ojalá tuviera un Pokémon que me llevara volando…

Eso encendió una bombilla en mi mente, recordándome algo que había leído en un artículo. Usé el Holomisor para verificar si estaba en lo correcto y, efectivamente, mi memoria no me fallaba. Con una sonrisa, puse rumbo a cierto lugar de la ciudad.

Mis pasos me llevaron frente a un edificio amarillo con un gran letrero que decía "Pokecopters". Había una amplia zona detrás del lugar donde se podían ver varias cabinas y diversos Pokémon voladores unidos a ellas por cuerdas. Se trataba de un servicio de transporte aéreo implementado hace poco y que había ganado bastante popularidad.

-Hola, me gustaría tomar un vuelo a Ciudad Petalia.- le dije a la recepcionista que había dentro del edificio.

-Por supuesto. Elija una tarifa, por favor.- al decir esto me pasó una tableta donde podía escoger un destino y una de las tres velocidades disponibles, que eran normal, rápida y urgente.

Estuve unos minutos pensando mis opciones. Podía hacer que me llevaran directamente a Ciudad Azuliza, pero yo quería explorar la región y eso le quitaría la diversión. Por tanto, decidí volar a Petalia a velocidad normal, que era más barato y me permitiría contemplar el paisaje.

La chica me cobró y me indicó que la siguiera a la pista trasera. Allí pude observar más de cerca las diferentes cabinas y Pokémon que las llevaban. Las había de todos los tamaños y velocidades, lo cual me resultaba bastante curioso.

La chica me llevó hasta una cabina amarilla que estaba unida a dos hermosos Altaria. Los acaricié con cariño y ellos parecieron felices por los mimos, lo que me hizo sonreír. Tras eso, me monté en la cabina y un minuto después llegó el piloto, por lo que empezamos la travesía.

La cabina se elevó rápidamente y pude contemplar toda la ciudad desde el cielo. La vista era verdaderamente impresionante, tanto por la ciudad como por los bosques y paisajes que la rodeaban. No pude evitar pensar en las ganas que tenía de volar a lomos de Blaze cuando fuera un Charizard.

El viaje fue tranquilo y llegué a Petalia en tres horas, tiempo que aproveché para leer en el Holomisor. Al aterrizar en el Pokecopters de la ciudad, me despedí del piloto y puse rumbo al puerto que había a las afueras de la ciudad, junto a la playa.

La playa era bastante extensa y el puerto estaba ubicado en la zona más al sur. Tuve que caminar un poco, pero no tardé demasiado en llegar. Era fácil saber que estaba en el lugar correcto debido a la gran cantidad de barcos que había, incluso se podía admirar un enorme crucero.

-Disculpe, ¿podría indicarme a qué barco debo subir?- le pregunté a un marinero vestido de blanco que había cerca. Este tomó mi ticket y pareció sorprenderse.

-¿No lo sabes? Este ticket es para el Crucero Batalla.- el hombre me miraba extrañado, como si el hecho de no conocer ese barco fuera algo poco común.

Al mencionar ese nombre recordé algo que había leído en el Holomisor. El Crucero Batalla era un barco de lujo para entrenadores, desde novatos hasta expertos. Estaba equipado con tres campos de batalla y multitud de tiendas y otras funciones útiles para los entrenadores.

-Entiendo, gracias.- sonreí algo nervioso y me apuré en dirigirme hacia el barco.

Le entregué mi ticket a un marinero que vigilaba la pasarela para subir a bordo y este, tras comprobarlo, me permitió acceder. Me dio algo de vértigo mirar hacia el mar mientras cruzaba, pero hice un esfuerzo por ignorarlo.

Una vez dentro del barco me encontré en un amplio recibidor bastante elegante. El suelo estaba cubierto por una alfombra roja y varias lámparas iluminaban la estancia desde el techo. Los muebles parecían de buena calidad, y los camareros iban bien vestidos. Una de las paredes era de cristal y podía verse el mar.

-Señor, ¿me permite su ticket?- dijo un camarero acercándose a mí. Su rostro mostraba una sonrisa amable. Le entregué lo pedido y, tras mirarlo un segundo, fue a recepción y me trajo una llave.

-Esta es la llave de su habitación. Espero que disfrute el viaje.- con esas palabras, el hombre se marchó a seguir con sus labores.

Me quedé por unos segundos observando el lugar. Todo era demasiado lujoso para mí, quien no estaba acostumbrado a tantas excentricidades. Incluso algunos entrenadores iban elegantemente vestidos, lo cual me hacía destacar para mal. Cuando comencé a notar algunas miradas sobre mí, decidí marcharme a mi habitación.

Justo cuando voy a entrar a un pasillo que, según una señal, llevaba hacia las habitaciones, salen de ahí dos personas y nos topamos de frente. Los tres nos sorprendimos por un momento, pero rápidamente sus caras mostraron una sonrisa y una expresión molesta.

-¡Eric! ¿Qué haces aquí?- preguntó Aura con voz alegre y una sonrisa radiante. No me cansaba de contemplar la luz que emitía con su mera presencia.

-Probablemente le ha robado el billete de entrada a alguien.- gruñó Bruno de brazos cruzados mientras me dirigía una mirada fulminante.

-¿Qué has dicho?- respondí enfadado. Yo no era un delincuente, y no iba a consentir que alguien me insultara de esa manera. Ya había tenido bastante de eso en mi anterior vida.

-¡Bruno! No digas barbaridades. Eric no es así.- le reclamó Aura bastante molesta, incluso colocándose entre yo y el chico, como si pretendiera defenderme.

-Tsk, sigo diciendo que no es trigo limpio, pero allá tú.- claramente molesto, el moreno se marchó de vuelta por el pasillo. Pude escuchar cómo Aura suspiraba.

-Lamento que hayas discutido con él por mi culpa. Gracias por defenderme.- agradecí a la castaña ligeramente avergonzado. No estaba acostumbrado a que nadie diera la cara por mí.

-No te preocupes, sé que no eres una mala persona. Bruno puede ser algo cabezota a veces, incluso un idiota, pero tampoco es mal chico.- una ligera sonrisa afloró en su rostro, gesto que yo le devolví con comprensión. A veces las relaciones humanas eran complicadas, aunque mi experiencia había sido principalmente observando a otros.

-Bueno, ¿y cómo has podido subir a bordo? No te ofendas, pero acceder a este barco es algo complicado. Normalmente necesitas ser un entrenador conocido o ser recomendado por uno. Yo subí gracias a los contactos de mi padre.- me preguntó la castaña con curiosidad. No detecté ninguna malicia en su voz, solo interés.

-Cuando estaba en Ciudad Férrica conocí a Máximo, el campeón de la región. Parece que le caí bien, ya que me dio un ticket para el barco.- contesté sin dar muchos detalles. No quería hablar sobre el accidente, el propio Máximo me había dicho que todo era bastante secreto.

-¡¿Estás de broma?! No me puedo creer que el mismísimo campeón te haya recomendado.- la cara de Aura era un poema. Aunque intenté contenerla, una pequeña risa salió de los labios. Eso hizo que la castaña hiciera un mohín y se cruzara de brazos.

-Lo siento, pero tu cara ha sido muy graciosa. Lo cierto es que conocí a Máximo por casualidad y tampoco hablamos mucho.- dije para intentar tranquilizarla. Pareció funcionar, al menos un poco.

-Está bien, pero aun así es un logro impresionante.- me sonrojé un poco ante el comentario de Aura. Lo cierto es que yo también me sentía algo orgulloso de llamar la atención del campeón, aunque nunca lo admitiría en voz alta.

Antes de poder contestar, una gran pantalla que había en el salón donde nos encontrábamos se iluminó y apareció una presentadora de televisión. Varios rótulos anunciaban que se trataba de una noticia urgente.

-Anunciamos que la investigación sobre el reciente ataque a la corporación Devon sigue en marcha. Se cree que los culpables son un grupo llamado Equipo Nova, que ya han causado disturbios en otras ocasiones.- las palabras de la mujer me hicieron fruncir el ceño con molestia. Estaba seguro de que se trataba de esos tipos, pero saberlo con seguridad me enfurecía.

-La policía se ha reunido con el comité de la Liga Pokémon para establecer algunas medidas extraordinarias. La más importante de ellas es que a los entrenadores se les permitirá, de forma temporal, llevar consigo hasta ocho Pokémon, aunque solo podrán usar seis en los combates oficiales. Con esto se pretende que los entrenadores estén más seguro frente a posibles ataques de este grupo.- el anunció me dejó con la boca abierta. El ningún juego de Pokémon se podía llevar consigo a más de seis Pokémon, por lo que esta era una absoluta novedad para mí.

-Ese grupo debe ser bastante peligroso si han decidido poner una medida excepcional como esa.- comentó Aura mirando a la pantalla con seriedad. No pude evitar preguntarme si tendría algo contra ellos, como era mi caso.

-Lo son. Si no hubiera sido por Norman, me habrían robado a mis compañeros en aquel ataque al Centro Pokémon.- contesté mientras sentía mi sangre hervir. Jamás olvidaría la impotencia que sentí en aquel momento.

-Ya veo… bueno, mirando el lado positivo, eso significa que ahora podemos llevar más compañeros con nosotros.- el rostro de la chica se animó y me mostró una gran sonrisa. Me di cuenta de que tenía razón.

-Tienes razón, podremos hacer más amigos.- le devolví la sonrisa con algo de timidez. Eso cambiaba ligeramente mis opciones para formar un equipo. Ahora podía llevar conmigo y entrenar a más Pokémon que antes.

-Si no tienes nada que hacer podemos investigar juntos el barco. He oído que hay una cafetería donde hacen zumos riquísimos para Pokémon y una sala especial de entrenamiento.- me propuso la castaña mirando al suelo mientras se movía inquieta.

-Claro, vamos.- respondí intentando disimular mi nerviosismo. Ella sonrió ampliamente por mi respuesta y echó a andar mientras me instaba a seguirla, cosa que hice sin demora.

Pasamos un rato divertido mientras visitábamos las diferentes instalaciones del barco. Primero fuimos a la cafetería para comer algo, y debo admitir que todo era de gran calidad. Después visitamos la sala de entrenamiento y pusimos a nuestros compañeros a entrenar un poco, después de todo en Azuliza estaba el segundo gimnasio. Por último, fuimos a una cafetería especial donde hacían comida para Pokémon que los fortalecía. Pedimos unas bebidas para nuestros compañeros.

-Vaya, así que has capturado un Mareep.- dije observando al adorable Pokémon mientras tomaba su bebida.

-Así es, me lo encontré y era demasiado adorable y esponjoso para dejarlo pasar.- respondió Aura mientras acariciaba a la oveja con cariño. La escena me enterneció.

En ese momento, en la televisión de la sala empezaron a emitir un programa sobre los mejores combates de gimnasio. Eso me recordó que yo había sido grabado y que Máximo me dijo que me había visto en la televisión.

-Ah, conozco este programa. Cada semana emiten los mejores combates que haya habido durante esa semana en todos los gimnasios.- dijo Aura mientras miraba el programa con interés.

Eso me tranquilizó un poco. Si se trataba de todos los gimnasios, seguro que los gimnasios más avanzados tendrían combates más interesantes que el mío.

El programa anunció que mostraría los diez mejores combates, ante lo cual los dos nos removimos con interés y curiosidad. Me moría de ganas por ver cómo serían los combates de entrenadores más fuertes y experimentados.

El programa fue mostrando combates de diversos gimnasios, todos ellos siendo de alta intensidad y mostrando algunas estrategias que me parecieron llamativas. Pero la sorpresa vino cuando en el puesto número siete del ranking salió el combate de Bruno contra Petra.

-Vaya, Bruno lo está haciendo genial.- dijo Aura observando el combate. Podía detectar alegría en su voz, pero el fuego en su mirada indicaba que la competitividad que tenía con el moreno la incitaba a mejorar.

-Sí, no está mal.- dije entre dientes. Lo cierto era que lo estaba haciendo bien, no por nada había conseguido empatar conmigo. El maldito era bueno creando estrategias y aprovechando los puntos débiles de su rival. En cierta forma, nuestros estilos se parecían.

El programa continuó tras la victoria de Bruno, pero fue en el puesto número tres cuando mi boca casi se desencaja. En la pantalla aparecí yo mismo entrando al campo de batalla, para poco después dar inicio mi pelea contra Petra.

-¡No me lo puedo creer! Creo que esta en la primera vez que un combate contra Petra aparece en el top tres de este programa.- exclamó Aura mirándome con sorpresa y… ¿admiración? No estaba seguro, pero me produjo un cosquilleo.

Podía entender su sorpresa. Nadie se espera que el combate de un entrenador principiante sea tan impresionante como para aparecer tan arriba en el top. Incluso yo mismo estaba muy sorprendido.

Los dos observamos mi combate con gran interés. Aunque yo lo había vivido en persona, observar desde fuera mis acciones y decisiones era algo muy instructivo. Incluso podía analizar el combate y anotar mentalmente cosas que debería mejorar.

-Ha sido impresionante, cada vez que te veo eres más fuerte.- me dijo Aura cuando el combate terminó. Sus palabras hicieron que me sonrojara y agachara la cabeza.

-Bueno, solo intento hacer mi mayor esfuerzo, después de todo pretendo ser campeón.- respondí en voz baja. Escuché una risilla provenir de Aura, lo que me avergonzó un poco más.

Cuando el programa terminó ya estaba anocheciendo, así que decidimos ir a la cafetería para cenar algo ligero antes de irnos a dormir. Cuando llegamos a la zona del pasillo donde se separaban los caminos hacia el dormitorio de hombres y el de mujeres, nos detuvimos para despedirnos.

-Me lo he pasado bien hoy, gracias por acompañarme.- le dije a mi amiga mientras tendía mi mano hacia ella. Noté cómo miraba mi mano y después a mí con algo de duda, lo cual me pareció extraño.

De repente, acortó la distancia entre nosotros y su cuerpo se pegó al mío en un abrazo. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro y sus brazos rodeaban mi torso. Mi corazón empezó a latir con mucha fuerza y pude notar perfectamente cómo mi rostro se sonrojaba como si de un Darmanitan se tratara.

Con algo de duda, mis temblorosos brazos rodearon su espalda y la estreché contra mí suavemente. Su cuerpo era cálido y algo pequeño, incluso me parecía frágil. Aunque eso distaba mucho de la fortaleza que sabía que tenía. Ambos nos quedamos así por unos segundos hasta que nos separamos.

-Somos amigos… no seas tan formal.- murmuró ella en voz baja, aunque alcancé a oírla. Su mirada estaba fija en el suelo y se removía nerviosa, lo que me indicó que estaba tan avergonzada como yo.

-Tienes razón… bueno, nos vemos.- respondí intentando no tartamudear. Ella asintió y se marchó a paso rápido. Mantuve mi vista sobre ella hasta que desapareció por el pasillo, tras lo cual suspiré para liberar la tensión de mi cuerpo.

En ese momento me pareció sentir cómo me observaban, pero al mirar a mi alrededor no vi a nadie. Sin darle mayor importancia, empecé a andar hacia mi habitación. Mañana llegaríamos a Ciudad Azuliza y todavía debía terminar mi plan de entrenamiento especial en la playa.


Hola a todos/as.

Bueno, ¿qué os pareció el primer combate de gimnasio de Eric? Me gustaría leer vuestras opiniones.

El capítulo de hoy es más tranquilo y relajado, pero igualmente importante para desarrollar la relación entre Aura y Eric.

Me está costando escribir, pero quiero continuar trayendo como mínimo un capítulo cada dos semanas.

Espero que sigáis disfrutando y apoyando esta historia.

Nos leemos, un saludo ^^