Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin les pertenecen a sus respectivos autores, editoriales y productoras. Es una historia destinada sólo al entretenimiento y sin fines de lucro.
Traducción del fic "If it passes the time" de Breezy-Bee107.
Sin alcance
"Maldición," murmuró ella, "¿por qué lo tuve que poner ahí? Justo donde no puedo alcanzarlo..." Sostuvo el paño entre las manos, sin saber qué hacer. No podía hacerlo sola y pedirle ayuda a alguien... no era una buena idea.
'Bueno, fue mi decisión ponérmelo allí... pero cuando lo hice, realmente no pensé que estaría en esta situación,' pensó, mientras lavaba el resto de su cuerpo. Sin embargo, no le llevó mucho tiempo volver a su problema original. Suspiró y trató de alcanzarlo de nuevo, descubriendo que no estaba ni cerca de donde necesitaba estar para ello. De lo contrario, le hubiera ardido.
"Oh, Dios," gimió, preparándose. "¿Kenshin?" llamó.
"¿Kaoru?" Respondió él, abriendo la puerta y entrando. "¿Qué pasa?"
"Necesito ayuda," le dijo a través de la puerta.
"¿Con qué? ¿Acaso nunca antes te habías tomado una ducha? Te recomiendo que primero te laves el cabello," replicó.
"Ja ja, muy gracioso. No puedo alcanzar mi tatuaje," le dijo. "Y tengo que lavarlo; ya han pasado dos días."
"Oh, por el amor de Dios..."
"Kenshin, por favor. No quiero arruinarlo," le suplicó la chica. "¿Crees que te lo pediría de tener otra opción?"
"Buen punto," le concedió él, abriendo la puerta abruptamente.
Ella gritó y se apartó de su mirada fisgona. "¡Avisa la próxima vez al entrar, por favor!"
"¡¿Cómo se supone que sepa que no estás lista?! Me pediste que lo lavara y accedí, ¡y aquí estoy!" se defendió él, sonrojándose. Sólo había tenido un vistazo, pero fue suficiente para hacerlo querer más.
Ella le arrojó la toalla sin volverse. "Toma, sólo hazlo. Con cuidado, ¿sí?" Se echó el cabello por encima del hombro para apartarlo del camino.
"Entiendo," respondió el joven, tomando el paño y exprimiéndole un poco de agua sobre sus omóplatos.
Sus ojos siguieron el camino de sus propias manos mientras pasaban por su piel. El oscuro tatuaje contrastaba con su pálida piel. Mientras movía el paño sobre la piel, no pudo evitar notar lo suave que era. Luchó contra el impulso de pasar sus manos desnudas por toda su espalda para después seguir el camino con los labios.
Se sacudió al darse cuenta de adónde se estaban dirigiendo sus pensamientos. ¡Era su enemigo! ¡Su rival! No debía tener fantasías vívidas con ella. Frunció el ceño y terminó su tarea con mucha más suavidad de la que le hubiera gustado.
"Listo. Ya está hecho. ¿Algo más, su alteza, antes de retirarme?" demandó, dejando caer la toalla en el piso de la bañera.
Ella le lanzó una mirada confusa por encima del hombro. Sus ojos se entrecerraron mientras lo miraba. Su repentino cambio le provocaba curiosidad. Había estado disfrutando del toque de sus manos, aún por encima del paño, mientras se deslizaban alrededor de sus omóplatos.
No era algo que ella admitiera. "No, es todo," respondió al fin, volviendo a apartar su rostro. Escuchó que salía y cerraba la puerta del baño. "¿Kenshin?"
"Creí que habías dicho que no necesitabas nada más"
"No es eso. Sólo... que... gracias," le dijo, ruborizándose.
"De nada," dijo él.
Y luego cerró la puerta de un golpe.
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