Hola! Aquí va otro capítulo de mi historia. Básicamente, es pura
conversación, pero porfa, no me manden cartas vociferadoras o pus de
bubotubérculo sin diluir si no les gusta!!! Como siempre, gracias a todos
por leerla y por los geniales reviews que me dejan. Prometo que en el prox.
capítulo contestaré todos los que me manden, aquí van algunos:
Zoe: Gracias por tu reviews! Son geniales y me animan a seguir escribiendo. Me alegra que te haya gustado lo de las citas de Draco. En cuanto a que se llevan a su pareja, lo hacen porque, aunque le aplican el encantamiento desmemorizante, sería sospechoso si alguien la llegase a encontrar herida como estaba (olvidé mencionar eso) y con la memoria completamente en blanco. Lo del sueño de Draco fue para que empiecen a entender un poco más de que lo que va a suceder en la historia dentro de poco (que mala que soy, te dejo con la duda...)
Capítulo 8: "Una noche para olvidar"
(Pensamientos de Hermione)
-Herm, ¿estás bien? -me llegó la voz de Ron a lo lejos.
-¿Eh? -dije, al desviar de la ahora solitaria entrada del pub -claro, no es nada.
Continuamos conversando y riéndonos sin parar hasta que mi cansancio y el de Ron se hicieron evidentes.
-Creo que ya es un poco tarde, ¿verdad? -me dijo, con una sonrisa algo cansado -a pesar de que mañana de todos modos no tenemos que ir al Ministerio.
-Sí, bueno... de todos modos, gracias por haberme invitado.
-Hermione... cállate. No tienes nada que agradecerme -dijo, dirigiéndome una mirada dulce.
Nos levantamos y Ron me ofreció llevarme hasta mi casa. Le agradecí, pero le dije que quería caminar un poco. Como era de esperarse se negó, pero logré convencerlo, aunque con esfuerzo. Nos despedimos, subió a su auto y se marchó era una noche bonita, había luna llena. Tomé aire y comencé a caminar. Al cabo de unos pocos pasos, tropecé con algo. Miré hacia el suelo y vi que en realidad era un anillo, con pequeños diamantes incrustados, aunque era de mujer. Sentí curiosidad, ya que había visto a Draco y a su nueva chica marcharse en esta dirección. De pronto, algo en el suelo despertó en mí temor. Era una mancha de sangre, la cual parecía estar todavía fresca. Miré un poco más a lo lejos y advertí que las manchas se repetían, como si marcaran una especie de trayecto. No sé bien por qué, pero tuve la impresión de que a Draco y a esa chica los habían atacado. Me puse nuevamente de pie y miré la mancha de sangre en la acera. Tomé aire de nuevo y me encaminé siguiendo el rastro.
Luego de caminar por un rato, traté de imaginar qué podría haber pasado. Recordé cuando lo vi a Draco en la entrada del pub; cuando lo vi con esa chica a su lado, tomada de su brazo. No sabía por qué, pero algo me molestaba. ¿Acaso estaba celosa? ¿Por qué sentí una punzada de ira al verlos juntos? No podía ser que me importara que tuviera novia, ¿o sí? Sacudí mi cabeza tratando de alejar todas esas preguntas absurdas a las cuales no hallaría respuesta alguna, e intenté mantenerme tranquila y seguir el rastro. Después de mucho caminar, llegué hasta la última gota que pude encontrar. Me detuve, y al alzar la vista, me encontré a mi misma frente a las puertas del Ministerio. Mi sorpresa fue grande al ver que estaban abiertas, aunque no habían sido forzadas. Entré y vi que las manchas volvían a aparecer y seguían hasta el corredor principal. Continué siguiéndolas, hasta llegar a la puerta entornada de la oficina de Draco. La abrí y allí lo vi, inconsciente sobre su sillón.
-¡Draco! -Exclamé, corriendo hasta él. Coloqué mi mano en su cuello y, aliviada, comprobé que tenía pulso, aunque lucía muy malherido. Lo llamé y lo zarandeé, pero no despertaba. Estaba tan nerviosa y asustada que no sabía qué pensar ni qué hacer. De pronto, se me ocurrió una alternativa, aunque era una locura. El San Mungo quedaba por lo menos a 2 horas de viaje, y no podía dejarlo aquí en ese estado durante tanto tiempo. El único lugar cercano era.. . mi casa. Era una locura, y si Harry y Ron lo supieran me matarían, pero tenía que hacerlo. No estaba segura de si pudiese sujetarlo, pero decidí correr el riesgo. Coloqué su brazo sobre mi hombro y logré ponerlo de pie. Con esfuerzo pude llegar hasta la entrada y caminar algunos metros. Cuando me acercaba a la zona del pub, me sobresalté de tal manera que casi caí, al ver a Harry.
-¿Herm, qué pasó? ¿Qué haces con..?
-No hay tiempo para explicar, Harry -lo interrumpí -necesito tu ayuda.
Comprendió el estado en el cual me encontraba, así que, sin más preguntas, se colocó al otro lado de Draco, y me ayudó a cargarlo.
-¿Eh... Hermione? -inquirió.
-¿Qué sucede?
-¿Adónde piensas llevarlo? El San Mungo está como a 50 km de distancia.
-No, no lo llevó allí. Sé que te enfadarás pero debo pedirte que me entiendas; voy a llevarlo a mi casa.
-¿Bromeas? -dijo él, con la voz y la mirada tal cual me las había imaginado -¿Qué es lo que estás pensando? ¿Qué tal si...?
-Harry, por favor -lo interrumpí una vez más, suplicante -Entiéndeme.
Abrió la boca listo para contradecirme, pero se detuvo y en sus ojos verdes pude ver que, en el fondo, había logrado comprenderme, ya que asintió y seguimos adelante. Finalmente y después de mucho esfuerzo y caminar, llegamos a mi casa. Dejé que Harry sujetara a Draco por un momento, tomé mi varita y abrí la puerta. Entramos y Harry inquirió:
-¿Dónde vamos a dejarlo?
-Lo mejor será llevarlo a mi cuarto y recostarlo en la cama... si despierta, será mejor así, no lo crees? -añadí.
-De acuerdo pero, ¿dónde dormirás tú?
-Yo dormiré en el sillón, no te preocupes. A menos que quieras que duerma con...
-¡Hermione! -exclamó furioso.
-Es sólo una broma, Harry. No te enfades, por favor.
Juntos subimos a Draco por las escaleras hasta mi cuarto. Lo acostamos en mi cama y luego bajamos y nos sentamos por un momento en la sala.
-Herm... ¿qué es lo que piensas hacer? -preguntó Harry.
-No lo sé... -contesté, algo confundida -supongo que esperaré a que despierte y veré cómo se encuentra.
-¿Estás segura de esto? ¿No crees que sería mejor ir a buscar mi auto y llevarlo hasta el San Mungo?
-Probablemente. Pero en este estado... sería mejor esperar. Por cierto, ¿Qué hacías tú por ahí?
-Venía de ver a Ginny y pensaba encontrarme con Ron y contigo en el pub. Él me había dicho algo sobre eso hoy antes de irnos del Ministerio. Pensé que aún estarían allí.
-Tengo que agradecerte y mucho, Harry -dije, mirándolo a los ojos -si no me hubieras encontrado, no creo que hubiera podido llegar hasta aquí con Draco yo sola.
-Hermione... no tienes que agradecerme nada. Aunque... sabes cómo se pondrá Ron cuando se entere, ¿no?
-No se pondrá pero que tú -dije, tratando de esbozar una sonrisa - pero le explicaré y tendrá que entenderme y si todo eso saliera mal... tú lo calmarías, ¿verdad?
-No lo sé... -dijo, aunque un brillo en sus ojos me indicó lo contrario -Claro, trataré de dominarlo, Herm -agregó, guiñándome un ojo -, creo que deberías descansar un poco, es tarde.
-Sí... tienes razón.
Lo acompañé hasta la puerta y luego de despedirnos, se marchó. En realidad no estaba tan cansada, a pesar de todo lo que había pasado así que pensé que sería mejor que vigilara a Draco, por si llegase a despertar, aunque eso no era muy probable. De todos modos subí y silenciosamente, me recosté en el pequeño sillón junto a mi cama y observé a Draco. No podía creer verlo así de herido y vulnerable, y sobre todo, de verlo en mi cama, en mi casa. La vieja Hermione ni siquiera se hubiera interesado en saber que le había pasado conociéndolo, pero él había cambiado, y de alguna forma, sentí que debía ayudarlo. No importaba de qué forma lo viera, esta había sido una noche para olvidar. Luego de observarlo y de imaginar que diría al despertar y verse en mi casa, cerré los ojos y finalmente, caí dormida.
Gracias a todos y hasta pronto!! ¨PD: No se pierdan el proximo capítulo, ya está casi terminado y estará MUY interesante!!! Besos y REVIEWS, PORFIS!!!! RoSe
Zoe: Gracias por tu reviews! Son geniales y me animan a seguir escribiendo. Me alegra que te haya gustado lo de las citas de Draco. En cuanto a que se llevan a su pareja, lo hacen porque, aunque le aplican el encantamiento desmemorizante, sería sospechoso si alguien la llegase a encontrar herida como estaba (olvidé mencionar eso) y con la memoria completamente en blanco. Lo del sueño de Draco fue para que empiecen a entender un poco más de que lo que va a suceder en la historia dentro de poco (que mala que soy, te dejo con la duda...)
Capítulo 8: "Una noche para olvidar"
(Pensamientos de Hermione)
-Herm, ¿estás bien? -me llegó la voz de Ron a lo lejos.
-¿Eh? -dije, al desviar de la ahora solitaria entrada del pub -claro, no es nada.
Continuamos conversando y riéndonos sin parar hasta que mi cansancio y el de Ron se hicieron evidentes.
-Creo que ya es un poco tarde, ¿verdad? -me dijo, con una sonrisa algo cansado -a pesar de que mañana de todos modos no tenemos que ir al Ministerio.
-Sí, bueno... de todos modos, gracias por haberme invitado.
-Hermione... cállate. No tienes nada que agradecerme -dijo, dirigiéndome una mirada dulce.
Nos levantamos y Ron me ofreció llevarme hasta mi casa. Le agradecí, pero le dije que quería caminar un poco. Como era de esperarse se negó, pero logré convencerlo, aunque con esfuerzo. Nos despedimos, subió a su auto y se marchó era una noche bonita, había luna llena. Tomé aire y comencé a caminar. Al cabo de unos pocos pasos, tropecé con algo. Miré hacia el suelo y vi que en realidad era un anillo, con pequeños diamantes incrustados, aunque era de mujer. Sentí curiosidad, ya que había visto a Draco y a su nueva chica marcharse en esta dirección. De pronto, algo en el suelo despertó en mí temor. Era una mancha de sangre, la cual parecía estar todavía fresca. Miré un poco más a lo lejos y advertí que las manchas se repetían, como si marcaran una especie de trayecto. No sé bien por qué, pero tuve la impresión de que a Draco y a esa chica los habían atacado. Me puse nuevamente de pie y miré la mancha de sangre en la acera. Tomé aire de nuevo y me encaminé siguiendo el rastro.
Luego de caminar por un rato, traté de imaginar qué podría haber pasado. Recordé cuando lo vi a Draco en la entrada del pub; cuando lo vi con esa chica a su lado, tomada de su brazo. No sabía por qué, pero algo me molestaba. ¿Acaso estaba celosa? ¿Por qué sentí una punzada de ira al verlos juntos? No podía ser que me importara que tuviera novia, ¿o sí? Sacudí mi cabeza tratando de alejar todas esas preguntas absurdas a las cuales no hallaría respuesta alguna, e intenté mantenerme tranquila y seguir el rastro. Después de mucho caminar, llegué hasta la última gota que pude encontrar. Me detuve, y al alzar la vista, me encontré a mi misma frente a las puertas del Ministerio. Mi sorpresa fue grande al ver que estaban abiertas, aunque no habían sido forzadas. Entré y vi que las manchas volvían a aparecer y seguían hasta el corredor principal. Continué siguiéndolas, hasta llegar a la puerta entornada de la oficina de Draco. La abrí y allí lo vi, inconsciente sobre su sillón.
-¡Draco! -Exclamé, corriendo hasta él. Coloqué mi mano en su cuello y, aliviada, comprobé que tenía pulso, aunque lucía muy malherido. Lo llamé y lo zarandeé, pero no despertaba. Estaba tan nerviosa y asustada que no sabía qué pensar ni qué hacer. De pronto, se me ocurrió una alternativa, aunque era una locura. El San Mungo quedaba por lo menos a 2 horas de viaje, y no podía dejarlo aquí en ese estado durante tanto tiempo. El único lugar cercano era.. . mi casa. Era una locura, y si Harry y Ron lo supieran me matarían, pero tenía que hacerlo. No estaba segura de si pudiese sujetarlo, pero decidí correr el riesgo. Coloqué su brazo sobre mi hombro y logré ponerlo de pie. Con esfuerzo pude llegar hasta la entrada y caminar algunos metros. Cuando me acercaba a la zona del pub, me sobresalté de tal manera que casi caí, al ver a Harry.
-¿Herm, qué pasó? ¿Qué haces con..?
-No hay tiempo para explicar, Harry -lo interrumpí -necesito tu ayuda.
Comprendió el estado en el cual me encontraba, así que, sin más preguntas, se colocó al otro lado de Draco, y me ayudó a cargarlo.
-¿Eh... Hermione? -inquirió.
-¿Qué sucede?
-¿Adónde piensas llevarlo? El San Mungo está como a 50 km de distancia.
-No, no lo llevó allí. Sé que te enfadarás pero debo pedirte que me entiendas; voy a llevarlo a mi casa.
-¿Bromeas? -dijo él, con la voz y la mirada tal cual me las había imaginado -¿Qué es lo que estás pensando? ¿Qué tal si...?
-Harry, por favor -lo interrumpí una vez más, suplicante -Entiéndeme.
Abrió la boca listo para contradecirme, pero se detuvo y en sus ojos verdes pude ver que, en el fondo, había logrado comprenderme, ya que asintió y seguimos adelante. Finalmente y después de mucho esfuerzo y caminar, llegamos a mi casa. Dejé que Harry sujetara a Draco por un momento, tomé mi varita y abrí la puerta. Entramos y Harry inquirió:
-¿Dónde vamos a dejarlo?
-Lo mejor será llevarlo a mi cuarto y recostarlo en la cama... si despierta, será mejor así, no lo crees? -añadí.
-De acuerdo pero, ¿dónde dormirás tú?
-Yo dormiré en el sillón, no te preocupes. A menos que quieras que duerma con...
-¡Hermione! -exclamó furioso.
-Es sólo una broma, Harry. No te enfades, por favor.
Juntos subimos a Draco por las escaleras hasta mi cuarto. Lo acostamos en mi cama y luego bajamos y nos sentamos por un momento en la sala.
-Herm... ¿qué es lo que piensas hacer? -preguntó Harry.
-No lo sé... -contesté, algo confundida -supongo que esperaré a que despierte y veré cómo se encuentra.
-¿Estás segura de esto? ¿No crees que sería mejor ir a buscar mi auto y llevarlo hasta el San Mungo?
-Probablemente. Pero en este estado... sería mejor esperar. Por cierto, ¿Qué hacías tú por ahí?
-Venía de ver a Ginny y pensaba encontrarme con Ron y contigo en el pub. Él me había dicho algo sobre eso hoy antes de irnos del Ministerio. Pensé que aún estarían allí.
-Tengo que agradecerte y mucho, Harry -dije, mirándolo a los ojos -si no me hubieras encontrado, no creo que hubiera podido llegar hasta aquí con Draco yo sola.
-Hermione... no tienes que agradecerme nada. Aunque... sabes cómo se pondrá Ron cuando se entere, ¿no?
-No se pondrá pero que tú -dije, tratando de esbozar una sonrisa - pero le explicaré y tendrá que entenderme y si todo eso saliera mal... tú lo calmarías, ¿verdad?
-No lo sé... -dijo, aunque un brillo en sus ojos me indicó lo contrario -Claro, trataré de dominarlo, Herm -agregó, guiñándome un ojo -, creo que deberías descansar un poco, es tarde.
-Sí... tienes razón.
Lo acompañé hasta la puerta y luego de despedirnos, se marchó. En realidad no estaba tan cansada, a pesar de todo lo que había pasado así que pensé que sería mejor que vigilara a Draco, por si llegase a despertar, aunque eso no era muy probable. De todos modos subí y silenciosamente, me recosté en el pequeño sillón junto a mi cama y observé a Draco. No podía creer verlo así de herido y vulnerable, y sobre todo, de verlo en mi cama, en mi casa. La vieja Hermione ni siquiera se hubiera interesado en saber que le había pasado conociéndolo, pero él había cambiado, y de alguna forma, sentí que debía ayudarlo. No importaba de qué forma lo viera, esta había sido una noche para olvidar. Luego de observarlo y de imaginar que diría al despertar y verse en mi casa, cerré los ojos y finalmente, caí dormida.
Gracias a todos y hasta pronto!! ¨PD: No se pierdan el proximo capítulo, ya está casi terminado y estará MUY interesante!!! Besos y REVIEWS, PORFIS!!!! RoSe
