N/A: Lamento la tardanza, pero es que la escuela no me deja en paz, además, ¡uy! Me llegó tal racha de dibujo que no pude desperdiciarla (debe entenderse que cuando dibujo, simplemente, no puedo escribir, ni siquiera corregir)

Este capítulo no tiene razón de ser... mmm, a lo mejor la tendría si no supieran lo que va a pasar después... pero es que... ¡ya lo saben! (soy tan tonta a veces). Tardé tanto en arreglarlo que no tuve el valor para tirarlo a la basura, ;;. ¡No pude!

¡Millonsísimas gracias por los reviews! Ahorita no recuerdo de quienes eran... pero les juro que para el próximo capi ya los tendré en la mente. ¡Perdónenme!

Karlita, lo siento xD.

CEREZA/PARTE 2: NO-SE-BESAR

Capítulo 4: Entre el caos, lo bello, los celos y la peor solución

Pasó, después de aquella larga noche, un mes y un día. Pero los ánimos de los chismosos, quienes eran la mayoría, seguían con la vivacidad al tope, como la mañana después de esa lejana noche, en la que el rumor se había expandido. Los inventos no paraban de brotar (y de seguro no pararían), las alteraciones a la verdad verdadera surgían de pronto y casi a cada instante... los murmullos sobre la relación de Harry Potter y Ronald Weasley emprendían desde la madrugada hasta el atardecer y durante toda la noche.

El club de 'Chismosos 'Lo mejor son los Rumores' promovido y patrocinado por Lavander y Parvati, seguía vigente y como el grupo, dirigido por estudiantes de Hogwarts, más importante en aquellos perturbadores momentos. Ajá, el más importante. No, No el equipo de Quidditch. No, No el grupo de la Biblioteca ¡Que No!. El más sobresaliente era: El club de 'Chismosos 'Lo mejor son los rumores...' Cual, sin quedar satisfecho, cada vez tenía más y más integrantes conforme el tema principal: 'la severa homosexualidad de Harry Potter' se reforzaba, ya que ese singular rumor (que ya no era pues, ejem, rumor) elevaba en niveles excesivos el raiting del club.

La noticia había viajado ligera y vertiginosa de cada labio a cada cabeza pensante, internándose, viviendo para luego liberarse, siempre morbosa, en boca de todos.

Era tedioso, irritante, era realmente terrible y agotador pero Harry y Ron lo aguantaban bien, vale, digamos... a duras penas:

Tocándose los dedos y las manos al pasar juntos o al estar sentados en el comedor, entrelazando los meñiques con discreción al hacer alguna fila. Sonriéndose, diciéndose 'te amo' a lo lejos, por el bajo, en los aseos, en las noches de largo insomnio o casi dormidos, abrazados uno contra el otro en la cama. Y claro, pero solo a hurtadillas de la inevitablemente escandalosa de Hermione, reuniéndose en lugares ocultos: En la oscuridad, en las noches más tranquilas o después de un duro entrenamiento de Quidditch... cuando todo el castillo dormía, cuando aquel mundo intolerante, asqueroso y supersticioso no les escuchaba, ni les veía...

Eran esos lugares y momentos en donde se permitían estrecharse dulcemente durante horas, platicar de cosas que no podían hablar frente a los demás; acariciarse el cabello, las manos, el cuello y los rostros; memorizar el aroma del otro; Besarse, incluso aunque, y para desazón de los dos, solo en la frente suave y tímidamente, en los pómulos tersamente y las manos. Raras y pocas veces lo hacían en los labios y si llegaba a suceder era siempre solo un toque doloroso, siempre bello pero brusco, ansioso... desesperado, excesivamente corto. Harry ya no se atrevía a adentrarse más, no después del susto que le había hecho pasar a su pelirrojo. Siempre mantenía a raya sus impulsos de querer besarle con todo el ser, de amarle con devoción...

Ron, por su parte, era demasiado tímido y además... no sabía besar.

Pero amor era solo lo que necesitaban. Ellos lo sabían. Y ahí estaba, libre, cálido y dulce en sus corazones y a merced del otro. Muy a pesar de todo los demás dijeran o pensaran, era lo que ambos buscaban, las cosas llegarían cuando tuvieran que llegar, el tiempo debía pasar, el resto tendría que aceptar, inevitablemente, su amor. Así como Ron tendría que reconocer que todo se daría poco a poco y que él, tarde o temprano, tendría que vencer su miedo...,aprender. Pero aun así se torturaba diciéndose que sí deseaba que Harry se sintiera aún más feliz con él a su lado, totalmente feliz, tenía que apurar las cosas, encontrar una manera, cual fuera, por más estúpida, arriesgada y desesperada que pareciera... para entender la inmensidad del arte de besar.

Era domingo por la tarde. Harry y Hermione estaban uno al lado de otro sentados en los cojines color vino tinto frente a la chimenea, oyendo la madera despedazarse, con los cabellos muy revueltos (más de cómo de costumbre), mientras hacían los deberes de pociones.

"Pásame tu libro, necesito una anotación..." espetó Harry en un tono que, deliberadamente, se oyó cortante.

Hermione, resignada, levantó la mirada y le observó con cansancio e intenso malestar. El ceño totalmente fruncido. Pero no dijo nada y esperó que Harry, al no oírle reclamar su indiferencia, explotara y le soltara de una vez el berrinche que había estado guardando desde hacía tiempo bajo su carne morena.

"¿Qué?" dijo por termino el chico después de una par de minutos aguantando la penetrante mirada de Hermione sobre su cabeza, la cual aguardaba inclinada sobre el pergamino donde escribía.

"¡Tú sabes que!" exclamó la chica de malos modos, irritada por no haber logrado su cometido, arrebatándole la pluma para que le mirara a la cara y dejara de darle vueltas entre los dedos.

"¡No! ¡No sé que!" explotó Harry cruzando ambos brazos sobre el pecho y echándose contra el respaldo para mirar a su amiga y alejarse de ella lo más posible.

"¡Que le pares de una vez!" soltó la chica severamente. "Entiendo que ahora que ustedes son..." se detuvo "... 'Novios'..." hizo una mueca "... te den celos cuando está conmi-"se cortó, sin exaltarse, al ver la expresión de furia en el rostro de Harry. "¡Por Dios! Sabes que yo no voy interferir entre ustedes... por que los quiero y quiero que sean felices... juntos" respiró entrecortada "Ron te ama muchísimo..."

Harry ignoró lo último, volvió la cabeza pero casi inmediatamente rebobino y mirando a Hermione con un extraño brillo en la mirada, exclamó indignado: "¡Le diste una nalgada!"

Hermione bufó.

"¿Es eso es lo mejor que pudiste encontrar en el nudo que es tu mente? ¡Por Merlín! ¡Pasó hace un mes!" y su voz se acalló repentinamente, se puso colorada casi al acto al recordarlo.

Harry, afortunadamente, no se fijo y se fue a mirar a otro lado, molesto.

"¡Cada vez te pareces más a Ron!" le soltó Hermione un rato después, recuperándose casi por completo de su embarazo.

"Bien" dijo Harry de malos modos, aunque en cierta forma parecía halagado.

"Además" soltó Hermione, sonriendo con malicia de pronto, lo cual Harry no advirtió. "Tengo... tengo que confesarte algo...Algo realmente sobrecojedor" murmuró, fingiendo temor ante Harry y vergüenza.

"¿Ajá?" Espetó él groseramente.

"Soy lesbiana" dijo ella en un silbido.

Harry asintió con desdén y después, cuando el mensaje le dio de lleno con una punzada en el cerebro, se volvió bruscamente, aturdido.

Poniendo los ojos como platos se enderezo. Hermione asentía.

Harry tardó en encontrar las palabras, cuando logró hablar su voz estaba entrecortada.

"¡Lo dices en broma!"

Hermione se detuvo pensativa unos momentos antes de contestar, bajó la mirada como si las palabras de Harry le hubieran herido desgarradoramente, y entonces...

"¡Sí!" y estalló en una carcajada observando como el rostro de shock de su amigo pasaba a un sobresalto luego a un gesto de incomprensión y sorpresa, para finalizar con una mirada fulminante llena de fastidio.

"No es gracioso"

"Yo creo que sí"

"Bien"

"Muy bien"

"Ya, está bien. Adiós. Se feliz" suspiró Harry sin más fuerzas para seguir enfrentando a Hermione, ella era demasiado viva y ágil, lo sabía y por eso más valía huir antes de caer en sus redes..., además, se daba cuenta de que el cerebro ya no le funcionaba bien, lo cual le dejaba sin pretextos para seguirla acusando.

Se puso en pie de un salto y soltó el libro de la chica con fuerza sobre la mesa para indicarle que todavía estaba muy enfadado, pero su amiga le ignoró impecablemente y sin inmutarse continuó riendo.

A unos pasos del retrato de la Sra. Gorda, al que se dirigía estruendosamente, el rostro ensombrecido de Harry se iluminó ceremoniosamente por alguna insólita razón. Un segundo después, Hermione comprendió el por que de tan inesperado cambio de actitud:

Ron acababa de aparecer cargando unos cuantos libros por el retrato. Iba distraído y cansado, pero Hermione sabía por que era tan especial para Harry verlo aparecer así: Esos momentos, cuando Ron solo podía pensar en sus asuntos y no podía aparentar frente al mundo, podían verlo tal cual era en silencio y de lejos: Con su aspecto gracioso y perdido, con el brillo a todo vapor de sus ojos y cabello... moviéndose como solo él sabía moverse (en aquellos casos), pavoneándose en un extraño vaivén delicado que rozaba la torpeza, casi sin con tocar los grandes pies con el suelo, felino, casi solitario, aparentando estar profundamente sumido en sus cavilaciones, suavemente encorbado por su altura... pero incurablemente elegante, sereno y con gracia como un rey joven, en si mismo, en uno de los tantos momentos en el que le adoraban.

Él, al acertar en la realidad, miró como si acabara de despertar al entorno y al topar su mirada con la de Harry sonrió tiernamente.

El moreno se acercó dando pequeños botes de felicidad, como si fuera una personita de unos 5 años atrapada en el cuerpo maduro de un chico de 16, en el preciso momento en el cual se enteró que el momento mágico había pasado.

El pelirrojo se puso colorado cuando Harry, de un torpe salto, le besó la oreja colgándose de su cuello y cuando le apartó el cabello con un suave movimiento de los ojos azules.

Había nadie, excepto Hermione y ella era de plena confianza, así que Harry, después de quitarle los libros de los brazos, sonriendo a más no poder, se abrazó con fuerza a él (lo que le cortó la respiración a Ron) apoyando delicadamente la cabeza contra su cuello.

Algo incómodo, como siempre ocurría cuando Harry tenía aquellos ataques de joven enamorado, aunque siempre radiante de felicidad, Ron recargó la frente contra su cabello, le besó y cerró los ojos para aspirar su fragancia.

Solo fue un momento corto pero reconfortante para ambos. Suspirando dichosos, aliviados de todo mal y de cualquier dolor se apartaron a la vez.

Y Harry, después de murmurarle en el oído algunas cosillas que hicieron reír a Ron y brotar por sus labios un 'idiota', le alcanzó con un corto beso en comisura de la boca y después de rozarle con las yemas de los dedos la mano y sonreírle con amenidad, se alejó y pasó a través del retrato, el cual seguía entreabierto.

Hermione miraba todo desde lo lejos con algo de nostalgia, bien, pero también sin poder evitar dejar escapar una sonrisa furtiva entre los labios y bajo la mirada por lo encantadora de la escena.

Ron miró a Harry alejarse, suspirando. Y después de quedarse un rato observando con terneza y un rubor rosado sobre las pecas el lugar por el que había desaparecido su moreno, su rostro delgado y alargado se ensombreció un poco como si un pensamiento negativo hubiera cruzado por su mente...

Fue justo en ese momento en el cual notó la presencia de Hermione.

Ella dio un alarmado respingo cuando Ron posó su mirada sobre ella, pero él no se inmutó se eso en lo absoluto. Sin decir nada la miró por un largo rato con el ceño íntegramente fruncido como si intentara resolver con su imagen una ecuación muy compleja.

Suspiró atragantado un par de veces al final. Luego se acercó a su amiga a paso resuelto. Se detuvo, dudoso, a pocos pasos de ella y tronándose con nerviosismo los dedos de las manos agachó la cabeza quebrando el corto contacto visual con ella.

"Hermione, Hermy..." dijo con voz queda '¡Hermy! Joder, ¿a quién quiere que mate?' pensó la chica asustada, mientras lo veía tragar sonoramente y ponerse muy colorado.

"Necesito que me ayudes con una cosita..." Tartamudeó él rápidamente, en un jadeo que le costó mil palpitaciones del corazón.

CONTINUARÁ...

N/A: ¿Ven a lo que me refería? ¿Lo ven?. Lo bueno es que el siguiente capítulo ya está listo, calientito y muy rico, de verdad que está lindo. Prometo subirlo en dos días, o en menos. ¡Lo prometo!

¡Nos vemos!

Ren