Hello!
No. No he abandonado FF, solo no he tenido tiempo. Ya saben, la vida de adulto está difícil. Pero aquí estoy, como siempre para el cumpleaños de Tony. Hoy les traigo este pequeño prólogo de una historia que se viene cocinando lentamente desde hace como dos años y que trataré de ir actualizando durante los próximos meses.
Respecto a esta historia, quiero que sepan que me tomé todas las libertades que existen sobre los típicos clichés de la universidad que aparecen en las películas y series de la TV. Lo hice porque quiero y puedo. Y porque realmente no me hubiera venido mal uno de estos clichés en la vida real... La universidad es mucho más difícil de lo que muestran en la tele.
De momento la historia tiene 13k y aún me faltan unos 5 a 10k como mínimo. Ya tengo pensado como continuarla desde el punto en el que voy, es solo que no he tenido tiempo de sentarme a escribirlo.
Espero que a quien sea que lea esto, le guste y quiera una siguiente parte. Nos estaremos leyendo cuando se pueda. Besos ;)
Chico Malo
Prólogo
Tony estaba nervioso. Era su primer día en la universidad.
Si bien ya había estado en el MIT los últimos dos años, entrar a la universidad sería una experiencia completamente diferente. En la universidad entraba todo tipo de gente, en el MIT ingresaban principalmente chicos prodigiosos como él, que querían forjarse un buen futuro y no estaban del todo pendientes de aquellos que los rodeaban. Su amiga Pepper le había contado que en la universidad todos tenían un ojo puesto sobre los estudios y el otro sobre los demás; esperaban el momento de verlos fallar para burlarse o aprovecharse de sus debilidades. Y si Pepper lo decía, tenía que ser cierto.
El primer año era el que los definía como personas el resto de la carrera: podías ser alguien o podías ser nadie en absoluto.
Pepper le había advertido que los chicos de cursos superiores siempre intimidaban a los nuevos para obligarlos a hacer sus tareas. Él no dejaría que eso pasara, seguiría los consejos de su amiga y tendría siempre en mente los consejos de su madre.
Maria Stark siempre le había aconsejado muchas cosas: lavarse los dientes después de cada comida, vestir adecuadamente para cada ocasión, no hacer alardes de su inteligencia para no meterse en problemas, y, sobre todo, evitar a los chicos malos.
Últimamente Maria había insistido con aquel consejo. "Los chicos malos no son buenos para ti, cariño. Debes alejarte de ellos y estarás bien". Cuando él había preguntado cómo sabría identificarlos, ella había dado una descripción bastante específica: "Son chicos con un aire peligroso, muy seguros de sí mismos. Siempre van vestidos con chaquetas de cuero y zapatos toscos, brutos; suelen aprovecharse de su atractivo para atraer a las chicas y a los muchachos inocentes como tú para llevarlos por el mal camino. Los identificarás de inmediato, Anthony, siempre van en automóviles llamativos o en motocicleta y siempre usan lentes de sol para que no veas sus malas intenciones en sus ojos". Su madre era muy específica.
Tony a veces se preguntaba si ella había conocido a muchos chicos malos en su época de juventud, pero no dudaba de su palabra. Su padre siempre decía "Haz caso a tu madre, es la mujer más inteligente que conozco". No siempre estaba de acuerdo con Howard, pero en ese caso debía que aceptar que el hombre tenía toda la razón.
Domingo 29 de Mayo, 2022.
