CEREZA 2: No sé Besar

Capítulo 9: No sé besarte

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A lo lejos pudo oír, por un llanto que duplicaba el suyo, como un enamorado aterrado despertaba agitado solo un segundo después; un segundo más para que dentro de ese sueño compartido hubiera podido tocar, con la boca reseca por falta de amor, los labios de Harry, colmándose de dolor... solo por eso.

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"Harry..." gimió sin consuelo; un suspiro irreal que ni siquiera tocó fuera de sus labios rosas.

Pero el muchacho de piel parda pudo e imaginó ver como aquel ser se aferraba de las almohadas con rabia, tras el sueño tan comprensible, y a la vez extravagante, que ambos habían vivido.

"Dios, ayúdame ¿Qué debo hacer...?"

Harry se impresionó al oír la voz a través de la lluvia de penumbra, despertando cuando él ya lo había hecho. Rodó delicadamente en sí mismo, tal como si durmiera, y sus ojos miopes se clavaron en el techo difuminado por la oscuridad, dónde casi podía aún ver aquel 'te amo' perdido.

Escuchó atentamente mientras algo amargo le trepaba hasta el corazón, doliendo agudamente en los tímpanos oyentes "Dile cuanto lo necesito... dile cuanto deseo morir por su pena, y ayúdalo a dejar de amarme para que no sufra más. Y no dejes que yopare de amarle, para que su dolor se haga mío cuando encuentre a alguien que sea incapaz de lastimarlo como yo lo hice" y los sollozos le arrebataron cruelmente las palabras; casi murió tras la última frase que parecía hecha de dolor, luchando por entrar en el alma de Harry, más allá de la realidad; un sueño nuevo.

¿Pero acaso era real todo lo que hablaba con un Dios prácticamente inexistente? ¿Tanto le amaba Ron para pensar que ese sería un tremendo martirio insaciable si él –Harry- lograba olvidarlo por completo?

¿Lo amaba?

El nudo de días antes, tremendo y torturante, se expandía sin ningún tipo de temor en su vientre, franqueando todas sus índoles, ahora tan presentes, de indiferencia gastada. Pero el dolor febril, por poco carnívoro, cedía extrañamente en el alma exquisitamente pútrida.

Entonces le oyó a lo lejos levantarse aprisa con un peso extraño que sintió en sí mismo, que le impidió respirar con libertad y fiereza, desentendiendo las palabras. Reparó, segundos más tarde, en que la áspera tos de su amigo se oía aun a través de las gruesas cortinas. Y entonces, un sonido inconfundible inundó su pensar; sonido amargo que le dejó paralizado y tenso sobre las colchas y con lágrimas instintivas brotando por sus ojos, descendiendo sobre sus sienes fríamente: Ron estaba devolviendo el estómago con debilidad.

"¿Por qué?" preguntó a la nada, a su sueño y a un Ron que no lo escuchó, evitando bestialmente hacerlo sin sonido.

Estuvo a punto de levantarse, atrapado entre la rabia, la impresión y el amor causante de toda la incertidumbre impuesta hacia lo que parecían siglos, en impulso inesperado, despechado... pero en aquel instante una carcajada inerte ascendió desde el infierno; recordó al momento el beso antaño que tanto le había lesionado, y se detuvo automáticamente, ignorando deliberadamente el pesar que le causaba tal absurdo y salvaje sonido que aún descorazonaba a lo lejos.

Ron contra ella y el cabello castaño descarado ondulando a su alrededor, y a la vez, Ron pudriéndose por dentro, llorando, muriendo por...

"Muere por mí... sí..." escupió con rabia, sin pensar que preciso era lo que pasaba; deseándolo tanto y a lo lejos con la increíble fuerza de como, inconsciente y herido, anhelaba hacerle el amor.

"Está bien" le gritó una voz en la mente aprehendida"... que muera ¡Sí!. Vale la pena mientras vuelva la dignidad que te quitaron ¿cierto?"

"¿Por qué la besaba?" Interrogó Harry acallando estruendosamente la descarada voz "¿Por qué?" gimió dentro de sí, haciéndose daño al estrellar el marfil de sus dientes unos sobre otros; Sus labios comenzaron a temblar y las lágrimas se hicieron algo más que conscientes, tan heladas, lastimando con su sombra de apasionado dolor el físico sobre el pensamiento, además del pecho interno, el corazón; en el alma.

"Está bien" la voz se suavizó increíblemente "Que muera amándote..." suspiró, parecía querer que así fuera; tal vez no "Vale la pena, sí, mientras simplemente mueran ambos sin amor"

No.

No entiendo.

Y entonces la voz fue remplazada por una imagen de Hermione, que por más que intentó ya no pareció cínica, alejándose simplemente de..., pero mirándolo y sonriendo con sinceridad, rebajándose o sencillamente siendo una vez más ella, mientras él sentía que algo de un fuego que no quemaba se deslizaba entre sus dedos, adentro y junto a él y podía nuevamente sentir el resplandor de un tal azul suntuoso.

No era solamente porque había comprendido, aún e irremediablemente indignado, que un error cualquiera lo comete; no era solo porque no quería perder a Ron como había perdido a Sirius –recordando; esa voz en la mente- . Era mucho más porque necesitaba desesperado saber el sabor de esa saliva que creía ya conocíaen un cereza que, aún así, faltaba probar; porque no resistía un momento másvivo, o con la pinta de estarlo, sin poder estrechar esa creación etérea, agraciada, pueril, infinita; Era enteramente porque no valía realmente tener orgullo en cuestión de amor, ni mantenerse sumidos en el pánico cuando simplemente debían reencontrarse y anexionar la perfección universal al amarse.

Entiendo.

Sé que será mejor.

Vale la pena.

Todavía lloraba; dolía con una extrañeza insondable. Estaba abrumadamente confundido por todo lo que sus acciones futuras representaban: recobrar el orgullo perdiéndolo así. Recordaba el beso con desgarradoras punciones en la mente irascible, pero entonces esa imagen era remplazada por la de su reciente sueño y así con aquellos, los pensamientos suyos tan personales y candorosos que había imaginado, con el pulso del corazón al borde de la muerte, la metáfora de Ron, aquella pancarta ficticia de amor.

'Yo te haré... mío'

Llegó justo a tiempo al baño para recibir en sus brazos débiles el cuerpodébil y pálido del pelirrojo, y entonces se creyó a punto de reír y llorar a la vez. Fue como una oleada limpiando el artificio más húmedo y turbio, una inspiración más, por poco limitada;... y tan sencillo de efectuar. Alcanzar la cima solo venciendo la pesadumbre de la mente engañosa y jactanciosa; entregándose de lleno al impulso certero del irrefrenable corazón.

El azul de diamante perdió nitidez al encontrarse contra una imagen divina, incomprensiblemente presente. Ron, al sentirse rodeado por una esencia que ya bien conocía y que le inspiraba solo júbilo y amor, gimió de nuevo vivo y estable, incapaz de levantar la vista cegada, rogando a Dios con todas sus fuerzas porque ese abrazo fuera auténtico como el de sus tantos sueños, y que jamás terminara. Arañó la pijama de Harry con brío, como si temiera de nuevo perderlo y extinguirse, capturándolo para que no se fuera mientras él recobraba el habla coherente y de una vez... pedir perdón.

"No me dejes, por favor" lloró, arreglándoselas para aspirar a la vez toda la fragancia que lo había abandonado; devolverle a la mente un trozo de vida, el porte foráneo y mulato de Harry que carecía en su entorno, destrozado por su propia estupidez; hurtado, casi postergado.

Y cuando por fin tuvo el suficiente valor para alzar la mirada arcana e índiga, perdió la sensibilidad en su cuerpo frágil, solo en un instante, cayendo incrédulo y torpe de rodillas, llevándose a Harry consigo y entre los brazos rosáceos, viendo no más que una explanada de vasto glauco almendrado próximo, brillante; adornado con largos, relucientes y rebeldes mechones negros.

"Perdóname" susurró Ron, y aquella vez, Harry sintió como esa suplica, que tantas veces había escuchado deslizandose fuera de aquel tentativo borde rojo, ahora que ya había despejado el corazón de su espesa calígine, velada de arrogancia, le atravesaba como una flecha de fuego rojo, amado, tierno y sincero, llenándole todo, despejando aún más sus dudas estúpidas sobre si era correcto y lógico seguir amando a esa criatura.

Despavorido, supo, que si bajaba la vista vería a Ron sangrando por los labios mientras suplicaba desesperado. Se sintió terriblemente mortificado e intentó decirle que lo perdonaba de mil modos, uno de ellos limpiándole con éxtasis las lágrimas. Entonces comprendió que no podía calmar el ansia de tortura propia que pretendía su bello Ron, cual como un tonto, siempre abochornado, se cegaba ante la repuesta desesperada, e insistía más, dejando a Harry solo con la oportunidad de entender que Ron en verdad estaba enamorado; y aunque esto último finalmente dolió inmensamente... sintió un tremendo alivio.

Verdaderamente, llegó entonces a sentir, el cuerpo de su mejor amigo un poco más frágil, terso siempre, pero un poco más delgado de lo que ya era en exceso normal, mientras aquel se agitaba contra el suyo, ignorando limpia y lealmente su condición de aflicción, convulsionándose lánguidamente, como si a punto estuviera de sufrir un colapso,padecer un peculiar orgasmo. La piel rosada y suave al tacto era amarillenta, el cabello que él acarició con manos temblorosas turbio y sin brillo, los labios de sangre... intactos.

Pero a pesar de aparentar estarse muriendo, Ron intentó de nuevo excusarse febrilmente abrazándose a la cintura de Harry como si temiera que se le esfumara de pronto, que todo aquello acabara siendo solo un iluso sueño, y con ello le robara los últimos latidos que había reservado con desenfreno para recuperar a su amor, si por fortuna este llegaba a escucharlo un instante.

Hablando atropelladamente contra su pecho, chilló y se excusó ante él y esta vez, mágicamente, lo logró como nunca antes.

"Te traicioné, lo sé ¡Pero jamás te mentí! No sabía besar. Yo..." sintió que Harry le acariciaba el cabello "No sé besarte a ti..." susurró "...A la única persona de la que en verdad me he enamorado..." se detuvo jadeando un momento de flaqueza y, expresando todo su peso opresor enrumores ahogados por lágrimas, continuó,oscilante "Jamás me di cuenta, Harry, pero estaba aterrado. Amarte y entregarme y besarte significaba para mi perder a mi mejor amigo, a mi hermano. Te amo por ser ¡Te amaría si fuésemos completos desconocidos! ¡Si apenas nos hubiésemos encontrado! Pero también amo a mi mejor amigo y temo inmensamente perderlo... Y no quiero... no quiero..." se desmadejó sobre su pecho, cerró los ojos azules, por poco sonriendo, rogando grabarse los latidos del enardecido y distante corazón "¡Perdóname por no verlo antes!"musitó "Perdóname... por ser tan tonto... por no entenderlo... por ser tan egoísta" 'amarte tanto' y el llanto fundió las palabras casi al instante del momento clímax, a la vez que Harry insistía abrazándolo intensamente; lo silenciaba.

Abrió los ojos al separar los labios del cabello de su amado; sonrió mientras su ojos seanegabanen lágrimas, presenciando las manos de leche estrujar, haciéndole daño, la cintura...

La indignación se esfumó por completo y se sintió en paz; entendió que jamás necesitó escucharlo, ni enternderle, ni recibir ese motivo cruel, dulce que a él le pareció encantador, tan lógico, tan abrumadamente amoroso, estúpido... ¿por qué no?.

"Ron, siempre serás mi mejor amigo... yo sé amarte de ambas formas, y no cederé ante ninguna ¿Por qué dudaste que yo...? ¿Por qué...?" preguntó tan sosegado que por un momento llegó a impresionarse.

"Porque además tenía que ser perfecto ante ti..." rió el taheño "sí, es tonto" suspiró y en una de tantas muestras de amor acarició a tras pies la piel trigueña que tanto extrañaba, adoraba."Moría pensar que tú cedieras a tu amor... solo... solo porque entendieras que mi saliva no sería suficiente para satisfacer tu yo tan maravilloso, tan perfecto" parecía franco.

"Oh, por favor, cierra la boca, maldita sea... Ron..." gruñó Harry.

Este se alzó lentamente, el trazo de las lágrimas de seda permanecía intacto en la curva entre el lagrimal y su hoyuelo encantador en la mejilla; el pomulo, y aún descendían. Harry lo miró en verde, un poco arriba, un poco demasiado cerca para que fuera tan real, y creo mentalmente la ilusión de que todo aquello era un paraíso excelso, el sueño procedente de la pesadilla; perdurable. Arrodillados en el suelo se sintieron apresados por la mudez de la expectación; el ansia eterna que no habían cumplido; en el baño que parecía un jardín, el helado piso que parecía tan cálido de pronto, tan terso.

Se dieron cuenta que sellarían de una vez por todas aquel pacto grato que duraría invariablemente; pasarían al segundo nivel de adoración por más sencilla que fuera la firma final, y las almas suyas, las gemelas, la trigueña y la lechosa, se enfrentarían al reto mayor, se amarían como amantes, pero también como mejores amigos, cuales siempre habían sido; era aterrador, sí, porque nunca antes y tal vez nunca jamás sucedería algo tan maravilloso. Pero lo franquearían juntos y dichosos, y mientras tanto sería perennemente exquisito; ellos sabían que se amarían hasta la muerte y en las estrellas cuando se esfumara el paso andante en el sendero terrenal, como amantes apasionados o ángeles –era igual-, locos haciéndose el amor en todo momento; como pequeños tontos y fáciles; amigos incondicionales.

Tomaron sus rostros ansiando desesperados el momento que tanto se había alejado. Las ropas se tallaron entre ellas buscando las pieles debajo de estás, tan cálidas y entregadas. Ron rehuyó horrorizado al destino solo un instante, mirando, rogando dentro de la mirada verde 'Por favor, dímelo y no tenderé miedo ya. Aprenderé'

Harry asintió.

"Nunca dejarás de ser mi mejor amigo" susurró.

Algo iluminó como jamás pasaría sus corazones vírgenes, y la hermosura que siempre habían contemplado en cada uno de ellos se intensificó extraordinariamente en el último glorioso instante, antes de que cerraran los ojos a la vez en fervor y los labios de canela y cereza se entrelazaran por fin.

Ron se dio el lujo de reírse cuando sus narices chocaron torpemente, y porque aún así fue magnífico; cuando Harry gimió al darse un cabezazo contra la pared. Pero se dio aún más el lujo de llenar de saliva reseca los labios y el rostro de terciopelo del moreno suyo, colmado de ansias, sin miedo, con fe y desesperación, con un toque de lujuria que creyó jamás reconocer en sí mismo, y con toda la confianza, y toda la amistad, y todo el amor que solo podía darse entre ellos: perfectos amigos.

Yal fin sus lenguas de satín se habían encontrado en un baile que no llegaba siquiera a ser dramático; poco intenso. Se dijeron en un murmullo de ensoñación que ese primer ósculo celestial no era simplemente pasión, cuando en verdad era concesión;que se daba solo para ampliar hasta un punto inalcanzable sus confianzas que ya de por sí residían en sus mentes con un peso que rozaba la placentera opresión. Fue de lo más perfecto porque, después de todo, no tenían que aparentar; debían solo ser... Se amaban ¡se amaban tal y cual eran cada uno! Confiando en que el otro aceptaría sus torpezas indelebles, siempre amadas, aprendidas y compartidas, a pesar de ser siempre para el otro meras marcas de magnificencia.

Fue el contacto amoroso más sincero sobre la faz de la tierra; ni siquiera tuvieron que abrir los ojos para admirar; exhalar un suspiro entrecortado por la falta de oxígeno. Fue tan espontáneo y tierno que logró perdurar intacto después de concluido y solo así fue del todo célico. Las emociones no se rebajaron a deducirse de una sola manera, había de todo, era todo; tan dichoso como alegre, tan sensual como susceptible; torpe y a la vez maestro: Su amistad era indomable.

El corazón de Harry dio un vuelco de excitación por un momento. Después de todo, de verdad ¡después de tanto! su historia de amor había sido perfecta: había prevalecido con aquellos matices necesarios de dubitación; porque había concluido... tal como había comenzado.

Sonrió.

Vio a Hermione y la perdonó; la perdonó porque supo de inmediato que ella no había sentido el sabor cereza en los labios, mucho menos en el corazón; porque Ron parecía un crío ante la danza mística de sus lenguas amantes y amigas. La perdono porque no sabía nada más en ese el abstracto paisaje de amor que se ofrecían y que tanto amó.

Vio a Ron de nuevo dentro de él, en él, como el mismo y a su alrededor, irradiando ferozmente como un sol al que no le sobra ni le falta una gota de bendición; fue dichoso.

Se dio cuenta, lo tenía todo.

FIN

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N/A-R: Después de unas 40 décadas de inactividad, regreso triunfante con el ansiado final (xDD).

Yo sé, tal vez este no fue el máximo desenlace '¡Qué maravilla de final!' no, yo sé que no. Pero me dolía verlos sufriendo... y supongo que en aquel sueño quedaba casi todo aclarado; nofaltaba más que hacer que lo vieran (sobre todo Harry) en la simple realidad.

Tengo un par de buenas ideas, además de un fic casi terminado, y... algo dramático;Opuesto totalemente a lo que ya he publicado. Aún así espero que me lean. (No se preocupen, suelo seguir viendo todo de color rosa :P)

Espero sus reviews. :)

Mil gracias por su atención (xP)

Ren (Recientemente: Tata)