¡Holis, holis! Como andan? Espero que super bien, aquí por fin me ha llegado el duende de la inspiración y he vuelto a escribir, siento la tardanza, ya sé que no me quedan excusas, pero para redimir esto... el próximo capítulo lo postearé la próxima semana, así que tengan por seguro que estará listo. Por lo tanto, no se asusten si este capi les parece aburrido o corto, es para salir del paso y anticipar lo que se viene. Gracias por esperarme!!

Ana: Hey!! Gracias por tu review!! De verdad me alegra que más gente lea mi fic, todavía no puedo creer que haya pasado los 20 reviews!! Espero no decepcionarte y que te guste mucho!! Un beso

J@ina: Hola amigaa!!! A ti si que te debo una disculpa (obviamente que a todos se las debo), pero tu eres una de las que me sigue desde el principio, y me asombra como todavía no te has cansado de esperar las continuaciones!! De veras muchas gracias por todo el apoyo!! Espero que te guste este capitulo, saludos!!

Mon Felton: Holas!! Gracias por tu deseo de que me mejorase, pensé que yo era la única a la que le agarraba tan fuerte la gripe!! NO tienes idea de lo que fue!! Todo el día esturnudando y tosiendo, una pesadilla!!! Bueno, muchas gracias por tu review y espero que te guste la continuación! Abrazo y besos.

Adriana: Holitas chica! Primero que nada, dale muchas gracias a tu amiga por recomendarte mi fic, aunque yo no creo que sea tan bueno. Bueno, lo importante es que a ti te guste. Me alegra que te guste la trama y sólo habrá que esperar un poco más para que se desate el verdadero nudo de la historia. Muchas gracias por leerlo y espero que te guste esta parte! UN saludo.

Bueno, ahora sí. Señoras y señores, niñas y niñas, perros y seres no humanos, aquí les va el capitulo número 16:

Capítulo 16: "Preguntas sin respuesta"

Cuando desperté a la mañana siguiente, me parecía que la cabeza me iba a estallar. Parpadeando ante la brillante luz del sol, tomé mi reloj y traté de ver la hora. Vaya, las 8. Y eso que me había acostado tardísimo. Me senté en la cama y colocándome el cabello detrás de las orejas, miré a través de la ventana.

-Vaya, hasta que despertaste -exclamó una voz algo ronca, pero familiar.

Sobresaltada, miré hacia el otro extremo de la habitación. Sentado en el sillón estaba Draco, un poco despeinado y mirándome con algo de pereza.

-¡¿Qué diablos... ?! -dije al notar su presencia.

-Buenos días a ti también -acotó él socarronamente.

-¿Qué rayos es lo que haces aquí? -indagué.

-Deberías agradecerme, ¿sabes?

-Eh? ¿Qué dices?

-Lo que oyes. Si yo no estuviese aquí, te hubieses muerto de frío. Sólo tú dejas la ventana abierta de par en par en medio del invierno. Sin mencionar tu abrigador pijama -terminó, mirándome de arriba a abajo.

-Ya basta -dije, resoplando y cubriendome con las mantas -contéstame. ¿Qué haces en mi cuarto?

-¿Sabes? En realidad no lo sé.

-Oh, vamos. No juegues -exclamé ya algo harta. Mirándolo fijamente a los ojos, traté de quitarle la respuesta a la fuerza. De pronto, lo entendí.

-¿Qué te pasa? ¿Qué tanto me estás mirando?

-Te preocupaste por mí -dije con una mirada incrédula.

-¿Qué? Ahora sí te volviste loca.

-Niégalo -lo reté.

-¿Crees que no puedo? -dijo, entornando los ojos con malicia.

-Draco, ya tuve bastante de tus insignificantes e inofensivos retos -dije, frotándome la frente y sintiendo como la cabeza me dolía cada vez más.

-Me parece que tú ni siquiera puedes aceptar un favor sin comenzar a pensar en que me importas.

-¿Debería?

-Diablos. Mira la hora que es -miró su muñeca izquierda-. Las 9. Ya me tengo que ir. Algunos trabajamos, ¿lo sabías?

-¡Mira quien habla! -exclamé molesta -Además, me estás evadiendo.

-Sí, bien; lo que digas, Hermione -dijo él, incorporándose e intentando en vano acomodarse el cabello. -ya me voy.

-Nadie te detiene -dije con un dejo de insolencia -además, ya te sabes el camino, por lo visto.

-¿Qué? ¿Tú no vas a ir? ¿La perfecta y trabajadora Hermione Granger no va a cumplir con sus obligaciones?

-Ya cállate. Además, con el dolor que tengo el cual ahora tú me has agravado, no puedo ir. Al menos yo no falto por salir de farra por ahí...

-Mira, mejor ya me voy, por que te pones odiosa, es decir como en realidad eres -dijo con una mueca burlona.

-Ya vete -le advertí.

Justo antes de salir por la puerta, volteó y con una de sus sonrisas molestas y ávidas, me dijo:

-Por cierto, lindo pijama.

Una de mis pantuflas voló en dirección a su cara, la cual justo 3 segundos antes desapareció detrás de la puerta.

-Idiota -murmuré, mientras oía la puerta de la calle cerrarse.

**

Luego de vestirme y acomodar mi cama, bajé al comedor. Mi cabeza me estaba matando, así que puse a hervir algo de agua para prepararme un té y fui hasta mi botiquín para buscar unas aspirinas. Al salir del baño, terminé de hacer el té y fui a sentarme a la sala. Cerré lo ojos por un momento y traté de relajarme, pero pensaba en Draco y la cabeza me dolía aún más. ¿Cómo se había atrevido a entrar en mi casa mientras dormía? ¿Qué? ¿Ni siquiera se le pasó por la cabeza que eso es un delito? No, claro. Para él nada tiene límites ni está fuera de su alcance. No entiendo por qué rayos no me deja vivir. ¿Para qué me siguió hasta el pub, para qué me instiga? Volví a abrir los ojos y sorbí un poco de té. Esto es tan infantil. Parece un niño persiguiéndome, queriendo saber con quien salgo, mientras que a mí me importa un bledo con quien él se esté divirtiendo. Bueno, al menos no de una manera de la que me pueda arrepentir... Es absurdo. Esto va más allá de los celos o de la curiosidad. Y ya me estoy cansando de este jueguito. Justo cuando iba a levantarme, descubrí la chaqueta de Draco disimuladamente olvidada sobre el sillón que estaba frente a mí. La tomé y las iniciales DM bordadas en plateado en el interior de la prenda ratificaban mi suposición. Al sacudirla un poco, un pequeño bollo de papel cayó de uno de los bolsillos. Extrañada, lo levanté, lo extendí entre mis manos, y leí lo que contenía:

" El momento se acerca, no podrás escapar
ella te llevará de vuelta a la oscuridad"

Sorprendida y a la vez confundida, doblé el papelito y volví a guardarlo en el bolsillo de la chaqueta. Traté de entender lo que decía, pero por más vueltas que le diese no podía y además, no sabía que cosas ocurrían en la vida de Draco. Justo cuando dejaba la chaqueta de vuelta sobre el sillón, sonó el timbre. Fui hasta la puerta y al abrirla, me encontré con la sonrisa y la mirada azul de Ron.

-Hola -saludó él.

-Hola -repetí -Qué sorpresa...

-No fuiste al Ministerio... pensé que algo te había ocurrido.

-No... Pasa. Lo que sucede esque no me sentía muy bien.

-Podrías haberme avisado, o a Harry.

-No quería molestarlos, además sólo era un pequeño dolor de cabeza, nada más.

-No importa -dijo con una mirada algo reprobatoria -nos preocupamos, como tú ni con nieve ni con tempestad faltas al trabajo...

-Muy gracioso... Pero descuida, ya me siento mejor. De todas maneras, gracias Ron. Tú y Harry siempre están cuidándome -agradecí, pellizcándole suavemente la mejilla.

-Sólo queremos que estés bien, eso es todo -dijo sonriendo.

-¿Harry fue al Ministerio?

-No lo ví mucho hoy. Por lo que sé, creo que se pasó el día con Richard, Malfoy y los demás del escuadrón de Aurors.

-¿Sucedió algo? -inquirí.

-Parece que los mortífagos que se habían localizado en Turquía están acercándose.

-Significa que la paz va a acabarse pronto...-Dije en un suspiro apesadumbrado.

-Según lo que Harry me ha dicho, así parece.

-Tendremos que estar preparados... para cualquier cosa extraña -agregué, recordando las muertas y la nota que había encontrado minutos antes.

-Hablando de cosas extrañas -dijo él, a medida que fruncía el entrecejo -¿Qué hace eso aquí?

-¿Qué... -comencé, pero luego entendiendo a lo que se refería-. Ah... es de Draco.

-sí, lo sé. Por eso te pregunto qué hace aquí.

-No te pongas así, Ron. Sucede que ayer al salir del Ministerio, el se ofreció para traerme hasta aquí... y se la olvidó.

-Ajá -dijo él, obviamente poco convencido de mi explicación.

-¡Ron! ¿En qué estás pensando? -dije algo incómoda.

-Es que tu excusa es demasiado inocente, Herm.

-¿Excusa? Oh, vamos. No pensarás que...

Me devolvió una mirada entre molesta y burlona.

-Estás totalmente equivocado, Ron. Él y yo... es decir... No hay nada entre nosotros ni lo habrá.

-¿Nosotros?

-¡Ron!

-Está bien, está bien. No te enojes, Herm. Sabes que confío en tí. Es sólo una broma.

-Sabes que esas bromas no me hacen mucha gracia -dije con una mirada molesta.

-Lo sé. Sólo lo hago para verte enojada -dijo sonriéndome y pellizcándome la mejilla igual que yo lo había hecho antes.

-Pues qué lindo hobby tienes.

Mientras hablaba con Ron, podía ver el sol caer a través de la ventana. A medida que anochecía, la luz se iba escapando de la sala y nuestros rostros se iban perdiendo en la oscuridad que llegaba. Me puse de pie y encendí las luces. Luego de otro rato de charla, Ron finalmente se marchó. Traté de buscar algo que hacer para no pensar en esa nota, pero nada parecía dar resultado. Quería saber más, qué rayos significaba , y sólo había un persona que podía contestar todas mis preguntas. Busqué mis llaves, tomé mi abrigo y la chaqueta de Draco, y me dirigí hacia su casa.