Holas amigos y amigas!!!! Tanto tiempo...! ¿Como va? Espero que todo bien.
Bueno, por fin he terminado este capítulo; debo decir que es el que más
tiempo me ha llevado hacer, sin contar los días que em tardé en copiarlo y
subirlo. Pero ahora ya está listo y sólo tengo una cosilla que aclararles
antes de que empiecen a leerlo.
Notarán que he cambiado el narrador de protagonista a omnisciente, esto
quiere decir que ya no relataré la historia desde los puntos de vista de
Draco y Hermione, sino que lo haré desde afuera, objetivamente. He decidio
hacerlo de esta manera ya que así podré explayarme mejor en todos los
hechos que la historia comenzará a tener desde ahora, y será más cómodo
para uds entenderlo. Bien, sin más que decir, aquí contesto algunos
reviews:
Yop: Vaya, gracias por lo halagos!!! No creo que sepa escribir tan bien, es sólo que me gusta... Muchas gracias por tu review y disculpa la tardanza!! Besos y espero que este cap. también te guste.
J@ina: Hola amiga!! Sí, lo sé, me tarde milenios en subir este capitulo!! Me alegra muchisisisimo que te haya gustado el anterior, ya que me esforcé mucho para que los sentimientos de ambos quedaran bien expresados, ya que esta es una historia de amor... Dejame decirte que no puedo esperar para el proximo capitulo de tu fic Draconis!! Está super y me encantó el último, cuando están en el cumpleaños de Gaspar, esta genial, porfis sigue escribiendo y gracias!!!! Muchios besos!! :-P
Artemisa2: Gracias por tu review amiga! Y tambien muchas gracias por el halago, me alegra que el capitulo te haya gustado, ya que no sabía si había quedado muy bien... Muchisisimas gracias por leerlo y espero que este tambien te guste!! Saludos
ross malfoy: Holis!! Por supuesto que no los dejé abandonados, qué sería de mi y mi fic sin uds!!!!!! Sí, debo disculparme por la tardanza, pero es que ya se me ha hecho costumbre!!! No puedo evitarlo, espero que esta vez haya valido la pena. Wow, no puedo creer que me hayas puesto entre tus hirtorias favoritas... de verdad es un gran halago, muchas gracias!! Muchas gracias por sumarte y leer mi fic, de veras me da aliento y me inspira a seguir escribiendo. Besos y saludos!!
mariapotter2002: Muchas gracias!!! Me alegro que te haya gustado y gracias tambien por haberlo leído!!! Espero que este cap te guste. Saludos.
Shiro2: Holas!!! Me pone super bien que tú tambien te hayas molestado en leer mi historia y que además te haya gustado!!!! Siento, la tardanza, es que de verdad, no puedo evitarlo!! Espero que este capi te guste y gracias!!! Besos!!
Ana "Radcliffe": Gracias, gracias, gracias!!! Espero que este capi también te guste!! Cariños y saludos!!
Sakura Malfoy: Hey, gracias por tu review!!! No te preocupes que aunque me tarde, el fic tendrá su final!!! Te agradezco que lo hayas leído, espero que este capi tb sea bueno. Besos!!!!
AlEjAnDra_fElTon: Holas!! Gracias por tus buenos deseos!! De verdad espero tener buena suerte para seguir escribiendo y no defraudarlos!! Gracias por tu comentario y ojalá que este episodio te guste!! Saludosss!!
estefana: Gracias por tu opinión, me alegra que mi fic te haya gustado. Mi mail es rosekpa02@hotmail.com , me encantaría que pudiesemos escribirnos, también me gustaría escribirme con todos los que quieran hacerlo. Muchas gracias y espero que este capitulo tab te guste mucho!! Besitos
dana_felton: Holas!!! Sí, que valor que tiene Draco!!! Pero es que él ha estado cargando desde hace mucho tiempo con ese deseo, y ya no pudo contenerse... Me alegro que lo hayas leído y te haya gustado amiga!! Herm es un poco (tal vez más de lo que crees) impulsiva, te aseguro que cuando las cosas sucedan, hará hasta lo imposible para solucionarlo... (no quiero adelantarte nada, que mala!!!) Espero que este capi te guste!!! Abrazos!!
BB: Gracias por tu review y por los halagos amiga! Me super alegra que te hayas unido a leer mi historia y que te haya gustado, de verás que ya es más de lo que me esperaba!! Muchas gracias y espero no haberte hartado con mi tardanza, lo que pasa es que no puedo evitarlo... Besitoss!!!
Adriana: Gracias, me agrada que te haya gustado la declaración de Draco, no pensé que estaba muy bien expresada... pero ahora que leo tu review, me da gusto y me alivia!! Muchas gracias por leer mi fic y saludoss!!!
Bien, ahora sí, los dejo leer el nuevo capi, pero antes... MUCHAS GRACIAS A TODOSSS nunaca creí que llegaría a tantos reviews, ni siquiera pensé que llegaría a escribirme alguien!! Todos ustedes me animan y me apoyan y me hacen seguir adelante, pase lo que pase. Muchas gracias a todos por eso y por estar y aguantar mis tardanzas!! Los quierooo!!! Besos y los dejo con el capitulo!!
Hasta la Próxima!!!!
**
Capítulo 19: "Nada es lo que parece"
Una suave brisa se coló en la lúgubre sala, meciendo lentamente los cabellos de una Hermione que yacía dormida en brazos de un rubio cuyos ojos no parecían querer cerrarse. Aunque el cansancio le daba batalla, Draco no pensaba dejarse abatir. La sentía respirar tranquilamente; tan frágil entre sus brazos. Con lentitud colocó algunos de sus cabellos detrás de su oreja, deseando que esos momentos durasen una eternidad. Cerró sus ojos, recordando la noche en la que la había besado. Recordó también toda su vida antes de ese beso. Lo último que se le hubiese ocurrido sería mirarla, y ahora ya le había abierto su corazón, el cual años atrás parecía bloqueado por el frío. En medio de todos esos recuerdos, uno de ellos lo hizo abrir nuevamente los ojos...
**FLASHBACK**
Era un día gris, como nunca se había visto antes. El cielo podría haber sido confundido fácilmente con una explanada nevada. No había aves surcándolo, ni el asomo de la más débil flor en el campo. Se decía que ninguna podía crecer en ese lugar. Que allí la vida se desvanecía poco a poco, como una brisa de verano. Sólo el rocío esparcido sobre el verde césped encontró a un muchacho rubio de unos 18 años con la mirada perdida en el horizonte. Sus ojos parecían dos trozos del cielo que se extendía sobre él. Un cielo que, aunque muy parecido al que cubría el lugar, daba la impresión de contener en su interior una tormenta que sacudía su alma. El muchacho tomó su cabeza entre sus manos y se despeinó, nervioso. Parecía estar haciendo un gran esfuerzo por extraer de su mente aquello que lo atormentaba. Se puso de pie y golpeó con furia el tronco del árbol que lo había acompañado todo este tiempo. Molesto, se lo oyó murmurar: "¿Por qué... ?". Se dio vuelta, sólo para encontrar a un hombre de iguales cabellos dorados y gélidos ojos, con los cuales le devolvió una mirada de desaprobación y enfado evidentes.
-¿Qué haces aquí? -inquirió el hombre.
-Respiro -contestó el muchacho, enfrentando la mirada de su padre con una mezcla de coraje y escepticismo.
-Deja de perder el tiempo. Hay trabajo que hacer.
-No gracias. Paso.
-No lo harás -amenazó, entredientes - aún sigues siendo mi hijo, maldito muchacho y vas a obedecerme.
-Pensé que ya lo habías olvidado -respondió, con ojos de fuego.
-Eso desearía, pero tu iniciación es esta noche. Desgraciadamente, debo presentarte como tal.
-No te preocupes. No estaré allí para avergonzarte -declaró.
-No me hagas reir. Sabes que este es tu destino, así como lo fue el mío y el de tus ancestros. No puedes ni vas a escapar de él. es el motivo por el cual naciste.
-Yo no estaría tan seguro.
-Tu rebeldía no te llevará a nada. sólo a la muerte y a la deshonra.
-Prefiero vivir deshonrado a vivir asesinando gente como si sólo fuesen trozos de carne.
-Hace sólo un año morías por que este día llegase. ¿Qué demonios te ha pasado?
-Abrí los ojos -sentenció-. Desperté del maldito sueño que tu y mi madre ma habían construído. Claro que ella no fue tan fuerte para continuar la mentira. Sólo era un muñeco que tú manipulabas y golpeabas cuando sentías deseos de hacerlo. ¿Crees que alguna vez me tragué la mentira de que se amaban? Ni hablar. ¡Tú sólo la usabas y ella fue una estúpida por dejar que la golpearas y manejaras!
En un acceso de ira, Lucius Malfoy levantó su brazo, listo para abofetear a su hijo. Aúnque éste, más veloz que él, lo detuvo en el aire.
-Ya no, papá -exclamó con una mueca molesta, sosteniéndo el brazo de su padre -.Ya no resultará. No volverás a tocarme.
-Maldito mocoso... ¿Crees que puedes enfrentarme? Moriras por otras manos si no tengo el gusto de hacerlo por las mías.
-Tus amenazas no me asustan. Ya no soy un niño idiota.
-Como quieras... Pero ten por seguro que si no asistes esta noche ante la orden... sólo digamos que no se lo tomarán a broma. Y aunque el tiempo pase, siempre estarán detrás de ti, acechándote, vigilándote a ti y a todo el que llegue a convertirse en una parte de ti, aunque lo dudo.
-Pues dales este mensaje: no seré una presa fácil.
-Espero que cumplas tu palabra. A partir de este instante, tu vida y la de esa inmunda malnacida están en juego -dijo, dándole una palmada en el hombro.
Draco alzó la mirada, sólo para ver cómo su padre se alejaba por la explanada con su capa ondeando al viento. Un viento que había comenzado a soplar en el lugar y que ahora mecía los cabellos de este rubio muchacho, que al oir las últimas palabras de su padre sólo pudo sentir como un par de ojos castaños se apoderaban de sus pensamientos...
**FIN DEL FLASHBACK**
Draco parpadeó al volver al presente. Recordó cómo había escapado de su casa esa noche, cuando supo que los mortífagos irían tras él. De repente sus recuerdos fueron interrumpidos por un par de ojos castaños que lo miraban cansados.
-¿Qué haces despierto? -preguntó débilmente una Hermione soñolienta, aunque con una pequeña sonrisa en los labios.
-¿Yo? ¿Qué estás haciendo tú despierta? -replicó fingiendo molestarse, aunque devolviéndole la sonrisa.
-No te burles... ¿Pasa algo? ¿Estás bien? -inquirió ella preocupada.
-Todo está bien, no te preocupes -la tranquilizó, acariciando su rostro.
-Es sólo que... cosas muy extrañas están sucediendo y yo...
-No me pasará nada, ni a ti. No dejaré que te toquen, no mientras estés conmigo -aseguró, recordando aquel distante día del pasado.
-Sé que quieres cuidarme, pero yo puedo protegerme a mi misma. Me preocupo por ti. A ti te han atacado ya dos veces.
-E incontables veces más que tú desconoces me han atacado y aquí me ves. Deja de preocuparte. No me pasará nada; no nos pasará nada -terminó.
Selló su promesa con un dulce beso, que dejó por terminada la discusión. La miró a los ojos y ambos se estrecharon fuertemente contra sí.
-Deberías descansar -dijo Draco suavemente.
Ella cerró los ojos y exhaló un largo suspiro.
-No lo entiendo -exclamó, lamentándose -he tenido este presentimiento que no puedo ignorar.
-¿A qué te refieres?
-Siento... Siento que voy a perderte -concluyó, posando su mirada en la del rubio.
-No lo harás, Herm... Desgraciadamente, seguiré a tu lado amándote.
-No bromees -dijo ésta, muy seria -. Siento que algo va a suceder... probablemente lo esté imaginando, pero no puedo evitarlo.
-Exacto. Te estás haciendo la cabeza por nada -dijo él, como reprochándole tanta preocupación -. Sólo cierra los ojos... Todo se verá mejor por la mañana.
Hermione cerró sus ojos, aún algo perturbada. Sabía que era sólo una estupidez, pero aún así le preocupaba. Tambien sabía que si Draco tuviese que matar para verla a salvo y tranquila a su lado, lo haría sin titubear. Pero no era ella a quien buscaban. Y para peor, ella no podía hacer nada para cambiarlo. Tal vez nada fuese a pasar y ella sólo estuviese divagando. Quién sabe. Draco tampoco entendía el por qué de la preocupación de Hermione. A él no le importaba morir, desde que había dejado Hogwarts había estado escapando de la muerte. Ya no sabía que más hacer para asegurarle que nada iba a pasar, a tal punto que la inseguridad comenzaba a invadirlo. Bajó la vista y observó Hermione dormía. Adoraba hacerlo. Se veía tan frágil, aunque fuerte como él mismo. Finalmente, el cansancio lo abatió y cerró sus ojos, deseando que la noche nunca acabase. Mientras sentía el sueño llegar y adormecerlo, pensó que nada, absolutamente nada podía arruinar este momento; su primer encuentro con la felicidad.
***
De pronto, un viejo dolor comenzó a envolverlo, creando torbellinos y cúmulos en su interior, y aunque sus ojos permanecían cerrados, sintió como una oscuridad familiar lo cegaba. Vio cómo una serie de imágenes comenzaban a sucederse, como si se tratase de una película. Todo lo que pudo suponer era que se trataba de recuerdos que volvían para confundirlo, pero al observar las imágenes dentro de su mente descubrió algo más que una simple confusión. Eran como espejos, fotografías que mostraban una vida que no era la suya, pero que así lo parecía. Muertes, heridas profundas, ataques y un dolor inconmensurable. Y todas ellas causadas por un solo responsable: él mismo. No podía entenderlo. Toda esa sangre que emanaba desde sus manos y manchaba sus ropas y su varita... ¿Era realmente él? ¿Era realmente Draco Malfoy?
Trató de abrir sus ojos, resguardándose en la ilusión de que todo fuese un sueño, pero la oscuridad y las "fotografías" eran como una venda extremadamente anudada contra sus ojos. Repentinamente, sintió correr por sus venas una necesidad imperiosa y una sed de lastimar, de matar. Fue como si una parte de él hubiese vuelto a despertar, una parte que había permanecido adormecida con mucho esfuerzo desde su temprana adolescencia. Trató de resistirse pero la oscuridad lo absorvía, así como a cada parte de su alma. Podía sentir cómo se consumía, dejando en él un vacío que iba llenándose de a poco con un odio que lo nublaba.
Justo cuando estaba apunto de sacarse los ojos con sus propias manos, pudo abrirlos. Ya no eran los mismos, al igual que con lo que ellos divisaba. Habían vuelto a ser gélidos cual dos bloques de hielo, aunque con un fuego en su interior que emanaba rencor y odio, y que podría haber fácilmente iluminado toda la sala. Miró a su alrededor y la contempló con interés, como si no la hubiera visto en muchísimo tiempo. Al bajar la vista, no pudo creer lo que vio. Parpadeó repetidas veces, tratando de que aquello sólo fuese una alucinación e incluso una pesadilla. La asquerosa sangre sucia de Hermione Granger yacía dormida entre sus brazos. Conteniendo las ganas de asesinarla allí mismo, se separó de ella, se puso de pie y corrió hacia el exterior, donde una lluvia tenaz anegaba las calles y lo empapaba por completo. Trató de correr, pero las ganas de matar lo inutilizaban completamente.
Tropezó y trastabilló, hasta que finalmente cayó de rodillas sobre la inundada acera, bajo una lluvia que arreciaba y que calaba hasta los huesos. Incapaz de sostener el inmenso dolor que había comenzado a mortificarlo desde el centro de su pecho, dejó salir un grito que retumbó en cada una de las gotas que caían sobre sus cabellos y sobre su cuerpo. Sus ojos ya no eran los mismos, tampoco su voz ni su cuerpo eran los de antes, aunque él sentía cómo volvía a ser él mismo después de mucho tiempo. Tomó una piedra del suelo y la pulverizó entre sus manos. Cualquiera que lo hubiese visto nunca hubiera supuesto que ese era Draco Malfoy; hubiera pensado que era cualquier otra persona. Y eso, por más extraño que pueda parecer, era lo correcto.
Aunque aún conservaba su aspecto físico, aquel no era el Malfoy que trabajaba arduamente como Auror contra las fuerzas de las tinieblas, que se desvivía por su amor por Hermione. Aquel era un Draco que había permanecido dormido durante años, al igual que aquella parte de él que él mismo había enterrado en lo más profundo de su ser, y que ahora había resurgido. Qué suerte que Hermione no estaba allí para verlo.
**
Los primeros rayos de un sol reluciente encontraron a Hermione acurrucada en un par de brazos invisibles. No había pasado mucho tiempodesde que se había esforzado por calmar sus agobios, ni desde que había logrado conciliar el sueño. Tampoco había transcurrido mucho tiempo desde que aquella lluvia solitaria se llevara otra alma para ser su compañera. Pero nuestra Hermione nada sabía de lo ocurrido y descansaba junto a un edredón el cual suponía que era Draco. Como si hubiese sido por medio de algún hechizo, la castaña abrió sus ojos, despertando muy lentamente. Lo primero que pensó, además de que ya era tarde, fue, irremdiablemente, dónde estaría el rubio. Aquello funcionó como un disparador al llenar a Hermione nuevamente de preocupación. Y por más extraño que esto pudiese sonar, aquellos sentimientos se desvanecieron más rápido de lo que tardaron en llegar. Hermione recapacitó: era su casa. De seguro estaría por allí, haciendo lo que fuere pero al fin y al cabo allí. Se incorporó y movió su cabeza hacia un lado y hacia el otro. Esperó por un momento la aparición del rubio y, cansada de hacerlo e imaginando los miles de cuartos que la casa tendría, desechó la idea de buscarlo y se puso de pie. Tomó su abrigo y salió hacia el Ministerio. En el camino, llegó a la conclusión de que llegar sola sería mucho mejor que llegar junto a Draco, por el solo hecho de que Harry y Ron se pondrían extremadamente pesados y curiosos, sin mencionar la desconfianza que sus ojos irradiarían. De nada serviría esconderse. Ella no quería ni tenía por qué hacerlo. Desgraciada e inexorablemente, sus amigos tarde o temprano se darían cuenta de lo que pasaba. Llegó al Ministerio, pensando en la posibilidad de que tal vez Draco ya hubiese llegado. Atravesó los pasillos y repentinamente, en uno de ellos casi chocó con un pelirrojo que lucía algo soñoliento.
-Hola, buenos días Herm -saludó.
-Buenos días -respondió ella, conteniendo un bostezo.
-¿Todo bien? -preguntó divertido, aludiendo a su vestuario, que obviamente no había podido cambiar por haberse quedado con Draco.
-Sí, es que... anoche estaba exhausta y me quedé dormida con todo y ropa -mintió.
-Ya veo... -dijo, poco convencido.
-Ron -dijo, reprochándole su actitud -ya basta.
-No te enfades, Herm -dijo, esbozando una pequeña sonrisa.
Se despidieron después de charlar por un rato. "De nuevo a la rutina", pensaron ambos, mientras se dirigía cada cual a su oficina. De todas formas, ninguno se mantuvo en su lugar por mucho tiempo. Horas más tarde, Hermione salió de su despacho, como dividida en dos. Una parte de ella salió cansada de perderse un día tan bonito encerrada en un cuarto, y con ganas de conversar un rato con sus amigos en los jardines del Ministerio. Otra parte de ella salió algo extrañada por no haber visto ni haberse cruzado ni una sola vez con él. Sabiendo como era el rubio, no era de extrañar que tal vez se hubiese quedado en su casa haciendo nada. pero en su interior, ella sabía que algo sucedía, algo que iba mucho más allá de una simple tontería.
**
Días pasaron y para el asombro y la ya muy agravada preocupación de la castaña, Draco no parecía querer aparecer. Su despacho permanecía cerrado, tal y como él lo había dejado hacía ya casi dos semanas. Pero Hermione no era la única preocupada: todo el Ministerio, en especial la división de Aurors, estaba consternado. Entre los menos interesados, circulaba el rumor de que estaba enfermo, e incluso muerto. Sólo Hermione, Harry, Ron y algunos Aurors sabían que él estaba vivo, al menos no podían creer en la posibilidad de que no lo estuviese. Ellos lo habían visto volver algo herido pero bien luego de la última escaramuza con los mortífagos. Hermione lo sabía mejor que nadie. Finalmente, una de esas mañanas en las que el sol no muestra su cara en el cielo, todos encontraron la respuesta. Varios miembros del Ministerio fueron llamados a una reunión que sólo debía mantenerse en el conocimiento de aquellos que habían sido convocados. Y entre ellos se encontraban Harry, Ron y Hermione.
El lugar elegido para que el concilio se llevase a cabo era un salón amplio, sin otra iluminación que la que provenía de grandes ventanales cuyas cortinas de lino natural se encontraban descorridas. Una vez allí, los tres Gryffindors se asombraron al ver los escasos y selectos rostros que habrían de participar de este momento, muchos de los cuales les resultaban familiares. Todos los presentes tomaron asiento en las sillas que se hallaban dispuestas en forma de círculo y se miraron unos a otros preguntándose qué sucedía. Pasados unos segundos, un hombre de cabellos canosos y de rostro demacrado por su edad y las experiencias vividas en su cargo, ingresó a la sala a través de una puerta oculta. Todas las miradas se centraron en Cornelius Fudge, el aún respetado Ministro de la Magia.
-Buenos días a todos -saludó con su voz áspera y autoritaria -seguramente se preguntarán por qué los he convocado a este concilio. Pues bien, como miembros de este Ministerio, creo justo y necesario que estén notificados de los hechos que conocerán a continuación, aunque sólo unos pocos hayan sido escogidos para oírlos. Probablemente se preguntarán también por qué sólo ustedes han sido elegidos y no otros de sus colegas. Déjenme aclararles este punto antes de comenzar. Sólo ustedes han sido escogidos debido a la experiencia y al conocimiento que poseen relacionado con lo que está ocurriendo. También por sus actos, y por las dificultades y los obstáculos que algunos han tenido que superar para sobrevivir hace ya algunos años.
Todos oyeron al Ministro con aprensión. Algunos, entre ellos los tres amigos, ya habían comenzado a atar cabos en sus mentes.
-Ahora, sin más, le cedo la palabra al Jefe de la División de Aurors. Richard... -dijo, indicándole que podía empezar. Richard Grant, dueño de una personalidad y un temple envidiables, no pudo hacer gala de ellas esta vez. Lucía tenso y nervioso; estaba consciente de la importancia de lo que había sido designado para comunicar. Se puso de pie y luego de dirigirle una rápida mirada a Fudge, comenzó a hablar.
-Bien... como algunos sabrán -dijo mirando a Harry y a los demás Aurors que se encontraban en la sala -, los pasados días han aumentado las noticias y las muertes ocaionadas por mortífagos en esta área y alrededores de Francia, Gales y Portugal. De lo que no se deben haber percatado, salvo los que hayan rondado las instalaciones del edificio, es la ausencia de muchos de nuestros colegas y funcionarios -Hermione asintió en silencio, recordando extrañada que, además de Draco muchas personas habían desaparecido súbitamente después de él -. Pues bien, lo que voy a decirles probablemente los sorprenderá y también indignará, aunque debo pedirles que conservemos la calma.
-Vamos Richard, ya dilo -reclamó un muchacho moreno de ojos café y paciencia agotada.
-Aquellas personas ya no formarán parte de este Ministerio, ni de nuestra comunidad ni de nuestro bando. Aquellas personas deberán ser olvidadas y borradas de toda vida y recuerdo.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
-Me refiero a que esas personas han convivido y compartido con nosotros bajó una máscara que no nos fue posible remover. Que han sabido donde herir y donde sanar. Que a pesar de ser tantos nos han sabido engañar. Tal vez aún no me hayan comprendido. Lo que me resta decirles, con suerte, termine de lograrlo. En la última confrontación en la que hemos participado, ocurrió un hecho bastante descuidado por parte de los oscuros. Varias máscaras y capuchas cayeron justo cuando el día comenzaba a clarear. Y cada rostro que por milésimas divisamos fue como un golpe de maleficio que no pudimos evitar...
Repentinamente, Hermione pareció haber quedado atrapada en el interior de su mente. Sus oídos, aunque parecían haber sido obstruídos por dos manos invisibles, seguían captando cada una de las palabras de Richard, aunque ya no había más nada que agregar. Sin saberlo, ella había llegado a la conclusión mucho antes de que Fudge comenzara con las formalidades. Muy pronto, el Jefe del escuadrón acabó de hablar y todos comenzaron a hacer oír su confusión y asombro. Aunque ella no oyó nada. Nada cuando Harry se ponía de pie furioso, acompañado por los insultos y la indignación contenidos. Nada cuando más de uno se maldecía por haber confiado su vida y sus secretos a aquellos que lo habían traicionado. Nada cuando sintió como su corazón comenzaba a latir muy paulatinamente. Nada, cuando sintió cómo una parte de su interior la abandonaba lenta y dolorosamente.
**
Mientras tanto, en un lugar donde el tiempo parecía haberse detenido, otro concilio se llevaba a cabo. Un concilio que, ajeno a todo el ajetreo que tenía lugar en el Ministerio, encontraba a sus miembros en medio de la preparación de un plan. Las capas negras se disponían en círculo, y aunque eran muchas las voces que deseaban hacerse oír, solo una de ellas tomó la palabra. La dueña de la voz se colocó en el centro de la circunferencia, y recorrió con la mirada una por una los centenares de capuchas que la conformaban. Cuando la enmascarada se encontró lista para comenzar su discurso, unos pasos lejanos se oyeron detrás de ella, a medida que un viento como desviado de su rumbo comenzaba a soplar. De a poco, una figura masculina y envuelta en tinieblas se fue haciendo visible. Traía la tormenta con él. Cuando se hubo acercado al círculo de capuchas, éstas se separaron entre ellas, quedando un espacio para que el hombre pudiese penetrar. La enmascarada que momentos antes había estado a punto de hacer oír una vez más su voz, permitió que una sonrisa oscura y macabra surcara su rostro. Aunque no estaba en sus principios ni en los de ninguno de los encapuchados, el tono morboso de su voz hizo evidente una extraña y hace tiempo olvidada felicidad.
-Pues miren quién está de regreso.
Yop: Vaya, gracias por lo halagos!!! No creo que sepa escribir tan bien, es sólo que me gusta... Muchas gracias por tu review y disculpa la tardanza!! Besos y espero que este cap. también te guste.
J@ina: Hola amiga!! Sí, lo sé, me tarde milenios en subir este capitulo!! Me alegra muchisisisimo que te haya gustado el anterior, ya que me esforcé mucho para que los sentimientos de ambos quedaran bien expresados, ya que esta es una historia de amor... Dejame decirte que no puedo esperar para el proximo capitulo de tu fic Draconis!! Está super y me encantó el último, cuando están en el cumpleaños de Gaspar, esta genial, porfis sigue escribiendo y gracias!!!! Muchios besos!! :-P
Artemisa2: Gracias por tu review amiga! Y tambien muchas gracias por el halago, me alegra que el capitulo te haya gustado, ya que no sabía si había quedado muy bien... Muchisisimas gracias por leerlo y espero que este tambien te guste!! Saludos
ross malfoy: Holis!! Por supuesto que no los dejé abandonados, qué sería de mi y mi fic sin uds!!!!!! Sí, debo disculparme por la tardanza, pero es que ya se me ha hecho costumbre!!! No puedo evitarlo, espero que esta vez haya valido la pena. Wow, no puedo creer que me hayas puesto entre tus hirtorias favoritas... de verdad es un gran halago, muchas gracias!! Muchas gracias por sumarte y leer mi fic, de veras me da aliento y me inspira a seguir escribiendo. Besos y saludos!!
mariapotter2002: Muchas gracias!!! Me alegro que te haya gustado y gracias tambien por haberlo leído!!! Espero que este cap te guste. Saludos.
Shiro2: Holas!!! Me pone super bien que tú tambien te hayas molestado en leer mi historia y que además te haya gustado!!!! Siento, la tardanza, es que de verdad, no puedo evitarlo!! Espero que este capi te guste y gracias!!! Besos!!
Ana "Radcliffe": Gracias, gracias, gracias!!! Espero que este capi también te guste!! Cariños y saludos!!
Sakura Malfoy: Hey, gracias por tu review!!! No te preocupes que aunque me tarde, el fic tendrá su final!!! Te agradezco que lo hayas leído, espero que este capi tb sea bueno. Besos!!!!
AlEjAnDra_fElTon: Holas!! Gracias por tus buenos deseos!! De verdad espero tener buena suerte para seguir escribiendo y no defraudarlos!! Gracias por tu comentario y ojalá que este episodio te guste!! Saludosss!!
estefana: Gracias por tu opinión, me alegra que mi fic te haya gustado. Mi mail es rosekpa02@hotmail.com , me encantaría que pudiesemos escribirnos, también me gustaría escribirme con todos los que quieran hacerlo. Muchas gracias y espero que este capitulo tab te guste mucho!! Besitos
dana_felton: Holas!!! Sí, que valor que tiene Draco!!! Pero es que él ha estado cargando desde hace mucho tiempo con ese deseo, y ya no pudo contenerse... Me alegro que lo hayas leído y te haya gustado amiga!! Herm es un poco (tal vez más de lo que crees) impulsiva, te aseguro que cuando las cosas sucedan, hará hasta lo imposible para solucionarlo... (no quiero adelantarte nada, que mala!!!) Espero que este capi te guste!!! Abrazos!!
BB: Gracias por tu review y por los halagos amiga! Me super alegra que te hayas unido a leer mi historia y que te haya gustado, de verás que ya es más de lo que me esperaba!! Muchas gracias y espero no haberte hartado con mi tardanza, lo que pasa es que no puedo evitarlo... Besitoss!!!
Adriana: Gracias, me agrada que te haya gustado la declaración de Draco, no pensé que estaba muy bien expresada... pero ahora que leo tu review, me da gusto y me alivia!! Muchas gracias por leer mi fic y saludoss!!!
Bien, ahora sí, los dejo leer el nuevo capi, pero antes... MUCHAS GRACIAS A TODOSSS nunaca creí que llegaría a tantos reviews, ni siquiera pensé que llegaría a escribirme alguien!! Todos ustedes me animan y me apoyan y me hacen seguir adelante, pase lo que pase. Muchas gracias a todos por eso y por estar y aguantar mis tardanzas!! Los quierooo!!! Besos y los dejo con el capitulo!!
Hasta la Próxima!!!!
**
Capítulo 19: "Nada es lo que parece"
Una suave brisa se coló en la lúgubre sala, meciendo lentamente los cabellos de una Hermione que yacía dormida en brazos de un rubio cuyos ojos no parecían querer cerrarse. Aunque el cansancio le daba batalla, Draco no pensaba dejarse abatir. La sentía respirar tranquilamente; tan frágil entre sus brazos. Con lentitud colocó algunos de sus cabellos detrás de su oreja, deseando que esos momentos durasen una eternidad. Cerró sus ojos, recordando la noche en la que la había besado. Recordó también toda su vida antes de ese beso. Lo último que se le hubiese ocurrido sería mirarla, y ahora ya le había abierto su corazón, el cual años atrás parecía bloqueado por el frío. En medio de todos esos recuerdos, uno de ellos lo hizo abrir nuevamente los ojos...
**FLASHBACK**
Era un día gris, como nunca se había visto antes. El cielo podría haber sido confundido fácilmente con una explanada nevada. No había aves surcándolo, ni el asomo de la más débil flor en el campo. Se decía que ninguna podía crecer en ese lugar. Que allí la vida se desvanecía poco a poco, como una brisa de verano. Sólo el rocío esparcido sobre el verde césped encontró a un muchacho rubio de unos 18 años con la mirada perdida en el horizonte. Sus ojos parecían dos trozos del cielo que se extendía sobre él. Un cielo que, aunque muy parecido al que cubría el lugar, daba la impresión de contener en su interior una tormenta que sacudía su alma. El muchacho tomó su cabeza entre sus manos y se despeinó, nervioso. Parecía estar haciendo un gran esfuerzo por extraer de su mente aquello que lo atormentaba. Se puso de pie y golpeó con furia el tronco del árbol que lo había acompañado todo este tiempo. Molesto, se lo oyó murmurar: "¿Por qué... ?". Se dio vuelta, sólo para encontrar a un hombre de iguales cabellos dorados y gélidos ojos, con los cuales le devolvió una mirada de desaprobación y enfado evidentes.
-¿Qué haces aquí? -inquirió el hombre.
-Respiro -contestó el muchacho, enfrentando la mirada de su padre con una mezcla de coraje y escepticismo.
-Deja de perder el tiempo. Hay trabajo que hacer.
-No gracias. Paso.
-No lo harás -amenazó, entredientes - aún sigues siendo mi hijo, maldito muchacho y vas a obedecerme.
-Pensé que ya lo habías olvidado -respondió, con ojos de fuego.
-Eso desearía, pero tu iniciación es esta noche. Desgraciadamente, debo presentarte como tal.
-No te preocupes. No estaré allí para avergonzarte -declaró.
-No me hagas reir. Sabes que este es tu destino, así como lo fue el mío y el de tus ancestros. No puedes ni vas a escapar de él. es el motivo por el cual naciste.
-Yo no estaría tan seguro.
-Tu rebeldía no te llevará a nada. sólo a la muerte y a la deshonra.
-Prefiero vivir deshonrado a vivir asesinando gente como si sólo fuesen trozos de carne.
-Hace sólo un año morías por que este día llegase. ¿Qué demonios te ha pasado?
-Abrí los ojos -sentenció-. Desperté del maldito sueño que tu y mi madre ma habían construído. Claro que ella no fue tan fuerte para continuar la mentira. Sólo era un muñeco que tú manipulabas y golpeabas cuando sentías deseos de hacerlo. ¿Crees que alguna vez me tragué la mentira de que se amaban? Ni hablar. ¡Tú sólo la usabas y ella fue una estúpida por dejar que la golpearas y manejaras!
En un acceso de ira, Lucius Malfoy levantó su brazo, listo para abofetear a su hijo. Aúnque éste, más veloz que él, lo detuvo en el aire.
-Ya no, papá -exclamó con una mueca molesta, sosteniéndo el brazo de su padre -.Ya no resultará. No volverás a tocarme.
-Maldito mocoso... ¿Crees que puedes enfrentarme? Moriras por otras manos si no tengo el gusto de hacerlo por las mías.
-Tus amenazas no me asustan. Ya no soy un niño idiota.
-Como quieras... Pero ten por seguro que si no asistes esta noche ante la orden... sólo digamos que no se lo tomarán a broma. Y aunque el tiempo pase, siempre estarán detrás de ti, acechándote, vigilándote a ti y a todo el que llegue a convertirse en una parte de ti, aunque lo dudo.
-Pues dales este mensaje: no seré una presa fácil.
-Espero que cumplas tu palabra. A partir de este instante, tu vida y la de esa inmunda malnacida están en juego -dijo, dándole una palmada en el hombro.
Draco alzó la mirada, sólo para ver cómo su padre se alejaba por la explanada con su capa ondeando al viento. Un viento que había comenzado a soplar en el lugar y que ahora mecía los cabellos de este rubio muchacho, que al oir las últimas palabras de su padre sólo pudo sentir como un par de ojos castaños se apoderaban de sus pensamientos...
**FIN DEL FLASHBACK**
Draco parpadeó al volver al presente. Recordó cómo había escapado de su casa esa noche, cuando supo que los mortífagos irían tras él. De repente sus recuerdos fueron interrumpidos por un par de ojos castaños que lo miraban cansados.
-¿Qué haces despierto? -preguntó débilmente una Hermione soñolienta, aunque con una pequeña sonrisa en los labios.
-¿Yo? ¿Qué estás haciendo tú despierta? -replicó fingiendo molestarse, aunque devolviéndole la sonrisa.
-No te burles... ¿Pasa algo? ¿Estás bien? -inquirió ella preocupada.
-Todo está bien, no te preocupes -la tranquilizó, acariciando su rostro.
-Es sólo que... cosas muy extrañas están sucediendo y yo...
-No me pasará nada, ni a ti. No dejaré que te toquen, no mientras estés conmigo -aseguró, recordando aquel distante día del pasado.
-Sé que quieres cuidarme, pero yo puedo protegerme a mi misma. Me preocupo por ti. A ti te han atacado ya dos veces.
-E incontables veces más que tú desconoces me han atacado y aquí me ves. Deja de preocuparte. No me pasará nada; no nos pasará nada -terminó.
Selló su promesa con un dulce beso, que dejó por terminada la discusión. La miró a los ojos y ambos se estrecharon fuertemente contra sí.
-Deberías descansar -dijo Draco suavemente.
Ella cerró los ojos y exhaló un largo suspiro.
-No lo entiendo -exclamó, lamentándose -he tenido este presentimiento que no puedo ignorar.
-¿A qué te refieres?
-Siento... Siento que voy a perderte -concluyó, posando su mirada en la del rubio.
-No lo harás, Herm... Desgraciadamente, seguiré a tu lado amándote.
-No bromees -dijo ésta, muy seria -. Siento que algo va a suceder... probablemente lo esté imaginando, pero no puedo evitarlo.
-Exacto. Te estás haciendo la cabeza por nada -dijo él, como reprochándole tanta preocupación -. Sólo cierra los ojos... Todo se verá mejor por la mañana.
Hermione cerró sus ojos, aún algo perturbada. Sabía que era sólo una estupidez, pero aún así le preocupaba. Tambien sabía que si Draco tuviese que matar para verla a salvo y tranquila a su lado, lo haría sin titubear. Pero no era ella a quien buscaban. Y para peor, ella no podía hacer nada para cambiarlo. Tal vez nada fuese a pasar y ella sólo estuviese divagando. Quién sabe. Draco tampoco entendía el por qué de la preocupación de Hermione. A él no le importaba morir, desde que había dejado Hogwarts había estado escapando de la muerte. Ya no sabía que más hacer para asegurarle que nada iba a pasar, a tal punto que la inseguridad comenzaba a invadirlo. Bajó la vista y observó Hermione dormía. Adoraba hacerlo. Se veía tan frágil, aunque fuerte como él mismo. Finalmente, el cansancio lo abatió y cerró sus ojos, deseando que la noche nunca acabase. Mientras sentía el sueño llegar y adormecerlo, pensó que nada, absolutamente nada podía arruinar este momento; su primer encuentro con la felicidad.
***
De pronto, un viejo dolor comenzó a envolverlo, creando torbellinos y cúmulos en su interior, y aunque sus ojos permanecían cerrados, sintió como una oscuridad familiar lo cegaba. Vio cómo una serie de imágenes comenzaban a sucederse, como si se tratase de una película. Todo lo que pudo suponer era que se trataba de recuerdos que volvían para confundirlo, pero al observar las imágenes dentro de su mente descubrió algo más que una simple confusión. Eran como espejos, fotografías que mostraban una vida que no era la suya, pero que así lo parecía. Muertes, heridas profundas, ataques y un dolor inconmensurable. Y todas ellas causadas por un solo responsable: él mismo. No podía entenderlo. Toda esa sangre que emanaba desde sus manos y manchaba sus ropas y su varita... ¿Era realmente él? ¿Era realmente Draco Malfoy?
Trató de abrir sus ojos, resguardándose en la ilusión de que todo fuese un sueño, pero la oscuridad y las "fotografías" eran como una venda extremadamente anudada contra sus ojos. Repentinamente, sintió correr por sus venas una necesidad imperiosa y una sed de lastimar, de matar. Fue como si una parte de él hubiese vuelto a despertar, una parte que había permanecido adormecida con mucho esfuerzo desde su temprana adolescencia. Trató de resistirse pero la oscuridad lo absorvía, así como a cada parte de su alma. Podía sentir cómo se consumía, dejando en él un vacío que iba llenándose de a poco con un odio que lo nublaba.
Justo cuando estaba apunto de sacarse los ojos con sus propias manos, pudo abrirlos. Ya no eran los mismos, al igual que con lo que ellos divisaba. Habían vuelto a ser gélidos cual dos bloques de hielo, aunque con un fuego en su interior que emanaba rencor y odio, y que podría haber fácilmente iluminado toda la sala. Miró a su alrededor y la contempló con interés, como si no la hubiera visto en muchísimo tiempo. Al bajar la vista, no pudo creer lo que vio. Parpadeó repetidas veces, tratando de que aquello sólo fuese una alucinación e incluso una pesadilla. La asquerosa sangre sucia de Hermione Granger yacía dormida entre sus brazos. Conteniendo las ganas de asesinarla allí mismo, se separó de ella, se puso de pie y corrió hacia el exterior, donde una lluvia tenaz anegaba las calles y lo empapaba por completo. Trató de correr, pero las ganas de matar lo inutilizaban completamente.
Tropezó y trastabilló, hasta que finalmente cayó de rodillas sobre la inundada acera, bajo una lluvia que arreciaba y que calaba hasta los huesos. Incapaz de sostener el inmenso dolor que había comenzado a mortificarlo desde el centro de su pecho, dejó salir un grito que retumbó en cada una de las gotas que caían sobre sus cabellos y sobre su cuerpo. Sus ojos ya no eran los mismos, tampoco su voz ni su cuerpo eran los de antes, aunque él sentía cómo volvía a ser él mismo después de mucho tiempo. Tomó una piedra del suelo y la pulverizó entre sus manos. Cualquiera que lo hubiese visto nunca hubiera supuesto que ese era Draco Malfoy; hubiera pensado que era cualquier otra persona. Y eso, por más extraño que pueda parecer, era lo correcto.
Aunque aún conservaba su aspecto físico, aquel no era el Malfoy que trabajaba arduamente como Auror contra las fuerzas de las tinieblas, que se desvivía por su amor por Hermione. Aquel era un Draco que había permanecido dormido durante años, al igual que aquella parte de él que él mismo había enterrado en lo más profundo de su ser, y que ahora había resurgido. Qué suerte que Hermione no estaba allí para verlo.
**
Los primeros rayos de un sol reluciente encontraron a Hermione acurrucada en un par de brazos invisibles. No había pasado mucho tiempodesde que se había esforzado por calmar sus agobios, ni desde que había logrado conciliar el sueño. Tampoco había transcurrido mucho tiempo desde que aquella lluvia solitaria se llevara otra alma para ser su compañera. Pero nuestra Hermione nada sabía de lo ocurrido y descansaba junto a un edredón el cual suponía que era Draco. Como si hubiese sido por medio de algún hechizo, la castaña abrió sus ojos, despertando muy lentamente. Lo primero que pensó, además de que ya era tarde, fue, irremdiablemente, dónde estaría el rubio. Aquello funcionó como un disparador al llenar a Hermione nuevamente de preocupación. Y por más extraño que esto pudiese sonar, aquellos sentimientos se desvanecieron más rápido de lo que tardaron en llegar. Hermione recapacitó: era su casa. De seguro estaría por allí, haciendo lo que fuere pero al fin y al cabo allí. Se incorporó y movió su cabeza hacia un lado y hacia el otro. Esperó por un momento la aparición del rubio y, cansada de hacerlo e imaginando los miles de cuartos que la casa tendría, desechó la idea de buscarlo y se puso de pie. Tomó su abrigo y salió hacia el Ministerio. En el camino, llegó a la conclusión de que llegar sola sería mucho mejor que llegar junto a Draco, por el solo hecho de que Harry y Ron se pondrían extremadamente pesados y curiosos, sin mencionar la desconfianza que sus ojos irradiarían. De nada serviría esconderse. Ella no quería ni tenía por qué hacerlo. Desgraciada e inexorablemente, sus amigos tarde o temprano se darían cuenta de lo que pasaba. Llegó al Ministerio, pensando en la posibilidad de que tal vez Draco ya hubiese llegado. Atravesó los pasillos y repentinamente, en uno de ellos casi chocó con un pelirrojo que lucía algo soñoliento.
-Hola, buenos días Herm -saludó.
-Buenos días -respondió ella, conteniendo un bostezo.
-¿Todo bien? -preguntó divertido, aludiendo a su vestuario, que obviamente no había podido cambiar por haberse quedado con Draco.
-Sí, es que... anoche estaba exhausta y me quedé dormida con todo y ropa -mintió.
-Ya veo... -dijo, poco convencido.
-Ron -dijo, reprochándole su actitud -ya basta.
-No te enfades, Herm -dijo, esbozando una pequeña sonrisa.
Se despidieron después de charlar por un rato. "De nuevo a la rutina", pensaron ambos, mientras se dirigía cada cual a su oficina. De todas formas, ninguno se mantuvo en su lugar por mucho tiempo. Horas más tarde, Hermione salió de su despacho, como dividida en dos. Una parte de ella salió cansada de perderse un día tan bonito encerrada en un cuarto, y con ganas de conversar un rato con sus amigos en los jardines del Ministerio. Otra parte de ella salió algo extrañada por no haber visto ni haberse cruzado ni una sola vez con él. Sabiendo como era el rubio, no era de extrañar que tal vez se hubiese quedado en su casa haciendo nada. pero en su interior, ella sabía que algo sucedía, algo que iba mucho más allá de una simple tontería.
**
Días pasaron y para el asombro y la ya muy agravada preocupación de la castaña, Draco no parecía querer aparecer. Su despacho permanecía cerrado, tal y como él lo había dejado hacía ya casi dos semanas. Pero Hermione no era la única preocupada: todo el Ministerio, en especial la división de Aurors, estaba consternado. Entre los menos interesados, circulaba el rumor de que estaba enfermo, e incluso muerto. Sólo Hermione, Harry, Ron y algunos Aurors sabían que él estaba vivo, al menos no podían creer en la posibilidad de que no lo estuviese. Ellos lo habían visto volver algo herido pero bien luego de la última escaramuza con los mortífagos. Hermione lo sabía mejor que nadie. Finalmente, una de esas mañanas en las que el sol no muestra su cara en el cielo, todos encontraron la respuesta. Varios miembros del Ministerio fueron llamados a una reunión que sólo debía mantenerse en el conocimiento de aquellos que habían sido convocados. Y entre ellos se encontraban Harry, Ron y Hermione.
El lugar elegido para que el concilio se llevase a cabo era un salón amplio, sin otra iluminación que la que provenía de grandes ventanales cuyas cortinas de lino natural se encontraban descorridas. Una vez allí, los tres Gryffindors se asombraron al ver los escasos y selectos rostros que habrían de participar de este momento, muchos de los cuales les resultaban familiares. Todos los presentes tomaron asiento en las sillas que se hallaban dispuestas en forma de círculo y se miraron unos a otros preguntándose qué sucedía. Pasados unos segundos, un hombre de cabellos canosos y de rostro demacrado por su edad y las experiencias vividas en su cargo, ingresó a la sala a través de una puerta oculta. Todas las miradas se centraron en Cornelius Fudge, el aún respetado Ministro de la Magia.
-Buenos días a todos -saludó con su voz áspera y autoritaria -seguramente se preguntarán por qué los he convocado a este concilio. Pues bien, como miembros de este Ministerio, creo justo y necesario que estén notificados de los hechos que conocerán a continuación, aunque sólo unos pocos hayan sido escogidos para oírlos. Probablemente se preguntarán también por qué sólo ustedes han sido elegidos y no otros de sus colegas. Déjenme aclararles este punto antes de comenzar. Sólo ustedes han sido escogidos debido a la experiencia y al conocimiento que poseen relacionado con lo que está ocurriendo. También por sus actos, y por las dificultades y los obstáculos que algunos han tenido que superar para sobrevivir hace ya algunos años.
Todos oyeron al Ministro con aprensión. Algunos, entre ellos los tres amigos, ya habían comenzado a atar cabos en sus mentes.
-Ahora, sin más, le cedo la palabra al Jefe de la División de Aurors. Richard... -dijo, indicándole que podía empezar. Richard Grant, dueño de una personalidad y un temple envidiables, no pudo hacer gala de ellas esta vez. Lucía tenso y nervioso; estaba consciente de la importancia de lo que había sido designado para comunicar. Se puso de pie y luego de dirigirle una rápida mirada a Fudge, comenzó a hablar.
-Bien... como algunos sabrán -dijo mirando a Harry y a los demás Aurors que se encontraban en la sala -, los pasados días han aumentado las noticias y las muertes ocaionadas por mortífagos en esta área y alrededores de Francia, Gales y Portugal. De lo que no se deben haber percatado, salvo los que hayan rondado las instalaciones del edificio, es la ausencia de muchos de nuestros colegas y funcionarios -Hermione asintió en silencio, recordando extrañada que, además de Draco muchas personas habían desaparecido súbitamente después de él -. Pues bien, lo que voy a decirles probablemente los sorprenderá y también indignará, aunque debo pedirles que conservemos la calma.
-Vamos Richard, ya dilo -reclamó un muchacho moreno de ojos café y paciencia agotada.
-Aquellas personas ya no formarán parte de este Ministerio, ni de nuestra comunidad ni de nuestro bando. Aquellas personas deberán ser olvidadas y borradas de toda vida y recuerdo.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
-Me refiero a que esas personas han convivido y compartido con nosotros bajó una máscara que no nos fue posible remover. Que han sabido donde herir y donde sanar. Que a pesar de ser tantos nos han sabido engañar. Tal vez aún no me hayan comprendido. Lo que me resta decirles, con suerte, termine de lograrlo. En la última confrontación en la que hemos participado, ocurrió un hecho bastante descuidado por parte de los oscuros. Varias máscaras y capuchas cayeron justo cuando el día comenzaba a clarear. Y cada rostro que por milésimas divisamos fue como un golpe de maleficio que no pudimos evitar...
Repentinamente, Hermione pareció haber quedado atrapada en el interior de su mente. Sus oídos, aunque parecían haber sido obstruídos por dos manos invisibles, seguían captando cada una de las palabras de Richard, aunque ya no había más nada que agregar. Sin saberlo, ella había llegado a la conclusión mucho antes de que Fudge comenzara con las formalidades. Muy pronto, el Jefe del escuadrón acabó de hablar y todos comenzaron a hacer oír su confusión y asombro. Aunque ella no oyó nada. Nada cuando Harry se ponía de pie furioso, acompañado por los insultos y la indignación contenidos. Nada cuando más de uno se maldecía por haber confiado su vida y sus secretos a aquellos que lo habían traicionado. Nada cuando sintió como su corazón comenzaba a latir muy paulatinamente. Nada, cuando sintió cómo una parte de su interior la abandonaba lenta y dolorosamente.
**
Mientras tanto, en un lugar donde el tiempo parecía haberse detenido, otro concilio se llevaba a cabo. Un concilio que, ajeno a todo el ajetreo que tenía lugar en el Ministerio, encontraba a sus miembros en medio de la preparación de un plan. Las capas negras se disponían en círculo, y aunque eran muchas las voces que deseaban hacerse oír, solo una de ellas tomó la palabra. La dueña de la voz se colocó en el centro de la circunferencia, y recorrió con la mirada una por una los centenares de capuchas que la conformaban. Cuando la enmascarada se encontró lista para comenzar su discurso, unos pasos lejanos se oyeron detrás de ella, a medida que un viento como desviado de su rumbo comenzaba a soplar. De a poco, una figura masculina y envuelta en tinieblas se fue haciendo visible. Traía la tormenta con él. Cuando se hubo acercado al círculo de capuchas, éstas se separaron entre ellas, quedando un espacio para que el hombre pudiese penetrar. La enmascarada que momentos antes había estado a punto de hacer oír una vez más su voz, permitió que una sonrisa oscura y macabra surcara su rostro. Aunque no estaba en sus principios ni en los de ninguno de los encapuchados, el tono morboso de su voz hizo evidente una extraña y hace tiempo olvidada felicidad.
-Pues miren quién está de regreso.
