Capítulo 4. Durmiendo con el enemigo.

Genzo Wakabayashi no sabía ya ni qué pensar. Estaba más que sorprendido por su comportamiento del día anterior, la verdad era que no se esperaba que él fuera a reaccionar así. Se suponía que él detestaba a Lily Del Valle. Se suponía que no le importaba si triunfaba o no. No era el tipo de personas que le desea el mal a otros, no deseaba ver a Lily fracasar pero tampoco le importaba si conseguía sus propósitos o no. O eso era lo que él creía. Sin embargo, cuando la vio llorar se desató en su interior un desconocido sentimiento de impotencia. No sabía por qué, pero en esos momentos él hubiera hecho cualquier cosa con tal de que Lily no siguiera llorando. Y no era porque le molestara ver llorar a una chica, sino por otra cosa... Era un sentimiento que no podía definir con exactitud. Y lo más frustrante de todo era que él, que siempre estaba acostumbrado a ponerle una barrera a sus emociones, esta vez no podía sacarse esa extraña sensación de su interior.

Durante toda la mañana Wakabayashi anduvo tan distraído (algo poco común en él) que Sho le preguntó varias veces que si no estaba enfermo. Genzo contestaba con evasivas, lo único que querían era que lo dejaran en paz. Esa noche, Schneider, Levin y Sho tenían planeado ir a la residencia para señoritas con el fin de conocer a algunas chicas y pasar un buen rato, pero Wakabayashi rechazó la invitación que éstos le hicieron de que los acompañara. Así que, una vez que aquellos se marcharon, él salió al porche de su cabaña, a recostarse en el sillón que estaba allí y a tomarse un par de cervezas; tal vez eso lo tranquilizaría y quizá consiguiera ordenar un poco sus pensamientos.

Llevaba ya un buen rato cavilando cuando de pronto escuchó un sonido proveniente del lago, que estaba a unos cuantos metros de la cabaña. Se asomó y se dio cuenta de que alguien estaba nadando, y por los reflejos que la luna arrancaba de la larga cabellera oscura cuando flotaba en el agua, Genzo supo que se trataba de Lily. Ella no se había dado cuenta de que él estaba allí, pues Rory le había dicho que todo el equipo del Bayern irían a su residencia esa noche, de manera que Lily optó por nadar en el lago para no tener que ver a nadie (obviamente, al que no quería ver era a Genzo).

La chica se movía con gracia y elegancia en el agua y, después de observar por unos instantes, Genzo se percató de que estaba nadando desnuda. Al notarlo, él entró a la cabaña para no seguir espiando a la muchacha, pero su instinto de hombre lo hizo salir de nuevo. "Si ella no quiere que la observen no debería nadar sin ropa", dijo una voz en el interior de Wakabayashi. Así que, dejando de lado todos los escrúpulos, prejuicios y demás, se dedicó a contemplar a Lily.

Ésta nadaba feliz como lombriz, cuando de pronto se le vino a la mente la idea de que no conocía el grupo de cabañas en donde se hospedaba el equipo del Bayern. "¿No te da curiosidad ver en dónde se hospeda ese tarado?", preguntó una vocecilla en el interior de Lily. "Aprovecha ahora, que no ha nadie". Así que Lily se acercó a la orilla para ir a explorar las cabañas.

Cuando Genzo vio a Lily salir del lago, con el agua escurriendo por todo su cuerpo desnudo, sus muslos tersos, su vientre plano y sus senos firmes, lo invadió el deseo. Sigilosamente, se acercó al sitio en donde la muchacha había salido.

Lily se acababa de poner una bata que había llevado consigo cuando una voz masculina la sorprendió con una pregunta:

¿Siempre nadas desnuda?

Lily volteó y se sorprendió muchísimo al ver que Genzo estaba a pocos metros de ella. Inmediatamente la invadió un rubor al descubrir que él la había estado observando, pero trató de ocultarlo lo más rápido que pudo.

¿Lo disfrutaste?.- le preguntó, con desdén.

Vaya que eres egocéntrica, mira que creer que te estaba observando...

Pues más egocéntrico serás tú si piensas que nadé desnuda solo para ti. Ni siquiera sabía que estabas aquí.

Lily comenzó a caminar rumbo a la cabaña de Genzo. Éste la siguió.

Así que ahora piensas invadir propiedad privada.- dijo Genzo.

No pienso invadir nada, solo quiero conocer el lugar.- respondió Lily.

Pues adelante, entonces.

Lily se sorprendió con la respuesta de Genzo, pero subió las escaleras que conducían al porche. La bata que llevaba puesta estaba hecha con un tipo de tela muy delgada, de manera que transparentaba todo lo que había debajo. Genzo la observó una vez más y el deseo de hacerla suya lo invadió con más fuerza.

Lindo lugar.- comentó Lily.- Muy agradable y acogedor.

Más de lo que te imaginas...

¿No me vas a invitar algo de beber?.- preguntó ella, en tono provocativo.

Genzo se acercó a la hielera que estaba cerca del sillón, sacó una cerveza y la destapó, pero ésta estaba muy agitada, de manera que terminó por salpicarle toda la playera que llevaba puesta. Él, sin inmutarse, inmediatamente se la quitó, dejando su torso desnudo.

Lily no pudo evitar quedarse con la boca abierta al contemplar la increíble musculatura de Genzo; deseó con todas sus fuerzas abrazar aquella espalda musculosa y besar su increíble tórax.

Vaya que eres torpe.- comentó Lily, para tratar de alejar los pensamientos que la invadían.

Mira quien habla... .- respondió Genzo, acercándose a ella.

Yo no derramé la cerveza...

Yo no nado desnudo en el lago, provocando a medio mundo...

No hay nadie cerca...

Estoy yo...

Tú no cuentas...

No me importa lo que hagas...

¿Entonces por qué me reclamas?

Porque eres una niña mimada...

Y tú un maldito engreído...

Ambos se miraron a los ojos unos instantes y el deseo que cada uno sentía por el otro se hizo inaguantable. Se abrazaron y comenzaron a besarse y a acariciarse con fuerza y pasión. Genzo no tardó en quitarle la bata a Lily, mientras que ella le quitó la ropa. Se dejaron caer al suelo, mientras que Genzo acariciaba el cuerpo de Lily. No le importaba nada, lo único que quería era hacer suya a esa muchacha, en ese momento y en ese mismo lugar. Lily comenzó a jadear, su mente se había dejado llevar por el mar de sensaciones que la envolvían.

Genzo, hazme tuya... .- susurró.

Él, sin perder ni un instante más, comenzó a hacerla suya; Lily gritó de placer y su cuerpo se arqueó para recibir su impulso. Genzo le hacía el amor de una manera frenética y desesperada. Las caderas de ambos se movían al unísono, sus cuerpos se fusionaron perfectamente, cual candado y llave. Lily tomó de pronto la iniciativa y empujó a Genzo, haciendo que éste se acostara, para quedar ella encima de él. Lily se agitaba, se movía de un lado a otro, mientras que Genzo la acariciaba. Lily se arqueó violentamente hacia atrás cuando la invadió el éxtasis. Después, bajó de él y se acostó en el suelo. Pero Genzo no estaba satisfecho aún, y tomó a Lily por la cintura.

¡Ahhh, no te detengas!.- gritó ella.

Sho regresaba por un paquete de cervezas a la cabaña cuando lo sorprendieron unos sonidos un tanto sospechosos. Se acercó con paso sigiloso y vio que Wakabayashi estaba en plena acción con... ¡Lily!

Vaya, vaya, si eso haces con las chicas que odias no me imagino qué harás con las que te gustan.- murmuró. Inmediatamente se dio la media vuelta y se alejó por donde llegó.

Genzo estaba por llegar al clímax, al igual que Lily. Ambos jadeaban y se retorcían. Genzo se sentó y acomodó a Lily de espaldas a él, al tiempo que le besaba el cuello con fruición. Ella levantó sus brazos y acarició el cabello de Genzo con sus manos.

¡Gen! ¡Oh, Gen!.- gritó Lily, cuando ambos llegaron al éxtasis.

Después, ambos se dejaron caer al suelo, exhaustos. Lily no tardó en quedarse profundamente dormida en los brazos de Genzo...

Horas después, cuando Lily despertó, Genzo la mecía suavemente y le acariciaba con delicadeza la espalda. Ella se acurrucó unos segundos contra su pecho desnudo antes de tomar conciencia plena de lo que había pasado.

Lily se separó de él y se levantó con brusquedad; miró a Genzo con sorpresa e incredulidad unos instantes, para después tomar su bata y salir corriendo de allí. Wakabayashi la miró irse, sintiendo en su interior una extraña sensación de pérdida...

A la mañana siguiente, durante el desayuno, Sho, Levin y Schneider hablaban sobre lo bien que les había ido en la fiesta a la que fueron. Wakabayashi respondía distraídamente con un "ajá" cuando la situación lo ameritaba.

Pero Schneider se dio la vuelta en vano, porque Lily no se apareció ni un instante por allí.- comentó Levin.

Sí, fue una lástima.- dijo Schneider.

Quien sabe que andaba haciendo... .- terció Sho, al tiempo que le lanzaba una mirada de complicidad a Wakabayashi. Éste lo notó y se puso muy serio.

No sé ni me importa, me da igual lo que haga ésa.- añadió Genzo, presurosamente.

Me lo imagino... .- murmuró Sho, en un tono irónico. Genzo se dio cuenta de que él sabía algo, pero no estaba dispuesto a contar nada de lo que había ocurrido la noche anterior.

De cualquier forma.- añadió Levin, quien no se había dado cuenta del intercambio de miradas entre Genzo y Sho.- Schneider no conseguiría nada, puesto que Salvatore Gentile ya vino a reclamar lo que es suyo.

¿Cómo?.- preguntó Genzo, sorprendido.

¿Qué no lo sabes? Llegó esta mañana a ocupar la cabaña que está más cercana al límite de la propiedad que colinda con el otro albergue.- anunció Schneider.- Todo parece indicar que vino a ver a Lily.

Genzo se levantó bruscamente de la mesa y salió de la cabaña. Caminó hecho una furia hasta las cercanías de la cabaña en donde supuestamente estaba hospedándose Gentile. Efectivamente, el auto deportivo del jugador italiano estaba estacionado en las afueras.

Wakabayashi no lo entendía, pero una furia increíble se posesionó de él al escuchar que Salvatore había ido a visitar a Lily. El solo hecho de imaginárselos juntos le revolvía las entrañas.

Cuando haces tuya a una chica, solo tuya aceptas que sea.- comentó Sho, a sus espaldas.

¿De qué hablas?.- preguntó Genzo, tratando de dominar su ira.

Bien que sabes. Los dos conocemos perfectamente bien el motivo por el cual Lily no se apareció anoche en la fiesta...

Ni se te ocurra mencionarlo... .- advirtió Genzo, apretando los puños.

Tranquilo, compañero, no diré nada, pero sinceramente creo que ya caíste.- respondió Sho, con calma.

No sé de que hablas...

Bien que lo sabes. Pero si quieres pretender que no, esta bien por mí. Es tu problema, no el mío.

Sho regresó a su cabaña, mientras que Genzo trataba de descubrir por qué sentía tanta rabia al pensar en Salvatore Gentile. Y tampoco entendía por qué no podía dejar de pensar en Lily...