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Margaritas y lavandas

VI

Preguntas a la nada

Royal Woods, Michigan

9 de septiembre de 2034

3:58 am

La sala de Luan y Maggie Loud

Después de las doce, ambas pasaron un mal rato. Luan no podía conciliar el sueño, mientras que Maggie tenía un muy mal sueño. No porque durmieran separadas, sino por lo discutido en las horas previas.

Luan no se sintió precisamente feliz. Por un compromiso por demás incómodo, estuvo a nada de cometer un error de los crasos, e incluso se estaba sintiendo bastante incómoda con su cliente; y el haberse reunido con Shannon no fue precisamente la mejor idea, sobre todo porque puede decir bien qué es lo que ocurrió con su situación sentimental, misma que se podría resumir directamente en tres años de relación estable más uno de preparativos impacientes que terminaron en una historia perfecta para un video para adultos japonés con fetiche de infidelidad. Especialmente porque Maggie se le confesó aprovechando la constante ocupación de sus estudios, una vida universitaria que estuvo a nada de llevarla al colapso mental y la borrachera que fue la iniciación de Maggie en esa estúpida fraternidad después de quedar en términos aceptables con Lincoln.

Sabe bien que en su vida ha tenido errores. No puede olvidar que la orden de alejamiento que tiene su hermano con una exnovia de la universidad cuando lo visitó para pasar el día juntos, un incidente de lancha que casi mata a una amiga de Lynn en el campamento Mastodon, incluso aceptar que Lucy escribiera una obra cómica por ella en el undécimo grado que terminó en una tragedia cuya crítica fue demoledora por la columna de la Gaceta a cargo de un tal Dmitri Koslow como "una farsa con tanta gracia que merece una pequeña lápida en la fosa común como la peor comedia de la historia".

Maggie, por su lado, se la pasó viendo cualquier tontería en redes. Entre videos musicales, de cocina y alguna publicación estúpida en Swiftypic, ha visto al menos a docenas de parejas que dan la pinta de ser felices. Lo mismo una foto de Lori y aquél zoquete latino con el que se casó que un anuncio de bienes raíces, le hicieron ver que, pese a las apariencias, siempre hay algo que dejarle a los prejuicios antes que a los hechos. Así, su concuño había demostrado ser muy torpe, por ejemplo, o Luna y Sam habían decidido darse uno de tantos tiempos fuera por la sosa idea de discutir si veían alguna película de terror o salir de parranda en fin de semana.

Agotadas, aunque cada quien por su lado, se remueven lo suficiente para notar la distancia que hay entre ambas. No sería una grieta importante, pero una vez que enciende la luz, se levantó y fue directo al espejo de la puerta del clóset para preguntarse si había algo mal.

¿Rutinas? Definitivamente no? Y sabe que adora el cuerpo que tiene, en este momento enfundado en un camisón que apenas y logra contener su prominente busto. Mucho menos el pene producto del jugo Futa, que debido a la falta de actividad de la noche ya solo es una prolongación de su clítoris debajo de la pantaleta negra de encaje.

Con un ligero retortijón en el vientre, el reflejo ya era evidente. Sin prisas, fue al baño a atender cierto menester de cada mes.

.

Salir con el otoño cada vez más cerca le parece algo estúpido. Nunca entendió a Lucy o a las gemelas cuando lo hacían de niñas, menos todavía porque el aire frío ya se dejaba sentir con el viento del norte. No obstante, le encontró cierto gusto a los sonidos de la noche en esa región del mundo. Las primeras hojas que caen de los árboles, los pocos perros que ladran a lo lejos, los animales que revuelven entre la hojarasca y los distintos insectos que todavía rompen la quietud de ese ambiente. Incluso el sonido de un violín del vecino de atrás le da cierto aire melancólico con una serie de acordes que Luna solía practicar antes de esa noche de su séptimo grado en su primer concierto de Mick Swagger. Hasta cierto punto es calmante y evocador a la proximidad de la siguiente estación, o al menos lo era hasta que alguien le lanzó un zapato.

-¡Oiga, loco! -bramó Erika, con un su acostumbrado beanie en la cabellera teñida de verde- ¡Ya deje de torturar al prójimo, maldita sea! -añadió antes de azotar la ventana.

-¡Ya dejen dormir, maldita sea! -gritó Taylor, al otro lado de la casa mientras luce unos tubos en el cabello, sumándose al creciente coro de protestas por la agradable y ahora rota práctica.

Viendo primero al jardín u luego al cielo estrellado, ve el fulgurante paso de una estrella fugaz romper con la monotonía del mismo. Cerró los ojos y solo se dejó llevar.

-¿Por qué no entras? -escuchó la voz de Maggie antes de abrir los ojos y ver a su esposa con un cobertor marrón con la imagen de un tigre que Lori les consiguió de un viaje a México echado encima de ella- Está haciendo frío.

-No puedo dormir -respondió Luan.

-Yo tampoco, la verdad -mintió Maggie, que ya siente los estragos de la falta de sueño.

-¿Y para qué traes el cobertor feo? -preguntó la comediante.

-Pensé que podrías pasar frío y…

-No está haciendo tanto frío -minimizó Luan.

-Entonces entra.

-¿Y por qué tengo que hacerlo?

-Se está más fresco en la recámara.

-¿Me puedo quedar?

-Es un país libre.

Acostándose, Maggie quiso acercarse a Luan, mas esta se aparta un poco.

-Dije que era un país libre, no uno libre para acostarse donde una quiera.

-Solo aproveché la laguna legal -aclaró Maggie, acurrucándose un poco más.

Gruñendo un poco, Luan le dio la espalda, molesta. Algo comprensible.

-¿Por qué no hablas? -preguntó Maggie.

-No tengo nada de qué hablar -dijo Luan, mirando al cielo sin cambiar de posición.

-¡Vamos! -animó Maggie- ¿Vas a seguir de amargada?

-Creí que tú lo eras -replicó Luan-, así que no lo monopolices.

-¿Mono… polizar?

-Si, todos tenemos un mal día -respondió Luan-, buenas noches.

-Pero…

-¡Dije buenas noches!

Sin más, Luan solo dejó de hablar mientras miraba todavía al cielo en el horizonte, por encima de las casas y las arboledas del vecindario. Maggie, a su vez, puso sus ojos en el cenit y se planteó de nuevo que pudo haber hecho mal.

~o~

17 de noviembre de 2022

Día 6, atrasado

Mirando al cielo

Si... ya casi acabo. Ya estaba trabajando en el cierre de este bloque cuando don baboso (yo) hizo algo que quien sabe qué me hizo cerrar sin guardar. Solo diré... que esta noche es una cochinada para mi.

Ya ando cerca de acabar el último día y empezar algo que será publicado como material no tan independiente en AO3 y anexo a esto. Y encima ya algún tipo lanzó una convocatoria para una semana Lenicoln. No sé si tomarla para el 22, pero contando que hay buen tiempo... no sé si tomarla.

Pep delgado 99, perdón si ahora soy brusco por la falta de sueño, pero si ya has visto a alguna pariente reaccionar a que va a ser madre, ya te puedes ir haciendo la idea de cómo se sintió Luan de que Maggie sea la orgullosa padre de Lois... si, hay tira de eso. Ocupo más el canon de PpMay93 que el de Patanu (la pone como hija de Lincoln).

J0nas Nagera... solo diré que Jordan seguro echa de casa a Lincoln si alguien que ella no quiera le echa el ojo a Lincoln, muy a pesar que está viendo cómo dejar de ser McCann. En cuanto a Luan y Maggie... es cosa de consultar con la almohada, como debería de hacer yo hace casi cuatro horas (ando completando esto a las 3:47 am).

Al rato, toca solo un apretón y no de Ignacias XD. Por ahora...

Sigan sintonizados

Sam the Stormbringer