Disclaimer Los creó Rowling. Yo sólo juego con ellos... XD

Summary La vi. Luego, supe quién era. Oneshot.

Entre las sombras

Una noche de verano regresaba a casa cansado pues el día anterior había sido de Luna Llena, era de noche, y estaba un poco soñoliento.

Las calles del Callejón Diagon tenían poca iluminación por la hora, pero la tienda de Madame Malkin estaba abierta todavía, y la luz de esa tienda iluminaba la acera.

Yo me encontraba sumido en mis pensamientos, deliberaba sobre que, ciertamente había hecho bien aceptando de nuevo el empleo de profesor de DADA para el próximo Septiembre, y que como me recordó Dumbledore, haría que no tuviera mucho tiempo para pensar en la ida de Sirius.

De pronto, la puerta se abrió, y a través de la luz de la tienda de ropa, se dibujaba una silueta femenina que me llamó la atención.

A lo lejos aprecié unas curvas que me sacaron de mi abstracción, me pareció que estaba soñando, pero a cada paso me acercaba más a descubrir si era real o no lo que estaba viendo.

Si se trataba de una mujer.., pero lo que más me llamó la atención, lo que me sacó de mi letargo, fue el fenomenal trasero que se dibujó entre las sombras, me dejó cautivado.

Firme, redondeado, recio, encerrado en unos pantalones color negro que iban de su cintura a sus rodillas.

Luego mi vista, ahora despierta ante tal revelación, fue bajando y note que también poseía unas magnificas piernas, unos muslos y piernas bien formadas, debe jugar algún deporte, seguro que Quidditch, me dije.

Sus pechos por el contrario no eran muy grandes, su tamaño era más propio al de una chiquilla. No dejé de mirarla y mi sorpresa fue mayúscula al descubrir que semejante cuerpo pertenecía a una niña de unos quince años, de rostro infantil, y piel muy blanca, pero con pecas, y que al ver mi cara, sorprendida esbozó una sonrisa y yo quedé aún más pálido. Llamó a su madre, la señora (al contrario de su hija) usaba ropa de magos, llevaba una túnica. Yo no sé cómo permitía que su hija saliera vestida así..

La madre, salió de la papelería, era la... señora Weasley.

Ginny se acercó con su madre y ambas me saludaron sonriendo.

Molly me felicitó por el puesto de profesor.

Yo las saludé, casi arrepentido por todo lo que había pensado en hacerle a la pobre Ginny.

Cómo podía ser posible que esa niña hubiera crecido tanto y que ahora tuviera ese tremendo cuerpo... No podía creerlo, qué diablos le darán de comer...

Nos despedimos y emprendí el camino a casa.

Esa noche no pude dormir recordando su cuerpo, y en los días siguientes me asaltó su recuerdo varias veces, y yo trataba de reprimirlo, es Ginny, por Dios.

La semana siguiente fui a La Madriguera para llevar allí a Harry. Me quedé a comer, pues Molly insistió, y por la tarde, cuando me marché me volvió a sonreír como si me tratara de intimidar, aunque al resto, les pareció una sonrisa sin más.. me estoy volviendo loco.

Un mes siguiente, comenzaban las clases.

Albus Dumbledore me pidió que diera clase a los cursos que iban a examinarse del TIMO y de los ÉXTASIS con especial atención debido al problema del año anterior por la mala preparación que dejó Umbridge.

Asentí y también creé tutorías algunos días en semana para los rezagados en el nivel, o los que simplemente, querían añadir más conocimientos a su nivel de DADA.

Las clases fueron estupendas. El nivel aún así y todo, era bastante bueno, y mis clases de repaso, tenían mucha aceptación. Tras despedirme de los remolones, cerré la puerta de mi despacho nuevo, que era una clase más que un despacho, pues su tamaño era algo más pequeño que las normales, ya que ahí era dónde impartía también las lecciones extras.

Me senté en el escritorio para corregir unas redacciones de los de Cuarto Año "Explique usted qué son los Bonclkes, qué propiedades tienen y dónde encontrarlos"

Giré la cabeza en dirección a la puerta, pensé que alguien había llamado, y, efectivamente, una visión... entró en mi despacho. Sonrió.

No podía creerlo era Ginny, que traía consigo un cuaderno, la niña cuya silueta me había vuelto loco.., es el destino, me dije, sí, o una prueba para que yo hiciera lo correcto..

Al verme se le iluminó la cara y sus labios dibujaron una alegre sonrisa.