Capítulo 4:
Decidida te das la media vuelta y regresas a tu casa, si ese loco busca algún problema se las va a ver contigo. Llegas a tu hogar justo a tiempo para ver como uno de tus padres le permite amablemente y como si nada la entrada al extraño personaje.
Luego te dicen que no le hables a extraños, piensas irónica.
Calculando para encontrarlo justo con las manos en la masa, esperas unos minutos fuera, hasta que oyes un grito o algo parecido a un grito, más bien una risa. Rápidamente como un huracán, entras a tu casa e irrumpes en la cocina violentamente.
¡Ajá! – gritas – Te agarré con las manos en la masa - señalas al hombre – ¡maniático! ¡Aléjate de mis padres!
Con el silencio que hubo a continuación no hubiera sido extraño que una de esas bolas de pasto pasara rodando por un costado. La escena con la que te encontraste se trataba de tus padres y el hombre sentados en la mesa de la cocina, bebiendo té y hablando tranquilamente.
¡Conque ahí estas! – Dice tu madre, sorprendentemente sonriendo – ven hija, te presento al Señor Weasley – te lleva frente al visitante, el cual estrecha tu mano cálidamente –
Agradeciendo que al parecer nadie se diera cuenta del ridículo que hiciste, tuerces una sonrisa falsa y le devuelves el saludo al hombre, disimulando lo más posible tu desconfianza.
Mindy, ¡El Señor Weasley ha venido a comunicarte una gran noticia ¡– dice tu madre emocionada – Mira, toma esto – Orgullosa te entrega un papel amarillento – léelo en vos alta.
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, primera clase,
gran hechicero, ex miembro de la
Confederación Internacional de Magos.)
Estimada Señorita Bowen:
Tenemos el placer de informarle que usted tiene una vacante en el prestigioso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Adjuntamos la lista con el equipo y los libros necesarios.
Las clases comenzarán el 1ro de septiembre. Esperamos su lechuza para confirmar su asistencia no más tardar del 31 de Julio.
Muy cordialmente
M. McGonagall
Subdirectora
Sorprendida, relees el pergamino varias veces; esto debe tratarse de una broma. Abres la boca para decir algo, pero lo único que te sale es una perfecta imitación de pez, abriendo y cerrando la boca.
Oh, comprendo que estés así. Pequeña – habla por primera vez el hombre – A los hijos de muggles les cuesta creer lo que ocurre al principio – comenta alegre tratando de tranquilizarte.
Verás, tú has nacido con el grandioso don de la magia; me refiero a que tienes poderes sobrenaturales, que no todos los seres humanos tienen el lujo de poseer, y que aprendiendo a controlarlos puedes hacer buen uso de ellos-
¿Magia? ¿Yo? ¿Qué? – Son las únicas palabreas que logras, a duras penas, pronunciar-
Si tú – continúa el hombre sonriente - Dime, ¿alguna vez te han sucedido hechos extraños que nunca has podido explicarte? Cosas que desafían la ley de la razón-
Buenoo, ahora que lo pienso – Meditas, la verdad que muy a menudo te ocurren cosas de lo más extrañas – la vez que para escapar de un abusivo atravesé una pared de concreto sólido... o la vez que...
¡Lo ves¡ – Vuelve a hablar el hombre – Esas situaciones se dan debido a que tu magia se salió momentáneamente de control, por lo general motivada por fuertes sentimientos; claro que en Hogwarts aprenderás a controlar mejor estas habilidades ¡Estoy seguro de que serás una buen alumna¡ Claro, si aceptas ir-
Bien, yooo – miras a tus padres en busca de respuestas, ellos te dirigen una sonrisa cálida y afirman con la cabeza - ¡Acepto!
- Continúa en el Capítulo 6.
