Capítulo 5.

Ya llevas más de media hora corriendo y como dolorosamente compruebas eso fue más de lo que podías aguantar. Definitivamente no sobrevivirías como maratonista, o como velocista o… bueno en fin, como deportista.

Jadeando te apoyas en el cartel de una esquina. Ahora que te pones a reflexionar, el huir de tu casa fue algo bastante estúpido. Quizás el hombre solo pasaba por allí. Y quién sabe, tal vez estaba vestido así por alguna razón perfectamente justificable. Lo mejor será regresar a casa, piensas.

De todas maneras no tienes ni ropa, ni comida, ni mucho menos dinero como para comenzar una "nueva vida".

Te das la vuelta para regresar, pero súbitamente tu cerebro cae en la cuenta (tarde como siempre): a penas recuerdas el nombre de la calle en donde vives y luego de correr hacia ningún lado durante más de media hora es natural que no tengas ni la menor idea de donde te encuentras.

Miras el cartel en donde estabas apoyada anteriormente. Sobre un fondo verde oscuro las letras blancas deletrean prolijamente el nombre de "calle Magnolia".

Bien… reflexionas; tú vives en la "calle Evergreen", y eso queda a… yendo hacia… con dirección en…

….

Ok, admítelo, estas perdida… Lo mejor, según piensas será preguntarle a alguien para que te guíe de vuelta a tu casa. Pero a penas te sientas a esperar a que pase ese "alguien" cando algo llama tu atención:

- ¡Hey Big D! – Es la voz de un muchacho - ¡Ven a ver lo que encontré!

Te volteas para ver. Un grupo de 5 o 6 muchachos corpulentos se amontonan alrededor de un cantero. Entre insultos y risotadas, observas como uno de ellos saca de entre los arbusto a un niño no mucho mayor que tú.

- Valla, valla.- Dice el más grande y aparentemente el más estúpido del "grupito" – Con que es nuestro querido amigo: "Markins Evans"- Dice burlonamente. Los otros niños del grupo sueltan una sonora carcajada festejando a su "jefe".

-¡Déjame en paz cerdo sobre alimentado! – Chilla el niñito mientras un chico alto y con cara de rata lo sujeta por detrás.

-¿Cómo me llamaste? – Responde ofendido Big D – ¡Te enseñare a respetar a tus mayores!

Con estas palabras el círculo de gorilas se cierra formando un círculo alrededor del pobre niñito. Golpes y paradas comienzan a ser dirigidos hacia él.

- ¡Ya es suficiente! – te dices a ti misma, no vas a dejar que ese grupo de mastodontes subdesarrollados haga lo que se le da la gana… ¡No, no!

Decidida y sacando pecho cruzas la calle. ¡Vas a detener esto!... sea por las buenas o por las malas.

Te remangas la camiseta y fuertemente golpeas la espalda del "líder del grupo" con tu dedo índice.

-¡Oye tú, cara de puerco! – Le llamas.

En cuanto terminas de pronunciar las palabras. La lluvia de patadas y golpes hacia el tal Evans se detiene. Lentamente, uno por uno de los pandilleros se voltea hacia ti y forma un nuevo muro humano (esta vez alrededor tuyo). El chico golpeado por su parte aprovecha la oportunidad y huye corriendo.

¡De nada! - Le saludas sarcástica a través de un hueco entre dos de los gorilotes.

-¿Cómo me llamaste? – Con cara de pocos amigos, el "jefe" de la pandilla se dirige amenazante hacia ti mientras blande sus puños del tamaño de melones.

Ríes tontamente mientras te encojes de hombros-

- ¿Me hablas a mi? – Preguntas inocentemente.

El muchacho entrecierra aun más sus pequeños ojitos en clara señal de amenaza.

Vuelves a reír

– Pues yo… ¡ARGHHHH!

No terminas de hablar cuando el abusivo te toma del cuello y levantando uno de sus puños se prepara para golpear.

- ¡No te hagas la tonta! – Dice - Si no re pites lo que dijiste… te voy a… voy…-

El discurso del cerdo se detiene en seco. Aun con su puño levantado, sumado a una clara expresión de pánico, el abusivo ahora observa cauteloso a alguien detrás de ti.

¿Qué sucede Didydunks? – Suena una voz masculina -– ¿No me digas que ya te cansaste de los niños de primaria? - Continúa en tono burlón - ¿Ahora te dedicas a golpear a niñitas?

El chico cerdo esta más que atemorizado. Imaginando a un "súper abusivo" volteas a ver; pero lo que te encuentras te deja boquiabierta:

Un chico alto y moreno, muy bien parecido, de unos 16 años de edad sonríe malicioso ante el grupo de gigantes.

¿Quién lo diría? … Un mastodonte atemorizado de un simple muchacho… Mejor te quedas a ver. Sigue en el Capítulo.

¿Qué haces ahí parada?... ¡Es nuestra oportunidad! Hagamos la gran "Mark Evans" y huyamos al Capitulo 7… Caro, que para avisarle a la policía...Ejem.