Un nuevo comienzo
Por Luz de luna82
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Keiko Nagita, solo son para diversión personal.
Capítulo 1
Se encontraba Candy sentada en la cama de un hotel, ni siquiera era uno de los cuales se había hospedado en sus viajes de trabajo, este era uno de mala muerte, barato y no muy limpio, recordaba como había terminado apenas unas horas antes en ese maldito lugar, con la necesidad de tomar una decisión.
Vivía cómodamente en su departamento de Atlanta, un lugar con todas las ventajas que le daba el ser una de las mejores psicólogas infantiles, pocos sabían de su asertividad, al estar cursando la universidad hizo su prácticas en "centro de atención familiar" era una de las instituciones más prestigiosas del estado y le ofrecieron trabajo, ya habían pasado dos años desde que comenzó sus prácticas y ahora era una de las titulares de la institución, pocos sabían que era una mujer fuerte, solo sus amigos (que eran muy pocos) sabían que era una mujer bondadosa, ayudaba un día a la semana en uno de los comedores comunitarios dando atención a niños que sus padres no podían pagar los servicios de un psicólogo, no le gustaba que nadie se enterara de sus actividades fuera del trabajo.
Sus padres estaban en Aldora su pueblo natal, orgullosos de la pequeña pecosa, que sin recursos económicos se había abierto la puerta con su inteligencia y tesón, la rubia había luchado mucho para estar en el lugar que ahora se encontraba gracias a todo su esfuerzo y al de sus padres.
Hacia cinco años que había llegado a Atlanta, desde Aldora, después de tener una charla con su padre decidió dejar su lugar de origen y hacer lo necesario para salir adelante, la chica siempre había mostrado que era inteligente y tenía aptitudes, sabia escuchar y aconsejar a los demás y tenía un don con los niños, era un gran sacrificio mandarla lejos, pero la universidad le abriría puertas que Aldora no podría darle.
Se llevaba la mano al pecho al recordar como su padre James había hablado con ella.
-Hija no habrá otra forma de que alguien descubra lo inteligente que eres, sé que será difícil, pero lo lograras, todo estará bien, no temas, además tu madre y yo estaremos aquí, tu hija, mereces algo mas que vivir en este pequeño pueblo.
Candy con los ojos llenos de lágrimas y el corazón enternecido por el gran amor de sus padres hacia ella, le acaricio su blanco rostro y le contesto.
-Te prometo que no me olvidare de todo lo que han hecho por mí, de ustedes y de mi hermano Jimmy, los amo, mientras abrazaba a su madre Jane también, sabia que aun no estaba nada dicho, su solicitud para la universidad Estatal de Georgia había sido enviada y estaba en la espera de su aceptación, si eso se concretaba, no tenia nada que pensar, se iría a vivir a esa ciudad.
Y así fue, dos meses después estaba en la oficina de control escolar viendo cómo podría tramitar una beca, la preparatoria la había terminado con promedio sobresaliente, eso no sería ningún problema.
Aunque la universidad no acostumbraba dar becas del 50%, el director analizo el caso de Candy, sabia que venia de un hogar humilde y viendo el historial de la chica, sin problemas con nadie y buen promedio, lo puso en la mesa directiva y decidieron hacerle el descuento, la rubia no podía creer su suerte y así comenzó a estudiar psicologia en la universidad, tenia muchos sueños donde su familia seria su principal motor para cumplir todos y cada uno de ellos, olvidándose de sí misma comenzó a estudiar con mucho empeño, adelantando clases, no tenia tiempo para fiestas, fraternidades y banalidades como esas, a los 23 años ya estaba graduada con honores.
Ahora a sus 25 años tenia un trabajo respetable, bien remunerado, ayudaba a sus padres a pagar los estudios de su hermano Jimmy, todo marchaba bien hasta que…
Hasta que se le ocurrió abrir la boca…
Se había mudado recientemente a un nuevo departamento, lo había podido comprar apenas hacia 6 meses, había juntado dinero para pagar una parte y la otra parte la tenía dividida en pagos, en dos años iba a poder ser dueña de su propio hogar, el edificio estaba en una buena zona, no era muy lujoso, pero los vecinos parecían amigables, ella se dedicaba todo el tiempo a trabajar, al día siguiente de su mudanza toco una de sus vecinas y fue a abrir la puerta.
-Vecina, mucho gusto, soy Karina, la vecina del 201. Llegaba la muchacha de unos 22 años a su puerta con una tarta en las manos, a Candy le pareció un gran detalle de bienvenida y le dio el pase a la alocada mujer de cabello rojo, sin saber las intenciones torcidas de aquella muchacha.
Candy tenía amigos de la universidad, su mejor amiga era Patty, ella había sido su roomie en la universidad, pero tenía poco que se había ido a trabajar a Canadá, allá tuvo una muy buena oportunidad de trabajo, además la familia de su novio vivía en ese lugar. Aunque hablaban de todo siempre busco mejor un lugar para ella sola, vivió primero de renta en otro apartamento, pero los costos de mantenimiento y demás eran muy costosos, decidió pensar en su futuro y comprar en lugar de estar tirando el dinero en rentas.
Su nueva amiga, la vecina de lado era muy amigable, unos tres meses antes le gustaba pasar mucho tiempo en el apartamento de Candy, ella no cocinaba para nada, sin embargo, Candy era muy buena en la cocina.
-Karina, deja de venir a vaciarme la alacena mujer, solo estas esperando que llegue a casa para venir a comerte lo que he preparado, creo que deberías cocinarme algo para compensarlo.
-Ya Candy ¿sí? Sabes que soy pésima para la cocina, tu, mi querida amiga, tienes un don, cocinas delicioso.
-La tarta que me trajiste cuando llegue a vivir aquí fue comprada ¿cierto? Preguntaba Candy en forma mas que de pregunta en afirmación en un tono juguetón.
-Es cierto, decía la muchacha levantando las manos en forma de rendición, -lo confieso, no tengo perdón, pero Candy aliméntame pronto por favor, me ruje el estómago. Dijo bromeando.
-Sabes que eres imposible Karina, anda vamos a cenar, te toca limpiar la cocina al final.
- ¡Ya que!, dijo la simple y resignada mujer.
Hasta que un día…
Mientras cenaban frente al televisor de la sala Karina pensaba como pedirle el favor a su nueva vecina. -Candy, más tarde me traerán un paquete, podrías recibirlo por mi por favor, mañana vengo por él.
A Candy no le pareció extraño y acepto sin problema, se había convertido en una practica usual, los lunes y los viernes Candy recibía los paquetes y luego al siguiente día se los entregaba a la chica, solo esos días Karina no se aparecía para cenar, en la mañana muy temprano recogía su paquete y se despedía hasta que…
Candy escucho como tocaban la puerta, siempre era un chico diferente, aunque no traían uniforme o identificación la rubia no desconfiaba, eran los asuntos de Karina al final del día, pero la constancia de las entregas y las ausencias de su nueva amiga la tenían confundida, hasta que Candy decidió preguntarle a Karina.
-Karina tu paquete esta en la mesa, ¿Por qué llegan aquí? Me he dado cuenta de que esto ya se volvió rutinario Karina, ¿Por qué no los recibes tu? ¿Qué está pasando? Preguntaba inocentemente Candy.
No es nada amiga, lo que pasa es que precisamente a la hora que me los traen yo tengo que estar fuera de mi apartamento, pero todo está bien Candy, no te preocupes, contestaba la nerviosa mujer.
Candy noto que en cuanto termino de tratar de explicarse se había puesto nerviosa y se fue de inmediato, esperaba no meterse en problemas por "ayudarle" a una persona que conocía hace poco, eso no era normal. Paquetes los lunes y los viernes, sin falta a la misma hora ¿Por qué? Ahí había algo sospechoso.
El viernes llego y junto con él, el nuevo paquete, puntual como siempre a las 6 pm, Candy lo recibió, pero segundos después alguien tocaba muy fuerte la puerta, molesta fue a abrir sin imaginar que era la policía quien entraba.
-Deje ese paquete en el suelo, ponga las manos detrás de la cabeza y dese vuelta, está detenida, todo lo que diga será utilizado en su contra y tiene derecho a un abogado, le decía el comandante a Candy mientras le esposaban las manos.
Confundida, temerosa, eran algunos de los sentimientos que llegaban a ella en ese momento, ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Por qué se la llevaban detenida? Ella no había hecho nada. Pensó a quien podía acudir, pero no quería llamar a sus padres ye ellos no eran una opción, Patty estaba muy lejos, no podría ayudarle.
- ¿Sabe porque está aquí señorita? Le preguntaba el comandante a Candy, dentro de la sala de interrogatorios.
Tomo aire, esto es una injusticia y si no quedaba mas remedio que defenderse sola lo haría, tenia que hacer lo posible por salir victoriosa de ese mal entendido, saco el valor White que le caracterizaba.
-No tengo la menor idea de porque estoy aquí, ¿explíqueme porque estoy esposada y retenida en contra de mi voluntad, preguntaba ella tranquilamente, guardando toda la compostura posible.
-Díganos ¿dónde distribuye lo que le llega en los paquetes?
-Mi vecina me pidió que se los recibiera, hace tres semanas le llegan a mi domicilio y ella pasa al siguiente día por ellos.
- ¿Vecina? ¿Qué vecina? Señorita no trate de engañarnos, la hemos vigilado durante estas dos ultimas semanas y no hemos visto ninguna vecina, díganos todo lo que sabe.
-Hace aproximadamente 6 meses me mude al edificio, una chica llamada Karina vecina del departamento 201, me visito, nos hicimos amigas y ella iba a comer o cenar a mi casa de dos a tres veces por semana, ella me dijo que era estudiante de la universidad Estatal, en la carrera de administración de empresas, tiene 22 años, cenábamos, veíamos películas y nada más, yo llego de mi trabajo a las 6 de la tarde, trabajo 6 días a la semana, ustedes se habrán dado cuenta de eso, Karina me dijo que se iba con sus padres durante un mes y en ese tiempo no supe nada mas de ella, hace un mes regreso y me pidió que le recibiera los paquetes, ella iba y los recogía todos los días por la mañana, cada entrega iba una persona diferente a entregarlos, no tengo porque mentirle comandante, si necesito un abogado, se que tengo derecho a uno, no he cometido ningún delito que yo sepa.
El comandante se levantó de la silla, sabia que Candy decía la verdad, desde hacia tiempo la estaban vigilando y ella no hacia nada con los paquetes, ni tampoco tenía idea de lo que contenían al igual que al repartidor los habían utilizado a ambos, lo supo después de interrogarlo e investigarlo, pero la mujer a la que ella conocía como Karina era muy lista y se escabullía fácilmente.
-Le daremos un abogado de oficio señorita, decía el comandante Jonhson, -lo necesitara.
Candy suspiraba, sospechaba que al ponerle un abogado la llevarían presa para llevar su proceso y dictaminar si era inocente o no, tenia que hacer lo que fuera para que su historial no se viera afectado por un mal entendido.
- ¿Qué puedo hacer para que me crea comandante? Preguntaba Candy en un tono de desesperación.
-Le creo señorita, solo que usted ha sido utilizada y debemos saber como poder ayudarla para que esto no se salga de control.
-Hare lo que me pida, no estoy dispuesta a ir a la cárcel por algo que no hice, dígame ¿Cómo puedo ayudarlos? Decía ella determinada a salir de ahí de inmediato.
El comandante se le quedo viendo a Candy, él tenia un plan, era arriesgado, pero con la ayuda de ella sabia que al fin tendrían a la viuda negra capturada.
-Espere aquí señorita. Le dijo el comandante Jonhson saliendo por la puerta, dejándola sentada y confundida.
Minutos después entro con el jefe, el Señor Delmas, que era el que dirigiría la operación.
-Señorita tiene que saber que esta operación es sumamente peligrosa, su verdadero nombre es Ileska, conocida como la "viuda negra" no es cualquier delincuente, es una peligrosa muy peligrosa, ella no tiene 22 años, tiene 35 aunque no los aparente, es una mujer experimentada y no sabemos aún cuánta gente este involucrada en todo esto ¿esta dispuesta a arriesgarse?
Candy determinada acepto, hicieron el plan para atraparla.
Horas más tarde…
Candy estaba en su apartamento, Karina le había preguntado donde estaba, ya que la había ido a buscar temprano y no la había encontrado, quería su paquete, aparentemente la mujer no se había enterado de la detención del mensajero, ahora era turno de que la rubia hiciera bien su trabajo.
Los oficiales estaban alrededor del perímetro, había tres escondidos estratégicamente dentro del apartamento, Candy trataba de calmar los nervios, no sabia que seria lo que pasaría. Se escucho que tocaron la puerta, uno de los oficiales que estaban cerca de la rubia le dio la indicación con la cabeza que abriera, era ella, la buscada "Viuda Negra".
Candy tenia algo en la estufa, era bien conocido que la chica la buscaba para comer, entonces abrió la puerta y sonando lo mas natural posible la rubia comenzó a sacarle platica.
-Ya se me hacia raro que no vinieras Karina, estoy haciendo lasaña, sé que te gusta.
- ¿Dónde estabas Candy? Decía la mujer sentándose en el banquillo de la cocina despreocupadamente, observando a la rubia cocinar.
-Sali temprano hacia el trabajo, sabes que tengo muchísimo que solucionar últimamente.
Los oficiales poco a poco comenzaron a acercarse a la mujer, ella no se lo espero, de pronto uno estaba parado detrás de ella.
-No te imaginas cuanto tiempo llevo siguiéndote "Viuda Negra" le susurro en el oído, no había forma de que se escapara, 5 años tenia siguiéndola, era lista, pero ahora con la ayuda de Candy la habían atrapado.
-Georges, Georges Jonhson, al fin nos encontramos, lástima que, en esta situación, decía ella burlonamente.
Jonhson le tomo una muñeca y le puso las esposas. Ella rápidamente giro y tomo el arma que tenia en la espalda escondida, le disparo al comandante lanzándolo al suelo, el chaleco antibalas había servido de algo, de pronto giro con Candy y le disparo igual al pecho, no había forma de que saliera de esta.
Otro de los oficiales reacciono al momento desarmando a Ileska y poniéndole finalmente las esposas, el comandante Jonhson se levantó y la tomo del rostro diciéndole -No te imaginas el placer que me da tenerte asi, sin que te puedas mover, indefensa, vas a pasar muchos años bajo la sombra Ileska, le decía mientras la giraban para llevársela.
Ella volteo a ver a Candy que estaba tirada en el piso, no sabía si la había podido matar o no solo le grito mientras la jalaban hacia afuera.
- ¡Candy, Candy! no importa donde te escondas, si sales de esta, te encontrare y me cobrare esta mi querida amiga, y a la próxima no te salvas.
El comandante Jonhson se acercó a ella, el chaleco antibalas había hecho su trabajo, ella al escuchar lejos los gritos de Ileska abría los ojos estaba, pálida, ¿Qué diablos había hecho? Era una peligrosa mujer, se había puesto en riesgo y ahora iría tras de ella, tenia algo que hacer, irse lejos, algo tenía que hacer, ¿Qué consecuencias tendría todo esto?
Uno de los oficiales le ayudaba a levantarse, pidió que la dejaran recuperarse sentada en el piso, necesitaba pensar y poner en orden sus ideas, ¿qué tan peligrosa era esa chica? ¿De verdad podría hacerle algo?
El comandante Jonhson regreso después de subir a Ileska al camión blindado que la transportaría al ver a Candy, la tomo por los hombros y levanto su rostro.
-Te llevaremos a un hotel, seguramente sus cómplices pronto se enterarán lo que ha sucedido, Candy va a ser mejor que entres al programa de testigos protegidos.
Ella volteo a verlo, ¿de qué me está hablando comandante?
-Vamos será mejor que nos vayamos de aquí, aunque el perímetro está asegurado, pero no sabemos si alguien nos está vigilando.
La llevo a un hotelucho afueras de la ciudad, tenia gente que la vigilaba, podían hablar con libertad.
-Candy, tenemos un programa de protección de testigos, te enviaremos a otro estado, te daremos una nueva identidad y te conseguiremos un nuevo trabajo.
-Espere comandante Jonhson, ¿Por qué? ¿Es cierto lo que dijo Ileska?
-Ella es una peligrosa delincuente Candy, te responsabilizó directamente de su captura, no descansará hasta dar contigo.
- ¿Qué hay de mi familia? Preguntaba Candy a punto de llorar ya que su vida se estaba yendo a la basura por esa maldita mujer.
-Tu familia estará protegida por nosotros, de ser necesario les ofreceremos el mismo programa, pero ahora es importante que te protejamos a ti Candy.
- comandante, esto no funcionara, ella sabe que estoy viva y hasta que no de conmigo, no dejara a mi familia en paz, mis padres y hermano no tienen la culpa de todo lo ocurrido, tiene que haber algo más, por favor comandante, dígame ¿qué más puedo hacer?
-Hay otra opción Candy… decía Jonhson viendo por la ventana. -Podemos simular tu muerte.
Candy abrió los ojos grandes, ¿queee?
-Si Candy, solo reportarte como que haz muerto en el tiroteo.
-Pero ¿Cómo? Decía ella confundida -mucha gente se dio cuenta de que sigo viva.
-Ileska lo que quiere es verte muerta, podemos decir que moriste en el fuego cruzado, solo fuimos tres agentes los que te vimos viva Candy, nosotros firmaremos un manifiesto de la veracidad de tu muerte y asi podrás ingresar en el programa de protección a testigos, tu familia estaría a salvo, los tendremos vigilados de cualquier forma, pero sé que la "viuda negra" no los molestara, ellos estarán a salvo, dime ¿Qué quieres hacer Candy?
Continuara…
Hola chicas! Estoy muy emocionada compartiendoles esta nueva historia, la he traido en mente bastante tiempo y espero que nos acompañemos leyendo durante un tiempo, les agradezco su apoyo de siempre, sigo leyendo todos sus comentarios y agradezco enormemente por ellos que son los que me impulsan a seguir escribiendo, esto se sale un poquito de lo que he escrito, pero no teman, les pido que sigan leyendo y pronto entenderan todo, diferente, si, aqui Albert tiene 3 hijos, pero pronto descubriremos el como y donde esta la madre o madres jeje, les mando un gran abrazo y espero que gocen de amor y mucha salud! Bendiciones!
