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Lluvia compartida
Capítulo 2: ¿Té o café?
Kaneki estaba sentado en la parte trasera de una ambulancia cubierto con una manta térmica, tenía un vendaje alrededor de la cabeza, junto con varios raspones en la cara y el cuello. Se dejo curar, que le pusieran banditas en la cara, pero no dejó que le revisaran el abdomen ni la espalda (con los moretones que tenía lo llevarían directamente al hospital y eso quería evitarlo, quería ya largarse). La ropa empapada se le pegaba al cuerpo lo cual le dejaba una sensación desagradable y pesada.
La lluvia no había cesado, caía de manera más fuerte taladrándole los oídos por el sonido. Si no fuera por la lona improvisada que habían puesto arriba de la ambulancia él y todas las personas que eran atraídas por el ghoul con el que estaba peleando se estarían empapando. Observaba y contaba a los investigadores que se veían como moscas rondando alrededor de la muerte de ese pobre diablo cubiertos con paraguas o impermeables. Buscaba a la investigadora que le había ayudado a levantarse cuando llego la ambulancia en poco minutos se había ido de su lado para hablar con sus compañeros, dejándolo con los paramédicos.
Cuando la encontró hablaba con otro investigador usando un impermeable negro sujetando dos vasos desechables humeantes mientras el que parecía ser su compañero la cubría con un paraguas, ella dejo la conversación y se acercó a él. La pelimorada le sonrió y se sentó a su lado. Kaneki observo como ahora ella tenía el pelo semi húmedo y el maquillaje medio corrido de los ojos, aun así para él le parecía bastante bonita, tenía los ojos afilados enmarcados en pestañas largas, labios ligeramente carnosos y facciones atractivas, era poco creíble como ella siendo una chica joven (de su edad que apenas eran mayores de edad) estuviera metida con el CCG.
"Las apariencias engañan, pero de que me sorprendo si yo no soy muy diferente a su caso…" Pensó Kaneki.
—¿Té o café?—Preguntó la pelimorada sonriendo, ofreciendo ambos vasos que se veían exactamente iguales con la diferencia de que uno llevaba un colgante de hilo con una etiqueta cuadrada verde en la punta.
—Té, gracias—Contestó Kaneki tomando el vaso de té que estaba algo mojado por la lluvia, pero aun así se sentía caliente. Suspiro derrotado, ya sabía que sabor le esperaba. Pero tenía que seguir con la apariencia de "humano aterrorizado".
Al darle el sorbo al vaso de té quiso escupir, ya que el liquido humeante sabía a polvo y tierra, como si hubieran vaciado el contenido de una aspiradora al vaso con agua caliente. ¿Cómo los humanos consideraban esa bebida reconfortante?. Tragó de poco a poco evitando caer en sospecha.
La investigadora bebió sin preocupación del otro vaso, suspirando satisfecha. Dejándolo a un lado para pasarse un pañuelo que guardaba en el interior del saco que lucía húmedo por debajo de los ojos, limpiando los restos de maquillaje y otro tipo de suciedad de su rostro. Kaneki observaba sus movimientos le daba la impresión de que ella se estaba dando un descanso. Cuando la investigadora se quito el gorro del impermeable dejando el pelo liso y mojado de lado le dirigió de nuevo la mirada interrumpiendo el silencio.
—Soy la investigadora Washuu Rize, siento que hayas sido involucrado en este caso.
Él hizo una leve reverencia aun sentado intentando no flexionar el cuerpo por el dolor. —Mi nombre es Kaneki Ken, es un placer.
—El placer es mío—Ella le sonrió suavemente—.¿Puedo saber que estabas haciendo hace media hora por está zona? ¿Cómo te encontraste con el ghoul?
Kaneki trago saliva, dándole un pequeño sorbo al vaso desechable. Ya había tenido situaciones parecidas, interrogatorios de ese estilo donde querían saber que hacía cerca de ciertas zonas peligrosas. Aun así contesto nervioso, lo estaba, pero esperaba que ella lo percibiera por el shock de la situación.
—Salía de mi trabajo, siempre tomo el atajo de aquel callejón, es bastante tranquilo…pero escuche a dos personas peleando cuando vi que a uno le salía una cosa extraña del hombro quise retroceder, pero el "ghoul" que atropellaron me comenzó a perseguir y ya sabes el resto.
—¿Dos ghouls?, si, una testigo dijo que había visto dos o quizás tres ghouls en el callejón peleando, ¿viste para donde escapó el segundo ghoul?
—No—Él negó la cabeza bajando la mirada, enfocando la mirada en su vaso desechable.
—¿Cómo era el otro ghoul?
—No lo pude ver bien, pero creo que era hombre y muy alto…tenía la cabeza cubierta con una capucha de un abrigo o quizás era una sudadera.
La investigadora suspiró dándole otro sorbo a su café, sentándose más cerca de él—.¿Y donde trabajas?
Él corazón de Kaneki se aceleró por esa pregunta, preguntándose si debía mentirle para que ella no supiera más de él o debía decirle la verdad para no caer en sospecha?...¿Qué tanto podía arriesgar?
—…Trabajo en un café que está a unas calles de aquí, se llama Anteiku.
—Hmm nunca he ido, apenas me estoy incorporando a este distrito, ¿cómo están tus heridas?, entendería que por tal susto no irías mañana al trabajo.
Él dejo el té a un lado, se trono los dedos uno a uno sin querer hacer contacto visual con ella. Si supiera aquella investigadora, no le estaría hablando con preocupación. Las manos comenzaban a temblarle, tenía que mantener la calma.
La investigadora lo tomó del dorso de la mano suavemente, él volteó a verla. Notando que el par de ojos afilados de color morado lo veían con cierta piedad, entiendo su ansiedad, pero por los motivos equivocados, ella no hablaba con una victima, hablaba con el que muchos considerarían un asesino. Rize le acaricio el dorso de la mano, el toque era delicado, muy suave. Algo reconfortante que él no sabía que necesitaba.
—Se lo difícil que es ver un cuerpo así la primera vez, mucha gente vomita o se desmaya, otros ni siquiera pueden hablar, pero admito que es muy valiente de tu parte hablar conmigo después de haber visto algo así, eres un testigo muy valioso—Ella habló con un tono suave, bastante agradable de oír.
Él se quedo callado, su corazón se aceleró y las mejillas se le calentaron, aunque todavía olía a sangre ghoul, el olor de aquella chica fue diluyéndose con el olor del café y la lluvia, era agradable. Cuando Rize iba a soltar de su mano, Kaneki volteó el dorso de su mano para tomar la de ella, fue un momento breve en donde ella solo lo veía con curiosidad, era como si olvidara lo que había visto hace 30 minutos una investigadora con el uniforme manchado de sangre y un arma que guardaba en su bolsillo, se sintió hechizado, pero dicho encantamiento fue interrumpido por un par de agentes que se acercaban para hablar con Rize.
Antes de que los otros investigadores se acercaran más a ellos Rize soltó de su mano, poniéndose de pie y pidiendo que la disculpara colocándose de nuevo la capucha del impermeable negro. Podía ver a pocos metros de distancia como ella conversaba con sus compañeros quienes eran mayores que ella. Al parecer se estaba poniendo de acuerdo con ellos y lo miraban mientras hablaban. Kaneki volvió a respirar con profundidad, esperaba que ya todo terminara.
La investigadora Rize se volvió a acercar a él, le sonrió de manera reconfortante, sus dos compañeros estaban detrás de ella como si fueran un par de guardaespaldas.
—Encontraremos al segundo ghoul, ¿quieres que alguien te escolte a casa o quizás quieras ir al hospital? —Preguntó Rize.
—Gracias, pero vivo por aquí cerca y puedo tomar un taxi, estaré bien.
—¿Estás seguro?
—Si.
Pocos minutos después habían llegado algunos policías y un "equipo de limpieza" del CCG. Las palomas tuvieron la "amabilidad" de pedirle un taxi en el que él se subió suspirando, bajaría unas cuadras antes de su casa. Antes de irse la investigadora Rize se acercó una última vez a él.
—Gracias por tu cooperación—Ella hizo una leve reverencia.
—Gracias por tu trabajo—Dijo Kaneki intentando también hacer una reverencia, pero el dolor del cuerpo aun no lo dejaba moverse con libertad—…¿Volveré a verte?
Rize ladeo la cabeza confundida y sorprendida por esa última pregunta repentina—Si el caso no se resuelve, quizás me veas por aquí—Ella saco una tarjeta del interior del bolso de su falda ofreciéndosela.
Él tomo la tarjeta de presentación de color negro observando que tenía el nombre de ella y un número telefónico con el escudo del CCG impreso del otro lado de la tarjeta.
—Si necesitas ayuda o tienes sospechas de alguien puedes contactarme—Dijo Rize.
—Si…—Contestó Kaneki lentamente, estaba sorprendido por tal ofrecimiento.
La investigadora le sonrió y se despidió con la mano comenzando a alejarse para volver con sus compañeros, él antes de subirse al taxi se fijó si alguien lo estaba mirando, pero ya no era el centro de atención en ese momento. Al ingresar al vehículo por la puerta de copiloto, suspiro cansando, le dio una dirección que quedaba a pocas cuadras de su casa. Todo el camino fue fijándose en los espejos retrovisores asegurándose que ningún auto o motocicleta le siguiera el paso.
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A la mañana siguiente las noticias informaron el descubrimiento del cuerpo de una mujer a 15 minutos del café Anteiku. Tanto Kaneki, Touka y el jefe Yoshimura se le quedaron viendo al televisor que estaba en la parte alta al interior del local (donde todos los clientes podían ver la televisión desde ese ángulo). Faltaba 20 minutos para abrir.
El reportaje terminó con dos fotografías de dos agentes del CCG vestidos de negro a quienes habían visto por última vez hace cuatro noches al dirigirse a sus hogares, pero ellos ya no aparecieron. El jefe Yoshimura apagó el televisor y suspiró cansado, menciono algo de optimismo que tantas malas noticias son dañinas para la mente y que no debían preocuparse siempre y cuando tomaran sus preocupaciones al salir de noche.
Inesperadamente tocaron la puerta, era un toque suave, se veía la silueta de una mujer detrás de la persiana que cubría la ventana de la puerta de entrada. Todos miraron sorprendidos de que alguien tocara antes de abrir no dijeron nada, el jefe Yoshimura caminó hacia la entrada para ver quien era.
—Buenos días, lo siento pero abrimos en 20 minu…—Habló Yoshimura con amabilidad, pero no pudo terminar la frase al ver la extraña visitante que mostró su identificación oficial de trabajo.
—Buenos días, siento la molestia, soy la investigadora Rize del CCG, ¿sería tan amable de conversar conmigo, por favor?
El jefe Yoshimura se quedo pasmado con la visita inesperada de la pelimorada, sonrió con tranquilidad se volteo mirándolos sin moverse de su lugar.
—Touka-chan ¿Podrías hacer un letrero de que diga que abrimos en una hora, por favor?
—Si…—Touka un tanto nerviosa se puso de pie y entró por la cocina a hacer el encargo con los puños cerrados caminando a paso rápido.
Kaneki se quedo quieto desde su lugar, trato de no palidecer por la inesperada visita que agradecía la amabilidad de Yoshimura. La investigadora Rize entro observando todas partes del local fascinada por la decoración o quizás el ambiente, se volteo y entró a la cocina antes de que los ojos afilados de Rize lo encontraran, ya que se suponía que él estaba lleno de magullones y raspones por lo que paso anoche. Maldijo en su mente se hubiera reportado como enfermo.
"Tranquilo, no he matado a nadie esta semana, no tengo porque preocuparme ¿verdad?, ella está aquí por la muerte del pobre diablo de anoche". Pensó Kaneki.
—Necesito hablar con cada uno de los trabajadores en privado, es sobre los casos que han ocurrido estos días—Escuchó la voz de Rize al otro lado de la puerta de manera tenue.
—Entiendo—Respondió Yoshimura.
Él vio su reflejo en una de las ollas de la cocina y se hizo varias heridas con las manos y las uñas en el rostro recordando en donde le habían puesto los paramédicos las banditas en la cara, simulando los magullones que se dio ayer. La sangre corría en pequeños ríos en su cara que limpiaba para no manchar su uniforme.
Touka lo vio como si hubiera vuelto loco ya con el letrero en la mano.
—¿Qué te pasa? —Preguntó su compañera.
—Necesito que ella crea que estoy herido y no puedo ir por que el botiquín de primeros auxilios para ponerme banditas sin salir de la cocina, ayer me la encontré en una escena del crimen que vimos en las noticias.
—¡¿Qué?! —Touka exclamó, para luego bajar más la voz—.¿Quieres que te de un golpe o algo?.
Él negó ignorándola mientras seguía viendo su rostro esperaba que la investigadora Rize se creyera las heridas.
—¿Y que pasará con el jefe Yoshimura, y si te pregunta? —Le cuestionó Touka antes de salir.
—Ya se me ocurrirá algo…espero.
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Él y Touka no habían intercambiado palabras cuando Yoshimura estaba hablando con la investigadora. Touka tenía la oreja pegada en la puerta intentando escuchar, mientras él la veía con los brazos cruzados, suspiró arrepentido por haberse encontrado con la investigadora y haberle dado su nombre y dirección de trabajo.
"Imbécil…" Pensó enojado.
La puerta de la cocina se abrió, el jefe Yoshimura quien sonreía le pidió a Touka a que pasara a hablar con Rize, su compañera suspiró con fastidió y camino fuera de la cocina, él le dio la espalda estando en el fregadero como si tuviera intención de empezar a lavar. Yoshimura le dijo que él estaría en la bodega ordenando en lo que seguían las conversaciones con aquella investigadora, él le dijo que estaba bien sin voltearlo a ver, suspirando aliviado cuando se cerró la puerta.
Kaneki se volvió a quedar solo en la cocina esperando su turno, matando el tiempo lavando verduras y frutas para preparar los platillos del menú de Anteiku, repasando en su mente las posibles respuestas que le daría a investigadora Rize. Preparando infusiones de té y café.
Finalmente Touka entró de nuevo en la cocina diciéndole que era su turno con la pelimorada, antes de ir él ya tenía preparado dos tazas humeantes: una con café y otra con té verde.
—Dime por favor que las envenenaste—Le dijo Touka en voz baja señalando ambas tazas.
—No, si hago eso van a venir más palomas por ella.
—No creo que persuadirla con eso funcione, solo harás que vuelva.
—Es mejor que venga por el café que por nuestras cabezas.
Touka rodo los ojos resoplando, lo remplazó en el fregadero murmurando que hiciera lo que quisiera. Él salió de la cocina sosteniendo una charola con ambas tazas. La investigadora Rize estaba en la mesa que daba vista a la ventana sentada observando sus propias notas, parecía estar concentrada hasta que presintió su presencia y el olor de las bebidas. Ella le sonrió como la primera vez de manera suave como si le alegrara verlo de nuevo. A diferencia de ayer, ahora vestía con un traje a la medida de color negro con una camisa blanca y corbata negro, debajo traía puesta una gabardina negra larga, tenía el pelo suelto y el rostro ligeramente maquillado.
—Buenos días, Kaneki—Dijo Rize.
—Buenos días investigadora—Contestó sentándose frente a ella dejando la bandeja entre ellos dos, algo sorprendido de que lo recordara—.¿Té o café?
—Que amable—Ella dijo sorprendida—.Té está bien, gracias, ¿Te tomas el café conmigo?
Él asintió sonriendo "Menos mal que no envenene las dos tazas" Pensó aliviado tomando de la taza suspirando por el sabor. Rize también dio un pequeño sorbo de té cuando él bebió primero.
—¿Cómo te sientes de tus heridas? Creí que ibas a tomarte el día—Preguntó Rize mirando su taza, para luego mirarlo con curiosidad.
—Un poco mejor, pero no puedo faltar a mi trabajo.
—¿En serio? —Ella preguntó sorprendida.
—Si, imagino que viene por lo que paso anoche.
—Si—Rize bebió un poco más de la taza para suspirar—.No hemos dado con el otro sospechoso, pero tengo una pista.
Él sintió como el estomago se encogió, por un momento recordó al investigador que había desaparecido hace un par de semanas, aquel que observaba a las personas en restaurantes para ver quien de verdad odiaba la comida, quien fingía. La investigadora que saco una pequeña foto del bolsillo de su gabardina, parecía ser una foto instantánea, se la dio para que observara dicha fotografía, en la imagen se observaba una persona encapuchada corriendo por uno de los callejones que él frecuentaba bajo la lluvia, por ser de noche se perdían muchos detalles como el rostro o si era hombre o mujer. Kaneki observo la imagen en silencio, definitivamente no era él, ¿pero quien era esa persona misteriosa?.
—Me habías dicho anoche que había un segundo ghoul, hombre, alto usando un abrigo o chamarra con capucha, una cámara de seguridad cerca del perímetro de donde ocurrió anoche capto esta imagen de esta persona, ¿es él?.
Kaneki tardó en contestar, no sabía hasta que punto llevar su mentira de anoche, sentía la mirada de la investigadora clavándole mientras él se debatía como seguir con la conversación, suspiró derrotado llamando más la atención de Rize.
—Lo siento…—Dijo él devolviendo la foto.
—¿Por qué?
—No se si es él, creo que no puedo ayudarte, estaba muy oscuro aquella noche y quería salir corriendo…no se que si decirte si o no.
La pelimorada se quedo callada viéndolo con cierta curiosidad, luego de eso suspiró volvió a sonreír de manera compresiva y terminó el té, guardó la fotografía instantánea dentro de la gabardina.
—Ya veo, me lo temía, después de todo la imagen no es tan clara—Ella hizo una pausa, quedándose pensativa, como si pensara en su siguiente movimiento—.¿Tienes sospechas de alguien?
—No.
—Si es así, creo que eso sería todo, gracias por tu tiempo.
—No es nada.
Rize dejo un par de yenes sobre la mesa para pagar el té, pero Kaneki tomo el dinero devolviéndoselo. Ella no pareció entender hasta que él le dijo que estaba bien que "La casa invitaba". Rize sonrió cálidamente haciendo que él sintiera las mejillas calientes, maldecía lo agradable y bonita que era.
—Te recomiendo que no camines por lugares con poca gente de noche, ya se está volviendo peligroso este distrito—Dijo Rize en la puerta del café con intenciones de irse.
—Si, gracias—Contestó Kaneki.
Ella al abrir la puerta le sonrió mostrando sus dientes blancos y perfectamente cuidados—.Espero que te recuperes de tus heridas, pero…
—¿Qué pasa?
—Nada…es solo que recordaba que tenías un raspón cerca de la oreja izquierda, debo haberme confundido.
Él solo asintió aunque eso comentario hizo que sintiera un escalofrió en la espina dorsal. La investigadora salió por la puerta principal despidiéndose y encaminándose sola fuera del café abriendo un paraguas individual transparente que había llevado con ella ya que una ligera lluvia comenzaba a manifestarse.
Él la observo con cautela por la ventana mientras se alejaba, suspiró con cierto alivió y fue al botiquín de emergencia sacando un cubre bocas blanco, se lo pondría las primeras horas del trabajo con la excusa de sentir una ligera alergia ocultar los rasguños y en unas horas no tendría marcas que se había hecho, nadie le preguntaría nada y todo seguiría con normalidad.
Deseo que la investigadora Rize no apareciera más, pero a la vez sintió la extraña sensación de querer encontrársela de nuevo, se sorprendió con esos pensamientos antes de entrar de nuevo a la cocina su estomago rugió como si respondiera por él, quizás solo la encontraba apetitosa, pero no podía darse el lujo de caer ante tales deseos y menos si esa chica podía matar a un ghoul en menos de un minuto.
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Kaneki sin saberlo, Rize había tomado sus huellas digitales del vaso desechable de anoche y la fotografía que él había sostenido, había sospechado de él la noche anterior, ya que era un tanto raro encontrar a alguien que pudiera aguantar tanto luego de un susto de tal magnitud, era raro escapar ileso de un ghoul hambriento. Ella había entrevistado a algunos testigos sobrevivientes de algún ataque ghoul y rara vez notaba a alguien que podía hablar con claridad luego de saber que tales "monstruos" eran idénticos a los humanos, más sin embargo no había pruebas que incriminaran al barista por el momento hasta que las huellas dijeran lo contrarío.
Ella tomó un taxi, pidiéndole que la llevará a las oficinas principales del CCG mientras encendía su teléfono. El celular de Rize sonó cinco minutos después haciendo que ella lo sacara de su bolsa y contestará, era uno de sus múltiples medios hermanos, Furuta Nimura.
—¿Rize-chan? ¿Dónde estás? Teníamos junta hace una hora, te estuve llamando—Esa era la voz de su hermano que sonaba con cierto reclamó como un niño al que no le cumplen la promesa de salir a jugar.
—¿En serio? Lo siento, me quede perdida por un caso, ¿hubo algo interesante?—Contestó sin preocupación.
—Solo la desaparición de los dos investigadores del CCG, ambos eran del Clan Washuu, ¿tú los viste antes de que desaparecieran no es así?
—Si, se despidieron de mí y salieron de la oficina caminando, pero eso ya lo sabes.
—Hmm, ¿Y que tal la misión de anoche?, escuché que mataste a dos uno por la misión y otra por coincidencia.
—Bien, pero no me gusta trabajar de noche y volver en la mañana, a veces no recuerdo como es que llegó a mi edificio, salgo tan cansada de los casos—Ella bostezó en el teléfono.
—¿Por qué no vuelves a casa?
—Porque no me gusta bañarme ahí.
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El reloj indicaba las 11:00 pm. Anteiku cerraba sus puertas al público hasta el día de mañana. Kaneki hizo la rutina de todos los días antes de cerrar el café, recordó que mañana era su día de descanso así que no importaba si se tardaba un poco en sus tareas. Su compañera Touka se despidió de él como siempre lo hacía, entendía que ella se iba con Yoriko (una amiga de la escuela) que la esperaba en algún punto para verse. Antes de que su compañera dejará el lugar, lo vio desde la puerta.
—No debiste decirle a esa paloma que trabajas aquí—Dijo Touka algo resentida.
Él suspiró cansado—.Si no cooperas con la información correcta puede que te atrapen por mentir, yo no mate a nadie y no tienen pruebas de culparme.
—Si, pero el investigador que desaparecimos hace rato también frecuentaba el lugar, pueden sospechar—Ella lo miró con fastidió ya que si conectaban los casos iban a estar en serios aprietos.
—No saben que fuimos nosotros, no me reconocieron tampoco en el restaurante donde lo vieron por última vez, a propósito ¿no has desaparecido palomas estos días, verdad?
—¿Eh?, yo no, sabes que solo me alimento de chicas y me he controlado desde que veo más palomas en la zona.
—Entonces hay un tercer ghoul por esta zona.
—¿Cómo sabes que es ghoul?
—¿Quién más tiene las agallas de desaparecer a investigadores que van en pareja y salir ileso?.
La conversación terminó ahí. Touka se despidió de él y se fue para alcanzar a su amiga humana. Él se quedo solo recordando que tenía la tarjeta de la investigadora Rize guardada en un cajón de su habitación y cómo era el tacto de sus manos alargadas y blancas, si las cosas se complicaran la investigadora tendría que ser desaparecida, negó con la cabeza con ese pensamiento, esperaba que solo volviera por el café.
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Rize volvió a su edificio a las 11:00 pm. Había tardado más en su jornada laboral por los resultados de las huellas digitales de Kaneki Ken, pero el estudió no demostraba que él estaba envuelto en algún crimen reciente, tampoco había registros de él en los archivos de la policía. Había sospechado de él, pero sin pruebas no había arresto o ejecución como en muchos de los casos que ella atendía.
Usó su llave para entrar a su edificio. Vivía desde algún tiempo en ese lugar que era de tres pisos donde alquilaba una habitación bastante grande, aunque tenía un buen sueldo y podía rentar algo más grande o sofisticado, prefería vivir ahí ya que sentía que tenía más privacidad que en su "casa paternal". Al cruzar la entrada, entró a la cocina compartida del edificio encendiendo la luz, dejo su bolso en una de las sillas de la mesa del desayuno. Tomo la tetera de su gaveta asignada, la lleno de agua y la puso sobre la estufa prendiendo el fuego para que comenzara a calentara.
"¿Té o café?" Pensó al ver la alacena compartida en donde el café y té verde estaban uno al lado del otro. Tomo dos bolsitas de té y las vertió en el agua caliente cuando está estuvo lista. Busco dos tazas, la primera la sirvió y le dio sorbos de poco a poco suspirando satisfecha por el sabor, pero no sabía tan rico como el que había probado en café Anteiku, se sentó en una de las sillas solo escuchando el silencio de la primera planta (la administradora que vivía en la primera planta ya debía estar dormida). Al quedarse en silencio no importaba si se quedaba un poco más de tiempo en la cocina, a fin de cuentas era su día libre mañana. Terminó su taza de té luego de 10 minutos. Vertió el resto del liquido caliente de la tetera en otra taza y lavo las platos utilizados dejándolos secar.
Dejó la cocina y subió las escaleras hasta su habitación (la puerta número 6). Cuando al fin llegó uso su otra llave y abrió la puerta. Se quito los zapatos antes de cruzar la entrada con cuidado de no derramar el té, encendió las luces, cargo con sus tacones en la mano libre cerrando la puerta regándose con su espalda. Lo primero que se veía al entrar era un altar budista con la fotografía de su difunta madre enmarcada en un portarretratos junto con algunas flores e incienso y uno que otro libro, todo en una mesita de madera que mantenía cuidada desde que se mudó la primera vez. Justo arriba del altar estaba un espejo que la quedaba a la altura del rostro, donde a veces comparaba su rostro con el de su madre, ya que estaba a pocos años a tener la misma de su madre como fue tomada aquella fotografía.
Dejo su bolso en el perchero de la entrada y dejó la taza de té caliente en la mesita donde estaba el altar. Se sentó frente al altar para mostrar sus oraciones y respeto a su madre. Cuando terminó su ritual, la habitación comenzó a llenarse al olor del té. Encendió la televisión, el reporte de las noticias paso lo mismo de la mañana, la desaparición de los investigadores y el ghoul que fue atropellado ayer a pocas calles del café Anteiku.
—Me falto probar el café ahora que lo pienso—Dijo para si misma sonriendo. Después de todo se supone que el café era un lugar seguro, sin ningún sospecho de crímenes sangrientos, ¿no es así?.
La televisión siguió hablando de los investigadores desaparecidos, mientras ella solo pensaba en una sola palabra al ver sus fotos en pantalla "Cerdos".
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Notas finales: Y de un día para otro pude escribir el capítulo 2 sin complicarme mucho jaja. Hola queridos lectores! muchas gracias a todos quienes están empezando esta historia conmigo, de nuevo no tengo idea de que va a pasar en está historia, pero es el camino divertido que siempre emprendo al escribir un nuevo fanfic (espero que no me pasé como en la teoría del caos que subí el capítulo 3, meses después de los 2 primeros –risa nerviosa-).
Quienes estén leyendo esto muchas gracias por leer, tengan un bonito día/tarde/noche y hasta el siguiente capítulo. Sayonara.
