Todos sabemos que Sirius Black estuvo en Azkaban trece años, a pesar de su
corta edad no perdió la cabeza a causa de los dementores por su habilidad
para transformarse en un gran perro negro, pero ¿qué pasó por su cabeza en
esos momentos?
El principio del fin
Una gran explosión segadora estallo frente a él, cuando sus ojos se recuperaron, allí, donde había estado Peter Petigrew, quien tan solo cuarenta y ocho horas antes le había revelado el paradero de los Potter a Lord Voldemort, el mago más oscuro de todos los tiempos, quien había asesinado a sus mejores amigos, James y Lily, y había dejado a su ahijado, Harry, huérfano, y en su mente solo se produjo una palabra...."VENGANZA"
Hasta esos momentos no había podido pensar con claridad, todas sus fuerzas estaban enfocadas en vengar la muerte de sus dos amigos y no se había parado a pensar en nada más.
Cuando sus ojos se recuperaron del gran centelleo, allí, donde había estado aquella rata inmunda, solamente había un trozo de su dedo, sin saber qué hacía dio un paso hacia atrás y cuando volvió su cara vio una decena de cadáveres de muggles en la calle, en ese instante diez pequeños estallidos sonaron a su alrededor, y diez aurores aparecieron tras él, aquello le provoco una incontrolable risa, aquel sonido salía de su garganta estridentemente, sus piernas no le respondieron y calló hincado con las manos en el suelo mientras emitía sonoras carcajadas, aquellas risas ocupaban todas sus fuerzas, mientras los aurores corrían hacia él para atraparle, este calló de espalda sosteniéndose el estomago con las manos.
Ocho pares de manos lo apresaron mientras dos personas lo apuntaban directamente al pecho, cuando lo lograron inmovilizar por completo, dos personas lo sostenían de los brazos en direcciones opuestas, otra lo mantenía hincado sujetándolo por el cuello y le incrustaba la varita en el mentón y otras dos lo sostenían por los hombros amenazándole con sus varitas en su cabeza, y sospechaba que el resto estaba a sus espaldas también apuntándolo con sus varitas..., su energía se había agotado, no había dormido ni comido nada en los últimos dos días y el ataque de risa hizo que perdiera muchísima energía, escucho unos pasos que se acercaban...
-Señor...- se escuchó temblorosamente la voz de un joven- tenemos a Black... -Están seguros?- le interrumpió una voz ya corrupta por los años. -S..S..Sí señor- dijo el muchacho aun nervioso- S..si qui..qui..quiere s..se acerca a..a..a. v..ve..rificar us..us..ted mismo..
"Tanto miedo doy ahora"
-No hará falta..-le respondió el viejo- les costó mucho atraparlo? -No señor, para nada- respondió una voz femenina- al contrario, lo único que hizo fue...fue... -Niña dilo rápido que no tengo todo el día- dijo el hombre ya acabando con su paciencia. -So..so..solo se rió..-respondió aquella chica adoptando el mismo tono del muchacho anterior. -Bueno, en realidad no tendrá de mucho que reírse a donde va a ir, ya tenemos testigos suficientes tómenle el testimonio y bórrenles la memoria, y en cuanto a Black, llévenselo a Azkaban, estoy seguro de que allí no tendrá de nada de que reírse...
Pero se equivoco, cuando el viejo pronunció este veredicto, el joven de tan solo dieciocho años olvidó que no había comido en dos días, olvidó que no había dormido desde asía dos noches, que acababan de asesinar a sus dos amigos más queridos, que su ahijado tendría que quedarse con sus tío muggles y que él iría al lugar más horrible del mundo mágico, al olvidar todo esto no le quedó más que reír, reír como nunca lo había hecho, tan solo reír...
El principio del fin
Una gran explosión segadora estallo frente a él, cuando sus ojos se recuperaron, allí, donde había estado Peter Petigrew, quien tan solo cuarenta y ocho horas antes le había revelado el paradero de los Potter a Lord Voldemort, el mago más oscuro de todos los tiempos, quien había asesinado a sus mejores amigos, James y Lily, y había dejado a su ahijado, Harry, huérfano, y en su mente solo se produjo una palabra...."VENGANZA"
Hasta esos momentos no había podido pensar con claridad, todas sus fuerzas estaban enfocadas en vengar la muerte de sus dos amigos y no se había parado a pensar en nada más.
Cuando sus ojos se recuperaron del gran centelleo, allí, donde había estado aquella rata inmunda, solamente había un trozo de su dedo, sin saber qué hacía dio un paso hacia atrás y cuando volvió su cara vio una decena de cadáveres de muggles en la calle, en ese instante diez pequeños estallidos sonaron a su alrededor, y diez aurores aparecieron tras él, aquello le provoco una incontrolable risa, aquel sonido salía de su garganta estridentemente, sus piernas no le respondieron y calló hincado con las manos en el suelo mientras emitía sonoras carcajadas, aquellas risas ocupaban todas sus fuerzas, mientras los aurores corrían hacia él para atraparle, este calló de espalda sosteniéndose el estomago con las manos.
Ocho pares de manos lo apresaron mientras dos personas lo apuntaban directamente al pecho, cuando lo lograron inmovilizar por completo, dos personas lo sostenían de los brazos en direcciones opuestas, otra lo mantenía hincado sujetándolo por el cuello y le incrustaba la varita en el mentón y otras dos lo sostenían por los hombros amenazándole con sus varitas en su cabeza, y sospechaba que el resto estaba a sus espaldas también apuntándolo con sus varitas..., su energía se había agotado, no había dormido ni comido nada en los últimos dos días y el ataque de risa hizo que perdiera muchísima energía, escucho unos pasos que se acercaban...
-Señor...- se escuchó temblorosamente la voz de un joven- tenemos a Black... -Están seguros?- le interrumpió una voz ya corrupta por los años. -S..S..Sí señor- dijo el muchacho aun nervioso- S..si qui..qui..quiere s..se acerca a..a..a. v..ve..rificar us..us..ted mismo..
"Tanto miedo doy ahora"
-No hará falta..-le respondió el viejo- les costó mucho atraparlo? -No señor, para nada- respondió una voz femenina- al contrario, lo único que hizo fue...fue... -Niña dilo rápido que no tengo todo el día- dijo el hombre ya acabando con su paciencia. -So..so..solo se rió..-respondió aquella chica adoptando el mismo tono del muchacho anterior. -Bueno, en realidad no tendrá de mucho que reírse a donde va a ir, ya tenemos testigos suficientes tómenle el testimonio y bórrenles la memoria, y en cuanto a Black, llévenselo a Azkaban, estoy seguro de que allí no tendrá de nada de que reírse...
Pero se equivoco, cuando el viejo pronunció este veredicto, el joven de tan solo dieciocho años olvidó que no había comido en dos días, olvidó que no había dormido desde asía dos noches, que acababan de asesinar a sus dos amigos más queridos, que su ahijado tendría que quedarse con sus tío muggles y que él iría al lugar más horrible del mundo mágico, al olvidar todo esto no le quedó más que reír, reír como nunca lo había hecho, tan solo reír...
