2. Amnesia
¿Dónde estoy?, ¿qué hago aquí?, siento algo en la espalda, es el suelo, estoy tirado en el piso, tengo frío, mucho frío y un tambor suena, suena muy cerca ¿por qué su ritmo es tan acelerado?, está muy cerca, lo escucho con claridad, me tranquiliza ese sonido, es tan pacífico, ahora el sonido es más lento, reconfortante, vuelvo a tener frío, no entiendo este frío incontrolable, el tambor va rápido de nuevo, muy rápido, con un dolor punzante en el pecho, intenté llevar mi brazo al pecho, no puedo, estoy muy débil, el frío me provoca un dolor intenso en el pecho, siento que unas vibraciones salen de mi garganta, pronto, escucho un grito ensordecedor, era yo, me dolía aquel frío, me dolía mucho, me eché hacia atrás con las últimas fuerzas que me quedaban, pero pronto mi cabeza pegó con una pared, o algo parecido, un dolor muy agudo se propaga por todo mi cráneo, como agujas, noto que algo brota desde donde se origina el dolor, algo tibio resbala por mi cráneo hasta mi cuello, pero el frío ¿de donde viene?, tengo que hacerlo, tengo que abrir mis ojos, algo se aproxima hacia mí, tengo que hacerlo, por fin lo logré...
Una figura encapuchada se acercaba hacia mí, unas manos viscosas se asomaban por sus mangas, se me acercaba lentamente, estaba muy cerca ya, el frío me estaba asfixiando, me era muy difícil respirar, volví mi cara hacia un lado y logré divisar un agujero por donde mi atacante jamás podría pasar, y esperaba que yo sí, así que cuando pude acumular las fuerzas necesarias para desplazarme hasta allí, entré en el hoyo con facilidad y, para mi satisfacción, mi atacante no intentó seguirme, en ese momento una palabra se escribió claramente en mi mente..."Dementores"
Pero...¿qué era aquello a que yo llamaba dementores? Y aun más importante ¿QUIÉN ERA YO MISMO?, no lo lograba recordar, estaba entrando en pánico, respiraba muy aprisa y volví a escuchar aquel sonido de tambor, era mi corazón y latía con tanta rapidez que pensaba que me podría romper el pecho...
"Me estoy volviendo loco, cálmate, tranquilo, tu puedes dominar la situación, intenta recordar. De qué te recuerdas..., de nada.., bueno..piensa, piensa... Veamos palabras...recuerda...Dementores...,eh, Black, negro en ingles, eso recuerdo esa palabra, de acuerdo tengo dementores y black.. TRANQUILIZATE!!!, de acuerdo recuerdo un as de luz, bien ya lograste recordar algo concreto,..Traidor..veamos, tengo Dementores, black, una luz fea y traidor y ¿qué podemos concretar con eso..veamos.. ¿¡Había un dementor negro que brillaba mucho y era un traidor!?, no seas imbesil!!!, veamos.."
Se miró las blancas manos ahora sucias por el polvo del piso, "esto no me dice nada", seguí revisando mi vestimenta, llevaba una túnica negra, me llevé las manos a la nuca y sintió un líquido espeso ya secándose, era sangre.
"Mal Sirius, mal...Sirius.., ese debe de ser mi nombre..., de acuerdo ya tengo grandes avances, ya sé cómo me lamo, ahora solo necesito recordar el resto de mi vida y saber donde diablos estoy!!!
Pero lejos de ponerse a averiguar todo aquello sobre lo que había pasado antes de esa noche, sucumbió ante la fuerza de su cansancio y, sin darse cuenta, quedó profundamente dormido...
Entró agitadamente en una casa en medio de la ciudad, todo estaba perfecto, sin señales de lucha, como siempre había estado
"Bueno, tal vez no tuvieron que luchar, todos sabemos que Petter nunca fue bueno en combate"
Revisó por completo todas las estancias, no había señal de vida ni lucha, todo estada en perfecto orden.
"Tengo que avisarles a Jemes y a Lily"
Salió corriendo de la casa, sin cerrar la puerta tras de sí, de un salto cogió su motocicleta voladora y se fue a toda prisa, aterrizó frente a una casa de dos plantas, en estado deplorable, corrió rápidamente hacia la puerta de entrada, no le gustaba nada el estado de la casa ya que siempre estaba impecable, estaba sin seguro, esto hizo que se abrumara más, cuando la abrió con un golpe de par en par sintió como si le echaran un balde de agua fría encima.
"No puede ser"
No podía creer lo que estaban viendo sus ojos, James, su amigo, no, su amigo no, el era más, su hermano, estaba allí tendido sobre el piso de su propia casa, tendido allí inmóvil, sí, tendido allí, muerto.
"No puede ser"
-James- susurró mientras caminaba lentamente hacia su amigo inerte, ni siquiera sus pasos se escuchaban.
-James- volvió a susurrar, esta vez como implorando una respuesta.
Vio sus ojos, ya con el destello de la muerte sobre ellos, pero aun reflejaban una extraña decisión, que tenía un extraño brillo que bailaba entre el del miedo y el de la furia, al contemplar sus ojos, ahora fríos, sintió que su mandíbula temblaba, y una lágrima caía sobre su amigo.
"No puede ser, no puede ser, no puedes estar muerto, es mi culpa, es toda mía, lo siento, lo siento mucho, perdóname, por favor, es mi culpa, PERDÓNAME!!!
Estaba llorando como un niño pequeño, no lo podía evitar, era su mejor amigo, su hermano, sus lágrimas empapaban su cara y le nublaban la vista, pronto sus piernas le dejaron de responder y calló de rodillas con las manos sobre el piso, justo a la par de aquel hombre de cabello negro alborotado y finas facciones que yacía postrado en el suelo de madera de su propio recibidor.
James perdóname, lo siento mucho – dijo mientras estiraba la mano, un poco recuperado ya, y le cerraba los ojos a su compañero, dándole una expresión de paz a su blanco rostro, no pudo tolerar más aquella cara, el dolor era demasiado intenso para seguir en la misma estancia, no podía, volvió su cara hacia el un lado, el dolor lo estaba inundando completamente, iba a estallar a llorar de nuevo, y sabía que no iba a poder contenerlo mucho más tiempo, y, de pronto, vio unas gafas redondas de montura fina tiradas a su lado, cuantas veces había visto aquellos anteojos, ya eran viejos, la primera vez que los había visto tenía once años y era su primer día en Hogwarts, y el de James también...
-Lo siento tanto amigo.
Siempre se habían llevado bien, en sexto año había vivido con el en casa de los Potter, después fue a vivir solo, pero el ya era su hermano.
Le puso las gafas que siempre había traído con sigo y le cruzó las manos sobre el pecho, con un gran dolor sobre si, se levantó de un salto al escuchar a su ahijado, Harry, llorar fuertemente, no se había acordado de él, ni de Lily.., Lily, ella no estaría...., ya estaba decidido a subir cuando se escucharon pasos provenientes del piso superior, Harry ya se había calmado, alguien debería de tenerlo en brazos en ese momento, podía ser Lily, pero también podría ser un mortífago, o el mismo Voldemort, decidió arriesgarse, aunque aun albergaba la posibilidad de que Lily siguiera con vida y que estuviera apunto de salir de su casa para resguardarse en un lugar seguro, sintió que estaba llorando de nuevo.
"Vamos Sirius, contrólate"
Cuando estuvo frente a la escalera apareció una figura como del doble de alto de un hombre normal que llevaba en brazos a Harry, está figura lo observó lastimeramente.
-Hagrid – dijo con un hilo de voz guardando su varita y viendo hacia otro lugar, tratando de que Hagrid no se diera cuenta de que estaba llorando. -Sirius ¿estas b.. -Y Lily?- le interrumpió este. -Lo siento mucho Sirius, cuando llegué ya.., yo...solo.. -Dámelo- le volvió a interrumpir Sirius, miró a Harry que estaba dormido en brazos de Hagrid, y luego a este último a los ojos, ya no le importaba que se diera cuenta de que estaba llorando, ni que pareciera desesperado, solo quería tener a su ahijado en brazos, con él, al hijo de su mejor amigo, a la única familia que ahora le quedaba... -¿Qué? -Dame a Harry, soy su padrino, lo más lógico es que venga con migo, por favor Hagrid - Lo siento mucho Sirius, son órdenes directas de Dumbledore, no puedo...
Sirius ya tenía la mano en la varita, quería a su ahijado y lo quería ahora, estaba más solo que nunca, más solo aun que cuando vivía en casa de sus padres, ya estaba dispuesto a atacar cuando...
"Sirius contrólate, el no tiene nada que ver con tu dolor, no tiene absolutamente nada que ver con esto, y si Dumbledore le dio la orden debe de ser lo mejor, véngate del real causante de esto y luego veremos..."
Soltó la varita y se echó hacia atrás el cabello, aunque en realidad no le estorbaba, y se dio cuenta de que tenía la mirada clavada en el piso y había vuelto a llorar, el dolor se había apoderado de él de nuevo, Lily y James estaban muertos, Harry no estaría con él y en ese momento no podía confiar en nadie.
-Tranquilízate, Sirius, tranquilízate- dijo Hagrid, que ya había bajado las escaleras, dándole palmadas en la espalda que, lejos de aliviar el dolor de su alma, le estaba causando un grán dolor externo. -¿Dónde lo llevaras? -A casa de sus tíos muggles -Asegúrate de que no lo pase nada en el camino. -Descuida, yo.. -Llévate mi moto- el dolor se estaba apoderando cada vez más de él, iba a llorar de nuevo, no, ya no era dolor lo que le embargaba, lo que ahora le llenaba era la ira, cólera, se tenía que vengar... -Que?! -Ya te dije, llévate mi motocicleta, yo ya no la necesito... -Sirius.. -Hazme caso -Estas se.. -Que sí Hagrid, que sí -A donde vas? -Tengo que arreglar unos asuntos y después iré a hablar con Dumbledore.
Dicho esto Sirius salió decididamente de la casa, embargado de furia y decidido a vengar la vida de su amigo y su esposa, de el hecho que dejara a su ahijado huérfano y, como premio extra, limpiar su nombre..
"Espera, Petter, solo espera rata inmunda..."
¿Dónde estoy?, ¿qué hago aquí?, siento algo en la espalda, es el suelo, estoy tirado en el piso, tengo frío, mucho frío y un tambor suena, suena muy cerca ¿por qué su ritmo es tan acelerado?, está muy cerca, lo escucho con claridad, me tranquiliza ese sonido, es tan pacífico, ahora el sonido es más lento, reconfortante, vuelvo a tener frío, no entiendo este frío incontrolable, el tambor va rápido de nuevo, muy rápido, con un dolor punzante en el pecho, intenté llevar mi brazo al pecho, no puedo, estoy muy débil, el frío me provoca un dolor intenso en el pecho, siento que unas vibraciones salen de mi garganta, pronto, escucho un grito ensordecedor, era yo, me dolía aquel frío, me dolía mucho, me eché hacia atrás con las últimas fuerzas que me quedaban, pero pronto mi cabeza pegó con una pared, o algo parecido, un dolor muy agudo se propaga por todo mi cráneo, como agujas, noto que algo brota desde donde se origina el dolor, algo tibio resbala por mi cráneo hasta mi cuello, pero el frío ¿de donde viene?, tengo que hacerlo, tengo que abrir mis ojos, algo se aproxima hacia mí, tengo que hacerlo, por fin lo logré...
Una figura encapuchada se acercaba hacia mí, unas manos viscosas se asomaban por sus mangas, se me acercaba lentamente, estaba muy cerca ya, el frío me estaba asfixiando, me era muy difícil respirar, volví mi cara hacia un lado y logré divisar un agujero por donde mi atacante jamás podría pasar, y esperaba que yo sí, así que cuando pude acumular las fuerzas necesarias para desplazarme hasta allí, entré en el hoyo con facilidad y, para mi satisfacción, mi atacante no intentó seguirme, en ese momento una palabra se escribió claramente en mi mente..."Dementores"
Pero...¿qué era aquello a que yo llamaba dementores? Y aun más importante ¿QUIÉN ERA YO MISMO?, no lo lograba recordar, estaba entrando en pánico, respiraba muy aprisa y volví a escuchar aquel sonido de tambor, era mi corazón y latía con tanta rapidez que pensaba que me podría romper el pecho...
"Me estoy volviendo loco, cálmate, tranquilo, tu puedes dominar la situación, intenta recordar. De qué te recuerdas..., de nada.., bueno..piensa, piensa... Veamos palabras...recuerda...Dementores...,eh, Black, negro en ingles, eso recuerdo esa palabra, de acuerdo tengo dementores y black.. TRANQUILIZATE!!!, de acuerdo recuerdo un as de luz, bien ya lograste recordar algo concreto,..Traidor..veamos, tengo Dementores, black, una luz fea y traidor y ¿qué podemos concretar con eso..veamos.. ¿¡Había un dementor negro que brillaba mucho y era un traidor!?, no seas imbesil!!!, veamos.."
Se miró las blancas manos ahora sucias por el polvo del piso, "esto no me dice nada", seguí revisando mi vestimenta, llevaba una túnica negra, me llevé las manos a la nuca y sintió un líquido espeso ya secándose, era sangre.
"Mal Sirius, mal...Sirius.., ese debe de ser mi nombre..., de acuerdo ya tengo grandes avances, ya sé cómo me lamo, ahora solo necesito recordar el resto de mi vida y saber donde diablos estoy!!!
Pero lejos de ponerse a averiguar todo aquello sobre lo que había pasado antes de esa noche, sucumbió ante la fuerza de su cansancio y, sin darse cuenta, quedó profundamente dormido...
Entró agitadamente en una casa en medio de la ciudad, todo estaba perfecto, sin señales de lucha, como siempre había estado
"Bueno, tal vez no tuvieron que luchar, todos sabemos que Petter nunca fue bueno en combate"
Revisó por completo todas las estancias, no había señal de vida ni lucha, todo estada en perfecto orden.
"Tengo que avisarles a Jemes y a Lily"
Salió corriendo de la casa, sin cerrar la puerta tras de sí, de un salto cogió su motocicleta voladora y se fue a toda prisa, aterrizó frente a una casa de dos plantas, en estado deplorable, corrió rápidamente hacia la puerta de entrada, no le gustaba nada el estado de la casa ya que siempre estaba impecable, estaba sin seguro, esto hizo que se abrumara más, cuando la abrió con un golpe de par en par sintió como si le echaran un balde de agua fría encima.
"No puede ser"
No podía creer lo que estaban viendo sus ojos, James, su amigo, no, su amigo no, el era más, su hermano, estaba allí tendido sobre el piso de su propia casa, tendido allí inmóvil, sí, tendido allí, muerto.
"No puede ser"
-James- susurró mientras caminaba lentamente hacia su amigo inerte, ni siquiera sus pasos se escuchaban.
-James- volvió a susurrar, esta vez como implorando una respuesta.
Vio sus ojos, ya con el destello de la muerte sobre ellos, pero aun reflejaban una extraña decisión, que tenía un extraño brillo que bailaba entre el del miedo y el de la furia, al contemplar sus ojos, ahora fríos, sintió que su mandíbula temblaba, y una lágrima caía sobre su amigo.
"No puede ser, no puede ser, no puedes estar muerto, es mi culpa, es toda mía, lo siento, lo siento mucho, perdóname, por favor, es mi culpa, PERDÓNAME!!!
Estaba llorando como un niño pequeño, no lo podía evitar, era su mejor amigo, su hermano, sus lágrimas empapaban su cara y le nublaban la vista, pronto sus piernas le dejaron de responder y calló de rodillas con las manos sobre el piso, justo a la par de aquel hombre de cabello negro alborotado y finas facciones que yacía postrado en el suelo de madera de su propio recibidor.
James perdóname, lo siento mucho – dijo mientras estiraba la mano, un poco recuperado ya, y le cerraba los ojos a su compañero, dándole una expresión de paz a su blanco rostro, no pudo tolerar más aquella cara, el dolor era demasiado intenso para seguir en la misma estancia, no podía, volvió su cara hacia el un lado, el dolor lo estaba inundando completamente, iba a estallar a llorar de nuevo, y sabía que no iba a poder contenerlo mucho más tiempo, y, de pronto, vio unas gafas redondas de montura fina tiradas a su lado, cuantas veces había visto aquellos anteojos, ya eran viejos, la primera vez que los había visto tenía once años y era su primer día en Hogwarts, y el de James también...
-Lo siento tanto amigo.
Siempre se habían llevado bien, en sexto año había vivido con el en casa de los Potter, después fue a vivir solo, pero el ya era su hermano.
Le puso las gafas que siempre había traído con sigo y le cruzó las manos sobre el pecho, con un gran dolor sobre si, se levantó de un salto al escuchar a su ahijado, Harry, llorar fuertemente, no se había acordado de él, ni de Lily.., Lily, ella no estaría...., ya estaba decidido a subir cuando se escucharon pasos provenientes del piso superior, Harry ya se había calmado, alguien debería de tenerlo en brazos en ese momento, podía ser Lily, pero también podría ser un mortífago, o el mismo Voldemort, decidió arriesgarse, aunque aun albergaba la posibilidad de que Lily siguiera con vida y que estuviera apunto de salir de su casa para resguardarse en un lugar seguro, sintió que estaba llorando de nuevo.
"Vamos Sirius, contrólate"
Cuando estuvo frente a la escalera apareció una figura como del doble de alto de un hombre normal que llevaba en brazos a Harry, está figura lo observó lastimeramente.
-Hagrid – dijo con un hilo de voz guardando su varita y viendo hacia otro lugar, tratando de que Hagrid no se diera cuenta de que estaba llorando. -Sirius ¿estas b.. -Y Lily?- le interrumpió este. -Lo siento mucho Sirius, cuando llegué ya.., yo...solo.. -Dámelo- le volvió a interrumpir Sirius, miró a Harry que estaba dormido en brazos de Hagrid, y luego a este último a los ojos, ya no le importaba que se diera cuenta de que estaba llorando, ni que pareciera desesperado, solo quería tener a su ahijado en brazos, con él, al hijo de su mejor amigo, a la única familia que ahora le quedaba... -¿Qué? -Dame a Harry, soy su padrino, lo más lógico es que venga con migo, por favor Hagrid - Lo siento mucho Sirius, son órdenes directas de Dumbledore, no puedo...
Sirius ya tenía la mano en la varita, quería a su ahijado y lo quería ahora, estaba más solo que nunca, más solo aun que cuando vivía en casa de sus padres, ya estaba dispuesto a atacar cuando...
"Sirius contrólate, el no tiene nada que ver con tu dolor, no tiene absolutamente nada que ver con esto, y si Dumbledore le dio la orden debe de ser lo mejor, véngate del real causante de esto y luego veremos..."
Soltó la varita y se echó hacia atrás el cabello, aunque en realidad no le estorbaba, y se dio cuenta de que tenía la mirada clavada en el piso y había vuelto a llorar, el dolor se había apoderado de él de nuevo, Lily y James estaban muertos, Harry no estaría con él y en ese momento no podía confiar en nadie.
-Tranquilízate, Sirius, tranquilízate- dijo Hagrid, que ya había bajado las escaleras, dándole palmadas en la espalda que, lejos de aliviar el dolor de su alma, le estaba causando un grán dolor externo. -¿Dónde lo llevaras? -A casa de sus tíos muggles -Asegúrate de que no lo pase nada en el camino. -Descuida, yo.. -Llévate mi moto- el dolor se estaba apoderando cada vez más de él, iba a llorar de nuevo, no, ya no era dolor lo que le embargaba, lo que ahora le llenaba era la ira, cólera, se tenía que vengar... -Que?! -Ya te dije, llévate mi motocicleta, yo ya no la necesito... -Sirius.. -Hazme caso -Estas se.. -Que sí Hagrid, que sí -A donde vas? -Tengo que arreglar unos asuntos y después iré a hablar con Dumbledore.
Dicho esto Sirius salió decididamente de la casa, embargado de furia y decidido a vengar la vida de su amigo y su esposa, de el hecho que dejara a su ahijado huérfano y, como premio extra, limpiar su nombre..
"Espera, Petter, solo espera rata inmunda..."
