Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía.

Gracias a todos por los reviews, y me alegra que os esté gustando mi fic. Y ahora a contestar preguntas y aclaraciones

Kimmy Angy: la respuesta a tus dos primeras preguntas es: paciencia, poco a poco se irá desvelando el secreto pero iré dejando pistas para que lo averigüéis. En cuanto a que Katsura tenga algo que ver con que Kaoru haya conseguido la casa, es una idea bastante interesante, puede que si, ya que Katsura se preocupa bastante por Kenshin, pero tanto como para escoger a Kaoru para él creo que es demasiado. De todas formas tu pregunta me ha inspirado para una escena para más adelante, ya te avisaré. Gracias

kaoru-sanz1: supongo que te refieres si el fic es Kenshin/Kaoru o un Battousai/Kaoru. Yo creo que es las dos cosas. En principio Kenshin es Battousai pero ella saca su parte buena poco a poco, así que aunque la mayoría del tiempo ella esté con la parte rurouni también tendrá que lidiar con la parte hitokiri porque las dos son Kenshin. Enishi saldrá más adelante pero creo que Saitou no, a menos que se me ocurra otra idea descabellada. No van a aparecer muchos personajes, y si aparecen será sólo un poco, que si no la trama se va liando con tanta gente y al final termino hecha un lío tratando de sacar escenas que no tienen nada que ver con el argumento principal

gaby (hyatt: premio, has ganado una tarta especial de la señora Futwoka, pásate por mi casa cuando quieras para recoger el premio

A mis reviews clandestinos gracias por molestaros en escribirme directamente, y mi otro fic "Rayos de Primavera" no está totalmente terminado, falta el epilogo, pero me da pena terminarlo :.(  snif snif y ahora tengo la cabeza demasiado metida en este para encontrar un final de comieron perdices que no quede demasiado empalagoso.

Y creo que esas son todas las preguntas, gracias por los ánimos y vamos por el capitulo

5. El Amor es un riesgo que debemos afrontar

Katsura pidió una nueva taza de té a la camarera con una sonrisa mientras volvía a repasar el informe de Himura sobre Gohei. Estaba satisfecho. Como siempre Himura había hecho un trabajo perfecto, y si le hubiera encargado el trabajo directamente a él, no estaría ahora con un agente menos, ya que Owaki seguría en el hospital por otra semana más. Katsura suspiró. Himura era siempre su última carta, cuando todos los demás fallaban. No era que por ser su mejor agente lo quería reservar para casos importantes, sino que Katsura temía seriamente por la frágil salud mental de Himura. Estaba muy preocupado de que en cualquier momento se volviera totalmente loco y comenzara un baño de sangre por todos los bajos fondos. No es que fuera un problema realmente, después de todo estaba seguro de que Himura, incluso en un estado de profunda locura, sería incapaz de dañar a un inocente. Se iría directamente a los delincuentes menores, camellos, y pequeños maleantes en general, que no eran inocentes. Pero el castigo por sus delitos no debería ser la muerte, para eso estaba la cárcel y Battousai sólo sabia castigar con sangre y dolor.

Como si hubiera leído su pensamiento sobre el estado de la mente de Himura, Katsura levantó los ojos de su té para ver como Gensai se sentaba en su mesa. Pidió amablemente a la camarera un café y unos bollos de nata y miró directamente a un sorprendido Katsura

-"Desde luego doctor, nunca había esperado verle por aquí" - saludó cortésmente al psiquiatra

-"Lo que tengo que decirle tenía que ser directamente, por el bien del muchacho" - respondió el doctor una vez que la camarera trajo su pedido. Katsura no tenía que preguntar quién era el muchacho.

-"¿Ha habido algún cambio? En su último informe no parece haber indicios de"

-"Lo ha encontrado"- cortó el doctor

-"¿Encontrado?" - Katsura estaba perplejo, hasta que su mente volvió a recitar el informe de Himura y entendió al doctor. Permaneció en silencio dejando que Gensai se explicara

-"Una chica. Su vecina desde hace 3 semanas, Kaoru Kamiya según los informes que he recibido. Él por supuesto no me ha dado ningún nombre ni nada fuera de lo normal cuando vino a su examen trimestral después de su última misión. Me di cuenta por casualidad."

-"¿Qué quiere decir por casualidad?"

-"Le vi cogiendo un autobús con ella."- el doctor bajo la vista un poco avergonzado -"debo admitir que me intrigó bastante su actitud y los seguí hasta su casa" - Katsura suprimió una sonrisa al imaginar al buen doctor en plan espía siguiendo a la pareja

-"¿Entraron juntos?"

-"No. En absoluto. El le tendió las bolsas con su compra y ella entró en casa. Después él cogió su moto y se fue. Al Wellington supongo"

-"Bueno, estaba siendo amable con una chica guapa. Es un comportamiento normal doctor"- Gensai levantó una ceja ante el comentario divertido de Katsura

-"Estamos hablando de Himura. Seré viejo pero aún recuerdo perfectamente cómo se flirtea con una mujer y él no estaba haciendo nada parecido"

-"Entonces en su modesta opinión, Himura no tiene ningún interés sexual en ella" - El doctor dio un largo suspiro,  la gente no lograba entender también como él los entresijos de la mente humana.

-"Se comportaba con ella como un guardaespaldas. Un ojo en ella y el otro evaluando posibles amenazas. Por un momento creí que ella sería un testigo protegido de algún caso y que Himura era su escolta, hasta que recordé que nunca se ha encargado de esas tareas."

-"¿Entonces?"- Katsura seguía sin entender lo que el doctor trataba de decirle y se estaba poniendo nervioso con tantos rodeos

-"Protección. Himura siempre ha tenido un gran instinto de protección y parece que lo ha volcado en esa chica"- Gensai esperó a que Katsura asintiera para continuar -"El problema es que esa chica parecía asustada por algo y no era Himura. Ella tiene necesidad de que la protejan y Himura está asumiendo ese papel muy bien"

-"Creo que ya le entiendo doctor. Himura ha encontrado por sí mismo alguien a quien proteger, como su primer informe sugería. Entonces no le hará ningún mal"

-"En principio no, pero es una situación muy peligrosa. Recuerde porque no se aplicó esa recomendación"

-"Yo no quería que Himura se convirtiera en una de sus ratas de laboratorio" - Gensai sonrió ante la respuesta paternalista de Katsura

-"Yo tampoco, le tengo cariño al muchacho. Pero usted sabe tan bien como yo, que la verdadera razón fueron los riesgos que suponía. Esta situación, tenía que ocurrir tarde o temprano, pero habría deseado que fuera con alguno de los chicos del Wellington"

-"¿Qué quiere decir con eso?"

-"Creí que alguno de esos chicos le despertaría el mismo sentimiento. Que viera a un hermano pequeño y que quisiera protegerlo. De esa forma tanto él como el chico ganarían una familia. Con una mujer es distinto"

-"¿No cree que también pueda ver a esa chica como a una hermana?"

-"Al principio si, pero no por mucho tiempo. La está sobreprotegiendo para que no vuelva a repetirse lo que sea que le ocurrió a Tomoe. El problema es que la sobreprotección lleva a la posesión"

-"Creí que había dicho que no tenía interés sexual en ella"

-"Es un muchacho sano y ella es bonita"- la sonrisa del doctor fue sincera y soñadora y Katsura le imitó

-"Se enamorará de ella si no lo está ya. ¿Es eso lo que quiere decir doctor?"

-"Se volverá loco por ella"- la sonrisa del doctor pasó a ser triste -"Loco, esa es la palabra adecuada. Y ahí empieza mi temor."

-"¿Cree que haga alguna estupidez si ella le rechaza?"

-"No. No temo su rechazo. Si ella hace eso él no tendrá ningún problema. Recuerde que se ve a sí mismo como una amenaza para cualquiera. Que ella le rechace, marcará una línea de separación entre ellos y él se limitará a protegerla" - Katsura asintió lentamente entendiendo a duras penas el razonamiento del doctor -"Al verse él como una amenaza para ella, no la tocará, aún si ella se enamorara de él"- prosiguió el doctor

-"Entonces ¿cuál es el problema? Se limitará a adorarla a distancia como un bobo enamorado. No es una historia nueva doctor."

-"Se equivoca Katsura. Tarde o temprano su cuerpo la reclamará por mucho que su mente se niegue a la idea de tocarla"

-"Y entonces él la protegerá y serán felices ¿A qué viene tanto misterio?"- aquella conversación sobre la vida privada de Himura exasperaba ya a Katsura

-"A que ella es humana y como tal está en manos de la casualidad como todos nosotros. Puede cruzar una calle y que la atropelle un coche, tener cáncer,... hay un sinfín de posibilidades que escapan al control de Himura. Además del hecho de que Himura trabaja para usted" - ahora Katsura entendía a dónde quería llegar el doctor. Había una razón por la que sus agentes solían ser hombres mayores que Himura y sin familia. Algunos la habían perdido trágicamente y a otros simplemente los habían abandonado, pero la realidad era que cuando uno de sus agentes caía, nadie lloraba por ellos, además ¿qué clase de mujer aceptaría a un asesino a su lado?

-"Puede abandonarle al conocer la verdad" - el rostro de Katsura reflejaba una honda preocupación y el doctor suspiró aliviado al ver que por fin había hecho a Katsura entender la gravedad de la situación

-"Que muera, salga herida o que lo abandone, el resultado será el mismo. No podrá soportar de nuevo el dolor de su soledad y perderá el precario equilibrio de su mente"

-"Battousai tratando de ahogar su dolor con sangre. Y no hay nada que nosotros podamos hacer para impedirlo. Se defenderá con uñas y dientes si tratamos de separarlo de ella y el resultado sería el mismo, peor aún, ya que nos vería a nosotros como culpables"

-"Usted lo ha dicho Katsura. No hay nada que podamos hacer" - dijo el doctor con gesto abatido y derrotista

-"Salvo confiar en que esa chica sea capaz de quererle como merece"- dijo Katsura sonriendo al doctor y poniendo una mano en su hombro -"Quizá usted será una eminencia en la mente, pero yo conozco bien el alma humana. He visto cosas increíbles en nombre del amor que escapan a su análisis y a su comprensión doctor. Si Himura la ha elegido a ella, confiemos en su criterio"

----------------------- AVISO ESTA ESCENA ES UN POQUITO FUERTE. KENSHIN ESTA SOÑANDO--------------------

De nuevo en aquella habitación, donde todo ocurría a cámara lenta.  Sólo con aquellos tipos mientras el otro, el jefe, estaba arriba en la habitación, con Tomoe. Tomoe. Podía escuchar perfectamente, a pesar de la distancia, como sus lamentos habían ido pasando a ser súplicas y pronto empezarían los gritos. Allí estaban. Como siempre, al escucharla gritar, había saltado de su asiento para correr en su ayuda, pese a los dos hombres que le vigilaban en el piso de abajo y la amenaza de esta vez hacer algo más que cortarle en la mejilla. Pero el grito de Tomoe era demasiado fuerte, era una llamada desesperada en busca de auxilio, una llamada que él debía responder pese a todo. Y trató de subir la escalera aunque los fuertes brazos de aquellos hombres le sujetaron impidiendo cualquier movimiento. Tomoe gritó de nuevo en el piso de arriba y él grito con ella, de dolor, de frustración por ser sólo un niño inútil, incapaz de proteger a su hermana. Se revolvió entre los brazos de aquellos hombres que lo sujetaban y esta vez, algo fue distinto.

Ya no era un niño indefenso de 13 años y ojos violetas, sino un asesino de 28 con ojos dorados. Battousai. Esta vez consiguió liberarse de sus captores y, siempre en cámara lenta, rodar por el suelo hasta alcanzar la katana. Aquella katana que acababa de verter su sangre, de marcarle de por vida y sellar su destino. Empuñó la espada con la mano derecha  y con mortífera precisión, trazó un amplio semicírculo al frente cortando a los dos hombres en el abdomen y manchando de nuevo su katana. Sangre en su espada. Sangre culpable de su dolor. Subió las escaleras de un salto, siempre en cámara lenta, mientras a su espalda los cuerpos caían al suelo sin vida. Llegó hasta donde Tomoe seguía gritando desesperadamente.

Abrió la puerta de un fuerte puntapié y antes de que el hombre pudiera reaccionar, le quitó el wakisaki con el que apretaba la frágil garganta de Tomoe y girando la muñeca lo clavó profundamente en la yugular de aquel hombre. El responsable de todo su dolor. Battousai quedó allí quieto, respirando profundamente, viendo como aquel hombre daba su último suspiro y llenaba toda la habitación con el desquiciante olor de la sangre. Sangre en el suelo. Sangre el cama. Sangre en sus manos. Sangre sobre Tomoe. Tomoe. Se giró para verla.

Pero ya no era Tomoe. Era Kaoru. Y no tenía sangre sobre su cuerpo. Kaoru. Kaoru desnuda sobre la cama sonriéndole y tendiendo sus blancos brazos hacia él. A duras penas Battousai logró avanzar hasta quedar recostado en la cama con ella. Kaoru le dio un cariñoso beso en la frente y lo rodeó con sus brazos desnudos. El cerró los ojos y aspiró profundamente el aroma a jazmines que emanaba del cuerpo femenino. Cuando volvió a abrir los ojos, no quedaba rastro de Battousai en ellos. La habitación había cambiado también, ya no había sangre. Estaban los dos recostados sobre la hierba. Una hierba verde brillante cubierta de rocío, y rodeados de flores y plantas. Las mismas que ella había plantado en el patio, pero el embriagador perfume de los jazmines embotaba todos sus sentidos.

Como si tuvieran vida propia, sus callosas manos empezaron a recorrer el frágil cuerpo de la chica, que empezó a gemir suavemente mientras enredaba sus manos en su rojizo pelo. La boca de Kenshin  empezó a besar su cuello, saboreando el sabor de su piel, mientras sus manos habían descendido de sus blancos pechos para empezar a perderse entre sus muslos. Siguió saboreando su cuello dejando un húmedo rastro hasta llegar a su boca -"Kenshin"- jadeó Kaoru arqueando su espalda, ávida de más caricias y dejando caer la cabeza hacia atrás. Él aprovechó ese momento para tapar su boca entreabierta con la suya, deseando probar el sabor del interior de su boca

Kenshin volvió a despertar como siempre sentado en su cama, gritando sin emitir ningún ruido y con el cuerpo bañado en sudor. Pero esta vez había sido distinto. Tenía un nudo en la garganta y la boca seca, pero esta vez el sueño no había sido doloroso, había sido...¿placentero? Entonces ¿por qué estaba sudando?, ¿por qué le costaba respirar? Trató de moverse para ir a por algo de beber y entonces notó una humedad en su pantalón. -"Kami-sama ¿qué me está pasando?"

---------------- FIN DE LA ESCENA, YA PODEIS SEGUIR LEYENDO----------

Kenshin se dirigió directamente al Centro Wellington con dos horas de adelanto. No había querido esperar en su casa por si Kaoru despertaba y quería hablar con él. No se atrevía a verla. Todavía no, era demasiado pronto y en su cabeza lo único que había eran las imágenes de su sueño, de su cuerpo contra el suyo y su olor a jazmín. Tenía que despejarse. Por la noche, después de un día de trabajo, podría enfrentarla con más calma y sin correr riesgos. Paró su moto en la puerta del Centro y se dirigió a la silenciosa cafetería.

Antes de llegar, su entrenado oído captó débiles sonidos provenientes del dojo y se acercó a investigar. Después de todo, el dojo era en parte responsabilidad suya y tenía que saber qué estaba pasando en él. Corrió la puerta sigilosamente y entró sin hacer ruido. A su derecha, cerca de la puerta para vigilar si alguien se acercaba, un niño de unos 10 años dormía aterido de frío sobre unas colchonetas viejas. Kenshin lo reconoció enseguida. Yahiko Myojin. El chico inconsciente que había caído en las garras de los promotores de peleas callejeras. Le tocó suavemente en el hombro con el pie, para despertarlo. El chico despertó bruscamente, y se sentó mirando hacia arriba con expresión de miedo al verse descubierto.

-"¿Qué haces aquí Yahiko?"

-"Yo...he venido a entrenar sensei Himura"

-"Ya. Y de paso comprobabas el estado de las colchonetas"

-"Exactamente, sensei. Están un poco viejas, necesitamos unas nuevas. Esta de aquí incluso está rota, ¿ve? ha perdido casi todo el relleno"- dijo el chico con expresión inocente

-"Ya"- Kenshin hizo una pausa evaluando la inocente sonrisa del niño -"Entonces habrá que comunicárselo al director, no queremos que nadie se haga daño al caer sobre ella, ¿verdad?"

-"¿Al director? No creo que sea para tanto, tan solo con dejarla apartada..."

-"Ven" - dijo Kenshin haciéndole una seña con la mano. El chico se levantó y le siguió fuera del dojo.

-"¿Se lo va a decir al director sensei?"

-"¿Qué has pasado la noche en el dojo o que tu padrastro te ha vuelto a pegar?"

Yahiko lo miró con ojos asustados y cruzó los brazos sobre el pecho, preguntándose cómo lo había sabido si ninguna de las marcas eran visibles. Perdido en sus pensamientos, Yahiko no se había dado cuenta de que no estaba sentado en el despacho del director, sino frente a un chocolate caliente en la cafetería. En su para él larga experiencia en la vida, ninguna persona le había tratado bien excepto sensei Himura. Su verdadero padre había muerto cuando él era sólo un bebé y su madre no lo había resistido, se volvió a casar con el primer hombre que apareció en su vida porque no se creía con fuerzas para sacar adelante a un niño ella sola, sin pararse a pensar que quizás la causa de su falta de valor era su problema con el alcohol. El resultado fue que durante todo lo que podía recordar Yahiko, su madre se pasaba la vida dormida o borracha sobre la cama y su padrastro enfadado con él por el mero hecho de existir. Había ido de problema en problema, tratando de atraer la atención de su madre pero desde que acudía al Wellington había aprendido que era una causa perdida.

En aquel Centro Yahiko estaba a gusto, a salvo de la pesadilla que era su vida, y sobre todo porque aquí conoció a sensei Himura. Para el chico, su sensei era la perfecta definición de lo que él quería ser en la vida. Era un tipo duro que no dejaba que la voluntad de los demás estuviese por encima de la suya propia. El propio director le había llamado algunas veces la atención, por ser un poco rudo con sus alumnos pero él había recibido al director con una mirada dorada que le había hecho temblar de pies a cabeza para después decir que si algún alumno tenía alguna queja que lo dijera. Por supuesto nadie se quejó y el director salió rápidamente del dojo, pero la verdad es que nadie tenía quejas porque era un profesor fantástico. Sabía ser duro en algunos momentos y atento en otros, siempre sacando lo mejor de cada uno de los alumnos. Yahiko era su alumno más aventajado, y se sentía muy orgulloso cuando el sensei le dejaba al cargo de la clase cuando tenía que responder alguna llamada de teléfono urgente.

Pero sobre todo, sensei Himura le había salvado de caer en las garras de la yakuza. Había peleado un par de veces porque aquellas peleas daban mucho dinero y él no recibía nada de sus padres y quería comprarse unas zapatillas nuevas. El problema fue que, cuando ya no quiso pelear más, aquellos tipos trataron de obligarle. No todos los días se veía a un niño pelear tan bien con una espada y Yahiko les reportaba muchos beneficios. Habría quedado atrapado de no ser por sensei Himura. No sabía cómo se había enterado, ni qué había hecho, lo único que sabía es que habían dejado de molestarle. Sensei Himura se había ocupado de él, le había protegido sin pedir nada a cambio, y eso era una situación nueva para Yahiko. Aquel pelirrojo era su héroe. Y ahora estaba pendiente de él, esperando paciente a que terminara su chocolate

-"¿Tu madre no hace nada para evitarlo?"- preguntó directamente con ojos violetas ribeteados de ámbar.

-"A veces, cuando puede"- había un poco de vergüenza e impotencia en su voz y su mirada, de modo que Kenshin no siguió preguntando por ella

-"Los Servicios Sociales pueden buscarte otros padres"- el chico negó rápidamente su sugerencia

-"No quiero otra madre. El problema es él"- dijo Yahiko entre dientes. Kenshin echó un vistazo a su reloj, tenía tiempo de sobra

-"¿Has terminado? Vámonos" - había tomado una decisión

Unos minutos después, la moto negra se paraba ante un edificio de apartamentos de la zona norte de Tokyo. Yahiko bajó de un salto y esperó pacientemente a que Kenshin se quitara el casco y echara el seguro. Después lo condujo hasta su casa y esperó nervioso a que la puerta se abriera. Instantes después, un hombre sin afeitar abría la puerta y sin preguntar ni mirar al pelirrojo, agarró a Yahiko por el cuello y lo lanzó contra una mesa. La mesa se rompió y el chico gimió adolorido. El hombre empezó a gritarle al chico, diciendo que ahora por su culpa tendría que comprar una mesa nueva, cuando sus argumentos se vieron interrumpidos por un terrible dolor que le hizo caer al suelo. Yahiko había visto incrédulo cómo su sensei había golpeado a su padrastro en el vientre y después en la mandíbula, sólo dos golpes. Pero no sabía que Kenshin había utilizado su increíble velocidad para golpearle 3 veces en el estómago y un gancho a la mandíbula. Desde el suelo, el hombre escupió sangre de un diente roto para después mirar asustado como aquel desconocido pelirrojo sacaba un wakisaki oculto en su espalda y apoyaba el afilado filo en su cuello. -"Vuelve a ponerle la mano encima al chico y te cortaré el cuello"- no necesitó más. Aquellos ojos dorados no metían cuando hacían una promesa

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Y otro capitulo terminado, no se si he escrito bien el apellido de Yahiko ni wakisaki no se mucho de armas japonesas. Ya sabéis: dudas, preguntas, criticas constructivas, destructivas,..... solo con apretar el botoncito de los reviews