Rurouni Kenshin y todos sus personajes no son míos son de Nobuhiro Watsuki, por si alguien no se había enterado todavía.
Cuando empecé el fic, realmente no sabía cómo iba a resultar ni que rating ponerle. Creo que van a haber bastantes situaciones de tensión sexual, aparte de sangre y eso, contando con alguna descripción de lo que le hicieron a Kaoru y a Tomoe, así que realmente no se qué rating poner, PG-13 es para mayores de 13 evidentemente, pero no se la diferencia entre R y PG, así que a menos que alguien tenga algo en contra, seguiré con rating PG y avisando cuando empiezan y terminan las escenas fuertes, para que el que quiera se las salte. De todas formas si alguien cree que tengo que cambiar de rating que me lo diga y lo cambio. Ahora turno para las dudas
kaoru-sanz1: todavía no van a decirse nada directamente, seguiremos un poco con la tensión sexual, los celos y lo que se me vaya ocurriendo. Primero tienen que darse cuenta de lo que sienten el uno por el otro.
lime_kamiya: el pasado de Kaoru es muy normalito, aquí el que se lleva el premio es Kenshin. Digamos que era una chica normal, con padres normales que la quieren mucho, lo que fuera que le hizo EL lo descubriréis cuando ella misma se lo cuente a Kenshin
Kimmy Angy: sigo sin saber si la historia será muy larga, lo que me pasa es que se me ocurre una situación y al escribirla y poner también cómo llegan a ella lo mismo me ocupa un capitulo que dos o que medio pero creo que va para largo, por lo menos 20 cap. En cuanto al final, yo soy partidaria del "y fueron felices y comieron perdices"pero tampoco muy empalagoso, pero tengo que admitir que a esta historia también le pegaría un final romántico pero trágico tipo Romeo y Julieta, en fin ya lo pensaré y si no me decido siempre puedo ponerlo a votación en los reviews.
Creo que eso son todas las preguntas, vamos con el capitulo
6. Perseguida
Todavía no podía explicarse su cambio de actitud. No entendía por qué sus sueños habían cambiado de forma tan brusca. Ahora no le importaban sus pesadillas, todo lo contrario, las anhelaba. Quería dormir para volver a sentirse victorioso al derrotar a aquellos tipos que le habían causado tanto dolor y poder cobrarse por fin su tan anhelada venganza. Quería dormir porque en sus sueños su querida hermana estaba a salvo y él reclamaba su premio. Kaoru. De nuevo el hermoso rostro de su vecina aparecía nítido en su mente, alegre y sonriente, sin ningún temor que ensombreciera en sus perfectos ojos, tal como se comportaba en los últimos días, tal como le gustaba verla. No había podido salvar a su hermana pero salvaría a Kaoru, eso era lo que significaban sus sueños, estaba seguro. Y después, cuando estuviera a salvo, ellos podrían,...
¿Podrían qué? Kenshin sacudió la cabeza y levantó la katana para comenzar la kata de nuevo, dejando que su entrenado cuerpo siguiera los intricados pasos mientras su mente volvía a vagar. Sus pesadillas habían desaparecido y ahora era capaz de dormir sin interrupciones, por lo que había tenido que cambiar su rutina y realizar sus ejercicios con la espada antes de dormir, al anochecer, y por las mañanas cuando no tenía trabajo. Quizá debería decirle al Dr. Gensai que ya no tenía problemas para dormir, pero entonces él intentaría averiguar la razón, y eso era algo que Kenshin no podía permitirle saber. Se había dado cuenta de que el buen doctor les había salido hacía unos días a la salida del mercado y seguro que había sacado sus propias conclusiones. Era mejor dejar las cosas como estaban y hacerle pensar que Kaoru no había influido tanto en su vida.
Volvió su atención a su kata y a la suave brisa que corría esa mañana de domingo. Siempre entrenaba con el torso desnudo, era una costumbre que había cogido de Hiko sensei y le gustaba que el aire refrescara directamente su piel, fue entonces cuando notó algo más recorriendo su espalda, algo que no le refrescaba, todo lo contrario, conseguía que su piel ardiera. Inspiró profundamente, para asegurarse de que no estaba soñando despierto, ni era una broma pesada de su mente. Allí estaba, ese penetrante olor a jazmines que la delataba para él allí donde fuese. Sin volverse y sin dejar el ejercicio para que ella no se diera cuenta que la había percibido, Kenshin desplegó sus sentidos para escanearla. Estaba justo a su espalda, apoyada en el marco de su puerta que daba al patio que ahora compartían. Con una pícara sonrisa que ella no fue capaz de ver, Kenshin se alegró de haberse quitado la sudadera. Era la segunda vez que ella veía su torso desnudo y podía sentir que estaba reaccionando igual que la vez anterior. Su sonrisa se acentuó al pensar en la manera de igualar el marcador. Dejó pasar unos minutos más, tomándose tiempo en terminar la kata, la espada como una prolongación de su propio brazo llegando al punto exacto con una velocidad y precisión mortal, dejando que ella se confiase y siguiera espiándole sin saberse descubierta. Disfrutando del calor que su miraba dejaba en su cuerpo, en su piel, como si fueran sus manos quienes estuvieran recorriendo su cuerpo. Terminó la kata y se giró bruscamente para mirarla antes de que su autocontrol se volatilizara. Ella abrió los ojos al verse descubierta, tenía un brazo alrededor de la cintura y el otro cruzado sobre el pecho, con la mano en su cuello, como si se hubiera estado sujetando a sí misma, y las mejillas sonrosadas. Kenshin tragó saliva al constatar que era él quién le había provocado esa reacción, pero sus ojos, pese a ser violetas, centelleaban dorados, divertidos
-"¿Te gusta lo que ves, Kaoru-dono?" – dijo mirándola directamente a los ojos. Ella se ruborizó aún más e inmediatamente bajó la vista al suelo, avergonzada
-"No...quiero decir sí....quiero decir..."
-"¿Has visto alguna vez a un hombre desnudo, Kaoru-dono"- volvió a preguntar, acercándose lenta y peligrosamente a ella con aquella sonrisa tan sexy y los ojos centelleando aún más
-"Bueno...te he visto a ti, Kenshin"- tartamudeó ella retrocediendo hasta topar con la pared
-"A mí no me has visto desnudo Kaoru-dono....todavía"- dijo él alcanzándola y pronunciando las palabras con voz seductora, Kaoru podía sentir su aliento en el cuello como una caricia. Tragó saliva y cerró los ojos, preparada para lo que fuera que Kenshin pensara hacerle. La risa franca de Kenshin la sorprendió, nunca le había escuchado reír antes y entonces se dio cuenta de que había estado tomándole el pelo todo el rato. Abrió los ojos y vio que Kenshin estaba a una prudencial distancia de ella, poniéndose la horrorosa sudadera fucsia
-"Mou, Kenshin" –protestó ella con las manos en la caderas, un poco enfadada sin saber realmente si era por la broma o porque no había sido real
-"No te pongas así, Kaoru-dono. Es tu primera lección"
-"¿Mi primera lección?"
-"Hai. Nunca empieces algo si no estás dispuesta a terminarlo" – ella pestañeó por un momento, y luego volvió a ruborizarse al entender a qué se refería. Trató de cambiar de tema rápidamente
-"Has dicho mi primera lección. ¿Eso significa que me vas a enseñar kendo?"
-"No."- fue la rápida y tajante respuesta
-"¿No?¿por qué no? Eres instructor de kendo, te dedicas a eso"- preguntó extrañada. La sonrisa de Kenshin se ensanchó al imaginar lo que Hiko sensei le haría de enterarse de que había enseñado el Hitten Mysurugi Ryu a una mujer.
-"Porque voy a enseñarte a cocinar" – dijo cogiéndola suavemente del brazo y entrando en la casa con ella. Kenshin no pudo evitar pensar que, una vez superada la impresión y la vergüenza inicial, soñar con ella toda la noche le ponía de muy buen humor.
-------------------------------
Kaoru bajó del autobús en pleno centro de Tokyo. Sabía que Kenshin habría querido acompañarla pero ya se sentía lo suficientemente segura como para tratar de hacer una visita en solitario al centro de la ciudad. Además, el próximo lunes comenzaría sus clases en la Universidad y allí no podría estar con él. Sacó una lista de los libros que iba a necesitar para su curso y dónde podría adquirirlos. Al fin, después de un mes lejos de casa, Kaoru se sentía de nuevo como ella misma, volvía a estar segura de sí misma y sobre todo había recuperado la alegría. No pudo evitar recordar con una sonrisa cómo había terminado su primera lección de cocina el día anterior: los dos cubiertos de harina y un trapo de cocina ardiendo. Suspiró con fastidio al recordar su total falta de aptitudes culinarias pero volvió a sonreír al recordar la cara del repartidor de pizzas cuando Kenshin fue a pagarle. Pobre Kenshin, no sabía de dónde sacaba tanta paciencia con ella. Ni tampoco sabía qué hubiera hecho de no haberle conocido. Estaba segura que sin él, se hubiera hundido aún más en su temor y no estaría allí ahora. Kenshin era lo más parecido a una familia que tenía en este momento y estaba segura de que entre ellos se había forjado un vínculo muy fuerte al que todavía no se atrevía a ponerle nombre. Nadie le había hecho sentir como se sentía al estar con él, pero no sabía qué pensaba él de ella. Arrugó la nariz, seguro que la veía como una hermana, como una sustituta de Tomoe. Pero su comportamiento cuando la había pillado mirándole en el patio le hacia dudar. Esa no era una típica broma entre hermanos, más bien entre ... ¿novios?, Kaoru se abofeteó mentalmente por pensar algo tan disparatado y volvió su atención a las cosas que necesitaba.
Siguió tranquilamente comprando hasta que al salir de una librería sintió un escalofrío. Miró nerviosamente a uno y otro lado pero no vio a nadie conocido. Sacudió la cabeza y comenzó a caminar, por supuesto que no hay nadie conocido, sólo conoces a Kenshin en esta ciudad. Trató de recobrar el ánimo y entonces, a poca distancia de ella reconoció a un hombre que caminaba en su misma dirección. El pulso de Kaoru empezó a incrementarse, era el mismo hombre desaliñado que la había mirado fijamente desde el asiento opuesto al suyo en el autobús y que le había hecho sentir tan incómoda. Podía ser una simple casualidad, se dijo Kaoru mientras apretaba el paso y giraba bruscamente para entrar en el primer callejón que encontró. Por un momento lo perdió entre la gente pero al volver la cabeza allí estaba de nuevo. Casi al borde del pánico, Kaoru cruzó el portal de una tienda, y esperó, escudriñando por el cristal del escaparate hasta ver que el hombre pasaba de largo, sin dar muestras de haber estado siguiéndola. Ya más aliviada, Kaoru empezó a reprocharse mentalmente por ser tan asustadiza, cuando al volverse para salir se dio cuenta de que estaba en un locutorio telefónico. Casi sin poder evitarlo, se dirigió a un teléfono libre y sus dedos marcaron el conocido número del hogar
-"Mochi mochi"
-"...." – Kaoru ahogó el llanto al escuchar la voz de su madre
-"familia Kamiya"
-"...."
-"Mi niña, ¿eres tú?"
-"..."
-"Sabemos que te fuiste por una buena razón, y si tú estás bien, nosotros también lo estaremos. Las cosas se han calmado por aquí, pero todavía puedo sentir que nos vigilan. Por mucho que queremos que vuelvas con nosotros, todavía no estás a salvo. Tu padre se ha recuperado totalmente, y Misao pregunta mucho por ti. Yo les dije a todos que te habías ido una temporada a Yokohama con tus tíos. Incluso llamaron de la Universidad porque habías perdido muchas clases, también les dije lo mismo, creo que eran ellos"- su madre hablaba atropelladamente, sin estar segura de cuanto tiempo más podría mantener las lágrimas a raya
-"..."
-"Eres fuerte Kaoru, lo sé. Pase lo que pase nunca dejes que nadie te quite tu espíritu de nuevo. No lo hagas por nadie, ni siquiera por nosotros. Aunque te sientas sola, tu padre y yo estamos siempre contigo, porque te queremos muchísimo. Sólo, solo dime si estás bien, si has conseguido salir de esto, aunque no te vuelva a verte más en la vida hija mía, sólo dime si estás bien"
-"Ya no estoy sola mamá. Tengo a Kenshin"- dijo en un susurro antes de colgar, nunca había soportado las lágrimas de su madre.
Se tranquilizó durante unos minutos más, y agarrando la bolsa con sus compras salió del locutorio con paso decidido. Sus padres estaban bien, había temido que EL se vengara en ellos por su huida pero afortunadamente los había dejado en paz y, si habían seguido la falsa pista de su madre, la estarían buscando en otra zona del país. Con un poco de suerte, se olvidaría de ella. Con un poco de suerte, podría rehacer su vida. Con un poco de suerte podría presentar a Kenshin a sus padres. Con un poco de suerte. Los brazos del hombre se cerraron sobre sus hombros y antes de que pudiera gritar, le tapó la boca con su mano. Totalmente desesperada, luchando por escapar de su abrazo, la embotada mente de Kaoru recordó uno de los movimientos de la kata de Kenshin y trató de imitarlo. Echó el cuerpo hacia atrás bruscamente y después amagó un giro hacia la izquierda para girar sobre si misma y agacharse a la vez. El movimiento, cogió al hombre por sorpresa y Kaoru al verse libre y en el suelo, rodó unos metros gritando. Sus gritos alertaron a varios usuarios del locutorio que salieron atropelladamente a la calle bloqueando el paso a su asaltante. Kaoru recogió su bolsa del suelo y echó a correr hacia la avenida, en su mente un solo pensamiento: Kenshin.
-------------------------
Kenshin daba su clase en el Wellington, mientras su mente se preguntaba una y otra vez por qué había actuado así el día anterior. Había tratado de darle una lección, para que no volviera a mirarle así, y ella lo había entendido, pero Kami, qué poco había faltado. Por un momento creyó que se trataba de otro de sus sueños, que podría tocarla, acariciarla, saborearla,... y por poco lo hecha todo a perder. Por un instante, sólo una décima de segundo, sintió como su cuerpo era atraído por el de ella como un imán y cómo todos sus sentidos se centraban en el frágil cuello de Kaoru. Sus manos querían recorrerlo, perderse en su olor a jazmines, pero sobre todo, quería comprobar con sus labios y su lengua si realmente su piel sabía tal y cómo en sus sueños. Gritó mentalmente para tranquilizar su mente y pensar seriamente. Vamos a ver baka, incluso en el hipotético caso, de que ella remotamente sienta algo por ti, qué vas a decirle: "estoy enamorado de ti Kaoru, pero esta noche no podemos salir a cenar porque tengo que matar a alguien, mejor lo dejamos para mañana" se dijo a sí mismo.
Un momento, ¿acababa de decir que estaba enamorado de ella?, tragó saliva. Quizás, pero él jamás podría tocarla. Ella era demasiado buena, demasiado hermosa y pura para alguien como él. -"Um, Sensei Himura, creo que viene alguien" – la voz de Yahiko lo devolvió a la realidad, para ver cómo Kaoru, corría hacia él con ojos desorbitados, como un cervatillo huyendo de un cazador. Lo único que pudo hacer él, fue abrir sus brazos para recibirla y cerrarlos fuertemente después, mientras ella enterraba su cara en su gi y empezaba a llorar desahogando toda su angustia contenida. Los ojos de Kenshin se volvieron completamente ámbar mientras la atraía aún más a la seguridad de su pecho y desplegaba su ki para escanear el área. La ira y la cólera que ardía a su alrededor eran casi palpables y Yahiko supo exactamente qué quería de él cuando lo miró. Corrió hacia fuera y volvió minutos después jadeando –" No he visto a nadie que no pertenezca al centro, sólo al taxista que la ha traído. Estaba preocupado por ella, dijo que se había subido en el centro y que lo único que decía era Wellington. No estaba seguro de si era aquí a dónde tenía que traerla pero en cuanto paró el coche ella le dejó dinero y salió corriendo para acá. Le dije que podía irse que ella quería venir aquí."- Kenshin asintió aprobando el comportamiento del chico y con gesto para que lo siguiera, levantó a Kaoru en brazos para llevarla a un lugar seguro.
----------------------------
Estaba despierta pero no quería abrir los ojos, quería quedarse quieta para siempre. Lo último que recordaba eran los fuertes brazos de Kenshin a su alrededor, sosteniéndola cuando sus fuerzas le fallaron. Ahora no sentía su abrazo, pero de alguna forma seguía a su alrededor, sentía su calor y el olor de su aftershave. Quería seguir así, rodeada por su presencia, pero llevaba tiempo escuchando voces a su alrededor. Voces primero confusas y distantes como si estuvieran a kilómetros de distancia de ella, pero luego poco a poco cada vez más cercanas y claras.
-"De modo que esta es la novia de Himura" – era una voz de mujer que sonaba un poco disgustada
-"¿Molesta, zorrita? Ya sabías que no tenías nada que hacer con él" – ahora era una voz ronca de hombre, pero sonaba divertida, como disfrutando del disgusto de la otra
-"La verdad, esperaba algo mejor. Una mujer más sofisticada, más... no s
-"Si Himura quisiera algo así, estarías tú allí tumbada." – un sonido de pasos y de nuevo la voz del hombre, tranquilizadora –"Vamos, tendrás que admitir que la chica tiene algo de atractivo tipo 'virginal dama en apuros' que desde luego no va contigo. Sabiendo lo que le gusta a Himura, puedes cambiar de táctica, visto que el acoso y derribo no ha funcionado"
-"Sanosuke Sagarra cuando quiera tu opinión te la pediré y ahora coge al crío y salid de mi consulta"
-"¿Y dejarte aquí sola con ella para que la envenenes? Ni hablar"
-"El sensei dijo que me quedara con ella y no pienso moverme de su lado hasta que él vuelva. Me tendrás que sacar a rastras Megumi y no creo que puedas" – esa voz era nueva, en un tono muy suave pero muy decidido y se escuchaba muy próxima a ella
-"Esta bien, como queráis"- el tono de la mujer era ahora de derrota –" pero sigo sin saber qué demonios a podido ver Himura en una chica tan sosa. Miradla bien, no tiene casi curvas y ni siquiera va maquillada"
-"Tienes toda la razón"- de nuevo la voz del hombre sonaba divertida –"para qué iba a querer Himura estrenar un coche con equipamiento básico teniendo a su disposición uno usado pero con todos los extras" – incluso con los ojos cerrados, Kaoru podía sentir que la mujer habia estado a punto de golpear al hombre –"No te pongas así, sabes que yo siempre estaré dispuesto a que me ates a tu cama cuando quieras"
-"Por favor, si queréis seguir con vuestros estúpidos jueguecitos hacedlo fuera" – la serena voz del chico acalló al instante la discusión y ese fue el momento que eligió Kaoru para abrir los ojos.
Tal como había deducido estaba en una habitación que parecía una enfermería. Sus ojos se dirigieron a la pared opuesta, de donde venían las voces y su mirada se topó con un joven alto y bastante guapo que la miraba con una mezcla de diversión y curiosidad, a su lado una mujer con una bata blanca de médico. No podía ver su ropa pero llevaba unos zapatos de tacón alto y la cara muy maquillada, por sus comentarios anteriores Kaoru estaba segura de que bajo la bata llevaría una minifalda muy corta y algo con mucho escote. Entonces se dio cuenta de que estaba tumbada en la camilla y trató de sentarse, al moverse, notó cómo una toalla húmeda se resbalaba de su frente y pudo ver al chico de la voz suave junto a ella recogiendo la toalla. Kaoru le sonrió con agradecimiento por sus cuidados y el chico se ruborizó un poco. Trató de mover las manos y entonces comprobó que habia estado tapada con la cazadora de Kenshin. Instintivamente la abrazó y la olió. Sí, era como si el propio Kenshin se hubiera quedado a su lado. Después recordó que no estaba sola y volvió a mirar al joven con ojos inquisitivos.
-"Me llamo Sanosuke, soy amigo de Himura, bueno, lo más parecido a un amigo que tiene, creo" – Kaoru asintió recordando el comportamiento de Kenshin hacia cualquiera que no fuera ella –"Ella es Megumi, la doctora del Centro y ese es Yahiko. El crío iría directo al infierno si Himura se lo pidiese y le ha dicho que se quede contigo, de modo que lo tendrás pegado como una lapa quieras o no"- el chico bufó y Sanosuke sonrió, parecía que disfrutaba haciendo enfadar a los demás y a Kaoru le cayó bien.
-"Yo soy Kaoru Kamiya, gracias por cuidar de mí"- dijo educadamente y bajando la cabeza como muestra de agradecimiento
-"¿Eres la novia de Himura?"- Kaoru se ruborizó por la pregunta tan directa que le había hecho la doctora
-"No creo que sea de tu incumbencia"- respondió en tono retador, no le gustaba ni un pelo esa mujer
-"Um, ¡pelea de gatas chaval!" – dijo Sanosuke recostándose contra la pared para tener mejor perspectiva
-"Era una simple pregunta. No suele venir gente preguntando por Himura eso es todo, y él nunca habla de su vida privada"
-"Si Kenshin no quiere contarte nada, sus razones tendrá" – Kaoru no se iba a dejar ganar por esa mujer, no después de todo lo que había pasado aquel día
-"Vaya, así que 'Kenshin', ¿y desde cuándo os conocéis?"
-"Ya que tanto te interesa, llevamos juntos como un mes"- Megumi parecía sorprendida por la revelación
-"¿Juntos? ¿Qué quieres decir con 'juntos'?¿Eres su novia o no?"
-"Pues claro que es su novia"- Yahiko respondió a la delicada pregunta por ella –" si hubieras visto cómo la miraba no estarías haciendo estas preguntas tan tontas" – ahora era Kaoru la sorprendida, ¿cómo la habría mirado Kenshin para que el chico estuviera tan seguro?
-"Y aquí se acaba la discusión"- terció Sanosuke –"yo también lo vi zorrita, y siento decir que él jamás en la vida te miraría así. Jo-chan te ha ganado por goleada"
-"¿Jo-chan?"- preguntó Kaoru
-"Sí, ¿no te gusta tu nuevo nombre?"
-"No"- todos se giraron para ver a Kenshin en el marco de la puerta, con sus peligrosos ojos dorados. Nadie sabía desde cuándo había estado allí, escuchando la conversación. Avanzó hacia Kaoru y con mucho cuidado, como si fuera una muñeca de porcelana le puso su chaqueta y la ayudó a levantarse de la camilla. – "Gracias Yahiko, la has cuidado muy bien"- dijo solemnemente haciendo que el niño sonriera orgulloso. Luego saludó a Sanosuke con la cabeza y lanzó una mirada de advertencia a Megumi que casi la hizo temblar. Tomó gentilmente el brazo de Kaoru y la sacó de la habitación
--------------------
Gracias a todos por los reviews de ánimo. Si seguís así hasta me voy a creer que os gusta mi fic J
